“Se lo quise transmitir a los jóvenes que son mi gran apuesta, mi esperanza”

“Se lo quise transmitir a los jóvenes que son mi gran apuesta, mi esperanza”

Están en todos lados, copando la Avenida Sarmiento, en los pasillos de la Feria Internacional del Libro, en los andenes del subte. Debajo de la lluvia, con paraguas, pilotos o resguardados en un techito. Los más jóvenes saltan y cantan, sin importar que, de nuevo, cae agua a torrentes. Las dos pantallas, una dentro del predio de La Rural, fuera de la sala Jorge Luis Borges donde se realizó el acto, y otra en la calle, sobre Avenida Sarmiento, muestran la tapa del libro Sinceramente. Los gritos de aguante y las canciones de hinchada se escuchan en todas partes y resurgen con fuerza cada vez que pasan unos minutos de silencio.

El color asignado fue el turquesa, sin banderas ni inscripciones. Estaba en las camperas, en las bufandas, en las remeras, pero sobre todo en los paraguas. La identificación va más allá de la estética del partido político. Muchos jóvenes que fueron a escucharla nacieron en el gobierno de Néstor Kirchner, pero vivieron su adolescencia en épocas de Cristina. A ella la miran; la toman de referente. Por ella gritan y vitorean.

“Yo no viví el mandato de Néstor”,  dice Natalia de veinticuatro años. “El primer gobierno de Cristina me agarra entrando en la secundaria. Para mí es ella y nada más”, cuenta y vuelve a cantar junto a su amiga. No militan en ninguna agrupación pero van a verla a todos lados, aunque no haya trenes ni colectivos. Hay mucha gente como ella: fueron solos o con grupos, pero sin ninguna organización que los represente. Es la militancia de los que simpatizan, de los convencidos y de los que la añoran.

“Empecé a militar en La Cámpora de Malvinas Argentinas cuando entré a la universidad y me di cuenta de muchas cosas que había hecho Cristina”, cuenta Yésica de diecinueve años. “Mi familia votó a Macri, yo rompí con todos los esquemas”, dice riéndose. Ir contra la tradición de la casa es una realidad de muchos jóvenes. “Mi viejo decía que con los militares estábamos mejor”, rememora y remata: “No entiende que viaje tanto, que venga a estar debajo de la lluvia por esto”.

La nueva generación se posiciona en otra vereda, con otros valores y otras proyecciones a futuro. “Cuando vi la muerte de Néstor por la televisión fue muy fuerte, toda la gente que lo lloraba me impresionó. Ahí me di cuenta de que era por ahí, con ellos”, relata Adriana, de veinte años, militante de La San Antonio de Merlo. Sus compañeras se sacan fotos con una bandera celeste y blanca sin leyendas y cantan a los gritos “vamos a volver”, con las caras llenas de sonrisas y ansiosas por ver a Cristina en la pantalla del predio. “Casi todas nos opusimos a lo que pensaban nuestras familias. En mi caso eran radicales y yo cuando cumplí catorce años me definí como kirchnerista”, cuenta Florencia, otra de ellas.

El  nombre Cristina tiene una fuerza increíble, cada vez que lo dicen, la gente estalla en gritos y cantos. Todo se condensa en esa palabra, pero no es sólo eso lo que impacta, sino también su imagen. Cuando la cámara la enfoca subiendo al escenario de la sala Jorge Luis Borges, la multitud aclama, los bombos y redoblantes tocan y las banderas patrias se elevan más. Es su voz la que, finalmente, despierta los anhelos de las personas, sus palabras y sus pausas las que hacen que se haga silencio y se aplauda. En las pantallas se mostraban rostros llorando y emocionados, otros a la expectativa, siempre atentos.

A pesar de que todo se trata de Cristina, Néstor también está presente en los discursos y en las remeras. “Él fue el primer tipo que subió a la Casa Rosada cuando Argentina estaba prendida fuego, asumió los problemas que teníamos y pidió perdón. Desde ese momento los sigo”, dice Julián de veinte años, militante de La Cámpora y con una tradición familiar kirchnerista. Martina nació en el 2003 y sólo vivió dos modelos de gobierno: “Mis viejos son re K, para mí son toda mi vida”, dice, acompañando a sus amigas, todas entre quince y dieciséis años.

Los pasillos de la Feria están abarrotados y llenos de gente que lleva a ese lugar, caracterizado como culto, la fiesta de los que militan contra lo hegemónico. “Vengo bancando este proyecto/ proyecto nacional y popular/ Te juro que en los malos momentos/ los pibes siempre vamos a estar”, cantan los grupos en diferentes partes de La Rural, rompiendo con el espíritu más ceremonial  y ordenado que tiene el evento anual del libro. Son ellos, que leen y politizan, los que mezclan los dos mundos porque entienden que literatura y sociedad son indivisibles. “Sinceramente es una interpelación a todos. Se lo quise transmitir a los jóvenes que son mi gran apuesta, mi esperanza”, dice Cristina y los ojos de esa multitud protagonista brillan.

 

Gondolazo ante la crisis

Gondolazo ante la crisis

Juan Grabois encabezó el gondolazo.

Distintas organizaciones sociales, como la CTEP, Patria Grande y el Frente Popular Darío Santillán, presentaron el pasado lunes 8 un proyecto de Ley de Góndolas. En un momento económico caracterizado por los importantes aumentos inflacionarios y caracterizado por el aumento de la pobreza, la Plaza de los dos Congresos se pobló de changos sin mercadería.

Jonatan Rondan, militante del Frente Popular Darío Santillán, expresó la situación de impotencia que vive el sector de la economía popular ya que no puede ingresar sus productos al circuito comercial masivo. «Los monopolios de las empresas alimenticias, con complicidad de los supermercadistas y la falta de políticas públicas, que regulen el sector, son los responsables de esta realidad», afirma.

“Tenemos que recurrir a los bolsones de comida que nos da Desarrollo Social para seguir comiendo a lo largo del mes y los últimos días no cenamos –continuó-. Lo que producimos, no tenemos cómo venderlo, recurrimos a locales chicos del barrio y al MECOPO (Mercado de Consumo Popular), que tiene 15 puntos de venta. Pero así y todo, no llegamos. No queremos más los planes sociales, queremos trabajar, producir y comercializar nuestros productos. Eso es lo que nos dignifica.”

Eva Verde, dirigente de MECOPO, declaró que ellos se encargan de articular al productor y al consumidor en sus puntos de venta, ya sea a través de la logística o con el manejo de los plazos de pago. De esta manera, se logra bajar el precio de los alimentos de la canasta básica, darle pelea a la inflación, mejorar la calidad de los productos y generar puestos de trabajo. A través del ‘precio justo’, estas cooperativas pueden mantenerse en el tiempo. “La gente tiene que confiar en los productos de estas cooperativas, porque se producen con elementos de alta calidad y al no estar tercerizados por la cadena de distribución comercial, tienen costos más bajos. Hay que cambiar los hábitos de consumo”, concluyó Eva.

Los manifestantes exigen regular a los monopolios y defender a los productores de la economía popular.

La mirada de Grabois

En diálogo con ANCCOM, el dirigente de la CTEP Juan Grabois explicó las diferencias existentes entre el proyectó que presentó y el que diseñó la diputada oficialista Elisa Carrió.  “En su propuesta falta que todos los supermercados estén obligados y que paguen multas si no cumplen. La ley de Carrió elimina lo más importante, que es que cualquier superficie de venta con más de 100 metros cuadrados, en las ciudades pequeñas, y con más de 200, en las grandes, o los grupos de mercado de proximidad, como son los micro Coto o micro Carrefour, tienen que cumplir la ley. Lo que propone Carrió es solo para los que tengan una facturación superior a 6.000 millones de pesos y esa facturación ninguno la tiene individualmente, sino en conjunto, entonces es una ley para que no se cumpla. De esa forma se sigue legitimando a los monopolios. Es una ley engañosa, es el ‘opo-oficialismo’, es mostrar que están en contra de las políticas que lleva su propio gobierno. Porque vos tenés hoy controlando a los supermercados al dueño de La Anónima, que es una de las cadenas monopólicas de la Patagonia. Acá hay una decisión política. No es que no saben qué hay que hacer. Ellos deciden inflar los precios para generar mayores ganancias a costa de la pobreza de los nuestros. (más…)

«Hemos de vivir una corta noche de verano neoliberal»

«Hemos de vivir una corta noche de verano neoliberal»

Alvaro Garcia Linera y Carlos Monedero en el Primer Foro Mundial del Pensamiento Critico - CLACSO

“Se ha agotado el combustible neoliberal. Ahora lo que tenemos es un neoliberalismo zombie”, dijo el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, en el arranque de la segunda jornada de exposiciones del Foro Mundial de Pensamiento Crítico, que se llevó adelante esta semana, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Acompañado por el académico español y referente de Podemos, Juan Carlos Monedero, y con un discurso marcado por el orgullo por los triunfos pasados y la esperanza frente al dramático contexto mundial, el intelectual del Altiplano se mostró optimista frente al futuro: “Hay que prepararnos para la segunda oleada de gobiernos progresistas y de izquierda”.

“El futuro de la izquierda y de la dignidad humana” fue la temática de su exposición durante una mañana de intenso calor. A partir de esa temática, Monedero y García Linera produjeron una serie de reflexiones históricas y filosóficas sobre la esencia humana de la izquierda y la derecha. Un recorrido que abarcó desde el nacimiento del concepto de izquierda en la Revolución Francesa hasta la rebelión de Espartaco.

“A la izquierda, a diferencia de las derechas o de los conservadores, un error en economía nos cobran hasta la vida», dijo Álvaro García Linera.

“Somos animales cooperativos por definición -dijo Monedero-. Las personas progresistas confiamos en los seres humanos”. De ese modo, explicó el ascenso de las derechas con el miedo como el principal actor: “Los conservadores justifican el autoritarismo por creer que el ser humano no tiene solución. En el momento en el que el miedo se convierte en el sentido común, gana la derecha”.

Desde estas observaciones, Monedero formuló una consigna para las izquierdas, un deber de disputar los espacios de construcción del sentido común. “No podemos dejarles los medios de comunicación. No podemos dejarles las universidades”, proclamó. Sin embargo, su exposición fue, ante todo, un discurso de tono triunfalista y esperanzador. “Si la izquierda ha muerto, ¿dónde está el cuerpo del sujeto de la izquierda?”, se preguntó Monedero, desafiante. “La gente que no abre vías de esperanza está trabajando para el conservadurismo”, agregó.

“¿Qué significa ser de izquierda? Sacar a 72 millones de personas latinoamericanas de la pobreza”, dijo el mandatario·, dijo Álvaro García Linera.

El vicepresidente boliviano, por su parte, se refirió a ocho logros del progresismo y de la izquierda en América Latina durante la década pasada, poniendo especial énfasis en los éxitos en la lucha contra la pobreza. “¿Qué significa ser de izquierda? Sacar a 72 millones de personas latinoamericanas de la pobreza”, dijo el mandatario. Señaló, además, los éxitos en reducir la desigualdad socioeconómica, la democratización de las relaciones personales, el impulso a la soberanía física de las mujeres, y la conformación de nuevas maneras de participación política. “Lo que hemos mostrado al mundo es que la gobernabilidad real y plebeya que se construye es mayoría parlamentaria, mayoría callejera. Se gobierna desde las calles, se gobierna desde el Parlamento, y esa unidad contribuye a nuestra gobernabilidad”.

“Gramsci tenía razón -agregó-. Cualquier victoria popular, política o militar requiere previamente victorias culturales, desarrolladas en los distintos ámbitos de la vida. En la universidad, en los medios de comunicación, en el barrio, en la actividad cotidiana, en la familia, etcétera”.

“No podemos dejarles los medios de comunicación. No podemos dejarles las universidades”, dijo Juan Carlos Monedero.

García Linera remarcó a su vez la necesidad de hacer sostenibles las políticas económicas.
“A la izquierda, a diferencia de las derechas o de los conservadores, un error en economía nos cobran hasta la vida. A la derecha, un error en economía se lo tolera. Es parte del sentido común conservador que se vuelve tolerante ante fuerzas conservadoras. La izquierda no tiene derecho a equivocarse”.

Elaboró, además, sobre la cuestión de aquel sentido común expresado por Monedero, y la debilidad de las transformaciones de éste llevadas a cabo por los gobiernos progresistas de la década pasada. “Llamamos sentido común al conjunto de criterios morales, procedimientos lógicos, actitudes instrumentales que hacemos sin reflexionar sobre ellas -explicó-. En el fondo, la política es una lucha por la conducción del sentido común, y los gobiernos progresistas supieron estar en el momento preciso como fuerzas progresistas, con el discurso preciso en el momento en que un pedazo del sentido común se resquebrajó”.

La problemática, para García Linera, radicó en la superficialidad de los cambios del progresismo en el sentido común. “Cuando se llega al gobierno, uno cree que ese sentido común que lo catapultó a funciones estatales está enraizado. No es cierto. Lo que hemos entendido y comprendido es que el sentido común es más que estos aspectos circunstanciales de la catarsis social. Que el sentido común es todo un sedimento conservador, reproductivo más que transformativo”.

En respuesta al aparente resurgimiento del neoliberalismo en el mundo, acompañó a Monedero en dar voz al sentimiento esperanza que dominaría la jornada. “Hemos sabido transformar el poder mediante las elecciones -dijo el mandatario-, y habremos de regresar nuevamente al poder una y otra vez y otra vez mediante las elecciones. Hemos de vivir una corta noche de verano neoliberal”, concluyó.

“La primavera siempre vence al invierno”

“La primavera siempre vence al invierno”

Manuela D´avila, Guilherme Boulos y Pablo Gentili. en el Primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico.

La cancelación a último momento de la ponencia del ex presidente de Uruguay, José Mujica, y el calor sofocante que todavía persistía al atardecer no detuvieron las actividades realizadas en el Foro Mundial de Pensamiento Crítico, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en el Club Ferrocarril Oeste. La investigadora de la Universidad de Costa Rica, Montserrat Sagot, presentó así el debate llamado “La igualdad explicada al 1% más rico de la humanidad”. El encargado de dar cátedra sobre este asunto fue Boaventura De Sousa Santos, doctor en Sociología del derecho de la Universidad de Yale y profesor, ya jubilado, de Sociología en la Universidad de Coímbra.

Lo primero que hizo el académico fue derribar el mito acerca de que la discusión sobre la igualdad se trata simplemente de una discusión intelectual, y desnudó que de lo que realmente se está hablando es de una discusión política. “El conocimiento del norte, dominante y eurocéntrico que legitimó la desigualdad ¿te va a explicar ahora la igualdad? – lanzó- Se trata del conocimiento de los vencedores y nosotros necesitamos el de los resistentes. Tenemos que pensar que hay otros conocimientos nacidos de las luchas sociales, como las que se enfrentaron al capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Si el conocimiento debe partir de estas resistencias entonces la igualdad no debe explicarse a partir de ella misma, sino desde la desigualdad”, reflexionó De Sousa Santos.

El sociólogo Boaventura De Sousa Santos en el debate “La igualdad explicada al 1% más rico de la humanidad”.

El sociólogo encuentra en el capitalismo financiero a una de las principales fuentes de desigualdad en la actualidad, debido a su falta de regulación. En este sentido, además de ser un espacio en el que se llevan a cabo varios delitos económicos, como los fraudes fiscales y actos de corrupción también es “un crimen contra la vida porque la esperanza de vida va a disminuir con las políticas de austeridad del Banco Mundial y del FMI. Los grandes crímenes de lesa humanidad serán los crímenes financieros y los ambientales”, denunció De Sousa Santos.  

Los discursos de Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner realizados el día anterior no estuvieron ausentes en los análisis del catedrático, quien señaló que se arribaron a diversos consensos, pero que hubo una gran falta de divergencias. Para él es necesario pensar sobre las distintas problemáticas que terminaron contra las trayectorias de las ex presidentas: “Cristina fue fabulosa en su análisis del neoliberalismo, pero lamento decirle que la distinción entre izquierda y derecha nunca fue tan importante. Dilma me apasionó, como siempre, pero ahora pareciera que lo único que pasó fue que la política más honesta de este continente estuvo impedida por los políticos más corruptos. Necesitamos más autocrítica”, sentenció De Sousa Santos.

De Sousa Santos aprovechó el momento para pedir autocrítica al momento de repasar los discursos de Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner.

El aplauso de los presentes sólo se cortó por la presentación de Pablo Gentili, secretario Ejecutivo de CLACSO, que presentó la conferencia titulada “Brasil: la esperanza vencerá al miedo”. Los disertantes que la llevaron a cabo fueron Guilherme Boulos, ex candidato a presidente de Brasil, y Manuela D’Avila, reciente excandidata a vicepresidenta del mismo país. Según explicó Gentili, Fernando Haddad no pudo presentarse en este acto debido a un proceso judicial que fue impulsado ayer por Jair Bolsonaro. Esto le dio el pie para recordar a otro personaje ausente: “Lula tampoco puede estar aquí presencialmente, pero igual sigue estando con nosotros porque él es una idea que se multiplica en las luchas del pueblo, sean donde sean. Como Lula no está, ahora somos tres Lulas”, sentenció. Acto siguiente los tres oradores se pusieron máscaras del ex presidente acompañados por los gritos del público que no se cansaron de repetir “¡Lula livre!”.

Tanto Boulos como D’Avila atribuyeron la situación que está atravesando Brasil a la embestida de un neoliberalismo liderado por Bolsonaro, junto a la crisis democrática representada por la persecución judicial que sufren ciertos dirigentes políticos. Pero ambos coinciden en que Bolsonaro no es solamente un fenómeno brasileño. “Algunos de nosotros hemos cometido el error de creer que las victorias son definitivas. No podemos hacer ojos ciegos cuando se trata de derrotas. La democracia no es solamente apretar un botón en una tarde de domingo cada cuatro años”, reflexionó Boulos. A la crisis de la democracia, la candidata a vicepresidenta en Brasil añade la crisis de un capitalismo atravesado por concepciones machistas que no afectan de forma igual a los hombres y mujeres, porque las últimas se ven obligadas a hacerse cargo de sus hijos ante la ausencia de la escuela pública.

El público acompañando a los oradores bajo el grito “¡Lula livre!”.

Los aplausos y aullidos llegaron con el último mensaje esperanzador de D’Avila: “Yo tengo mandato hace 15 años y trabajé en el Parlamento en el año 2000. En ese momento no existía la solidaridad, la lucha, ni el nivel de construcción social de las mujeres que existe hoy en día. Este fue un cambio rápido. No hay mal que dure cien años y la primavera siempre vence al invierno”, finalizó.

Cristina y Dilma frente al neoliberalismo

Cristina y Dilma frente al neoliberalismo

La ex presidenta Cristina Fernández saludando al público en el Foro CLACSOCon las disertaciones de las expresidentas Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff, se inauguró el Foro Mundial de Pensamiento Crítico, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Mientras que la brasileña denunció a un Poder Judicial que criminaliza a los movimientos sociales, la exmandataria argentina sentenció que “la igualdad es una construcción política” y llamó a edificarla mediante un gran frente que reúna a todos aquellos que sufren las consecuencias del neoliberalismo.
A días de la blindada llegada del G-20, la primera jornada del Foro contó con la participación de líderes políticos, sociales y culturales de diversas partes del mundo, congregó a miles y miles de personas que ocuparon las calles de Caballito e hicieron horas de cola para obtener un lugar y ser partícipes de este encuentro realizado en el Club Ferrocarril Oeste.

Con más de 350 invitados internacionales, 1.100 paneles y 7.000 ponencias (de las cuales un 70% fueron presentadas por jóvenes de menos de treinta años de toda América Latina), el Foro Mundial del Pensamiento Crítico convulsionó al centro geográfico de la Ciudad de Buenos Aires en pleno día feriado.

público conformado por personad de distintas edades y género en el Foro

“Llegamos a las 4.30 y ya habían un grupo de personas que acamparon toda la noche”, dijo Arian Picco.

Durante más de una hora, Dilma Rousseff dialogó con Nicolás Trotta, rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), sobre el eje “Democracia, Ciudadanía y estado de excepción”, para luego dar paso al discurso de Cristina Fernández de Kirchner -presentada por Pablo Gentili, secretario Ejecutivo de CLACSO- bajo el título “Capitalismo, neoliberalismo y la crisis de la democracia”.

Desde temprano gran parte de los más de cincuenta mil inscriptos comenzaron a hacer fila sobre la avenida Avellaneda, la cual llegó a extenderse por más de cinco cuadras, bordeando las vías del tren, para lograr acceder al estadio de Ferro. “Llegamos a las 4.30 y ya habían un grupo de personas que acamparon toda la noche”, relata Arian Picco, estudiante de Tandil que junto a un contingente de jóvenes de la Universidad Nacional del Centro de Buenos Aires viajaron exclusivamente para presenciar esta primera jornada del foro. En el cruce de la avenida Avellaneda y General Martín de Gainza podían vislumbrarse múltiples pasacalles con frases como “Contra la doctrina Bolsonaro, Cuba como Faro” o “Lula livre”, entre los cánticos de miles de personas que vinieron desde distintos puntos del país y del continente, impacientes por la apertura de las puertas.

Luego de la inauguración oficial del foro a cargo de Pablo Gentili, disertó la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, quien expuso los múltiples desafíos que tuvo que enfrentar durante su mandato, el proceso de impeachment que sufrió a mediados de 2016 y la actualidad crítica que vive su país a días de la elección del ultraderechista Jair Bolsonaro como nuevo presidente.

Dilma Rousseff hablando frente a un amplio público en el Foro

«No había ninguna razón para el juicio político. Se trató de un intento de volver a encuadrar a Brasil dentro del neoliberalismo», dijo Dilma Rousseff

“Brasil entró en una ruta muy trágica. Corremos el riesgo de salir de la democracia, con un estado de excepción que la corroe, y entrar en un estado de neofascismo”, fueron las palabras iniciales de la exmandataria. Según Rousseff, el golpe que llevó a su destitución instauró un régimen de excepción que fue socavando libertades y derechos de los ciudadanos brasileños, usando la propia ley como excusa para ejecutar una serie de medidas ilegales. “Todos sabían, hasta las piedras de Brasilia, que no había ninguna razón para el juicio político. Se trató de un intento de volver a encuadrar a Brasil dentro del neoliberalismo”, agregó.  

También destacó la existencia en su país de una gran falta de respeto por la democracia, la cual conlleva a la fragilidad de sus instituciones. “La prisión de Lula es la manifestación más clara del autoritarismo despótico. No bastó con apresarlo, debían correrlo del proceso electoral. En una causa llevada adelante por una denuncia frágil y sin pruebas por un juez que hoy es nombrado ministro de Justicia de Brasil”, denunció Rousseff, apuntando a un sistema judicial corroído que criminaliza y persigue a los movimientos sociales. “Lo que está claro es que no van sólo detrás del Partido de los Trabajadores (PT) sino también de las conquistas de los movimientos sociales como el Movimiento de los Sin Tierra o el de los Trabajadores Sin Techo que trabajan con un problema tan importante en Brasil como es la desigualdad”, argumentó la expresidenta para luego exhortar a la búsqueda de persuadir al sistema judicial para que frene los intentos característicos del neofascismo, que hoy ejercen una extrema violencia contra todos aquellos que considera sus enemigos políticos.

El público sosteniendo fotografías de distintas personas expresando su dolor y pidiendo por justicia

“No gritemos, ni insultemos porque perdemos tiempo para pensar en otras cosas”, exhortó al auditorio.

Minutos pasados de la una de la tarde, fue el turno de Cristina Fernández de Kirchner quien disertó por más de una hora ante un estadio colmado que ovacionó su llegada e interrumpió en numerosas ocasiones su discurso entre aplausos y cánticos contra el actual presidente. “No gritemos, ni insultemos porque perdemos tiempo para pensar en otras cosas”, exhortó al auditorio en una de esas ocasiones. Invitó en primera instancia a comenzar a pensar en un espacio progresista  que se presente como un lugar político de ideas, de visión y de pensamiento que exceda la –“ya vetusta”, dijo- división entre izquierda y derecha. “Debemos acuñar una nueva categoría de frente social, cívico y patriótico donde se agrupen todos los agredidos por las medidas del neoliberalismo”, instó la expresidenta argentina. A su vez, desarrolló la idea de que la igualdad es una construcción social que no está implícita en la condición humana y que aquellos espacios populares, progresistas y nacionales que han trabajado por ella se han visto menoscabados por el régimen neoliberal imperante. “El neoliberalismo trabaja para crear nuevas subjetividades y sentidos comunes exacerbando los aspectos negativos de la igualdad. Así es como surge la meritocracia y el individualismo haciéndole creer a la ciudadanía que si uno tiene o no trabajo no es una cuestión del Estado sino del esfuerzo personal. Yo les puedo asegurar que una parte es mérito propio, pero si por otra parte no tenés políticas públicas que acompañen, quedás colgado del pincel”, exclamó con firmeza al llamar la atención sobre la ruptura de lazos de solidaridad en la sociedad que esto trae aparejado. “Hoy algunos Hitlers modernos culpan a los inmigrantes de que no haya trabajo, pero ello en realidad es consecuencia de las malas políticas públicas implementadas”, agregó.

Cristina Fernandez de Kirchner, dando un discurso en el CLACSO 2018, Foro Mundial del Pensamientio Crítico

“Debemos acuñar una nueva categoría de frente social, cívico y patriótico donde se agrupen todos los agredidos por las medidas del neoliberalismo”, dijo Cristina Fernández de Kirchner.

Al referirse a la actual gestión de Mauricio Macri, Cristina Kirchner destacó que en los tres años que lleva de mandato con la aplicación de medidas neoliberales estamos frente a un decrecimiento de la economía del 3,5% del PBI, una industria contraída en un 11% con una capacidad ociosa del 60%, un país nuevamente endeudado por 140 mil millones de dólares más allá del préstamo pedido al Fondo Monetario Internacional (FMI) y una desocupación que ya ronda los dos dígitos, con la destrucción de miles de empleos. “Debemos aprender a distinguir entre la legalidad y la legitimidad de un gobierno, porque esto hace al contrato de la sociedad con un partido o un espacio político. Hoy tenemos un gobierno legal, eso nadie puede discutirlo, pero no hay legitimidad en políticas que no fueron convalidadas por el pueblo. Porque no hubo una explicitación sobre el neoliberalismo del presente gobierno durante su campaña. Por el contrario, afirmaron que nadie perdería los derechos adquiridos, que se iba a dejar lo que estaba bien y cambiar  lo que no lo estaba”, argumentó tras analizar las contradicciones del discurso de campaña de Cambiemos con la coyuntura actual.

Hacia el final de su discurso puntualizó sobre la necesidad de crear nuevas arquitecturas institucionales que preserven el funcionamiento de la democracia y reflejen las nuevas estructuras de poder, como las empresas trasnacionales o los organismos multinacionales, de manera de poder regularlos y permitir la participación popular.

Cristina Fernández agachada en el escenario

«Hoy tenemos un gobierno legal, eso nadie puede discutirlo, pero no hay legitimidad en políticas que no fueron convalidadas por el pueblo», dijo Cristina Fernández de Kirchner.

Ante la propuesta de un G-20 que se reunirá dentro de diez días a puertas cerradas, en una ciudad blindada y militarizada con una nula visualización de lo que se discute, Pablo Gentili destaca que este encuentro es un contrapunto que abre la invitación a pensar en conjunto nuevas opciones y posibles nuevos horizontes que pasan por el fortalecimiento de la democracia, de la participación popular, de la ampliación de derechos y de la disminución de privilegios.

“Estamos frente a un G-20 que plantea discutir el futuro del trabajo cuando lo que hay que tratar con urgencia es el presente crítico del mundo laboral. La cantidad enorme de precarizados. De cada cinco jóvenes que entran al mercado de trabajo en España, por ejemplo,  cuatro lo hacen en empleos precarios. Por no hablar de la nueva reforma laboral en Brasil que pasa por sacar el aguinaldo, reducir la licencia por maternidad casi a la inexistencia, eliminar indemnizaciones y prácticamente legalizar el trabajo esclavo ¿Y el G-20 quiere hablar del futuro del trabajo?”, reflexiona Gentili en diálogo con ANCCOM.

Asimismo, entre las primeras filas podían verse distintos referentes políticos e intelectuales como Juan Carlos Monedero, Manuela D´ Avila , Guilherme Boulos, Adolfo Pérez Esquivel o Atilio Boron que abrazaron la oportunidad de participar de este debate abierto. “El ajuste lejos de ser el único camino, es el peor. Debemos generar políticas inclusivas que desarrollen los mercados internos y que nos protejan de la acción de los mercados globales y sus fugas de capitales”, advierte Carlos Heller, dirigente del Partido Solidario, al tiempo que agrega que la integración regional debe llevar implícito una identificación de ejes comunes que permitan volver a soñar con una Sudamérica unida con un proyecto que vaya en la misma dirección. En este sentido, Itai Hagman, referente de Nueva Mayoría, señaló que la pelea a dar es contra la ofensiva neoliberal que busca apelar a los sentimientos más bajos de los pueblos en su creación de subjetividades individualistas y racistas. “Hay que dar esta batalla porque si bien es una ofensiva de la derecha muy fuerte, esta discusión aún tiene final abierto”, sintetiza Hagman.

Se trata de una disputa a nivel regional contra el racismo y su recrudecimiento a partir del triunfo de gobiernos como el de Trump o Bolsonaro que llevan a la consolidación de la desigualdad y la injusticia entre los sectores más vulnerables de la población. “En un país como Brasil, con un 54% de población negra, ser negro en la coyuntura actual, es ser un cuerpo extraño. Superar el racismo es descolonizar nuestras mentes, adoptar una postura que va contra toda forma de dominación de personas, grupos y subjetividades”, explica Nilma Lino Gomes, primer mujer negra de Brasil en presidir una universidad pública federal y nombrada en 2015 por la expresidenta Dilma Rousseff para ocupar el nuevo Ministerio de las Mujeres, de la Igualdad Racial y de los Derechos Humanos.

Las actividades, paneles y ponencias del foro se llevarán a cabo durante toda la semana en más de 25 sedes distribuidas por la Ciudad de Buenos Aires. Son de entrada libre y gratuita y sólo se requiere de una inscripción online previa.

Otra cacería frente al Congreso

Otra cacería frente al Congreso

Tres jóvenes mujeres tapadas con una manta para protegerse de la lluvia en la marcha por el Presupuesto 2019. En el fondo personas de distintas edades y género con pilotos y paraguas.

A las dos de la tarde del miércoles, la manifestación convocada por sindicatos, partidos políticos y movimientos populares en contra del Presupuesto 2019 que se debatía en el recinto de Diputados era masiva. La plaza frente a un Congreso vallado y las cuadras aledañas – hasta la Avenida 9 de julio – estaban colmadas de manifestantes. Todos unidos bajo un el mismo grito: No al ajuste y al FMI.

El reclamo había comenzó el martes, cuando diversas organizaciones coincidieron en cuestionar el Presupuesto que se debatiría al día siguiente en la Cámara Baja y advirtieron que las partidas y gastos proyectadas por el gobierno constituyen  “la receta del Fondo” con números que contemplan un pronunciado ajuste en áreas como educación, salud, obra pública, ciencia y técnica y seguridad social.

Cientos de personas con bandera y pancartas reunidas en la Plaza de los dos Congresos durante la marcha por el Presupuesto 2019.

Cientos de personas reunidas en la Plaza de los dos Congresos durante la marcha por el Presupuesto 2019.

En diálogo con ANCCOM, Sebastián Zapata, soldador del Astillero Río Santiago, explicó que decidió marchar porque el presupuesto “encierra todas las problemáticas del año que viene”. Y argumentó: “Estamos trabajando a muy baja productividad, casi paralizados, porque nos faltan insumos. En diciembre vence el plazo de entrega del buque Eva Perón y el Estado va a tener que pagar una multa de veinte mil dólares por día. Falta terminar el 2 por ciento del buque, pero no nos traen los insumos”, comentó.

Cecilia Dinius, docente universitaria,  comentó que el presupuesto profundiza la dura crisis que atraviesan las Universidades de todo el país.  “Lo que esto trae es mayor ajuste y sobre todo en educación. Ya deja de ser ajuste y es ahogo”, le dijo a esta agencia.

Pasadas las dos de la tarde un pequeño grupo de manifestantes con la cara tapada y sin ninguna identificación partidaria o sindical que estaban ubicados en la esquina de las Avenidas Callao y Rivadavia comenzó a tirarle objetos a la Policía sobre el vallado. Botellas, cartones y palos. Apenas unos minutos después que se arrojó el primer objeto, los efectivos de seguridad efectuaron un disparo al aire.

El disparo inició todo: los encapuchados lo leyeron como una provocación e intensificaron su accionar. La Policía respondió con disparos, chorros de agua y gases lacrimógenos. Apenas sonaron los disparos en esa esquina, en Entre Ríos e Yrigoyen otro grupo pequeño de encapuchados reaccionó y copió la escena que se vivía enfrente. Sin embargo, el enfrentamiento fue más fuerte en la esquina donde había comenzado todo. Los encapuchados encendieron contenedores de basura, rompieron el espacio público para valerse de cascotes y usaron armas caseras contra los efectivos de la Policía de la Ciudad. La masiva movilización quedó a distancia de esa escena.

Policías reprimiendo a los manifestantes con balas de goma, gas lacrimógeno y camiones hidrantes.

Policías reprimiendo a los manifestantes con balas de goma, gas lacrimógeno y camiones hidrantes.

Apenas se oyeron los disparos las columnas de militantes se replegaron velozmente y en forma pacífica. Sin embargo, el repliegue no bastó: la Policía profundizó su accionar represivo y llevó adelante un imponente operativo con oficiales motorizados. Distintas fuentes gremiales y políticas lo definieron como una “cacería”. El saldo fue de 26 detenidos – la mayoría reducidos en las inmediaciones de la 9 de Julio. Entre ellos: cuatro periodistas de la revista La Garganta Poderosa;cinco trabajadores del Astillero Río Santiago; representantes de la CTA. También hubo heridos.

Según la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), fueron trasladados al Hospital Ramos Mejía y al Argerich.

Esta mañana, el abogado de la CORREPI Ismael Jalil informó que los 26 detenidos fueron liberados en su totalidad durante el transcurso de la madrugada y denunció que muchos de ellos habían sido arrestados a más de un kilómetro de distancia de la zona del Congreso y que entre ellos había por lo menos cuatro ciudadanos extranjeros.  

Manifestantes protegiéndose de la lluvia bajo paraguas en la plaza de los dos Congresos.

Manifestantes protestando pacíficamente en la Plaza de los dos Congresos.

En el recinto se vivió una película en paralelo. Cerca de las 15:00, la sesión pasó a un cuarto intermedio a raíz de la represión en las calles. Diputados de frentes opositores exigieron que se levantara  la sesión que finalmente se reanudó después de que los jefes de bloque se reunieran con el secretario de Seguridad de la Ciudad, Marcelo D´Alessandro.

Los detenidos fueron trasladados a la Alcaldía 9 (ex Comisaría 43) en la calle Chivilcoy 453 del barrio de Floresta. Poco tiempo después de las detenciones, militantes de organizaciones populares, organismos de derechos humanos y partidos políticos se hicieron presentes en el lugar para exigir su liberación. Fueron recibidos con un cordón policial que impidió que los abogados de las agrupaciones pudiesen entrar al edificio. Alrededor de las 20:00 la Policía roció con gas pimienta a varios militantes que forcejearon con los uniformados. El altercado no pasó a mayores gracias a la insistencia de los líderes de las organizaciones en que la permanencia fuera pacífica.

En un primer momento, el fiscal a cargo de la causa, Federico Tropea, informó que no serían liberados durante la madrugada del día jueves puesto que no se les tomaría declaración hasta la mañana siguiente. Sin embargo, tras negociaciones se dio a conocer que todos los detenidos serían liberados en el transcurso de las próximas horas. Efectivamente, así sucedió: a la 1 de la madrugada todos fueron liberados, con la exigencia de hacerse presentes en la fiscalía a las 9 de la mañana del día de hoy.

Manifestante disfrazado con un sábana naranja pintada con la leyenda "FMI" y una cara triste.

Manifestante disfrazado protestando contra el Fondo Monetario Internacional.