Por Mariángeles Brescacín
Fotografía: TELAM

Los oficialismos provinciales retuvieron las gobernaciones. Insfrán arrasó y Llaryora ganó raspando. ¿Es posible el acercamiento del PJ cordobés al nacional?

Las provincias de Córdoba y Formosa fueron a las urnas y en la primera, el candidato del oficialismo provincial, Martín Llaryora, se quedó con la gobernación, al superar a Luis Juez, de Juntos por el Cambio. En la provincia del norte, en tanto, Gildo Insfran arrasó y alcanzó su octavo mandato.

Siguiendo a Omar Barberis, Doctor en Ciencia Política y profesor titular de Partidos Políticos y Sistemas Electorales en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), se podría decir que “la definición de la elección se fue generando básicamente a favor de Llaryora por el comportamiento de la ciudad de Córdoba, que concentra el 48% del electorado. Esto habría que buscarlo en los antecedentes políticos, porque tanto Juez (lo fue hace tres periodos) como Llaryora (actualmente) fueron intendentes en esa ciudad. La imagen que dejó Juez como intendente en su momento fue muy mala, y la imagen que deja actualmente Llaryora como intendente es muy buena. Hay como una especie de premio a su gestión, y hay una merma en otras ciudades donde históricamente al peronismo le iba bien, como por ejemplo en Río Cuarto.”

También hay que destacar el alto nivel de votos en blanco que fue del 5%. Como menciona Liliana Córdoba, profesora investigadora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), “el voto en blanco fue la tercera fuerza de estas elecciones, y sumado a un 30% de ausentismo, habla de un 35% de cordobeses y cordobesas que sintieron, pensaron, definieron que en estas elecciones no había interés o necesidad de ir a votar, o que realmente no había opciones diferentes para elegir. Es un dato interesante a tener en cuenta de cara a las elecciones nacionales.”

Córdoba agrega: “Habrá que comparar con la situación del resto de provincias, pero esto debe llamar a una reflexión importante por parte de partidos políticos, dirigentes, instituciones democráticas (incluyendo hasta universidades), ya que tenemos como desafío el volver a darle sentido a la participación política de los ciudadanos, al voto como un derecho que costó tanto conseguir y sostener en nuestra democracia.”

Los inicios en Llaryora en política se remontan a su militancia durante su paso por la universidad, donde fue presidente de la Juventud Peronista, y se desempeñó en el cargo de Coordinador de Empleo y Formación Profesional del Gobierno de la Provincia de Córdoba. Ocupó también los cargos de: concejal de la Ciudad de San Francisco (2003-2007); intendente de esa ciudad (2007-2013); ministro de Industria, Comercio, Minería y Desarrollo Científico Tecnológico a nivel provincial (2013-2014); vicegobernador junto a Juan Schiaretti (2015-2017); diputado nacional por Córdoba (2017-2019); Intendente de la Ciudad de Córdoba (2019 hasta la actualidad).

“El discurso de Llaryora sobre una renovación generacional, un fin de ciclo, sobre ‘empezar desde cero’, y la propia trayectoria política del candidato, nos habilitan a pensar, o al menos a no desechar algo que por lo menos con la gestión de Schiaretti estaba completamente descartado, que es una revinculación (hay que ver en qué términos y si efectivamente sucede) entre el peronismo cordobés y el peronismo nacional, o alguna fracción de él. Ese vínculo que estaba completamente roto e imposible de restaurar entre Schiaretti y la dirigencia peronista a nivel nacional, con Llaryora se abre un signo de interrogación.”, plantea el doctor en Ciencia Política, docente de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), e i nvestigador en la Consultora Plebs, Fernando Chávez Solca

Formosa

Por su parte, en Formosa, con casi la totalidad de las mesas escrutadas, el Frente para la Victroria se volvió a imponer por amplia mayoría (71,2% de los votos), y Gildo Insfrán fue reelecto para su octavo mandato como gobernador. En segundo lugar quedó Fernando Carbajal, candidato del Frente Amplio Formoseño, con un 20,4%.

En dicha provincia no hubo PASO, ya que se rige la Ley de Lemas, por la cual las internas partidarias se definieron en simultaneo con la elección general para cargos provinciales. Cada espacio político se presentó a las elecciones con un lema diferente, integrado a su vez por sublemas que compitieron internamente.