Las víctimas, los victimarios y los indiferentes

Las víctimas, los victimarios y los indiferentes

Diana Wang, sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, reeditó su libro Los niños escondidos. Del Holocausto a Buenos Aires, donde reúne los testimonios del exilio de infantes que iniciaron una nueva vida en esta ciudad. En charla con ANCCOM, la autora relata cómo desde su propia experiencia entendió que quienes pueden cambiar la historia son los testigos indiferentes”.

Empecé a escribir cuando estalló la bomba en la AMIA. Mi mamá me llamó y me dijo: ´Nos quieren matar otra vez´. Yo sentí que ella disparó con todo: el ´nos´ me involucraba y el ´otra vez´ remitía a la Shoá, al Holocausto”.

Habían pasado cuarenta y siete años desde que la familia Wang se embarcó hacia el único lugar donde consiguieron tramitar la visa. Llegar a la Argentina desde Polonia un par de años después de terminada la guerra implicó mentir: tuvieron que decir que eran católicos, porque por ese entonces los judíos tenían muy restringida la entrada, pocos habían ingresado diciendo que lo eran.

Diana, que en ese momento tenía dos años, llegó sólo con su mamá y su papá, su hermano Zenus había sido entregado a una familia católica para que pudiera sobrevivir y desde entonces nunca más lo vieron.

Dueña de un apellido que remite al nombre de una pequeña población ubicada en el sur de Alemania, Diana creció en el país, se recibió de terapeuta especializada en vínculos de parejas y hasta ese 18 de julio del 1994, cuando su mamá la llamó, había decidido no pensar en ciertas cosas.  

Cuando corté y entendí lo que estaba pasando, sentí la necesidad de hablar: que la Shoá no fueron solamente los campos de concentración, que hubo distintas formas de sobrevivir, que nos tuvimos que esconder, cambiar de identidad. Tuve que recordar que quienes estuvieron en los campos casi ni lo lograron”.

En ese momento Diana supo que ese principio de hermetismo estaba quedando atrás: Se necesitan muchas décadas para volver a hablar… y, en ese momento entendí que no pasa porque ´no hay palabras´, por ´el trauma que generó´. Hay palabras. Es otro tema. De sufrimiento podemos hablar. Tenía que entender qué nos había estado frenando”.

Y de a poco lo fue logrando: durante esos años conoció a otros hijos de sobrevivientes, viajó a Polonia, se integró a la Fundación Memoria del Holocausto, asesoró en el proyecto de toma de testimonios de la organización internacional creada por el cineasta Steven Spielberg para recopilar testimonios de sobrevivientes de la Shoá de todo el mundo y ahí conoció a un grupo de personas con una historia similar a la suya que se reunían con periodicidad y se acopló a ellos. Así empezó todo.

Es que ese momento se fracturó la confianza en el sistema social, vos estás parada sobre un piso, una especie de pacto social tácito, y pensás que las fuerzas del poder te van a proteger. Cuando esa gente es la que te quiere matar, se te fractura ese piso, hay un desgarramiento de tal magnitud, que cuando salís de esa situación, lo que necesitas es recomponer tu vida, volver a armar ese piso fracturado. Entonces recién cuando la confianza empieza a restablecerse podes volver a hablar. Es una cosa de otro nivel”.

Diana empezó a escribir y organizó este libro en treinta relatos, todos parte de ese grupo que se llamaba Los niños de la Shoá y los reunió de una manera muy particular, porque todos había venido acá escapando, llegaron con su familia a la Argentina, pero cada uno tenía su propia historia. Sentí que tenían la potencia de que cualquiera que lo lea pueda identificarse con esas situaciones, sólo tenía que encontrar el cómo. Cuando empecé a organizarlos me fue más fácil desgranarlos. Lo que sucedió en el Holocausto tenía una enorme fertilidad docente porque hay mucho que se puede enseñar y no veía en ese entonces que se hacía adecuadamente, sólo se enseñaban situaciones de horror, que había mucho morbo. En todos los testimonios encontraba tres puntos de vista: el de la víctima, el del victimario y también quien veía todo y no hacía nada“.

Diana descubrió que desde el punto de vista de las víctimas es fascinante esto que hoy llaman resiliencia, pero que va más allá de eso: yo encuentro en las vidas posteriores de las víctimas vidas normales, como las de cualquiera. La Shoá fue un hecho horrible en sus vidas, pero no parece ser un trauma indeleble como nos gusta pensar. No necesariamente fue así. Yo te diría que sí empezó a hacerlo cuando pudieron hablar de eso. Empezó a ser un eje importante en sus vidas, que antes se habían encargado de que no lo sea”.

Desde el punto de vista de los perpetradores explica que le resulta interesante ver su comportamiento como el de personas normales, comunes y corrientes que de pronto se hacen cómplices de un plan asesino y que lo ejecutan. El qué pasa con ellos, porque de ahí podes aprender, porque es lo que sigue pasando en todos los hechos genocidas posteriores a la Segunda Guerra, ahí no terminó”.

Yo siempre digo que aquel ´Nunca más´ es otra vez y otra vez y otra vez. Me parece fértil enseñar cómo una determinada propaganda, ideología autoritaria y una determinada forma de procesarlo, hace que la gente haga cosas que no sabía que era capaz de hacer. El procesar tiene que ver con la manera que se incorpora la propaganda y el lavado de cerebro y eso me parece fundamental para la docencia porque los mismos principios diseñados e instalados por el Ministerio de Propaganda nazi, son los que se usan hoy para vender un lavarropas. La propaganda y la publicidad tienen los mismos principios. Yo cuando voy a la escuela secundaria y les pregunto a los varones si el desodorante ´Axe´ les resulta más atractivo que los otros y entienden inmediatamente lo que les estoy diciendo”.

Y como último eslabón, desde el punto de vista de la sociedad en general, los que pueden cambiar las situaciones son los testigos indiferentes. Igual que en bullying: está quién ataca y quién es atacado y la ronda de quienes se ríen es con la ronda con la que hay que trabajar. Esto es lo más importante”.

El libro, que tuvo su edición original hace quince años, se reeditó ahora con un nuevo capítulo, un testimonio más y la foto de su hermano Zenus en la portada, la única imagen suya que conservan.

 

El talle único no es el único talle

El talle único no es el único talle

María Belén Saint Pierre, Sebastián Chinelli y Samanta Alonso, modelos plus size.

En un mundo cambiante algo sigue estático: los eternos ideales de belleza en las pasarelas. La moda sigue siendo un espacio restrictivo y no inclusivo donde prima la gordofobia. Sin embargo, algunos luchan por cambiar la realidad. Es el caso de tres mujeres que llegaron para romper con los estereotipos y apostar por la reivindicación de los cuerpos. Samanta Alonso, Soledad Agüero y María Belén Saint Pierre se conocieron en un desfile y decidieron crear la agencia de modelos Plus Dolls, la segunda agencia plus size de Argentina y la primera en tener modelos varones. Un espacio para la diversidad corporal.

“Parecía ridículo pensar que una gorda podía modelar y terminó sucediendo”, cuenta Alonso. Para la directora de la agencia la moda es restrictiva, no inclusiva y elitista. Es una institución con valores nefastos, en donde los únicos cuerpos estéticos para modelar son los flacos. “Los gordos no somos bellos como para vestir ciertas prendas y venderlas. Si no tenés cierto cuerpo, no podes comprar en un shopping, tenés que ir a una casa de talles especiales  y vestirte como una señora, porque te lo mereces por gorda”.

En argentina dentro de la moda todo lo que no es small o medium, ya es plus size, y un talle Large no sería una persona gorda, pero sí para la moda. Las agencias “más inclusivas” eligen modelos curvys que son talles intermedios, un número 42-44. “La marca siempre tiende a lo más flaco y a lo que este sistema pretende de nuestros cuerpos”, remarca Alonso. En Plus Dolls los talles van del talle 42 al 60 y también incorporaron modelos alternativos como son los cabellos de colores y tatuajes.

Aceptación, inclusión y diversidad

Sebastián Chinelli nunca pensó en ser modelo, pero cuando lo contactaron desde la agencia aceptó sin dudarlo. Se profesionalizó y por sobre todo aprendió  a aceptarse. “Lo que viene detrás del modelaje plus es poder amarse uno tal cual es, romper estereotipos y barreras, empezar a cambiar la mentalidad de la gente, de que todos los cuerpos son visibles y tienen que ser aceptados sin importar la forma”. De niño sufrió la discriminación por ser gordo, el centro de las burlas, pero de adulto comenzó a quitarle importancia a lo que los demás pensaran, pudo reconocerse en el espejo y verse hermoso. “Siempre está el comentario ‘che, qué gordo que estás’,  y a la persona que está en proceso de aceptarse lo tira para atrás, hace que lo sufra en silencio. Uno es perfecto como es, con sus imperfecciones”.

María Belén Saint Pierre de la agencia de modelos Pluss Dolls.

Ana Paula García es miembro el staff. Cuenta que al ir a comprar ropa las empleadas de los locales son crueles y la miran con mala cara cuando pide un talle más o que  con el afán de venderle algo la someten a probarse prenda tras prenda, que ellas saben que no le van a entrar. “Si ya te sentías mal cuando no te entró un jean, si no te entra la camisa, la calza, la blusa, la pollera, y medio local, dejás de sentirte como un ser humano”, subraya. Resalta que la gordura solo es bien vista si es en los pechos, nalgas o muslos, pero no si tenés panza, la famosa silueta de reloj de arena. “La vida no es una competencia en la cual hay que probar qué tan merecedores somos de respeto, de inspirar amor o deseo, somos personas con cuerpos diversos y punto. Una sociedad culturalmente rica no puede lograrse sin las individualidades, si se suprime algo tan básico como los cuerpos estamos condenados al fracaso”.

Publicidad no inclusiva

Las publicidades quieren generar el deber ser en nosotros. Todas tienen bajada de línea de representaciones de lo que se espera de la sociedad en cierto tiempo y espacio. “Las publicidades te dicen que tenés que ser flaca, que siéndolo vas a alcanzar una cierta felicidad, no querés terminar siendo la gorda ridícula que no puede desear nada”,  resume Samantha.

La modelo siente que la mayoría de las mujeres no se ven representadas en las publicidades cuando les quieren vender un producto. “Hasta la chica que vende pasta dental es flaca, ¿no puede ser una gorda que tenga lindos dientes?”, se pregunta. “Pocas gordas son tapas de revista, y no hay gordas en 9 de Julio”. En televisión las gordas no son protagonistas de novelas salvo cuando es venganza, como en mi Gorda Bella, que cuando adelgaza tiene todo lo que quiere. Otro ejemplo fue la tira Graduados con el personaje que hacía Isabel Macedo, gorda en la adolescencia y después, cuando adelgaza, toma venganza.

Por una Ley Nacional

Desde la ONG Any Body Argentina se lucha para combatir la epidemia del odio corporal.  Su trabajo ha consistido en promover el cumplimiento de la Ley de Talles a nivel provincial, desde el 2010. En nuestro país existen  14 leyes provinciales, lo que hace que para una marca nacional, con locales en más de una provincia, sea imposible adaptar su tabla de talles y campañas. Lo cierto es que en su última encuesta anual la ONG reveló que el 69,5 % de las personas de entre 11 y 88 años no encuentran ropa, ni calzado de su talle.

Por eso, junto a la diputada nacional Victoria Donda presentaron en la Cámara de Diputados el proyecto de Ley de Talles Nacional, para que las personas puedan comprar ropa con facilidad y sin prejuicios sobre su cuerpo.  El proyecto pretende que en todos los locales de indumentaria haya un mínimo de ocho medidas disponibles. Esos talles serán resultado de un “estudio antropométrico” que el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) llevaría a cabo. Se trata de una medición de los cuerpos de los argentinos, que debería dictaminar cuántos centímetros tiene que tener el talle más chico y cuántos el más grande. 

Actualmente, la curva de talles está basada en las normas IRAM,  “se basan en cuerpos europeos, no es real para las personas que habitan el territorio argentino, por eso recomendamos el estudio antropológico”, resalta Samantha y hace hincapié en que se luche por una ley inclusiva y coherente, con una normalización de talles, donde una persona tenga una prenda a su medida en cualquier casa de ropa. “Hoy tengo un talle de pantalón en una marca y otro en otra. Es importante que todos manejen la misma tabla de talles y que yo sepa que talle soy”.

Samanta Alonso, modelos de talles plus size.

Paula advierte que las grandes marcas no apuestan por modelos plus y si acceden abrir su curva de talles, lo hacen con prendas especiales. Tampoco se animan a mostrar en sus campañas que los cuerpos no hegemónicos también pueden vestirse con estilo. “Creo que es esencial que se implemente adecuadamente la Ley de Talles, de esa  manera ya no van a hacer unas pocas marcas o diseñadores quienes ejerzan el monopolio de la belleza decidiendo qué cuerpo es válido y cuál no”.

Para Samantha las pasarelas se pueden revolucionar, pero tiene que haber ganas de hacerlo. El mandato 90-60-90 se volvió obsoleto, sin embargo quedan esquirlas de ese pensamiento arcaico. La moda sigue siendo funcional al sistema y en él los gordos son los que están mal

Sebastián Chinelli, de la agencia de modelos Pluss Dolls.

 

 

 

Los inquilinos no se rinden

Los inquilinos no se rinden

Alquileres elevados, depósitos abusivos, expensas impagables. Millones de inquilinos en Argentina sufren esa clase de obstáculos, en un contexto en donde acceder a la vivienda propia es casi imposible. Un nuevo proyecto de Ley Nacional de Alquileres ingresó al Congreso para intentar obtener una solución que naufragó el año pasado, pese a que había logrado media sanción en el Parlamento.

Analía tiene un negocio de arte familiar en el barrio de San Telmo sobre la calle Defensa. En 2003, cuando nacieron sus hijas, se mudó junto con su marido a un departamento más grande del que tenían. “Los primeros dos años firmamos un contrato y luego acordamos de palabra con la dueña directa. Nos cobraba un poco menos de lo que estaba en realidad el valor en la calle y con eso zafábamos bastante. Cuando la propietaria quiso actualizar el valor se nos hizo imposible para nuestra economía poder pagarlo. En el negocio las cosas no estaban bien y nos fuimos a un departamento de mis suegros. Al principio la idea era estar poco tiempo, pero nunca pudimos repuntar”, explica. El de Analía es un caso, entre muchos otros, de alquileres que se vuelven imposibles de sostener. A esto, se suman requisitos cada vez más estrictos, cláusulas abusivas y todo tipo arbitrariedades que perjudican el eslabón más débil de la cadena.

El 14 de febrero, con la firma de la senadora del bloque Frente para la Victoria, Silvina García Larraburu, reingresó en la Cámara Alta un proyecto de Ley Nacional de Alquileres. En 2016 había obtenido media sanción, pero la resistencia por parte del sector inmobiliario generó la dilatación del tratamiento definitivo de la norma. “Desde hace tres años, junto a mi equipo de trabajo y el Frente Nacional de Inquilinos, venimos insistiendo para que este proyecto sea ley. No vamos a bajar los brazos y este año lo presentaremos una vez más”, expresó la senadora en un comunicado en su sitio web.

A pesar que el 12 de octubre del año pasado el presidente Mauricio Macri había expresado su apoyo al proyecto, la iniciativa perdió estado parlamentario cuando el Gobierno, contradiciéndose, decidió no incluir el tema en las sesiones extraordinarias de diciembre. “La iniciativa busca modificar el Código Civil y Comercial de la Nación, con el objeto de mejorar las condiciones de los contratos de alquiler con destino habitacional y evitar abusos. Se pretende dar respuesta a la inflación que afecta de forma ascendente a todos los inquilinos que hay en la Argentina. La reforma propuesta transparenta el mercado y protege a los actores que participan de estos contratos”, destacó García Larraburu.

El proyecto de Ley, que cuenta con el respaldo de las organizaciones de inquilinos de todo el país, entre sus puntos más salientes destaca la extensión del plazo mínimo de un contrato de alquiler a tres años en lugar de los dos años actuales; asimismo, se introduce la obligatoriedad de acordar las condiciones de la renovación del contrato con tres meses de anticipación. En tanto, el depósito en garantía se reduce a un mes de alquiler por la totalidad del contrato y se establece que el locador deberá restituirlo actualizado al último mes del alquiler. Por otra parte, el inquilino no tendrá a su cargo el pago de los impuestos que gravan la propiedad ni las expensas comunes extraordinarias, sólo deberá abonar las que deriven de sus gastos habituales.

Existen en Argentina 7.480.000 inquilinos que destinan, en promedio, el 45 por ciento de su salario al pago de un alquiler, sin contar los gastos en expensas, impuestos y servicios. Estos datos fueron obtenidos por la Segunda Encuesta Nacional a Inquilinos realizada por la Federación de Inquilinos en agosto del 2018. Teniendo en cuenta la inflación y la consecuente caída del salario real, el proyecto de ley plantea que el precio de los alquileres aumente anualmente y no semestralmente como comúnmente ocurre. Este aumento estará fijado por el promedio entre el índice de precios al consumidor (IPC), elaborado por el INDEC y el índice Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) elaborado por ANSES.

Según la AFIP, ocho de cada diez contratos de alquiler son informales. A los inquilinos,  al pagar, les suelen entregar un recibo no válido como factura, lo que se traduce en una evasión impositiva. Por eso, en el proyecto de ley se contempla que el propietario del inmueble deberá inscribir el contrato de alquiler ante el Registro de la Propiedad Inmueble, a fin de blanquear un mercado con altas tasas de informalidad.

Como sucede en muchos casos, alquilar no es una elección sino la única alternativa para poder tener un techo. Gervasio Muñoz, presidente de la Federación de Inquilinos Nacional afirmó: “Una vez que las familias ingresan en la rueda del alquiler, con aumentos de precio que superan ampliamente los índices de inflación y de variación salarial, les resulta muy difícil salir. Esto demuestra la importancia de avanzar con el tratamiento de la Ley Nacional de Alquileres”. Mientras tanto, en un mercado de alquileres tendiente a favorecer a las inmobiliarias y a los propietarios, el proyecto de ley supone una inyección que pretende equilibrar la balanza hacia el lado más vulnerable: los inquilinos.

25 años de placas rojas

25 años de placas rojas

Si algún argentino escucha el nombre Stars and Stripes Forever, posiblemente no le sea significativo ni encuentre una referencia inmediata. Pero con solo entrar a YouTube, colocar el título en el buscador, y darle play, un sonido familiar le provocará la sensación de que algo está por suceder. Este elemento, entre otros, es uno de los destacados por Marcelo Figueroa en su libro Fue primicia: historia de Crónica TV (Ediciones Continente). A través de un viaje vertiginoso, el periodista y productor oriundo de Trenque Lauquen muestra las luces y sombras del canal que lleva un cuarto de siglo acompañando a una teleaudiencia ávida de noticias y entretenimiento.

Entrevistado por ANCCOM, Figueroa se define como un ‘apasionado’ de Crónica TV y particularmente de la historia de su creador, el omnipresente Héctor Ricardo García. Más allá de los preconceptos sobre la credibilidad y el rigor periodístico de la empresa, el escritor asegura que la señal televisiva se inscribió de forma indeleble en la cultura popular nacional. Su exhaustiva investigación, llevada a cabo a lo largo de 13 años, pone de relieve los recursos de un medio que, sin menospreciar el profesionalismo, hizo de la espontaneidad su marca registrada.

¿Cómo surgió la idea de hacer un libro acerca de Crónica TV?

La atracción por Crónica empezó primero como espectador, ya que, en el interior, el canal tiene una tracción muy fuerte. Siempre me llamó la atención cómo ‘gritaban’ las noticias. En el año 2006, instalado en Capital y trabajando en algunos medios, empecé a entrevistar a productores, camarógrafos y cronistas del canal. El libro durmió en mi computadora durante muchos años porque básicamente no encontraba una editorial. El año pasado empecé a retomar el diálogo con algunas y pude ofrecer algo más ganchero para el marketing: los 25 años de Crónica TV. Finalmente lo pudimos publicar con la editorial Continente. De todas formas, lo que me terminó de convencer para hacer el libro es la figura de Héctor Ricardo García, a quien yo no conocía más que de nombre. Me dio mucha curiosidad su personaje, leí sus libros autobiográficos y quise saber más de él.    

¿Tuviste dificultades para obtener los testimonios?

Y… varios se cuidaron de decir algunas cosas y muchos dudaban acerca de si el libro iba a cuestionar o poner en tela de juicio el trabajo de los periodistas del canal. Hay cierto prejuicio acerca de Crónica, quienes trabajan allí sienten que permanentemente tienen que dar explicaciones. Por otro lado, no pude hablar con García, tuve tres intentos de contactarlo y no prosperó ninguno. Hablé con colaboradores directos, autorizados por él, que lo interiorizaron acerca de la investigación.

¿Qué tan importante es la figura de Héctor Ricardo García en la historia de Crónica TV?

Él es Crónica. Básicamente todo lo que había hecho en el diario lo volcó a la televisión, que es su verdadera pasión. Cuando manejó Teleonce, lo bautizó como ‘el canal de las noticias’ y en Canal 2 utilizó algunos formatos de placa. Todo eso se pudo ver en Crónica. Fue un pionero, y como tal merecía un reconocimiento. Es sin dudas el máximo referente del periodismo popular en Argentina. No terminó la secundaria, ni está formado teóricamente. Siempre se movió por un instinto basado en la escuela de la calle.

¿Pensás que priorizó el periodismo por sobre lo empresarial?

Jamás se consideró un empresario, más allá de que a lo largo de su vida hizo buenos negocios. De hecho descuidó la parte empresarial, tuvo que vender el diario y después cuando cayó preso perdió parte del canal televisivo, hasta que finalmente hoy en día ya no tiene nada que ver con Crónica a nivel accionario.

De todas formas, su influencia sigue a tal punto que personalidades como Marcelo Tinelli, Daniel Hadad y Chiche Gelblung lo tratan de “maestro”…

Claro, siempre elogiaron su labor en diversos temas. Hadad lo elogia nivel manejo de medios, Tinelli a nivel espectáculos. Él hizo debutar a Gerardo Sofovich y lo dirigió como mediador en el debate entre Agustín Tosco y José Ignacio Rucci. Fuera de toda rosca política, García organizó el debate para ganar rating y tenerlo como primicia. Por otro lado, un poco en contradicción con lo que te decía recién, Jorge Fontevecchia siempre lo admiró como empresario editorial por la altísima venta que tuvo el diario Crónica.

¿La carta más fuerte del canal siempre fue la primicia?

Claramente, por su vasta red de contactos llegaban primero a todos lados. Incluso tenían recursos como poner las placas con los hechos de forma enigmática, sin especificar la dirección donde ocurría. Ellos se reservaban el “dónde” para poder estar antes y tener una ventaja. Me di cuenta que todos los que trabajaban ahí eran fanáticos de la primicia.

Dentro de esa primicia, parecería que siempre hubo una pugna entre la seriedad y el sensacionalismo…

En su momento se decía que si escurrías Crónica, ‘chorreaba sangre’. Hoy los policiales rinden, y los muertos se muestran permanentemente. Antes una nota con un cadáver acarreaba un editorial de La Nación cuestionando la ética periodística, actualmente ese límite está corrido. Crónica fue pionero en apelar al morbo para atraer a la audiencia, algo utilizado y reconocido hoy en día por todos los medios. Hay elementos característicos del canal como las placas rojas, con frases al estilo ‘lluvia de balas’ para hablar de un tiroteo, o ‘se teme lo peor’, para generar expectación en el medio de una toma de rehenes. Pero la realidad es que hoy casi todos los medios utilizan los mismos recursos.

En ese afán por exaltar el morbo, hubieron algunos excesos ¿Notaste algún tipo de arrepentimiento?

El más grave fue el suicidio de Mario ‘el malevo’ Ferreyra, que fue grabado y puesto adrede al aire. Algunos productores me reconocieron que estaban arrepentidos, aunque siempre me dejaron en claro que García era quien tomaba la decisión final y se hacía cargo. Después hubo una famosa placa negra que solo mostraba la hora y la temperatura, en el medio de rumores muy fuertes sobre el fallecimiento de Maradona. Rubén Molina, mano derecha de García, me preguntó si yo había puesto en el libro que ellos “mataron al Diego”. Al leerlo se percató de que, si bien en la introducción doy a entender eso, en el capítulo desarrollo los hechos tal y como fueron. Incluso se mostró orgulloso de cómo habían manejado esa información. Si hubiera sucedido, ellos iban a decir que tuvieron la primicia a la hora que figuraba en la placa negra. Pero, a la vez, siempre negaron la confirmación. El tema es que Crónica siempre fue un canal 24 horas, seguramente han pasado cosas que nadie sabe ni se pudieron grabar.

García evidentemente oscilaba entre su pensamiento conservador y su transgresión mediática ¿Cuánto incidían estos aspectos a la hora de transmitir la información?

Hay una gran contradicción porque él era bastante homofóbico. En una entrevista llegó a declarar “a mí me gustan las mujeres, no soy tarado”. Sin embargo creo que es una cuestión generacional de la que nunca pudo escapar. Crónica TV fue el primer medio en cubrir todas las marchas del Orgullo LGBTIQ. Lo hacían desde un lado bizarro, pero estaban ahí. Incluso acompañaron a travestis a las mesas de votación cuando no eran mixtas. Ellos buscaban el escándalo, pero también visibilizaban.

El lema “firme junto al pueblo” ¿Es demagogia o tiene anclaje en la realidad?

Fue absolutamente literal en las empresas de García. Vos llamabas a Crónica y te atendían directamente los productores, no un telefonista ni un operador. Cuando llamabas, iban, sea a donde sea. A mí me ha pasado de trabajar en un noticiero y que casi me den de baja una nota a minutos de hacerse porque no querían ir a un barrio del conurbano. En Crónica jamás pasó eso, incluso le daban lugar a cuestiones que otros medios ignoraban como, por ejemplo, la gente sin luz. Además, al canal le servía cualquier noticia para alimentar una ‘caldera’ encendida las 24 horas.

Desde la ida de su creador, ¿la frase quedó vacía?

Sí, creo que se corrieron de ese manual de estilo tácito creado por García. Hay mucha previsibilidad y la agenda ya no la marca el suceso periodístico del momento. Dejaron de estar cerca de lo popular: ya no transmiten el sorteo de la Quiniela, ni las carreras de turf, tampoco ponen recitales de su ‘archivo de oro’. Tiene pocas coberturas en vivo, e incluso tienen muchas notas telefónicas, algo que García detestaba. En un nuevo mapa mediático caracterizado por el avance de la tecnología, el nuevo Crónica todavía está buscando su rumbo.

 

Infraestructura escolar: derechos vulnerados

Infraestructura escolar: derechos vulnerados

ANCCOM recorrió escuelas de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires y obtuvo imágenes que muestran la delicada situación edilicia y de infraestructura de las escuelas. Un trabajo fotográfico que visibiliza el contexto crítico en el que se encuentra la educación pública, un derecho fundamental que debe ser defendido.
En 2018 se registraron 134 colegios en la Ciudad y 800 escuelas en la provincia de Buenos
Aires que presentan problemas edilicios con un presupuesto nacional educativo aprobado para este año que, en términos reales, es un 17 por ciento menor que el de 2016 y una reducción real del 71,7 por ciento para infraestructura y equipamiento escolar, un 25 por ciento para becas escolares y 23 por ciento para salarios docentes.