Las imágenes no se matan

Las imágenes no se matan

A 41 años de la última dictadura cívico militar que dejó treinta mil personas desaparecidas, la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) realizó un acto el viernes 28 para homenajear a los 80 trabajadores de la imagen desaparecidos y evitar que queden sepultados en el olvido en un contexto político negacionista que propone solo discutir cifras.

El acto, al que asistieron familiares de los trabajadores desaparecidos, colegas, miembros de organismos derechos humanos y reporteros gráficos del Grupo 81 comenzó con un discurso del diputado porteño Gabriel Fucks: “Cuando un grupo de compañeros del ARGRA se acercó con la idea del homenaje no dudamos un segundo en poner a disposición los resorte legislativos para la larga batalla por la memoria de éste segmento en particular, los reporteros gráficos de la República Argentina”, reconoció y agregó: “Parece que cuando se quiere poner un número y discutirlo no queda otra respuesta que la segmentación y la búsqueda en cada uno de los espacios acerca de qué fue lo que pasó y quiénes eran. Es parte de la batalla cultural con la que nos enfrentamos cuando quieren negar lo que pasó. Recientemente apareció el nieto número 122 cuyo padre no figuraba en la lista de desaparecidos. Este tipo de homenajes y encuentros es una forma más de plantarnos y luchar”.

A continuación Alfredo Herms, socio de ARGRA y miembro del Grupo 8,1 contó cómo, en medio de la censura y la autocensura de la prensa, llevaron a cabo una muestra fotográfica –a principios de los 80- para visibilizar lo que estaba pasando en los años de la dictadura. Es este mismo grupo el que tuvo la iniciativa de homenajear a los 80 trabajadores de la imagen desaparecidos: “Fotógrafos, camarógrafos, reporteros gráficos, documentalistas, directores de cine y todo aquel que trabajase en relación a la imagen para dar testimonio, porque no hay muertos de primera ni de segunda”. Herms también agradeció al diputado Fucks por transformar la idea del homenaje en un proyecto que fue votado por unanimidad en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que continuará con la realización de un libro y una muestra itinerante. Para concluir convocó a integrar el trabajo “El Ojo como testigo”, en el que se intenta visibilizar 80 vidas en busca de la memoria, la verdad y la justicia, con la intención de recuperar historias, trabajos y sueños para que no queden en el olvido: “Pedimos disculpas por no haber hecho antes este reconocimiento, pero ahora que estamos en este camino nadie nos podrá apartar, porque estos 80 compañeros son parte de los 30 mil compañeros desaparecidos, presentes ahora y siempre”.

acto de ARGRA

la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) realizó un acto el viernes 28 para homenajear a los 80 trabajadores de la imagen desaparecidos .

Antes de finalizar el homenaje, Ezequiel Torres, presidente de ARGRA y organizador del evento, dijo: “Gracias a los compañeros gráficos del 81 por engrosar la lista de los 30 mil, para que no queden dudas. La memoria sirve para aprender, y si algo aprendimos en estos años es que el camino que tenemos que recorrer es colectivo. Los miles de desaparecidos y los 80 trabajadores de la imagen nos enseñaron que nosotros tenemos sentido con el otro, porque nos reconocemos en los ojos y en las fotografías de los compañeros. Este es un acto fundacional, porque el homenaje no termina aquí sino que abre nuevas puertas y espacios”. Como cierre, Torres y Fucks descubrieron una placa otorgada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires para rendir homenaje a los trabajadores de la imagen desaparecidos en la última dictadura cívico militar.

Gabriel Fucks, junto Ezequiel Torres, presidente de ARGRA.

“Grupo 81”

Ezequiel Torres explicó a ANCCOM que el homenaje partió de una investigación sobre los detenidos desaparecidos y asesinados por el terrorismo de estado y la Triple A que inició en 2016 el Grupo 81. “Llegaron a construir la lista de los 80 trabajadores de la imagen desaparecidos cruzando datos con la Secretaría de Derechos Humanos de Nación, el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y organismos de derechos humanos. Todo este trabajo lo hicieron a pulmón”.


En los años ochenta, la Secretaría de Información Pública había prohibido la circulación de imágenes vinculadas a las Madres de Plaza de Mayo y a cuestiones sindicales en los medios, en ese contexto el Grupo 81 desafió a la censura. Alfredo Herms  relató cómo el grupo de reporteros gráficos surgió luego de dos acontecimientos que los marcaron para siempre. El primero ocurrió el 14 de septiembre de 1980, cuando murieron Alberto Rodríguez, Víctor Hernández y Nemesio Luján Sánchez, reporteros gráficos del diario Crónica, al caer un avión de la empresa mientras se dirigían a cubrir un partido en el interior. Aún hoy se desconocen las causas del accidente. El segundo, ocurrió esa misma semana cuando se produjo el atentado al Teatro Abierto con un artefacto explosivo en las instalaciones del Picadero. A raíz de esos sucesos, decidieron plegarse a la lucha contra la dictadura y organizaron la muestra de fotografías en homenaje a los colegas y que serviría además para visibilizar todo lo que no estaban mostrando en los medios a causa de la censura y de la autocensura. “Es así que surge la primera muestra del periodismo gráfico con 77 colegas participando, donde por primera vez se muestran los pañuelos blancos de nuestras queridas Madres”, recordó Herms. En el mismo sentido, Aldo Amura también integrante del grupo, dijo: “Nosotros dimos vida a las Madres de Plaza de Mayo, las hicimos visibles”.

Hoy nuevamente se encuentran frente al desafío de mantener viva la memoria: “Nosotros rescatamos del olvido a todos los compañeros que fueron detenidos, asesinados, desaparecidos y de los cuales ninguna institución se hizo cargo. Vinculamos en esta construcción a todos, ingresamos incluso a los compañeros que estaban fuera del tiempo histórico, como Ignacio Ezcurra, que fue un fotoperiodista desaparecido por la CIA durante la guerra de Vietnam porque el Estado norteamericano no quería que el conflicto bélico se instalara en los medios de comunicación. O como Julio Fumarola, reportero gráfico y hermano de uno de los fundadores de esta Asociación,  secuestrado por la Triple A y asesinado con más de cien balazos en los bosques de Ezeiza, antes del comienzo de la dictadura. Y Leonardo Henrichsen que fue presidente de ésta Asociación y filmó su propia muerte mientras estaba trabajando, antes del derrocamiento de Salvador Allende en Chile”, contó Amura.

«Los miles de desaparecidos y los 80 trabajadores de la imagen nos enseñaron que nosotros tenemos sentido con el otro, porque nos reconocemos en los ojos y en las fotografías de los compañeros».

Reflexiones de colegas y familiares

“La reivindicación de los juicios, los movimientos de memoria verdad y justicia, nuestra memoria de la represión tienen que ver con lo que nuestros compañeros pudieron registrar. Como cuerpo social, la memoria que tenemos de la dictadura es esa a partir de las imágenes que tomaron los reporteros gráficos. La fotografía cumple un rol central para la construcción de nuestra identidad como Nación”, opinó Torres sobre la importancia de los trabajadores de la imagen. En concordancia, Amura expresó: “Un fotógrafo es un historiador porque es parte de la construcción histórica del país”. En la ESMA  hay una fototeca en la que se guarda todo el registro fotográfico y se reconstruyó la historia del periodismo. “Había muchos diarios que tiraban todo, hasta los negativos. Hemos podido rescatar y consolidar un guardián de la memoria”, dijo Amura.

Luna y Suyay Henrichsen, nietas de Leonardo Henrichsen, camarógrafo y periodista argentino expresaron su agradecimiento por el homenaje. «Esta bueno recordar lo que pasó, por lo que está pasando ahora y para que no se vuelva a repetir. Hoy en día, también, se sigue reprimiendo gente”, dijo Luna. Suyay, por su parte, opinó: “Frente a la situación que está pasando en el país que hagan un homenaje a los desaparecidos en el último Golpe es impresionante. Con respecto a nuestro abuelo seguimos pidiendo justicia, es algo que no se ha terminado. El acto fue importante, haber venido y participado ayuda a mantener viva la memoria y continuar con la lucha de mi abuelo, de todos los fotógrafos y camarógrafos”.

Cristina Inés Bettanin, sobrina de la reportera gráfica Cristina Bettanin y del fotógrafo venezolano Jaime Colmenares, manifestó su alegría por los distintos homenajes que le han hecho a su tía: “Habla de su compromiso militante pero, también, de su pasión por la vida, sus inquietudes, sus deseos, creatividad y compromiso. Me parece muy lindo que sus propios compañeros de trabajo, con quienes compartió muchas anécdotas como así también momentos importantes para el país”. Cristina contó que su tía se tomó una pastilla de cianuro cuando fue rodeada por el Ejército mientras visitaba a su familia en Rosario. “No solo marcó mi vida la historia de mi tía, sino que fue una tragedia familiar muy intensa. En el mismo operativo asesinaron mí papá, detuvieron a mí abuela junto con mi mamá, que estaba embarazada de mí. Las trasladaron a la jefatura de policía del Segundo Cuerpo del Ejército de Rosario. Ahí estuvieron cautivas quince días y nací. Mi abuela le pidió a mi mamá que me pusiera el nombre de mi tía”. Después, afortunadamente salieron de prisión y se exiliaron en distintos países. “Guillermo Bettanin, mi tío, y su pareja, Leticia Jones, también están desaparecidos”, relató Cristina con la voz quebrada. Con respecto al homenaje, Cristina dijo que estos actos siempre son un momento de reflexión y nueva elaboración: “Fue muy lindo cómo al finalizar se fueron acercando compañeros de mi tía a contarme anécdotas que implican en algún sentido el haber sobrevivido”.

Luna y Sushay Henriksen, nietas de Leonardo Henrichsen, camarógrafo y periodista argentino .

Luna y Sushay Henriksen, nietas de Leonardo Henrichsen, camarógrafo y periodista argentino .

 

"El homenaje partió de una investigación sobre los detenidos desaparecidos y asesinados por el terrorismo de estado y la Triple A que inició en 2016 el Grupo 81", dijo el presidente de ARGRA, Ezequiel Torres.

«El homenaje partió de una investigación sobre los detenidos desaparecidos y asesinados por el terrorismo de estado y la Triple A que inició en 2016 el Grupo 81», dijo el presidente de ARGRA, Ezequiel Torres.

 

Actualizada 03/05/2017

Un año con palabras propias

Un año con palabras propias

En la redacción de la calle México hay mucho más que periodistas: también hay administradores, vendedores, diseñadores, abogados, e incluso “psicólogos”. Periodistas que aprendieron a multiplicar sus tareas y el oficio, a ser sus propios dueños, a defender la palabra y el espacio. “Hubo un año de hacer base, ahora es momento de consolidación y de crecimiento”, reflexiona Javier Borelli, director de la cooperativa Por Más Tiempo, en diálogo con ANCCOM. El 26 de junio se cumplió un año desde que los trabajadores del diario Tiempo Argentino conformaran la cooperativa Por Más Tiempo, después de haber pasado más de tres meses en conflicto con Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, responsables del Grupo 23, al que pertenecía el matutino.

En los días de cierre, la redacción se pone más ruidosa y transitada. “Si hay que cerrar una página o pasar una fuente, nos hablamos desde una punta a la otra: hay algo lindo en estar todos en un mismo piso”, dice Borelli sobre la nueva sede del diario devenido en semanario, ubicada a unas pocas cuadras de Plaza de Mayo. Tiempo Argentino funciona allí desde diciembre pasado. Luego de un año de resistencia, donde la redacción se volvió casa y los compañeros de trabajo familia, hoy pueden cumplir horarios, entrar y salir del diario sin miedo a perder los elementos de trabajo. Javier recorre el lugar con la mirada: “Estar acá es una demostración de que el proyecto funciona”. Tras una mala experiencia con el dueño de otro edificio que decidió cancelar el alquiler cuando ya estaba la seña firmada, apareció una oportunidad y finalmente pudieron mudarse: “El dueño de este espacio es lector del diario y entendió que necesitábamos un lugar seguro para trabajar”. Muchos otros no lo entendieron y rechazaron las ofertas por miedo a un nuevo ataque que arruinara las instalaciones del lugar.

Es jueves por la tarde y en la sala de reuniones se discute la agenda del domingo. Arriba, la compañera que se hizo cargo de las tareas de “recursos humanos” revisa unas carpetas apiladas contra la pared. Con tres ventanas, una hacia el piso de abajo, otra hacia el pasillo y la tercera en dirección a la sala de al lado, su oficina era antes un estudio de radio. En el cuarto contiguo hay una mesita y dos monitores: lo que alguna vez fue sala de operación técnica, hoy se prepara para albergar al sector audiovisual de la cooperativa. Uno de los objetivos para este año es lograr una cobertura de las noticias diarias a través de la página web. La idea es que de lunes a sábados, los socios y suscriptores del diario puedan leer al final de la jornada los temas más importantes del día con la mirada de Tiempo Argentino. Para el resto de los visitantes de la web, el contenido estará disponible a primera hora de la mañana. “Apuntamos a ser un diario digital con una edición de domingo, que un diario de domingo con una página web”, explica Borelli.  Desde agosto del año pasado, Tiempo tiene producción diaria en la web, pero volver al papel todos los días no es una de las metas: “Si bien somos todos bichos de diario papel, hoy no es un producto que pueda darnos el crecimiento que necesitamos”.

En la redacción de la calle México hay mucho más que periodistas: también hay administradores, vendedores, diseñadores, abogados, e incluso “psicólogos”.

En la redacción de la calle México hay mucho más que periodistas: también hay administradores, vendedores, diseñadores, abogados, e incluso “psicólogos”. Pugliese, su protector.

Julia Izumi es secretaría de Redacción y también integra el Consejo de Administración formado por siete titulares y cinco suplentes. “No es fácil tomar conciencia de lo que hay detrás de un producto”, dice en referencia al proceso de formación de la cooperativa. Julia llegó a Tiempo durante el surgimiento del proyecto, en marzo del 2010. Siempre estuvo en la sección de Política, pero desde hace un año,  además del trabajo periodístico, lleva a cabo tareas administrativas. Para los trabajadores del diario, la forma de mantener la organización es a través del respeto de la experiencia que tiene cada uno, que es también lo que define quién asume cada rol. Lejos de la improvisación, los trabajadores de Por Más Tiempo saben que una decisión mal tomada puede atentar contra el salario de todos los compañeros. “No es ni queremos que sea una aventura hippie”, bromea Izumi, luego de repasar los objetivos para otro año de trabajo.

Además de la actualización diaria de la web, otra de las metas es mejorar los ingresos recibiendo más publicidad privada, que hasta ahora fue reticente con la cooperativa. Ante la oferta del espacio, muchas empresas respondieron que les resulta difícil pautar en un diario que es independiente en su línea editorial. Sin una presencia fuerte del sector privado, el 70% del diario está financiado por los socios y suscriptores. Así, Tiempo cumple un año con un balance económico positivo en relación a abril del año pasado. “Son ellos, los lectores, los que sostienen el diario”, dice Borelli. Y completa: “Antes escribía una nota y me iba a mi casa sin saber a quién le llegaba o quién la leía, pero hoy tenemos un feedback, un ida y vuelta que nos da fuerzas para seguir”.

Nicolás Recoaro se dedica a hacer crónicas urbanas, aunque también trabaja en la formación de un equipo que hará una campaña para conseguir más anunciantes. Después de cruzar unas palabras con Edgardo, del equipo de fotografía, sale a fumar un cigarrillo. “A mí lo que más me gusta es que ahora uno puede sentarse a charlar y aprender de lo que el otro sabe. Nos compartimos las propuestas, las ideas, y así van saliendo las notas”, dice Nicolás entre pitada y pitada. También asegura que para él fue un año complejo pero muy divertido, con el foco puesto en mantenerse unidos. “El que quiere jugar la suya queda aislado y se termina yendo, no encuentra lugar porque esto realmente es una construcción colectiva”, subraya.

Edgardo Gómez, subeditor de Foto, también hace hincapié en la relación entre los compañeros del diario como uno de los puntos más fuertes de la cooperativa. “Es una construcción permanente donde todo el tiempo es todo nuevo. Es muy diferente ser jefe en una cooperativa que ser jefe cuando hay patrón. No sé cómo explicarlo, cambia todo”, razona.
La puerta se abre y entra una chica, se queda parada junto al mostrador de la recepción. Cuando se acercan a atenderla, pregunta por el libro que ganó la semana pasada. Los lectores están, tienen nombre y apellido, incluso se pueden ver sus fotos en la última página del diario, donde se anuncian los ganadores de los sorteos. “Son gente que uno se podría encontrar en la marcha del 24 de marzo”. Javier describe a los lectores como aquellos que quisieran elegir si se pudiera. En Tiempo se da algo que no pasa en ningún otro diario: la mayor parte de los socios y suscriptores son menores de treinta años, y para muchos de ellos es la primera vez que compran un diario en papel.

El miércoles pasado, en el salón de FOETRA, los trabajadores hicieron un brindis para festejar el aniversario. Incluyó una mesa de debate de la que participaron Claudia Acuña, Ingrid Beck, Carlos Ulanosky y Martín Becerra. Los lectores estuvieron allí, festejaron junto a los periodistas. Como afirmó Claudia Acuña, miembro fundadora de Revista Mu, la relación con los lectores es parte de la experiencia inédita de Tiempo Argentino. Con la emoción todavía fresca de aquella noche, Javier recupera las palabras de Claudia y las reafirma: “Nosotros crecemos todos juntos, con Radio Sur, con Barricada TV, con todos los medios autogestionados”. Y concluye: “El día a día es de mucho sacrificio y en momentos así, entre abrazos, te das cuenta de que siempre se puede un poco más”.

Actualizada 03/05/2017

De los mártires de Chicago a los docentes argentinos

De los mártires de Chicago a los docentes argentinos

“He expuesto los que creía justos reclamos de la clase obrera, he defendido su derecho a la libertad y a disponer del trabajo y los frutos de su trabajo”, declaraba Albert Parsons minutos después de ser sentenciado a muerte. Junto a él, George Engel denunciaba: “Aquí he visto a seres humanos buscando algo con qué alimentarse en los montones de basura en las calles. Desprecio el poder de un gobierno injusto, sus policías y sus espías”. Samuel Fielden afirmaba: “La Constitución, cuando dice ‘el derecho a la libre emisión del pensamiento no puede ser negado’, da a cada ciudadano, reconoce a cada individuo, el derecho a expresar sus pensamientos. Yo he invocado los principios del socialismo y de la economía social y sólo por esta razón me hallo aquí y soy condenado”. Michael Schwab agregaba: “Un movimiento social no es una conspiración, y nosotros todo lo hemos hecho a la luz del día”. Parsons, Engel, Fielden, Schwab y otros dos condenados más a la horca son recordados hoy como “los mártires de Chicago”, y sus alegatos, que datan de 1886, cumplen este 1° de Mayo 131 años.

La injusticia de aquel día daría origen, en todo el mundo, al Día del Trabajador, cuyo significado ha ido cambiando con el tiempo. Al principio, los anarquistas se inclinaban hacia la conmemoración y los socialistas hacia la celebración. Según el historiador y experto en sindicalismo argentino, Santiago Senén González, el que movió la balanza en nuestro país fue Perón. “Durante su primer y segundo gobierno se hizo un festejo hasta con un himno y desfiles”, cuenta, y pone el acento en la dignidad reparada: “El trabajador, al ver cumplidos muchos de sus reclamos, vio en el 1º de Mayo un día más bien festivo”. Luego de este período, sostiene Senén González, “se volvió, hasta hoy, a la conmemoración como lucha”.

Manifestación en contra de los despidos en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

Manifestación en contra de los despidos en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

En 1890, cuatro años después de la condena a los mártires de Chicago, en Buenos Aires se distribuyó un manifiesto que decía: “¡Trabajadores! Compañeras, compañeros: ¡Salud! ¡Viva el 1º de Mayo: día de fiesta obrera universal!”. Se trató de la primera conmemoración de la fecha en la Argentina, que incluyó un acto en el Prado Español, ubicado por entonces en la actual avenida Quintana, pleno Recoleta, entre Ayacucho y Junín. Allí se reunieron anarquistas y socialistas para debatir acerca del programa a seguir y su proceder práctico e inmediato. Al día siguiente, el diario La Nación ninguneaba la manifestación: “El hecho no puede tener gran importancia porque aquí ni hay cuestión obrera, ni subsisten las causas principales que le han dado importancia en Europa y los Estados Unidos”. Y la crónica del mitin terminaba consignando: “Habló primero un señor alemán. Enseguida hizo uso de la palabra un francés, luego tres italianos y un español. Había, en la reunión, muy pocos argentinos, de lo cual nos alegramos mucho”.

El manifiesto distribuido en nuestro país fue el de la Segunda Internacional, que se reunió en París en 1889, y en el que se leía: “No se mueven nuestros hermanos para obtener pingües aumentos de salarios, casi siempre inútiles porque se elevan después los artículos de primera necesidad, sino en demanda de que las ocho horas de producción no sean más que ocho”. Senén González explica que, en el primer punto de su documento, el congreso obrero pide “crear leyes protectoras y efectivas sobre el trabajo para todos los países con producción moderna. Para lograr eso, considera la organización de la clase obrera por todos los medios que sean posibles y también la manera de verificar las pretensiones para su emancipación”.

Hoy, a días de la represión contra los trabajadores de la educación frente al Congreso de la Nación y a menos de un mes del contundente paro general contra el Gobierno de Mauricio Macri, parece que para algunos no ha cambiado nada desde aquella infame condena a los mártires de Chicago. El 6 de abril último, por ejemplo, el diario de los Mitre publicaba una nota con esta bajada: “En una recorrida por el microcentro, se ven locales abiertos, taxis circulando y estacionamientos casi completos; testimonios de quienes decidieron no parar”. Al día siguiente, en la edición impresa, un artículo de opinión se titulaba: “Un paro flaco y tristón empujado por zurditos”.

Marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo (agosto 2016), en la que miles de personas marcharon para reclamar por la situación laboral.

Con el conflicto docente, el ministro de Trabajo bonaerense Marcelo Villegas se apresuró a declarar que, ratificada la vigencia de la conciliación obligatoria, “las medidas de fuerza devienen entonces ilegales”. Ante la falta de respuestas, los maestros intentaron instalar la Escuela Itinerante frente al Congreso y allí  fueron reprimidos por las fuerzas policiales. “Nos llevaron esposados como si fuéramos unos terribles delincuentes”, relató Miguel Acuña, docente de la Escuela 19 del Bajo Flores. “Si no les gusta que nosotros nos manifestemos públicamente, que vayan y discutan con sus diputados en el Congreso y que se animen a modificar el artículo 14 bis que habla del derecho a la protesta y de nuestro derecho como trabajadores”, desafiaba Acuña en diálogo con ANCCOM.

“Los trabajadores saben que su rol es el del reclamo”, opina Senén González, “es parte integrante de la esencia del sindicalismo”. “Y deben seguir por la vía del reclamo en el Congreso -agrega-. Así el sistema se va erosionando y cambiando, por eso se obtienen las ocho horas, los convenios colectivos, y tantos otros beneficios”. Senén González es escéptico y realista: “El Palacio de Invierno ya cayó, la Bastilla no existe más, y la mejor arma es la que hizo famosa (Augusto Timoteo) Vandor: pegar y negocia.“El contexto sociohistórico del país lleva a reclamar y seguir reclamando. Esas son las reglas de juego, y por eso la lucha continúa y debe continuar”, concluye.

Cooperativa SUBPAGA (Subproductos Ganaderos Argentinos) de Berazategui.

 

Actualizada 26/04/2017

Un poderoso sentimiento de justicia: apareció otro nieto

Un poderoso sentimiento de justicia: apareció otro nieto

Estela de Carlotto, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, leyó el comunicado de la restitución del hijo de los desaparecidos Iris Nélida García y Enrique Bustamante, acompañada por la representante de Abuelas de Córdoba, Sonia Torres, la directora del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), Mariana Herrera, y familiares del nieto encontrado.

Iris, a quien su familia y amigos le decían “Susuki”, nació el 15 de mayo de 1952 en Mendoza y fue estudiante de Sociología en la Universidad Católica Argentina. Enrique, “Bebe” para los suyos, nació el 5 de junio de 1951. Compartieron la militancia en la organización Montoneros, donde los apodaban “Tita” y el “Lobito”.

“Conocí al Lobito en 1972 cuando la Juventud Peronista estaba en su momento de mayor efervescencia. Militábamos en una unidad básica que se llamaba Patria Grande. Teníamos una relación muy cercana. Hasta diciembre del 76, cuando tuvimos que dispersarnos, él vivió todo el tiempo con nosotros”, relató, durante la conferencia de prensa, Cristina Muro, amiga de la pareja. Con lágrimas contenidas, recordó el día que él le contó que Tita estaba embarazada: “Vino, me tocó mi panza, que yo estaba de siete meses, y me dijo: ´¡Voy a ser papá!´. Era un chico rígido, estructurado, y verlo ese día así, tan emocionado, es algo que me queda”.

Cristina, que forma parte de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y cuyo marido fue secuestrado por la dictadura, aportó los datos del Lobito a la Secretaría de Derechos Humanos cuando aún no estaba denunciado como desaparecido. Con la confianza que da la amistad, mirando a las cámaras que llenaron la sede de Abuelas, se dirigió al hijo del Lobito y Tita que no participó de la conferencia: “Me gustaría decirle a este ´niño hombre´ que hay muchas cosas muy lindas para recordar y contarle de los últimos cinco años de vida de su padre”.

Estela de Carlotto, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, leyó el comunicado de la restitución del nieto 122.

Estela de Carlotto, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, leyó el comunicado de la restitución del nieto 122, junto a Mariana Herrera, del Banco Nacional de Datos genéticos.

Club Atlético

Iris y Enrique fueron detenidos el 31 de enero de 1977 por personal de la Policía Federal en la pensión en la que vivían en Tacuarí al 400, en el barrio porteño de Constitución. Por distintos sobrevivientes, se supo que fueron llevados al centro clandestino “Club Atlético”, en San Telmo, aunque Enrique también estuvo en algún período en la ESMA y luego, nuevamente, en el Atlético.

Ana María Careaga, ex detenida-desaparecida e hija de Esther Ballestrino, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo (asesinada por la dictadura), compartió su cautiverio en Club Atlético con el Lobo. Por entonces militante de la Juventud Guevarista, Ana María tenía 16 años cuando la secuestraron, embarazada, y la llevaron a ese centro clandestino. “Nosotros teníamos siempre los ojos vendados y grillos en los pies, él no, porque se encargaba de repartir la comida, limpiaba y sacaba la gente al baño. Les decíamos los ´destabicados´ porque no tenían grillos ni vendas. A veces, cuando no había nadie cerca, él hablaba. Y fue ahí que lo conocí”.

“A mí me secuestraron el 13 de junio de 1977 -recordó Ana María-, y él me dijo que desde enero de ese año estaba ahí junto a su mujer que se encontraba embarazada. También ahí me contó que ella ya no estaba en el Club Atlético. Le habían dicho que la llevaban a la ESMA ´a tener familia´ porque donde estábamos no existían las condiciones sanitarias para dar a luz”. A Iris, “la Lobita” para sus compañeros de cautiverio, la conoció únicamente por los relatos de Enrique.

“Cuando salí del campo, no sabíamos los nombres de nadie. Para mí, él era el Lobo. Recién cuando se fundó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), en 1983, íbamos a declarar y así nos fuimos relacionando. Y fuimos reconstruyendo las personas vistas, los testimonios del mismo lugar, los represores, fragmentos de memoria, y después nos terminamos enterando que él era Enrique Bustamante. Una vez pudimos saber dónde había vivido el padre y fuimos, pero no encontramos a nadie”.

Según Ana María, los hijos e hijas de desaparecidos a quienes les mintieron su árbol genealógico “ahora deben reinsertarse en su propia historia de la que fueron arrancados. Es importante que sepan que fueron deseados por sus padres, que hubo un matrimonio que se amó y pensaron en tenerlos. Acá hubo una generación de jóvenes que estaba comprometida con la liberación, con la emancipación, y esto hay que saber transmitirlo”.

La conferencia de prensa por la restitución del nieto 122 fue en la sede de Abuelas de Capital Federal. En la misma, se le dio al mismo, la bienvenida a la verdad.

“Voy a volver”

En la rueda de prensa realizada ayer, la referente de la filial de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba, Sonia Torres, dio detalles de cómo encontraron al hijo de Iris y Enrique: “Habíamos recibido datos de un hombre que podía ser hijo de desaparecidos. Entonces trabajamos sobre eso, decidimos acercarnos y nos recibió calurosamente. Le contamos cómo era nuestra tarea y la de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), y él accedió voluntariamente a hacerse los análisis de ADN. Después de un tiempo llegaron los resultados a Córdoba y dio positivo, es hijos de desaparecidos”.

La directora del BNDG, Mariana Herrera, afirmó que las tecnologías y métodos de investigación que tuvo y tiene el Banco dieron lugar a este resultado: “Esto abre una gran puerta de esperanza para las familias que siguen buscando a su nietos”, dijo. Herrera aprovechó para informar a los medios que este año, además de los 40 años de Abuelas, se cumplen 30 de la institución que ella dirige, y brindó por la identidad de los 122 nietos restituidos.

El nuevo nieto podrá conocer a su abuelo materno, Manuel García, de 92 años, quien luchó incansablemente para encontrarlo, y a otros familiares de su mamá que no estuvieron en la conferencia “por no estar preparados emocionalmente para afrontarla”, precisó la directora de la Conadi, Claudia Carlotto, “pero que están conmovidos con la noticia”.

Acto seguido, tomó la palabra una prima de Enrique, Blanca Bustamante, hija de Amado Bustamante, “tío del Lobo que aportó su muestra de sangre al banco de datos genéticos”. “Yo sé que mi padre está feliz, que estas gotas de lluvia en Buenos Aires son lágrimas de alegría, de las tantas viejas y viejos que se murieron esperando la llegada de sus seres queridos. La última vez (Enrique) vino a Burzaco, a la casa de su tío Amado, a dejarnos sus pertenencias, y le dijo: ´Tío, guárdamelas porque voy a volver´, y mi padre lo esperó toda la vida”. Y luego, le habló directamente al hijo de Enrique e Iris: “Vos que me estás viendo por televisión: podemos charlar, mostrarnos las fotos y que nuestras almas se comuniquen. Es mi ferviente deseo. Yo te quiero”.

A su lado, Ricardo Andrés Bustamante, primo hermano del Lobo, manifestó: “Es bueno poder cerrar una historia tan triste con un final feliz y saber que hay algo de ´Enriquito´ dando vueltas en Córdoba. Ojalá que algún momento se acerque a nosotros. Que él decida cuándo, que nuestros sentimientos están abiertos y así poder contarle la historia de su padre, de su abuelo. Estamos muy felices y ojalá que muchos más nietos se encuentren. Es un sentimiento realmente poderoso. Te das cuenta de la historia triste que vivimos, esas épocas oscuras que deseamos que nunca más se vuelvan a repetir”. Sonriendo, agregó: “Y esperamos conocer a nuestro sobrino”.

Tita estaría por cumplir 65 años y el Lobito, en dos meses, cumpliría 66. Hoy el hijo de ambos, nacido en julio de 1977 en la ESMA, puede decir y escribir el nombre de sus padres. Bienvenido a la verdad.

 

“Es bueno poder cerrar una historia tan triste con un final feliz y saber que hay algo de ´Enriquito´ dando vueltas en Córdoba. Ojalá que algún momento se acerque a nosotros», dijo Ricardo Andrés Bustamante, primo del nieto apropiado.

 

Actualizada 26/04/2017

En casa de herrero, cuchillo de palo

En casa de herrero, cuchillo de palo

Trabajadores de maestranza, tercerizados por parte del Ministerio de Trabajo, se encadenaron en la sede de Alem 650 de la cartera que conduce Jorge Triaca para reclamar ante la inestabilidad laboral  y el retraso del cobro salarial. En respuesta, la empresa que formalmente los contrata, Inmantec SRL, rescindió el convenio, adeudando dos meses de pago y, el lunes pasado, un grupo de policías esperó en la puerta del edificio a los afectados para impedirles el ingreso. Mientras tanto, el Ministerio contrató nuevo personal para que realice la limpieza del establecimiento y el titular de la cartera se llama a silencio.

Desde la década de 1990, el Ministerio de Trabajo terceriza a sus empleados de maestranza. A medida que avanzaban los años, lo realizó con distintas empresas. No obstante, los 130 trabajadores siempre fueron los mismos. De hace un lustro, lo hace bajo la empresa Inmantec SRL. ANCCOM dialogó con el delegado general de maestranza, Eduardo Díaz, que especificó que la empresa durante el gobierno anterior “no tuvo ningún tipo de atraso ni de problema con el pago de los sueldos. El conflicto empezó hace catorce meses y se agravó nueve meses atrás”. Además, agregó que “los sueldos nos los pagaban el día 20, una parte, y el día 25 la otra. Actualmente nos están adeudando el pago de marzo y abril”.
En cambio, el adjunto general de la junta interna de Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) del Ministerio de Trabajo, Sebastián Scarano, remarcó que el planteo de eliminar la tercerización también se lo hicieron al gobierno anterior. “La respuesta que nos daban era que había una imposibilidad normativa, que incluso les excedía. Paradójico siendo que este es el órgano que se tiene que encargar de reglamentar este tipo de contratos”.
Con respecto al gobierno de Cambiemos, Scarano advirtió que “con esta gestión sabemos que la línea política es avanzar sobre los convenios colectivos de trabajo. Cuando dicen ´modernizar´, en realidad, están diciendo ´flexibilización laboral´”.

El lunes por la mañana, mientras la policía intimidaba en la entrada, los trabajadores se enteraron que el Ministerio contrató de emergencia a una empresa hasta tanto se haga la licitación definitiva. Pero esta vez, no le garantizaron a los 130 trabajadores su continuidad laboral, como una suerte de castigo por haber reclamado por sus derechos.

Trabajadores de maestranza sentados y encadenados al Ministerio de Trabajo.

“Con esta gestión sabemos que la línea política es avanzar sobre los convenios colectivos de trabajo», comentan.

“La semana pasada hicimos una clausura simbólica del Ministerio porque a raíz del conflicto el edificio está inutilizable, los baños son un asco y hasta aparecieron ratas”, describe Scarano.  En consecuencia, el Ministerio de Trabajo, en horas de la madrugada, hizo ingresar a personas ajenas con tarjetas de visita para que hiciera el trabajo de limpieza. Es decir, contrató rompe-huelgas, pagándoles a través de una nueva empresa sin ningún tipo de licitación”, subrayó Scarano.

El reclamo de fondo que realizan los trabajadores es terminar con la tercerización, de manera de contar con mayores derechos laborales y más seguridad a la hora de cobrar los salarios. “Habría un importante ahorro económico –señala el delegado de ATE-, ya que estas empresas cobran casi 22.000 pesos por cada trabajador cuando ellos no llegan a cobrar ni 10.000 pesos.” Además, aclara: “Para nosotros son trabajadores estatales que remiten en lo más bajo de la precarización laboral ya que están fuera de convenio. La gran ganancia de estas empresas es explotar a los trabajadores”.

Por su parte, ATE entiende que “el Ministerio no quiere reconocer que es un empleador solidariamente responsable, y además es el órgano estatal que debería intervenir en este tipo de situaciones. Tiene una doble responsabilidad”.

Reclamo en la puerta del Ministerio de Trabajo por cobro de sueldos adeudados y eliminación de los puestos tercerizados.

Los trabajadores piden terminar con la tercerización, contar con más derechos laborales y seguridad a la hora de cobrar los salarios.

A lo largo de todo este conflicto, la Cartera que conduce Jorge Triaca se llamó a silencio. Por su parte, Díaz declaró que “nosotros entendemos que el Ministerio es la autoridad máxima y se está borrando. Nos están biclicleteando y hacen la vista gorda”.

Se prevé para el 28 de abril la apertura de sobres de licitación. Fecha clave del futuro de los trabajadores y de la nueva empresa de tercerización.

 

Actualizado 26/04/2017