“Nos sacan el derecho a ser personas”

“Nos sacan el derecho a ser personas”

Bajo el paraguas del colectivo Furia Trava, cientos de personas se movilizaron de Plaza de Mayo hacia el Congreso en el marco de la segunda Marcha Nacional “Basta de Travesticidios”. Frente a la Casa Rosada, los manifestantes volvieron a reclamar por la  aplicación de la Ley de Cupo Trans, y exigir un freno a la persecución que sufren las personas trans.

La marcha se nutrió del apoyo de diferentes organizaciones sociales y políticas. Autonomía y Libertad, el PO, La Izquierda Diario, Las Rojas, CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial), el Bachillerato Popular Trans, entre otros, se sumaron a la movilización.

En diálogo con ANCCOM, la activista y organizadora de la marcha, Florencia Guimares, explicó que la marcha buscó “visualizar las problemáticas que sufren día a día trans y travestis dentro del propio colectivo. Y sentenció: “Una parte, los trans VIP, en apoyo con el macrismo, levantan la bandera del orgullo simplemente porque está de moda, mientras a nosotras nos están matando. No podemos regalarle nuestra lucha para que ellos hagan marketing”.

Dentro del grupo Libertaria, Raquel Dizel, de 70 años, ocupó el centro de la escena. Lucía una remera negra que con letra blancas formaba la frase “la prostitución no es trabajo”, y el pañuelo del aborto en la cabeza. “La lucha trans debería ser responsabilidad de toda la sociedad”, le dijo a esta agencia.

Cuando las agujas marcaron las 19:00 comenzó el acto. Sobre un escenario improvisado, frente al Cabildo, Guimaraes invitó a reunirse alrededor de la radio abierta. Agradeció a las organizaciones y se solidarizó con las cooperativas que apenas unas horas antes habían sido reprimidas en la Avenida 9 de Julio. “Macri es ajuste y represión”, subrayó.  

La activista Lara Bertolini apuntó también al accionar de las fuerzas de seguridad sobre el colectivo. “Se nos acusa de narcos, la policía nos persigue, nos desnuda. El futuro de la sociedad tiene que ser la diversidad”, puntualizó.

«El futuro de la sociedad tiene que ser la diversidad”.

Antonella, otra de las referentes, amplió esa descripción y también apuntó al Ejecutivo nacional. “Este gobierno nos está reprimiendo, nos está quitando el derecho de ser personas. Las travestis tenemos derecho a vivir”, subrayó. Además, explicó que la mayoría de los travestis no superan los 35, 40 años de edad, y que, si bien desde hace dos años existe la Ley de Cupo Laboral Trans, la mayoría de travestis “caen en la prostitución por ser la única opción”. Y concluyó: “Hablar del colectivo trans, es hablar de prostitución. Hacemos responsable al Estado de esta situación, porque en la Ciudad de Buenos Aires no se aplica esta ley”.

Antes de culminar el acto y comenzar a marchar, la representante del Fondo Internacional Trans (TIF) y activista de OTRANS, Claudia Vázquez Haro, recordó la coincidencia de la marcha con el Día Internacional del Orgullo Gay. “Hoy es un día para militar, para hacer política y para recordar lo que hace el gobierno con nosotras”, afirmó. Y agregó: “Queremos trabajo digno, y no responder a las leyes del mercado. Entendemos que la prostitución no es un trabajo”.

Frente a la Casa Rosada, los manifestantes volvieron a reclamar por la aplicación de la Ley de Cupo Trans, y exigir un freno a la persecución que sufren las personas trans.

Con la bandera también marcharon Eva “Higui” de Jesús, la joven que estuvo presa por defenderse de una violación, y el hermano de Diana Sacayan, una de las principales activistas en materia de derechos humanos y la lucha por la inclusión del colectivo travesti que fue asesinada brutalmente en octubre de 2015.

La cabeza de la marcha no había logrado llegar a la calle Perú, cuando la Policía cortó camino. Bloqueó el paso por Avenida de Mayo de tal forma que los manifestantes sólo pudiesen utilizar medio carril. Fue apenas por una cuadra: los efectivos continuaron el resto del trayecto por la vereda. En la intersección con la 9 de Julio una mujer policía de civil comenzó a filmar toda la movilización.

“Señor, Señora no sea indiferente, matan a travestis en la cara de la gente”. Fue el grito con el que los manifestantes atravesaron la Avenida de Mayo. De fondo, el Obelisco se teñía de los colores de la bandera del orgullo gay. Al llegar al Congreso se leyó el documento oficial. “Vamos a recordar a todas las víctimas de este sistema capitalista, colonial y patriarcal. Basta de travesticidios. Basta de crímenes de odio sociales y políticos. El tiempo de revolución es ahora”. Se repasó los nombres de todas las jóvenes trans ya fallecidas. Cerca de las 22:00 comenzó la desconcentración entre lágrimas, abrazos y lluvia de colores.

Autonomía y Libertad, el PO, La Izquierda Diario, Las Rojas, CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial), el Bachillerato Popular Trans, entre otros, se sumaron a la movilización.

 

«El tiempo de revolución es ahora”.

 

Actualizada 29/06/2017

¿Qué es el “drag queen”?

¿Qué es el “drag queen”?

“El arte drag está devaluado: piensan que uno es un maricón al que le gusta  disfrazarse de mujer en un boliche”, dice Liborio Iuculano más conocido como Elektra Trash. El nombre mezcla el histrionismo del personaje con los desechos que utiliza para hacer su vestuario.

En Argentina, a lo superficial, la moda, el brillo, las plataformas y los tocados gigantes, herencias del estilo drag norteamericano, se les agregan la protesta, la ruptura, la política y, por lo visto, hasta la basura.

Dos drag queens.

En Argentina, a lo superficial, la moda, el brillo, las plataformas y los tocados gigantes, herencias del estilo drag norteamericano, se les agregan la protesta, la ruptura, la política y, por lo visto, hasta la basura. En la imagen, Shirley y Le Brux, performers de la Fiesta Whip.

Drag queen es un término complicado de definir aunque, en un primer acercamiento, se refiere a un hombre que se caracteriza como mujer y crea un personaje. Exigentes y perfeccionistas, utilizan vestuario, pelucas, accesorios y maquillaje; se producen con delicadeza y pulcritud, actitudes que, aunque parezca paradójico, hacen a sus personajes de rasgos femeninos bestiales y grotescos.

Tanto en Argentina como en Estados Unidos, la estética drag surge de la mano del entretenimiento. “Lo propio del drag queen siempre fue lo espectacular, el brillo, la peluca; tienen todo el teatro encima -sostiene Charlee Espinosa, performer de travestismo escénico-. Se quedan mucho en la imagen y no trascienden. Son muy pocas las que tienen algo fuerte para decir”.

Sin embargo, a partir de la década del ’90, las fronteras entre lo estético y lo político fueron desdibujándose. A partir de ahí, algunos performers, como Peter Pank, retomaron la estética drag pero para resignificarla: su cuerpo se transformó en el lienzo donde se monta el contenido y la militancia. Los artistas se “draguean” para decir algo más, para desnaturalizar ese cuerpo que ahora es un discurso
político. Al respecto, Sussy Shock, artista “trans-sudaca”, como se autodefine, sostiene que el arte es en sí político porque está hecho por personas, que a su vez son seres políticos con identificaciones, decisiones, espacios y posiciones propias.

 El maquillaje drag resalta todos los rasgos del rostro y los vuelve femeninos. La foto muestra drag queen maquillándose.


El maquillaje drag resalta todos los rasgos del rostro y los vuelve femeninos.

Si bien en muchas oportunidades se los vincula con el colectivo LGBTIQ, el estilo drag no está directamente ligado a una elección sexual, sino a la intención de brindar un discurso crítico, satírico y algunas veces de denuncia. Incluso existen drag kings, que son  mujeres que se travisten como hombres. “No hay una verdad de ser mujer ni varón, son construcciones políticas, históricas y culturales. Una
mujer asignada como mujer puede incluso jugar con los modos de ser mujer drag queen, lo que implica interpelar lo hegemónico de la feminidad”, dice Mabel Campagnoli, especialista en temas de género.

Lady nada. Un drag queen de peluca rosa larga

“Lo propio del drag queen siempre fue lo espectacular, el brillo, la peluca; tienen todo el teatro encima -sostiene Charlee Espinosa, performer de travestismo escénico-. Se quedan mucho en la imagen y no trascienden. Son muy pocas las que tienen algo fuerte para decir”.

En Argentina no existe un programa del estilo RuPaul’s Drag Race, pero en Tucumán se hace todos los años la elección nacional de la reina drag queen. “Yo soy como la big mamma, todas me adoran y yo las guío y trato de hacerles más fácil el camino para que puedan trabajar y vivir de esto que es un arte”, dice Elektra Trash, conductora del evento y antigua ganadora del certamen. Este año se quedó con la corona Katara Fyre, de Córdoba. Podría pensarse que este concurso plasma la frivolidad que en parte caracteriza al mundo drag, aunque desde otro punto de vista funciona como una herramienta para expresar decisiones y posiciones sobre el cuerpo o la diversidad. En el ambiente drag parece existir todo: están desde las que solo se visten para las fotos, hasta las que quieren decir algo y se plantan ante las etiquetas y los géneros para romperlos y decir: “Acá estoy, soy una reina”.