“Tenemos que elegir entre el plato de comida o pagar la luz”

“Tenemos que elegir entre el plato de comida o pagar la luz”

Alumbrada por una llama, la bandera de cabecera sintetizó el reclamo con una leyenda breve: “Basta de tarifazos”. Detrás, se multiplicaron con velas en todas las versiones. En botellas de plástico, casi por la mitad, más derretidas y más completas, sostenidas por antorchas caseras, o por vasitos de telgopor que resistían al viento que trataba de apagarlas. Entre las velas también había luces, blancas y de colores Y fueron miles los representantes de las sectoriales del país, de empresas recuperadas, de Pymes, de clubes de barrio, de vecinos y jubilados los que se unieron ayer en el Congreso para marchar hacia el Obelisco para reclamar al gobierno de Cambiemos una urgente revisión de los aumentos en las tarifas de servicios. La movilización había sido convocada por las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA), y el Movimiento 21F que lidera el gremio de Camioneros y la Multisectorial contra el Tarifazo, junto a la Confederación de Trabajadores de la Economía (CTEP) y la Corriente Federal de Trabajadores (CFT). Contó, además, con la adhesión de numerosas organizaciones sociales, políticas y sindicales como bancarios, canillitas y actores.

Oíd mortales el grito sagrado, libertad, libertad, libertad”. Voces de adultos, mujeres, ancianos, y niños entonaron con diferentes matices el Himno Argentino. “Por los 30.000 desaparecidos y por el chico que manejando su colectivo hace días fue asesinado brutalmente porque en el país no hay seguridad, por todas las víctimas”, se escuchó desde los micrófonos. Y por un minuto todo lo que había sido ruido se enmudeció.

La columna principal estuvo encabezada por los líderes de varias de las organizaciones convocantes: Pablo Moyano (Camioneros); Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores); Pablo Micheli (CTA Autónoma); Daniel Catalano (ATE-Capital) y Omar Plaini (Canillitas). También marcharon el líder del partido MILES, Luis D Elia; el ex abogado de la CGT y actual diputado de Unidad Ciudadana, Héctor Recalde, y los referentes de los Metrodelegados, Roberto Pianelli; de los docentes bonaerenses de UDOCBA, Miguel Ángel Díaz, y del gremio de actores, Alejandra Darín. 

 

Las organizaciones consensuaron un documento que fue leído en el cierre en la Plaza de la República, frente al Obelisco. El reclamo se concentró en el pedido de “prohibir los aumentos por un año” para la electricidad, el gas y el agua. Además, los manifestantes exigieron dar marcha atrás con los incrementos decretados a lo largo de este año y retrotraer el cuadro tarifario al 31 de diciembre de 2017.. Por último, pidieron devolver el dinero a quienes los hayan pagado aplicando descuentos en las futuras facturas y anular los cortes de servicios aplicados por falta de pago en cualquiera de estos servicios.

En los discursos también hubo duras críticas al proyecto avalado ayer por el gobierno -con usina en el radicalismo- para moderar el impacto de los aumentos. “La posibilidad que plantean de rever esta política tarifaria termina siendo una verdadera tomadura de pelo. Proponen prorratear las boletas en cuotas con interés, sin modificar ni una coma de imponer a los sectores más humildes tarifas que después no se van a poder pagar”, advirtió Yasky.

Alejandra Darín, presidenta de la Asociación Argentina de Actores (AAA) y Lola Berthet, secretaria adjunta de la organización, leyeron el documento único de todas las organizaciones convocantes a la Marcha de las Velas contra el tarifazo. La redacción se había consensuado una semana antes en el Hotel Bauen.

En su primera semana de gobierno, Mauricio Macri decretó la emergencia del sector eléctrico nacional. Desde entonces hasta hoy no sólo el cuadro tarifario de dicho sector sino de todos los servicios públicos experimentaron un aumento creciente”, describieron. Los manifestantes hicieron escuchar su descontento. “Esta política comporta un intencional desconocimiento del papel del Estado como garante del derecho de los usuarios, y ello sólo puede explicarse en la determinación gubernamental de favorecer a las grandes empresas vinculadas a la oferta de servicios públicos”, subrayaron.

Y advirtieron: “Mientras en los hogares nos cuidamos, en las casas de todos y todas los que viven de su trabajo, y no del trabajo ajeno, tienen que elegir entre un plato de comida o pagar la luz. Las cooperativas, las empresas recuperadas, las pequeñas y medianas unidades productivas y de servicios que son las que emplean el mayor número de trabajadores de nuestro país ya no pueden hacer frente a la factura”.

Nos comprometemos a persistir en esta clase de medidas legítimas de protesta hasta tanto el gobierno nacional escuche la incesante demanda ciudadana que lo interpela. Para nosotros la más amplia unidad de las organizaciones del pueblo es esta, la que forjamos en las calles levantando bien alto nuestras banderas comunes y así seguiremos. Este es nuestro compromiso”, concluyeron.

Fortalecidos por el eco del ruidazo del miércoles y la nutrida adhesión a la Marcha de las Velas de anoche, los manifestantes comenzaron la desmovilización en el centro de la ciudad. Las banderas se doblaron y las columnas comenzaron a desarmarse.

Un grito en llamas

Un grito en llamas

Las tarifas de luz llegaron y las luces se apagaron. El fuego de los más vulnerables encendió las velas que este jueves iluminaron la protesta desde el Congreso hasta el Obelisco. “La Marcha de las Velas”, en rechazo al incremento de los servicios  públicos que dispuso el gobierno, unió historias que exigían ser escuchadas y pedían respuesta. Además, de los integrantes de las organizaciones que convocaron a la marcha hubo miles de jubilados que con su vela en alto y con algún cartel daban cuenta de su situación de fragilidad.

Quiñones es un jubilado que se llegó a la marcha desde Villa Tranquila, Dock Sud, con su vela en alto y preguntándose: “¿Qué hago con mi sueldo? Con la poca plata que nos dan no hacemos nada”. Con sus 73 años, agobiado por la situación en la que se encuentra por los tarifazos dijo a ANCCOM: “Frutas ya no puedo comprar porque tengo que gastar en otras cosas que son más necesarias para comer”. Las frutas son necesarias para la alimentación, se sabe, pero lo que Quiñones busca es algo que le llene la panza.

Marcha de las Velas en rechazo al aumento de las tarifas de los servicios públicos.

Los sueldos no nos alcanza a los jubilados, tenés que hacer changas”, dijo Cristina. Ella vive con su hija, que recientemente fue despedida sin causa de su trabajo, y con sus cuatro nietos de 17, 14, 10 y 2 años. Actualmente, el único ingreso que tienen es su jubilación y se les hace difícil vivir el día a día. “Voy a buscar la papa a donde sale 10 pesos porque si no te la cobran 20. Busco precios y no dejo de buscar”. Cristina es enfermera y se esfuerza por salir a hacer changas: “Todos los días los tarifazos vienen y la plata se va, porque si no pagas la luz te la cortan”, explicó.

Patricia era docente de Bellas Artes, hoy es jubilada y sostiene: “El tarifazo es imposible de pagar, sobre todo para la gente de menos recursos; o comés o pagás las tarifas”. El aumento puso en una situación vulnerable a los adultos mayores y el fuego de las velas los encuentra en las calles luchando. Así lo expresó Ana de Almagro: “Vine a luchar para que bajen las tarifas de luz, gas y agua porque es insoportable. Un jubilado no puede pagar todas esas cosas”. Además, aseguró que si sigue pagando precios tan altos no va a poder cubrir su comida mensual.

Los jubilados que marcharon mencionaban cómo se vio afectada su alimentación. Pero no era el único reclamo. “El PAMI les quita medicamentos a los jubilados y se los ha cortado poco a poco. Hay jubilados que le quitan determinados medicamentos por tener una jubilación un poco más alta o tener un vehículo a su nombre”, dijo a ANCCOM Oscar, jubilado de Colegiales. “El poder adquisitivo ha bajado mucho y le están pegando muy fuerte a los jubilados que ganan menos. Y pobrecitos aquellos que ganan la mínima o se han quedado sin trabajo”, sostuvo. Los viejos marchan por los viejos, porque como expresó Oscar: “En estos casos hay que ser solidarios con los que más han sido afectados”.

Con 73 años, Esteban miraba la marcha sentado desde un costado del escenario principal y con desilusión dijo a ANCCOM: “Es una dictadura disfrazada, porque está todo mal: la justicia, los medios; hay censura, represión, persecución. Además, si todo sigue así, con el endeudamiento vamos a terminar en un default”, sentenció.