“Las futbolistas somos trabajadoras precarizadas”

“Las futbolistas somos trabajadoras precarizadas”

Macarena Sánchez.

Nacida hace 27 años en Santa Fe, Macarena Sánchez llegó a la Ciudad de Buenos Aires a cumplir su sueño en “la gran ciudad”. Logró entrar en el UAI Urquiza donde en siete años cosechó cuatro campeonatos de AFA –el último incluido– y una medalla de bronce en la Copa Libertadores. El 5 de enero, en el receso del Torneo de Primera División 2018-2019, su director técnico le informó que quedaba afuera del plantel por una “decisión futbolística”. Lo inoportuno e irregular es que Macarena no podrá inscribirse en otro equipo hasta la apertura del libro de pases, lo cual la dejará sin jugar por los próximos seis meses.

Ante esto, Macarena inició un reclamo histórico al club y a la AFA para que se reconozca su relación laboral como jugadora profesional. Su caso revolucionó las redes sociales: cientos de asociaciones y jugadoras de todo el mundo le dieron su apoyo demostrando que la lucha por la igualdad de derechos entre varones y mujeres no reconoce fronteras. Macarena lo sabe y puso su voz y su cuerpo para ser escuchada. En diálogo con ANCCOM, habla sobre el camino recorrido y las principales problemáticas que afrontan a diario las mujeres que se abren paso en el fútbol en la Argentina: “Nos acostumbraron al rigor del silencio –afirma–, pero llega un momento en que tenés que poner en la balanza si pesa más lo personal o el presente de un montón de chicas y el futuro de generaciones por venir. Esto último pesó más para mí”.

¿Pensaste que tu caso iba a tener tanta repercusión?

Pensé que iba a ser grande pero no de esta magnitud. Me sorprendió para bien porque sirve no sólo para visibilizar mi caso sino la situación del fútbol femenino en general.

Recibiste mucho apoyo de chicas que viven situaciones similares en otros países…

Es un problema a nivel mundial, salvando las distancias, ya que hay países donde está más profesionalizado el deporte pero de todas maneras se dan situaciones de desigualdad. Desde la brecha salarial hasta temas de estructura, no hay ningún país donde se esté en paridad de condiciones con los hombres. Acá en Argentina estamos a años luz de ciertos países.

¿Cómo sobrellevás el alto nivel de exposición en estos días?

Es muy difícil, UAI Urquiza es el club donde jugué siete años. Pero no me arrepiento, lo volvería a hacer porque sé que es para el bien de todas. Viví un montón de cosas en el fútbol, amo jugar al fútbol, es mi pasión, pero si no llega la oportunidad en otro club voy a seguir dando mi lucha desde otro lugar para que otras generaciones no tengan que pasar por lo que estamos pasando nosotras.

¿Tuviste alguna respuesta del club o de AFA respecto a la intimación que presentaron tus abogadas el 18 de enero?

De AFA me contestaron formalmente por escrito el 31 de enero, negando la relación laboral y los distintos puntos expresados en nuestra intimación. Niegan por ejemplo estar incumpliendo con las normativas de la FIFA en materia de igualdad de género y las obligaciones de no discriminación hacia las mujeres. Del club no recibí respuesta alguna, nadie más volvió a contactarse conmigo.

¿Por qué el club tomó una decisión tan abrupta en medio del torneo?

No me lo esperaba, menos a mitad de campeonato, sin posibilidad de reorganizarme, no es correcto. Sobre los motivos, me transmitieron que era una decisión futbolística  y me tuve que quedar con eso, no me dijeron nada más. Pero pensar en el motivo, si fue o no por cuestiones deportivas, es correr el foco, a fin de cuentas la consecuencia es que me quedé sin club.

¿La decisión de denunciar esto fue tuya o personas de tu entorno te animaron a hacerlo?

Nació un poco de mí y hablándolo con mi hermana, que es una de mis abogadas. Con el correr de los días decidí llevarlo más allá para que no quede como un caso más, como sucede habitualmente en el fútbol femenino que vivimos estas injusticias y terminan en la nada porque no tenemos un apoyo legal, nada que nos ampare. Muchas de las chicas no cuentan con recursos. Al no ser tomadas como profesionales, Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) no nos toma dentro de su gremio. Ni ellos, ni los clubes, ni AFA nos escuchan, estamos solas cuando suceden estos casos.

¿En qué se diferencia la dinámica deportiva del fútbol femenino con una práctica amateur?

Una de las cuestiones es el contrato. Nosotras solo firmamos una ficha de inscripción por un año al inicio de cada torneo, el cual no tiene valor contractual. Sin embargo, no dejamos de ser trabajadoras por eso, estamos en todo caso precarizadas en una situación laboral no regularizada. Cumplimos con todo lo que nos exige el club: tenemos horarios como los hombres, no podemos faltar, vamos a entrenar como mínimo cuatro veces por semana tres horas más el día de partido, o hasta hacemos doble turno. La mayoría somos del interior, no podemos visitar a nuestras familias porque tenemos que jugar. Creo que las mujeres lo vivimos con muchísima más pasión, es enorme el esfuerzo que hacemos. Somos jugadoras, trabajadoras y lo vivimos como profesionales porque lo sentimos así.

¿La vara que mide a la mujer deportista es más alta?

Es esa doble exigencia de tener que demostrar que somos capaces de competir, de alcanzar objetivos. Es un esfuerzo constante para demostrarle a la sociedad que estamos capacitadas para ocupar un lugar que históricamente ha sido de los hombres. Lamentablemente se termina romantizando nuestra precarización. Un diario capaz te titula “Qué orgullo la jugadora que entrena, trabaja y estudia”, pero hay una realidad detrás de eso, nos están esclavizando, hacemos este esfuerzo porque no nos queda otra. Yo salgo a laburar y juego al fútbol porque no tengo otra opción, con solo jugar no puedo vivir.

¿Cómo fue tu experiencia al venir a entrenar a Buenos Aires?

Me costó mucho la adaptación en cuanto a lo deportivo y al cambio de vivir en una gran ciudad lejos de mi familia. De por sí el mercado de jugadoras se mueve y está muy centralizado dentro de Buenos Aires en un circuito muy cerrado. Hoy es muy complejo para las chicas de las provincias venir e insertarse por múltiples cuestiones ya sea por el  alojamiento, porque son menores, por el desarraigo o los temores de la familia. Yo vine para cumplir un sueño. Los agarré a mis viejos y les dije que quería jugar en un club y ganar una copa. Ellos me apoyaron desde el primer momento.

¿Te encontraste con otro nivel de exigencia?

En lo futbolístico el torneo acá es mucho más competitivo, el nivel de entrenamiento y exigencia es más alto, está más desarrollado que en el interior donde todo es más precario, los recursos son aún más escasos. La mayoría de las chicas de los clubes del interior dependen de la liga de cada provincia que cuenta con menos recursos, porque el único que depende de AFA es el torneo que jugamos acá en Buenos Aires. Yo empecé a jugar en UAI a los 20 años y me di cuenta que me había entrenado mal durante 10. Desde los seis que juego a la pelota pero hasta los quince no tenía dónde hacerlo, no había ningún club que me abriera las puertas entonces no me quedaba otra que jugar en una plaza. Recién a los 15 pude comenzar a jugar en uno de los pocos clubes que tenía equipo femenino en Santa Fe.

¿Cómo hace una jugadora de fútbol para llegar a fin de mes?

Vivimos de hacer otras cosas porque el sueldo de una jugadora de fútbol no es ni la mitad del básico en Argentina. Algunas tienen la posibilidad de que su familia las ayude económicamente, no trabajan pero por lo general estudian. Hay muchos casos inclusive donde las jugadoras tienen que pagar para jugar, ya sea abonando una cuota societaria, pagándose el transporte, la ambulancia, cosas que obligatoriamente las tiene que pagar el club porque está en el reglamento de AFA, una ambulancia, un policía, un médico, pero que muchas veces no se cumple. Entonces las chicas tienen que salir a laburar para pagarse sus gastos porque si no no se presentan en el partido, pierden los puntos y tienen consecuencias.

¿Qué otras problemáticas urgentes padece el fútbol femenino?

Una de las más grandes es la cobertura médica. La mayoría no tiene obra social, se lesionan en un entrenamiento o en un partido y se tienen que pagar su propia operación, el club no se hace cargo de nada, menos de los meses de rehabilitación. Muchas veces las jugadoras se recuperan mal y se vuelven a lesionar. Otra falencia es la falta de estructura de escuelitas y juveniles, no se tiene en cuenta a la mujer jugadora desde chica. Las niñas tienen que practicar el deporte de manera informal porque no tienen un lugar donde desarrollarse. Es un gran problema porque es una edad donde es importante adquirir conocimiento, de más grande cuesta mucho más. Es fácil decir que las jugadoras son malas, que no juegan al mismo nivel o no son rápidas o fuertes. No se puede pretender que una mujer tenga la misma fortaleza física que un hombre si empieza a entrenar bien a los 20 y ellos nacen, les regalan la pelota y a los cinco ya pueden ir a una escuelita.

Son problemas que requieren una solución de fondo…

Sí. Los clubes deberían tener un proyecto serio, a largo plazo. No hablo de la salida fácil, de hacer 20 contratos por equipo, nos desligamos y es profesional. Las chicas necesitan un lugar donde entrenar, los materiales necesarios, una obra social, ser conscientes que un jugador de alto rendimiento tiene que comer bien. Son cuestiones básicas que los hombres las tienen al alcance de la mano.

¿Te preocupa que los tiempos de la profesionalización no sean los de las necesidades presentes?

Entiendo que la profesionalización es a largo plazo pero mientras tanto hay chicas lesionadas a las que no les pagan las operaciones. Algo hay que hacer, son derechos básicos. Se escudan en que el fútbol femenino no vende, pero tenés que invertir para que venda, buscar sponsors, atraer gente, televisación. Es falta de voluntad, no quieren que la mujer ocupe los mismos espacios que el hombre, porque los recursos están pero se centraliza en el fútbol masculino.  

¿Qué opinás sobre el DNU que transformó la Secretaría de Deportes en una “agencia”?

Es más de lo mismo de lo que hace este Gobierno, privatiza, toma el deporte como una oportunidad de negocios en beneficio propio. No lo hacen por desconocimiento, lo hacen por conveniencia y porque les va a ser redituable económicamente. Tenemos un gobierno de empresarios que no se preocupan por el bien de la sociedad. No invierten o recortan políticas contra la violencia de género, ¿van a invertir en el deporte? ¿Qué va a pasar con el CENARD? Esa es la casa de los deportistas olímpicos argentinos que se rompen el alma para entrenar.

¿Qué representa para vos el feminismo?

Me cambió la vida y la mentalidad completamente. Siento que siempre fui feminista pero no le había podido poner nombre antes. Desde chica me molestaron las diferencias, injusticias y privilegios. El feminismo me empujó a  animarme a hacer lo que hice, creo que hace un par de años no lo hubiera hecho. Pasé muchas situaciones de destrato o maltrato y no fui capaz de plantarme porque sabía que el otro tenía más poder que yo. Las mujeres en este ámbito han sido siempre relegadas y el feminismo es un movimiento que va en contra de eso, que lucha por la igualdad, te da la fortaleza para hablar siendo consciente de que los beneficios tienen que ir más allá del beneficio personal, es por un bien colectivo.

¿El miedo es el principal rival a vencer?

Muchas jugadoras callan por temor a perder lo poco que tienen, a mí me pasó, se lo que cuesta poder tener un lugar en este deporte y no hablas por miedo a las consecuencias. En gran parte es culpa de los dirigentes que juegan con ese miedo y con la presión que recae sobre nosotras.

En un tuit invitaste a que te escribieran todas aquellas jugadoras que sufrieron o sufren situaciones de injusticia o desigualdad. Tuviste más de 200 respuestas, ¿alguna te llamó la atención?

Se trata de las situaciones y problemáticas que venimos conversando que se replican en distintos clubes. Si bien yo viví muchas en carne propia, no dejan de sorprenderme ciertas historias como la de una chica que me escribió que las hacían limpiar el vestuario antes de jugar porque el club sólo se los limpiaba a los hombres. Quizás para algunos sea una pavada, pero es de una violencia simbólica muy fuerte.

¿Influyó en tu visión actual estar cursando Trabajo Social en la UBA?

Antes de entrar a la UBA pensé que era una persona de mente abierta pero me di cuenta que no, que me faltaban un montón de cosas por aprender. Cursar en una universidad pública te hace conocer muchas realidades, pibes que no tienen por ahí ni para comprar un apunte, gente mayor que se decide a arrancar una carrera, compañeros de otros países, chicos que van a las corridas después de laburar. A mí me abrió la cabeza y me dio un nivel de conciencia social que antes no tenía.

¿Qué expectativas tenés respecto a la participación de la Selección Argentina femenina de fútbol en el mundial de este año en Francia?

Confío en que les va a ir bien, hicieron una buena Copa América, a pulmón. Es histórico que hayamos clasificado al Mundial perteneciendo a una liga amateur, si bien muchas de las convocadas son profesionales porque juegan en otros países donde tienen preparación y dinámica superiores. En nuestra Selección tenemos grandes individualidades, el tema es que el equipo como grupo no se conoce dentro de la cancha. Se encuentran 15 días antes del Mundial mientras hay selecciones que están hace dos años preparándose. Es claro que no competimos en igualdad de condiciones cuando el resto de los planteles se dedican de lleno al deporte y tienen la cabeza y el cuerpo cien por ciento en eso, con una estructura deportiva, económica y de salud que las respalda para que lleguen de la mejor manera.

Por un fútbol sin censura

Por un fútbol sin censura

MPU reúne a 40 medios partidarios que transmitían fútbol por streaming hasta que TyC Sport lo prohibió.

Un partido de fútbol un viernes a las 12 del mediodía puede parecer extraño. Pero eso fue lo que llevó a clubes de barrio, organizaciones sociales, medios independientes y reconocidos comunicadores a visibilizar su reclamo, el viernes último, frente al edificio del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), en Perú 103. Allí armaron una cancha sobre el empedrado. Equipo gris contra  equipo blanco, ambos con la leyenda “Fútbol sin censura”en las remeras, en alusión a la presión que sufren los medios partidarios por parte de TyC Sports, que amenaza con sanciones económicas a los clubes, cuyos hinchas transmitan los partidos vía streaming.

En el inicio del acto, Natalia Vinelli, directora de Barricada TV, y Alejandro Schiaffino, integrante del Canal Cooperativo Pares TV, denunciaron las políticas del gobierno nacional en favor de las grandes empresas concentradas, como el caso de Trisa, que quiere impedirle a Pares TV, canal comunitario de Luján que emite por TDA, las transmisiones de los partidos de Flandria. El reclamo hacia las autoridades del ENACOM fue que “dejen de mirar para un costado”.

Además de Barricada TV, Pares TV, Medios Partidarios Unidos (MPU) y la Coordinadora Nacional de Televisoras Alternativas, entre otras organizaciones,  se acercaron reconocidos comunicadores como Víctor Hugo Morales y Alejandro Apo. El periodista uruguayo explicó los motivos de su presencia:” Tan solo vine a estar un momento con ustedes, a acompañarlos, para divulgar esta lucha apasionante, en desventaja y maravillosa, aún si se perdiese. Nada tiene más dignidad que la derrota cuando se conoce de antemano, esto vale también para los términos deportivos. Creo que la lucha es extraordinaria y que podemos sacar a los lobbys, y que por una vez se den cuenta que no tienen derecho a quedarse con todo”. Víctor Hugo también responsabilizó a las autoridades pidiendo que algún día se pongan a favor del derecho de todos.

Otro periodista presente fue el ex relator de “Fútbol para Todos”, Javier Vicente, quién se mostró muy crítico con la censura  a los medios partidarios: “Hoy están siendo censurados los compañeros de MPU de las transmisiones por streaming de los distintos clubes y ese es un tema que hay que visibilizar y denunciar, por sobre todo a una empresa monopólica como Torneos, que una vez más vuelve a pasar por arriba de todos los derechos de los ciudadanos y en complicidad, en este caso, con la AFA, lo que es realmente todavía más grave. También están siendo censurada las audiencias, que son tan importantes como los colegas, que quieren ver esas transmisiones y ahora no se les permite acceder a ellas”. 

Víctor Hugo Morales, Alejandro Apo y Macarena Sánchez fueron algunos de los que participaron de la protesta.

Medios Partidarios Unidos es una organización que nuclea a más de 40 medios de distintos clubes que realizan transmisiones por streaming. Como pocas veces, hinchas de All Boys, Temperley, Atlanta, Platense, Los Andes, El Porvenir y Ferro, entre otros, están juntos por una causa común. Gabriel “Pacho” Cerpa, de “Vivo Por Los Andes” y miembro de MPU, se sumó a las críticas: “El ENACOM tiene que hacer respetar el artículo 77 de la Ley de Medios. Hay artículos que no se derogaron y siguen en vigencia, como este, que  habla de los eventos culturales que deben ser transmitidos en forma gratuita”. Además, señaló que están amparados por varios derechos constitucionales, como el derecho al trabajo, a la libertad de expresión y a la información de cualquier hincha que quiera ver un partido.

La consigna era un fútbol sin censura. Hubo dos partidos de cada uno de quince minutos. Ambos fueron transmitidos por los medios presentes. El primero contó con la futbolista de San Lorenzo, Macarena Sánchez, quién además de criticar a TNT Sports y a la AFA por la televisación de apenas cuatro partidos de fútbol femenino, se destacó dentro de la cancha marcando los dos goles para el triunfo de su equipo, el gris. El partido restante fue victoria del equipo blanco por tres a cero. El cierre consistió en una suelta simbólica de pelotas hacia la sede del edificio gubernamental. La pelota ahora la tienen ellos.

Las hijas también revolucionan las bibliotecas

Las hijas también revolucionan las bibliotecas

Graduadas y estudiantes organizadoras sostienen la placa «Sección transfeminista Lucía Perez».

Es bastante increíble haberlo logrado. Nos emociona un montón”, dicen las creadoras del proyecto al ver el salón de actos lleno de estudiantes. La primera biblioteca transfeminista es hoy una realidad en la prestigiosa Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini.

La idea surgió el año pasado con un grupo de WhatsApp formado por cuatro egresadas de la promoción 2008. “Todos los días se sumaban más compañeras y terminamos siendo 60”, cuenta una de ellas. En un primer momento, apenas buscaban organizarse para que la plata recaudada en la celebración por los 10 años de egresados fuera destinada a algo concreto. “No se sabe bien qué pasa con la recaudación de esos eventos. La plata queda en una caja, pero se devalúa. Hay una cuestión de ineficiencia”, agregan.

Al principio tenían distintas propuestas, pero finalmente optaron por el armado de una sección transfeminista en la biblioteca del colegio. La idea responde al cambio de paradigma a partir de los debates por la legalización del aborto y las marchas del Ni Una Menos. También, escucharon a las nuevas camadas de egresadas que pusieron palabras donde antes hubo silencio.

“Hace 10 años la violencia de género había sido invisibilizada por nosotras mismas porque no teníamos categorías para explicar lo que nos pasaba. No lo vivíamos como algo colectivo sino individual”, dicen las graduadas. Por eso, pensaron en una biblioteca para que “haya libros que pasen de mano en mano y lleven a descubrirse, preguntarse y organizarse para salir a las calles todas las veces que sea necesario en defensa de nuestros derechos”.

De la propuesta inicial de la biblioteca -en aquel evento de los 10 años- a la inauguración el viernes pasado, el camino no fue fácil. “Las autoridades minimizaron la biblioteca. Les costó pensar que fuera algo probable”, cuenta Eugenia Marino, secretaria general del Centro de Estudiantes. Gracias a la militancia de las alumnas y al trabajo en conjunto con las graduadas se pudo avanzar en la gestión.  “Es emocionante que gente que se fue del colegio hace 10 años traiga este proyecto. Nunca pasó”, afirma Marino.

Luciana Peker, Lara Bertolini, Eleonor Faur y graduadas en la inauguración.

Con el dinero recaudado, el Pellegrini compró 20 libros, pero se logró duplicar la cifra con donaciones de autoras, organizaciones y referentes feministas. Todas las decisiones se debatieron con las estudiantes, desde el nombre de la biblioteca hasta qué libros comprar. Se eligió llamarla Lucía Pérez en honor a la joven de 16 años violada, empalada y asesinada en octubre de 2017 en la ciudad de Mar del Plata. Para las graduadas, el caso fue tratado mediática y jurídicamente desde un lugar en el que se bastardeaba a la adolescente y se la responsabilizaba por ser rebelde. Por eso, consideran importante que la biblioteca lleve su nombre para visibilizar la lucha contra la violencia machista. “La elección tiene todo el sentido del mundo -dice Marino- queremos que el femicidio tan terrible que sufrió una piba de nuestra edad esté presente con nosotras cada vez que agarremos un libro”.

En cuanto al uso de la categoría transfeminista, una de las graduadas, Albertina Neumark,  explica: “Buscamos incluir a otros y a disidencias, a todo aquel que se pueda sentir interpelado. Queremos que el proyecto sea lo más amplio posible y dinamice vínculos con autores y textos. También, otro objetivo es contribuir a la implementación transversal de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). Y una biblioteca transfeminista fue lo que se nos ocurrió para que eso sucediera”.

A comienzos de este año, la escuela lanzó un aviso institucional para anunciar la inauguración de la biblioteca. “Escribieron ‘los graduados’ en vez de utilizar el lenguaje inclusivo -relatan las egresadas con enojo-  Y nosotras queríamos hacer otra cosa: una apertura con referentas feministas y las pibas para representar el vínculo con las estudiantes”.

La rectora, Ana Barral, terminó dando marcha atrás y la inauguración finalmente fue el viernes pasado. Hubo actividades con entrada libre y gratuita desde las 10:30 hasta las 21. Los estudiantes que estaban en clase pudieron asistir con la autorización de la Rectora.

La jornada arrancó con la presentación de los libros Gorda vanidosa y La marea sindical, con la presencia de sus respectivas autoras, Lux Moreno y Tali Goldman. Al mediodía, hubo un conversatorio sobre fútbol feminista, disidente y antipatriarcal que contó con la presencia de Macarena Sánchez, la primera futbolista en firmar un contrato profesional en el país, y otras referentes como Mónica Santino, Anuka Fernández Fuks, Sofía Rodríguez Pugia y Micaela Cannataro.

Por la tarde tuvo lugar una charla con Suzy Qiú y Agustina Paz Frontera, las creadoras de Caja de herramientas, la serie web de educación feminista producida por la Universidad General Sarmiento en alianza con la Universidad de José C. Paz.

La última actividad del día estuvo a cargo del panel central titulado La revolución de las hijas y la construcción de identidades, en alusión al libro de la periodista Luciana Peker, quien estuvo presente junto con la activista travesti, Lara Bertolini, la investigadora Eleonor Faur y Emilia Viacava, una ex alumna del colegio Nacional Buenos Aires que en abril de este año denunció por abuso a un coordinador de viajes de estudio.

Las organizadoras recalcaron la predisposición de todas las invitadas para colaborar gratuitamente: “Tiene que ver con la impronta feminista. Las mujeres hacemos trabajos no reconocidos pero que también son valiosos.”

La inauguración fue un éxito y los estudiantes participaron ampliando el debate. Tal es el caso de una alumna que pidió la palabra para explicar la necesidad de la aplicación transversal de la ESI: “Toda la educación sexual que tenemos se reduce a ponerle un preservativo a una zanahoria en primer año. Hasta en el Pelle, que es tildado de progre, falta la ESI. Les alumnes exigimos a la institución más información. Hoy el Pelle está muy atravesado por el feminismo, pero eso no pasa en todo el país.  Hay chiques de otros colegios que se sorprenden cuando ven todo lo que logramos.”

La jornada terminó con un pañuelazo en el salón de actos y una clara afirmación: “Hoy ya no estamos ni nos sentimos solas. Hablamos porque otras y otres hablaron. Hablamos para que otras y otres hablen. Nos estamos pasando la posta, y no vamos a parar. En el Pelle y en todos lados, ¡No nos callamos más!”.

Un golazo al patriarcado

Un golazo al patriarcado

Amnisty Internacional organizó un partido de fútbol mixto por la igualdad de género.

Es sábado a la mañana y el azul y rojo de la cancha del polideportivo de San Lorenzo se está mezclando con verde y amarillo. Adentro, jugando, hay actrices, cantantes y futbolistas de distintos géneros con la remera de Amnistía Internacional y periodistas con el pañuelo a favor de la legalización del aborto sujeto en las muñecas.

Van, vuelven, salen de la cancha, firman autógrafos, festejan sus goles a los gritos. Uno de los equipos lo tiene a Juan Pablo Sorín de capitán, el otro a Macarena Sánchez. Y acompañando están Thelma Fardin, Dolores y Tomás Fonzi, Miss Bolivia, Sebastián Domínguez. Todos participan de «Me la Juego por la Igualdad», el partido que organizó el organimo defensor de los derechos humanos para celebrar la profesionalización del fútbol femenino y continuar visibilizando las desigualdades de género que aún persisten.

«El aborto todavía no es legal, es un año de elecciones y necesitamos saber qué políticas de género va a tomar cada partido con sus representantes», dijo Mariela Belski, tras el encuentro.

Desde la profesionalización de la primera división del fútbol femenino el pasado 16 de marzo todo se vive diferente: Este deporte, que no excede la lógica que impera en todos los otros demás, logró empezar a mitigar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres: las jugadoras, por primera vez en la historia, van a cobrar por jugar. Claro, todavía ni por asomo lo que cobran los jugadores.

Maca Sánchez, precursora en esta lucha, comenta que para ella fue muy importante el empoderamiento que vivió durante los últimos años. «Desde 2015, con la primera marcha #NiUnaMenos, se nos dio el empujón que nos faltaba para levantar la voz, para poder reclamar lo que nos corresponde».

La jugadora, que está en un litigio legal después de que su club, el UAI de Urquiza, la despidiera en enero de este año sin ninguna indemnización, sueña que en un futuro esta inclusión llegará no sólo a todas la divisiones del fútbol, sino “también a todos los deportes.”

Goles, humor y autógrafos en una jornada que desbordó de alegría.

Las gradas desbordan de alegría. Están llenas de familias tomando mate, grupos de amigas que saben el nombre de cada una de las chicas que está peloteando y de a algún que otro fanático del club que se acercó a pasar la mañana.

Adentro de la cancha, los límites sociales y culturales que no permiten a las mujeres tener los mismos derechos laborales y las mismas garantías que tienen las categorías masculinas en casi todo el resto del mundo, no se notan.

Mónica Santino, ex futbolista y entrenadora de fútbol femenino del Club `La Nuestra`, de la Villa 31, no deja de hacer pases, mientras que Juampi, no para de meter caños, como si todavía tuviese la camiseta de la selección puesta.  

Afuera, comenta que se siente orgulloso de “acompañar la lucha” y lo comparte con Damián Stazzone, campeón mundial de Futsal, quien acota que le parecía “arcaico vivir en un país como el nuestro, que tiene el fútbol como estandarte, y que a pesar de eso, les costó tanto este triunfo.”

Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía en Argentina y organizadora del evento, también se puso la camiseta: “Estamos celebrando. San Lorenzo nos abrió las puertas, pero hay un montón de lugares donde todavía falta. El aborto todavía no es legal, es un año de elecciones y necesitamos saber qué políticas de género va a tomar cada partido con sus representantes. Nos falta un montón de camino. Pero acá, con este partido, estamos festejando de que cada vez es menos.”