La historia de los trabajadores en formato transmedia

La historia de los trabajadores en formato transmedia

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires distinguió al disco «Retazos de Historia Obrera», que a fin de año tendrá también su película. Se trata de un proyecto que tuvo en sus orígenes al músico Palo Pandolfo y hoy sus compañeros de aventura lo continúan a modo de homenaje.

El miércoles último, en un Salón Dorado de la Legislatura porteña completo, se declaró de interés cultural el disco Retazos de Historia Obrera, producido por Roberto “Palo” Pandolfo, quien además formó la banda Aukapuma  junto a Federico Hoffmann, Franco Luciani, Juan Cruz Copes, Fernando Mezzapesa y el historiador Gustavo Contreras.

En diálogo con ANCCOM, Contreras destacó: “Estamos acá por un reconocimiento de la Legislatura a un trabajo que hicimos desde el colectivo Historia Obrera junto a Palo Pandolfo. Y aprovechamos para hacer un homenaje, contar detalles y objetivos de nuestras labores para la divulgación de la historia de los trabajadores”.

Retazos de Historia Obrera es presentado por sus creadores como un “artefacto cultural multimedia” que reúne, en un mismo entramado, capítulos de libros, el disco, un film, columnas radiales, fotografías, una página web y una serie de dibujos. En cada formato intentan aportar sus propias herramientas para transmitir conocimientos, sensibilidades y reflexiones sobre la vida de los trabajadores, sus organizaciones y sus luchas. La propuesta busca abordar una misma temática desde distintos enfoques y perspectivas.

El acto contó con las voces de Contreras, Gabriel Di Meglio, Roberto “Beto” Pianelli, Andrea Andújar y Alejandro Bercovich como oradores principales. Todos señalaron el legado musical de Palo Pandolfo, fallecido en 2021.

“Para mí esto sigue siendo una apuesta a favor de la formación de los trabajadores y que conozcan la historia de su propia clase. Y más en estos contextos que son muy adversos, donde también está lleno de fake news y desmotivaciones para la identidad obrera. Contando la historia de manera amena, atractiva y con contenido tratamos de aportar a la sociedad para que se pueda pensar de la mejor manera posible y también pueda buscar los mejores caminos para tener una sociedad más justa, más democrática, más igualitaria. Ese es nuestro granito de arena”, prosiguió Contreras.

El historiador concluyó: “El apoyo de los sindicatos está desde el inicio de la historia obrera. Nosotros tomamos sus iniciativas, sus preocupaciones, sus problemáticas y con ellos construimos, ensayamos opciones para buscar respuestas y soluciones a las problemáticas. Para nosotros estar con los sindicatos es algo natural, son compañeros de ruta y son personas con las que aprendemos cotidianamente”.

Por su lado, destacando que “la convocatoria superó las expectativas” Roberto “Beto” Pianelli, de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro tomó la palabra. Muchos de sus compañeros estaban vestidos con ropa de trabajo. También se encontraba entre ellos Matías Esteban, el trabajador subterráneo que prestó su estudio de grabación para el álbum musical.

El metrodelegado contó que una de sus preocupaciones principales era que el trabajo sea de divulgación para que “no pongan palabras raras que no podamos entender. A principio de siglo, los laburantes leían. Parte de la militancia era enseñar a leer, ahora con los celulares es muy difícil, hay gente que no lee y es un problema porque no están acostumbrados, a mí me ha pasado. Entonces buscamos la forma de llegar, y la única persona que lo tomó fue Gustavo. Y así fue surgiendo la idea del artefacto”, prosiguió.

 Asimismo, hubo una delegación de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina. Desde ahí, Ezequiel Roldán, consultado por ANCCOM, concordó con Pianelli y agregó: “Tener estos momentos, para un laburante, es gratificante. Por el contexto que estamos viviendo, con las políticas que atacan todo el tiempo a los trabajadores. A nosotros, como obreros, esto nos da un empuje importante”.

El historiador Di Meglio escribió varios textos al respecto de la participación política de las clases populares y recientemente fue despedido de su rol como director del Museo Histórico Nacional. Ante el grabador de ANCCOM opinó en un sentido similar al aceitero: “Es una época muy mala, de total triunfo de todo lo que yo estoy en contra y toca aguantarlo e ir preparando el post, porque todo termina en algún momento. Estas acciones, por modestas que sean, ayudan. Eso nos enseña el pasado, siempre hay que seguir haciendo a pesar de la dificultad, que obviamente en este caso tiene que ver con la agresión y la falta de presupuesto”.

Alejandro Bercovich relató cómo fue tocar con Palo Pandolfo en su época de músico y resaltó la generosidad del artista cuando él y su banda le pidieron que grabara un tema con ellos: “No, grabo dos”, les dijo. Y también que en la última entrevista que le hizo, Pandolfo narró toda su historia política, su paso por La Federación Juvenil Comunista. Recordó, además, la etapa de la dictadura, cuando “nuestros cuerpos les pertenecían”.

Posterior a las alocuciones, se mostró un adelanto de la película, narrada por Lalo Mir, que esperan estrenar a fin de año y es dirigida por Nicolás Galván. Otro de los proyectos en marcha consiste en hacer videoclips con contenido histórico, que quedó trunco al hacerlo con Palo Pandolfo, pero que ahora retoman con la ayuda del CONICET. Cerca de 200 trabajadores de diez sindicatos distintos aportaron a la realización de la película.

En la parte musical del acto, el grupo Cisne Elocuente, con Franco Luciani y otros músicos invitados interpretaron algunas de las canciones que componen la obra. Federico Volpi, el baterista de Cisne Elocuente, destacó: “Fue zarpado tocar en el Salón Dorado, que tiene una acústica tremenda” y que su principal cercanía con Pandolfo fue Don Cornelio y la Zona, banda que integró este último a finales de los ochneta. A modo de tributo, cerraron su presencia interpretando “Ella Vendrá”, canción de la mencionada agrupación.

Para finalizar el acto, el legislador de Unión por la Patria Juan Pablo O’Dezaille entregó el diploma a Gustavo Contreras, se encendieron los aplausos y se sacaron las fotos de rigor entre el atril y el improvisado escenario.

El brindis posterior

Luego se dirigieron a un bar a dos cuadras para seguir con el brindis. Entre libros, pinturas e imágenes con referencias al socialismo, se sentaron en una mesa y pusieron un puesto para vender ropa del proyecto y el propio disco que terminaron de editar justo para esta presentación. Principalmente una remera en homenaje a Pandolfo resaltaba.

Luis Kalinsky es músico, diseñador gráfico y curador de Historia Obrera. Visiblemente emocionado, narró que “los días previos a los que murió, yo empecé a hacer varios bocetos, pero empecé a dibujar a Palo primero en lápiz, después en marcador, y cuando lo paso a la compu para vectorizarlo, uno de los pelos me da como que tenía forma de pajarito. Ahí se me mezcló todo, porque yo lo había hecho con un tema de homenaje, que es el ´Cóndor Urbano´. Era como todas sus ideas, toda su creación saliendo de su cabeza en forma de pájaros, recorriendo todo, en este caso muy urbano, de la Ciudad de Buenos Aires. Es eso: todo lo que dejó saliendo de su cabeza y también de su corazón”.

Coincidió con Bercovich al decir de Pandolfo que “parece que siempre, hasta cuando habla, estuviera haciendo arte”. Kalinsky finalizó: “Siempre que me nombran a Palo es una emoción muy grande, yo recuerdo su voz y el timbre de él me resuena de una manera en los oídos y acá”, dice golpeándose el corazón y agrega: “Admiro mucho a Palo y el vómito de emociones que es, es alucinante, así que todo lo que pueda ser relacionado a Palo es para mí un orgullo”.

Ahí también se encontraba Luciano Paciotti, quien es camarógrafo, director de fotografía y trabajador en el canal de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Relató que su vínculo con Historia Obrera comenzó por haber sido alumno de Gustavo Contreras en la Carrera de Historia. “Lo conozco a él de profe y pegamos buena onda. Él sabía que yo me dedicaba a los medios audiovisuales y me convocó en los primeros pasos de la presentación de lo que fue Historia Obrera. Hicimos algunos videos, la presentación, editamos materiales y, desde ahí, empezamos a trabajar juntos”, recordó.

Participó en diversos proyectos, como el corto documental Laboralistas, sobre La Noche de las Corbatas, y en la realización de la “docuficción” que acompaña las canciones de Retazos de Historia Obrera. En este último, fue responsable de la Dirección de Fotografía y cámara.

Sobre la jornada, comentó: “Lo viví trabajando, porque es la forma en la que siempre me vinculé con Historia Obrera, pero con la alegría de ver la emoción y escuchar a gente que tiene mucha experiencia en la historia, el periodismo y el sindicalismo”. Concluyó sobre el evento fue “como un lindo auspicio de lo que va a ser la presentación de la película”, prevista para fin de año.

El álbum distinguido en el acto de ayer puede escucharse en las distintas plataformas musicales y en la página web del colectivo Historia Obrera. Mientras que la presentación completa puede verse en el canal de YouTube de la Legislatura Porteña: Distinción al material discográfico «Retazos de la Historia Obrera».

“Hoy función: El arte callejero no es delito”

“Hoy función: El arte callejero no es delito”

Esta vez fueron miles los artistas itinerantes que, por segunda semana consecutiva, se manifestaron frente a la Legislatura en contra de la modificación del Artículo 85 del Código Contravencional. Esta reforma agregaría a la figura de “ruidos molestos” aquellos que se originen en el espacio público y daría la posibilidad de realizar denuncias de forma anónima. El proyecto fue presentado a principios de junio por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y actualmente está en tratamiento en la Comisión de Justicia.

En un caballete de madera, un cartel pintado a mano anuncia “Hoy función: el arte callejero no es delito”; a su derecha un escenario improvisado en el que un guitarrista y un violinista tocan para un grupo de personas sentadas en ronda en la vereda. Sobre la calle Perú emergen del asfalto escenarios inventados, solapados uno al lado del otro. Basta caminar dos metros para bailar junto a una murga, escuchar el relato de un titiritero o participar de una improvisación teatral. Una columna de gigantes, vestidos para la ocasión con galeras y trajes de colores brillantes, avanzan por la calle Perú bailando sobre sus zancos al ritmo de los tambores, atrás los siguen un tumulto de brujas que agarran fuerte sus calderos y alzan sus escobas al grito de “no nos van a prohibir”.

“La calle es el recurso principal de mi familia, el sostén de tres hijas. Nos están quitando la oportunidad de trabajar y vivir dignamente”, dice Matías, la sonrisa dibujada con pintura roja sobre su rostro y la nariz de payaso contrastan con su expresión preocupada. Se acercó a la Legislatura junto a su mujer y compañera de trabajo y sus tres hijas, que juegan alrededor del cantero de un árbol e intentan sostener en el aire sus aros de hula-hula. “Ellas aman lo que hacemos. Nos dedicamos a hacer shows callejeros de clown, magia y malabares. Poder trabajar es nuestro derecho”.

Mujer vestida de payaso haciendo actividad con cintas en la calle.

Miles de artistas itinerantes se manifestaron, por segunda vez, en contra de la modificación del Código Contravencional.

Un joven carga sobre su espalda un bandoneón, lleva su cara pintada de colores y deambula junto a una chica por los distintos espectáculos montados sobre la calle. Juan y Camila trabajan hace años haciendo shows itinerantes de música y malabares. “Con el código vigente, a veces la policía nos viene a sacar y nos decomisa nuestros elementos de trabajo –dice ella-. Pero la denuncia tiene que ser de parte de una persona, con su nombre y apellido. Lo grave de esta modificación es que la denuncia puede ser anónima, eso nos quita la posibilidad de defendernos”.

“Este gobierno está en función de los negocios y no de las necesidades reales de la gente. La cultura es una necesidad de la gente”, dice Juan, perteneciente a la agrupación de Artesanos y Artistas de Plaza Houssay, una de las tantas organizaciones de feriantes y vendedores ambulantes que se sumaron al reclamo en apoyo a los artistas callejeros. “Es un proyecto mezquino que estigmatiza al artista callejero y cercena el derecho al trabajo. A los artesanos nos está pasando lo mismo, nos están cerrando los espacios de trabajo de forma compulsiva. Cerraron la feria de Plaza Houssay y estamos trabajando en condiciones poco dignas”. También participaron de la protesta numerosas organizaciones de limpia vidrios y cuida coches quienes se verían afectados por la modificación del Artículo 82 del Código Contravencional que prevé sancionarlos por su actividad con hasta cinco días de arresto en el caso de los primeros y hasta doce días para los trapitos.

Mientras tanto, puertas adentro de la Legislatura, la Comisión de Justicia se encontraba en sesión de asesores por el tratamiento del proyecto. Se convocaron oradores para poder expresar su opinión sobre la reforma y las sillas no alcanzaron. Una multitud de pie escuchaba atenta las palabras de cada expositor y esperaba ansiosa su turno para hablar.

Artista exponiendo su arte con pañuelos sobre la calle y personas observando.

La Comisión de Justicia de la Legislatura porteña está actualmente tratando el proyecto de reforma.

“De una vez por todas hay que frenar la violencia al trabajador. Estamos cansados de los maltratos de la policía que nos golpea, nos decomisa y no se identifica. Estamos hartos de que nos traten como delincuentes. En Once hay una persecución atroz en contra del trabajador de la calle. Nosotros no queremos que nos regalen nada, queremos que nos garanticen nuestro derecho a trabajar. Pongan un poco los ojos en la gente humilde”, disparó Lusmery, que forma parte de la organización de Vendedores Ambulantes Independientes de Once.

“La vaguedad de la definición de los ruidos molestos en el Artículo 85 tal como está propuesto no es inocente, es peligrosa, porque deja al arbitrio de la policía la intromisión en cualquier espacio para que sean ellos quienes decidan si es un ruido molesto o no”, expresó la organización de Abogados Culturales.

El espacio para los oradores culminó a las 17 y el debate continuó en la mesa de asesores. El proyecto continuará siendo discutido en la Comisión de Justicia para luego ser girado a la Comisión de Asuntos Constitucionales.

Ni se callan ni se van

Ni se callan ni se van

“El arte no es delito” fue el grito que reunió a cientos de artistas callejeros frente a las puertas de la Legislatura porteña este martes, para rechazar el Proyecto 1664-J-18  de modificación del Código Contravencional presentado por el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, que prevé sanciones por “ruidos molestos” en la vía pública.

“La intención es criminalizar el arte callejero y el trabajo autogestivo. Si nos prohíben la posibilidad de ejercer nuestro trabajo libremente nos obligan a la pobreza”, dispara Gonzalo Giuliano, que vive de sus shows callejeros de clown desde hace cinco años. La calle Perú estalló de narices rojas, malabares, tambores y guitarras que sonaron durante toda la tarde como manifestación del rechazo de más de diez organizaciones de artistas a la posible modificación del Artículo 85 del Código Contravencional que, aseguran, perjudicará el trabajo artístico en las calles de la ciudad. “Creemos que tiene que ver con privatizar aún más el espacio público. Lo que está detrás de esta medida es la venta o alquiler del espacio público en función de capitales privados”, denuncia Ana Clara, perteneciente a la agrupación Músicos Organizados.

El proyecto, que engloba una serie de reformas, fue enviado a la Legislatura el 5 de junio por Horacio Rodríguez Larreta y se encuentra en tratamiento en la Comisión de Justicia. La reforma del Artículo 85 consta del agregado de un párrafo en el que se detalla la penalización por “ruidos molestos” provenientes de la calle. Puede leerse allí: “Cuando el origen de los ruidos provengan de la vía pública la sanción será de dos (2) a diez (10) días de trabajo de utilidad pública, multa de cuatrocientos ($400) a dos mil ($ 2000) pesos o arresto de uno (1) a cinco (5) días».

Artistas manifestándose en la calle.

“El arte no es delito” fue el grito que reunió a cientos de artistas callejeros frente a las puertas de la Legislatura porteña .

Además, la modificación establece la posibilidad de realizar denuncias de forma anónima: “Acción dependiente de instancia privada con excepción de los casos donde el origen de los ruidos molestos provenga de la vía pública”, se especifica. El proyecto de reforma aclara, por último, que “No constituye contravención el ensayo o práctica de música fuera de los horarios de descanso siempre que se utilicen dispositivos de amortiguación del sonido de los instrumentos o equipos, cuando ello fuera necesario”.

Los artistas aseguran que esta propuesta de modificación va de la mano con una actitud vigente por parte del Gobierno de la Ciudad para con el arte itinerante. “Los músicos ya vienen siendo hostigados en su actividad en la calle, lo que corre peligro con esta reforma es que el hostigamiento recrudecerá”, afirma Ana Clara. En el mismo sentido, Gonzalo agrega: “Nosotros nos vemos afectados muchas veces por la policía, que nos echa. Pero el público siempre nos defiende, siempre pone el pecho”.

Músicos tocando sus instrumentos.

Los artistas aseguran que esta propuesta de modificación va de la mano con una actitud vigente por parte del Gobierno de la Ciudad para con el arte itinerante.

En diálogo con ANCCOM, Daniel Presti, presidente de la Comisión de Justicia por el bloque Vamos Juntos, argumentó que la reforma no tiene nada que ver con el trabajo de los artistas en las calles. “La génesis del proyecto apunta al ruido que puedan llegar a hacer en la calle una o dos personas a la madrugada, que eso pueda llegar a molestar a terceros –dice-. No tiene nada que ver con los artistas callejeros. Nuestra intención es que ellos sigan trabajando de la misma manera que lo están haciendo ahora”. Presti asegura que la modificación que se intenta realizar al Código, que también enfoca en los llamados “trapitos”, es una política de Estado vinculada con la violencia de género: “Apuntamos a las agresiones diarias que sufren las mujeres en la Ciudad –dice-. Las mujeres se sienten afectadas si, por ejemplo, en una esquina va una persona y le exige plata, o va a estacionar un auto y un cuidacoches le exige plata. Nosotros creemos que estas circunstancias están relacionadas con lo que no se ve, a eso apuntamos”. La carátula de “ruidos molestos” quedará a interpretación del denunciante, a lo que el diputado reflexiona que “en caso de que haya una denuncia contra algún artista callejero yo confío en que el fiscal que lo aborde va a saber que la acusación no tiene ni pies ni cabeza”.

“Los artistas callejeros rompemos con el elitismo del arte, hacemos posible que las personas de la clase obrera, que tienen la plata justa para llegar a fin de mes, tengan la oportunidad de ver un espectáculo. Somos una vacuna al tedio y a la monotonía del día a día en la calle”, expresa Gonzalo sobre la importancia de poder ejercer el trabajo artístico en las vía pública. El próximo martes 10 de julio el colectivo de artistas volverá a manifestarse frente a la Legislatura para exigir la no implementación del proyecto de reforma.

No al 29×1

No al 29×1

Una multitud de docentes y estudiantes marchó este miércoles desde el Palacio Sarmiento hasta la Legislatura porteña para manifestarse en contra del proyecto de la UniCABA, impulsado por el Gobierno, que busca reemplazar los 29 profesorados de la Ciudad por una única Universidad.

El proyecto de Cambiemos, que no fue consensuado ni construido con la comunidad educativa, es rechazado por múltiples cuestiones: no garantiza la diversidad en la formación, atenta contra la vida democrática de las instituciones y pone en peligro cientos de puestos de trabajo, entre otras  cosas.

Con la música a otra parte

Con la música a otra parte

El arte callejero es una actividad con miles de años de antigüedad y que forma parte del paisaje de numerosas calles y medios de transporte en todo el mundo. Actualmente, en Buenos Aires, estas manifestaciones culturales se encuentran en alerta por un proyecto de ley presentado en la Legislatura porteña. En respuesta a esta situación, el Frente de Artistas Ambulantes Organizados (FAAO) decidió realizar una una serie de medidas colectivas y unificadas para alertar sobre el tema

El proyecto de ley 2538, “Ley de artistas ambulantes”, fue presentado en diciembre del 2015 por la legisladora del PRO, Lía Rueda. Según su autora, el objetivo es brindar un marco normativo a los espectáculos que se realizan en espacios públicos, buscando una mejor convivencia con los vecinos y los espectadores que asisten a las funciones. Sin embargo, desde el FAAO denuncian que se trata de un proyecto construido en forma inconsulta y que oculta un reglamento prohibitivo.

“En realidad no es un proyecto de ley, es un reglamento restrictivo, penalizador y de desaliento al arte ambulante. Entendemos que un proyecto que habla del artista callejero no puede estar en cada uno de sus artículos enunciando y desarrollando la posibilidad de penalizar”, señaló Alejandro Cabrera Britos, músico y organizador de la movida.

Entre sus principales artículos, el proyecto establece que las actividades artísticas solo podrán llevarse a cabo mediante un permiso de uso del lugar público. Además, se fijan restricciones temporales y espaciales para la realización de los espectáculos, con sanciones y multas para quienes incumplan la normativa. En una  asamblea de la que participaron alrededor de un centenar de artistas, se discutió sobre cuál es el camino para enfrentar a una ley que consideran perjudicial. “La salida es colectiva y en base a esto presentamos un proyecto alternativo, que simplemente tiene un espíritu despenalizador. Cuenta con 16 artículos pero no habla de permisos sino de posibilidad de registros, no habla de zonificación. Buscamos que no borren lo que se hizo durante más de 30 años, o mucho más, con los artistas callejeros, artistas que ya han dejado historia en la ciudad”, expresó Cabrera Britos.

El proyecto de los artistas es apoyado por el legislador del Frente para la Victoria Pablo Ferreyra, quien define su fin como proteger, propiciar y fomentar la actividad artística en la vía pública, los espacios públicos y subterráneos. “La actividad que desarrollan no requiere de ningún permiso, proponemos la creación de un registro a cargo del Ministerio de Cultura de la Ciudad que no exige requisito alguno para inscripción y no puede ser exigido como permiso para el ejercicio de la actividad”, explicó.

Asamblea artistas callejeros - CTA - Foto: Melisa Molina /Anccom

La legisladora Rueda sostiene la necesidad de una ley al tratarse de actuaciones que no se encuentran reglamentadas. “Creemos que es importante que estén contemplados dentro del ordenamiento legal a fin de que la actividad que se realice en la vía pública tenga en cuenta la vida de los vecinos y las demás actividades que se desarrollan normalmente en una ciudad. Los artistas están y conviven con vecinos, organizaciones, instituciones y comercios. Todos deben respetarse entre sí y no generar molestias o interrupciones a las demás actividades”, expresó.

Al respecto, Cabrera Britos desmintió acusaciones sobre conflictos o inconvenientes con vendedores y comerciantes. “No son enemigos. Cuando hubo algún roce o algo lo resolvimos entre nosotros. Quieren usar eso para reglamentar también un supuesto enfrentamiento en los subtes con los vendedores ambulantes y en la calle con los manteros. Nosotros sabemos que lo podemos resolver entre nosotros”, señaló. Sin embargo, aclara que son actividades incomparables: “Nosotros no somos los manteros del arte. Son nuestros primos pero lo nuestro es muy distinto, eso es lo que hay que entender. Es como una contracultura, algo que está desde siempre. Primero estuvo eso y después todo lo demás”, sintetizó el humorista Fernando Chacovachi Cavarozzi.

En la asamblea se invitó a los participantes a apelar a la simpatía social del público y a advertir sobre la real magnitud del problema que se enfrenta. En ese marco, el malabarista German Welchli remarcó el rol que los artistas cumplen en la cultura y que de aprobarse la ley 2538 no sólo se les quitaría el derecho a trabajar sino que se perjudicaría a la ciudadanía en su totalidad. “Tenemos tres argumentaciones importantes: la primera es que somos trabajadores de la cultura y tenemos derecho a trabajar. La segunda es que somos una de las pocas líneas de acceso a la cultura que tienen los sectores desfavorecidos. Y la última es que tocar a los artistas es tocar los derechos del niño. ¿Cómo el Estado le va a sacar un músico, un malabarista, un mimo, a un niño? ¿Les preguntaste a los niños?”, sentenció.

Actualizada  15/06/2016