¿Qué tuvieron que ver las facturas de los celulares y la pandemia con los Juegos Olímpicos?

¿Qué tuvieron que ver las facturas de los celulares y la pandemia con los Juegos Olímpicos?

Las argentinas Erika Mercado y Bianca Farroil en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 

En diciembre de 2009, se sancionó la ley 26573, que permitió la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD). El proyecto fue impulsado por la  secretaría de Deportes de la Nación y el Comité Olímpico Argentino (COA), con el objetivo de apoyar el desarrollo de deportistas. Los cambios posteriores en la ley han provocado el desfinanciamiento de esta área y afectaron al deporte nacional.

La ley de 2009 establecía que el ENARD sería financiado a través del impuesto del 1% sobre la facturación del servicio de telefonía celular. “Fue una ley que rápidamente demostró su eficacia, porque el deportista de alto rendimiento pudo tener una beca más digna y le permitió a diferentes atletas entrenar, en mejores condiciones y competir en certámenes internacionales”, señala Claudio Morresi, legislador de la Ciudad de Buenos Aires y ex Secretario de Deportes de la Nación durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernandez.

“La creación del ENARD fue muy importante para los deportistas”, explica el gimnasta Federico Molinari. Antes de la creación del organismo, las únicas becas posibles eran aquellas otorgadas por la Secretaría de Deportes y por las provincias. En ocasiones, muchos deportistas debían financiar sus viajes para poder competir en los certámenes tanto nacionales como internacionales y luego la Secretaría devolvía esos montos en pesos, meses después, aunque los gastos hubieran sido en dólares. “La creación del ENARD nos permitió proyectar y planificar a largo plazo, participar en más competiciones. Las becas mejoraron y la obra social nos permitía tener tranquilidad”, destaca Molinari. En la misma sintonía, Morresi señala que previo a la creación del ENARD, “no había ni el presupuesto necesario ni la velocidad administrativa para acompañar a los seleccionados y a los deportistas individuales”. Por otro lado, Molinari ponderó el accionar de la entidad para la resolución de los problemas de los deportistas durante el proceso de olimpíada.

A las becas del ENARD solo pueden acceder quienes tienen posibilidades de participar en los Juegos Olímpicos. Florencia Lamboglia, atleta que se desempeña como velocista, señala que esta medida “deja afuera a muchas promesas y a una gran cantidad de deportistas que aspiran a participar de los certámenes olímpicos”.

Lucas Lautaro Guzman representante argentino en taekwondo.

Tanto Lamboglia como Molinari explican la dificultad del atleta argentino para sostener su actividad. “Definitivamente, no alcanza para vivir con los montos de las becas. Podés tener distintos apoyos, sean provinciales o municipales, pero mayormente los deportistas deben tener un trabajo o tener una familia que los mantenga”, explica Molinari.   Lamboglia, por su parte, cuenta: “Me acompañan marcas y tengo un apoyo de la Secretaría de Deportes, pero sé que es difícil tener apoyo y poder vivir de este deporte o del deporte en general en Argentina”.

 

Qué pasó con la ley

En 2017, la secretaría de Hacienda impulsó una reforma impositiva, con la idea de atraer inversiones y reducir la presión impositiva. Una de las consecuencias fue la eliminación del Artículo 39 de la ley 26573 para eliminar el impuesto que financiaba al ENARD, que pasó a ser subvencionado por partidas presupuestarias del Poder Ejecutivo Nacional.

Varios atletas, alertados por la situación, buscaron una explicación por parte de las autoridades que estaban al mando: “Básicamente era apoyar eso o desaparecia el ENARD”, señaló Federico Molinari. Luego de la decisión de eliminar el impuesto a los celulares, un grupo de deportistas con integrantes del Comité Olímpico Argentino se reunió con el presidente de ese entonces, Mauricio Macri, en busca de una solución para este inconveniente. En un primer momento, se acordó un monto de dinero que se estimaba, inicialmente, sería superior a los ingresos que se obtenían a través de los impuestos a la tarifa del celular, pero que la devaluación del 2018 y 2019 redujo significativamente y dejó desfinanciada a la entidad. Morresi apunta a la administración Macri por el desfinanciamiento del ENARD, de los clubes de barrio y resalta que “muchas entidades debieron suspender disciplinas por temas presupuestarios” algo que, según él puede generar consecuencias nocivas para el futuro del deporte nacional.

La delegación argentina, encabezada por los abanderados regatistas Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli. 

Una investigación efectuada por el periodista Ernesto Rodríguez, fallecido en 2019, explica que entre el 2016 al 2019 el presupuesto de la Secretaría de Deportes descendió un 62% durante las gestiones de Carlos Mac Allister y Diógenes de Urquiza en la Secretaría de Deportes. La causa es la subejecución de la partida presupuestaria que afectó especialmente al área de alto rendimiento. “La falta de presupuesto genera que se deba participar en menos torneos, además de que debe apoyar a menos deportistas y que los montos de las becas no se aumenten”, explica Molinari.

El 30 de enero de 2019 se firmó el decreto 92/2019, que establece la transformación de la Secretaría de Deportes en Agencia. Amparándose en las premisas como “ordenamiento normativo para la toma de decisiones”, la Agencia centraliza la toma de decisiones del ámbito deportivo. Uno de los puntos a destacar del decreto fue la modificación del Artículo 15 de la ley 20.655, más conocida como Ley del Deporte, que establece modificaciones sobre los ingresos de fondos para la Agencia, entre las cuales se incluían la rentabilización de las instalaciones y permitía la venta de bienes muebles y servicios de la entidad. “El pasaje de Secretaria a Agencia tenía como fin vender toda la tierra pública del Centro Nacional de Alto rendimiento deportivo (CENARD) y de algunas instalaciones de Ezeiza para fines inmobiliarios”, señala Morresi. En tanto, Molinari considera: “La agencia tuvo como fin destrabar la burocracia de la Secretaría de Deportes, agilizar trámites y tener apoyo de entidades privadas” y enfatiza: “En el deporte debés tener mayor velocidad en la organización. Un deportista no puede pagar un viaje y esperar que se lo devuelvan de acuerdo a los términos de la burocracia”. En 2019, con el cambio de gestión, Deportes volvió a tener el rango de Secretaría. Durante el 2020 y 2021, el deporte de alto rendimiento se vio afectado por la pandemia de Covid 19, que no solo limitó las posibilidades de entrenamiento a partir de las medidas de restricciones locales como internacionales, sino también con el desarrollo de competiciones internacionales, que se vieron disminuidas debido a la situación pandémica. “Esto fue complejo: entrenaba en casa, en las escaleras y un mini gimnasio que monte en el balcón. Después nos habilitaron para poder salir a hacer actividad física y eso fue mejor”, explica Lamboglia. En tanto, Molinari considera que “Los meses que los deportistas estuvieron parados, afectó mucho en su desarrollo, lo cual impactó en que muchos no pudieron mantener el rendimiento previo a la pandemia”.

Abigail Magistrati en la competencia de barras asimétricas de gimnasia artística. 

En mayo de 2021 se suscitó un conflicto por los atletas que debían participar en el Sudamericano de Atletismo que se disputó en Guayaquil. Semanas antes del evento, el ENARD anunció la reducción de la comitiva de deportistas que competirían en el certamen sudamericano. Solo estarían aquellos con posibilidades de podio o con chances de asistir a los Juegos Olímpicos. Esto generó un conflicto entre la secretaría de Deportes y el ENARD por la situación de los deportistas, que alertados por este hecho, buscaron por todos los medios posibles alguna solución para poder participar en el torneo debido a su importancia, no solo por los puntos del ranking para acceder a nuevas competiciones, sino también para mantener las becas. “Hay deportistas que entran dentro del ámbito del ENARD y otros de la Secretaría de Deportes. En ese momento hubo una disputa interna, en donde la Secretaria quería hacerse cargo de algo que no le correspondía”, señaló Molinari.

Los atletas afectados pudieron participar de la compentencia debido al apoyo de Santiago Maratea, un influencer local quien realizó una colecta para solventar sus viajes. “El plan no era comunicarse con Santi, no era el fin. Sólo se dieron las cosas y pudimos avanzar. Se leyeron los tuits y las historias de las redes sociales y llegamos por ahí”, destaca Lamboglia, quien fue una de las caras visibles del reclamo.

Por último, Lamboglia, Molinari y Morresi coinciden en que puede haber medidas para mejorar la situación del deporte en Argentina: “Se debe intentar a regresar a tener una financiación como antes existía” explica Morresi, refiriéndose a volver a implementar el impuesto del 1% sobre la facturación del celular. Para él, otras medidas necesarias son “la federalización del deporte, invertir más en infraestructuras, que haya planes para mejorar las condiciones de las federaciones para realizar más torneos en distintas zonas del país”.

Para Molinari, “el deporte debe ser una política de Estado y algo importante en el ámbito de la educación. Además de generar mejores centros de entrenamiento, fomentar el deporte a través de los clubes y sobre todo una mayor influencia del Estado para que haya más chicos que tengan la posibilidad de acceder a centros de entrenamiento”. En tanto, para Lamboglia: “Hay que seguir insistiendo en políticas deportivas para el futuro de los atletas, para que haya un semillero que esté incentivando. Para que los que están y se van, dejen otra generación y el deporte no muera”.

Una vela con llama dorada

Una vela con llama dorada

Teresa Romairone y Dante Cittadini.

Buenos Aires fue la anfitriona de los Juegos Olímpicos de la Juventud, el evento que reúne atletas de 13 a 18 años, de distintas disciplinas de todos los países, del 6 al 18 de octubre. El deporte trajo buenas noticias y -a una jornada del cierre- la Argentina ya se llevó once medallas de oro, seis de plata y siete de bronce.

Ya lejos de la Villa Olímpica, más relajados y en tierra firme, Dante Cittadini y Teresa Romairone, ganadores de la presea dorada en vela el sábado último, almuerzan un asado y pasan la tarde a las orillas del río en San Isidro, junto a sus entrenadores Nicolás Schargorodsky y Nicolás Aragonés. Desde sus reposeras pueden ver el río calmo. Se respira felicidad y armonía en el grupo, la misma postal que vimos cuando ya campeones olímpicos, se tiraron al agua, se abrazaron y cayeron lágrimas de emoción.

Los dos jóvenes se iniciaron en la navegación desde pequeños, anduvieron por caminos separados, hasta que en febrero de este año se conformó la dupla. El equipo, compuesto por Dante como timonel y Teresa como tripulante, empezó a soñar con el oro cuando en julio ganó el Mundial juvenil de Corpus Christi, en Estados Unidos, y en agosto el Campeonato Europeo en el lago Di Como, Italia. Dante comparte su ciudad de origen con Nicolás Schargorodsky que, como él, comenzó sus primeros pasos en el agua en el Club Náutico San Pedro.

Después de trece regatas y superar un viento complicado, factor determinante para controlar la dinámica del barco, los jóvenes de 17 y 18 años se consagraron en la categoría Nacra 15 mixto, dejando la medalla de plata para los franceses y el bronce para los holandeses. Una semana atrás el joven sampedrino había sido el abanderado en la ceremonia inaugural de los Juegos y la adolescente de San Isidro había sido elegida para jurar la bandera. Ninguno imaginaba hasta dónde llegarían.

Un día de mucho calor y poco viento, bien distinto al clima de la última regata, acompaña a los cuatro deportistas sentados bajo una pérgola. Juntos repasan lo vivido en este último tiempo y destacan la importancia del trabajo colectivo para lograr buenos objetivos: “El logro de la medalla es cómo se consolidó el equipo, ya que el deporte en sí es muy individualista”, asegura el entrenador Nicolás Schargorodsky.

¿Cómo se vive el post medalla?

Teresa Romairone: como que todavía no caigo, pero estamos felices porque se cumplió lo que queríamos. Y esto de las entrevistas y notas es algo nuevo.

¿Por qué eligieron este deporte y no otro?

T: es un deporte que elegí de chica, arranqué a los diez años. Siempre me gustó navegar. Empecé en una colonia de verano y después me largué a competir.

Dante Cittadini: tengo 17, y empecé como a los cinco por mi hermano, dos años mayor que yo, en una colonia de verano del Club Naútico San Pedro. Yo quería hacer lo mismo que él.

¿Cómo hacen con el colegio?

T: terminé el colegio el año pasado y este año pospuse el arranque de la facultad para meterme en el proyecto olímpico, que implicaba muchos viajes y no me cerraba el calendario.

D: yo estoy haciéndolo de manera online, todavía me queda un año. Ahora justo estoy con un curso de matemáticas.

¿Cómo fue trabajar con los chicos?

Nicolás Schargorodsky: fue lindo. Yo venía trabajando con deportistas ya consagrados, que traen sus mañas, en cambio con los chicos nos vamos formando juntos. Es muy satisfactorio el trabajo así.

¿Pensaron desde un principio llegar adonde están ahora?

NS: el camino para llegar fue largo, teníamos solamente dos barcos y se hizo una pre-selección. Al principio eran treinta chicos, después quedaron diez y después cinco, hasta que quedaron Dante y Teresa.

¿Nunca habían trabajado juntos?

T: con Dante nos conocíamos de competir en la clase, pero nunca habíamos viajado juntos.

Nicolás Aragonés: yo creo que eso tuvo sus ventajas. A nosotros nos dio un poder para ir moldeando a los chicos. En muchos casos, como decía Nico, cuando te tocan deportistas consagrados a veces ellos son más mañosos, marcan la estrategia deportiva, es decir, cómo van a organizar su calendario. Acá nosotros les dijimos van a ir a este y a este otro campeonato, estos van a ser los entrenamientos. Los chicos van creciendo con este proceso, y nosotros los vamos guiando. Y fueron adaptándose al ritmo que nosotros les propusimos.

NS: lo que más reconocieron del logro de la medalla es cómo se consolidó el equipo, ya que el deporte en sí es muy individualista. El deportista cree que puede abarcar todo, ser su propio entrenador, organizar sus viajes, la planificación, pero en realidad todo depende siempre de un equipo para que funcione. Nosotros logramos consolidar un equipo y hacerlo funcionar. Necesitamos de mucha gente que aporte para conseguir estos resultados, hasta meteorólogos.

¿Y cómo se llevan como equipo?

T: como equipo nos llevamos muy bien, con Dante no nos peleamos nunca, todavía. Estamos conviviendo todos en la Villa desde el 2 de octubre.

NS: el jueves vamos al acto de cierre y el viernes ya desconcentramos.

¿Y cómo los ves para un futuro, otras olimpiadas por ejemplo?

NS: los vemos muy bien. Desde afuera, la gente experimentada como Santiago Lange y Cecilia Carranza (campeones olímpicos en Nacra 17 en Río de Janeiro 2016), también vieron su talento, al punto que se ofrecieron a entrenar con ellos.

NA.: los chicos son buenos deportistas. A diferencia de lo que se da en vela, donde los chicos generalmente navegan juntos en una categoría y van creciendo, acá fue distinto. Se hizo un proyecto interno, encontrando a los chicos por separado y viendo quien tiene más talento. Se pasó por distintas instancias hasta encontrar esta combinación, que tuvo muy buenos resultados.

¿Qué dificultades tuvieron que sortear con respecto al deporte?

NS: cualquiera que navegue te va a decir que es muy costoso. Y otro problema es la logística. Porque tenés que tener un barco para entrenar en tu ciudad o tu país y tenés que tener un barco para la competencia, por ejemplo, en Europa. Ahora las próximas olimpiadas son en Japón, tenés que tener un barco ahí. Los barcos los tenés que ir moviendo continuamente. La plata que te sale eso es un problema, sumado al equipo de profesionales que te tiene que acompañar.

NA: muchas veces los chicos quieren tener un sueño olímpico, y materializar ese sueño a veces es muy difícil. Uno no tiene interiorizado esos procesos. Tienen que tener un apoyo que les marque el camino.

¿Es un deporte muy practicado?

NS: el deporte no es tan popular como otros deportes de equipo, básquet, hockey, rugby, fútbol, pero tenés competencias todos los meses.

NA: todo depende del nivel. Si querés competir interclubes tenés muchas competencias. Hay chicos que navegan, pero cuando querés llevar eso a alto rendimiento se va acotando. Una cosa es practicar sábados y domingos con tu grupo de amigos, te divertís; otra cosa es alto rendimiento que implica más horas de navegación, mucho tiempo y ya lo hacés casi como un trabajo.

Debe llevar su tiempo…

NS: si realmente querés hacerlo bien tenés que dedicarte 100%, y eso implica hacer entrenamiento físico a la mañana, entrenamiento técnico en el río a la tarde y a la tardecita descansás. Te lleva todo el día.

NA: es mucho sacrificio, pero está buenísimo el resultado y la experiencia. Hay un montón de cosas, normales para su edad, que los chicos dejan de hacer.

NS: igual de todo el equipo olímpico que está becado por la Federación Argentina de Yachting, que serán unos 30 deportistas, el 90% es universitario. Tenés muchos viajes pero a la vez tenés un tiempo muerto y entonces algunos aprovechan eso para estudiar. Es doble sacrificio, por ahí la carrera en vez de hacerla en cinco años la hacen en ocho, pero se terminan recibiendo. Es un poco la cultura del deporte, nadie empieza a navegar con la ambición de ser olímpico, de ganar una medalla, sino que es un estilo de vida.

¿Cómo fue en tu caso?

NS: en mi caso arrancó como un hobby, después me gustó la parte de la competencia. En mi casa me decían “está todo muy lindo, pero estudiá igual”, entonces encontraba los tiempos muertos para estudiar. Se puede hacer las dos cosas, pero es el doble de sacrificio. Cuando empecé en San Pedro lo hice a los seis años, es la única actividad que tenemos ahí. O te quedás en tu casa o vas al club. Los deportes los comenzás de chiquito. A los 4,5 o 6 años.

En tu caso Teresa, ¿en tu familia ya practicaban el deporte?

T: no, en mi familia no. Empecé con mi hermano a la vez. Mi papá navegaba pero no se dedicaba a este deporte. Mis papás nos mandaron a la colonia y empecé a conocer el deporte ahí. Al principio no sabía ni qué era. Como era cerca de casa fuimos y con mi hermano pensamos que íbamos a remar, no queríamos saber nada. Y después nos enganchamos y mis papás vieron que nos gustaba y seguimos los dos.

Siempre tuvieron apoyo de la familia…

D: sí. Yo lloré un montón, porque al principio no teníamos nada. Había que comprar un barco, había que tener instrumentos para los campeonatos…

¿Tienen alguna beca?

NS: sí, ahora ellos están dentro del programa para deportistas “Jóvenes promesa” del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo –ENRD- y la Secretaría de Deportes de Nación, pero se corta este año. Igual con los resultados que consiguieron imagino que van a seguir en el programa de becas. Pero era solamente por el proyecto (Buenos Aires 2018), un año de beca. Los últimos meses fueron difíciles, con todos los viajes, el aumento del dólar, el presupuesto no alcanzaba, pero bueno, llegamos.

NA: a veces pagan tarde. Cualquier otro trabaja por el sueldo o por el desarrollo profesional, pero acá tenés un objetivo y un sueño, una medalla por la que podés llegar a postergar ciertas cuestiones.

NS: hay mucha pasión de por medio.

NA: es muy gratificante, que los chicos consigan las medallas, a nosotros como entrenadores es algo que nos queda para toda la vida.  

¿Habían tenido otros deportistas que llegaran tan lejos?

NS: yo entrené a Cecilia Carranza, campeona mundial, pero ésto tiene un gustito especial porque los gestamos nosotros desde un principio.

NA: encima, en Argentina como sede, le da otro valor. Yo era deportista, ahora tengo 27 años, no hace mucho estaba en sus zapatos, y han tenido la suerte de tener muchos recursos a su disposición para poder llegar hasta acá. La pasión está.

NS: el camino es lo que importa, no los resultados. Yo creo que para los cuatro, o para cualquier deportista que se compromete, termina siendo lindo el proceso.

¿Cómo sigue la historia?

NA: siempre aparecen nuevos horizontes donde depositar toda la energía, nuevos proyectos. A mí particularmente, y creo que a los chicos les va a pasar, es que tenés un deber después de transmitir el conocimiento, transmitir tu experiencia, poder ayudar a chicos que tengan el sueño, poder ayudarlos a canalizar esos sueños y realizarlos. Eso es algo super gratificante, te devuelve toda la pasión que le ponés.

¿Y ustedes quieren seguir con el equipo?

T: sí, creo que sí, la verdad nunca lo hablamos. Terminamos de correr hace dos días.

D: ahora un poquito de descanso.

NA: vienen de mucho agite, el sueño no lo conformaron desde el principio, se fue dando. Fueron rotando parejas. Pero ahora si se sientan y se conforma un nuevo objetivo a corto o mediano plazo, podría ser algo diferente.

¿Qué proyectos tienen a futuro?

NS: intentar comprar un barco en la categoría olímpica que sigue, que es el Nacra 17 y empezar a entrenar con Santiago Lange y Cecilia Carranza que son los referentes y los que van a participar de Tokio 2020. Poder sumarse con ellos. Hay que sentarse, planificar, conseguir el barco, el apoyo, y entrenar. Ellos dos seguro vuelvan como equipo, los entrenadores nos ajustamos a lo que diga la Federación. Capaz nos toque de nuevo, o tenga la oportunidad otros.

La Maga olímpica

La Maga olímpica

Muy popular en los países del norte de Europa, el handball es deporte olímpico masculino desde Berlín 1936, pero en su rama femenina recién desde Munich 1972. En Río 2016 será la primera vez en la historia que la Argentina presente un equipo de mujeres en esta disciplina cuya última medalla dorada fue obtenida por las noruegas, en Londres 2012. Una de las jugadoras más destacadas de la Selección es Victoria “La Maga” Crivelli (25), quien, a días del debut contra Suecia, relata su historia, sus expectativas, la increíble clasificación para Río y su paso por la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA.

¿Cuándo comenzaste con el handball?

Empecé jugando en Ferro a los siete años. Me invitó a jugar gente de la colonia del club y no dejé más. En la Selección arranqué en 2005, siendo cadeta. Tenía 14 años. Viajamos a un Panamericano en Brasil. Le ganamos la final a las locales a estadio lleno. A esa edad, después de ir perdiendo 7 a 1 y darlo vuelta, fue un partido increíble. No me olvido nunca más.

¿Por qué nunca jugaste en equipos del exterior?

Salieron oportunidades de ir a Brasil, España e Italia pero no me animé a dar el paso. Creo que es importante darlo. Todavía estoy a tiempo. Pero Ferro siempre me “tiró” mucho. Pusimos  objetivos nuevos a ganar con el club. Y como estas cosas ya se dieron, quizás ahora sí estoy pensando en dar el paso a Europa. Está abierta la posibilidad de charlar con algún club a fin de año. Los sueldos que se pagan afuera son bajos. Sirven para crecer en el deporte más que nada. Lo haría para vivir la experiencia. Tengo 25 años y no sé si voy a dedicarme 10 más a esto. Creo que es un buen momento, más allá de lo económico, para la experiencia de vivir en otro país.

Ahora estudiás publicidad pero antes estudiaste Ciencias de la Comunicación en la UBA, ¿cómo fue la experiencia?

Hice el CBC y diez materias más. Cursé en la sede de Ramos Mejía al principio y después en Santiago del Estero. Pero se me hizo muy difícil en la UBA ir paralelo a la carrera deportiva y entonces me alejé, pero ojalá vuelva, mi idea es retomar la carrera. Me acuerdo de un profesor de Taller (de Expresión) I que me marcó mucho lo bien que explicaba. Teníamos redacciones para todas las clases, eran tremendas las correcciones que nos hacía. Te cambiaba la forma de escribir. También me acuerdo de un profesor de Sociología del CBC. Los profesores de la UBA están muy formados. Mi problema no fue con los ellos sino con el sistema. Me complicaba. Pero algún día pienso en volver.

¿Qué opinás de la difusión del handball en Argentina?

Se está dando una vuelta interesante a partir de los logros que se van dando, en especial de los varones y de nosotras que nos vamos acercando. El marketing de la Selección Nacional está funcionando mucho mejor, tiene actividad en las redes sociales, eso es clave. Desde la Confederación Argentina de Handball, la Federación Metropolitana de Balonmano y el Comité Olímpico Argentino nos piden que tengamos actividad, eso acerca sponsors. Considero que acompaña el crecimiento deportivo de la Selección.

¿El Estado apoya al Seleccionado?

Recibimos dos tipos de becas: las de Secretaria de Deportes de la Nación y las del Ente Nacional de Alto Rendimiento (ENARD). Estas últimas son las que vienen del impuesto a los celulares. Con eso estamos mejor. Desde 2010  que se viene mejorando. El apoyo del ENARD es importante. Porque nos dan obra social, nos ayudan con las becas y con la preparación. Por ejemplo, nos pagan los viajes de partidos que jugamos en el exterior. En Argentina la competencia no es muy buena y necesitamos ese roce con otros equipos. Hace un tiempo que vamos a Hungría una vez al año durante 15 días, para competir. Ese viaje costoso lo banca el ENARD. La Confederación sola no podría hacerse cargo. Las becas del ENARD y de la Secretaría de Deportes se dividen por categorías. Nosotras en este momento somos de la categoría “Medalla Panamericana”. Luego de los Juegos pasamos a ser “Participación Olímpica”. Según cada categoría se modifica el monto que se recibe. Nosotras recibimos de Secretaria 8.000 pesos cada una  y del ENARD lo mismo.

¿Qué les exigen para acceder a las becas?

El cuerpo técnico se encarga de completar las planificaciones y los formularios. Nosotras entrenamos durante todo el año de lunes a jueves por la tarde y algunas veces doble turno. Pero hay otros deportes que lo hacen con otro ritmo, a veces más cercano al momento de la competición. Hay premios extras por alcanzar logros. En los Panamericanos de Toronto, por ser medalla de plata, tuvimos un premio económico de 20.000 pesos para cada una. En los deportes individuales el premio es más grande. Desde principio de año se viene hablando con el secretario de Deportes (Carlos McAllister) para que las becas aumenten. Se propuso que los deportistas estemos disponibles para hacer clínicas en colegios o clubes con chicos. Me parece muy buena idea.

¿El apoyo estatal se refleja en el desempeño?

Sí. Argentina está un paso atrás de Brasil. Estamos a la par de Cuba. Somos los tres mejores de América.  Las chicas de Uruguay, por ejemplo, no lo tienen. Entrenan, trabajan, estudian. No están ni cerca de la estructura que hay acá y nosotras ni cerca de la de Brasil. El apoyo es clave. México y Chile se han metido en mundiales solamente por el apoyo económico que tienen y Uruguay no.

¿Cómo fue la clasificación  a los Juegos de Río?

Fue un momento increíble. El año anterior lo habíamos vivido con mucha presión nosotras. De América solo clasifica un país a los Juegos. Y siempre es Brasil,  potencia mundial. En esta ocasión al estar ellos ya clasificados por ser organizadores, era nuestra única oportunidad de participar, por lo menos hasta el momento. Nosotras perdimos el partido definitivo con Cuba. Era el que teníamos que ganar. Y ahí se nos vino el mundo abajo. Estábamos en el vestuario, todas llorando, diciéndonos que “no jugábamos más al handball”. Pero el deporte tiene cosas increíbles. A los dos días Uruguay le ganó a Cuba, resultado que no imaginábamos y que nos favorecía. Ahí se nos abrió otra posibilidad para la clasificación. Nos tuvimos que sacar esas lágrimas de encima para ganar a Chile y no tropezar por segunda vez. Ganamos. Más tarde jugamos con México y ahí esa tristeza de Cuba, pasó a la felicidad total de la clasificación. Se te cruzan mil cosas por la cabeza: el club, la familia, todo lo que en la adolescencia dejaste de lado por jugar. En el instante de la clasificación es un “todo valió la pena”. Todo el distanciamiento de los meses previos que teníamos con nuestra familia, pensando solamente en el partido con Cuba. También eso nos jugó en contra. La presión que nos generamos durante el partido con Cuba nos hizo entrar muy nerviosas, y así nos fue. Pero por suerte se terminó dando a nuestro favor.

"Es mi vida. Porque todo lo que me viví me pasó con el handball", afirmaba Victoria Crivelli.

«Es mi vida. Porque todo lo que me viví me pasó con el handball», afirmaba Victoria Crivelli.

¿Cómo fue la noticia de que ibas a los Juegos?

Por lo general el plantel es el mismo. Las convocadas están dentro de 25 chicas que jugamos siempre. Lo complicado era ahora cuando se cerraba la lista de Rio, que es muy corta, somos 14 más 1 (se suma al plantel solo en caso de lesión de una jugadora que no le permita continuar el torneo). El martes 12 de julio nos dieron la lista definitiva. Por el rol que una ocupa en el equipo se va dando cuenta si vas a estar o no en la lista. Pero ese día es muy duro, de sensaciones encontradas. Alegría de viajar, pero la tristeza de que mi compañera, que hizo exactamente lo mismo que yo, se queda fuera. Y más si esa compañera es una amiga, es más difícil.

¿Qué objetivo se fijaron para la competencia?

Lo que más me gustaría es jugar bien todos los partidos. A diferencia de Toronto, en esta ocasión no tenemos presión. Todos los equipos que están, en los papeles, son superiores a nosotras. Así que deberíamos ir sin presión y jugar relajadas. Mi desafío personal es encontrar nuestro mejor juego. Después, esto es deporte, y todo puede pasar. Hay equipos que si los tenés “gol a gol”, y no están acostumbrados a tan corta diferencia, podés dar un batacazo. Nosotras le apuntamos a Corea que es nuestro último partido. Pero Corea es medalla Olímpica. Suecia, es el tercero de Europa y está en nuestra zona. Pasar de ronda sería la gloria. Es diploma olímpico ya.

¿Hiciste alguna promesa por si logran el objetivo?

Todavía no se habló en el grupo. Pero se va hablar. Siempre lo hacemos. En Toronto, tras la clasificación, nos prometimos tirarnos al lago, helado, y lo hicimos. Nos vinieron a filmar de algunos canales. Personalmente no pensé en nada. Desde que dieron la lista empezamos a pensar en Río. Antes era toda la tensión de no tener certeza de ir o no. Pienso que va a ser todo tan grande lo que va  a pasar que no me lo puedo imaginar. Cuando llegue a la Villa Olímpica y me cruce con (Roger) Federer y diga “bueno, mirá dónde estoy”, ahí pensaré alguna promesa.

¿Cómo imaginás la experiencia en la Villa olímpica?

La idea es vivir los Juegos y disfrutarlos.  A quien más deseo cruzarme es a Manu Ginóbili. Es el mejor deportista argentino. Ya ir con Luis Scola viéndolo llevar la bandera nacional, será “recontra groso”. Pero bueno, Federer, (Usain) Bolt, son gigantes…

Los Juegos son en Río de Janeiro, en medio de la crisis política que vive Brasil, ¿estás al tanto de la situación?

Sí, me interesa. No me gusta lo que está pasando en América en general con el tema político. Pero no nos afecta eso. No hablamos del tema. Yo sí pero porque a mí me interesa. Nos llegan mensajes o avisos con el tema de los atentados, que Río es objetivo terrorista, y esas cosas. Eso nos llega y una piensa en la familia que va ir a vernos. Pero no creo que sea tan grave. Los deportistas estamos súper cuidados. Ya me pasó en Medellín. Es una ciudad hermosa pero con mucha polarización social y nosotras íbamos rodeadas de hombres armados. Pero eso no te saca del juego. Una hace lo suyo, te abstraés.

¿Qué opinás de la polémica que desató que la antorcha olímpica fuera llevada por la actriz-DJ argentina Calu Rivero?

Te lo digo como deportista y como estudiante de publicidad. Lo de Calu Rivero fue una movida de prensa. Fue llamativo, porque no representa en nada al deportista olímpico, que en base es amateur. Por eso chocó. No me hace gracia que la lleve, pero entiendo porque lo hizo. Entiendo, y no como vidrio, que los Juegos están bancados por sponsors y Calu es auspiciada por  una marca de ropa deportiva. Sé que tuvo que ver con eso. Es más, después (Sebastián) Crismanich llevó la antorcha representando al país.

¿Qué disfrutaste más, ¿haber ganado el premio Jorge Newbery 2015 como deportista destacada de la Ciudad de Buenos Aires o ser parte del plantel olímpico?

Los Juegos, sin duda. El premio tiene de bueno que me lo dieron por los logros que obtuvimos con Ferro. Ganamos todo lo que jugamos. Y con la Selección logramos la clasificación. Es un premio “re” de equipo. Me lo dan a mí pero son por logros de conjunto. Te cambio todos los premios del mundo por  jugar en Río.

¿Te imaginás en los Juegos de Tokio 2020?

No sé. Falta bastante. Hace mucho que hago esto y ya tengo ganas de otras cosas. Desde chica siempre tuve la suerte de viajar a torneos de categorías más grandes. Ya viví todo y es difícil encontrar una motivación. Si decido irme a jugar fuera es una forma de motivarme de nuevo. Después de Río sigo y más adelante, no sé.

¿Qué es el handball para vos?

Es mi vida. Porque todo lo que me viví me pasó con el handball. Lo que logré tener, viajar, amigos, hasta mi novio. Lo que más me deja es la gente que conocí. Siendo deportista de alto rendimiento, se compite mucho con amigas, sin duda la gente y amigos son lo mejor que me dio el handball. Afectó lo bueno y lo malo de mi vida.

Actualizada 02/08/2016