Sin pan y sin trabajo

Sin pan y sin trabajo

«Respeten al país que los recibió», decía un cartel escrito y desplegado hoy en la manifestación que llevaron adelante los distribuidores de Fargo que desde diciembre reclaman que la empresa panificadora comprada en 2011 por Bimbo México los indemnice. Otros estaban escritos por sus hijos: «Bimbo osito feo». Los carteles iban pegados en sus propios camiones y fueron en caravana desde la planta de Pacheco hasta la intersección de las avenidas 9 de julio y Corrientes, donde quedaron parados durante dos horas y media.

Luego de haber reclamado por las vías legales correspondientes, los trabajadores continúan sin respuestas de la empresa mexicana Bimbo -dueña total de Fargo en Argentina a partir de 2011- desde que los desvincularon sin pagarles indemnización el 2 de diciembre último. Luego de la movilización, los trabajadores que se acercaron hasta Capital Federal desde todas las provincias en conflicto, presentaron un petitorio en Casa de Gobierno para reclamar por las desvinculaciones impuestas a los distribuidores; los despidos en las plantas panificadoras y el incumplimiento de la Ley Antimonopolio que rige desde que Bimbo compró Fargo en Argentina. Un funcionario del Gobierno recibió el documento y les aseguró una respuesta para dentro de diez días.

Los distribuidores de Fargo se manejaban hasta el momento como pymes independientes que le compraban a Fargo asumiendo el costo, y luego vendían a clientes propios. Bimbo  se está quedando con sus fondos de comercio sin indemnizarlos por la clientela. Juliana Michele tiene 25 años y es distribuidora en Rosario. La PyME familiar arrancó hace 33 años. «Mi papá dejó la vida en esto, consolidó confianza con cada uno de sus clientes. Empezó en una bicicleta, hasta que pudo comprar el camión. A mí los clientes me conocen desde bebé. Me duele el alma porque Fargo no era así, dejaba crecer a los distribuidores pero desde que la compró Bimbo se creó un monopolio, nos vinieron a arruinar. Mi papá falleció hace tres años, estoy segura que no hubiese querido esto para nosotros. Si lo que quieren es dejarnos a un costado, por lo menos que nos paguen la indemnización que corresponde», dijo Michele a ANCCOM.

Horacio Arregui es distribuidor en San Martin desde hace 36 años. Para él lo que está ocurriendo fue planeado, ya que primero les achicaron los repartos y luego les ofrecieron un retiro voluntario. «Eran migajas lo que ofrecían. Hay gente que trabaja desde 1970. Gastan mucha plata mostrándose como una empresa que piensa en la familia, y en realidad no les importa nada», denunció.

Néstor Barchi, distribuidor en Rosario, explicó que el 80 por ciento de la venta de pan de molde en Argentina actualmente está a cargo de Bimbo, porque al comprar Fargo, obtuvo a Lactal y Sacaan. Además, Bimbo ya poseía a Trigor, y en 2015 compró parte La Salteña. Por esto, los distribuidores también buscan que se cumpla la Ley Antimonopolio. Néstor agregó: «Cuando Bimbo se desprenda de empresas va a haber competencia de calidad y precios, y va a ser bueno para el consumidor. Bimbo bajó la calidad de Fargo cuando la adquirió».

«Nos culpan a nosotros del desabastecimiento, pero es la excusa que dicen para mandarnos la carta documento. Ellos nos empezaron a desabastecer a partir de que no aceptamos la zonificación que querían imponer. La zonificación no se aceptó porque en Mendoza, cuando la implementaron, nuestros compañeros se fundieron», dijo Marcela Parody, distribuidora junto a sus hermanos y su padre.

Los conflictos de la empresa no son sólo en la distribución. Durante 2016 en las plantas fueron despedidos 108 personas en Pilar, 40 en Hurlingham y San Martín, cuatro en Avellaneda, 21 en Córdoba, 30 en la empresa Sacaan, y hay 22 trabajadores rosarinos en conflicto; sumado a los más de cien despedido que ya había realizado la empresa durante 2015.

Quieren pan, no les dan

Quieren pan, no les dan

«Bimbo me está robando los clientes», dijo uno de los 400 distribuidores de Fargo que quedó sin trabajo debido a que el Grupo Bimbo, su dueño desde 2011, decidió aplicar sus propias políticas de distribución en Argentina. Es decir, utilizar sus distribuidores en lugar de los que históricamente llevaban los productos Fargo a las góndolas. El personal histórico, con más de 40 años de trabajo, reclama una indemnización, ya que la clientela que construyeron pasaría a ser de Bimbo. El conflicto comenzó cuando Fargo les envió una carta documento desvinculándolos de la empresa.

La distribución de la empresa Fargo funcionaba, hasta el momento, a través de Pymes independientes. Cada distribuidor poseía su propio camión, mantenía una relación comercial con la empresa panificadora y asumía el costo de la compra de los productos. Luego, los vendía a sus propios clientes, como por ejemplo almacenes o supermercados. Forjaba una relación de confianza con el cliente. El primer cambio que dispuso el Grupo Bimbo en la distribución fue disponer la zonificación de la clientela, lo que significa que a cada distribuidor se le otorgaría una zona elegida por la empresa, en vez de atender a la cartera propia de clientes. «Cuando en Mendoza se dispuso la zonificación, los distribuidores acordaron porque era el primer lugar en el que se hacía y no se sabía el riesgo. Hoy hay un montón de compañeros que quebraron», dijo Darío Fantone, distribuidor de Fargo desde hace 21 años, referente de Rosario. A partir de la zonificación -explicó- se les otorgan lugares de baja densidad poblacional y la clientela forjada durante años pasa a ser tomada por distribuidores propios del Grupo Bimbo. En el caso de los distribuidores independientes, las promociones y los precios cuidados los asumen ellos mismos. Ahora, aseguran, estos costos quedarían en manos de la empresa por lo que se daría una situación de competencia desleal y les sería imposible competir en precios.

 

La abogada Alicia Vargas, defensora de los distribuidores, explicó que lo que buscan es que se haga cumplir la regulación del contrato de distribución que se especifica en el artículo 1511 del Código Civil: «La ley prevé dos tipos de indemnizaciones. Si el contrato de distribución se termina por cualquiera de las partes incluso de común acuerdo, establece una indemnización por clientela, que es el equivalente a un año de la rentabilidad del distribuidor. Por otro lado, también hay otra indemnización si la empresa rompe el contrato de manera imprevista, porque como son contratos de larga duración el distribuidor tiene su inversión a disposición de ese trabajo, en compra de unidades de transporte, productos y demás, por lo cual se le tiene que avisar con anticipación la ruptura del contrato para que tenga la posibilidad de readecuar su negocio. Cuando eso no se da, corresponde abonar la indemnización por preaviso, que está prevista en un mes de rentabilidad por cada año de antigüedad.  Hay distribuidores que tienen entre 45 y 50 años de antigüedad. Lo que les quieren dar a los trabajadores es sólo un 20 por ciento de lo que les corresponde».

Además, el histórico contrato de distribución dice que de ser pertinente puede considerarse la regulación de los contratos de agencia, concesión o franquicia, los cuales establecen las condiciones de labor de un mediador entre el productor y el consumidor. El intermediario es quien acerca el producto a partir de conocer la modalidad y requerimientos de la mercadería en una región específica. No obstante, el distribuidor cuenta con una particularidad: asume la compra del producto, por lo que su clientela pasa a ser un fondo de comercio.

Guillermo Varela, distribuidor referente de Pilar, dijo que el Grupo Bimbo en el exterior no está acostumbrado a pagar indemnizaciones, y quiere aplicar lo mismo en Argentina. Además, el trabajador expresó: «Nos culpan a nosotros de que las ventas de la empresa bajaron, pero la empresa Bimbo sube los precios. Bajaron la calidad de los productos de Fargo desde que la compraron, nosotros hicimos el reclamo en su momento y nos prometían que iban a cambiarlo en unos meses. Esto sumado a la suba del dólar, y la situación económica actual, hace que nosotros quedemos fuera del mercado». Recientemente, a Varela le prohibieron el ingreso a la empresa, y no le dieron productos para vender.

El reclamo está unificado a partir de una junta federal de la que participan trabajadores de Córdoba, Mendoza, Rosario, distintas zonas de Buenos Aires, entre otros; y se expresó de diversas maneras para hacerse visible. «En la Secretaría de Comercio nos dicen que están trabajando en el tema, pero ya hace tres meses que dicen lo mismo», señaló Fantone. El 24 de noviembre, en la inauguración de una planta de Bimbo en Malvinas Argentinas, provincia de Córdoba, los distribuidores se manifestaron para mostrar su situación y también la de trabajadores de planta que están siendo despedidos, como los 108 trabajadores de la panificadora de Pilar que echaron en septiembre. La policía los detuvo 300 metros antes de llegar. Horacio Arregui, distribuidor de la zona de San Martin, con 36 años cumplidos de trabajo, dijo: «Somos gente grande y con años de experiencia. Ese día, compañeros nuestros tuvieron que ser hospitalizados». Además reflexionó: «Muchos de nuestros compañeros están en juicio, otros despedidos, otros ya quebraron. Con nuestra labor movilizamos la economía, generamos más puestos de trabajo. En la situación  actual, más de 400 familias de distribuidores llegan a fin de año en la incertidumbre».

 

Actualizado 14/12/2016

Reporterazo

Reporterazo

En mayo de este año, el Grupo Octubre -encabezado por el secretario general del gremio de los trabajadores de edificios, Víctor Santa María- presentó su fusión con el diario Página/12. Desde entonces, los trabajadores mantienen un conflicto paritario con la empresa, que ofreció aplicar un aumento del 24,9% anual, sin otorgar ningún bono a los trabajadores, una cifra que está casi 20 puntos por debajo la inflación. Por esta razón, desde la semana pasada y hasta este miércoles la publicación salió sin firmas como señal de protesta.

El secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), Tato Dondero, denuncia que la cifra del aumento fue impuesta por la cámara de la Asociación de Editores de Diarios de la Ciudad de Buenos Aires (AEDBA), entidad que “no representa los intereses de los trabajadores de prensa”. Como contrapartida, el personal Página/12 exige un salario digno. Diego Martínez, delegado de la comisión interna del diario y redactor en la sección política, manifestó en diálogo con ANCCOM, que “el Grupo Octubre no da respuestas” y “que ha apelado por tercera vez al Ministerio de Trabajo, en donde el jefe de esa cartera, Jorge Triaca, volvió a dictar la conciliación obligatoria”. Para Martínez, “la conciliación planchó el reclamo” porque “el abogado que representa a la empresa, en la mesa de negociación con el Ministro y los representantes de los trabajadores, sigue sin ofrecer nada”. El Grupo Octubre tampoco dio ninguna respuesta ante la requisitoria de este medio para dialogar sobre el tema.

 

 

Este miércoles, termina la tercera semana de la última conciliación obligatoria dictada el mes anterior, y el Grupo Octubre se mantiene firme en su postura de darle a los trabajadores un 27% de aumento a cobrarse en cuotas durante trece meses, lo que anualizado da solo un 24,9% de incremento. Mientras tanto, los trabajadores de Página/12 publicaron una edición paródica del diario titulada “Caras y Caretas”. Los empleados subrayan que, además del titular del Grupo Octubre, Santa María es  Secretario de estadísticas en la CGT. “Reclama para su gremio lo que en su empresa no aplica”, dicen los delegados del diario en referencia al acuerdo paritario firmado por SUTERH, donde se detalla un 27,5 % de aumento hasta noviembre de este año, fecha fijada para la reapertura de paritarias. Por eso, como novedosa acción de protesta a la que denominaron Reporterazo, periodistas y administrativos decidieron baldear las veredas “para ver si Santa María registra que somos trabajadores”.

 

 

Actualizado 09/11/2016

Un diario sin patrón

Un diario sin patrón

«Cuidá la limpieza: no hay más patronal, ni maestranza, ni Dios…», advierte un cartel en el ingreso al edificio del diario Tiempo Argentino. Son las siete de la tarde de un viernes. No hay recepcionista en la mesa de entrada, los distintos trabajadores se van turnando para abrir la puerta y mantenerla cerrada con llave. Hay una sola instrucción para el portero de turno: «¡No firmar nada que llegue por correo judicial!» Muchas habitaciones y pasillos están a oscuras en un intento de aliviar los efectos del tarifazo. Recién en el segundo piso aparecen los trabajadores: unos treinta escuchan atentamente a los miembros de Gráfica Patricios, la cooperativa que imprimió los 35 mil ejemplares del diario que se vendieron en el 24 de marzo último, en la Plaza de Mayo.

En las instalaciones del periódico llaman la atención los colchones y las bolsas de dormir en los rincones. Están ahí porque no existe un momento en que el edificio quede solo: a eso le llaman “permanencia pacífica”. Mañana habrá una jornada de limpieza. De esta manera cuidan su espacio de trabajo.

«Todos los días viene a visitarnos alguien: ayer pasaron Pablo Heller y Marcelo Ramal, y también vinieron a hablar los de La Casona Cooperativa, hotel Bauen, y abogados especializados en el tema», comenta Malva Marani, una de las redactoras de la sección Sociedad. Todos vienen a compartir sus experiencias y alentar la iniciativa de estos trabajadores de prensa que, una semana atrás, votaron por convertirse en cooperativa.

Festival No Al Vaciamiento del Grupo 23, en Parque Centenario, el enero pasado

Festival No Al Vaciamiento del Grupo 23, en Parque Centenario, el enero pasado

La charla con los trabajadores de Gráfica Patricios durará casi tres horas, y responderá inquietudes de todo tipo: «¿Es muy diferente el monto del sueldo que cobraban cuando tenían patrón, del que cobran ahora en concepto de ‘retiro’ como socios de la cooperativa?», lanza uno. «¿Cómo se sobrevive como empresa autogestionada en el contexto político actual?», quiere saber otro. «¿Cómo se hace para hacer negocios con Papel Prensa?», pregunta un tercero. «¿Nos conviene hacer juicios laborales o no?», se inquiere una voz femenina. «¿Cuáles son las diferencias entre una cooperativa y una empresa recuperada?», sigue el cuestionario que parece infinito.

Los obreros gráficos llevan adelante su proyecto desde 2003 y apoyan las iniciativas de empleados en conflicto con sus patrones que deciden hacerse cargo de las empresas en que trabajan, como es el caso de los trabajadores de Tiempo Argentino. «Nosotros les imprimimos los 35 mil ejemplares, ustedes véndanlos. Si los venden, ahí recién nos pagan». Así fue el arreglo que les propusieron un mes atrás, y como resultado tuvieron que imprimir una tirada extra de diez mil unidades más para satisfacer la demanda.

Si bien la idea de trabajar sin patrón suena prometedora, sostenerse en ese camino no parece fácil. «La autogestión es el último recurso que tiene el laburante para sobrevivir», explica uno de los socios de la cooperativa gráfica.

Lazos de lucha

Para los trabajadores de Tiempo Argentino, la decisión de convertirse en una empresa autogestionada apareció como la mejor respuesta ante la crisis. «Llevamos desde diciembre sin cobrar sueldo ni aguinaldo, y encontrar trabajo no es fácil, especialmente en los medios, no están tomando personal», explica Marani. En lugar de dispersarse, la mayoría de sus compañeros optó por mantener sus fuentes de trabajo y pensar una solución colectiva. «Quizás suene idílico pero no es tan así, hasta podría decirse que fue una idea que surgió en medio de la desesperación», sostiene la periodista.

Alfonso Villalobos es editor de la sección de Economía del diario y uno de los cinco delegados de la empresa. Se ríe al recordar una anécdota de este verano, de una ocasión en la que se vio obligado a pedirle a uno de sus compañeros que no estaba en la redacción que ayudara a su mujer a matar una rata en su casa, porque él no podía abandonar su puesto en ese momento. «Hace dos años, no me habría animado a pedirle un favor como ese, pero estar luchando juntos cambió el vínculo entre nosotros», afirma y luego agrega orgulloso: «Ese día mi mujer me llamó y me dijo: ‘Siento que esta lucha me sacó un marido, pero me trajo doscientos’».

Además de periodista, Villalobos es sociólogo. Ahora, junto a otros compañeros agrupados en la ‘Comisión de Economía’, se encarga de llevar las cuentas de la empresa. “He escrito mucho sobre economía, pero estoy muy, muy lejos de tener un perfil orientado a la administración de empresas. Ninguno de nosotros se dedica a esto y lo estamos haciendo igual», comenta mientras escribe números en una planilla de Excel que detalla los ingresos y egresos de la compañía.

Victor Hugo Morales vendiendo diarios en la marcha por la memoria, la verdad y la justicia el  24 de marzo.

Víctor Hugo Morales vendiendo diarios en la marcha por la memoria, la verdad y la justicia el 24 de marzo.

Trabajadores de prensa

«Patrón rima con ladrón», reza otro de los carteles escritos a mano que cuelga de las paredes de la redacción. Hasta el momento, los empresarios dueños de Grupo 23 no han respondido por la situación de la empresa que abandonaron. «Antes de las elecciones le pedimos a Sergio Szpolski, que era el único con el que teníamos trato, que nos dijera qué iba a pasar con nosotros si ganaba (Mauricio) Macri, y nos dijo que no iban a cambiar las cosas», recuerda Marani.

Para Villalobos, era sabido que esto podía llegar a ocurrir, por el tipo de gestiones que realizaban los empresarios con el gobierno en ese momento, y por el propio currículum de cada uno. «Szpolski quebró Banco Patricios, hizo desastres como tesorero de la AMIA. Sabíamos que esto podía pasar, pero si te ofrecen trabajo como periodista en un diario no lo vas a rechazar», afirma el sociólogo y se ríe cuando recuerda que «desde hace años que nos decimos entre nosotros: ‘¡Mirá el día que ocupemos este edificio!'».

Mientras se asesoran sobre la mejor manera de cobrar los sueldos adeudados y erigirse como cooperativa, los trabajadores de Tiempo Argentino pueden mantener a sus familias gracias a los numerosos aportes que realizan distintos sectores de la sociedad. A los recursos obtenidos a través de un “Fondo de Lucha” que organizaron en el verano se suman los recursos que llegan a través de colectas que organizan los colegas de distintos medios: compañeros que trabajan en Clarín, en Telefé, en Canal Trece, en distintas empresas radiales, y también aportes individuales de periodistas. «Entre nosotros no importa la ideología del medio que te paga el sueldo, todos somos trabajadores de prensa», declara Villalobos, y hace énfasis en la importancia de la creación SiPreBa, el nuevo Sindicato de Prensa de Buenos Aires, que volvió a dar fuerza y dinamismo a los reclamos de este sector.

Gestos solidarios

Hacia la mitad de la charla con los trabajadores de Gráfica Patricios aparecen un par de compañeros para repartir una merienda navideña: turrones, garrapiñadas, maíz inflado. «Tenemos un montón de cajas con este tipo de golosinas, porque es lo que la gente nos mandaba en enero y febrero después de las fiestas», comenta Marani mientras abre uno de los paquetes. Han recibido todo tipo de donaciones: los cooperativistas de Gráfica Patricios les enviaron media res que los periodistas tuvieron que esmerarse en cortar en pedazos y dividirla en heladeras para su conservación; desde el Mercado Central enviaron un camión enorme lleno de alimentos; también recibieron donaciones de sindicatos y de grandes empresas como La Serenísima y Carrefour.

Para el inicio de clases, una amiga de Villalobos organizó una colecta de útiles y gracias a eso pudieron asegurarse de que todos los hijos de los empleados pudieran tener sus mochilas llenas al inicio de clases. «Nos vinieron a traer cosas hasta de la escuela de acá enfrente», comenta el periodista sorprendido. «Pero el caso más raro -agrega- fue el de una chica que vive en México que se enteró de la colecta por Internet e hizo una compra online de un montón de artículos a una empresa en Once para hacernos llegar su aporte».

Los trabajadores de Tiempo Argentino también se organizaron para mantener cubiertas sus necesidades de salud. Realizaron una encuesta a todos los empleados acerca de los medicamentos que necesita cada uno, y a ninguno que tuviera una enfermedad crónica le faltaron sus remedios. «Tenemos todo tipo de medicina, incluyendo cajas y cajas de anticonceptivos», afirma Villalobos, orgulloso de la gestión. También fueron visitados por un médico que atendió las consultas de varios de ellos sin cargo. En otra ocasión, se presentó un fumigador solidario para desinfectar la empresa y hasta recibieron el aporte de una peluquera que se ofreció a cortarle el pelo a quienes así lo desearan.

Mateada en la puerta de la redacción del diario Tiempo Argentino y Radio América en reclarmo al no vaciamiento del Grupo 23, en Colegiales.

Mateada en la puerta de la redacción del diario Tiempo Argentino y Radio América en reclarmo al no vaciamiento del Grupo 23, en Colegiales.

Antes de volver al papel

Mientras se preparan para volver a imprimir el diario en formato semanario, los trabajadores realizan todo tipo de labores excepto salir en busca de noticias. «Antes de poder publicar nuevamente necesitamos tener suscriptores, y para eso creamos una Comisión Comercial que se encarga de llamar a la gente para ver si le interesaría abonarse. También estamos considerando hacer convenios con empresas para que nuestros suscriptores obtengan beneficios por estar abonados», revela Marani. Además, antes de poder volver a las calles en formato papel, hace falta asegurarse la publicidad.

Así es como los periodistas de Tiempo Argentino van adquiriendo nuevas destrezas en distintas áreas ajenas a su profesión, algo que suele ocurrir en el camino hacia la autogestión. A la vez que se ocupan de cuidar sus fuentes de trabajo, están atentos a las changas que aparecen, porque hasta que el diario no vuelva a salir impreso, no habrá dinero para sueldos. “Me ofrecieron escribir diez notas por mes en un medio, a 280 pesos por nota, y lo tuve que agarrar”, comenta un periodista.

«Algo que les puede pasar, cuando sean una cooperativa, es que muchos de los socios van a creer que están trabajando en relación de dependencia «, les adelantan los compañeros de Cooperativa Gráfica y se escuchan risas. Por el momento, en la redacción de Tiempo Argentino son conscientes de que se están vinculando de una manera muy distinta a cuando tenían un patrón. «En un momento venir a la empresa empezó a significar otra cosa, se convirtió en un lugar de contención, porque acá estábamos todos en la misma», dice Marani y reflexiona: «La lucha nos hermanó».

Actualización 12/04/2016

Embargo de un millón de pesos a favor de los trabajadores de Radio América

Embargo de un millón de pesos a favor de los trabajadores de Radio América

 Una a favor: el Juzgado Nacional del Trabajo Nº 8, a cargo de la jueza Liliana Rodríguez Fernández,  ordenó un embargo contra los empresarios Sergio Szpolski, Matías Garfunkel y Mariano Martínez Rojas e hizo así lugar a una demanda de un grupo de trabajadores de Radio América (AM 1190), que reclaman sueldos impagos desde diciembre. “Se trata de un embargo de carácter preventivo por más de un millón de pesos, sobre la pauta oficial de la agencia de Noticias Télam”, dijo a ANCCOM Martín Cangini, delegado de los empleados de la emisora ante el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).

 “Hicimos varias presentaciones para embargar los bienes que hay correspondientes a Radio América, y esta es la primera que salió”,agregó la abogada Sol Morano, trabajadora de la emisora y también miembro de SiPreBa. “Se trata de un monto total de 1.050.437 de pesos y que corresponde a la deuda de 20 trabajadores –agregó-. Dentro del clima de incertidumbre en el que estamos, es una buena noticia. Esta es la única manera que encontramos para resguardar la deuda por el incumplimiento de los pagos. Hasta tanto esperamos que se resuelva el conflicto, porque por ahora no tenemos nada certero. Ni siquiera sabemos con certeza quiénes son los empresarios dueños de la radio”.

Radio Abierta de los Trabajadores de Radio América, el viernes pasado, con Matias Colombatti como conductor, y Reynaldo Sietecase y Maria O'Donnell de invitados.

Radio Abierta de los Trabajadores de Radio América, el viernes pasado, con Matias Colombatti como conductor, y Reynaldo Sietecase y Maria O’Donnell de invitados.

 Respecto a la patronal, la radio se encuentra “en un estado complejo”, según definió Matías Colombatti, productor y conductor de la emisora. Los trabajadores comenzaron un paro por tiempo indeterminado el 8 de enero, ya que la empresa, a cargo de Szpolski y Garfunkel, no les había pagado el sueldo de diciembre ni el aguinaldo. El 20 de enero se informó sobre la venta de Radio América y Tiempo Argentino al grupo Grupo M Deluxe, del empresario Martínez Rojas. “A partir de ahí se nos generaron expectativas de que se iba a solucionar el conflicto –dijo Colombatti a ANCCOM-. Sin embargo, este supuesto nuevo dueño tampoco cumplió con los acuerdos, y actualmente desapareció”.

   “El juzgado dispuso un plazo de 72 horas para que Télam deposite el dinero en su cuenta”, explicó ayer en Radio América el abogado de SiPreBA León Piasek, y detalló que el dinero quedaría “pisado” a la espera de la resolución definitiva. “Fue un juicio de rápida resolución, porque se ha comprobado la falta de pago, que el derecho que invocan es verosímil y que la situación ha tomado estado público –dijo Piasek-. Con el equipo jurídico de SiPreBA hemos iniciado otras causas similares a esta. Dentro de este clima de incertidumbre que plantean, con un plan muy claro de lucha y no resignación, han podido obtener de la justicia una muy buena noticia”. El abogado consideró que la persistencia de los trabajadores fue ejemplificadora y provechosa, y evaluó que este será recordado como “el primer conflicto importante de la era macrista”.

Radio Abierta de los Trabajadores de Radio America, 11 de Marzo

«El 20 de enero se informó sobre la venta de Radio América y Tiempo Argentino al grupo Grupo M Deluxe, del empresario Martínez Rojas. A partir de ahí se nos generaron expectativas de que se iba a solucionar el conflicto «, dijo Colombatti a ANCCOM,

 Desde la semana pasada locutores, operadores y trabajadores de prensa decidieron comenzar con una programación diaria con tres franjas horarias, de 9 a 11, de 17 a 19 y de 21 a 23: en esos espacios, en general, se expone acerca del conflicto que los afecta, de conflictos que involucren a otros trabajadores y también de experiencias de distintas cooperativas. “Empezamos a hacer estos programas como mecanismo de difusión y defensa –explicó Colombatti-. Seguimos sin cobrar nada, pero igual nos hacemos cargo de la radio, del aire, de la limpieza y de impedir cortes de los servicios”. Federico Nadersohn, productor de información y conductor de la segunda transmisión del día, completó: “No hay ni una sola persona que se haya ido de este trabajo. Eso te hace generar un lazo de pertenencia mayor con la radio”. “Acá hay mucho amor por la radio, sino ya no estaríamos”, concluyó Colombatti.

 El próximo viernes la emisora contará con la visita del periodista y relator Víctor Hugo Morales, quien fuera despedido de Radio Continental a comienzos de año y será protagonista de la cuarta “radio abierta” organizada por los trabajadores. El encuentro está pautado para las 18 en Amenábar 23, casi esquina Dorrego, sede de América 1190.