“No hay filosofía sin práctica”

“No hay filosofía sin práctica”

Emilio Toshiro Yamauchi es argentino aunque su nombre es – casi – japonés. Su padre era nipón.  Medirá metro ochenta como mucho y es corpulento. Tiene mirada profunda, cejas pobladas, barba completa y la cabeza rapada. Toshiro es maestro zen y sensei del Dojo Zen de Buenos Aires. Fue el primer argentino en recibir la ordenación de Maestro en tierra argentina en 2016. Y es discípulo de Kosen Thibaut, el francés heredero de Taisen Deshimaru, el japonés que dio a conocer el zen fuera de Oriente.

El budismo zen es la rama del budismo más popular en Occidente. La ausencia de un dogma y la simpleza de la práctica permiten que sea relativamente fácil para los occidentales. El zen se muestra a sí mismo como una filosofía, un modo de entender el mundo, y no como una religión. En el zen no hay obligación ni exigencia. Su objetivo es alcanzar la sabiduría más allá del discurso racional. El hombre puede eliminar su sufrimiento si elimina su ego a través de la práctica del zazen, una técnica de meditación donde los practicantes se sientan sobre un almohadón en silencio durante una hora y media, en dos tramos y con un descanso en el medio.

El Dojo Zen de Buenos Aires es un local que bien podría ser otra cosa. La vidriera es de un vidrio gris opaco y tiene escrito el nombre en negro. Adentro, una recepción con un escritorio marrón antecede al espacio donde se hace la práctica: un biombo con kimonos colgados, una estantería con los almohadones – llamados zafu -, una mesa con sillas, y el tatami, donde el maestro se sube a saludar al Buda en la ceremonia final. Mientras los practicantes se sientan a meditar de cara a la pared.

Toshiro está sentado a la mesa vestido con sus atuendos tradicionales – un kimono blanco que proviene de Japón, uno negro de China y una tela cuadrada colgada sobre su pecho, un kesa especial, que usan sólo los maestros y procede de la India. Mientras habla toma del pico de una botella de Coca Cola. A su alrededor un par de discípulos se acomodan a escucharlo.

 ¿Qué es el zen?

La pregunta de “maestro, que es el zen” tiene muchas respuestas. Por ejemplo, el aplauso de una sola mano. El ciprés del patio. O una cachetada. Todas son buenas respuestas para responder qué es. Pero si bajamos a una dimensión más tangible podemos decir que el zen es la filosofía y que el zazen es la práctica. Para nosotros no hay filosofía sin práctica, porque la manera de acceder a la filosofía es a través de la repetición de la práctica. Entonces el zen es zazen.

 ¿Y en qué consiste esa práctica?

 El zazen es repetir, imitar, recrear la postura, la respiración y la actitud del espíritu que tuvo el Buda en el momento de despertarse. Eso es lo que se ha transmitido de maestro en maestro y de generación en generación.

 ¿Y cómo se realiza?

 El zazen tiene tres pilares fundamentales: la postura, la respiración y la actitud del espíritu. La postura es sentarse en loto o medio loto, con la pelvis basculada al nivel de la quinta vértebra lumbar, empujando la tierra con las rodillas y el cielo con la cabeza, alineando el perineo con la cabeza en una misma línea. Mentón adentro, nuca estirada, ojos a 45 grados, la parte superior de la espalda bien derecha como un precipicio. La palma izquierda sobre la palma derecha con los dedos sobre los dedos. Los pulgares que se cruzan en la mitad de la palma paralelos al suelo. Una vez que la postura está equilibrada, los hombros y las piernas relajados, uno se concentra en la respiración. La inspiración es corta, automática, y la exhalación es larga y suave. La actitud del espíritu es que no hay que moverse. El zazen no es sólo silencio auditivo sino también silencio de movimiento. Por una hora y media no nos movemos. Si se mueve le gritamos “¡No se mueva!”, porque nos parecemos más a un artista marcial que a un cura. La práctica es marcial. No estamos “Bueno, hermano, seamos todos hermanos y abracémonos…” sino que estamos “¡Hacé tu mayor esfuerzo para ajustarte a la postura!”

 ¿La práctica que se hace en nuestro continente difiere de la que se realiza en Oriente?

 Sí. En Oriente hay algunos templos que abren a los laicos, pero en general está circunscripta a los monjes. Nosotros somos esos profesionales, esos laburadores que hemos abrazado la práctica pero no vivimos en un templo. Vivimos donde la gente sufre. Para nosotros no hay nada más especial que la condición normal. No nos gustan las condiciones especiales. Tenemos Dojos en las ciudades, donde la gente tiene su familia, su sexualidad, su trabajo, su nivel cultural y todos nos juntamos a hacer una cosa que es practicar.

 ¿Cómo se aprende entonces la filosofía zen si no puede estudiarse?

 El zen no puede estudiarse con un libro. La transmisión es de espíritu a espíritu, de corazón a corazón, de maestro a discípulo. Y es más allá de las palabras. Había un maestro que retorcía las narices ante cualquier pregunta. Otro que daba bastonazos. En estas épocas tenemos maneras más inteligentes. Yo no ando golpeando a nadie, pero sí los maestros tienen la misión de sacudir el espíritu del practicante.

 ¿Cómo es esa relación entre un discípulo y su maestro?

– Normalmente el discípulo está dormido y el maestro lo ayuda a que se despierte por las suyas. El maestro puede ser un idiota. ¡Sino yo no sería maestro!

 ¿Cualquier persona puede practicar y enseñar?

 No. De cien personas que hacen zazen por primera vez, si tres continúan yo me pongo contento. No es algo fácil. Al principio es doloroso. El cuerpo se resiste porque no está acostumbrado. El espíritu también. Al principio no es fácil, pero si repetís, a los diez años ya no es tan difícil. A los veinte menos. A los treinta un poquito menos. Pero difícil es siempre.

¿El zen tiene una utilidad o una función en la vida de las personas?

 No. El zazen se hace para nada. Sin objetivos. Yo lo que le digo a los principiantes es que si al principio tienen que tener un objetivo que sea “bueno, voy a practicar esto porque este gordo me dijo que era la mejor manera de ayudar a los demás” o “voy a practicar esto para ayudar a mi país, a mi familia”. Pero no “para mí, para mí, quiero una novia linda y rubia, quiero plata, quiero ser inteligente”. La práctica sí tiene beneficios. La respiración hace como un masaje al corazón. Los monjes zen tienen un umbral de dolor mucho más alto y largo que cualquier persona que no practica. Se desarrolla un montón la capacidad de concentración. Se desarrolla la intuición. Pero si uno lo hace con un objetivo, no es zazen.

Toshiro habla claro, contundente, sin tapujos. Lenguaje coloquial, poco místico. De no ser por la túnica y el lugar en el que está se lo podría confundir con otro argentino más. Nació en 1962. A los ocho años viajó a Japón y conoció los templos zen. Los edificios lo impresionaron, lo marcaron. Hizo el primario y secundario en un colegio católico. Incluso se recibió de catequista. Cuando tenía dieciocho le tocó hacer el Servicio Militar Obligatorio, la colimba, y en el ´82 se lo llevaron a Malvinas. Toshiro es excombatiente de aquella guerra del final de la dictadura.

¿Cómo llegó usted a la práctica del zazen?

 Yo tengo una formación católica. Pero en la Guerra de Malvinas vi curas que bendecían armas y que instaban a matar al enemigo. Curas vestidos de milicos. Ahí dije “a esto no quiero pertenecer”. Durante diez años fui totalmente agnóstico.

 ¿Qué recuerda de la guerra?

 El olor a carne quemada. Muchas veces sueño con eso. Tengo trastorno de estrés postraumático. La guerra nos superó a todos. No estamos preparados para vivir una cosa así. Me tocó ver cosas muy feas.

 No tenía planes de entrar en el Ejército…

 ¡Ni a palos! Era rockero, estaba a favor de la paz. Pero había que hacer la conscripción. Igual con gusto hubiéramos dado la vida no por los milicos sino la vieja de él, por el almacenero de acá a la vuelta. Por los argentinos hubiésemos dado la vida con gusto.

¿Cree que esa experiencia en parte lo llevó a buscar el zen?

 Seguro que tuvo una influencia, sí. Por lo menos me llevó a abandonar el catolicismo y a ser agnóstico por un montón de años antes de conocer a mi maestro en Francia.

Toshiro tiene dos nombres más: Taigen, que significa “gran origen” y que se lo dieron en el ´94 cuando se ordenó de bodhisattva – persona comprometida con alcanzar la iluminación – y Toshi, que se lo dio su maestro en el ´97, cuando lo ordenó monje porque así le decían en su casa de chiquito.  Habla con tono firme pero suave. Hace silencios, mide las palabras, no se sobresalta. No hace gestos. Cruza sus piernas y las descruza. De tanto en tanto deja sacar una metáfora, una parábola, una alegoría. Su Coca Cola se vacía, trago a trago.

 ¿El zen cree en Dios?

 No cree en un Dios con barba que te dice que te portaste mal y ahora te vas a ir al infierno. Es más natural. Se habla del “poder cósmico fundamental” o del “ki universal”, la “energía que mueve todo”. El zen nos hace más responsables como seres humanos. Nos hace asumirnos como seres humanos. Nos hace asumir nuestra parte de Dios.

¿Entonces se cree en el bien y el mal?

 Sí. Pero se va más allá. Más allá del bien y el mal, lo justo y lo injusto, más allá. En el zen no se afirma blanco o negro. Se afirma blanco y negro a la vez. El buda dijo “todas las verdades son refutables”. O sea que toda afirmación tiene su negación también válida.

 El zen habla mucho sobre el ego y la necesidad de romperlo. ¿Es posible?

 Un error muy común de la gente es creer que abandonar el ego es “¡ego, te voy a abandonar!” Y no es así. Zazen es abandonar el ego y se da de manera natural, automática e inconsciente. No es que decís “ahora voy a abandonar el ego” sino que es una práctica que hace que el ego se abandone.

 

Del dicho al hecho…

Del dicho al hecho…

Marcha de las sillas vacías en Plaza de MAyo.. Personas con distintas discapacidades y sus familiares marchando en fila por sus derechosEn el año 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó al 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Más de una década después, en el año 2006, la misma institución aprobó un documento en el cual se establecía, entre otras cosas, al término personas con discapacidad como el pertinente para denominar a quienes tengan “deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que (…) puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con los demás”.

Estos antecedentes históricos, basados en un modelo social de inclusión con foco en los derechos humanos, fueron el punto de partida para que, a fines de 2017, el Gobierno firme el decreto 868/2017 que establecía la creación del Plan Nacional de Discapacidad. Pasado un año de ese hecho, ¿Qué hizo el Poder Ejecutivo respecto de ese tema?

El documento garantizaba la implementación de políticas públicas reguladas por la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) que, en conjunto con la participación activa de organizaciones no gubernamentales, permitieran la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad a la hora de insertarse en los diferentes sectores de la sociedad. No obstante, la actualidad muestra que la distancia entre el dicho y el hecho es cada vez más extensa.

“Después de un tiempo, nos fuimos dando cuenta que el plan era puro marketing, hay muy pocas iniciativas concretas por parte del Gobierno” afirma Marcelo Betti, presidente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI). En paralelo, Betti agrega que “el sector es uno de los más afectados por el ajuste, ya que hay una quita paulatina de pensiones no contributivas desde 2016. Las personas con discapacidad tienen un gasto mayor que el resto de la sociedad y su nivel de ingresos es muy bajo. Según un informe de la OIT, el 80 por ciento de quienes integran este colectivo son desempleados”.

Hombre con discapacidad motriz hablándole a un grupo de personas en la marcha

“A la pobreza hay que agregarle la quita de las pensiones y la falta de respuesta gubernamental ante el pedido de pensiones nuevas», dijo Martín Passini.

Si bien la desocupación es una de las problemáticas más lacerantes en el país a nivel general, la cuestión se agrava ante el incumplimiento de pautas dentro del mismo aparato estatal. En diálogo con ANCCOM, Martín Passini, miembro de la Mesa de Trabajo en Discapacidad y Derechos Humanos de Córdoba, explica que “el Estado tanto a nivel nacional como provincial está obligado a tener un cuatro por ciento de trabajadores con discapacidad en cada organismo, sin embargo hoy en día el cupo no llega al uno por ciento”.

Passini, quien también forma parte del Observatorio de Salud Mental y Derechos Humanos de la misma provincia, asegura que “a la pobreza hay que agregarle la quita de las pensiones y la falta de respuesta gubernamental ante el pedido de pensiones nuevas. Además hubo una regresión ya que las pensiones se volvieron a regir de acuerdo a un decreto del año 1997 que se centra en los grados de invalidez de cada persona en particular y no en los problemas del entorno, oponiéndose a lo reglamentado por las Naciones Unidas en 2006”.

Otra de las premisas incluidas en el plan es el acceso a la educación, aunque lejos está de establecer prioridades o metodologías de aplicación específicas para los diferentes niveles. “La ANDIS no tiene relación con nosotros, nunca nos ha hecho participar. Las actividades que hacemos son junto a otras organizaciones y con el mínimo presupuesto posible” asegura Natalia Barroso, quien integra la Comisión de Inclusión de Personas con Discapacidad (CIPeD) de la Universidad de Salta (UNSA). En la misma línea opina Daniela Pérez Rangeon, licenciada en Trabajo Social e integrante de la CIPeD, quien entiende que “el recorte presupuestario incide directamente en la accesibilidad de nuestros estudiantes e impide la inclusión plena, hay que entender que no todos parten del mismo lugar ni tienen los mismos recursos”.

Mujer con un cartel que dice:"Mis capacidades son diferentes y lo tuyo es discapacidad indiferente"

“El recorte presupuestario incide directamente en la accesibilidad de nuestros estudiantes e impide la inclusión plena», dijo Daniela Pérez Rangeon.

La ausencia del Estado se pone de relieve en casos como los del Cottolengo Don Orione, institución centenaria abocada a la asistencia de personas con discapacidad que en la actualidad sufre el embate del brutal ajuste. “Hay una conjunción de atraso de pagos y desactualización de aranceles que nos genera una incertidumbre permanente”, sostiene Beatriz Pérez, coordinadora del organismo. En consonancia, Pérez agrega que “están mintiendo respecto a la supuesta cancelación de la deuda, el último pago que recibimos corresponde al mes de junio. Por la falta de regulación no se están recibiendo prótesis ni medicamentos, además los transportes dejan de brindar servicios y eso es algo esencial ya que no contamos con vehículos adaptados a nivel público, incluso hay lugares que no tienen transporte”.

Precisamente la falta de movilidad es el principal conflicto que afronta Cecilia Watkins, ciudadana de Corrientes capital y tutora de su hermana María Graciela, quien tiene síndrome de Down. “Ella tiene PAMI como obra social y es un desastre, deberían pagar el instituto y el transporte pero no se hacen cargo de nada”, aclara. En la misma línea, Julieta Blayer, vicepresidenta de la Federación de Entidades Pro Atención a las Personas con Discapacidad Intelectual (FENDIM), entiende que la situación es cada vez más apremiante. “Como mamá de una persona con discapacidad de 40 años considero que día a día hay menos posibilidades de que accedan a una mejor calidad de vida”, sostiene.

Según la línea argumental del Plan, la participación multisectorial es un pilar fundamental a la hora de generar políticas de inclusión. Sin embargo, Daniel Ramos, presidente del Consejo Argentino para la Inclusión de las Personas con Discapacidad (CAIDIS), asegura que “la medida fue anunciada sin consulta previa ni posterior a los organismos especializados”. Tanto Passini como Betti coinciden también en cuanto a la unilateralidad en el armado del proyecto. Pese a esto, el presidente de REDI subraya que “más allá de intereses contrapuestos, la gravedad de la situación genera una homogeneización de los grupos a la hora de marchar y reclamar por nuestros derechos”. En tiempos turbulentos, consideran, la unión emerge como uno de los escasos remedios contra la incapacidad de quienes gobiernan.

Sillas de ruedas vacías con letreros escritos que dicen: "No al ajuste en discapacidad"

“El sector es uno de los más afectados por el ajuste, ya que hay una quita paulatina de pensiones no contributivas desde 2016″, dijo Marcelo Betti.

Otros dos asesinatos estatales, impunes

Otros dos asesinatos estatales, impunes

Cartel con un dibujo del rostro de Justicia por Rodolfo Orellana pidiendo justiciaEl pesado y acalorado ambiente que predomina en la Avenida de Mayo y la 9 de julio no impide que se congreguen poco a poco múltiples banderas de distintos colores e insignias. El objetivo es marchar en dirección al Congreso de la Nación para luego manifestarse en dos destinos: la Casa de la Provincia de Buenos Aires y la Casa de Córdoba. A todos los motiva un mismo sentimiento, la indignación generada por el asesinato por la espalda de dos integrantes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), con dos días de diferencia entre cada caso.

El asesinato del trabajador textil Rodolfo Orellana ocurrió en la madrugada del jueves, durante un desalojo policial basado en una toma de terrenos en el partido de La Matanza. Ese día también fueron detenidos Mirian Calizaya, Hugo Vedia, Alanes Coria y Wilson Delgado, quienes fueron liberados ayer. El otro caso es el de Marcos Soria, la CTEP denunció que el sábado sufrió una brutal golpiza en un descampado, por parte de dos uniformados, luego resultó ultimado por estos en el barrio Ciudad Obispo Angelleli II, al sur de la ciudad de Córdoba. La versión policial planteó que los disparos efectuados a Soria se realizaron mientras él intentaba huir, luego de cometer un robo con un presunto cómplice, quien se encuentra detenido.

Bandera amplia con letras pintadas que dicen: "Justicia por Rodolfo Orellana y Marcos Soria". De fondo la Manifestación.

“Las órdenes directas de la ministra de seguridad, Patricia Bullrich, son primero disparar y después preguntar», dijo Luciano Álvarez.

“Hay una escalada represiva avalada por la Presidencia de la Nación porque sino, ¿qué fue la felicitación que Macri le dio a los dos tiros por la espalda efectuados por el agente Chocobar? Nunca se dijo tampoco quién mató a Rafael Nahuel por la espalda ¿Y ahora Orellana y Soria? ¿Se piensan que nos vamos a quedar callados?”, expresa el cineasta y actual senador Fernando “Pino” Solanas a ANCCOM mientras camina al frente de una columna de manifestantes que ya lleva varias cuadras de extensión. A su lado se encuentran los representantes gremiales Juan Grabois, Roberto Baradel, Hugo Yasky y Pablo Moyano. Atrás brindan su apoyo las filas de la CTEP, ATE, CTA, Barrios de Pie, MP La Dignidad, el Polo Obrero y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), entre otras organizaciones sociales.

“Las órdenes directas de la ministra de seguridad, Patricia Bullrich, son primero disparar y después preguntar, como también primero dispersar la manifestación antes que saber cuáles son los motivos de los reclamos. Pero por más que quieran matar o judicializar a nuestros compañeros, vamos a seguir demostrando el más grande arco de solidaridad en las calles”, descarga Luciano Álvarez, de la organización Los Pibes perteneciente a la CTEP. A los dos costados de la columna, sobre la vereda, se vislumbran transeúntes dispersos y desconcertados ante el masivo movimiento de gente. Algunos se detienen a aplaudir, otros miran para otro lado con indiferencia. Pero nada detiene el andar de los concurrentes que ya llegaron al Congreso de la Nación y se disponen a doblar en dirección a la avenida Corrientes.  

Un cordón policial presente en la entrada de la Casa de la Provincia de Buenos Aires, espera a la muchedumbre, que se detiene para acercarles una base de madera que sostiene la figura de la Virgen María con banderas blancas de la CTEP. Otro cordón se forma al frente de los uniformados, es distinto, ya que están tomados de las manos y poseen chalecos blancos con la insignia de aquella organización gremial. De fondo se escucha a León Gieco por los parlantes de una camioneta: “¡Bajen las armas que aquí solo hay pibes comiendo!”. A continuación, toma la palabra Esteban “Gringo” Castro, secretario general de CTEP: “La muerte de nuestros compañeros y compañeras en los barrios populares son la consecuencia de una política de hambre, saqueo y de represión que lleva adelante el Gobierno. No vamos a mostrar violencia y ser funcionales a su política. Queremos la paz, pero como fruto de la justicia social”.

Nora Cortiñas, Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo, toma la palabra en la marcha

“Vengo a traer solidaridad y repudio ante la violencia institucional desatada contra el pueblo», dijo Nora Cortiñas.

Si bien la puesta en escena se repitió en la siguiente y última parada, la Casa de Córdoba, la sorpresiva presencia de Nora Cortiñas entusiasmó a la mayoría, que la recibió con cálidos abrazos y cantos: “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”. La cofundadora de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora fue la encargada de concluir la intensa jornada de lucha: “Vengo a traer solidaridad y repudio ante la violencia institucional desatada contra el pueblo. Es una violencia que demuestra el odio y el miedo que las autoridades nos tienen. Hay que resistir en la calle a esa política, impuesta por el FMI y traída con más fuerza por el G-20, que viene a quedarse con nuestras riquezas y nuestra soberanía. Los vamos a mirar de cerca para decirles que vamos a seguir luchando y que no nos vencerán”.

   

“Estamos reclamando un derecho, no una limosna”

“Estamos reclamando un derecho, no una limosna”

Fotografía de la Marcha de las Sillas Vacías donde se ven carteles sobre sillas de ruedas contra el ajuste en discapacidad.Ciento veintitrés sillas de ruedas vacías se colocaron ayer a la mañana alrededor de la Pirámide de Mayo bajo el lema “Hagamos visible lo invisible”. El acto, convocado por el Foro Permanente para la Promoción y Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad (Foro Pro), culminó con la entrega de un petitorio al presidente Mauricio Macri en la mesa de entrada de Casa Rosada con las siguientes exigencias: cesar con la quita de pensiones no contributivas por invalidez; cumplir con la atención integral del Programa Incluir Salud que otorga medicamentos y prótesis; regular los pagos de las prestaciones; cumplir con la ley de cupo laboral, y revisar los aranceles de los profesionales, teniendo en cuenta el costo de vida y las paritarias.

“Queremos nuestros derechos”, gritaban dos personas con síndrome de Down, mientras alzaban en alto bastones blancos y verdes junto a las personas que empujaban las sillas vacías alrededor de la Plaza de Mayo. “Deben ser revisadas las normativas actuales en discapacidad y en el proceso histórico de entrega de pensiones. Sabemos que la situación es difícil, pero no hay que descuidar a quienes necesitan apoyo para su desarrollo. No se puede generar angustia en personas con discapacidad”, dijo uno de los miembros del Foro Pro, Darío Ramírez.

“Estamos reclamando un derecho, no una limosna. Estamos recordando al Estado que somos los acreedores, no los deudores. Hay que pensar en la gente. Los ajustes pueden llevar a las personas con discapacidad a la desatención, al abandono, a no poder acceder a sus derechos básicos”, afirmó Beatriz Pérez, coordinadora técnica e integrante del Sistema Único en Representación de las Instituciones de Discapacidad.

Personas marchan contra el ajuste en discapacidad.

«Los ajustes pueden llevar a las personas con discapacidad a la desatención, al abandono, a no poder acceder a sus derechos básicos», afirmó Beatriz Pérez.

“Por un lado, la cantidad de horas autorizadas para las prestaciones fueron recortadas, y por otro, en lo que respecta a las pensiones, tengo pacientes a quienes se las volvieron a otorgar recién después de un año”, señaló la psicopedagoga Romina Abella Proz. En relación a los aranceles y los pagos, precisó: “En algunos casos, no me abonan desde enero, y en otros lo hacen a tres o cuatros meses de realizada la prestación. A esto se suma la desactualización, ya que no aumenta el valor nomenclador desde octubre de 2017. Nosotros no recibimos subsidios ni dádivas del Gobierno. La ley N° 24.901 establece la obligatoriedad de que el Estado y las obras sociales brinden cobertura a las personas con discapacidad de cualquier condición social”.

Ornella, psicopedagoga y coordinadora de Inclusión Escolar de la Asociación Civil Construyendo por la Integración, puntualizó: “Varias personas recibieron el certificado el año pasado y les dijeron que eran por plazos muy breves, y este año no se los han renovado. Hoy están becadas desde nuestro centro, tratamos de apoyarlas como podemos, pero a veces nos quedamos sin recursos”.

El programa Incluir Salud garantiza la cobertura a titulares de pensiones no contributivas que no cuentan con obra social e incluye la entrega de medicamentos, prótesis y órtesis, y servicios como radioterapias y oxigenoterapia domiciliaria, pero los incumplimientos son reiterados, de allí el reclamo para que se regularice.

Lo mismo ocurre con las pensiones. “El decreto 432 de 1997 es muy restrictivo, si hoy se aplicara taxativamente quedaría un montón de personas con discapacidad fuera de la cobertura afirmó Beatriz Pérez–. La pensión es fundamental para que puedan acceder a las prestaciones porque la atención es el primer derecho que tienen, por eso pedimos una revisión de los criterios de otorgamiento antes de auditar las ya otorgadas”.

Personas en la Casa Rosada manifestándose contra el ajuste en discapacidad.

«La pensión es fundamental para que puedan acceder a las prestaciones porque la atención es el primer derecho que tienen», dijo Beatriz Pérez.

El tema del cupo laboral en el Estado –estipulado en un 4 por ciento– tampoco se cumple. Gisela, presente en la marcha, relató: “Me informaron que tenía que hacer un curso de capacitación. Presenté los certificados de discapacidad  y cuando fui a hacer el curso me dijeron que no había suficientes inscriptos”.

Hace 17 años, en 2001, durante el gobierno de Fernando De la Rúa, centenares de sillas vacías habían sido dispuestas frente a la Casa Rosada. Como entonces, hoy el reclamo es el mismo. Darío Ramírez sostuvo: “Esa marcha en 2001 tuvo repercusión nacional, también nos encontrábamos en una situación de crisis, hoy el petitorio tiene muchos puntos en común. La sociedad ha ido comprendiendo la lucha de las personas con discapacidad pero falta que los funcionarios de turno protejan nuestros derechos”.

Manifestantes tocando instrumentos en la Marcha de las Sillas Vacías.

El tema del cupo laboral en el Estado –estipulado en un 4 por ciento– tampoco se cumple.

Manifestantes contra el ajuste en discapacidad posan para una foto sosteniendo stickers de la marcha.

Darío Ramírez explicó: «La sociedad ha ido comprendiendo la lucha de las personas con discapacidad pero falta que los funcionarios de turno protejan nuestros derechos».