¿Qué hay detrás del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán?

¿Qué hay detrás del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán?

Un proyectil en la comunidad de Ivanyan, en la región separatista de Nagorno-Karabaj.

Armenia es un país de mayoría cristiana ortodoxa, con características étnicas particulares y un alfabeto propio. Está situada en una región de mayoría musulmana chiita. Entre 1915 y 1923 se desarrolló el Genocidio Armenio a manos de los llamados Jóvenes Turcos quienes respondían a los intereses del Imperio Otomano. Esto incluyó matanzas y migraciones forzadas, y se estima que cerca de 1,5 millones de armenios fueron asesinados. Esta masacre dio origen a la diáspora armenia, un proceso migratorio que llevó a la constitución de comunidades por el mundo. De los 12 millones de armenios, sólo 3 millones viven en su nación. Por otro lado, está Azerbaiyán, un país de afinidad etnico-religiosa con Turquía, que triplica a su vecina Armenia en población, territorio y PBI. Su economía explota recursos gasíferos y petrolíferos que Azerbaiyán explota del mar Caspio, y exporta a Israel y el sur de Europa. 

Cronología de una guerra anunciada

En 1988 se inicia un conflicto armado entre Armenia y Azerbaiyán conocido como la guerra del Alto Karabaj. Ocurrió durante la desintegración de la Unión Soviética tras la fallida reestructuración económica de Mijail Gorvachov. En 1991, Nagorno Karabaj se proclama República Independiente, pero no recibe ese reconocimiento por la comunidad internacional. En 1994, un alto al fuego puso fin a la disputa por Artsaj. En esa disputa los armenios tomaron los territorios que rodean a Artsaj para conformar un cordón de seguridad y facilitar el vínculo con el territorio, desplazando a los azeríes de la zona. Las tensiones permanecieron y en 2016 hubo una nueva escalada que llevó a la “Guerra de los 4 días”. A mediados de 2020 comenzaron nuevamente las tensiones y para septiembre se recrudece el conflicto.  

Aquí amerita una aclaración, “es la primera vez que el conflicto militar en 30 años tiene un nivel tan alto y dura tanto tiempo”, sostiene Paulo Botta, analista y profesor universitario especializado en Medio Oriente.

Muchos analistas entienden que estos enfrentamientos son de origen religioso, pero existen divergencias al respecto.

Al enfrentamiento se suma un nuevo problema: las acusaciones cruzadas y las dificultades para esclarecer los hechos. Mientras Armenia sostiene que los azeríes atacan a civiles e involucran sicarios sirios en el conflicto, los azeríes señalan que los armenios disparan misiles contra su segunda ciudad más importante. 

Muchos analistas entienden que estos enfrentamientos son de origen religioso, pero existen divergencias. Según Botta “es un juego geopolítico. Acá estamos hablando de un territorio, no es un conflicto religioso”. En otro sentido, Claudio Fantini, periodista y politólogo, entiende que la religión juega un rol importante pero que esta “debe ser entendida como un molde cultural. El cristianimo y el islam pasan a ser una forma de ver el mundo y relacionarse”. Ambos coinciden en que las dimensiones del territorio no son nada desdeñables. 

El español Jorge González Márquez, periodista de Descifrando la guerra, sostiene que “el componente étnico es fundamental para la comprensión histórica del conflicto. En su origen éste se debe a las aspiraciones de una población -respaldadas por un Estado- en territorio azerí que, debido a sus diferencias étnico-religiosas con la mayoría de la población azerí, busca alcanzar la independencia o la unificación con un tercer Estado, que les respalda, y con el cual se sienten más identificados”. González Márquez agrega la importancia histórica de la región para ambas naciones. “Susha, para Azerbaiyán, y Stepanakert, para Armenia, son ciudades con notable relevancia en la construcción de su mito histórico”. “No podemos ignorar el hecho de que la región posee una importante riqueza mineral”, agrega.

Una casa dañada durante los enfrentamientos entre las fuerzas armenias y azerbaiyanas en el distrito de Tartar.

¿Qué hace el resto del mundo?

La comunidad internacional siempre fue activa en este conflicto. En 1992 se formó el Grupo de Minsk para resolver el enfrentamiento, encabezado por Rusia, Francia y Estados Unidos. Sin embargo, hoy los países del cáucaso toman acciones independientes. “Desde que se reinició el conflicto, se ve un activismo muy fuerte por parte de Turquía, [que] está alentando a Azerbaiyán y le está brindando todo su apoyo”, sostiene Fantini, en tanto explica  que “desde que llegó al poder Erdogan, uno ve un proceso de sultanización del cargo de gobernante en Turquía” 

En el mismo sentido, Botta considera que “Turquía está con una política exterior muy asertiva, muy activa en toda la región del mediterraneo oriental. Ahora en el Cáucaso se ha posicionado de una manera clarísima del lado de Azerbaiyán. (…) se ha convertido en un vínculo muy claro el apoyo turco a nivel militar”.

Otro interrogante es la participación de Rusia, que tuvo un rol clave en el alto al fuego del 94. Por su afinidad con Armenia, se esperaba un rol más activo porque “Armenia forma parte de las grandes instituciones de cooperación euroasiática guiadas por Rusia, particularmente la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, en la cual el ataque a una de las partes debe ser considerado como un ataque a todas”, sostiene Botta. 

Sin embargo, Rusia mantiene neutralidad diplomática. “El gobierno actual de Armenia [con Nikol Pashinian como Primer Ministro, electo luego de la Revolución del Terciopelo en 2018] tiene una relación muy tensa con el ruso. Entonces, a pesar de que Armenia tiene una estructura de vinculación histórica muy fuerte con Rusia, y existe una base rusa en la segunda ciudad de Armenia, Gyumri, con tropas rusas que se hacen cargo de la seguridad en las fronteras entre Armenia e Irán, y Armenia y Turquía. A pesar de todo eso, la relación con el actual gobierno armenio no es muy buena. Y esa sería una de las causas por las cuales ha sido tan tibia la respuesta de Putin”. 

Rusia es además el principal socio comercial de Armenia. Las remesas enviadas por armenios en aquel país no son menores. Al cierre de esta edición, Putin apelaba a la colaboración de Erdogan para respetar el “alto al fuego” y desescalar el conflicto.  

Estados Unidos y la Unión Europea no toman una postura clara en el conflicto.

Mientras tanto, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos no toman una postura clara. Desde la UE, Francia “se posicionó de manera muy clara del lado armenio. En este caso no tiene solamente que ver con Azerbaiyán sino sobre todo con Turquía, porque Francia en los últimos dos meses ha chocado con Turquía por las fronteras en el mediterraneo con Grecia, por la política turca en Libia, y por los yacimientos de gas en el mediterrano oriental.” dice Botta. 

Otro actor para atender es Irán, con el cual limitan los dos países. “Se considera que el 20 por ciento de la población iraní son azeríes, hay más azeríes en Irán que en Azerbaiyán”, detalla Botta, quien agrega que “ha habido varios intentos de reunificar a los azeríes del norte con los azeríes del sur, y eso no es algo que le agrade mucho a Irán”. En el mismo sentido, Fantini prevé que el temor de Irán “es que los azeríes, si se vuelven fuertes con el apoyo de Turquía, busquen crecer territorialmente”. 

Israel también tiene un interés estratégico. Armenia denunció la venta de armas por parte de Israel a los azeríes y como respuesta retiró a su embajador en el país. Este accionar no es arbitrario: “El 40 por ciento del petróleo que consume Israel es azerbaiyano”, analiza Botta, y agrega que “esta relación también beneficia a Israel. Mientras la relación entre Israel e Irán es cada vez más tensa, Israel tiene un aliado en la frontera de Irán, lo que no es menor”. 

Sobre una posible resolución, los panoramas son poco alentadores y diversos. “Si Azerbaiyán impone su poder sobre Nagorno Karabaj, no sé si va a seguir permitiendo que la mayoría sea armenia. De un modo u otro van a empezar a hacer limpieza étnica para turquificar ese territorio”, advierte Fantini.

Botta, por otro lado, considera que un escenario así es poco probable y resultaría contraproducente para Azerbaiyán, porque busca convertirse en un actor relevante de la comunidad internacional. Respecto a las posibles reconfiguraciones de la región, 

González Márquez agrega que podríamos estar frente a un nuevo escenario geopolítico. “El primero de estos cambios sería la entrada de Turquía como un actor central para la región, algo que ocurriría si Azerbaiyán consigue imponer su criterio en el proceso diplomático o una victoria militar.El segundo sería el potencial ‘retorno pleno’ de Armenia a la esfera de influencia rusa, y el tercer cambio destacable sería el declive final de la influencia occidental en la región”.  

Al cierre de esta edición, seguía vigente el alto al fuego impuesto el sábado 10 de octubre, que fue incumplido por ambos países a pesar de la insistencia de la comunidad internacional en respetarlo y evitar la escalada del enfrentamiento armado.

 

Misa por la paz

Carlos Varty Manoukian, presidente del Centro Armenio de la República Argentina, explica la posición de la comunidad local y  la “misa por la paz” realizada el miércoles 14 de octubre.

 

Carlos Varty Manoukian, presidente del Centro Armenio de la República Argentina

¿Qué interpretación hace del conflicto?

El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán no se puede entender si no se aplica una visión retrospectiva. Para entender el día de hoy, hay que conocer la historia del Imperio Otomano y su heredera, Turquía. El único obstáculo frente al panturquismo fue y es Armenia y su pueblo. A partir de 1850 hasta 1922 inclusive, lo intentaron por medio de matanzas y deportaciones. Esto resultó en que el 70 por ciento de los armenios fueron asesinados y hoy, con los ataques a poblados indefensos, hospitales e iglesias, Turquía y Azerbaiyán quieren terminar el trabajo. Turquía y Azerbaiyán tienen 90 millones de habitantes, contra Armenia y Artsaj con 3 millones. Turquía y Azerbaiyán ocupan una superficie de casi 900 mil km cuadrados, contra Armenia y Artsaj de casi 50 mil. Es una lucha terriblemente desigual.

¿Qué esperan de la comunidad internacional?

De la comunidad internacional esperamos que frenen a Turquía, que es quien insufla a Azerbaiyan. Las grandes potencias tienen que parar a Turquía en este macabro plan expansionista. Hoy Turquía crea conflictos con Grecia, Siria, Chipre, Libia, Egipto y Armenia. 

¿Qué cree que sería necesario para que se dé fin al conflicto? 

Para darle fin al conflicto Azerbayán debe sentarse en la mesa de conversaciones ya formada del grupo de Minsk y buscar una salida pacífica al conflicto. Armenia y Artsaj no quieren la guerra, lo único que buscan es vivir en paz.

Misa por la paz, organizada por la comunidad armenia argentina.

¿Cuál es el impacto humanitario de este enfrentamiento? 

El impacto humanitario de no parar con este ataque, va a ser otro genocidio.

Se está destruyendo una arquitectura milenaria. Están bombardeando pueblos y ciudades y se está matando a la población indefensa. De no parar, van a completar el genocidio de armenios y la desaparición de Armenia; más la desestabilización de toda la región del Cáucaso.

Si pudiera decirle algo a sus compatriotas en Armenia y en la República de Artsaj, ¿qué les diría? 

A mis compatriotas les diría que ellos deben resistir a cualquier precio por la defensa de sus vidas y sus tierras, y que no están solos, la enorme diáspora los acompaña luchando mediante la exposición y la búsqueda de gobiernos que apoyan esta causa.

Paradojas de la salud en cuarentena

Paradojas de la salud en cuarentena

A pesar del consenso sobre el carácter necesario del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) implementado en nuestro país frente a la pandemia, muchos profesionales de la salud muestran preocupación y alerta acerca de la drástica disminución en las consultas médicas y las demoras o suspensiones en los tratamientos.

La inquietud está justificada, sobre todo si se trata de patologías que no pueden postergar su atención. Valeria Cáceres, jefa del Departamento de Oncología del Instituto Roffo, afirma: “Si bien intentamos por todos los medios que los pacientes cumplan con sus tratamientos en tiempo y forma, nos encontramos con que hay mucho temor de concurrir a los centros de salud. Varios han planteado esperar a que termine la pandemia para comenzar a tratarse”, y agrega: “Los hospitales están sobrecargados y no pueden hacer nuevos ingresos. Entonces, hasta que esto ocurra, se está demorando el inicio de numerosos tratamientos”.

Efectivamente, en muchas instituciones se dificulta poder dar respuesta a la demanda. Guillermo Lerzo, jefe de Oncología del Hospital Municipal María Curie, expresa con preocupación: “El hospital tomó la decisión de disminuir la apertura de historias clínicas a pacientes nuevos porque no hay capacidad operativa para recibirlos a todos. Estamos absorbiendo derivaciones de la provincia de Buenos Aires porque hay un montón de servicios que no atienden. Además, los hospitales que dependen del Gobierno de la Ciudad tienen limitada la capacidad de trabajo en oncología, así que también realizan derivaciones hacia nuestro hospital”.

Las demoras en la entrega de medicamentos oncológicos es otra de las dificultades a la que se enfrentan muchos pacientes. “Tenemos retrasos con los diferentes bancos de drogas. Incluso las medicinas prepagas tardan el doble de tiempo en las entregas en relación a la época de la prepandemia”, alerta Cáceres. Por su parte, Lerzo asegura que “los pacientes que no tienen ningún tipo de cobertura están con serios problemas para conseguir la medicación, sobre todo los de la provincia de Buenos Aires”.

«Vimos disminuido el número de consultas en pediatría justamente porque los chicos están aislados», dice Girgenti.

No toda disminución en la afluencia de pacientes es negativa. Liliana Girgenti, directora del Hospital Municipal Eva Perón de Merlo, destaca: “Normalmente esta es la época de infecciones respiratorias bajas ya que hay mucho virus circulante que se contagia principalmente en las escuelas. Vimos disminuido el número de consultas en pediatría justamente porque los chicos están aislados. También se redujeron los traumatismos en niños. En los consultorios externos implementamos consultas de atención inmediata, a través de las cuales los diferentes especialistas evalúan la urgencia de cada caso”. Respecto a la concurrencia a la guardia, cuenta que “el número de consultas disminuyó, los pacientes que se acercan lo hacen por emergencias y no por dolencias menores”.

Sobre el nivel de vacunación durante el ASPO, Alejandra Calvaresi, epidemióloga de Merlo, explica: “Aprovechamos los operativos DetectAR para promover la aplicación de la vacuna antigripal en adultos mayores de 65 años, grupos de riesgo y embarazadas. También lo hicimos en aquel polémico cobro de los jubilados en abril, instalando unas mesitas con vacunas en la puerta del Banco Piano. Creo que es la primera vez que se llega a casi toda la población objetivo y se superan las expectativas. En cuanto al resto de las vacunas, quedaron pendientes absolutamente todos los proyectos que habíamos pactado, teníamos todo organizado para salir a las escuelas. La cantidad de personas que se acerca espontáneamente a vacunarse es muy poca. Estamos muy preocupados porque esto va a impactar negativamente”.

En Merlo, aprovecharon el operativo DetectAr para vacunar a los adultos mayores, embarazadas y otros grupos de riesgo.

Aunque las salidas médicas estén autorizadas desde el 20 de abril, muchas personas no concurren por temor al contagio. Calvaresi considera que, además, hay otros factores que influyen a esta retracción: “Para obtener el permiso necesitás la habilidad de poder tramitarlo, tener celular, internet, no es tan fácil. Entonces, muchas personas se encuentran muy restringidas para ejercer estas salidas. A pesar de todo esto, como epidemióloga sigo pensando que el ASPO era necesario, sino la situación hubiera sido insostenible”

Las consultas cardiológicas también se vieron afectadas. Alberto Lorenzatti, presidente de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), señala: “En los primeros 60 días de la cuarentena hubo una reducción muy importante, no solo en las consultas sino también en procedimientos terapéuticos e inclusive urgentes. Si comparamos interanualmente, la cantidad de intervenciones realizadas a consecuencia de infarto de miocardio, en los primeros 30 días del aislamiento disminuyó un 40%. Estos son datos del Registro Nacional de Infarto ARGEN IAM-ST, que lo llevamos adelante la FAC y la Sociedad Argentina de Cardiología”. Sobre los factores que influyeron en la disminución de consultas cardiológicas, el presidente de la FAC identifica dos: “Por un lado, el temor de la gente a concurrir a los consultorios, por el otro, en los primeros sesenta días solamente se hacían las urgencias. Actualmente ya se están realizando cirugías y controles regulares. De todos modos, la gente concurre menos porque tiene miedo a exponerse”. Consultado sobre la efectividad de la cuarentena, Lorenzatti, que también está a cargo del Departamento de Cardiología en el Hospital Córdoba, responde: “Creo que fue una decisión acertada y que dio sus frutos. Esta medida nos permitió ralentizar los contagios por coronavirus, dándonos tiempo para prepararnos”

La reducción en las consultas médicas para esta especialidad ha tenido un lamentable correlato: según un relevamiento de Stent-Save a Life, en la Argentina la mortalidad intrahospitalaria por infarto —entre el 20 de marzo y el 31 de mayo— aumentó del 5.4% al 10.9%, con respecto al año pasado.  Lógicamente, estos resultados están basados en un número de internaciones mucho menor a las de 2019.

Para Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva del Instituto FLENI, el aislamiento social ha tenido un fuerte impacto en sus pacientes: “La mayor parte son adultos mayores, que tienen más riesgos de complicaciones en el contexto de la pandemia, así que la reducción en la cantidad de consultas es significativa. En el primer mes de la cuarentena atendimos solo cien pacientes ambulatorios, de los 12.000 que habitualmente recibimos”. Si bien en el instituto se implementó la telemedicina para las consultas, las evaluaciones cognitivas y la estimulación, Allegri advierte “este nuevo sistema implica muchas dificultades para las personas de edad avanzada, algunas de las cuales están solas en sus casas”. Y concluye: “Uno no puede olvidarse de las personas mayores, por supuesto que hay que protegerlas del Covid-19, pero también del deterioro y del resto de las patologías”.

Una de las investigaciones que ha estudiado los resultados de las medidas para combatir la pandemia —liderada por un equipo del Imperial College de Londres, que a su vez colabora con la Organización Mundial de la Salud en estudio de epidemias— calculó cuántas vidas se habían salvado a partir de las medidas de aislamiento, en once países de Europa hasta el 4 de mayo. El estudio, publicado el pasado 8 de junio en la revista Nature, estimó que de no haberse tomado medida alguna, los países analizados habrían registrado 3,1 millones de muertes más.

Recién en pospandemia se podrá contar con análisis cuantitativos concluyentes que permitan evaluar los daños colaterales versus las vidas salvadas. Por ahora solo hay estudios parciales. Aunque, claro está, no hay ninguna estadística que logre mitigar el pesar por los fallecimientos, tanto por coronavirus como por cualquier otra enfermedad.