Música para todos

Música para todos

La Orquesta de Música Popular Raíces comenzó en el año 2007 como un proyecto de extensión del ex Conservatorio de Música e Instituto Superior de Formación Docente de los Buenos Ayres. Si bien esa institución cerró en 2014, la orquesta sobrevive. Actualmente participan 150 niños y jóvenes de 7 a 20 años repartidos entre sus tres sedes: el Colegio EOS de Moreno Centro, la Escuela Primaria Rural Nº 5 de Cuartel V y la Fundación de los Buenos Aires de La Reja.

“Empezamos aproximadamente con 20 niños. Éramos tres profesores y usábamos las guitarras y los bombos del Conservatorio. Compramos solo diez pincullos y un charango que nadie sabía usar. Con el tiempo, la orquesta fue creciendo”, cuenta su director, José Luis Battistin o simplemente Pepe, como le gusta que lo llamen.

Un grupo de chicos tocando la flauta

En los inicios de la Orquesta Raíces participaban solamente 20 niños, hoy en día suman 120 en sus tres sedes.

No se cobra cuota a los chicos y, en caso de no poseer el instrumento, pueden usar los de la Orquesta. Pepe resalta que “adquirir el instrumento no es un problema. La dificultad de los proyectos es sostener en el tiempo el recurso humano ya que los profesores cobran. Algunos de ellos empiezan ad honorem pero la idea es que el trabajo se pague. Hoy el municipio nos paga dos talleres que equivalen aproximadamente al 50% de los gastos en recursos”. Además de este financiamiento, la Fundación se sostiene mediante rifas, eventos solidarios y Amigos de la Orquesta, un medio de financiamiento colectivo que obtiene donaciones. También hay un bono contribución que pagan aquellas familias que pueden hacerlo, de manera de facilitar la participación en el proyecto de aquellos niños que no están en condiciones de abonarlo.

En 2014 se sumó al proyecto el docente Sergio Salazar, hoy encargado de la gestión de la Fundación. “Sabía de las necesidades que tenían. Hacían malabares para sostenerse. Empezamos a pensar en hacer sistemáticamente un aporte de contribución de las familias. Es un espacio colectivo, el que viene se suma a la rueda. Es decir, en todo aquel que viene se genera esa conciencia. O lo sostenemos entre todos o no lo sostiene nadie.”

Algunas familias mediante un bono de contribución permiten que otros chicos participen de la orquesta.

En 2012 se creó la sede de la Orquesta en la Escuela Primaria Rural Nº 5 de Cuartel V, una de las localidades más carenciadas del Partido de Moreno. El proyecto se logró gracias a un concurso de la Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) mediante el cual Pepe y otros profesores obtuvieron un subsidio. Con el tiempo se fueron sumando más docentes, entre ellos, Martina Ulrich, hija de Peteco Carabajal. En 2014 también se llevó el proyecto al Colegio EOS, esta vez con una lógica diferente: la Orquesta se acopló a un espacio curricular para 4º, 5º y 6º grado en el horario de música.

Salazar afirma con orgullo: “La Orquesta es un espacio educativo, gratuito, colectivo, de la cultura, de la raíces profundas de esta tierra, de la diversidad y es la distinción que el espacio tiene. Hay muchas personas que se van sumando y tenemos muchas propuestas. Es un espacio vivo y activo”. En agosto de 2017 se integró al proyecto el Coro Social Raíces para adultos, donde también participan algunos jóvenes de la Orquesta.

En sintonía con Sergio, Amelia Guidolin, presidenta de la Fundación de los Buenos Ayres para la Artes y la Cultura, figura jurídica que dirige las actividades, añade: “Es un proyecto educativo que abarca varias cosas. Su educación es nuestra preocupación. Los niños no pueden venir a la Orquesta si están fracasando en la escuela. Hay un vínculo. No es como aquel caso donde el chico va a un profesor particular a estudiar un instrumento una vez por semana”.

Dos chicas y un chico tocando la guitarra

El proyecto educativo de la orquesta cuenta con jóvenes «multiplicadores» que colaboran con la enseñanza a otros chicos y chicas.

Los chicos aprenden y toman conciencia de la responsabilidad y el compromiso de trabajar con otro. Los docentes de la Fundación transmiten el valor de la construcción colectiva. Desde el primer día los niños pueden vivenciar lo que es tocar en una orquesta que apunta a tener igualdad de estatus de todos los instrumentos. Además, la Fundación cuenta con “multiplicadores” es decir, jóvenes que enseñan a otros y ayudan a que el proyecto continúe.

Por lo general, los jóvenes multiplicadores deciden inscribirse al profesorado de música en los conservatorios más cercanos como el de Morón, Luján y San Miguel. Yanina Cisterna de 18 años, toca el violonchelo en la orquesta y expresa: “Cuando escuché el violonchelo por primera vez, me enamoré. Voy a seguir el profesorado de música”. Su compañera Raquel Hes, también de 18 años, agrega: “Amo la Orquesta. Es algo que nos brindan gratis y nos viene bien, ya que hay muchos que no lo pueden pagar”. Los jóvenes aprenden a caminar con otros, siguen el profesorado y devuelven la generosidad que se les otorgó.

En 2016 los jóvenes multiplicadores se presentaron en el Pre Cosquín de Moreno. Ganaron y fueron a tocar al escenario de Cosquín en Córdoba. Eso dio mucho impulso a la Orquesta e hizo que los llamen de muchos lugares. Se presentaron en Tecnópolis, en encuentros de colectividades, ferias del libro, escuelas, teatros y actos municipales.

El VIH, 35 años después

El VIH, 35 años después

El pasado 1º de diciembre se conmemoró el Día Mundial de Lucha contra el SIDA y en Argentina, uno de los países más avanzados de Latinoamérica en cuanto al diagnóstico, análisis y tratamiento del virus del VIH,  las cifras médicas indican que hay aproximadamente 120.000 personas que lo poseen,  pero se calcula que un tercio de esa cantidad desconoce esa situación. ANCCOM dialogó con especialistas en la temática, a 35 años del primer caso detectado en el país y con un proyecto de ley congelado en el Congreso.

Lorena del Valle, miembro de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) afirma que “El VIH no es una enfermedad. Tienen que pasar muchas cosas antes de que uno llegue a la etapa de SIDA, por desconocimiento o por propia voluntad de no llevar adelante el tratamiento”. Esta situación favorece el desarrollo de enfermedades “oportunistas” (infecciones o tumores) que aparecen aprovechando la caída de las defensas. Del Valle agrega: “Las enfermedades oportunistas siempre atacan de forma muy fuerte y muy violenta”. Según la edición 2016 del Boletín Epidemiológico de VIH-SIDA difundido por el Ministerio de Salud, 17 personas por día se infectan el virus y en el 90% de los casos, la vía de transmisión son las relaciones sexuales sin preservativo.

Dicho Ministerio, a través de la Dirección de SIDA y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), promueve el acceso universal a la prueba de VIH en forma gratuita, voluntaria y confidencial. Se recomienda hacerse el test de VIH a las personas que tuvieron relaciones sexuales (orales, vaginales o anales) sin preservativo; a las que compartieron agujas, jeringas o máquinas de afeitar con otras personas o a aquellas que desean tener un hijo de manera de evitar posibles transmisiones del virus al bebé. Por otro lado, a partir de la Ley Nacional de SIDA, sancionada en 1990, se garantiza el acceso al diagnóstico y tratamiento gratuito de VIH y otras enfermedades asociadas. El Estado brinda, además, todos los estudios de seguimiento a quienes se atiendan en el sistema público de salud.

“Argentina tiene uno de los índices más altos de personas que acceden al tratamiento antirretroviral. Por la ley vigente, el tratamiento se entrega gratuitamente al 100% de los pacientes, ya sea a través del sistema público como los de las obras sociales y de las prepagas”, sostiene José María Di Bello, secretario de la Fundación GEP (Grupo Efecto Positivo) y miembro del secretariado de RedAr (Red Argentina de Personas Viviendo con VIH-SIDA).

Desde el año 2007 y como medida de prevención, el Estado pone a disposición de la población puestos de distribución de preservativos, ubicados en espacios públicos de gran circulación. Soledad Sequeira, abogada y miembro del Área de Derechos humanos de la Dirección de SIDA, ETS y HEP virales resalta que “además hay que tener acciones de prevención precisas y estratégicas que lleguen a esos lugares donde son necesarias. La prevención tiene que llegar a todo tipo de lugar y de cultura. La información tiene que estar adecuada a cada autonomía y cada identidad”. Otra de las políticas públicas que se lleva a cabo es la se entrega de leche maternizada para bebés recién nacidos de mujeres con VIH en hospitales de todo el país.

Gracias a los tratamientos actuales, cada vez son más las personas que tienen VIH sin desarrollar SIDA. Más allá de las políticas de salud adoptadas por el Estado, las personas con VIH-SIDA sufren estigmatizaciones y discriminación. Lorena del Valle resalta que “existe algo que nosotros llamamos ‘la enfermedad social’ que tiene que ver con la segregación que sufrimos. Todavía se tiene un concepto muy antiguo de lo que es vivir con VIH. Se lo asocia con la muerte, con drogadicciones o con promiscuidad y hoy ya no es tan así”. Y agrega: “En caso de que lo fuera, nadie tiene autoridad como para cuestionar la manera de vivir del otro”.

José María Di Bello considera, justamente, que “el obstáculo más grande para frenar el VIH-SIDA sigue siendo el estigma y la discriminación. Es una realidad contundente en nuestro país como en otros. Sobre esto no había mucha materia de legislación y, a decir verdad, la ley de los años 90 es buena pero se encarga exclusivamente de los aspectos biomédicos”. Por eso, desde el año 2014, se viene gestando un proyecto de actualización de la normativa que contempla los determinantes sociales y cuestiones ligadas a los derechos humanos. En esa propuesta trabajan ONGs, la comunidad científica y la Dirección Nacional de SIDA.

En el proyecto se planea crear el Observatorio contra el Estigma y la Discriminación Asociados al VIH-SIDA y las Hepatitis Virales. La propuesta legislativa tiene artículos que sancionan específicamente situaciones del ámbito laboral, educacional y sanitario, como poder multar a aquellas empresas privadas u organismos públicos que pidan el test como condición para acceder a un trabajo. Además, el proyecto incluye a las infecciones de transmisión sexual (ITS) como la sífilis, gonorrea, clamidiasis, herpes, hepatitis B y C, VIH y VPH.

El proyecto de ley fue presentado en el Congreso en el año 2016. “El 13 de junio de 2017 se logró un dictamen favorable en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Desde esa fecha, debía pasar por la Comisión de Legislación General y la de Presupuesto y Hacienda, pero lo cierto es que no ha pasado nada” expresa José María Di Bello. Los días y meses pasaron acompañados de movilizaciones pero la propuesta no recibió el tratamiento necesario y con el cierre del año legislativo perdió estado parlamentario. Por lo que, como el Juego de la Oca, el tratamiento legislativo deberá volver a empezar.

Actualizado 05/12/2017