El muralismo como herramienta social y como fuente de trabajo

El muralismo como herramienta social y como fuente de trabajo

El arte callejero que florece en los espacios urbanos puede ser una herramienta de inclusión social. Es apreciado desde distintos ángulos y distancias. Lo puede ver una persona que vuelve de trabajar en el colectivo, como también habitantes de la zona y curiosos.

«Carlí Human» es de la localidad de Muñiz y se dedica hace más de 20 años a realizar grafitis y murales. La variedad de colores y motivos son características de sus trabajos, que se encuentran en espacios rurales y urbanos, en barrios, interiores, exteriores y hasta en camiones de carga. “Me inicié con grafitis, con el tiempo fui creciendo, perfeccionándome y ganando terreno en esta profesión. Al presente, continuo  dedicándome a esto, es mi solvento económico. En este oficio tengo una rama comercial en la cual realizo murales para diferentes negocios, bares y empresas. Y una rama artística en la cual produzco trabajos de interés personal”, dice el artista. En esa línea, utiliza el término “versátil” para definir sus obras y se define como un “obrero del arte. “Me gusta la naturaleza, pintar animales en peligro de extinción, flores y paisajes pero la realidad es que hago de todo”, añade.

Actualmente hay una apertura muy grande en este arte, hoy en día un pibe puede pintar algo al lado de las vías del tren, ser llamado para realizar una obra y ser remunerado por ella. Hoy, el muralismo es aceptado y valorado”, dice Carli respecto a esta profesión. Y expresa: “Hay que romper con aquellos estigmas sociales en los que el artista es visto como un hippie. Yo vivo bien, he viajado por distintos países y todo gracias a este oficio”

Siguiendo esa línea, Mauricio, que prefiere que lo identifiquen como “Uasen”, graffitero de zona oeste, es reconocido por su mural de Carlos Tévez en Villa Pälito, La Matanza. El arstia dice: “Empecé a pedir permiso para pintar en las paredes, hasta que la gente se empezó a acercar y cuando me quise dar cuenta me dedico solo a esto”.

En tanto, Cristian Acosta, conocido como “Kave”, cuenta: “Trato de indagar en las pasiones humanas;  los colores, la luz y la oscuridad como dualidades que traemos en nosotros” . El contexto social, político y cultural. El trasfondo ideológico y el seguimiento de acontecimientos relevantes en el Conurbano, tales como las muertes de Sandra Calamano y  Rubén Rodrígruez. y el apoyo a las culturas originarias. Todas esas son características de los trabajos de “Kave”, que es de Moreno.

Por otro lado, este artista es reconocido por ser parte de la gestión de encuentros entre muralistas. “Participo en Pintadas del fin del mundo y Encuentro de expresiones urbanas  junto a compañeros y compañeras en Moreno, también producimos el festival Buena Pinta Social Clu que en el 2020 irá por su tercera edición”, señala. Estos son espacios donde los y las jóvenes artistas emergentes se reúnen a intercambiar expresiones artísticas urbanas tales como el graffiti, con el objetivo de fortalecer y fomentar la cultura propia de los barrios.

La diversidad es una de las características propias de los murales. En este campo varían las técnicas, los colores, y decisiones estéticas propias de cada artista. Emergen constantemente nuevas formas de expresión a través de este lenguaje. Tomas Facio,  de Merlo Norte, que además es estudiante de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), afirma: “Creo que el muralismo es una buena herramienta social, un lenguaje visual que siempre está”, y agrega: “Siempre aposté por pintar en Merlo, los que somos del Conurbano sabemos que el arte está centralizado, me parece fundamental que se acerque a la gente y no que la gente tenga que acercarse al arte”

Facio  comenzó a realizar murales en 2014. Pintó en en Merlo pero también en  Valparaíso (Chile) y en Zaragoza y en el País Vasco (España). “Mis obras abarcan distintos medios tales como: murales de pequeña y gran escala, pintura sobre  lienzo y dibujo/ilustración, usando la tinta china, independientemente del soporte. Como recurso utilizo la técnica de grabado, llevándolo a otra dimensión: el muralismo”. También revela que  “actualmente acabo de finalizar una residencia artística en País Vasco, realizando un mural en un pueblo llamado Eskoriatza, que aborda la temática de la relación entre lo tecnológico y lo biológico. Ahora me encuentro trabajando en una serie de dibujos y pinturas, relacionando las imágenes entre sí y buscando generar narrativas”

Con respecto a su trabajo comenta: “Lo que caracteriza a mis murales es la utilización de una pintura monocromática, en la que solo uso la tinta para generar distintos tipos de valores. Esto hace más laborioso el trabajo. Si optara por el látex, y utilizara blanco para crear más valores, estaría agilizando la labor pero no lograría la textura que busco generar al trabajar con líneas”. Siguiendo con las peculiaridades de su producción, agrega: “Otra característica detrás de esto es la tinta china, la piedra angular de las historietas, un medio que considero contracultural, un recurso económico. Por dar un ejemplo, con un litro de tinta china podés pintar cuatro murales, en tiempos jodidos, creo que es un buen recurso”

El muralismo es un arte para todos y  todas. Un arte que con el tiempo se transformó en profesión, en trabajo, en inclusión. Un arte que integra, que muta, que abre nuevos caminos. Un arte con valor, con ideología, con conciencia de clase. Que invita, que implica e interpela. Y el Conurbano tiene mucho que decir (y que mostrar) con sus artistas de los muros.

Fútbol para todos

Fútbol para todos

El proyecto de la Liga de Fútbol inclusiva nació en 1997.

En un contexto que amerita visibilizar derechos, se jugó el domingo pasado la final de la liga de fútbol inclusiva organizada por Asociación Civil Andar, un certamen masivo que convoca a equipos formados por jugadores con y sin discapacidad. Por segundo año consecutivo, el torneo se realizó en el predio de la AFA en Ezeiza y más de 1.200 personas participaron de la jornada.

El campeonato resulto todo un éxito. Fue organizado por la Asociación Civil Andar, una ONG de Moreno  que trabaja desde hace más de 20 años ofreciendo un abordaje holístico para las personas con discapacidad y valorando los derechos a la participación en el deporte, el arte, la cultura y la salud.

Raúl Lucero, representante legal de la ONG, contó que esta “es una organización social que nace producto de situaciones  de inequidad que atravesaban a las personas, vulnerando múltiples situaciones de derechos humanos que tienen que ver con la alimentación, con el ejercicio pleno de estudiar, de trabajar, de practicar un deporte, de concurrir a un club, de hacer una actividad recreativa”. Y agrega: “Veíamos que había todo un colectivo invisibilizado para el ejercicio de estos derechos, que son las personas con discapacidad de nuestra comunidad”.

Lucero recordó que empezó a convocar y a buscar puerta a puerta a los chicos y las chicas que actualmente integran el plantel de fútbol.  “Las oportunidades no tienen que ver con su discapacidad -expresó-, tienen que ver con barreras sociales, actitudinales, culturales, que le impiden a ese niño o esa niña directamente salir de su casa; están en la vereda, en la calle, en el transporte, en el acceso a la escuela, para conseguir un trabajo… y así podemos seguir hablando.”

Los equipos semifinalistas de este año provenían de localidades tan disímiles como Quilmes, Tigre y Moreno.

Un proyecto colectivo

Juan Rivas, director de la liga de fútbol inclusiva, dijo que “el proyecto inicia en el año 1997, con el empuje de los propios jóvenes que entrenábamos en Andar y en su programa de deportes. No tenían competencia sistematizada, entonces pautamos con dos o tres instituciones realizar un encuentro un sábado a la mañana y a partir de ahí,  renovamos el compromiso una vez por mes”. Rivas recordó que “jugábamos unos partidos, comíamos unas hamburguesas, tomábamos unas gaseosas y mes a mes fue cambiando, fue mejorando, fueron sumándose más personas, mas equipos y hoy estamos acá. Es decir, fuimos implementando un reglamento, algunas cuestiones para que se cuide la esencia y la filosofía con la cual fue iniciada esta movida del fútbol”

Martín Lucero, responsable de la comunicación de Andar, detalló que “este año están participando más de 43 organizaciones representadas en 120 equipos. La metodología del torneo es de fútbol 5 y hay zonas masculinas, femeninas. Durante toda la temporada han ido sumando puntos y las cuatro primeras posiciones jugaron las semifinales. Esta semana se disputó el partido por el tercer puesto y la final”. Los equipos que estaban disputando esos partidos pertenecen a localidades tan distantes como Quilmes, Tigre y Moreno. Todos buscaban la copa de la inclusión.

Uno de los aspectos destacables de este torneo es que los dos equipos que llegaron a la final fueron de mujeres. Acá también el feminismo va copando terreno y  demostrando que la inclusión se logra en todos los sentidos. El director técnico de estos equipos femeninos es Lucero. “Estoy en un equipo de deportes en el cual nos encargamos de dirigir tres proyectos fundamentales: uno es la liga de fútbol inclusiva, otro es una escuela de fútbol donde desarrollamos habilidades de mujeres y varones con discapacidad. Y el otro es el proyecto de voluntariado”. Sobre este último añadió: “Es un proyecto de desarrollo de liderazgo en jóvenes que están estudiando en terciarios de barrios.”

“El evento que hacemos convoca alrededor 1200 personas y en el equipo de trabajo que lo organiza somos 5, así que sería imposible llevarlo adelante sin el apoyo de los voluntarios”,  dijo Lucas, quien está a cargo de los jóvenes líderes. Y agregó: “Hoy contamos con aproximadamente 80 voluntarios, de los cuales tenemos un flujo de 60 fijos que participan todo el tiempo, la gran mayoría nos apoyan en las actividades que realizamos. Colaboran en todo lo que es la ceremonia de premiación, organización de los partidos, en la parte deportiva, tenemos veedores, planilleros, árbitros, gente que colabora con la comida, accesos e ingresos.”

Camila, estudiante de último año de la carrera de profesorado de educación física y voluntaria de la liga de fútbol como veedora y encargada de controlar los goles, los cambios y fijarse que se cumpla con reglamento junto con el árbitro, asegura: “Me interesa como Granja Andar utiliza el fútbol como herramienta de inclusión social.”

La Liga de Fútbol Inclusiva disputó sus partidos en el Estadio de River, en el predio de la AFA en Ezeiza y ha enviado representantes al Mundial Femenino de Francia.

“¿Por qué no AFA?”

“La liga tiene 23 años y a los ocho soñamos con una final en River. Todo el mundo podía decir: ´¿River? ni loco te lo van a prestar´. No solamente lo hicimos ese año sino que por 5 años consecutivos hicimos las finales en el Monumental. Luego soñamos con Independiente y con el estadio único y así con diferentes canchas. Y un día dijimos: ´¿Por qué no AFA?´ Y desde el 2010, cuando la selección participa del mundial en Sudáfrica, tuvimos el primer acercamiento con Julio Grondona”, recordó Lucero y añadió: “Fue duro, todavía no se abrían estos espacios, pero comenzamos a entablar diálogos, a trabajar y poner este tema en agenda.”

“El año pasado fue la primera vez que se organizó el torneo en AFA. Hemos firmado un convenio de cooperación Andar-AFA en el año 2017 y en el 2018 nos dejaron hacer la apertura, el lanzamiento, el acompañamiento a la selección de mujeres que viajó a Francia en junio y hoy nos permiten hacer las finales en el predio” acotó  Rivas, quien presentó a dos integrantes del equipo femenino que viajó a Francia a participar del Mundial de Fútbol Inclusivo. “Yo soy Priscila de Moreno y juego en la granja Andar. Fui a Francia a jugar fútbol. Quedamos en el tercer puesto pero me divertí y la pase muy bien junto con mis compañeras”, y agregó: “Entrenamos todos los jueves. Ahora estamos preparándonos para un viaje a Bahrein, con nervios, ya que es la segunda vez que viajo en avión”. Por su parte, Daniela Giuliano señaló: “Estoy en la liga de fútbol inclusiva. En Francia la experiencia me  encantó. Me gustó estar con las compañeras y ganar un par de partidos”.

La jornada finalizó con una fotografía de la copa para todos y todas y la victoria para el equipo femenino de la Colonia Montes de Oca. ATADIM, de Ituzaingó, ganó en la categoría masculina.

La discapacidad tiene que ver con una condición relacional que se da entre la interacción del sujeto con la sociedad; y son las barreras que muestra ésta la que hacen visible a esa discapacidad. De lo que se trata es de denunciar esos obstáculos y luego eliminarlos, ofreciendo oportunidades equivalentes para todas las personas, como se pretende con la liga de fútbol inclusivo.