La Boca no se vende

La Boca no se vende

La Boca Resiste y Propone, una multisectorial que nuclea a habitantes, trabajadores y organizaciones del tradicional barrio de La Ribera, se concentró el miércoles 7 de octubre en el Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires. Rechaza un proyecto que el Club Atlético Boca Juniors presentó formalmente a fines de agosto a la Corporación Buenos Aires Sur S.E. para adquirir las cinco manzanas baldías de Casa Amarilla, que totalizan más de 3,2 hectáreas.

Los referentes entregaron al mediodía una carta dirigida a Silvia Alves, titular de la Dirección General de Gestión de Inversiones, quien prometió recibirlos. Mientras tanto, unas doscientas personas cortaron parcialmente la avenida Roque Sáenz Peña al 800, en su cruce con la calle Esmeralda. Los manifestantes desplegaron pancartas, repartieron volantes y pegaron carteles en la puerta del Ministerio conducido por Francisco Cabrera. “Los terrenos de Casa Amarilla son de los vecinos del barrio”, “Sí a las viviendas sociales, no a los negocios inmobiliarios” y “Fuera el macrismo de Boca”, eran algunas de las leyendas que leían quienes pasaban por allí.

Los integrantes de la agrupación Boca es Pueblo sobresalían por la indumentaria y las banderas con los colores de la institución de La Ribera. Al ritmo del bombo y redoblante, trasladaron las clásicas canciones de cancha a las consignas de la marcha: “Y ya lo ve, y ya lo ve, estadio-shopping, no van a hacer”. Acompañados por los estruendos de la pirotecnia, tampoco faltaron dedicatorias a Mauricio Macri y Daniel Angelici, jefe de Gobierno porteño y presidente del club, respectivamente. Su visibilidad era tal que algunos transeúntes se confundieron y aprovecharon para gritar a favor del equipo o hacer chistes hacia los rivales.

Al poco tiempo, los delegados ingresaron al Ministerio y sostuvieron una reunión con Alves. La funcionaria garantizó no dar curso al proyecto hasta tanto no se lleven a cabo consultas con los habitantes boquenses y no se convoque a una audiencia pública. Además, se comprometió a programar un encuentro junto al vicepresidente de la Corporación Buenos Aires Sur. “Dijo que desconocía que la intención real del plan era la construcción de un estadio y se expresó en contra. Al menos es un paso”, comentó por el megáfono Luciano Caldarelli, de Boca es Pueblo, y evaluó como positivo el intercambio. Cerca de las 14.00, se levantó el corte de la Diagonal Norte.

Marcha de organización Boca Resiste en el Ministerio Porteño de Desarrollo Económico.

Marcha de organización Boca Resiste en el Ministerio Porteño de Desarrollo Económico.

La 12

“Estos terrenos ya fueron declarados de utilidad pública por un decreto del Ejecutivo durante esta misma gestión. Nos oponemos a la venta de la propiedad de los contribuyentes a un privado”, explicó a ANCCOM Natalia Quinto, del Movimiento Para Todos Todo. Efectivamente, el estado actual de las parcelas comprendidas entre las calles Palos, Blanes, Martín Rodríguez, Villafañe, Av. Almirante Brown y Arzobispo Espinosa está reglado por el Decreto Nº 723 del año 2010, que las pone en manos de la Corporación y las destina a ser espacios verdes, de salud, educación o seguridad.

Antes de la norma sancionada por Macri, esas manzanas pertenecían al Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) y por ley debían construirse en ellas 4.000 viviendas sociales. Luego, la cantidad se redujo a 1.231. Sin embargo, y después de perder en todas las instancias de la Justicia, el Gobierno sólo levantó 438. Asimismo, el programa “Viví tu casa” exige a las familias 85 mil pesos de entrada y 7.500 de cuota mensual sobre un sueldo en blanco de 23 mil pesos para considerarlas posibles beneficiarias. “Pedimos que se finalice el plan de vivienda original, planteado para los sectores más humildes y no para de los sectores medios y medios-altos. Ellos pueden acceder a un crédito de la banca privada”, denuncia Luciano Álvarez, de la organización Los Pibes y del Grupo de Vivienda y Hábitat de La Boca, en diálogo con esta agencia.

La multisectorial Boca Resiste y Propone rechaza un proyecto que el Club Atlético Boca Juniors presentó para adquirir las cinco manzanas baldías de Casa Amarilla, que totalizan más de 3,2 hectáreas.

La multisectorial Boca Resiste y Propone rechaza un proyecto que el Club Atlético Boca Juniors presentó para adquirir las cinco manzanas baldías de Casa Amarilla, que totalizan más de 3,2 hectáreas.

La adjudicación de las viviendas de “Viví tu casa” quedó a cargo de la Asociación Civil Casa Amarilla 2005. Aunque la lista de beneficiarios nunca fue publicada oficialmente, el periódico Sur Capitalino accedió a ella. En junio de 2013 informó que allí figuran barrabravas de La 12, varios integrantes de una misma familia con una casa cada uno y diez personas que vivían en un mismo edificio.

Álvarez remarcó que una porción importante de las casi 70 mil personas que viven en el barrio están en situación de emergencia habitacional. Y recordó que abundan las noticias sobre incendios de conventillos y desalojos violentos. Sólo para dar ejemplos de 2015, el 9 de agosto se prendió fuego la casa de Olavarría al 252, que cobijaba a 27 familias, y tan sólo dos días después la policía intentó desocupar el inmueble de Suárez al 107, donde conviven siete hogares.

Un techo para mi club

La decisión de realizar la movilización fue resuelta en una asamblea del colectivo boquense, que tuvo lugar en la Plaza Matheu (Irala y La Madrid, a dos cuadras de Caminito) el 25 de septiembre. Dos semanas antes, el matutino Página/12 había dado a conocer un nuevo proyecto de los dirigentes de Boca para hacerse de los campitos de Casa Amarilla. La información surgió a través de una investigación de Facundo Di Filippo, ex legislador por la Coalición Cívica y referente del Partido Social, que asistió a la concentración y facilitó a esta agencia los documentos.

La entidad deportiva presentó el 25 de agosto a la Corporación Buenos Aires Sur el “Plan de Desarrollo y Mejoramiento Urbano Boca Social”, que lleva la firma de Angelici y contempla adquirir 32.542 metros cuadrados a cambio de 115 millones de pesos y desarrollar un plan de obras con un costo de 20 millones. La entidad pública financiaría el 95 por ciento de la venta y del plan a 14 años. Por ende, Boca Juniors solo aportaría 6,75 millones en el momento de la escrituración. Luego de un plazo de gracia de capital e intereses de tres años, el club comenzaría a abonar 22 cuotas semestrales al 18 por ciento de interés anual fijo.

La Corporación dio el visto bueno y su gerente de Desarrollo Económico, Carlos Sanguinetti, remitió la propuesta al Ministerio homónimo el 3 de septiembre para recabar su opinión, más específicamente a la Dirección General de Gestión de Inversiones. El paso fue necesario dado que el proyecto y sus objetivos se emplazan en el denominado Distrito de las Artes (abarca geográficamente parte de La Boca, San Telmo y Barracas), uno de los cuatro sectores económicos cuya autoridad de aplicación es la mencionada cartera porteña.

El estudio establece la construcción de dos edificios para albergar las oficinas de Boca Social y del “programa cultural social”. Se levantará un complejo que incluirá una biblioteca, un centro cultural, un centro y un instituto de rehabilitación, una galería de arte, un teatro, un museo, un salón de juegos y un gimnasio. Se dispondrá de un estacionamiento de 1.250 metros cuadrados y los restantes 29.200 serán espacios verdes que incluyen dos canchas multideportivas, una fuente y el paseo “Camino del Xeneize” para unir la zona con Caminito y el estadio Alberto J. Armando. Además se hará un puente peatonal como continuación de la calle Gualeguay para cruzar las vías.

“Tenemos muchos chicos del barrio y poco espacio en el club. La decisión es adquirir la mayor cantidad posible de metros cercanos para ampliar las instalaciones para los deportes amateur y para las actividades sociales”, aclaró Angelici a ANCCOM. Consultado sobre la posibilidad de construir allí una nueva Bombonera, admitió que “es algo sobre lo que todavía falta un gran debate entre todos los socios” y que por el momento “esos terrenos son para la ampliación de espacios de recreación e inclusión barrial”.

“Estos terrenos ya fueron declarados de utilidad pública por un decreto del Ejecutivo durante esta misma gestión. Nos oponemos a la venta de la propiedad de los contribuyentes a un privado”, explicó a ANCCOM Natalia Quinto, del Movimiento Para Todos Todo.

“Estos terrenos ya fueron declarados de utilidad pública por un decreto del Ejecutivo durante esta misma gestión. Nos oponemos a la venta de la propiedad de los contribuyentes a un privado”, explicó a ANCCOM Natalia Quinto, del Movimiento Para Todos Todo.

 

La iniciativa incluye un artículo que permite al comprador, tras haber cumplido las obligaciones asumidas, efectuar las obras que considere pertinentes con fines culturales, sociales, vecinales o deportivos. Pero La Boca Resiste y Propone duda que el club cumpla. “Es una propuesta de maquillaje para lavarle la cara al proyecto, que justifica y permite la privatización de las tierras”, sostuvo Álvarez. “Uno se remite a las pruebas. Las últimas gestiones, lejos de mejorar el contacto con el barrio, fueron elitizando cada vez más a la institución”.

“La meta es la construcción de un estadio-shopping. Desde hace mucho tiempo los dirigentes han expresado públicamente su deseo de hacer una nueva cancha para 80 mil personas y conservar la Bombonera para recitales y otros usos. La semana pasada lo ratificaron. La plataforma de esta comisión directiva en las elecciones 2011 sostenía lo mismo”, expuso Caldarelli. El jueves 1 de octubre, el presidente de Boca declaró en una entrevista con TyC Sports: “El proyecto es utilizar los terrenos de Casa Amarilla. Un estadio cinco estrellas como los que se ven en el mundo, con pileta cerrada y cancha de básquet”.

En línea con esto, Oscar Moscariello, vicepresidente del club y legislador por el PRO, presentó el 15 de noviembre de 2014 un proyecto de ley para cambiar la zonificación de las manzanas. Actualmente destinadas al “uso residencial con alto grado de densificación y consolidación, en las cuales se admiten usos compatibles con la vivienda” (código R2AI), el expediente 2462-D-2014 pretendía afectarlas únicamente al “Estadio y Complejo Deportivo del Club Atlético Boca Juniors” (código E4-56). Tan sólo cuatro días después, la Comisión de Planeamiento Urbano lo aprobó con dictamen de mayoría y lo envió a Presupuesto y Hacienda.

Tras ello, el ex diputado porteño Rafael Gentili dio a conocer una carpeta llamada “Una nueva Bombonera en el barrio” que la dirigencia xeneize le había entregado en 2013, en una reunión en el Palacio Legislativo cuando aún estaba vigente su mandato. El documento explicitaba el deseo de utilizar los terrenos de Casa Amarilla. Finalmente, el expediente de Moscariello no prosperó, aunque todavía podría ser tratado este año. Teniendo en cuenta los tropiezos de este expediente, la nueva propuesta que en agosto Boca Juniors le realizó a la Corporación del Sur ya no pide la rezonificación.

Otro de los cuestionamientos de La Boca Resiste y Propone pasa por la falta de discusión del proyecto con los vecinos. “La Constitución de la Ciudad es una de las más avanzadas del país y prevé mecanismos de democracia participativa. Este tipo de proyectos, con esta envergadura, que realmente influyen en el barrio, deberían ponerse a discusión con toda la población. Estos temas no se discuten en los consejos consultivos, que no existen. Se estaría dilapidando la posibilidad de un plan de vivienda popular por un negociado inmobiliario”, subrayó Álvarez. Y agregó: “Tampoco lo discute la patria bostera. El club no le consulta a sus socios e hinchas qué hacer con su cancha”.

“Uno se remite a las pruebas. Las últimas gestiones, lejos de mejorar el contacto con el barrio, fueron elitizando cada vez más a la institución”, sostuvo Luciano Álvarez, de la organización Los Pibes y del Grupo de Vivienda y Hábitat de La Boca, en diálogo con ANCCOM.

“Uno se remite a las pruebas. Las últimas gestiones, lejos de mejorar el contacto con el barrio, fueron elitizando cada vez más a la institución”, sostuvo Luciano Álvarez, de la organización Los Pibes y del Grupo de Vivienda y Hábitat de La Boca, en diálogo con ANCCOM.

Cómo sigue

Una vez concluida la protesta, estaba previsto denunciar a Angelici ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) por las expresiones utilizadas en el documento. “Se refiere a los vecinos de manera insultante. Nos describe como malvivientes y dice que el barrio no tiene ni un foco productivo”, argumentó Quinto. El proyecto, por ejemplo, señala que el barrio tiene “mala fama” ya que está asociado a situaciones de delito, aunque reconoce que tal visión no se condice con los datos estadísticos sobre inseguridad.

Finalmente, la demanda fue postergada y será evaluada en la próxima asamblea de la multisectorial, que se realizará el miércoles 14 de octubre. Allí también se definirá el formato de una nueva concentración que se llevará a cabo semanas después en los propios terrenos en disputa. Hoy vinimos a las puertas del poder y luego haremos algo para que los vecinos puedan acercarse y manifestarse, apuntó Álvarez. El grupo ahora consultará a un abogado para verificar si la Corporación está facultada para realizar la venta de los terrenos y eventualmente radicarán una presentación legal. El macrismo no es muy afecto a hacerle caso a los fallos judiciales que obstaculizan su voluntad. Ellos son el poder real. Esto se define con el pueblo movilizado y peleando, concluyó.

Actualización 14/10/2015

El fotoperiodista voyeur

El fotoperiodista voyeur

El Espacio de Arte ubicado en el primer piso del edificio de la Fundación Osde, en pleno centro de Buenos Aires, es apropiadamente enorme para alojar las más de 120 fotografías, divididas en trece partes, que integran la muestra Antología posible, de Eduardo Grossman. La antología empieza por el final, con un número trece rojo y un texto -“Y enfurece el color, rabioso de sí mismo”- que acompañan las primeras fotografías. Los objetos y personas retratados son diversos: paisajes urbanos, un caballo de calesita, murales, un autorretrato, posters de Evita pegados a un poste. Tienen en común que fueron tomadas recientemente con una cámara digital y exploran colores vibrantes y llenos de contraste. “Al color lo empecé a hacer en serio, para mí, con la foto digital”, afirma Grossman. Estas imágenes hablan de la actualidad de su obra. El primer paso en la muestra es un estallido de color.

Roberto Goyeneche, Buenos Aires, 1984.  “Con los personajes famosos siempre es un entrenamiento. Igual la cámara es una buena defensa. Fue una entrevista en la casa. Esta es una foto que estreno. En una muestra de retratos, que hice en 1991 en San Martín, había otra de la misma secuencia, una foto que con el tiempo fue dejando de gustarme. A veces pasa que uno se enamora de una imagen y después se cansa. No hago ningún tipo de análisis psicológico del personaje. No es esa la búsqueda. La búsqueda es siempre fotográfica. Lo que yo busco es una situación de fondo y de luz que para mí conformen una situación fotográfica aceptable.”

Roberto Goyeneche, Buenos Aires, 1984. “Con los personajes famosos siempre es un entrenamiento. Igual la cámara es una buena defensa. Fue una entrevista en la casa. Esta es una foto que estreno. En una muestra de retratos, que hice en 1991 en San Martín, había otra de la misma secuencia, una foto que con el tiempo fue dejando de gustarme. A veces pasa que uno se enamora de una imagen y después se cansa. No hago ningún tipo de análisis psicológico del personaje. No es esa la búsqueda. La búsqueda es siempre fotográfica. Lo que yo busco es una situación de fondo y de luz que para mí conformen una situación fotográfica aceptable”.

La obra de Grossman es mucho más extensa y comprende más tipos de fotografía que los que están colgados en las paredes. Trabajó en publicidad, en moda, hizo books para actores, fotos para estudios de arquitectura, fotocapturas de cine. “Mi producción en estudio, fotos muy producidas, o series temáticas con un guión, todo eso no está –aclara-. Acá está más bien el fotógrafo voyeur o periodista”. Ese es el que él prefiere.

En 2009 dejó de trabajar como fotoperiodista. “Me cansé de trabajar –dice-. Para mí el periodismo en sí mismo nunca fue vocacional. Los últimos dieciocho años de mi vida los pasé como trabajador en Clarín. Aparte de las fotos que me pudieran gustar, para mí era solamente un trabajo. Mi vocación es la fotografía”.

Autorretrato torcido, Miramar, 2014. “Este es un autorretrato del aburrimiento, de una noche desvelada.”

Autorretrato torcido, Miramar, 2014. “Este es un autorretrato del aburrimiento, de una noche desvelada”.

El proceso de elegir las fotos para la antología fue largo. “Empezó cuando dejé de trabajar, hace seis años –relata Grossman- me equipé con un buen laboratorio digital y comencé a rastrillar el archivo, a ordenarlo, mirarlo, descubrir cosas que no había visto nunca, a escanearlas, retocarlas”.

A la hora de armar la muestra, Grossman decidió usar solo copias digitales de sus fotos, impresas a chorro de tinta, la mayoría en papel de algodón. “Por un lado tiene pérdida y por otro tiene ganancia –explica-. La ganancia es que muchos de los negativos estaban dañados, por estar mal archivados o mal procesados, tenían manchas u hongos; con el retoque de photoshop todo eso se puede corregir. Creo que le saqué más el jugo a los negativos con la copia digital que con la analógica”. Nunca fue reacio a adoptar lo digital, y empezar a usar cámaras y laboratorios de esa tecnología se dio naturalmente para él. “Como siempre trabajé en medios, la digitalización dentro del proceso industrial gráfico simplificó muchísimo la labor –señala-. No nos costó adaptarnos: los fotógrafos nos sumergimos con alma y vida en esto”. Tampoco siente nostalgia por las épocas analógicas. “Hoy saco sólo en digital –cuenta-. De vez en cuando saco la cámara de formato medio, la 6×6, que me gusta mucho. El año pasado, en un viaje, hice tres rollos con mi cámara 35, los mandé a revelar con el modo de revelado que usaba cuando hacía analógico y no me encontré, parecían fotos viejas o repetidas”.

Protesta anarquista contra la visita del Papa, 1987. “La policía aprovechó que eran pocos pibes y los cagó a palos, pero no nos reprimió para nada a nosotros, cosa que muchas veces era habitual. Fue como para que se viera lo que iba a pasar si a alguien se le ocurría hacer quilombo cuando viniera el Papa.”

Protesta anarquista contra la visita del Papa, 1987. “La policía aprovechó que eran pocos pibes y los cagó a palos, pero no nos reprimió para nada a nosotros, cosa que muchas veces era habitual. Fue como para que se viera lo que iba a pasar si a alguien se le ocurría hacer quilombo cuando viniera el Papa”.

Dos cosas son notables sobre la muestra: una es el Grossman voyeur, que busca capturar una situación fotográfica atractiva o adecuada, pero siempre sin forzar la foto. Y la otra es la falta de intención de poner más de 40 años de obra en orden temporal. Al fondo del espacio de la muestra hay una línea de tiempo sobre Grossman contada en primera persona, una línea que ordena hitos en una carrera fotográfica pero no a las fotos de la muestra.

“Esta es una antología porque es una selección hecha con un criterio de actualidad: ninguna de estas fotos está porque sea una foto que saqué hace mucho”, dice Grossman. Le interesa remarcar que la muestra no tiene un carácter retrospectivo. Una retrospectiva puede parecer terminante, final. Esta antología, en cambio, es simplemente una selección de las mejores fotos, abierta, interpretable.

Escultura con manguera, Buenos Aires, 1987. “El humor y la fotografía se llevan bien: cuando saqué esta foto me reía. Es humorística dentro de lo que yo considero que es una toma con elementos fotográficamente fuertes.”

Escultura con manguera, Buenos Aires, 1987. “El humor y la fotografía se llevan bien: cuando saqué esta foto me reía. Es humorística dentro de lo que yo considero que es una toma con elementos fotográficamente fuertes”.

En cuanto a la segunda parte del nombre de la muestra, explica: “Posible es porque a mí me resultaba imposible y hubo alguien que la miró de afuera y la seleccionó”. Se refiere a Marcos Zimmermann, que rechazó el título de curador por considerar que no había nada de que curar a la vital obra de Grossman. “Respeto su decisión de no ser llamado curador –dice-. La palabra participa de la sofisticación de un mundo que no es el de Marcos ni el mío”. Se muestra muy agradecido con el trabajo de Zimmermann: “Hubo muy pocas discusiones,  acepté de entrada su criterio –asegura-. Quedé muy contento”.

Cada capítulo va acompañado de un texto, que corresponde a uno de los trece versos del poema que Chela Grossman, la mujer del fotógrafo, escribió especialmente para la muestra. No es la primera vez que hacen una colaboración artística: “Ella me acompaña con sus poesías desde la primera muestra –afirma Grossman-. A mí me encantan sus textos porque le dan a la lectura de la exposición una dimensión poética, que yo creo tienen todas mis fotos, si bien no en todas es evidente”. El fotógrafo tiene una relación muy personal con la muestra. Interpretado por la mano seleccionadora de Zimmermann y acompañado por las palabras de su mujer, se siente a gusto en su antología.

Secuencia montada, 2011. “Cuando empecé a sacar con cámara digital no quise tener más cámaras profesionales.  Sacaba con una camarita que tenía archivos chicos, de seis o siete megapíxeles. Por una especie de situación inexplicable, lo único que hacía cuando caminaba era ver manchas. Y le sacaba fotos a las manchas, pero en pedacitos. Para lograr una fotografía con el tamaño que yo me imaginaba para las manchas, tenía que juntar varios archivos. Le puse un nombre a la técnica que usé, que no sé si existe, pero para mí estas fotos son Secuencias montadas.”

Secuencia montada, 2011. “Cuando empecé a sacar con cámara digital no quise tener más cámaras profesionales. Sacaba con una camarita que tenía archivos chicos, de seis o siete megapíxeles. Por una especie de situación inexplicable, lo único que hacía cuando caminaba era ver manchas. Y le sacaba fotos a las manchas, pero en pedacitos. Para lograr una fotografía con el tamaño que yo me imaginaba para las manchas, tenía que juntar varios archivos. Le puse un nombre a la técnica que usé, que no sé si existe, pero para mí estas fotos son Secuencias montadas”.

“Los trece números en los que se divide la muestra podrían no haber estado: aparecieron cuando empezamos a ordenar la selección y quedaron trece títulos, que en la sala dividimos en cinco grandes espacios”, comenta Grossman. Pero en la exhibición no hay una secuencia determinada: en la puerta, un cartel avisa que los números no son un itinerario, y que se puede seguirlos o ignorarlos. “Es como la novela de Cortázar, 62, Modelo para armar, o Rayuela, también puede ser: pueden leerla por donde se les cante”, concluye.

 

Antología Posible. Fotos de Eduardo Grossman se puede ver hasta el 24 de octubre en El Espacio de Arte Fundación Osde, Suipacha 658, 1° piso.


Cuéntame un cuento

Cuéntame un cuento

Audioteca presentó la primera colección de treinta cuentos argentinos interpretados por actores nacionales. El proyecto, que desafía la primacía de la imagen y apuesta por el viejo hábito de la narración oral, fue dirigido por la cineasta Lucrecia Martel y curado por la guionista Graciela Speranza. Desde su sencilla interfaz, devuelve el placer de los cuentos leídos en voz alta a cualquiera que acceda de manera gratuita desde la plataforma online o a través de la aplicación para dispositivos móviles.

A partir de ciertas dificultades en la visión de algunos integrantes de su familia, y ante la escasa disponibilidad de literatura argentina en formato de audiolibros, surgió esta idea que Martel propuso al Ministerio de Cultura de la Nación hace dos años y que luego fue desarrollada por la acción Cultura Accesible a través de la Dirección Nacional de Industrias Culturales. La iniciativa se enmarca en el art. 66 de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual que predica la accesibilidad a los contenidos culturales.

Speranza explica que para la colección Lugares, que inaugura el proyecto, buscaron una “selección imprevisible”, que se alejara de las antologías de siempre. Para ello, se aventuraron a releer sus bibliotecas y a encontrar cuentos que cumplieran con los criterios elegidos. “Siempre tengo la idea de que las constricciones en el arte ayudan porque permiten que aparezca lo inesperado”, señala Speranza.

La Ministra estuvo acompañada por el secretario de Gestión Cultural, Jorge Espiñeira, la coordinadora de “Audioteca”, Lucrecia Martel, y la curadora de la colección de cuentos, Graciela Speranza.

 

El recorte final reúne treinta cuentos argentinos contemporáneos, escritos en primera persona y de extensión corta, que invitan al receptor a viajar y habitar distintos lugares durante la escucha. El origen salteño de Martel y su sensibilidad a las distintas hablas se evidencian en el carácter federal del proyecto: la selección incluye textos de escritores consagrados y también de escritores más jóvenes, de todo el país.

A la hora de elegir a los actores narradores, el objetivo de las coordinadoras fue, en palabras de Speranza, “agregar variedad a la variedad”. Martel primero hizo un casting mental, luego realizó pruebas de grabación, algunas de las cuales no funcionaron y la decisión final fue responsabilidad de la cineasta en conjunto con  María Onis, quien realizó la producción artística y la edición de sonido. El trabajo sobre la dirección de actores dio como resultado un abanico de riquísimas interpretaciones que, lejos de voces impostadas, permiten renovar la lectura de cuentos tan conocidos por todos como “Final de juego” o “Funes el memorioso”.

En muchos casos, la voz elegida busca generar un contraste o una sensación de extrañeza que sorprenda al oyente. Para dar un ejemplo, Speranza menciona el “efecto increíble” que tiene la entonación cordobesa del actor Maximiliano Gallo sobre el cuento de Patricio Pron (“Como una cabeza enloquecida vaciada de su contenido”), cuyo eje es la mancha de basura del Atlántico. “Una voz mirando al mundo desde arriba con tonada cordobesa me parece que le da un efecto interesante –destaca Speranza-. El cuento de Marcelo Cohen leído por Humberto Tortonese también tiene un efecto curioso, como el de César Aira leído por Fernando Noy”. Lo mismo ocurre con la voz de Cristina Banegas interpretando el misterioso narrador masculino de “La casa de azúcar”, de Silvina Ocampo.

La coordinadora de Audioteca, Martel, acompañada por Graciela Speranza, Cristina Banegas, Luis Ziembrowski, Alejandro Awada, entre otros.

 

Audioteca promueve la literatura más allá de su propia plataforma al ser una puerta de acceso a la obra de los autores seleccionados. Cada audio está acompañado de las fotografías y las biografías, tanto del actor como del escritor. Éstas últimas fueron cuidadosamente trabajadas por Graciela Speranza para dar indicios de cada poética en particular. En la sección “Extras” los más curiosos podrán encontrar una variedad de contenido para acompañar el audiolibro: fragmentos de otros cuentos, entrevistas, textos inéditos escritos especialmente por cada autor o links que permiten explorar otras facetas de los escritores. En la aplicación móvil, además, se puede explorar un mapa de Google Maps donde está indicado el lugar en el que transcurre la historia; aunque, en muchos casos, se trata de lugares imaginarios.

Con la idea de despertar un hábito de escucha, el equipo coordinado por Martel y Speranza logró abrir un espacio que, esperan, será continuado por próximas colecciones de audiolibros. En definitiva, Audioteca demuestra que las pantallas también pueden acercarnos una propuesta que se rebela contra la vorágine y nos invita a cerrar los ojos para rendirnos ante los encantos de una voz contando una historia. Porque, admitámoslo, ¿a quién no le gusta que le lean un cuento?

Los cuentos de la colección “Lugares” – AUDIOTECA

«As de espada», de Juan Filloy, por Alejandro Awada.

«Asiático», de Federico Falco, por Alberto Ajaka.

«Ay Enrique!», de Elvira Orphee, por Verónica Llinás.

«Bajo cero», de Damián Ríos, por Claudia Cantero.

«Caballo en el salitral», de Antonio Di Benedetto, por Marco Antonio Caponi.

«Como una cabeza enloquecida vaciada de su contenido», de Patricio Pron, por Maximiliano Gallo.

«Diario de un explorador», de Jorge Accame, por Capullo Medina.

«El cerebro musical», de César Aira, por Fernando Noy.

«El diario, de Ana Basualdo, por Stella Galazzi.

«El pianista», de Ricardo Piglia, por Iván Moshner.

«El rescate», de Daniel Moyano, por Norma Argentina.

«Ferrocarriles Argentinos», de Elvio Gandolfo, por Osvaldo Santoro.

«Final de Juego», de Julio Cortázar, por Érica Rivas.

«Funes el memorioso», de Jorge Luis Borges, por Guillermo Arengo.

«Habrá que matar a los perros», de Miguel Briante, por Manuel Callau.

«Japonés», de Rodolfo Fogwill, por Luis Ziembrovsky.

«La casa de azúcar», de Silvina Ocampo, por Cristina Banegas.

«La gata», de Héctor Tizón, por Jaime Torres.

«La gran bola de pelusa», de Marcelo Cohen, por Humberto Tortonese.

«La gran noche de los trenes», de Sara Gallardo, por Adriana Aizemberg.

«La tardecita», de Juan José Saer, por Mario Alarcón.

«Las doce a Bragado», de Haroldo Conti, por Tata Cedrón.

«Los bultos», de Carlos Hugo Aparicio, por Roly Serrano.

«Nada que ver conmigo», de Carolina Bruck, por Alejandra Flechner.

«Oficina», de Leticia Obeid, por Eva Bianco.

«Pirovano», de Matilde Sánchez, por Marta Lubos.

«Tratado de fitolingüística», de Mario Ortiz, por Esteban Bigliardi.

«Un día cualquiera», de Hebe Uhart, por Mónica Cabrera.

«Una mañana con el hombre casco azul», de Washington Cucurto, por Erasmo Olivera.

«Velcro y yo», de Martín Rejtman, por Fabián Arenillas.

“Un juicio molesto que va contra el sistema judicial»

“Un juicio molesto que va contra el sistema judicial»

El Tribunal Oral Federal Nº 2 lleva adelante el que quizá sea el juicio más importante en la vida institucional argentina, después del proceso que condenó a las Juntas Militares de la última dictadura. Están sentados en el banquillo de los acusados un ex presidente de la Nación, un ex juez federal, un ex titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado, dos ex fiscales de la Nación y un ex comisario General de la Policía Federal, entre otros imputados. Nunca antes, tantos y tan altos funcionarios públicos llegaron a esta instancia. Todos están acusados por desviar la investigación del atentado a la AMIA.

En 2004, el Tribunal Oral Nº 3, que debía juzgar a los supuestos colaboradores argentinos en el atentado –la denominada “conexión local”–, absolvió a todos los imputados, declaró nula la causa debido a las irregularidades que se hallaron, y denunció por encubrimiento a los responsables de aquella investigación. El pasado 6 de agosto se inició, en los Tribunales de Comodoro Py, el juicio por encubrimiento que se propone juzgar a todos los involucrados en la desviación de la investigación sobre el atentado de julio de 1994, cuando murieron 85 personas.

Entre los actuales imputados se encuentran el ex presidente Carlos Menem, el ex juez federal Juan José Galeano, el ex jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) Hugo Anzorreguy, el ex comisario a cargo de la Unidad Antiterrorista Jorge El Fino Palacios (primer jefe de la Policía Metropolitana), los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia y el ex titular de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) Rubén Beraja. Otro de los acusados es Carlos Alberto Telleldín, propietario de la camioneta que explotó en la puerta de la AMIA e imputado por haber recibido dinero de parte de los funcionarios para acusar a un grupo de policías bonaerenses liderados por el ex comisario Juan José Ribelli.

ANCCOM entrevistó a Luciano Hazan, Subsecretario de Política Criminal y responsable de la unidad Especial AMIA del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos que representa al Estado Nacional en la demanda contra los presuntos encubridores. Las otras cinco partes que componen las querellas son los policías absueltos en la investigación anterior, la AMIA y la DAIA y las agrupaciones de familiares de las víctimas Memoria Activa, APEMIA y 18J. “La responsabilidad del Estado de cumplir con sus obligaciones frente a las víctimas, frente a la sociedad argentina y frente a la comunidad internacional, es lo que lleva al gobierno, desde el Ministerio de Justicia, a actuar como querellantes en esta causa”, asegura Hazan.

Hace dos meses que comenzó el juicio, ¿cómo se está desarrollando?

El juicio está avanzando de acuerdo a lo esperado. Están declarando los imputados, estamos en esa etapa de indagatorias. Si bien ya conocíamos las versiones y las estrategias de la defensa de cada uno de los imputados, siempre en el juicio oral, se van encontrando detalles. También está la posibilidad de hacerles preguntas a los imputados, cuando lo permiten, y tratar de profundizar sobre cómo sucedieron los hechos. Por eso para mí, hasta ahora, una de las declaraciones indagatorias más fructíferas fue la de Telleldín, en donde también nosotros pudimos preguntar. El juicio está avanzando de manera lenta pero a paso firme. De manera lenta porque se está haciendo una sola audiencia semanal, y esto es un problema porque va a estirar mucho los plazos del proceso. Pero es la realidad que tenemos. El presidente del Tribunal Oral Federal 2, Jorge Gorini, también integra el Tribunal en el juicio por la Tragedia de Once. Por eso, a partir de fin de año, cuando termine ese proceso, vamos a poder tener dos audiencias por semana, y ahí va a tener un ritmo mucho más ágil. Pero es valioso que el juicio haya empezado, hace tiempo que veníamos peleando por eso. Están culminando las declaraciones indagatorias, después entraremos en la etapa de escuchar a los testigos.

Luciano Hazan, Subsecretario de Política Criminal y coordinador de la Unidad Especial de Investigación del atentado a la AMIA, por el juicio a la causa de encubrimiento en la investigación sobre el atentado. Buenos Aires. 2 de octubre de 2015. FOTO: Romina Morua. ANCCOM UBA

Entre los actuales imputados se encuentran el ex presidente Carlos Menem, el ex juez federal Juan José Galeano, el ex jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) Hugo Anzorreguy, el ex comisario a cargo de la Unidad Antiterrorista Jorge El Fino Palacios (primer jefe de la Policía Metropolitana), entre otros.

 

¿Por qué era tan importante que no se demorara más el juicio en la etapa inicial?

Si este juicio fuera en el futuro, con la reforma del Código Procesal Penal de la Nación –que comenzará a regir en 2016– sería un juicio más ágil. Por ejemplo, ahora lo que se hizo, para no demorar más tiempo, fue leer una síntesis de la acusación –y no la totalidad que puede ser hasta de 500 páginas– y esto, afortunadamente, acortó mucho los tiempos. Pero de todas formas, aún de manera resumida, tuvimos dos audiencias de lectura de acusación. Tuvimos dos semanas simplemente para leer algo que todos conocíamos. Son parte de las deficiencias de nuestro Sistema de Justicia Penal, que estamos tratando de cambiar. Queríamos que se avance con las declaraciones de los imputados y con la prueba en sí misma. Ir al núcleo del juicio. Lo que todos queremos es empezar a escuchar a los testigos, que se empiece a dilucidar un poco más la verdad sobre lo ocurrido, y acercarnos más a las condenas que estamos buscando.

¿Este juicio va ayudar a encontrar la verdad?

Yo creo que apunta a que encontremos la verdad en relación sobre el encubrimiento, que es el objeto de este juicio. Estamos escuchando a los imputados, vamos a escuchar a los testigos, las versiones de unos y otros. La verdad es algo un poco ambiciosa, si se quiere, en términos estrictos. Los abogados decimos que siempre es la verdad judicial ya que la verdad tiende a ser siempre relativa. Lo que va a suceder es que los hechos se van a poner sobre la mesa y sobre eso se construye, sobre eso surge una verdad. En ese sentido, va haber una verdad judicial sobre el encubrimiento del atentado a la AMIA, eso está claro. Ahora, sobre la verdad del atentado, seguro que uno es menos ambicioso, aunque siempre tengo la expectativa de que alguna cosa se conozca. Porque si, a partir de esto, queda más en claro quién encubrió y por qué encubrió, por lo menos se pueden empezar a abrir líneas de investigación nuevas o profundizar algunas líneas existentes en relación con quienes pudieron haber cometido el atentado. Sobre todo en relación con la conexión local. Porque este es un juicio contra todas personas argentinas, que están acá entre nosotros. Y seguro que hubo partícipes del atentado en Argentina. Este juicio nos puede arrojar alguna pequeña luz sobre eso.Obviamente, no creo que se vaya a resolver la verdad sobre los autores del atentado a la AMIA. La verdad que lo que sucedió fue gravísimo, en términos institucionales. Son delitos muy graves y es importante que las personas que cometieron estos delitos sean sancionadas. Que se sepa quiénes fueron, por qué lo hicieron, y de esta manera uno avanza también en términos de fortalecer las instituciones y tratar de evitar que estas cosas vuelvan a ocurrir.

¿Cuáles cree que pueden ser los imputados o testigos que aporten más información?

Hay que esperar. Todos los testigos que van a estar en el juicio son importantes. Va a estar Cristina Kirchner como testigo, que es una persona que conoció y estudio mucho el caso. Van a estar los familiares, que son quienes sufrieron en carne propia la mentira de quienes hoy están sentados en el banquillo de los acusados. Van a estar los policías que estuvieron en prisión debido a esta maniobra, cuando se comprobó que no tenían relación con los hechos. Aunque algunos de los imputados ahora están diciendo que sí tenían. Eso habrá que verlo en el juicio, que sirve justamente para poder evaluar los hechos y las pruebas. Después tenemos a testigos importantes, como Claudio Lifschitz, que fue una persona que trabajó adentro del juzgado y, desde adentro, contó las irregularidades. Sus denuncias fueron las que dieron el inicio a esta causa, que se inició en el año 2000, después de que empezará a contar lo que vio como prosecretario del juzgado.

También está citado como testigo (el ex agente de inteligencia Jaime) Stiusso. Aunque todos sabemos que no está en el país, la expectativa de que declare la seguimos teniendo. Pero obviamente tiene que estar acá o lo tienen que traer para hablar, si es que no viene por su propia voluntad. Su testimonio tiene potencialidad de ser importante porque fue una de las personas que protagonizó la investigación. La verdad es que de todos los testigos esperamos aportes importantes.

¿Cuál es el rol que cumple el Estado como parte de la querella en esta causa?

Lo que busca es cumplir con una obligación asumida ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tras una petición que hicieron los familiares agrupados en Memoria Activa. Las víctimas denunciaron al Estado por incumplir sus deberes de prevención y, además, por el encubrimiento del atentado y la privación de justicia. Néstor Kirchner, en el año 2005, ante la CIDH y las víctimas, admitió la responsabilidad del Estado por todas estas irregularidades. Que en realidad a mí me gusta llamarlos delitos, que es lo que son, cometidos por parte de funcionarios estatales. Kirchner se comprometió a una serie de medidas. Una de ellas fue cumplir con una agenda de trabajo que tenía varios aspectos: uno era impulsar la causa del encubrimiento, otro era fortalecer la Unidad AMIA del Ministerio de Justicia y la Unidad Fiscal de Investigación, para lo que se creó la Fiscalía que después quedo a cargo de (el fallecido Alberto) Nisman. Otra cuestión era reformar el Servicio de Inteligencia del Estado. Para cumplir con los objetivos hay un decreto del año 2006, donde el entonces presidente le asignó al Ministerio de Justicia –y en particular a la Subsecretaria de Política Criminal– que asuma la querella en este caso. La responsabilidad del Estado de cumplir con sus obligaciones frente a las víctimas, frente a la sociedad argentina y frente a la comunidad internacional, es lo que lleva al gobierno a actuar como querellantes en esta causa.

De alguna forma ese es el rol que nosotros ocupamos, en paralelo a los fiscales, y a las querellas de otras personas, víctimas del atentado, que se han presentado y cumplen un rol similar, coordinado con el nuestro.

¿El cambio de gobierno puede modificar el impulso que tomó la causa?

Yo pienso que va a ganar el partido que hoy está en el gobierno y, en ese sentido, tengo la expectativa de que el impulso va a seguir siendo el mismo. Si gana otro partido, tengo mis dudas de que este juicio permanezca. Pero es una especulación mía, basada en los mensajes que los dirigentes de otros partidos han dado. Creo que este gobierno ha dado muchas señales de su interés en que este juicio avance, de que empiece y que termine bien. Y la verdad es que no he visto mensajes de los otros candidatos o de las otras agrupaciones políticas que compiten en la elección. Hoy se puede mencionar el hecho de que la Presidenta haya hablado en las Naciones Unidas específicamente de este juicio, también en la última Asamblea Legislativa, y en las anteriores, que también habló sobre la importancia de que este proceso se lleve a cabo.

¿Esas menciones tuvieron repercusiones en el juicio?

No, la verdad que no. El juicio sigue con toda normalidad, está funcionando bien. Yo creo que le hace bien la posición política de la Presidenta. Me pareció que fue un respaldo a todos los actores que están empujando este juicio oral. Después que la Presidenta haya mencionado el juicio en la Asamblea de las Naciones Unidas como algo importante que se está haciendo en Argentina hubo una audiencia y el juicio siguió con la misma normalidad; pero claramente fortalece el proceso. Y también es un mensaje de que esto va a seguir así.

Tal vez eso también funciona para darle más difusión…

Si hay algo que deseo para que este juicio ande bien es que sea lo más público posible. Por eso siempre invitamos a los medios de comunicación a que lo cubran. Desde la agencia de noticias del Ministerio de Justicia, Infojus, armamos un diario del juicio para informar sobre lo que va pasando.

Queremos que venga la gente a las audiencias. A mí me gustaría, inclusive, si un canal de televisión quisiera filmar a algún testigo; sería algo muy saludable que la gente pueda observar lo que está pasando. Porque los juicios son públicos para generar transparencia. Y como toda la gente no puede presenciar las audiencias, los medios de comunicación deben garantizar la publicidad. Es importante escuchar a los testigos, ver cómo trabajan los abogados. Incluso, por las actitudes que van teniendo unos y otros, se puede ir formando una idea de cuál es la realidad.

Recién comentó que la causa empezó en el 2000, ¿por qué se demoró tanto el inicio del juicio oral?

Por muchos factores. En términos políticos, había mucha gente que no quería que este juicio se haga. Es un juicio claramente molesto ya que va en contra del sistema judicial. Están sentados en el banquillo actores clave del sistema de justicia penal federal de Argentina: un ex juez federal (Juan José Galeano), dos ex fiscales federales (Eamon Mullen y José Barbaccia), el ex jefe de la SIDE (Hugo Anzorreguy), que históricamente ha tenido una interferencia notable sobre el funcionamiento de la justicia federal. Hay policías federales con roles absolutamente destacados en la justicia federal, como (Jorge) Palacios, que era un investigador privilegiado para los jueces federales durante el menemismo. Todavía, en la etapa de instrucción, hay secretarios judiciales que están siendo investigados y que pueden ir a juicio en un futuro. Acá no solamente está bajo la lupa el encubrimiento del caso AMIA, sino que está bajo la lupa el funcionamiento de la justicia penal federal. Entonces, si quien tiene que hacer la investigación es la institución investigada, aparecen obstáculos. Eso es una explicación política, pero después hay factores estructurales: nuestro sistema de justicia penal es pésimo, por eso lo hemos cambiado y ahora estamos peleando para que se implemente la reforma. Entre las cosas que critica la reforma están las posibilidades de innumerable cantidad de recursos, muchos mecanismos para la dilación y un sistema escrito y muy formalista. Todas cosas que no deberían suceder cuando se implemente la reforma. Después hay otros factores en términos personales, que tienen que ver con el primer factor político: hubo muchos jueces que tenían que intervenir en el caso y que se negaron a intervenir, o fueron recusados o se excusaron, por haber tenido vínculos con algunas de las partes.

Luciano Hazan, Subsecretario de Política Criminal y coordinador de la Unidad Especial de Investigación del atentado a la AMIA, por el juicio a la causa de encubrimiento en la investigación sobre el atentado. Buenos Aires. 2 de octubre de 2015. FOTO: Romina Morua. ANCCOM UBA

«Queremos que venga la gente a las audiencias. A mí me gustaría, inclusive, si un canal de televisión quisiera filmar a algún testigo; sería algo muy saludable que la gente pueda observar lo que está pasando. Porque los juicios son públicos para generar transparencia», relata Hazan.

 

¿Este juicio puede ser reparador para los familiares de las víctimas?

Es totalmente reparador. Si efectivamente hay una sentencia condenatoria para quienes cometieron estos delitos, será claramente de reparación para las víctimas. Y en este caso en particular, teniendo contacto con las víctimas, uno advierte la importancia que le dan. De hecho, las víctimas han dicho de manera pública que tienen gran expectativa en este juicio, sobre todo aquellas que están agrupadas en Memoria Activa, en Apemia, en 18J, que presencian todas las audiencias. Ellas lo están impulsando y por eso se han presentado como querellantes. El juicio tiene un gran valor simbólico y un efecto reparador en términos de las violaciones a los derechos que han sufrido. Es importante que toda la sociedad entienda qué pasó. Porque durante mucho tiempo, incluso todavía ahora, hay mucha gente que cree que lo que sucedió fue la historia oficial que nos contaron en un inicio y, en realidad, ese relato se cayó en el primer juicio porque era todo una mentira. Todavía hay disputas comunicativas en este sentido. De hecho, nos han querido confundir cuando, a principio de este año, se quiso hacer pensar a la gente que había otro encubrimiento y, por eso, se acusó a la Presidenta y al canciller de un encubrimiento ficticio. En términos comunicacionales, se quiso empezar hablar de otro supuesto encubrimiento justo cuando este juicio estaba a punto de empezar. También ahora muchos medios le quieren cambiar el nombre de “juicio por el encubrimiento de la investigación del atentado a la Amia”, por el “Juicio Amia II”.

¿Cómo es el trabajo entre las distintas querellas?

Más allá de alguna diferencia que se puede notar, las querellas en este juicio tenemos muy buen diálogo y coordinación con todos. Inclusive hay algún nivel de coordinación con las querellas de los policías. Hay diferencias, obviamente; por eso hay distintas agrupaciones y no están todas las querellas unificadas. Pero lo que ha quedado claro, por lo menos hasta ahora, es que todas apuntan al mismo lado. Salvo en el caso de las querellas de AMIA y DAIA, que decidieron no acusar a algunos de los imputados. Y las querellas de los policías, ellos tampoco están acusando a otro grupo de los imputados, que son (Carlos) Telleldín y (su esposa Ana) Boragni. Puede haber matices pero hay un trabajo coordinado y hacia el mismo lado.

¿Cuáles van a ser las audiencias más relevantes a futuro?

Hasta ahora todas las audiencias fueron importantes, puede ser que haya alguna variación más adelante. Se espera que declare Anzorreguy, estamos a la espera de los estudios para ver si está en condiciones de salud para hacerlo. Después van a declarar los policías que fueron falsamente imputados, que fueron los que estuvieron contando palitos contra los barrotes durante muchos años y tienen mucho para decir. Ellos vieron de primera mano la investigación y las irregularidades, esas van a ser declaraciones testimoniales absolutamente ricas e importantes. Después van a venir las declaraciones de los familiares de las víctimas del atentado, que también vivieron las mentiras y eran excluidos de la investigación.

Detrás de los muros

Detrás de los muros

Un parlante y un micrófono están dibujados en la pared de un pabellón donde reina el más desolador de los silencios. Los pacientes deambulan sin ir a ningún lado por escaleras sin barandas y  pasillos tapizados de vidrios astillados, al alcance de cualquiera. Así está hoy el Hospital de Salud Mental J.T. Borda,  el mismo en el que el 26 de abril del 2013 se produjo un hecho sin precedentes en la historia sanitaria argentina. Ese día, a contramano de una decisión judicial, se dispuso la demolición del Taller Protegido N°19 y miembros de la comunidad terapéutica intentaron protestar para impedirlo. La Policía Metropolitana avanzó contra ellos con  una feroz represión que incluyó golpes, gases lacrimógenos y disparos a quemarropa con balas de goma. Como consecuencia del atropello, resultaron cincuenta heridos entre los que se encontraban pacientes internados, sus familiares, médicos, enfermeros, administrativos y periodistas que estaban cubriendo el hecho.  A más de dos años de lo sucedido, a la falta de respuesta de las autoridades y de resarcimiento por lo acontecido, proliferan los reclamos de falta de materiales, infraestructura y ausencia de nombramientos necesarios para sostener los servicios.

Así está hoy el Hospital de Salud Mental J.T. Borda, el mismo en el que el 26 de abril del 2013 se produjo un hecho sin precedentes en la historia sanitaria argentina.

Así está hoy el Hospital de Salud Mental J.T. Borda, el mismo en el que el 26 de abril del 2013 se produjo un hecho sin precedentes en la historia sanitaria argentina.

Daniel Taborda trabaja hace diez años en el Servicio 30 de Admisión y tiene a su cargo una decena de pacientes en riesgo. El enfermero califica la situación actual del hospital como en estado de desidia total y de abandono general de las instalaciones.

¿Cómo es trabajar hoy en día en el hospital?- le preguntó ANCCOM.

Es muy complejo, la falta  de enfermeros es letal. La ley dice que cada siete pacientes tiene que haber un enfermero; nosotros somos dos cuando tendríamos que ser cuatro. El predio cuenta con 16 hectáreas y, por ejemplo, hay un médico clínico para todo el hospital. Cuando lo llaman de un servicio a otro, tiene que evaluar la situación, según lo que le dicte el enfermero, para ver a quién atiende primero.

Si bien es de conocimiento público su especialización en psiquiatría, el Borda cuenta, además, con diversos servicios abiertos a la comunidad. Como en cualquier hospital, los usuarios podrían realizarse cirugías, sesiones de kinesiología, estudios en el laboratorio de análisis clínicos y prácticas odontológicas. Todos estos servicios serán cerrados en 2020, según el acuerdo realizado entre el oficialismo porteño y el nacional plasmado en la Ley 4.473, el 20 de diciembre de 2010, la cual prevé transformar el sistema de salud mental y prohibir la creación de nuevos manicomios, neuropsiquiátricos o instituciones de internación monovalentes.

Enfermero Daniel Taborda, Hospital J.T. Borda, 24 de Septiembre

«El predio cuenta con 16 hectáreas y, por ejemplo, hay un médico clínico para todo el hospital. Cuando lo llaman de un servicio a otro, tiene que evaluar la situación, según lo que le dicte el enfermero, para ver a quién atiende primero» cuenta Daniel Taborda, enfermero del Hospital.

“Acá, como en cualquier hospital de la Ciudad, la gente puede atenderse con un médico clínico. Lo que pasa es que eso no se difunde. Están cerrando los servicios como maniobra de vaciamiento, para el posterior cierre en 2020. Los pacientes psiquiátricos también sufren descompensaciones de todo tipo, como padece cualquier persona en otro hospital.  El abandono es total, no contamos con los elementos necesarios”, señala  Taborda.

Con la Resolución 1657/13 el Gobierno porteño puso en marcha un plan de reducción de suplencias de guardias, afectando a 1.500 trabajadores y precarizando la atención primaria de salud. Manuel Galvalisi, médico psiquiatra del hospital, insiste sobre la política reduccionista que afecta el servicio y realza la precarización laboral. “Con este último Gobierno pasamos de depender de la Nación a la Ciudad. En ese momento empezaron a haber problemas en los nombramientos. Ya no somos la cantidad de personal necesaria por la estructura. No se repone el cargo de la persona que se jubila y los pocos que quedamos nos estamos repartiendo. Cuando pertenecíamos a la Nación, teníamos la libertad de formar profesionales de acuerdo a la necesidad del hospital; ahora, es cada vez más difícil. Para entrar a una concurrencia, por ejemplo, tenes que dar un examen, exigen una determinada cantidad de horas trabajadas, hay que sacar un seguro de mala praxis….  Se puede hacer un hospital más ágil con integración a la comunidad, pero lamentablemente el capital humano se está perdiendo. Muchos profesionales están siendo absorbidos por el sistema privado y hay gente que se encuentra dispuesta a trabajar en forma gratuita con tal de formarse en una institución que siempre fue mirada con orgullo.”

“Se puede hacer un hospital más ágil con integración a la comunidad, pero lamentablemente el capital humano se está perdiendo. Muchos profesionales están siendo absorbidos por el sistema privado y hay gente que se encuentra dispuesta a trabajar en forma gratuita con tal de formarse en una institución que siempre fue mirada con orgullo”, dice Galvalisi

“Se puede hacer un hospital más ágil con integración a la comunidad, pero lamentablemente el capital humano se está perdiendo. Muchos profesionales están siendo absorbidos por el sistema privado y hay gente que se encuentra dispuesta a trabajar en forma gratuita con tal de formarse en una institución que siempre fue mirada con orgullo”, dice Galvalisi

El 28 de diciembre de 2014 los legisladores María Elena Naddeo y  Aníbal Ibarra presentaron un amparo en la Cámara en lo  Contencioso Administrativa solicitando la paralización de la construcción del Centro Cívico en el predio del Hospital Borda, impulsado por el Gobierno de la Ciudad. “El artículo 21 inciso 12 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires afirma: ´Las políticas de Salud Mental, reconocerán la singularidad de los asistidos por su malestar psíquico y su condición de sujetos de derecho, garantizando su atención en los establecimientos estatales´.  Destruir el Taller Protegido N° 19 fue leído por la comunidad como un avasallamiento de los Derechos Humanos que dicha Ley consagra,” señala Naddeo.

Hospital Borda, 3 de Octubre de 2015

El Gobierno de la Ciudad plantea la apertura de centros de día ambulatorios con el fin de fomentar la inclusión del paciente en sociedad, ¿Cuál es su opinión al respecto?- preguntó ANCCOM a Naddeo.

Durante ocho años de gestión, el Gobierno de la Ciudad solamente puso en funcionamiento un Centro de Medio Camino o Residencia Protegida y un espacio para niños o adolescentes con situación grave de salud mental para externarlos del Hospital Tobar García. Los centros ambulatorios y los hospitales de día, así como las salas en los hospitales generales, prometidos un año atrás por la Legislatura porteña no han sido concretados.

¿Qué expectativa tiene con el próximo gobierno?

El próximo gobierno avizora mantener los mismos principios privatistas y conservadores en la gestión de salud y educación. Tendremos que desarrollar una estrategia de unidad de los sectores gremiales académicos y profesionales comprometidos con el derecho a la salud como derecho social garantizado por el Estado para encarar acciones que generen la adhesión de la comunidad.