Si algún argentino escucha el nombre Stars and Stripes Forever, posiblemente no le sea significativo ni encuentre una referencia inmediata. Pero con solo entrar a YouTube, colocar el título en el buscador, y darle play, un sonido familiar le provocará la sensación de que algo está por suceder. Este elemento, entre otros, es uno de los destacados por Marcelo Figueroa en su libro Fue primicia: historia de Crónica TV (Ediciones Continente). A través de un viaje vertiginoso, el periodista y productor oriundo de Trenque Lauquen muestra las luces y sombras del canal que lleva un cuarto de siglo acompañando a una teleaudiencia ávida de noticias y entretenimiento.
Entrevistado por ANCCOM, Figueroa se define como un ‘apasionado’ de Crónica TV y particularmente de la historia de su creador, el omnipresente Héctor Ricardo García. Más allá de los preconceptos sobre la credibilidad y el rigor periodístico de la empresa, el escritor asegura que la señal televisiva se inscribió de forma indeleble en la cultura popular nacional. Su exhaustiva investigación, llevada a cabo a lo largo de 13 años, pone de relieve los recursos de un medio que, sin menospreciar el profesionalismo, hizo de la espontaneidad su marca registrada.
¿Cómo surgió la idea de hacer un libro acerca de Crónica TV?
La atracción por Crónica empezó primero como espectador, ya que, en el interior, el canal tiene una tracción muy fuerte. Siempre me llamó la atención cómo ‘gritaban’ las noticias. En el año 2006, instalado en Capital y trabajando en algunos medios, empecé a entrevistar a productores, camarógrafos y cronistas del canal. El libro durmió en mi computadora durante muchos años porque básicamente no encontraba una editorial. El año pasado empecé a retomar el diálogo con algunas y pude ofrecer algo más ganchero para el marketing: los 25 años de Crónica TV. Finalmente lo pudimos publicar con la editorial Continente. De todas formas, lo que me terminó de convencer para hacer el libro es la figura de Héctor Ricardo García, a quien yo no conocía más que de nombre. Me dio mucha curiosidad su personaje, leí sus libros autobiográficos y quise saber más de él.
¿Tuviste dificultades para obtener los testimonios?
Y… varios se cuidaron de decir algunas cosas y muchos dudaban acerca de si el libro iba a cuestionar o poner en tela de juicio el trabajo de los periodistas del canal. Hay cierto prejuicio acerca de Crónica, quienes trabajan allí sienten que permanentemente tienen que dar explicaciones. Por otro lado, no pude hablar con García, tuve tres intentos de contactarlo y no prosperó ninguno. Hablé con colaboradores directos, autorizados por él, que lo interiorizaron acerca de la investigación.
¿Qué tan importante es la figura de Héctor Ricardo García en la historia de Crónica TV?
Él es Crónica. Básicamente todo lo que había hecho en el diario lo volcó a la televisión, que es su verdadera pasión. Cuando manejó Teleonce, lo bautizó como ‘el canal de las noticias’ y en Canal 2 utilizó algunos formatos de placa. Todo eso se pudo ver en Crónica. Fue un pionero, y como tal merecía un reconocimiento. Es sin dudas el máximo referente del periodismo popular en Argentina. No terminó la secundaria, ni está formado teóricamente. Siempre se movió por un instinto basado en la escuela de la calle.
¿Pensás que priorizó el periodismo por sobre lo empresarial?
Jamás se consideró un empresario, más allá de que a lo largo de su vida hizo buenos negocios. De hecho descuidó la parte empresarial, tuvo que vender el diario y después cuando cayó preso perdió parte del canal televisivo, hasta que finalmente hoy en día ya no tiene nada que ver con Crónica a nivel accionario.
De todas formas, su influencia sigue a tal punto que personalidades como Marcelo Tinelli, Daniel Hadad y Chiche Gelblung lo tratan de “maestro”…
Claro, siempre elogiaron su labor en diversos temas. Hadad lo elogia nivel manejo de medios, Tinelli a nivel espectáculos. Él hizo debutar a Gerardo Sofovich y lo dirigió como mediador en el debate entre Agustín Tosco y José Ignacio Rucci. Fuera de toda rosca política, García organizó el debate para ganar rating y tenerlo como primicia. Por otro lado, un poco en contradicción con lo que te decía recién, Jorge Fontevecchia siempre lo admiró como empresario editorial por la altísima venta que tuvo el diario Crónica.
¿La carta más fuerte del canal siempre fue la primicia?
Claramente, por su vasta red de contactos llegaban primero a todos lados. Incluso tenían recursos como poner las placas con los hechos de forma enigmática, sin especificar la dirección donde ocurría. Ellos se reservaban el “dónde” para poder estar antes y tener una ventaja. Me di cuenta que todos los que trabajaban ahí eran fanáticos de la primicia.
Dentro de esa primicia, parecería que siempre hubo una pugna entre la seriedad y el sensacionalismo…
En su momento se decía que si escurrías Crónica, ‘chorreaba sangre’. Hoy los policiales rinden, y los muertos se muestran permanentemente. Antes una nota con un cadáver acarreaba un editorial de La Nación cuestionando la ética periodística, actualmente ese límite está corrido. Crónica fue pionero en apelar al morbo para atraer a la audiencia, algo utilizado y reconocido hoy en día por todos los medios. Hay elementos característicos del canal como las placas rojas, con frases al estilo ‘lluvia de balas’ para hablar de un tiroteo, o ‘se teme lo peor’, para generar expectación en el medio de una toma de rehenes. Pero la realidad es que hoy casi todos los medios utilizan los mismos recursos.
En ese afán por exaltar el morbo, hubieron algunos excesos ¿Notaste algún tipo de arrepentimiento?
El más grave fue el suicidio de Mario ‘el malevo’ Ferreyra, que fue grabado y puesto adrede al aire. Algunos productores me reconocieron que estaban arrepentidos, aunque siempre me dejaron en claro que García era quien tomaba la decisión final y se hacía cargo. Después hubo una famosa placa negra que solo mostraba la hora y la temperatura, en el medio de rumores muy fuertes sobre el fallecimiento de Maradona. Rubén Molina, mano derecha de García, me preguntó si yo había puesto en el libro que ellos “mataron al Diego”. Al leerlo se percató de que, si bien en la introducción doy a entender eso, en el capítulo desarrollo los hechos tal y como fueron. Incluso se mostró orgulloso de cómo habían manejado esa información. Si hubiera sucedido, ellos iban a decir que tuvieron la primicia a la hora que figuraba en la placa negra. Pero, a la vez, siempre negaron la confirmación. El tema es que Crónica siempre fue un canal 24 horas, seguramente han pasado cosas que nadie sabe ni se pudieron grabar.
García evidentemente oscilaba entre su pensamiento conservador y su transgresión mediática ¿Cuánto incidían estos aspectos a la hora de transmitir la información?
Hay una gran contradicción porque él era bastante homofóbico. En una entrevista llegó a declarar “a mí me gustan las mujeres, no soy tarado”. Sin embargo creo que es una cuestión generacional de la que nunca pudo escapar. Crónica TV fue el primer medio en cubrir todas las marchas del Orgullo LGBTIQ. Lo hacían desde un lado bizarro, pero estaban ahí. Incluso acompañaron a travestis a las mesas de votación cuando no eran mixtas. Ellos buscaban el escándalo, pero también visibilizaban.
El lema “firme junto al pueblo” ¿Es demagogia o tiene anclaje en la realidad?
Fue absolutamente literal en las empresas de García. Vos llamabas a Crónica y te atendían directamente los productores, no un telefonista ni un operador. Cuando llamabas, iban, sea a donde sea. A mí me ha pasado de trabajar en un noticiero y que casi me den de baja una nota a minutos de hacerse porque no querían ir a un barrio del conurbano. En Crónica jamás pasó eso, incluso le daban lugar a cuestiones que otros medios ignoraban como, por ejemplo, la gente sin luz. Además, al canal le servía cualquier noticia para alimentar una ‘caldera’ encendida las 24 horas.
Desde la ida de su creador, ¿la frase quedó vacía?
Sí, creo que se corrieron de ese manual de estilo tácito creado por García. Hay mucha previsibilidad y la agenda ya no la marca el suceso periodístico del momento. Dejaron de estar cerca de lo popular: ya no transmiten el sorteo de la Quiniela, ni las carreras de turf, tampoco ponen recitales de su ‘archivo de oro’. Tiene pocas coberturas en vivo, e incluso tienen muchas notas telefónicas, algo que García detestaba. En un nuevo mapa mediático caracterizado por el avance de la tecnología, el nuevo Crónica todavía está buscando su rumbo.