Destapá y ganá

Destapá y ganá

La empresa de capitales mexicanos FEMSA, distribuidora de los productos de Coca-Cola en Buenos Aires y alrededores, fue intimada por la Justicia a reincorporar a un trabajador que había sido despedido luego de organizar entre sus compañeros la marcha del 24 de marzo, fecha que conmemora el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, y de ser señalado por integrar una lista gremial combativa. Esta reincorporación, efectivizada finalmente el viernes pasado, se suma a otras también ordenadas por el Poder Judicial, y ocurridas en las plantas de Pompeya, en la Capital Federal, y de Monte Grande, en la Provincia de Buenos Aires.   

José Agustín Gómez, de 55 años, trabajaba en la compañía desde 2003, en el puesto de operador de movimiento interno. El lunes 28 de marzo –inesperadamente para él- sus superiores le notificaron que lo echaban de la empresa bajo la acusación de integrar una “organización rompeconos” que se dedicaba a la rotura sistemática e intencional de estas guías de señalización.

Gustavo Intrieri, abogado del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDh) que representa a Gómez, afirma que el fallo del Juzgado Laboral N° 30 dejó asentado que las pruebas presentadas por los asesores legales de Coca-Cola-FEMSA no tienen validez alguna. “Se lo terminó acusando de la rotura de más de 15 conos, pero solo presentaron la rotura de uno solo, la cual se sabe que sucedió el 18 de marzo a las 20.00. Pero quedó asentado que en ese momento José se encontraba en otro sector”, explica el abogado. El letrado sostiene que la supuesta rotura de conos fue un montaje de la empresa para tratar de sacarse de encima al trabajador, a causa de su actividad gremial y de su participación en la convocatoria al acto del 24 de marzo.   

El abogado cuenta el último manotazo de ahogado que intentó hacer la empresa de “la gaseosa de la felicidad”: “Pretendió revertir la cautelar del 14 de julio (la cual obliga a la reincorporación del operario despedido) mediante la presentación de documentos y testigos falsos”. Y se explaya en su explicación: “Como pruebas entregó dos fotos en las que quiere demostrar que José está participando del hecho, pero se observa que se trata de otra persona distinta. Incluso las fotos presentan fechas distintas y un cono en lugares distintos, con lo cual no puede tratarse del mismo hecho. Hasta esa torpeza cometieron”.

Traiciones

A los dos días del despido, los compañeros de Gómez organizaron una asamblea de la que participaron unos sesenta trabajadores en horario laboral para que los abogados del sindicato intercedieran a su favor. “Incluso se ofrecían a pagar los conos magullados”, asegurá el trabajador ahora reincorporado.   Bajo esta presión, dos días más tarde, el viernes 1º de abril, intermedió la Federación Argentina de Trabajadores de Aguas Gaseosas y Afines (FATAGA), a través del subsecretario Américo Romero. “El representante gremial –recuerda José- me da la razón y me dice que la acusación resultaba inverosímil. Igual yo le dije que no se quedara con mi testimonio, que investigue a fondo para dar cuenta de la verdad”.     

No obstante, el 6 de abril Romero le presentó a Gómez un telegrama en el que aceptaba formalmente su desvinculación de la empresa. “Yo había ido para que verifiquen que las acusaciones eran falsas y para que luchen por mi reincorporación, y el señor Romero me comunica que no iban a rever mi caso porque -para él- el sindicato no está para interceder en estas cosas. Pero si los sindicatos no están para ayudar al trabajador, ¿entonces para qué están?”, se pregunta con tono de impotencia.

La vuelta de los años 90

Durante el neoliberalismo de los años 90, las grandes empresas fueron favorecidas por una serie de leyes que flexibilizaban el empleo y precarizaron las condiciones de trabajo. Intrieri esclarece la situación en la Coca-Cola de aquellos años: “Los trabajadores carecían de representación sindical de base, ni siquiera había afiliados al sindicato. No se podía criticar nada”.

Y se explaya en cómo se dio el cambio: “Producto de una organización interna, los trabajadores de Amancio Alcorta lograron imponer la representación gremial, que luego se trasladó a la planta de Monte Grande. Pero el sindicato recién nombró a los delegados en 2012, para protegerse antes de que surgieran representantes más de base, y en 2014 los trabajadores presentaron una lista más representativa, la Lista Bordó, que se oponía al accionar de las directivas mafiosas del sindicato de FATAGA, donde no se convoca a asamblea ni se toman decisiones de modo democrático. Cuando gana la Lista Bordó comienza el ataque a los empleados de la comisión interna de la planta Monte Grande”, relata Intrieri.          

Más tarde, según Intrieri, este disciplinamiento fue aplicado por los directivos de Coca-Cola-FEMSA a su central de Pompeya, donde los trabajadores estaban organizados en la Lista Marrón, una agrupación se define como clasista y está integrada mayoritariamente por miembros que tienen afinidad o que militan en el Partido de los Trabajadores Socialistas.

José Gómez, militante de esta lista, no tiene dudas de que los gerentes de Coca-Cola-FEMSA buscan desprenderse de los miembros más activos y organizados en la defensa de derechos. “Nosotros luchamos por derechos que creemos justos, como -por ejemplo- dejar de cobrar el día simple cuando trabajamos en día feriado, o exigir que no nos cambien de serie y de puesto, o que no nos cambien de horario. Siempre le fui fiel al trabajo y nunca le fallé a la empresa, pero parece que luchar por derechos laborales para ellos es ser mala persona”, advierte.

La desvinculación estratégica de trabajadores que están organizados no es nueva en la empresa de la gaseosa más publicitada del país: “Los compañeros de la Agrupación Marrón veníamos sufriendo despidos desde agosto del año pasado, pero despedían con otro método: sin causa y con indemnización”, declara Gómez.

Otros casos

Cristian Durán protagonizó la primera reincorporación de esta serie dictada por la Justicia. Su despido de Coca Cola fue en agosto de 2015 y ocho meses más tarde una cautelar judicial, que aún aguarda sentencia firme, ordenó su vuelta al trabajo en la planta de la calle Amancio Alcorta, en Pompeya.

“Era sabido en la planta que yo soy activista de la agrupación Marrón, la cual busca defender los derechos de los trabajadores que todavía al día de hoy se siguen vulnerando. Nosotros hemos denunciado a la empresa y también al sindicato por no defender al laburante”, declara Durán.  

Otras sentencias que han salido favorables a los trabajadores son las de Sandro Giménez en la planta de Monte Grande y de Jonathan Mendoza, Gabriel Zapata, Walter Lell, Mario Fernández y Gastón Borda en la de Pompeya. A estos se suman dos casos más de empleados que han preferido, por desgaste emocional, no reincorporarse a Coca-Cola-FEMSA.   

Por lo pronto, en el caso de Gómez, el más reciente de esta serie de trabajadores despedidos y reincorporados por orden judicial, pudo reingresar a su trabajo el viernes pasado.

 

Actualizada 16/08/2016

“Se necesita una CGT que rechace las políticas de gobierno”

“Se necesita una CGT que rechace las políticas de gobierno”

Es día de San Cayetano y los fieles hacen fila sobre la calle Bynon para pedirle al patrono del trabajo. Algunos sostienen espigas de trigo con la imagen del santo, otros tienen paquetes de velas amarillas y de fondo se escucha la misa que brindan en la puerta de la iglesia ubicada en la calle Cuzco. A metros, sobre avenida Rivadavia, al lado de la estación de trenes de Liniers, se forman las columnas de organizaciones sociales y políticas que, cerca de las nueve y media, emprenden camino hacia Plaza de Mayo.

La manifestación fue convocada por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa bajo la consigna de “Pan, paz, tierra, techo y trabajo”. Al frente de la marcha se encuentran los dirigentes sociales y sindicales entre los que está Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria, aquel que mandó al ministro Juan José Aranguren a hacer prueba y error “con la puta madre que lo re mil parió” y uno de los nombres que circuló como candidato a formar parte de la conducción colegiada de la Confederación General del Trabajo (CGT) a partir del Congreso del 22 de agosto.

Hoy la central obrera está dividida en tres y se busca su reunificación. Aunque no está contemplado en el estatuto, el objetivo del Congreso es constituir una conducción colegiada que represente a todos los sectores, al igual que sucedió en 2004 cuando fueron elegidos Hugo Moyano (Camioneros), Susana Rueda (Sanidad) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Esta vez, la CGT conducida por Moyano propone a Juan Carlos Schmidt (Dragado y Balizamiento), la de Antonio Caló a Héctor Daer (Sanidad) y la de Luis Barrionuevo a Carlos Acuña (Estacioneros) para conformar un nuevo triunvirato. Sin embargo, la Corriente Federal de Trabajadores impulsa a Palazzo, secundado por Héctor El Gringo Amichetti (Federación Gráfica Bonaerense), para conducir la próxima cúpula de la central. Con ese objetivo, a un acto en el microestadio de Ferrocarril Oeste para el 12 de agosto.

¿Qué opina de la marcha de San Cayentano?

Es muy importante porque es una forma de expresar no solo una conmemoración religiosa, sino también la necesidad de que el gobierno cambie algunas políticas que tienen que ver, básicamente, con la economía, con lo político, con lo social. Vemos que hay una inflación alta, que hay cada vez más caída del empleo, caída de la actividad económica y esto va a tener consecuencias directas en lo social.

¿Por qué usted y El Gringo Amichetti consideran importantes las regionales de la CGT?

Nos parece importante reconstruir ese vínculo. Hoy las economías regionales y los sectores del interior del país padecen, de manera muy fuerte, este período de crisis en donde se está gobernando para los ricos. Entonces es importante tener una CGT unida y federal, que exprese al conjunto de los trabajadores en toda la República Argentina.

El taxista Omar Viviani y el representante de los peones rurales Gerónimo El Momo Venegas amenazan con no unirse si se elige una conducción colegiada de la CGT, ¿aún así usted cree que la unidad es posible?

Nosotros creemos en una conducción colegiada pero lo más amplia posible y representativa de todos los sectores de la CGT. Creemos que el debate hay que darlo adentro y desde ahí plantea que se necesita una CGT con contenido, que exprese el rechazo a la política del gobierno y que establezca un plan de lucha con un paro nacional activo y con los trabajadores movilizados.

¿Qué expectativas tiene para el acto del 12 de agosto?

Importantes. Cada vez hay más organizaciones que se suman, pero lo nuestro trasciende al 12 y trasciende también al 22. La Corriente Federal Sindical se está convirtiendo en una referencia de un espacio combativo de la CGT que pretende confrontar con el gobierno. Estamos muy entusiasmados, sobre todo, pensando, más allá del 22, en todos los días que vamos a tener que salir a la calle a luchar mientras sigan estas políticas en la Argentina.

La ex presidenta criticó al movimiento sindical diciendo que chicos de colegios secundarios logran conquistas y los gremios nada, ¿usted qué opina?

Es una opinión que tiene. Yo creo que el movimiento sindical tiene su tiempo para reordenarse, en todas las organizaciones pasa lo mismo. Nosotros (los bancarios) hemos dado una muestra contundente cuando decidimos no cerrar nuestras paritarias hasta que no reincorporaran a nuestros trabajadores del Banco Central y es una expresión que hay que tenerla en cuenta. Pero creo que hoy hay que priorizar la unidad por sobre todos los otros valores porque es el movimiento obrero y las organizaciones sociales las que están en condiciones de confrontar con efectividad contra este modelo. Hoy los partidos políticos están discutiendo sus internas, por qué perdieron la elección, y creo que si el movimiento obrero se unifica y hay unidad en la acción de todos los sectores sociales y todas las centrales podemos combatir con efectividad las políticas actuales.
Actualizada 09/08/2016

“La unidad es lo único que nos puede salvar”

“La unidad es lo único que nos puede salvar”

San Cayetano es conocido como el patrono del pan y del trabajo desde el año 1671 cuando fue proclamado santo por el Papa Clemente X. Cada 7 de agosto miles de fieles acuden a su templo en una de las muestras de religiosidad popular más importantes de nuestro país. Hoy, a ese grupo de creyentes se sumaron numerosas agrupaciones sociales y sindicales que transformaron la plegaria cristiana en una manifestación popular y política que conectó a la iglesia ubicada en Cuzco 150, en el barrio porteño de Liniers, con la histórica Plaza de Mayo. Bajo la consigna de “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”, miles de manifestantes -los organizadores calcularon cerca de 100 mil personas- se movilizaron contra los despidos y el proceso de ajuste de la administración de Mauricio Macri.  Después de trece kilómetros de caminata, todos se unieron frente a la Casa Rosada en el reclamo de un “Salario Universal Complementario” para los trabajadores de la economía popular y la declaración de la Emergencia Social en el Congreso Nacional. La movilización fue convocada por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTE), el Movimiento Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), pero recibió el respaldo de sectores sindicales y políticos que cuestionan el rumbo económico-social del gobierno de Cambiemos.

Cada 7 de agosto miles de fieles acuden a su templo en una de las muestras de religiosidad popular más importantes de nuestro país.

Cada 7 de agosto miles de fieles acuden a su templo en una de las muestras de religiosidad popular más importantes de nuestro país.

“Acá estamos los agredidos de este modelo, de sus políticas económicas”, sintetizó el coordinador de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, el primero de los oradores. El inicio del acto central estaba previsto para las 14:00, pero debió retrasarse al menos una hora debido a las incesantes columnas de manifestantes que avanzaban hacia el escenario junto a la Pirámide de Mayo. Agrupaciones barriales, gremiales, políticas y universitarias conformaron la multitud que cambió el habitual paisaje de la Plaza de Mayo en una tarde de domingo. Al iniciar el acto, la plaza entera recibió con aplausos a los “Jóvenes Misioneros de Francisco” que, portando las imágenes de San Cayetano, la Virgen de Lujan y el Papa Francisco, marcharon esos trece kilómetros desde Liniers.

Marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo por pan, paz y trabajo , 07 de Agosto de 2016; Foto: Nicolas Parodi / ANCCOM

Marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo por pan, paz y trabajo , 07 de Agosto de 2016; Foto: Nicolas Parodi / ANCCOM

Menéndez criticó en duros términos el orden de prioridades establecido por el gobierno nacional al que calificó como el “agresor” y señaló una serie de problemas que concluyen en un golpe contra la industria que provoca la pérdida de puestos de empleo. “Lo único que se produce en este país, como consecuencia de este gobierno, es que se ha instalado una fábrica de pobreza con las políticas económicas que se están llevando adelante”, sentenció.

.  Después de trece kilómetros de caminata, todos se unieron frente a la Casa Rosada en el reclamo de un “Salario Universal Complementario” para los trabajadores de la economía popular y la declaración de la Emergencia Social en el Congreso Nacional.

. Después de trece kilómetros de caminata, todos se unieron frente a la Casa Rosada en el reclamo de un “Salario Universal Complementario” para los trabajadores de la economía popular y la declaración de la Emergencia Social en el Congreso Nacional.

Luego, el coordinador nacional de la CCC, Amancay Ardura, alertó sobre la problemática más urgente que las organizaciones deben enfrentar: “El hambre arrecia en todos los territorios. Las necesidades nos están matando”. Y advirtió: “Los que convocamos a esta jornada no esperamos ni podemos esperar. Las organizaciones no estamos para contener a nuestros compañeros, estamos para luchar y organizar. Nosotros no queremos desestabilizar a este gobierno, pero sí que cambie esta política que nos está matando. Estamos muy mal y un nuevo fracaso lo vamos a pagar nosotros. Por eso estamos en las calles, por eso estamos aquí, por lo que estamos sufriendo. No vemos la luz al final del túnel”.

 “Acá estamos los agredidos de este modelo, de sus políticas económicas”, sintetizó el coordinador de Barrios de Pie, Daniel Menéndez.

“Acá estamos los agredidos de este modelo, de sus políticas económicas”, sintetizó el coordinador de Barrios de Pie, Daniel Menéndez.

El mensaje final estuvo a cargo del secretario general de la CTEP,  Esteban Gringo Castro, quien también responsabilizó al modelo económico de las problemáticas que enfrentan los sectores más vulnerables. “El sistema nos expulsa del trabajo a nosotros que somos creadores de trabajo. Nos reprime y no nos deja laburar y eso no lo podemos permitir”, remarcó.

“Lo único que se produce en este país, como consecuencia de este gobierno, es que se ha instalado una fábrica de pobreza con las políticas económicas que se están llevando adelante”, sentenció Menéndez.

“Lo único que se produce en este país, como consecuencia de este gobierno, es que se ha instalado una fábrica de pobreza con las políticas económicas que se están llevando adelante”, sentenció Menéndez.

Además, enfatizó la necesidad de mantener la unidad entre las agrupaciones sociales y del trabajo informal. “Si los monopolios lo que quieren es fragmentar a la clase trabajadora, nosotros vamos a trabajar incansablemente para la unidad. Vamos a trabajar para la unidad porque es lo único que nos puede salvar. No nos puede salvar la guita que viene de afuera porque viene para sacar lo que tenemos adentro”, señaló.

“El sistema nos expulsa del trabajo a nosotros que somos creadores de trabajo. Nos reprime y no nos deja laburar y eso no lo podemos permitir”, remarcó Gringo Castro.

“El sistema nos expulsa del trabajo a nosotros que somos creadores de trabajo. Nos reprime y no nos deja laburar y eso no lo podemos permitir”, remarcó Gringo Castro.

El representante del CTEP también dedicó una parte de su discurso a señalar la sintonía que el reclamo de los trabajadores puede encontrar en la figura del Papa Francisco a quien visualizó como uno de los propulsores de las iniciativas del sector. “La consigna Techo, Tierra y Trabajo surge de la convocatoria del Papa Francisco. Nos encontramos con un Papa que nos dijo que tenemos que hacer la reforma agraria, que además planteó que los trabajadores de la economía popular, y así lo nombró, teníamos en nuestras manos la posibilidad de garantizar un futuro para nuestro país”, remarcó. Tanto la movilización como el acto en Plaza de Mayo superaron ampliamente las expectativas de sus organizadores que, sin embargo, ya plantean una marcha federal y multisectorial como el paso siguiente. “Acá hay mucha bronca, mucho malestar por lo que están haciendo y que día a día afecta a nuestros bolsillos, nos afecta porque tenemos que ir para atrás y todos queremos progresar. Es por eso que necesitamos hoy que paren la mano con las políticas económicas que están llevando adelante. Acá estamos los que la estamos pasando mal. Aspiramos a que, a partir de esta muestra de nuestro pueblo en esta fecha tan simbólica, el gobierno reflexione y convoque a un estado de emergencia social”, sintetizó Menéndez.

“Los que convocamos a esta jornada no esperamos ni  podemos esperar. Las organizaciones no estamos para contener a nuestros compañeros, estamos para luchar y organizar. Nosotros no queremos desestabilizar a este gobierno, pero sí que cambie esta política que nos está matando", alertó Amancay Ardura.

“Los que convocamos a esta jornada no esperamos ni podemos esperar. Las organizaciones no estamos para contener a nuestros compañeros, estamos para luchar y organizar. Nosotros no queremos desestabilizar a este gobierno, pero sí que cambie esta política que nos está matando», alertó Amancay Ardura.

La movilización convocada por los movimientos que lideran la denominada economía popular también contó con la adhesión de Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores; Roberto Baradel, de Suteba y Eduardo López, de UTE. Además, se sumaron al reclamo los dirigentes del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro; y Jorge Ceballos, de Libres del Sur; entre otros.

“Si los monopolios lo que quieren es fragmentar a la clase trabajadora, nosotros vamos a trabajar incansablemente para la unidad", señaló Gringo Castro.

“Si los monopolios lo que quieren es fragmentar a la clase trabajadora, nosotros vamos a trabajar incansablemente para la unidad», señaló Gringo Castro.

Actualizada 08/08/2010

“No me alcanza, la guita no me alcanza…”

“No me alcanza, la guita no me alcanza…”

Luego de una asamblea en la que debatieron la situación de precarización laboral que están viviendo, los  trabajadores de AGEA SA-Grupo Clarín decidieron llevar su reclamo a la calle y cortaron Tacuarí –donde se encuentra la sede de la redacción– con termos, cacerolas y otros objetos que golpearon al ritmo de “No me alcanza, la guita no me alcanza…”. El principal problema, dijeron a ANCCOM los redactores, es que la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) firmó un acuerdo paritario que establece una recomposición salarial de 25 a 27 por ciento en 13 meses, mientras que el diario publica en sus tapas que la inflación estimada será alrededor del 45 por ciento interanual. “No solo que no empatás la inflación, sino que además perdés 20 puntos, o sea que estás trabajando prácticamente gratis”, dijo Juan José Marón, periodista de Olé.

Si bien hace tiempo vienen realizando medidas de fuerza para visibilizar su reclamo, en los últimos meses estaban a la espera de una respuesta: “Era un impasse, porque había una mesa de negociación. Pero la propuesta que hicieron fue insuficiente, los sueldos están muy por debajo, incluso algunos pasan la línea de pobreza. Necesitamos que se pongan serios y hagan una propuesta real para todos”, expresó Gerardo Morel, delegado gremial y  trabajador de la sección de infografías de Clarín desde hace 25 años.

En un contexto de crisis, tarifazos y creciente inflación, los trabajadores de Clarín encontraron irrisoria la cifra pactada por UTPBA con la patronal. “Tenemos un problema, el histórico gremio de prensa hace mucho tiempo está cooptado por las propias empresas. Este es el tercer año que va a paritarias solo, sin delegados, y que cierra la peor cifra del país. Este año rompió records, porque mientras todos los sindicatos firmaron un promedio de 25 por ciento para 6 meses, la UTPBA firmó entre 25 y 27 por ciento para 13 meses, ni siquiera para un año”, explicó Francisco Rabini, editor de Clarin.com, delegado de AGEA SA, y dirigente del recientemente creado Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa). Y agregó: “Nosotros lo que denunciamos es que la empresa que publica en la tapa que la inflación interanual supera el 45 por ciento pretende que a nosotros se nos licúe el salario con una recomposición salarial que, anualizada, es menos del 23 por ciento”.

Dardo Villafañe, periodista de Arquitectura, lleva 22 años en la empresa y considera injusto que trabajadores con más de 20 años de experiencia cobren alrededor de 20.000 pesos. Según explicó, la escala salarial es muy variada, incluyendo sueldos de 7.000. “Lo que estamos reclamando es que el acuerdo paritario vergonzoso que firmó la UTPBA no sea tomado como un techo, sino como un piso.  Esta situación ya es el colmo. Y cada vez somos más reclamando, pese a que cada día somos menos. Tres o cuatro personas por día se van del diario, porque se cansan y se terminan yendo. De Olé, Genios, La Razón y de los otros productos gráficos. MUY desapareció y se convirtió en una página web”, concluyó.

El delegado Francisco Rabini también denunció la situación laboral de los redactores. “Nosotros reclamamos que al menos ellos ganen la canasta básica total –que incluye alquiler. En abril estaba 19.000 pesos, y nosotros tenemos redactores que hoy en día están ganando en mano 14.000, teniendo en cuenta que actualmente la canasta básica debe estar bastante más que en abril”, dijo.

Frente al reclamo de los trabajadores, AGEA SA y la UTPBA responden con evasiones o soluciones que no condicen con la situación económica actual. “Hace años que vienen rasgándose las vestiduras. Antes era por la pelea con el gobierno. De 2014 a ahora todo es llorar la carta, siempre es crisis. Ahora hablan de la crisis mundial”, denunció Rabini. Y agregó: “La verdad es que los números de la empresa son públicos, porque cotiza en la Bolsa de Londres, y nosotros sabemos que son buenos. Del grupo Clarín ni hablar, pero de AGEA SA en particular, ya el último cuatrimestre del año pasado fue muy bueno, este primer semestre también lo fue, y la perspectiva es que sea aún mejor en el último semestre. Además, hay que tener en cuenta que la competencia del diario está implosionando”.

En el mismo sentido, Sebastián Díaz –periodista de Olé– manifestó: “La idea de la empresa parece ser patear lo más posible la solución del problema, dilatar lo más posible cualquier tipo de conversación porque pasan los días, pasan los meses, y ellos se favorecen: no te aumentan el sueldo, y en el camino a uno se lo va comiendo la inflación”. Por eso, los trabajadores de AGEA SA exigen que sean los representantes de su comisión interna –y no la UTPBA– los que se sienten a negociar con la patronal de Clarín.

El 8 de junio del año pasado, como respuesta a un gremio vaciado, el nuevo Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) organizó una masiva marcha federal en Buenos Aires. Según explicó Rabini, lo que les falta para poder sentarse a negociar es la personería gremial, ya que la ley argentina establece el unicato: por rama de actividad puede haber muchos sindicatos, pero uno solo tiene la personería gremial, es decir, la exclusividad de la negociación colectiva. De esta manera, hasta que no la consigan, no podrán sentarse a discutir paritarias. “La UTPBA no representa a nadie, nosotros tenemos muchos más afiliados que ellos, pero necesitamos que el gobierno nos dé una compulsa, que el Ministerio de Trabajo haga de árbitro y evalúe quién tiene más afiliados cotizantes. El que tiene más, se queda con la personería gremial”, aclaró el delegado.

Los trabajadores de Tacuarí expresaron su solidaridad con los de Planta Zepita, la otra sede de AGEA SA –encargada de la impresión de los ejemplares de los diarios– que se encuentra hace años en conflicto con la empresa por condiciones de trabajo aún peores. No solo exigen un sueldo más justo, sino que buscan salir de un sistema de trabajo decimonónico y que no está contemplado por la ley. Según Diego Bruschini, delegado de Zepita por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), entre 30 y 40 personas se encuentran realizando tareas en calidad de “jornaleros”. Deben permanecer junto a los teléfonos expectantes a la llamada del patrón, llegar a tiempo al establecimiento –sin importar las distancias ni el horario en que les llegó el aviso– y firmar un contrato que no se les permite leer y que solo tiene validez por un día. Alejandro Ontivero trabaja hace 11 años en esas condiciones y desde que fue elegido delegado en marzo –junto a Bruschini, que es efectivo– no fue llamado a trabajar por 104 días como represalia. Denunciada la empresa por persecución gremial, el Juzgado de Trabajo Nº 4 dictó una cautelar de reincorporación que, como no fue cumplida por el diario, terminó en una multa diaria de 5.000 pesos hasta que Ontivero no fuera llamado nuevamente. Finalmente, la empresa volvió a contactarlo, pero sigue sin ser reconocido como delegado y las condiciones en Zepita permanecen en la misma precariedad.

 

En Tacuarí, la semana próxima se realizará la elección de delegados. “Es el miércoles que viene, y nosotros pretendemos que la empresa nos dé un lugar para hacerla, nos de los padrones, y nos reconozca como legítimos representantes de nuestros compañeros”, dijo Rabini. “Creo que la empresa debería entender que la forma de trabajar mejor, generar mejores contenidos, y tener a la gente bien, es darles condiciones dignas. Es básico, en cualquier trabajo”, agregó el periodista de Olé Juan José Marón.
Actualizada 05/08/2016

Sin veto a la movilización

Sin veto a la movilización

Miles de trabajadores se movilizaron hoy a Plaza de Mayo, en una convocatoria organizada por dos  de las cinco centrales obreras del país para rechazar el veto a ley antidespidos, firmado por el presidente de la Nación, Mauricio Macri, el 23 de mayo pasado. La jornada, organizada por las CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma, contó con una amplia participación de organizaciones gremiales, sociales y políticas, a pesar de que tuvo como protagonista a una llovizna intermitente, que sólo por unos pocos minutos dejó de ser una testigo privilegiada del acto. La marcha culminó con el discurso de los secretarios generales de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, y de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, quienes se refirieron en varios pasajes a la posibilidad de reunificar la entidad, dividida desde 2011 luego de que fracasara en dos oportunidades la elección de sus autoridades. «La unidad no es sencilla, no ocultamos que tenemos diferencias, pero los trabajadores nos han dado un mandato, y quienes tenemos responsabilidades sindicales no podemos hacer lo que se nos dé la gana», comenzó Micheli, primer orador de la tarde.

Por su parte Yasky, encargado del cierre del acto, puntualizó que «cuando los trabajadores y  trabajadoras se autoconvocan desde la dignidad, la respuesta sólo puede ser multitudinaria», haciendo referencia al rol decisivo de la clase trabajadora en la vida política nacional. Luego, agregó: «Este día gris es en realidad un día luminoso, porque estamos juntos con la CTA Autónoma para decir que, a pesar de las diferencias, estamos dispuestos a retomar el camino de la unidad de acción». La metáfora pareció surtir efecto, porque inmediatamente el cielo comenzó a abrirse y los rayos del sol asomaron tímidamente por primera vez en todo el día, aunque por escasas fracciones de tiempo. «El hecho de que haya tantos compañeros con esta lluvia es una prueba de la firmeza de los trabajadores para resistir a este gobierno neoliberal», exclamó Micheli, reforzando un estado de situación que ya era de público conocimiento: los despidos y la caída del salario producto de las medidas devaluatorias del  gobierno nacional habían precipitado la alianza defensiva de los dos líderes sindicales.  “Es una actitud madura el saber construir en la diversidad y sabemos que no alcanza con esta movilización. Necesitamos un paro poderoso”, concluyó el estatal.

El paro estuvo en la agenda de las cinco centrales obreras después del acto multitudinario y conjunto que realizaron el pasado 29 de abril para exigir la aprobación de la ley antidespidos. Sin embargo, tras el veto presidencial, las tres CGT -encabezadas por Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo- desistieron de convocar a la huelga general.  

En el acto de ayer Yasky, referente del sector docente, fue más allá e incluso puso en cuestión la vocación democrática del gobierno macrista: “¿Es democracia vetar una ley que fue aprobada por mayoría en el Congreso? Para nosotros hay más democracia en las calles, con los trabajadores defendiendo sus puestos de trabajo”. Al retomar la discusión a propósito de la posibilidad de volver a unir las dos fracciones de la central obrera, el dirigente restó importancia a las cuestiones formales: “Esta es la verdadera unidad que necesitamos. Todos juntos en la plaza, en las calles, para luchar porque de una vez por todas haya respeto por los derechos de la clase trabajadora”.

La intervención de los oradores estaba prevista para las 15, sin embargo, una hora antes la Avenida de Mayo estaba repleta de manifestantes, en el tramo que separa a la Plaza de Mayo de la Avenida 9 de Julio. La columna principal -que integraban además de los conductores de las CTA otros referentes de la política argentina, como el titular del partido Movimiento de Integración Latinoamericana de Expresión Social (MILES) Luis D’Elía o el ex legislador porteño del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) Alejandro Bodart, entre otros- avanzó por Avenida de Mayo hasta el escenario montado en la plaza, mientras que fueron varias las agrupaciones y filiales sindicales del Interior del país que llegaron desde las calles diagonales. A las 15.30 los oradores ya ocupaban el escenario, pero el inicio de los discursos debió esperar al ingreso de las Madres de Plaza de Mayo, en su tradicional ronda de los jueves, escoltadas por la ya emblemática leyenda «Madres de la plaza, el pueblo las abraza». «Las Madres nos enseñaron que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Si ellas pudieron luchar por sus hijos desaparecidos, ¿cómo los trabajadores no podemos salir a la calle a defender nuestro salario?», coincidieron los oradores.

Hugo Yasky y Roberto Baradel sostienen un cartel que expresa solidaridad con la central obrera francesa.

«Ni la lluvia nos detiene. Si hay veto, va a haber lucha», fue una de las frases más repetidas de la jornada. La Ley de Emergencia Ocupacional -conocida públicamente como «ley antidespidos»- fue aprobada por la oposición al gobierno macrista en el Congreso Nacional, el 19 de mayo pasado, aunque el veto presidencial, que se concretaría al día siguiente, era un secreto a voces. La norma buscaba desalentar a las empresas a concretar despidos de trabajadores, imponiéndoles durante 180 días la obligación del pago de una doble indemnización si insistían con el envío de telegramas.

El Decreto N° 701/2016, rubricado por el jefe de Estado el 20 de mayo, pero publicado en el Boletín Oficial tres días después, oficializó el veto al texto legal, argumentando paradójicamente que la decisión obedecía a la necesidad de «avanzar hacia la pobreza cero» y «crear millones de puestos de trabajo». El documento reiteró la prioridad del gobierno de «generar confianza» y crear las condiciones para «la inversión y el crecimiento económico y, por lo tanto, de generación de empleo genuino», objetivos que desde la óptica oficial se verían eclipsados si se reglamentaba la ley. No obstante, fuentes de diversa orientación ideológica coinciden en que se han producido más de 100 mil pérdidas de puestos de trabajo desde que asumió Macri, el 10 de diciembre pasado.

La movilización se realizó un día antes de que tenga lugar una nueva marcha en el marco de la campaña conocida como #NiUnaMenos, que reclama el fin de los femicidios y la violencia de género contra las mujeres. De todos modos, ni la proximidad de dicho acontecimiento ni tampoco la lluvia y el frío motivaron hoy la cancelación de la movilización de la CTA. Tampoco lo hizo la negativa de los líderes de las tres CGT de sumarse a la jornada. Aún más, algunos de los sindicatos enrolados en la entidad que conduce el camionero Hugo Moyano, como la Asociación Bancaria, liderada por Sergio Palazzo, dijeron presente en la tarde de hoy, en una señal de que más allá de las formalidades, el escenario actual de pérdida de poder adquisitivo y amenaza a la continuidad laboral obliga a los representantes de la clase trabajadora a ocupar todos la misma vereda.   

Actualizado 4/03/2016