Radiografía del e-book

Radiografía del e-book

En 1978 la dictadura militar consideró que los libros eran un peligro. Entonces llevó un millón y medio de ejemplares a un baldío en Avellaneda y los prendió fuego. Fue la quema de libros más grande de la historia argentina. Boris Spivacow, editor y amante de los libros, sintió que se quemaba por dentro. Varias décadas después, los editores que lo sucedieron, han ido incorporando e-books a los catálogos. En versión digital, será más difícil encender el fuego.

Los e-books se instalaron de a poco y comenzaron a ganar adeptos. Fueron apareciendo al costado de los libros en papel y hoy están –un poco- más instalados; son otra opción para disfrutar de las letras. Después de todo, lo que está detrás de los distintos formatos y soportes es la experiencia de lectura. El encuentro con un contenido creado para generar intriga, brindar información o emocionar hasta las lágrimas.

Innovar, llegar a más lectores, a un precio más accesible y con productos versátiles. Estos son algunos de los objetivos de las editoriales que incorporaron libros digitales en sus catálogos. La idea es abrirse paso en un mercado chico y probar cosas distintas, porque las nuevas tecnologías así lo permiten y así lo requieren. Ahora es frecuente ver personas leyendo e-books en el subte, en el colectivo o en un café. Sin embargo, sobre el libro digital hay temas que no están resueltos de forma definitiva. Los lectores quieren acceder a los e-books de manera ilimitada; los autores necesitan proteger la propiedad intelectual; y las editoriales tienen que cuidar sus ganancias. Estos tres actores intentan convivir, defender sus derechos, y garantizar el acceso más justo a un bien que no puede expirar: el libro.

En Argentina las ventas de libros digitales representan un porcentaje pequeño. Catalina Lucas, digital manager de la editorial Penguin Random House, contó que “en Argentina, la venta de e-books representa el 1% de la venta total de libros. Dentro del ciclo de vida, Argentina está en la fase de comienzo. En ese escenario, hasta España está en comienzo, siendo un territorio que tiene un 6%, un 7% de venta digital sobre el libro físico. En el caso de Estados Unidos ya está en un estado de madurez, supera el 30%”.

Si se trata de innovar, Eudeba es una editorial que viene defendiendo la idea de su primer gerente general, Boris Spivacow, defensor del lema “libros para todos”. Recientemente, la editorial universitaria puso a la venta dos dispositivos de lectura digital: un e-reader y una tableta, a los que bautizaron Boris. El presidente de Eudeba, Gonzalo Álvarez, defiende la innovación como valor editorial y sostiene una política histórica: ofrecer libros de calidad a precios bajos. “Las nuevas tecnologías en este caso son nuevas pero las utilizamos para cumplir los objetivos que siempre tuvo Eudeba. Está en su ADN, en su constitución en el año 1958, la idea de tener libros, como decía Spivacow, al precio de un kilo de pan”.

Las editoriales tienen diferentes propuestas según la línea empresarial, hay e-books para todos los gustos. Catalina Lucas contó que “lo que se vende es la novedad, tanto en físico como en papel son los mismos títulos; pero en digital a veces hay títulos que venden mucho y te sorprenden porque en físico no venden, como por ejemplo un libro de Dale Carnegie llamado Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”. Por su parte, Juan Pablo Aisenberg, titular de Librería Santa Fe, explicó que “se venden mucho novelas, por ejemplo las eróticae; las novedades que salen en papel con más ventas también se venden en digital, en general una cosa acompaña la otra”.

En cuanto a los beneficios del e-book, los expertos consultados por ANCCOM coincidieron en que el libro digital se destaca por la portabilidad y por el precio. Nilda Palacios, gerenta de Desarrollo Multimedia en editorial Santillana, contó que “el libro digital cuesta el 60% del libro en papel”. Catalina Lucas acotó que “el e-book sale la mitad que el libro en papel, pero no es que tomás el precio del físico y lo dividís por dos, sino que tiene que ver con la estructura de costos: cuánto cuesta generar el contenido, cuánto cuesta comercializarlo; es muy difícil comercializar el libro digital en el mercado argentino, tan chico y con pocos actores”.

Por otro lado, todos coinciden en que el papel y el digital son soportes que conviven, pero que el papel sigue teniendo el lugar más importante a la hora de comprar un libro. Aisenberg, de Librería Santa Fe, dice que todavía no se ven muchos cambios en los hábitos de lectura. “La gente -señala- sigue prefiriendo el papel y los jóvenes siguen leyendo en papel. Los que sí se están inclinando al e-book son las personas mayores, y esto es por un tema económico y por un tema de comodidad, con eso ya creo que es suficiente”. Cuando hablamos de las ventas en digital, Aisenberg sostuvo que “las ventas van creciendo lentamente. La ventaja del libro digital en parte es económica y en parte comodidad. También hay muchos libros que no llegan al país por la importación y están disponibles en Internet (…) esas son las ventajas. Hay gente que aprovecha eso, y hay otros que dicen no, con lo que hay me alcanza y me gusta el contacto con el libro”.

Eudeba ocupa un lugar especial en el mercado porque se animó a complementar la oferta de libros digitales con dos dispositivos de lectura. El presidente de la editorial comentó que Eudeba “no es una empresa de tecnología, es una editorial. Pero somos muy conscientes de que no se puede expandir la lectura en formato digital si no se generan mejores condiciones de acceso a los dispositivos de lectura digital de tinta electrónica. Y entonces, si no hay alguien haciendo eso creemos que hay que hacerlo. El Boris es un homenaje a Spivacow. Este año se cumplen cien años de su nacimiento y nos parecía que si Eudeba mostraba un dispositivo de innovación tecnológica, no podía no rendirle un homenaje a un editor claramente innovador como fue él”.

En el mundo de libros escolares, los e-books y contenidos virtuales vienen creciendo. Nilda  Palacios, de Santillana, explicó que “hay un incremento porque las escuelas están usando mucho más los recursos digitales. Los planes oficiales de la entrega de computadoras generaron una demanda en general de contenidos digitales para las aulas, tanto las oficiales que tienen Conectar Igualdad como las privadas que no lo tienen, pero que también necesitan estar actualizadas”.

Hace unos años, Amazon inventó el “AutoRip”, una novedad que permitía a todos los que habían comprado CD’s de música, la posibilidad de descargar las mismas canciones en MP3 de forma gratuita. La editorial de libros escolares Santillana tiene una propuesta similar. Los libros en papel que editan traen un código, con el cual los usuarios pueden acceder a la versión digital del mismo libro. Palacios contó que “la compra se hace a través de una librería, se adquiere un cuadernillo que trae una clave, y con ese código se descarga el libro en la computadora”.

Sin embargo, ofrecer este tipo de beneficios depende de los acuerdos de las editoriales con los autores, y con el porcentaje que le den al escritor por cada libro vendido, ya sea en papel o digital. Lucas, de Penguin Random House, contó que cada autor se lleva tres veces más por un e-books que por un libro en papel. “Esto se da por la estructura de costos, se le puede dar mucho más al autor en esta situación. Aparte le das una proyección internacional, por ejemplo un autor lanza su libro físico en Argentina y al mismo tiempo, el mismo día, su libro digital está en todo el mundo a la venta. Esto al autor le permite, sobre todo a los argentinos, una posibilidad enorme de que los que lo conocen en otros países puedan acceder al libro más rápidamente”.

En cuanto a los costos de producción de un e-book, Lucas explicó que “existe el mito de que es simplemente un archivo, y que es muy barato, pero no es así porque ese archivo también tiene un DRM que es anti piratería, y este es un problema enorme que hay en toda la región latinoamericana”. Con respecto a las páginas que permiten descargar libros gratis, dice: “Es un delito contra la propiedad intelectual, nosotros trabajamos para eso, porque somos responsables de que esto no perjudique a nuestros autores. Trabajamos para controlar la piratería, peor es quedarse con los brazos cruzados”.

Hace tiempo, empresas proveedoras de libros encontraron un modo de combatir la piratería: el DRM, un “candado virtual” que enlaza el libro digital a un determinado dispositivo, impidiendo ser reproducido desde otro lugar y limitando la cantidad de descargas. Esto significa que el lector no podría prestar dicho archivo a un amigo, copiar un fragmento o revender el libro. Con el DRM más cerrado, el lector no es su dueño de forma “total”.

Parece altruista esperar que las empresas editoriales suban libros gratis a la red. Pero ¿acaso no es tan altruista esperar que frente a dos libros digitales (uno “legal más caro” y otro “pirata más barato”) el cliente elija el más caro? Estos son los debates que implica hablar del e-book. Por ahora sabemos que se puede comprar en papel, en digital, y con o sin DRM. También se pueden buscar precios, ofertas, novedades o clásicos. El libro es un producto que no puede expirar. Y la elección, una vez más, es del lector. Salud.

En Argentina las ventas de libros digitales todavía representan un porcentaje pequeño.

En Argentina las ventas de libros digitales todavía representan un porcentaje pequeño.

Por un Estado digitalmente soberano

Por un Estado digitalmente soberano

“En el sentido clásico, soberanía digital es controlar los recursos digitales fundamentales como la información, la infraestructura y los servidores a un nivel que permita cierta autonomía y una independencia respecto a los países centrales”, dice Esteban Magnani, periodista especializado en tecnología y autor del libro Tensión en la red , mientras aclara que la soberanía no está necesariamente ligada a un concepción nacionalista, sino que puede ser regional, o incluso global, en el sentido de que haya un mayor equilibrio en cuanto a la disponibilidad de recursos en distintos sectores.

Pero a esta posibilidad de globalidad, el pasaje a lo digital requiere por parte de los estados la implementación de políticas que permitan modernizar y optimizar el funcionamiento del sector público. Para que el uso de las tecnologías digitales funcione en pos de un proyecto autónomo es necesario enmarcarlas dentro de un proceso de desarrollo de soberanía digital.

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Alvaro Soliverez es especialista en informática e impulsor de software libre. Para él “el desarrollo de la soberanía digital es importante por un tema de control de infraestructura. Es el equivalente del control de las vías férreas, el correo y la aduana en el siglo XIX”, explica. Es así que la soberanía digital se presenta entonces como la capacidad de un país de tomar decisiones sobre qué se hace con los recursos informáticos locales para tener la posibilidad de gestionarlos independientemente, sin depender de otros estados o empresas transnacionales.

Sin embargo, una de las aristas principales radica en el control de la infraestructura digital, lo que se traduce en el archivo, transporte y acceso a la información. Hoy es difícil pensar en una administración que pueda manejarse sin guardar la información digitalmente o planificar cómo se transporta y se accede esa información: “Para el caso de Argentina se da, por ejemplo, que la mitad de la gente tiene su correo personal en servidores que están en otros países. Todos nuestros enlaces de datos internacionales pasan por Miami, donde -está comprobado- hay una caja en la cual se espía esa información y se guarda para referencias de sistemas de inteligencia del Primer Mundo. Entonces, parte de la soberanía digital es volver a tener control sobre la información y sobre la comunicación, es decir, poder elegir si nos comunicamos por vías más seguras o menos seguras”, dice Soliverez.

“El colonialismo digital es una continuidad con todos los otros modos de colonialismo que han existido”, opina Magnani. “Cuando se construyen los ferrocarriles en Argentina, los construyen los ingleses, acorde a sus propios intereses. En Argentina la red, que en buena medida se está construyendo gracias a la inversión del Estado, el riesgo es que reproduzca eso mismo: nosotros proveemos a las grandes corporaciones del mundo de nuestros datos y ellos nos venden publicidades y contenidos acordes a eso. El gran peligro de tener una red, que creo es muy necesaria y es muy buena la iniciativa de la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO), genera el temor de que eso se transforme en un canal para que Google, Facebook y Netflix puedan vender y extraer divisas en nuestro país”, agrega.

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El ritmo de los avances en materia tecnológica es muy vertiginoso para la vida de un Estado y el control de los recursos estratégicos requiere de éste un rol activo y el desarrollo de políticas específicas con una visión a largo plazo. En este sentido, uno de los aspectos fundamentales es la construcción de redes digitales y su puesta en uso, así como el desarrollo de servidores eficientes y a precios convenientes en el país para que nuestra infraestructura no dependa en partes críticas de intereses internacionales. En este sentido, la REFEFO desarrollada por el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios cuenta con más de treinta mil kilómetros de fibra óptica en todo el país y es un avance destacable en materia de acceso, aunque como indica Soliverez, “probablemente se necesiten treinta mil kilómetros más”.

La otra cara de la soberanía digital está íntimamente relacionada con la implementación de políticas educativas que garanticen que los sujetos tengan los conocimientos y habilidades necesarias para hacer un uso con sentido de la tecnologías de la información y la comunicación. La Estrategia de Agenda Digital de la República Argentina entiende este concepto como un factor de desarrollo social y como potenciales herramientas para mejorar la calidad de vida de las personas, reducir las desigualdades sociales y regionales y mejorar la equidad en el acceso y calidad del aprendizaje. En particular, el Ministerio de Educación ha implementado el Plan Nacional de Inclusión Digital Educativa (PNIDE), que incluye lo hecho hasta ahora por el Programa Conectar Igualdad, Primaria Digital, así como el desarrollo de Huayra, el sistema operativo pensado y desarrollado por el Estado argentino para el uso de la comunidad educativa. El Plan viene a profundizar el uso pedagógico de las tecnologías en el aula, como prioridad para la inclusión. El uso de las tecnologías no es instrumental sino que se vuelve entramado con otros saberes. “Para nosotros la soberanía tecnológica está enlazada a la pedagógica”, dice Laura Penacca, coordinadora nacional del PNIDE y agrega “porque la inclusión de tecnología propia es pensada en el marco de una educación de calidad para todos nuestros pibes que permita promover la construcción del conocimiento con inclusión. El uso significativo y entramado de las tecnologías abiertas en el aula construye sujetos libres”.

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Por su parte, Soliverez plantea que frente al enfoque que entiende que los chicos nacen en un mundo digital y saben usar las computadoras de manera natural, es necesario remarcar desde un enfoque más analítico y más cooperativo que “cualquier chico lo que sabe es usar las herramientas. Una de las cosas en las que hay que insistir es en ir más allá, en entender realmente la tecnología. Un enfoque que es muy bueno es el que plantea que todos vamos a tener que ir aprendiendo juntos. La tecnología cambia, los maestros no están habituados y la computadora hasta hace algunos años no se usaba en todo su potencial. Maestros y alumnos tienen que ir aprendiendo a la vez y cambiar el enfoque de cómo se aprende. Una aspecto central es la conexión a nuevas fuentes de información distintas y conflictivas que pueden contraponerse al maestro”.

A nivel nacional y en materia de acceso, el programa Conectar Igualdad ha distribuido casi cinco millones de netbooks y se equiparon alrededor de 11.400 escuelas desde 2010. “Conectar Igualdad, junto con todo lo que está dentro de Educ.ar, lo que hace es ir a la base de uno de los recursos fundamentales para poder empezar a hablar de soberanía digital, que es el conocimiento, es decir, tener productores y no consumidores: hacer que los pibes comprendan la dimensión productiva que tienen las netbooks, la informática, el mundo digital en general, contra una corriente cada vez más fuerte en la cual se nos dice que es lo que podemos hacer; somos consumidores pasivos”, advierte Magnani.

En la Ciudad de Buenos Aires el Plan Sarmiento BA comenzó a implementarse en el 2011 y forma parte del Plan Integral de Educación Digital, una iniciativa del Ministerio de Educación de la Ciudad que apunta a dar respuesta a los cambios en la educación que demandan los cambios que produce la Sociedad de la Información y el Conocimiento. Desde otro enfoque, Henoch Aguiar, ex secretario de Comunicaciones de la Alianza y autor de El futuro no espera, plantea que “la revolución tecnológica se da por sí sola, pero ¿quién maneja la tecnología? La persona. Con lo cual, para acompañar esa revolución que se da por sí sola, deberíamos generar una revolución que intente seguirle el ritmo generando las capacidades que permitan hacer un uso inteligente de la tecnología”. Para Aguiar “en la época de lo digital, importa cada vez más Cervantes. Es una paradoja, lo digital viene cada vez más dado, lo que no viene dado es leer, entender, escribir, conceptualizar, abstraer. El ciudadano conectado es insuficiente si no es un ciudadano formado, educado, en donde hay una política que tienda a hacer que las redes se conecten con inteligencias capaces”. Lo que debe ser soberano, entonces, no son las aplicaciones o las estrategias digitales sino el uso inteligente de esa tecnología, nuestra educación, nuestra capacitación. “Seremos dependientes o no en el futuro, no por el aparatito que utilicemos si no por la inteligencia en el uso de ese aparato y eso lo da la capacitación profesional y el desarrollo educativo de un país”, agrega.

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De una u otra manera, todas las posturas que entran en debate reconocen las tecnologías digitales cambian radicalmente la forma de acercarse al conocimiento y acuerdan en que las nuevas formas de crecimiento de los países van a estar altísimamente vinculadas al uso inteligente de las tecnologías. Para transitar este cambio parece necesario pararse desde una perspectiva democratizadora del conocimiento, que ubique a los sujetos por fuera de la fascinación ingenua ante los últimos avances y que rompa el vínculo tecnología-consumismo, fortaleciendo sus derechos. “Potencialmente Internet es un espacio con una enorme capacidad de democratización de las comunicaciones. Cuando nace Internet, lo hace con un sistema en estrella, en donde si bien hay prestadores, los emisores de contenidos son todos y están en capacidad de comunicarse entre sí y el alcance de un emisor no está dado tanto por lo técnico sino por la calidad de sus contenidos”, dice Aguiar. En este sentido deben insistir las políticas educativas, en interpelar a los sujetos no meramente como consumidores sino como productores, capitalizando las potencialidades de las tecnologías digitales para producir información y contenidos de diversas maneras.

Una de las herramientas para implementar la tecnología para un proyecto soberano y autónomo es el software libre, basado en la filosofía del trabajo cooperativo, en donde el código permanece libre y disponible para que otros lo puedan usar y modificar indefinidamente. “El software libre es una herramienta importante que tiene que ver con el cooperativismo, que es una gran forma de democratización de los recursos, de las ganancias y del poder”, subraya Magnani. “Lo que permite -agrega- es que el conocimiento no quede concentrado en un solo lugar y que los usuarios de ese conocimiento no queden dependientes de las empresas”. Para Soliverez desarrollar este aspecto es primordial en tanto “un concepto pleno de soberanía digital requiere confiar en el hardware y en software que estoy usando.

Hoy con las últimas revelaciones de espionaje y demás está claro que muchos de los sistemas operativos están comprometidos con alguna clase de puerta secreta. El software libre permite asegurar que las partes críticas de la infraestructura sean seguras”.

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El sistema operativo Huayra GNU/Linux viene instalado las computadoras que el programa Conectar Igualdad distribuye en el marco de un proyecto de soberanía tecnológica, en tanto no implica ninguna forma de dependencia. Huayra ofrece la posibilidad de introducir las modificaciones que alumnos y profesores deseen en el sistema y reafirma la distinción entre consumidores y potenciales un productores. “Huayra es buen avance porque es una movida que técnicamente tiene más que ver con resultar atractiva para los estudiantes, y esta es a una batalla cultural también en buena medida, entonces generar algo propio, una identidad que incentive a los chicos a meterse, a ver cómo funciona. Tener programación en las escuelas, entender el lenguaje informático y la lógica informática es una herramienta crítica poderosísima para saber qué es lo que está haciendo una computadora”, opina Magnani.

La autonomía en recursos clave como el desarrollo de la soberanía digital libera de los condicionamientos que puedan imponerse desde afuera y fortalece la democracia. “Imaginémonos qué pasaría si de repente nos dicen que Argentina no tiene que estar más conectada a la red, si nos ponen un bloqueo y nos desconectan de Internet. ¿Qué haríamos? Por lo menos es importante que el país se plantee eso. Si realmente queremos ser soberanos digitalmente o si dependemos de tal o cual país para darnos el servicio, si realmente queremos controlarlo y servir para nuestros propósitos o estamos a merced de que nuestros objetivos coincidan con los de otros países o empresas trasnacionales”, remata Soliverez.

La primera vez con la boleta electrónica

La primera vez con la boleta electrónica

Doce grados y un recio sol cubrieron el ambiente electoral este domingo 5 de julio. Familias enteras, hombres y mujeres desde los 16 hasta más de los 70 años, salieron de sus casas a cumplir con el derecho fundamental sobre el que se sostiene toda sociedad democrática: el voto, elegir con total libertad a quiénes representarán la voluntad popular en la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Escuela N°8, Armenio Argentina, de la Comuna 14, dieciocho mesas estrenaron sus respectivas máquinas electrónicas. Presidentes de mesa, suplentes, fiscales de algunos de los partidos políticos, fiscales generales, delegados del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y miembros de la Prefectura Naval Argentina (PNA), se ubicaron en sus puestos para llevar a cabo en tiempo y forma la elección.

A la entrada del colegio se ubicaba el Centro de Consulta, en el que representantes de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires explicaban a los ciudadanos cómo usar la máquina para realizar el voto a través de la Boleta Única Electrónica. Constanza Martínez, de 25 describió los procedimientos que debían realizar los votantes. “No es voto electrónico –aclaró-, lo que es electrónico es la boleta, el voto sigue siendo en papel y sigue yendo a la urna”.

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A partir de esta posible confusión, se recogió la opinión de algunos votantes que expresaron distintas posiciones respecto a la novedad. La mayoría destacó la rapidez y sencillez a la hora de votar. Otras voces, alegaron que se estaría “privatizando la voluntad popular”.

“Soy una mujer de 73 años y me fue re fácil –expresó Norma Mabel-. Pregunté en la mesa de entrada, me asesoraron, y luego tuve que agradecer porque fue más rápido de lo que lo hice practicando. Tenés una pantalla grande donde está todo muy claro”.

En este sentido, no hubo problemas a la hora de efectuar el voto ya que al parecer el sistema funcionó con total eficiencia y, sobretodo, rapidez, que es la cualidad que la mayoría subraya. “Fue muy simple votar y más rápido que otras veces”, dijo Pablo de 41 años. “Pensamos que iba a ser mucho más lento, pero al menos en la mesa nuestra fue muy rápido”, aseguró María Elena de 77. “La verdad es que fue sencillo, creo que es seguro, no tengo ninguna objeción, me preocupaba la gente mayor pero salió bárbaro”, expresó Laura de 39. “Acabo de votar y me pareció el futuro, porque entré, voté y salí. Fue súper rápido, súper práctico, se entiende muy bien todo, mucho mejor que el sistema tradicional, más rápido, más seguro”, enfatizó Leandro de 22.

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Otros ciudadanos, sin embargo, desconfiaron de la fiabilidad del sistema. “Por el lado de lo ecológico, está bien, pero sigue siendo un método híper fraguable, de hecho, días atrás, hubo un programador de Caballito que demostró que se podía falsear y la Metropolitana lo fue a buscar para allanar su departamento. La cuestión de inviolabilidad no está comprobada que sea tal. Para mí este sistema está implementado con muy poco tiempo, realmente. Creo que no es un método ni más válido, ni mejor que otros”, sentenció Walter, de 37 años.

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Por su parte, Edgardo Syriani, de 46 años, psicoanalista de profesión, expresó al salir de votar: “Ideológicamente, me parece que es privatizar un sistema que hace al interés de todos, el ciudadano pierde soberanía, es un privado el que pasa a tener el control de la democracia. Es como privatizar la voluntad popular”. Luego amplió: “Le veo todo en contra, hay una ignorancia y complicidad de la mayoría de los partidos políticos, y de los medios de comunicación, que hablan a favor de la boleta electrónica como algo cool. Me molesta la ineptitud de los políticos que se creen modernos, cuando en realidad lo único que hacen es privatizar lo más importante de la democracia, el voto”.

A su vez, Syriani argumentó por qué cree que este sistema de votación es ilegal: “Primero desde el punto de vista administrativo-legal, bajo una argucia semántica, el PRO logró evadir la aprobación de las dos terceras partes de la Legislatura para el sistema de boleta única. Este es un voto electrónico disfrazado de boleta electrónica. En cualquier definición académica o técnica a nivel internacional, como por ejemplo por parte del Institute for Democracy and Electoral Assistance (IDEA), entre muchas otras, esto es un sistema de voto electrónico, por ende debió haber pasado por la aprobación de la Legislatura porteña”.

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El psicoanalista agregó: “En cuanto a las cuestiones operativas técnicas también es ilegal porque no garantiza ni el secreto del voto, ni la integridad del voto, ni la universalidad del voto. El secreto del voto no está garantizado porque los mecanismos técnicos aplicados, no garantizan eso. Se utiliza un chip de radiofrecuencia que, justamente, está pensado para hacer lecturas de larga distancia.” Por otro lado, se refirió a la imposibilidad para anular el voto: “En la experiencia personal fue horrible porque no pude anular el voto, de manera que todo el mundo no se enterara. No hay forma de hacerlo de manera secreta, porque la forma de anularlo es no poniendo la boleta adentro o escribiéndola, con ello todo el mundo te está viendo porque la maquina esta en frente de todos los fiscales y autoridades de mesa. Me sentí como intimidado al tenerlos ahí cerca con la sensación de estar siendo observado. La experiencia fue horrible por donde la mires”.

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Desde un punto de vista más escéptico aún, Facundo, de 28 años, opinó: “Me parece que está bien, me parece que es sencillo, quizás es más rápido y menos engorroso, está bueno el hecho de no gastar tanto papel. No confío más ni en un método ni en el otro, cualquier método me parece que, si se quiere, puede ser igual de fraudulento”.

Estas fueron algunas de las opiniones que generó la implementación de la Boleta Única Electrónica. Después del escrutinio se sabrá si la implementación de este sistema fue un éxito o un fracaso y si disipará o incrementaría los cuestionamiento por parte de la ciudadanía en porteña.

Sintonizá tu compu

Sintonizá tu compu

Sin cortes comerciales, cada uno de estos nuevos espacios de audio digital profundiza un micromundo particular, explorando según su propia lógica los terrenos de su objeto de estudio, que pueden ir desde el análisis de cómics hasta discusiones sobre relaciones amorosas, o bien los misterios del cosmos. En series de capítulos que -si se quiere- pueden ser infinitas, los podcasts se agrupan y dejan huellas a las que siempre se puede volver.

Pero… ¿qué es el podcast? Según su definición oficial, los podcasts son archivos de audio digital gratuitos que pueden ser oídos y descargados por los oyentes, en cualquier momento, lugar y en diferentes dispositivos. Aunque, prescindiendo de tecnicismos, se puede establecer que surgen producto de la adrede intromisión de un micrófono en una conversación de amigos que discuten sobre cosas que los apasionan y sirve a oyentes inquietos que gustan de matar tiempos muertos con información original y puntual de su interés. Camino al trabajo, andando en bicicleta o acostados en sus camas, los usuarios eligen qué escuchar y cuándo. O al menos así funciona en Argentina, donde la inclinación por este formato -que ya contaba con algunos exponentes- creció sustancialmente en los últimos años.

Con el fin agrupar los productos realizados en el país, gran parte de los podcast suscriben a Argentina Podcastera, un sitio web creado por adeptos al formato. “Creemos en el ‪podcast‬ -se presenta el sitio- como herramienta cultural, de comunicación y transformación. Y somos la herramienta, para difundir la palabra”. La página -que incluye ya más de cien integrantes de todas partes del país-, cuenta con una vasta categorización que sectoriza los podcasts según su tema. Los ejemplos van desde cine hasta movimiento LGBT. Pero los impulsores del movimiento se proponen más: quebrar los límites regionales e integrar más trabajos de otros países en sus cartas de elecciones: “Buscamos romper la barrera cultural, y hermanar proyectos latinoamericanos con los cuales compartimos más que fronteras. Problemáticas culturales, geopolíticas, históricas, costumbres y lazos que van más allá de los acentos que nos distinguen”, explican quienes -además- planean el PodFest, una actividad con charlas informativas y técnicas, mesas nacionales e internacionales tanto para podcasters como oyentes que ayuden a solidificar lo que falta para que la cultura podcastera siga creciendo.

Posta.fm, la emisora de Luciano Banchero.

Una de las caras visibles de este fenómeno es Luciano Banchero, locutor de radio Metro y creador de la emisora Posta.Fm, quien cuenta a ANCCOM su experiencia: “La idea nunca fue hacer resurgir el formato, simplemente me pareció atractivo y práctico para comunicar cosas que en la radio no podía. Si bien el podcast hizo pie en Argentina al toque que surgió afuera y hay gente haciendo lo suyo hace mucho, nunca fui un gran consumidor hasta hace un par de años, cuando la tecnología para consumirlos se volvió más accesible”.

El podcast se ajusta perfecto a los nuevos dispositivos. Los celulares, ipods e ipads -por ejemplo- son aliados estratégicos en la expansión de este formato que -más allá de algunas similitudes- no busca oponerse ni reemplazar a la radio tradicional: “Supongo que es un momento de crisis para todo lo que sea tradicional pero eso no significa que estos medios vayan a desaparecer. Algunos tendrán que mutar, otros tal vez puedan subsistir con una base más chica pero fiel de consumidores. A mí la radio me encanta y no quiero que desaparezca. Para mí no hay nada más satisfactorio y emocionante que estar al aire en vivo”, comenta Banchero y sobre el eslogan de su emisora, aclara: “Nos gusta decir que Posta es la radio del futuro, no porque vaya a reemplazarla sino porque presenta una nueva manera de producir y consumir contenidos de audio”.

Estas nuevas formas presentan ventajas. Entre ellas, el locutor destaca: “Su portabilidad y versatilidad. Tenés diferentes maneras de consumirlo, ya sea en tu teléfono o en tu computadora, online o desconectado, lo podés bajar y escucharlo donde sea que estés y en cualquier momento, no está atado a una grilla de programación o a exigencias de la radio como las tandas, los temas musicales y los horarios. De la misma manera, permite una mayor amplitud temática: hay podcasts de lo que se te ocurra, desde Batman hasta biromes”, explaya. Con estas libertades, los oyentes descargan y escuchan en connivencia con sus intereses.

Otra de sus facilidades es la producción con bajos recursos. Al no ser condición sine qua non el uso de estudios de grabación, -muchos graban en sus hogares- los fanáticos de la filosofía de vida “hágalo usted mismo” apuestan por este formato: “Sin dudas, es una opción interesante. Si bien está bueno sentir que estás en el aire en tiempo real, aunque sea a través de Internet, me parece que, aunque sea grabado, el podcast es una alternativa mucho más democrática, abierta y flexible. Todo puede coexistir tranquilamente”, agrega.

La buena recepción y la evolución del proyecto con la creación de nuevas series y nuevos podcasters, llevó al conductor a fundar su propia emisora: “Armé Posta porque, una vez que desarrollé un número interesante de formatos, me pareció razonable que el siguiente paso lógico era agruparlos bajo una marca que permitiera a los oyentes saber que atrás de eso había un proyecto con una impronta, un estilo y una ideología muy concretas”, explica.

En la actualidad, su página web presenta a sus oyentes más de 20 programas. Entre ellos, Banchero destaca Psiqué y Cupido, el cual toma figuras de la cultura pop, ya sean reales como Nicolás Cabré o Moria Casán, o de ficción como Jesse Pinkman y Walter White de la serie Breaking Bad, y las analiza desde una perspectiva psicológica. “Quiero rescatar su originalidad y profundidad. Nunca escuché algo así”, fundamenta. “De afuera del universo Posta.Fm mi favorito es 99% Invisible, de Radiotopia, que cuenta las historias detrás de objetos y lugares de la cotidianeidad que damos por sentados sin saber que esconden unos secretos increíbles. No importan los formatos, importan las historias. Ese es el futuro de la radio”, cierra.

Como se puede escuchar, el podcast llegó para quedarse.