Divino tesoro

Divino tesoro

A cuatro días de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) presidenciales, tres jóvenes integrantes de diferentes partidos políticos exponen sus ideas y la forma de llevar adelante su militancia. Julián Eyzaguirre, estudiante de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, militante de La Cámpora por el Frente para la Victoria (FPV), plantea que dentro de su espacio de juventud se organizan en dos planos: “Por un lado, lo que es la militancia hacia dentro de la universidad y, por el otro, lo que es la militancia territorial, en las calles, en las plazas y en los barrios. Nuestra organización tiene un anclaje y una participación muy activa en toda la Ciudad de Buenos Aires. Tenemos presencia en todos los barrios de la Capital Federal, en todas las villas, así que el despliegue ha sido más que notorio”, explica.

Por su parte, Nicolás Bari, Secretario Nacional de Políticas Públicas de la Juventud de Propuesta Republicana (PRO), cuenta que se organizan en una asamblea de setenta representantes repartidos en todo el territorio del país. Allí se elige a un comité que es el órgano directivo de la juventud PRO a nivel nacional. “En Capital Federal -completa- existen pequeñas agrupaciones que responden a distintos dirigentes porque tienen diversas líneas ideológicas, todas confluyen en una orgánica que es Jóvenes PRO Capital”. Sin embargo, asegura que trabajan de manera articulada y conforme a una estrategia en común “que es poder llevar el discurso de cambio y de nuestra política hacia los jóvenes y hacia la sociedad en general”, asegura y describe: “Llevamos nuestras propuestas cara a cara, con flyers. El PRO tiene una visión de cercanía de la política, no hay nada mejor que salir a hablar con la gente de las políticas públicas que tiene el Gobierno de la Ciudad o de sus proyectos”.

Charla de Marcelo Ramal, Partido Obrero en el Instituto Joaquín V González.

Charla de Marcelo Ramal, Partido Obrero con los estudiantes en el Instituto Joaquín V González.

La idea de militancia de Lucía Romano, Presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales por el Partido Obrero -integrante del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT)- se aleja bastante de lo descripto por el joven PRO: “Tenemos una militancia muy ardua, para nosotros la militancia universitaria no está separada de lo que es la lucha política diaria”.

Las tres juventudes, a su manera, no pierden la mirada sobre lo electoral: “Este año, la militancia es de lunes a lunes. Hemos planteado un formato donde de lunes a viernes estamos en las facultades y los fines de semana salimos a hacer actividades en el territorio. Armamos un formato que se llama las kermeses de juventud, salimos a parques: Parque Centenario, Parque Rivadavia, Los Bosques de Palermo, Parque Avellaneda, entre otros”, comenta el militante de La Cámpora.

En sentido similar Romano desarrolla: “Por un lado, llevamos la campaña electoral a la universidad. Hacemos charlas, después, a la noche nos vamos todos a pegar afichas por toda la ciudad. Los fines de semana vamos a los barrios, y ponemos mesas en todas las esquinas”.

El joven PRO por su parte comenta: “A la hora de organizar la militancia tenemos organizaciones en las quince comunas de la ciudad de Buenos Aires y nos dividimos en parte técnica y territorial. Para la campaña electoral, los jóvenes PRO cubrimos las puertas de casi todas la universidades y de los subtes”.

Jóvenes militantes

«“Este año, la militancia es de lunes a lunes. Hemos planteado un formato donde de lunes a viernes estamos en las facultades y los fines de semana salimos a hacer actividades en el territorio», dicen los militantes.

Además de estas actividades militantes, los jóvenes reciben desde sus respectivos partidos, formación política y capacitaciones. En este sentido, Julián Eyzaguirre, del FPV, concibe a su agrupación política como una escuela: “Nos formamos y nos forjamos al calor del activismo, mirá mis manos, me la pasé toda la noche pintando y afichando. Es nuestra vocación, es lo que tenemos que seguir haciendo para continuar transformando la realidad: militar, participar, involucrarse, pensar en el otro, pensar que siempre puede haber una persona que todavía se encuentra desposeída, o con un montón de necesidades básicas insatisfechas. Nuestra tarea no termina”. Julián detalla que en su agrupación participa de talleres de formación política, histórica, economía, coyuntura nacional e internacional. “Formamos a nuestros compañeros sobre qué es lo que pasa con el Poder Judicial, cómo se compone a nivel nacional, federal, distrital y también en la ciudad. También explicamos cómo funciona el sistema electoral en el país y en las distintas jurisdicciones, para que cuando vayan a fiscalizar a las escuelas sean los mejores fiscales. Queremos, además, que tengan herramientas sólidas para dar cualquier discusión política, en cualquier lugar y en cualquier momento”.

Desde una mirada más pragmática, Bari comenta: “Se forma pero con mucha base en cuestiones prácticas, en lo que se está haciendo. Tal vez el PRO, al no tener una base dogmática tan fuerte como la de los partidos tradicionales, se basa mucho en lo que tiene para mostrar”. Bari explica que una parte de formación está orientada a lo que son las áreas de políticas públicas. Señala que organizan charlas para acercar a sus militantes a la gestión de la Ciudad de Buenos Aires. “Se incita al joven a participar dentro del ámbito público, diseñando proyectos o acercando iniciativas legislativas para que se las puedan acercar a los legisladores. Armamos reuniones con diputados para proponerles las ideas. Eso es un proceso de formación, porque el joven que ha adquirido las herramientas para diseñar un proyecto de ley luego puede llegar a tener una salida laboral”.

Los más chicos beneficiarios de las acciones sociales de la militancia.

Los más chicos beneficiarios de las acciones sociales de la militancia.

La militancia de estos jóvenes no termina solamente en las universidades y en los barrios, también se extiende a las escuelas secundarias, en el marco del impulso que le dio la ampliación del voto a los adolescentes desde los 16 años. Sobre este tema, Julián de La Cámpora opina: “Hay más de cien chicos de la ciudad de Buenos Aires que estudian en el secundario y que militan en nuestra organización. Tenemos la conducción del Centro de Estudiantes del colegio Carlos Pellegrini. Para nosotros el voto a los 16 es una bandera política, es una reivindicación y es un proyecto de ley que salió del FPV, porque entendemos que los jóvenes en la Argentina se merecen y les corresponde el derecho a sufragar. La política dejó de ser una mala palabra como lo era en los noventa y se entiende como una herramienta de transformación. Vemos a miles de jóvenes y adolescentes que se vuelcan a la participación política”.

Acerca de este tema el joven PRO reflexiona: “Entiendo que es verdad que ahora la cuestión cívica se ha incorporado más tempranamente a partir del voto joven, pero en la dinámica política -al menos en Jóvenes PRO-  todavía no hemos adoptado a esa franja etaria. Pero es verdad que debe haber un proceso, porque la participación política va a empezar a ser mayor en chicos de colegios secundarios. Yo creo que los partidos de izquierda tienen esta dinámica mucho más aceitada y es algo a tener en cuenta”.

Los militantes también se expresan sobre la actividad al interior su partido: “Para nosotros la propuesta del FPV es el modelo del gobierno nacional que hace doce años está al frente del país y ha generado distintas transformaciones de envergadura y de gran consistencia en estos últimos años”, expresa Julián. Por su parte, el joven PRO asume: “Al ser oficialismo dentro de la Ciudad de Buenos Aires, nosotros no tenemos que salir tanto a captar el voto joven, sino a comunicar las políticas públicas de inclusión que ha tenido el Gobierno de la Ciudad en los últimos ocho años”. Y Romano, desde la oposición de izquierda, declara: “En el Frente, a diferencia del resto de los partidos, pusimos la banca que tenemos en la Legislatura porteña al servicio de las luchas populares”.

Actualización 05/08/2015

El debut electoral

El debut electoral

La Ley 26.774 de Ciudadanía Argentina, más conocida como la Ley del Voto a los 16, promulgada el 1 de noviembre de 2012, se verá reflejada en las urnas el próximo 26 de abril en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO)  porteñas donde se elegirá a los candidatos de cada partido para los cargos a Jefe de Gobierno, Legisladores de la Ciudad y Comuneros de cada una de las 15 comunas que conforman la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Malena Rosemberg, militante no agrupada del Centro de Estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, considera que la ley del voto a los 16 “fue más una respuesta a una necesidad de los jóvenes de salir un poco de la militancia del Centro de Estudiantes, entender un poco más la política nacional y empezar a participar”. Cuenta que ya existía un número grande de chicos de 16 y 17 años organizados que militaban desde los Centros y que daban clases de apoyo y querían que se viera su militancia reflejada en las urnas.

En el mismo sentido, Verónica Lorenzo, Coordinadora de Parlamentos Juveniles del Mercosur del ministerio de Educación de la Nación explica: “Nosotros podemos definir desde el Ministerio de Educación que la sanción del voto a los 16 puso un piso a una ampliación de derechos que empezaba a ser una inquietud desde los jóvenes. Lo veníamos percibiendo a través de los foros de debate, del parlamento juvenil, de las reuniones de Centro de Estudiantes y varias cuestiones que veníamos trabajando. Estos debates constituían un tema de época con lo cual la ley vino a cerrar y a ponerle letra a la ampliación del derecho al voto”.

Con respecto a los cambios en la participación política de los jóvenes desde la sanción de la Ley de Ciudadanía Argentina, Rosemberg reflexiona sobre la necesidad de los jóvenes de prepararse más para la elección de un candidato. En lo personal asegura: “Todavía no sé a quién voy a votar, estoy en duda, estoy leyendo más el diario, buscando más información de cada uno en particular y no tan en general o tan cerrado en lo que es el ámbito del secundario”.

Si bien esta Ley amplía el derecho a voto de los ciudadanos desde los 16 años, por otro lado -según denuncian algunos jóvenes dirigentes- en ocasiones se ve limitada por acciones que el Gobierno de la Ciudad o las autoridades de los colegios ejercen sobre la actividad política dentro de los colegios secundarios.

Ignacio Ibáñez, militante del Partido Obrero y Consejero Graduado del CER (Consejo Escolar Resolutivo) de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini denuncia en este sentido: «Hay una gran cantidad de trabas frente a las cuales se encuentran los compañeros secundarios para poder desarrollar las actividades políticas en los colegios, porque tanto las autoridades como incluso la propia burocracia sindical docente está en contra de la organización política de los chicos y bloquean el desarrollo de las actividades, principalmente porque el movimiento estudiantil secundario se ha organizado históricamente por sus propias reivindicaciones y esto no se le escapa a las autoridades de los distintos gobiernos que ha tenido la Ciudad”.

Soledad, presidenta del Centro de Estudiantes, Colegio Nacional de Buenos Aires.

Soledad, presidenta del Centro de Estudiantes, Colegio Nacional de Buenos Aires.

 

Por su parte, Sol Verónica Gui, militante de Oktubre (UJS/PO + Independientes) y Presidenta del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires declara: “Los partidos políticos que se presentan en estas elecciones tienen que llevar a cabo una campaña al interior del movimiento secundario yendo a los colegios, piqueteando, pasando prensa, volantes, haciendo carteles, haciendo que las agrupaciones que integran los colegios traigan candidatos”. Y agrega que esta labor se dificulta porque “el macrismo lleva adelante una política de regimentación que impide a los partidos realizar actividades dentro de los colegios».

Desde la labor docente, Lucrecia Lobo, Profesora de la Escuela Nº 7 DE Nº 9, María Claudia Falcone, expone que existe un tema de temor dando vueltas. Al respecto opina que cualquier impedimento a la militancia dentro de los colegios secundarios depende de sus directivos y no tanto del Gobierno de la Ciudad: no está bien vista la militancia orgánica.

Desde el Centro de Estudiantes de la escuela donde trabaja Lobo, las actividades políticas, como pasar por las aulas, se realizan con total normalidad con la excepción de que algún directivo, bajo su libre criterio, decida su restricción en cualquier momento. Expresa que desde su experiencia no hay ningún tipo de censura y que la práctica política facilita la organización de los jóvenes.

Opina, de cualquier modo, que la mirada del Gobierno de la Ciudad incide pero que los estudiantes no se dejan amedrentar y piensa que cualquier restricción no tiene ningún asidero legal. Explica que el Gobierno porteño intentó, en algún momento, intervenir en la estructura de los Centros de Estudiantes pero no lo logró y que los jóvenes siguen con su estructura, con un Presidente y con la Asamblea, donde participan todos los jóvenes.

Ignacio Ibáñez, con respecto a las dificultades que encuentran los jóvenes militantes en su práctica política cotidiana expresa: “Es muy importante que en todos los colegios secundarios se pueda dar un debate profundo, real, de las alternativas políticas que se presentan en esta elección. Es importante que todos los jóvenes intervengan activamente, cosa que hoy es bloqueada por parte de las autoridades y por parte incluso del gobierno en los colegios».

Sol Verónica Gui denuncia además que en las elecciones se desarrolla una fuerte regimentación política del conjunto de los Centros de Estudiantes de toda la Capital, ya que “no sólo se aprobó el ‘0 800 buchón‘ -pese a que sea inconstitucional y básicamente permita a quién quiera, llamar anónimamente para denunciar que tal o cual militante desarrolla actividad política en los colegios- sino que no nos dejan pasar por cursos o pintar carteles, y las autoridades nos amenazan con sancionarnos».

Ya habiendo pasado por la experiencia del voto a los 16, y desde una militancia no partidaria, Paula García Strauss, de 18 años, se manifiesta a favor del voto joven, aunque confiesa que la sanción de la ley no influyó mucho en ella porque no tenía una posición formada ni una idea clara por quién votar dos años atrás. “A los 16 fui a votar, pero debo admitir que fui más por tener la experiencia de haber votado que por el interés en sí, no porque no me interesen las elecciones sino porque no tenía una idea específica de a quién votar y la militancia en sí no me interesa mucho”.

Estudiantes Colegio Nacional de Buenos Aires en asamblea.

Estudiantes Colegio Nacional de Buenos Aires en asamblea.

Piensa que la militancia es una práctica muy positiva para la juventud porque a través de ella se puede ejercer la toma de decisiones y la expresión del pensamiento propio, pero le molesta cuando ésta se convierte en un discurso de guión donde no cabe la crítica y se cae en el fanatismo: “Prefiero militar a través del arte que es lo que hago, que es otra forma”.  Sin embargo, cuenta que en sus compañeros que militaban partidariamente la Ley resultó significativa: “Para ellos fue un cambio porque eran militantes y tenían una idea bien formada, les interesaba formar parte de la democracia y decidir quién podría estar en el gobierno”.

En este sentido, García Strauss observa que la Ley es optativa justamente para que los jóvenes que militan puedan expresar sus ideas en las urnas. “Hay jóvenes que eligen vivir su vida militando y pensando en la política y hay jóvenes que eligen posponerlo para cuando supuestamente sean adultos, es darle la oportunidad a esos jóvenes que eligen vivir su juventud de esa forma”.

Por su parte, Malena Rosemberg deja ver algo de la implicancia de la Ley en la actitud de aquellos jóvenes que no militaban o no les interesaba el Centro de Estudiantes a través de la experiencia con sus propios compañeros: “Ahora que tienen que votar, si lo hacen, lo van a hacer porque les parece que es algo que está bueno para el país y tienen inquietudes más grandes, preguntan, ya no les causa tanto rechazo”.

La funcionaria Verónica Lorenzo agrega que dentro del Ministerio, si bien no hay un programa específico relacionado con el voto a los 16, sí se tomaron el trabajo de incluir componentes que dieran a conocer la Ley mediante cuadernillos, talleres, acciones concretas y espacios de debate propiciados por el Ministerio, así como también la Ley de Centro de Estudiantes. “Nosotros sentimos como Estado que debemos acompañar y hacer visibles estas dos leyes para que los jóvenes puedan tomar sus propias decisiones, más allá de los colores políticos, pero que definan con conocimiento de causa la decisión que van a tomar. Y en vista del crecimiento en el ejercicio democrático que han tenido nuestros chicos, creemos que ellos pueden decidir a quién votar. El debate que se viene y que ellos están proponiendo en este momento es que también tienen derecho a ser elegidos. Un desafío que se dará en los debates venideros”.

Sin duda, la ley del voto a los 16 amplió la participación política de los jóvenes que ya militaban en los colegios secundarios pero también generó un espacio de debate entre los que no lo hacían, además de promover desde el Estado una campaña de concientización ciudadana en el conocimiento de sus derechos políticos que ha logrado un alto nivel entre los jóvenes. Este domingo 26 de abril será el comienzo desde la Ciudad de un agitado calendario electoral que dará a conocer si la participación joven hará o no la diferencia.