Oct 16, 2017 | Culturas, inicio
Gimena Fuertes, periodista del diario Tiempo Argentino, Natalia Vinelli, directora del canal comunitario Barricada TV y Silvia Martínez Cassina, conductora de televisión en el Grupo Artear, son las protagonistas del documental Sacar la voz: trabajadoras de prensa en tiempos de ajuste, dirigido por Lorena Tapia Garzón, Mariela Bernárdez y Natalina Franco dos Santos. ANCCOM dialogó con las protagonistas y las directoras de la película luego de la exhibición realizada durante la Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género, en la Sala Gaumont, y antes del fin de semana pasado, cuando fue presentada en el Encuentro Nacional de Mujeres, realizado en Resistencia.
Según un relevamiento realizado entre el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) y la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) ya son 2.500 los trabajadores de prensa despedidos en los últimos dos años. En ese contexto, Lorena Tapia Garzón y Mariela Bernández también perdieron sus trabajos y coincidieron en un posgrado sobre Comunicación, Género y Sexualidades donde decidieron reflejar su situación personal realizando el mediometraje. “En el relato de ellas también está la situación estructural de la gran mayoría de las trabajadoras de prensa, incluidas nosotras”, reconoce Bernández y continúa: “La perspectiva de género y el enfoque feminista permite ver que, en eso particular y personal, está lo político y lo que se dirime ahí son las relaciones de poder entre los sexos-géneros”.

“Mirando el documental una de las cosas que comentaba era cómo estábamos en el 2013, peleando por paritarias en la puerta del Ministerio de Trabajo, cantando, bailando, riéndonos, festejando”, recuerda Gimena Fuertes.
“La llamamos Sacar la voz porque las compañeras empiezan a encontrarse e identificarse en esos lugares de lucha de poder y de referencia para otras personas, algo que en la mayoría de los casos está relegado a compañeros varones en todos los ámbitos”, reconoce Lorena Tapia Garzón y destaca que desde el momento de filmarse el documental en el 2016, de diez delegadas mujeres la cifra se duplicó durante el último año.
Natalia Vinelli, cofundadora y directora de Barricada TV, se encontraba, en el momento de la realización del documental, en plena lucha por la inclusión del canal en la grilla de la Televisión Digital Abierta tras ser interferido el espacio que le correspondía por la señal de Canal 13. “Lo que me parece interesante es que pudimos mostrar los padecimientos y las dificultades pero también las potencias y las fortalezas que cada una de nosotras para poder decir ‘esto lo digo yo‘, que es algo bastante difícil porque parece que siempre nos cuesta el doble”, señala Vinelli respecto del film.
“Mirando el documental una de las cosas que comentaba era cómo estábamos en el 2013, peleando por paritarias en la puerta del Ministerio de Trabajo, cantando, bailando, riéndonos, festejando”, recuerda Gimena Fuertes quien fue delegada en Tiempo Argentino durante el proceso de vaciamiento del Grupo 23, que culminó con la decisión de los trabajadores de continuar con el diario de forma autogestionada. Además, Fuertes destaca la importancia del surgimiento de SiPreBA: “Este momento es radicalmente diferente de ese otro, donde estábamos peleando por más salario y por mejores condiciones de trabajo. También nos sirve para tomar conciencia de lo que por suerte capitalizamos, porque de toda esta organización quedó algo que es nuestro sindicato”.
Para Vinelli no habría tanta distancia entre su experiencia y la que atraviesa Fuertes al formar parte de la autogestión de Tiempo Argentino: “Estamos en ambos casos apostando por construir un periodismo sin patrón en un doble sentido: sin tener un patrón y al mismo tiempo, poniendo en discusión qué es el periodismo y por qué el periodismo tiene que ser de una determinada manera y no de otra”. Sin embargo, la experiencia se vuelve diferencial cuando se trata de un medio comercial, como lo es, con el caso de Silvia Martínez Cassina, periodista de Canal 13: “Yo tenía una posición más dura producto del contexto de los noventa, donde los periodistas eran los medios. Pero me parece que este material sirve justamente para romper eso y poner en primer plano que somos todas trabajadoras, y que la mejor manera de potenciarnos es trabajando en conjunto contra la bajada de una línea única”.

Natalia Vinelli, directora del canal comunitario Barricada TV.
Martínez Cassina, fue elegida delegada por SiPreBa a fines de 2016, pocos meses después de que en Clarín publicaran una nota que comentaba algunos de sus dichos como un sutil apriete. Dice Fuertes: “Si bien los patrones son patrones, hay algunos que son más agresivos y la pelea contra ellos es mucho más difícil y desgastante como lo es en el Grupo Artear. Yo pensaba: ‘Qué valiente Silvia, yo no sé si me hubiera animado’, me animé a ser delegada pero porque estaba cómoda y estaba contenida por mis compañeros”. Ella agrega que, además, tuvo que disputar el espacio de representación gremial con sus colegas que consideraban que estratégicamente, al ser mujer, no convenía que ella fuera a discutir condiciones con Sergio Szpolski, el dueño del medio.
“Ojalá yo pudiera lograr con mis compañeros hablar de igual a igual como lo hace Gimena. Hay una convivencia que es difícil porque hay algunos que tal vez opinan, que quieren trabajar, quieren luchar, pero que tienen miedo porque a la vez quieren escalar una posición y lograr un crecimiento laboral”, remarca Martínez Cassina que agrega: “Para aquellos trabajadores que estamos en un medio que tenemos patrón, el tema de la autocensura está dentro nuestro y es una de los principales trabas. Entonces se trata de libertad, y de ahí sí, viene sacar la voz”.

Martínez Cassina, fue elegida delegada por SiPreBa a fines de 2016, pocos meses después de que en Clarín publicaran una nota que comentaba algunos de sus dichos como un sutil apriete.
Actualizado 17/10/2017
Dic 14, 2016 | destacadas
Desde sus inicios, en 1951, hasta la actualidad, la televisión argentina mutó y fue presentándose de diversas formas frente a los usuarios. De los primeros momentos, en los cuales oficiaba de punto de encuentro familiar, concentrando la atención, alrededor de ella, se pasó a un consumo individual donde en algunos hogares cada integrante poseía su televisor, para ver, a su gusto, lo que quisiera. Hoy, la TV tradicional compite con nuevos dispositivos y prácticas de consumo, como el servicio on demand.
Ya sin los niveles de rating y encendido de otros años, la televisión todavía resiste y sigue siendo el medio de comunicación y de entretenimiento por excelencia en los hogares, pero con una hegemonía que empieza a estar en cuestión. Las visiones de un fin de la televisión pueden sonar apocalípticas, sin embargo, los cambios que se están produciendo en el mundo audiovisual con la irrupción de Internet, abren un debate sobre cómo continuará el medio de comunicación, que hasta hace unos años parecía no tener competencia.
Mario Carlón, autor del libro El fin de los medios masivos, comenta que el análisis que se está haciendo sobre un posible fin de la televisión tiene que ver con un diagnóstico sobre un fenómeno de desarrollo histórico: “Hubo una era en que los medios masivos, como la televisión, eran hegemónicos, pero eso se acabó, lo que no quiere decir su desaparición, aunque sí hay una pérdida de poder de la TV en la vida social como consecuencia de los nuevos dispositivos”.
Los números de audiencia son significativos: donde antes había programas que llegaban, e incluso, superaban los 30 puntos de rating, hoy la media de un ciclo exitoso es de 17. “Aunque los medios masivos ya no son lo que eran en la vida social, igualmente siguen siendo importantes. Hacer 17 puntos de rating es algo significativo y muchas veces esto implica que pueden establecer temas de agenda en la vida social”, explica Carlón.
Diferentes aspectos hablan de un síntoma que tiene que ver con la crisis de la televisión. “Los aparatos que tenemos en nuestras casas ya no son televisores comunes, son Smart TV, que funcionan conectados a Internet. Es decir que cuando se habla del fin de la TV se habla de muchas cosas, del cambio en los aparatos, de la transformación de las prácticas de consumo, de una caída de los ratings, de una fragmentación de las audiencias”, continúa Carlón.
Andrea Mallimaci, licenciada en Ciencias de la Comunicación y docente titular en la UCES, coincide en cuanto a la perdida de hegemonía de la televisión en los últimos tiempos pero, según ella, no se podría hablar de la muerte de la TV y analiza la situación en nuestro país: “Los números dicen que la televisión es el dispositivo popular por excelencia y hasta ahora no hay otro que tenga la misma fuerza. En Argentina el nivel de penetración es muy alto, con un 90% de la población que posee cable y casi un 99% que tiene televisión abierta”.
Estrategias mediáticas
El vivo y el directo son las grandes apuestas que ofrece la televisión en la actualidad. Siguiendo esta tendencia, Carlón observa una perdurabilidad y una continuidad de la transmisión, vinculada a grandes acontecimientos, no solo deportivos o del mundo del espectáculo, sino lo que tiene que ver con acontecimientos conmocionantes de la vida social, momentos en los cuales, la televisión va a seguir marcando la agenda: “Va a continuar más allá de la televisión, lo que podemos llamar la televisión expandida, es decir la televisión que uno la ve a través de distintos dispositivos”, vislumbra.
“Cada vez más el bastión de la TV es el ‘en vivo’, afirma Mallimaci y pone como ejemplo una final del mundo en fútbol, una entrega de premios o el casamiento de una reina, que son acontecimientos televisivos en sí mismos, que aunque se vean por otro soporte, de todas formas se está viendo televisión. “Hay una textualidad televisiva”, analiza la autora de diferentes artículos sobre consumo audiovisual.
Con una audiencia segmentada y fragmentada, los canales de televisión recurren a diversas estrategias de programación para no perder consumidores frente al avance de los nuevos dispositivos. “Hacer agenda dentro de las redes sociales en simultáneo, a través de los hashtags, tratando de trasladar sus temas a las redes y acaparar el momento, o afectar la circulación generando que un relato atraviese los distintos medios como las narrativas transmediáticas, son ejemplos de las estrategias que usa la televisión de grilla para acaparar la audiencia”, comenta Carlón, que observa también cómo los propios canales están empezando a adaptarse al mundo 2.0 tratando de poner sus contenidos en la web.
Mallimacci analiza el aporte que brindan las figuras televisivas de renombre para mantener el nivel de audiencia alto: “Si lo pensamos en relación a televisión tradicional, observamos que su éxito se encuentra, en cierta medida, sujeto a lo que aportan los grandes artistas y figuras del medio. En Argentina es el caso de Susana Giménez o Marcelo Tinelli, que siguen teniendo gran cantidad de rating, aunque ya no con los números de unos años antes, donde casi duplicaban sus audiencias. También hay fenómenos que escapan a todo análisis, como es el caso de la novela “Moises y los Diez Mandamientos”, que se puede encontrar on line, pero que sin embargo en la pantalla hace casi veinte puntos de rating todos los días”.
Además de estos “cañones televisivos”, como denomina a los grandes artistas que tienen los canales, la autora percibe que éstos están empezando de a poco a sacar aspectos del consumo on demand para mantener a sus televidentes, y da el ejemplo de lo que hace TELEFE con “Casados con hijos” o “Los Simpsons”, cuando pone en pantalla “maratones” de esos programas.
¿Continuará?
Es toda una incógnita cómo continuará la televisión en el mediano plazo, aunque podemos ver que su lugar como ‘reina del medio’ está empezando ceder, acechada por los nativos digitales, nacidos en los entornos de las nuevas tecnologías, que prácticamente le escapan a su consumo: “Es una realidad que hay chicos que no saben lo que es la televisión, pero hay que ser muy cauto en considerar esa cuestión como un proceso dado, teniendo en cuenta también la brecha digital que existe”, dice Mallimaci.
Ante el destino incierto del medio, Carlón sentencia: “En un escenario de reconfiguración la realidad es que el on demand ya ganó y habrá que ver lo que pasa en el futuro. Lo cierto es que las audiencias históricas caen en todo el mundo y los nativos digitales a veces ven televisión, pero no es el núcleo central de su actividad”.
Actualizado 13/12/2016
Ago 5, 2016 | inicio
Luego de una asamblea en la que debatieron la situación de precarización laboral que están viviendo, los trabajadores de AGEA SA-Grupo Clarín decidieron llevar su reclamo a la calle y cortaron Tacuarí –donde se encuentra la sede de la redacción– con termos, cacerolas y otros objetos que golpearon al ritmo de “No me alcanza, la guita no me alcanza…”. El principal problema, dijeron a ANCCOM los redactores, es que la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) firmó un acuerdo paritario que establece una recomposición salarial de 25 a 27 por ciento en 13 meses, mientras que el diario publica en sus tapas que la inflación estimada será alrededor del 45 por ciento interanual. “No solo que no empatás la inflación, sino que además perdés 20 puntos, o sea que estás trabajando prácticamente gratis”, dijo Juan José Marón, periodista de Olé.
Si bien hace tiempo vienen realizando medidas de fuerza para visibilizar su reclamo, en los últimos meses estaban a la espera de una respuesta: “Era un impasse, porque había una mesa de negociación. Pero la propuesta que hicieron fue insuficiente, los sueldos están muy por debajo, incluso algunos pasan la línea de pobreza. Necesitamos que se pongan serios y hagan una propuesta real para todos”, expresó Gerardo Morel, delegado gremial y trabajador de la sección de infografías de Clarín desde hace 25 años.

En un contexto de crisis, tarifazos y creciente inflación, los trabajadores de Clarín encontraron irrisoria la cifra pactada por UTPBA con la patronal. “Tenemos un problema, el histórico gremio de prensa hace mucho tiempo está cooptado por las propias empresas. Este es el tercer año que va a paritarias solo, sin delegados, y que cierra la peor cifra del país. Este año rompió records, porque mientras todos los sindicatos firmaron un promedio de 25 por ciento para 6 meses, la UTPBA firmó entre 25 y 27 por ciento para 13 meses, ni siquiera para un año”, explicó Francisco Rabini, editor de Clarin.com, delegado de AGEA SA, y dirigente del recientemente creado Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa). Y agregó: “Nosotros lo que denunciamos es que la empresa que publica en la tapa que la inflación interanual supera el 45 por ciento pretende que a nosotros se nos licúe el salario con una recomposición salarial que, anualizada, es menos del 23 por ciento”.
Dardo Villafañe, periodista de Arquitectura, lleva 22 años en la empresa y considera injusto que trabajadores con más de 20 años de experiencia cobren alrededor de 20.000 pesos. Según explicó, la escala salarial es muy variada, incluyendo sueldos de 7.000. “Lo que estamos reclamando es que el acuerdo paritario vergonzoso que firmó la UTPBA no sea tomado como un techo, sino como un piso. Esta situación ya es el colmo. Y cada vez somos más reclamando, pese a que cada día somos menos. Tres o cuatro personas por día se van del diario, porque se cansan y se terminan yendo. De Olé, Genios, La Razón y de los otros productos gráficos. MUY desapareció y se convirtió en una página web”, concluyó.

El delegado Francisco Rabini también denunció la situación laboral de los redactores. “Nosotros reclamamos que al menos ellos ganen la canasta básica total –que incluye alquiler. En abril estaba 19.000 pesos, y nosotros tenemos redactores que hoy en día están ganando en mano 14.000, teniendo en cuenta que actualmente la canasta básica debe estar bastante más que en abril”, dijo.
Frente al reclamo de los trabajadores, AGEA SA y la UTPBA responden con evasiones o soluciones que no condicen con la situación económica actual. “Hace años que vienen rasgándose las vestiduras. Antes era por la pelea con el gobierno. De 2014 a ahora todo es llorar la carta, siempre es crisis. Ahora hablan de la crisis mundial”, denunció Rabini. Y agregó: “La verdad es que los números de la empresa son públicos, porque cotiza en la Bolsa de Londres, y nosotros sabemos que son buenos. Del grupo Clarín ni hablar, pero de AGEA SA en particular, ya el último cuatrimestre del año pasado fue muy bueno, este primer semestre también lo fue, y la perspectiva es que sea aún mejor en el último semestre. Además, hay que tener en cuenta que la competencia del diario está implosionando”.

En el mismo sentido, Sebastián Díaz –periodista de Olé– manifestó: “La idea de la empresa parece ser patear lo más posible la solución del problema, dilatar lo más posible cualquier tipo de conversación porque pasan los días, pasan los meses, y ellos se favorecen: no te aumentan el sueldo, y en el camino a uno se lo va comiendo la inflación”. Por eso, los trabajadores de AGEA SA exigen que sean los representantes de su comisión interna –y no la UTPBA– los que se sienten a negociar con la patronal de Clarín.
El 8 de junio del año pasado, como respuesta a un gremio vaciado, el nuevo Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) organizó una masiva marcha federal en Buenos Aires. Según explicó Rabini, lo que les falta para poder sentarse a negociar es la personería gremial, ya que la ley argentina establece el unicato: por rama de actividad puede haber muchos sindicatos, pero uno solo tiene la personería gremial, es decir, la exclusividad de la negociación colectiva. De esta manera, hasta que no la consigan, no podrán sentarse a discutir paritarias. “La UTPBA no representa a nadie, nosotros tenemos muchos más afiliados que ellos, pero necesitamos que el gobierno nos dé una compulsa, que el Ministerio de Trabajo haga de árbitro y evalúe quién tiene más afiliados cotizantes. El que tiene más, se queda con la personería gremial”, aclaró el delegado.

Los trabajadores de Tacuarí expresaron su solidaridad con los de Planta Zepita, la otra sede de AGEA SA –encargada de la impresión de los ejemplares de los diarios– que se encuentra hace años en conflicto con la empresa por condiciones de trabajo aún peores. No solo exigen un sueldo más justo, sino que buscan salir de un sistema de trabajo decimonónico y que no está contemplado por la ley. Según Diego Bruschini, delegado de Zepita por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), entre 30 y 40 personas se encuentran realizando tareas en calidad de “jornaleros”. Deben permanecer junto a los teléfonos expectantes a la llamada del patrón, llegar a tiempo al establecimiento –sin importar las distancias ni el horario en que les llegó el aviso– y firmar un contrato que no se les permite leer y que solo tiene validez por un día. Alejandro Ontivero trabaja hace 11 años en esas condiciones y desde que fue elegido delegado en marzo –junto a Bruschini, que es efectivo– no fue llamado a trabajar por 104 días como represalia. Denunciada la empresa por persecución gremial, el Juzgado de Trabajo Nº 4 dictó una cautelar de reincorporación que, como no fue cumplida por el diario, terminó en una multa diaria de 5.000 pesos hasta que Ontivero no fuera llamado nuevamente. Finalmente, la empresa volvió a contactarlo, pero sigue sin ser reconocido como delegado y las condiciones en Zepita permanecen en la misma precariedad.

En Tacuarí, la semana próxima se realizará la elección de delegados. “Es el miércoles que viene, y nosotros pretendemos que la empresa nos dé un lugar para hacerla, nos de los padrones, y nos reconozca como legítimos representantes de nuestros compañeros”, dijo Rabini. “Creo que la empresa debería entender que la forma de trabajar mejor, generar mejores contenidos, y tener a la gente bien, es darles condiciones dignas. Es básico, en cualquier trabajo”, agregó el periodista de Olé Juan José Marón.
Actualizada 05/08/2016
Jul 29, 2016 | inicio
A pocos días de haber iniciado el período presidencial de Cambiemos, liderado por Mauricio Macri, el decreto de necesidad y urgencia 267/15 disolvió la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), para crear el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM). De esta manera, se intervinieron dos elementos centrales en materia de comunicación: Argentina Digital y la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA).
El artículo 97 de esta última establecía que el 10% de los fondos que recaudara la AFSCA serían destinados a proyectos especiales de comunicación comunitarios, de frontera y de pueblos originarios. Así, la ampliación de voces y la democratización de la palabra quedarían garantizadas, aunque con un largo camino por delante. El Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (FOMECA) fue el mecanismo ideado para implementar en el plano de lo real la redistribución de los ingresos generados por gravámenes y multas. La finalidad era multiplicar los procesos de actualización tecnológica y de producción de contenido por parte de actores sociales sin fines de lucro, mediante convocatorias abiertas a concursos públicos. Entre 2013 y 2015, el fondo redistribuyó más de $166 millones que, en su mayoría, fueron invertidos por organizaciones en la compra de equipamiento para la producción radial y audiovisual.

El artículo 97 de esta última establecía que el 10% de los fondos que recaudara la AFSCA serían destinados a proyectos especiales de comunicación comunitarios, de frontera y de pueblos originarios.
El proceso constaba de un primer momento de concurso, que tenía exigencias específicas según la característica particular del concurso; luego, se llevaba a cabo el pago de la primera parte y su respectiva rendición, para acceder al segundo pago. Sin embargo, desde fines de 2015 el FOMECA se encuentra suspendido, lo que significa que aquellos que ganaron el concurso durante dicho año todavía no reciben el pago que les corresponde: se trata de, aproximadamente, 300 ganadores que ven complicada la posibilidad de llevar a cabo su proyecto original. Por otro lado, el ENACOM todavía no ejecutó su presupuesto 2016, razón por la cual tampoco llamó a nuevos concursos. Esta decisión política en materia de comunicación trae aparejada una deuda hacia aquellos sectores que se comprometieron con una planificación planteada que no puede ser llevada adelante, justamente por falta de pago. De esta manera, se vulnera simultáneamente otra indicación de la LSCA, que contempla que 33% del espectro radioeléctrico se destinará exclusivamente a medios de la esfera social y comunitaria.
El miércoles, en las puertas del ENACOM (Perú 106, ex sede de AFTIC), cientos de oyentes, televidentes e integrantes de medios comunitarios se reunieron con carteles y banderas para hacer escuchar estos reclamos. La convocatoria se dio desde Pares TV, Urbana TV, Barricada TV, Arecia, la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA), Red de Productoras Audiovisuales Comunitarias (Red PAC), Red Colmena, Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), AMARC y RedCom. Mariana Pugliese, presidenta de FARCO, dijo: “Queremos que se abran las líneas de FOMECA con la totalidad del presupuesto que la ley dispone. Que se pague la totalidad de lo adeudado. Que participemos (si es que hay un debate de una ley de medios convergente, como se estaba planteando) con la misma intensidad democrática con que participamos en la ley que hoy está vigente. No se trata sólo del cumplimiento, sino de la forma de ese cumplimiento. Dicen que quieren fomentar el sector comunitario y nosotros entendemos ese fomento como el crecimiento real del 33%”.

Desde fines de 2015 el FOMECA se encuentra suspendido, lo que significa que aquellos que ganaron el concurso durante dicho año todavía no reciben el pago que les corresponde.
Los manifestantes sostenían carteles que expresaban los reclamos: “Respeten 33% para los medios sin fines de lucro. No a la concentración” o “¿Sabías que hay sólo tres canales comunitarios legalizados y dos de ellos son interferidos por Canal 13?”. Este último caso da cuenta de la situación en la que se encuentra Barricada TV, que ganó un concurso y obtuvo una licencia en televisión digital abierta de baja potencia en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, el canal de prueba de Canal 13 interfiere con su señal. Otro de los pedidos incluidos en la concentración era, justamente, que se habilite a los canales que ganaron concursos en televisión digital y terminar con la concentración mediática.
Aunque las autoridades tardaron en dar una respuesta, finalmente un integrante del directorio del ENACOM, Heber Martínez, se acercó y dejó asentado el compromiso de que Miguel De Godoy se reúna con los representantes de los medios comunitarios el jueves de la próxima semana, aunque no confirmó ningún horario puntual. Santiago Vivacqua, de Red PAC, dijo al respecto: “Fue muy importante el acompañamiento de los oyentes, los televidentes, de los que todos los días hacemos comunicación comunitaria, popular y autogestiva. Sigamos organizándonos para que, en algún momento, algo de todo lo que nos están prometiendo, se cumpla”.
Actualizada 29/07/2016
Jul 5, 2016 | inicio
«El asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión». Eso establece el punto 9 de la Declaración de Principios sobre libertad de expresión de la Organización de Estados Americanos, norma que fue arrasada en la madrugada del lunes, cuando una patota de unas veinte personas violentó el edificio del diario Tiempo Argentino y de Radio América, ubicado en la calle Amenábar 23, provocando uno de los ataques más graves a un medio de comunicación desde el retorno a la democracia.
“Queremos que todo el pueblo se dé cuenta de que lo que sucedió es mucho más grave que un conflicto entre privados: esto es vulnerar la libertad de expresión”, dijo Javier Borelli, presidente de la Cooperativa de Tiempo Argentino a ANCCOM. Pasada la una de madrugada del lunes, el empresario Mariano Martínez Rojas junto a una patota de veinte personas ingresaron en el edificio que comparten los dos medios, desalojaron por la fuerza a los trabajadores que estaban de guardia en la redacción y destrozaron instalaciones, puertas y muebles. El grupo se ensañó particularmente en la tarea de romper elementos claves para el trabajo de la cooperativa, como el servidor, documentación y el cableado para el funcionamiento de las computadoras. “Creemos que el objetivo fue impedir que el diario cooperativo vuelva a salir”, declaró Borelli.

“Queremos que todo el pueblo se dé cuenta de que lo que sucedió es mucho más grave que un conflicto entre privados: esto es vulnerar la libertad de expresión”, dijo Javier Borelli.
Mientras se escuchaban los destrozos del edificio, ubicado en pleno barrio de Palermo, los policías de la Comisaría 31 miraban pasivamente en la vereda. Pronto fueron llegando decenas de trabajadores del diario a la redacción. “La policía consideraba que Mariano Martínez Rojas era el verdadero dueño”, contó Randy Stagnaro, delegado de Tiempo Argentino en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires y secretario de la cooperativa. Con este panorama, los trabajadores decidieron entrar para defender sus pertenencias, y provocaron que la fiscalía interviniente, a cargo de Verónica Andrade, cambiara su actitud. “Resolvió hacer un acta formal, ordenó que la policía escoltara y sacara a los patovicas, y que el edificio quedará bajo nuestra custodia, porque tenemos autorización del Ministerio de Trabajo, que nos puso bajo la custodia de los bienes y las herramientas del diario y por eso trabajamos ahí», sostuvo Stagnaro. María del Carmen Verdú, abogada y referente del organismo de derechos humanos, que asistió en plena noche para apoyar a los trabajadores, consiguió que la fiscalía permitiera a los cooperativistas quedarse en el edificio.
A pesar de los destrozos materiales y edilicios, el equipo de Tiempo Argentino evaluó que la mejor respuesta era seguir trabajando y hacer periodismo, y por eso puso en circulación este martes una edición especial en la que dan cuenta de este feroz ataque, de la falta de respuestas del Ministerio de Trabajo (ayer fueron atendidos por funcionarios de tercera línea y el ministro Jorge Triaca no los recibió), de los antecedentes en una estafa de Martínez Rojas y del vaciamiento de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, los empresarios que vaciaron el diario y dejaron de pagar sueldos desde fines del año pasado. Tiempo Argentino volverá a salir el próximo domingo y, por otro lado, Radio América continúa con sus emisiones a través del sitio web y de la aplicación para celulares.

“Estas formas de violencia son un alerta muy grave dijo Tomada a ANCCOM.
“Ya el sábado 11 de junio Martínez Rojas junto a sus muchachos ingresaron a la planta transmisora de radio América, y nos sacó del aire, atentando directamente contra la libertad de expresión”, dijo Matías Colombatti, periodista de la emisora, a ANCCOM. “Este tipo de hechos son de una gravedad institucional enorme –agregó-. Hay una complicidad del Estado que no asegura ni siquiera las garantías mínimas constitucionales para los trabajadores de prensa. Notamos su ausencia desde hace siete meses, cuando dejamos de cobrar nuestros sueldos y comenzó el vaciamiento de la empresa”.
A lo largo de la jornada, recibieron centenares de declaraciones de apoyo de diversas organizaciones y personalidades. También fueron acercándose a la redacción diversos dirigentes políticos y sociales, como el ex titular de Afsca, Martín Sabbatella, el diputado nacional Juan Carlos Junio, y los legisladores Marcelo Ramal (Partido Obrero) y Juan Carlos Tomada (FpV), ex ministro de Trabajo. “Estas formas de violencia son un alerta muy grave –dijo Tomada a ANCCOM-. Es impensable que queden impunes. La responsabilidad no es solamente de los empleadores: tanto el Gobierno de la Ciudad como el Gobierno Nacional deben intervenir y aclarar qué ha pasado en esta suerte de zona liberada y fraudulenta en que se convirtieron los medios”.
Ayer mismo los trabajadores comenzaron a recomponer el edificio. “Tiempo Argentino no para, ni se va a callar –señaló Stagnaro-. Todos los planes que teníamos se mantienen y vamos a recuperar lo que han destrozado, para tener las instalaciones lo más completas posibles, para poder seguir trabajando con normalidad. Quedamos con mucha firmeza. Echamos a una patota, cosa que no es fácil y más aún si tiene la connivencia con la policía”.
“Nosotros no estaríamos acá si no fuera por la gente, los medios, y los compañeros –subrayó Borelli, el presidente de la cooperativa-. Tiempo no saldría sin la ayuda de otras empresas cooperativas, que nos marcaron el camino. Nosotros somos un emergente en este momento, y lo que queremos hacer sobre todo es visibilizar lo que está sucediendo, porque somos parte de la clase trabajadora que está sufriendo los ajustes de este gobierno”.
Actualizada 05/07/2016