“Estamos todas en peligro”

“Estamos todas en peligro”

“Las paredes se limpian, las pibas no vuelven”, “Con short o pollera, el no es no”, y otra decena de consignas volvieron a cubrir ayer la Plaza de Mayo. El reclamo contra la violencia machista, las críticas al accionar judicial y la exigencia de políticas públicas efectivas volvieron a reunir a una multitud. Esta vez, la exigencia de justicia por el crimen de Micaela García, la joven violada y asesinada en Entre Ríos, amalgamó todas las voces.

Autoconvocados, organizaciones sociales y agrupaciones políticas -a pesar de que en las redes sociales la convocatoria había circulado con un pedido de no portar banderas partidarias- se reunieron para expresar el dolor por el caso Micaela y exigir justicia.

“Vinimos porque creemos que si un juez decide dejar libre a un violador estamos todas en peligro y hay que exigirle a la Justicia que, justamente, haga justicia. Yo, como mamá tengo miedo por mi hija”, explicó Cinthia a ANCCOM. Junto a su hija Maitena, de 12 años, la mujer elogió la movilización, pero advirtió que “sería mejor que no se vieran banderas partidarias, eso no nos une”.

Bajo el paraguas del colectivo “Ni Una Menos” que, en el marco de la convocatoria, realizó una asamblea a cielo abierto, la movilización se “mezcló” con otra convocada por profesores y estudiantes universitarios en el marco del dilatado conflicto docente. Muchos de ellos se sumaron al reclamo por Micaela. “Esta es un tema que nos convoca a todos. El año pasado en la Plaza Houssay se vivieron muchos secuestros y acosos a mujeres. Esta es una realidad que se vive todos los días en todos los ámbitos”, le dijo a ANCCOM la presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Carolina Duarte.

La exigencia de justicia por el crimen de Micaela García, la joven violada y asesinada en Entre Ríos, fue la consigna de la convocatoria.

En la esquina de Hipólito Yrigoyen y Bolívar un colectivo de mujeres pertenecientes a “Mujeres de Artes Tomar” agitaba sus pañuelos violetas al son de los bombos y el grito de “Vivas nos queremos”. Sandra Posadino, miembro del colectivo, expresó que “el empoderamiento de las mujeres es una herramienta muy importante para transformar la situación de violencia patriarcal que vive la sociedad”.

Además, manifestó que “el caso de Micaela es la representación de  la peor violencia que puede sufrir una mujer: la violación seguida de muerte. Es un femicidio en el que el violador quiere demostrar que tiene poder sobre el cuerpo ajeno”. Y agregó: “El Estado debería sostener, desarrollar y dar lugar a la Educación Sexual Integral (ESI) ya que esa es la herramienta para generar otra conciencia en los niños y niñas y lograr un cambio cultural”.

Con un gran paño albiceleste como marca de identificación, la agrupación cristiana La casa del Alfarero llamó la atención de todos. “Que los gobernantes encuentren un camino mejor y nos ayuden a todos los argentinos. Debemos estar unidos”, explicaron los referentes del grupo después de advertir que estaban en la Plaza “por los argentinos”.

Bruno Salazar, un joven de Lanús que buscaba a dos compañeras entre los grupos de manifestantes, reflexionó sobre la poca convocatoria que tuvo la marcha en comparación a otras organizadas también para reclamar contra la violencia de género. “Estaba esperando que viniesen más personas. Este último mes hubo marchas todo el tiempo. Tal vez se está desgastando el recurso”, reflexionó en diálogo con ANCCOM.

¿Respuestas?

Ante el reclamo que actualizó el caso Micaela, el gobierno anunció la puesta en marcha de un organismo -en rigor la actualización de un área que ya tenía conformación institucional- que tendrá como objetivo la “elaboración de protocolos y guías de actuación” para las fuerzas de seguridad. El objetivo de esa mesa de trabajo será  diseñar una “guía de actuaciones para las fuerzas policiales y de seguridad federales para la investigación de femicidios en el lugar del hallazgo”. Es decir, regular la operatividad del accionar policial. El esquema ya había sido anunciado por el gobierno de Cambiemos hace cuatro meses.

En paralelo, después de haber sido repudiada por sus dichos sobre la muerte de Micaela, el Ministerio de Modernización que dirige Andrés Ibarra echó a la abogada Maia Ferrua quien había vinculado el crimen de la joven con su militancia en el Movimiento Evita y la Juventud Peronista (JP). “ Hay que tener mucho cuidado con las amistades que se hacen en este tipo de… agrupaciones? si se le puede llamar así a esa manga de mafiosos y patoteros ignorantes (sic)», había escrito en su cuenta de Facebook la desplazada funcionaria.

Por el femicidio de Micaela está detenido Sebastián Wagner, quien se encontraba con libertad condicional después de haber sido condenado a  nueve años de prisión por dos violaciones y el acoso a una menor de edad. El juez Carlos Rossi, quien dejó libre al sospechoso tres años antes de cumplir la condena, solicitó licencia mientras el ministro de Justicia, Germán Garavano, y otros funcionarios nacionales pidieron su remoción y juicio político.

 

Actualizado 12/04/2017

Otro femicidio

Otro femicidio

Anoche, bajo una lluvia intensa,  alrededor de 800 personas y organizaciones sociales se congregaron en el Obelisco para exigir justicia por el asesinato de Micaela García, la joven entrerriana de 21 años, militante del Movimiento Evita, que fue asesinada en la ciudad de Gualeguay. Por el caso fue detenido Sebastián Wagner, quien se encontraba en libertad condicional -otorgada por el juez Carlos Rossi- tras haber recibido una sentencia de nueve años de prisión por haber violado a otras dos jóvenes.

***

El mundo se volvió oscuro una vez más. Después de una semana de estar alertas en búsqueda de cualquier dato que pudiera conducir a Micaela García, la noticia de su asesinato envolvió a miles de mujeres en un profundo dolor, bronca y furia.

Mataron a otra, perdieron a Micaela, a “La Negra” como le decían. Con 21 años encima, llena de vida, de sueños y de expectativas, la arrebataron sin dejarla crecer, sin dejarla llegar. La arrebataron como se arrebatan a ciertas personas, por su condición de mujer. A una de ellas, cada 18 horas.

Micaela García entendió que la única manera de construir otro mundo era organizándose y por esa razón militó en el Movimiento Evita. Con la cara de Eva Duarte en el pecho y con los dos dedos en “v”, se levantó cada mañana para confluir en la lucha colectiva. Se puso la remera del Ni una Menos, fue una militante que abordó especialmente los temas de género, la trata de personas, los femicidios, marchó, habló, tomó la iniciativa y dejó su energía en cada actividad, en cada marcha.

Pero aun así el patriarcado voraz se agarra bien fuerte de sus víctimas y demuestra nuevamente que mientras sea mujer, lesbiana, trans, travesti, nadie se salva. La hombría del macho apunta y selecciona antojadizamente qué se quiere llevar, qué placer se quiere dar, mide continuamente los niveles de impunidad que maneja en la sociedad universal, se levanta cada día y goza de sus privilegios viriles que le permiten ir cada vez más allá.

***

Anoche, en el Obelisco, se reunieron unas ochocientas personas enfurecidas, rebeldes, angustiadas y tristes. Se encontraron nuevamente en la profunda oscuridad de un diluvio torrencial que también despedía enérgicamente a Micaela y exigía justicia por ella y por todas. Las banderas se mantuvieron en alto, los bombos repicaron constantemente, y allí, bajo esa lluvia omnipotente, se gritó justicia por ella.

Las consignas, los mensajes y canciones fueron claros: “A los violadores los cuida la policía y la justicia”, en alusión al fallo del juez Carlos Rossi, que dejó en libertad condicional a Sebastián Wagner, presunto femicida de la joven, desoyendo los estudios realizados en la penitenciaria en la que estuvo detenido. Mariana Mariasch, integrante del colectivo Ni una Menos, declaró a ANCCOM: “Es un fallo completamente machista y femicida, porque el femicidio de Micaela García fue la conclusión de ese fallo, a la vez que desatendió las sugerencias que se habían elaborado en el sistema penitenciario. Sin embargo, sabemos que esto forma parte de un entramado mucho más grande, donde el Estado es responsable y no podemos dejar de señalarlo”.

  “Hoy es un día de duelo –agregó Mariasch, entre las manifestantes-. Venimos acá por Micaela y a exigir el desarrollo de políticas públicas para la prevención y capacitación de la justicia. Con respecto a la educación, la aplicación de los planes de educación sexual integral, entre otras reivindicaciones que venimos acercando hace años. Creemos que el punitivismo no es suficiente, esto forma parte de un cambio cultural y por esa razón exigimos políticas de Estado”.

 Julieta Gugliottella, del Frente de Mujeres del Movimiento Evita, despidió a Micaela con unas palabras que reflexionan sobre ella y sobre los problemas que atraviesa la sociedad argentina para abordar las cuestiones de género. “Mirale la cara. Mirala en el barrio, con los pibes y las pibas. Mirala en el merendero y con el micrófono. Con la casaca y con las ganas. Con las compañeras y amigas. En los plenarios y calles. Mirala, que se te grabe, que nunca desaparezca. Mirala para nunca más preocuparte por una catedral, un patrullero o una pared pintada. (…) Mirala y decime que no podemos estar hartas, enojadas, angustiadas. (…) Mirala y discutile a los machitos de tu familia, amigos y compañeros. Mirala y hablá de un Estado ausente y una justicia cómplice. (…) Mirala y no permitas nunca más el chiste misógino en la oficina, el golpe que se escucha en la casa de la vecina. (…) Mirala para siempre y nunca te olvides: no vamos a parar nunca, porque si paramos le fallamos a La Negra y a todas las que no están. Mirala porque La Negra no lucha más, pero acá estamos nosotrxs y juramos vencer”.

 Las canciones y las consignas continuaron en el Obelisco. “A Micaela vamos a vengar con organización”; “El patriarcado va a caer”. A la vez de que la angustia se iba politizando, comenzaron a aparecer las sonrisas, el encuentro, la hermandad. La lluvia fue parando y Micaela estuvo allí ochocientas veces multiplicada. Más fuerte y más viva que nunca, gigante, inmensa, con muchas más potencia todavía que antes. Y aparecieron también Lucía Pérez, Melina Romero, Ángeles Rawson, Lola Chomnalez, Otoño Uriarte, Pepa Gaitán y todas las mujeres que fueron arrebatas. Porque ya no están solas, están organizadas. Para el próximo martes 11 de abril a las 18 se organiza una nueva convocatoria en Plaza de Mayo. Para reclamar por todas ellas. Por ni una menos.

 

Actualizado 9/04/2017

Los crímenes de género aumentaron

Los crímenes de género aumentaron

El 14 de noviembre de 2012 la Cámara de Diputados aprobó con 222 votos afirmativos la reforma del artículo 80 del Código Penal, mediante la cual el crimen de género pasó a considerarse como figura agravante del homicidio. Al año siguiente la cifra de asesinatos de mujeres aumentó, mientras en 2012 hubo 255 femicidios en 2013 llegaron a 295. ¿A qué se debe esta aparente paradoja?

La ley 26.791, denominada ley de femicidio, incorpora los incisos 11 y 12 al artículo 80 del Código Penal, que determinan la pena de prisión o reclusión perpetua para todo aquel que “matare a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”  o a todo aquel que lo haga “con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido una relación”. Asimismo, modifica los incisos 1° y 4° del artículo 80 y estipula la reclusión perpetua para aquel que “matare  a su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia”. Y además “por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión”. Por último, la ley quita la posibilidad de la atenuación a todo aquel que tenga antecedentes de violencia de género. De esta manera, la ley no incorpora al crimen de género como una figura autónoma dentro del Código Penal sino como un agravante del homicidio. Además, cabe destacar que el término femicidio no es utilizado en la reforma, es decir, no se lo nombra como tal.

En Argentina no existen estadísticas oficiales sobre la cantidad de femicidios ocurridos. Ante esto, el observatorio de La Casa del Encuentro elaboró su propio informe basándose en la información brindada por las agencias Télam y DyN y 120 diarios de circulación nacional y/o provincial, y las cifras son escalofriantes. El 63% de los femicidios fue perpetrado por varones que tenían o habían tenido una relación de pareja con la víctima: esposos, novios, amantes, ex esposos, etc. El principal rango de edad de las víctimas está entre los 19 y los 50 años. Natalia Barrios, trabajadora social y coordinadora del Centro de Asistencia, Orientación y Prevención Integral en Violencia Sexista (CAOPI) de La Casa del Encuentro explicó a la Agencia que esto se debe a que es el período “de desarrollo profesional, laboral, de socialización, es decir, la etapa de mayor decisión sobre tu cuerpo, sobre tus deseos, sobre tus proyectos. Y es ahí donde el hombre violento ejecuta el control y la violencia y probablemente el femicidio”.

Con respecto al lugar del hecho, la vivienda se convierte en el lugar más inseguro para las mujeres víctimas de violencia, ya que un 58,8% de los femicidios ocurrieron en una casa, ya sea el hogar compartido con el agresor o la vivienda de la víctima o del homicida. Mientras tanto, solo el 8,7% se produjo en la vía pública. Las modalidades de femicidios van desde el uso de armas de fuego (28%) hasta la utilización de líquidos inflamables (5%) pasando por armas blancas (23%) y golpes del agresor (16%). Por último, encontramos a las víctimas vinculadas, es decir, los hijos que pierden a sus madres y que en su mayoría son menores de 18 años. Para Barrios, “las familias [maternas] son quienes se hacen cargo, en el mejor de los casos, de estos niños. Pero también tiene que existir un estudio más profundo sobre esta realidad porque estos niños son víctimas colaterales de la situación”

Buenos Aires se posiciona como la provincia con mayor cantidad de femicidios. En el período de 2008 a 2012, de un total de 1223 asesinatos de mujeres, 384 ocurrieron en esta provincia. Más allá de la densidad poblacional, otra variable importante es que el informe de esta institución está basado en el relevamiento realizado sobre medios de comunicación, con lo cual todos aquellos casos que no tuvieron cobertura quedaron afuera. Además de la mayor disponibilidad de medios de comunicación que hay en Buenos Aires, Natalia Barrios agregó que en el interior del país “no sólo se juega la no perspectiva de género, el machismo y el patriarcado sino también las relaciones de poder, el ocultamiento”. Por lo tanto, detrás de las cifras del estudio seguramente hay muchas más víctimas. “A partir de esto estamos viendo la punta del iceberg. Si esto fuera una política donde se tomaran recursos de un modo integral, lamentablemente el número sería mucho más alto todavía”, agregó.

El femicidio es la manera más brutal de la violencia de género. Laura Manzotti, integrante de la Dirección de Comunicación, Información y Difusión del Consejo Nacional de las Mujeres (CNM),  dijo a la Agencia que “el femicidio es la peor forma de violencia contra las mujeres y se debe al poder y la impunidad que el agresor considera que tiene sobre una mujer, a la cual ve como un objeto y no una persona”. En la misma línea, para Barrios, “la violencia de género es un problema de carácter social, estructural, político y cultural”. Pero la violencia de género no es sólo física sino también psicológica y simbólica. “Dentro del ámbito doméstico nos enseñan que el ámbito privado de la casa es para la mujer y el ámbito público es para el hombre. Desde pequeños existe una división sexista que nos vincula en una relación de poder totalmente diferente”, agregó Barrios.

Ahora bien, ¿por qué la cantidad de mujeres asesinadas va en aumento? ¿La modificación en el Código Penal fue suficiente o hace falta llevar a cabo otro tipo de políticas públicas destinadas tanto a la sociedad civil como a funcionarios y políticos? Según Laura Manzotti, “todos los organismos del Estado Nacional trabajan desde sus áreas particulares políticas públicas con perspectiva de género. Considerar que se pueden ‘terminar’ los femicidios es imposible. Lo que sí se puede hacer es continuar concientizando cada vez más sobre este tema.” Por su parte, Natalia Barrios subrayó la necesidad de políticas “donde la prevención realmente sea un marco”. Por lo tanto, “hay que trabajar en el ámbito educativo desde el nivel inicial, en la formación de todos los profesionales desde una mirada de género, en la implementación de mayor cantidad de refugios  y finalmente que cuando una mujer logre hacer una denuncia, no sea revictimizada. Falta seguir trabajando en lo estructural, en lo social, en lo cultural.”

Más allá de las políticas públicas que se puedan implementar para garantizar un trato más igualitario, “vivimos en una sociedad patriarcal y el cambio cultural necesario para modificar estos paradigmas lleva tiempo”, planteó Manzotti. En tanto, Barrios sostuvo que éste “es uno de los cambios más difíciles y nos va a llevar muchísimo tiempo pero lo importante es que hoy empieza a existir otra mirada”. Por ejemplo, la denominación del tema es un tópico muy importante porque contribuye a la circulación de diferentes sentidos. “Considerar un femicidio como ‘crimen pasional’ es quitarle todo significado”, dijo Manzotti. Un avance importante ya ocurrió en los medios de comunicación, que dejaron de denominar a los asesinatos de mujeres como crímenes pasionales. En contraste, “el  termino femicidio principalmente es un término político”, explicó Barrios, y contribuye a visibilizar la violencia de género en la sociedad.

Si bien hay algunos indicios de cambio cultural y se han implementado diversas políticas públicas que buscan garantizar la igualdad de las mujeres, todavía resta mucho por hacer. Las medidas de carácter represivo no alcanzan para detener la violencia de género porque sólo pueden implementarse cuando el femicidio fue consumado. Por lo tanto, es necesario seguir trabajando para lograr un verdadero cambio en la vida cotidiana que es el terreno de las relaciones entre hombres y mujeres porque detrás de las estadísticas hay historias de vida.

Derechos humanos

Desde finales del siglo pasado, se empezó a concebir la violencia de género como una cuestión de derechos humanos. En el ámbito internacional, existen dos importantes antecedentes: la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Hacia la Mujer (CEDAW, 1979) y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer (“Belem Do Pará”, 1994). En el ámbito nacional, en 2009 se sanciona la ley de “Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales”. Dentro de esta política, se creó el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM), organismo que trabaja en pos de la equidad de género brindando asistencia, charlas, seminarios, jornadas y formación en género.