Jun 18, 2018 | Géneros, Novedades, Te puede interesar
La justicia condenó a cadena perpetua a Gabriel David Marino por ser coautor del delito de homicidio calificado agravado por odio a la identidad de género y mediado por violencia contra la referente de derechos humanos Amancay Diana Sacayán.
El juicio fue encabezado por Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 4 de la Capital, integrado por los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez. El Poder Judicial calificó por primera vez un crimen como un travesticidio.
“Fue un juicio largo e histórico porque se escucharon las voces de la compañeras travestis y trans, y de Say, el hermano de Diana. También porque esta sentencia reconoce que una de las razones por las cuales las travestis son asesinadas es por la identidad de género. Además, el reconocimiento en calidad de referente de derechos humanos es muy importante y no puede pasar de desapercibido. No puede volver a ponerse en duda que el odio a la identidad de género tiene que ser analizado. Fue un gran trabajo de la UFEM (la unidad fiscal especializada en violencia contra las mujeres y el colectivo LGBTI) desde el inicio, con convicción y compromiso poniendo en función los recursos”, describió ante ANCCOM Luciana Sánchez, abogada de la familia Sacayán.
Compañeros y compañeras de Diana y artistas como Susy Shock y Sudor Marika estuvieron presentes en la sala, frente a la pantalla en los pasillos de Tribunales y también en la Plaza, frente al Palacio de Tribunales, como todos los lunes.
Gabriel David Marino, condenado a cadena perpetua por el homicidio de Diana Sacayán.
“Es difícil decir lo que siento, Diana está en este hecho histórico, nos marca un camino de lucha, nos deja más derechos ganados. Esto es una conquista más que Diana ha logrado, así que estamos completamente contentos, orgullosos. Estuvimos a la altura de la circunstancia y no queda nada más que decir que se ha hecho justicia”, dijo a ANCCOM Say Sacayán, el hermano de la víctima que, con todos los presentes, se fundió en un gran abrazo que mezclaba la alegría por la obtención de justicia con la tristeza por la pérdida irreparable. Otro de sus hermanos, Arturo, agradeció a los jueces por haberlo escuchado.
“Estamos muy contentos de que haya salido un fallo histórico reconociendo que fue un travesticidio, es un tipo particular de femicidio. Es la primera vez que hay un fallo condenatorio con ese marco legal y lamentamos que hay sido por Diana, pero se hizo justicia. Ahora vamos para que se reconozca que también existe un travesticidio social permanente; es como que las travas tienen una fecha de vencimiento y está también era una lucha de Diana,” señaló Martin Lanfranco, amigo de Diana y compañero de trabajo de ella en el INADI.
El Poder Judicial calificó por primera vez un crimen como un travesticidio.
Fuera de Tribunales, la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas alentó a los familiares, amigos y activistas trans: “Ya está en el calendario que cada día que salimos a la calle es un día que decimos nunca más invisibles. Lo bueno es que estemos adentro de un juzgado, haciendo ruido, que se note. Gracias a eso se despiertan y empiezan a dar el fallo que corresponde. Este fallo histórico no hay que dejarlo quietito, hay que seguirlo ventilando. Las cosas se dan porque estamos en la calle. Diana está presente y todas las compañeras que no están, están presentes en esta lucha, hay que seguir con fuerza y seguir adelante. Sigan luchando”
Flavia Flores, vicepresidenta del Bachillerato Popular Trans manifestó a ANCCOM: “Estoy feliz pero toda vía con la sensación de nervios porque por fin se hizo justicia, fue un travesticidio. Nosotras queremos ser visibilizadas, cuando matan a una chica trans que también salga en los noticieros.”
May 17, 2018 | Géneros, Novedades, Te puede interesar
El acusado, Gabriel Marino.
“Tenemos que probar que matar a Diana Sacayán además de ser un delito es un travesticidio”, dijo Luciana Sánchez, abogada que representa a la familia de la víctima, quien pidió prisión perpetua para el acusado, Gabriel Marino. Este lunes 14 de mayo, a las 11, inició la instancia de alegatos en el juicio que investiga el asesinato de la activista trans. Es la primera vez que se usa la palabra travesticidio en los Tribunales.
Una sala repleta. La octava audiencia que se realizó en el Tribunal Oral Criminal Nº 4 fue transmitida en vivo en uno de los pasillos del sexto piso de Tribunales. Entre los presentes estuvieron la familia de Diana; su abogada Luciana Sánchez y Juan Carlos Kassargian y Andrea Bruj en representación del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), incorporado también como querella. También presenció la audiencia Marino, junto a su defensor público oficial Lucas Tassara.
Sánchez pronunció un extenso alegato que se extendió durante varias horas. Primero reconstruyó la llegada de Marino al edificio y describió el crimen con mucha precisión. “Para que no haya más que certeza –dijo- respecto a que él fue la persona que asesinó a Diana Sacayán esa madrugada en su departamento. En el debate fue probado que Marino conocía a Diana y sabía dónde vivía”. Y continuó: “Marino llegó en el colectivo 132 hasta Plaza Flores, se bajó y fue caminando hasta la puerta del edificio de Diana. Este relato que hago no es caprichoso, sino porque nosotros sabemos y tenemos toda esta información. Tengo una filmación del local de Grisino de Rivadavia 6757 que filma a Marino cuando baja del colectivo y se va caminando por la misma vereda de la casa de Diana”.
Diana Sacayán fue asesinada el 13 de octubre de 2015.
“Tengo el informe de SUBE -prosiguió- que certifica que vino en colectivo, tengo la cámara de Grisino que constata que estaba caminando hacia el departamento y se acercó hasta 10 metros del mismo, y después de eso tengo la declaración de Daniel Vázquez que dice que lo vio entrar». A partir de allí, Sánchez se lanzó sobre la idea de travesticidio, su ausencia como figura penal, y la necesidad de que exista.
“Para llegar hasta acá hoy –sostuvo la abogada-, hemos tenido un enorme esfuerzo, que va mucho más allá de sostener la prueba de la acusación, va mucho más allá de desvirtuar el estado de inocencia del imputado. Este esfuerzo consiste en que tenemos que probar, además, la inocencia de la víctima, tenemos que probar el valor que tuvo su vida, la complejidad que tuvo su existencia. Tenemos que probar que haber matado a Diana Sacayán es un delito, que es un hecho que tiene que estar sancionado por matar a una travesti defensora de Derechos Humanos. Tenemos que probar que matar a Diana Sacayán además de ser un delito es un travesticidio. Tenemos que probar que Diana es mujer, por lo que estamos pidiendo que se condene a Gabriel David Marino, o mejor dicho tenemos que probar que Diana no es varón, o mejor dicho, la ley tiene que reconocer que Diana es travesti.”
Una de las dificultades que encontró la querella en este juicio fue la calificación del crimen como un travesticidio. “La norma existe pero es completamente invisibilizada. De hecho, desde que se sancionó en 2012, no hubo una sola condena, ni siquiera un intento que usara esta calificación penal”, subrayó Sánchez.
Solo en 2016, hubo al menos 16 travesticidios.
La abogada representante de la familia resaltó que el protocolo o guía de acción para las fuerzas policiales en la investigación de muertes de mujeres o personas con identidad de género femenino fue llevado a cabo de manera idónea al momento de recoger pruebas en la escena del crimen, y concluyó con que Diana fue “masacrada antes de cumplir 40 años y que cada mes hay por lo menos un travesticidio.”
En la audiencia anterior, el imputado había pedido «justicia por Diana Sacayán» y aseguró que él no la había matado.
El Tribunal pasó a cuarto intermedio hasta el próximo lunes 21 de mayo a las 9.30 en el que se reanudará el juicio con el alegato de la otra querella, la que representa al INADI. Luego, el 24 de mayo será el turno para el fiscal Ariel Yapur y el 7 de junio para la defensa.
“Muchas compañeras le dicen El juicio de las travas, porque hay muchas que mueren y su caso no llega a ningún lado. Las encuentran rotas y partidas en las cunetas y el hecho queda impune. Espero que se pueda caratular como un travesticidio y sea el inicio de una justicia que empiece a mirar y a dar voz a las compañeras travestis que han estado en los márgenes por el estado, por la justicia y por la sociedad”, dijo a ANCCOM María Laura Yacovino, psicóloga de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC), de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM).
“A partir del día que la encontraron muerta hicimos el acompañamiento a las que después fueron testigos y a la familia. Fue un trabajo largo, intenso y necesario porque la idea de Dirección de Víctimas es generar un puente entre la justicia y las personas que la tienen que atravesar la situación como víctimas. Que las personas puedan estar informadas, acompañadas y que tengan caras de referencias amigables, formadas, humanas y con sensibilidad”, explicó Yacovino junto a Cristina Ochoa, trabajadora social de DOVIC.
Sacayán impulsó las leyes de Matrimonio Igualitario, de Identidad de Género y el cupo laboral trans.
Después de la audiencia, ya por la tarde, en Plaza Lavalle, frente a Tribunales y al son de tambores, la comisión #JusticiaPorDianaSacayán convocó a diferentes agrupaciones sociales a un festival de música para apoyar la causa.
Participaron las agrupaciones Bife, Sudor Marika y la artista travesti Susi Shock. Además de amigos y la familia de Diana Sacayán.
“Poner en valor estas diferencias y estas diversidades es lo que va a hacer que entre todas y todos se dé el resultado histórico que tanto estamos esperando, en nombre de nuestra compañera Diana Sacayán”, dijo en el escenario una de las compañeras travestis.
Antes de cantar, Susy Shock leyó una carta dirigida emotivamente a Diana Sacayán: “Por eso niña no te olvides que siempre tenemos a un opresor que está dispuesto a cagarnos la vida porque se sabe el rey de esta selva y nosotras sólo somos sus cebritas (…) En esta sociedad también hay jerarquías y clases sociales y nosotras somos las sucias, las enojadas, las descarcajadas, las vengativas, las hediondas, las alzadas y por suerte nunca estarás a la bajura nuestra”, decía en parte el texto.
Mirá la fotogalería del festival de música para apoyar la causa:
Abr 11, 2018 | Géneros, Novedades
El pasado lunes 10 de abril se realizó la cuarta audiencia en el Tribunal Oral Criminal Nº 4 por el travesticidio de Diana Sacayán. La familia, activistas y periodistas siguieron la audiencia bien de cerca. Dos fueron los testimonios, un inspector que estuvo en la detención y allanamiento de la casa del sospechoso Gabriel Marino en octubre de 2015, y un amigo del acusado.
El día 12/03/2018 se dio inicio al juicio por el travesticidio de Amancay Diana Sacayán, incansable luchadora por los derechos de todas las travas, trans, travestis e impulsora de la Ley de Cupo Laboral Trans -que lleva su nombre-.
Como todos los lunes, militantes y defensores de derechos humanos acompañaron a la familia Sacayán exigiendo justicia en la Plaza Lavalle, frente al Palacio de los Tribunales. Allí se montó también la radio abierta del colectivo LGTB Presentes. Antes de ingresar a la audiencia, Luciana Sánchez, representante de familia en la querella, dijo: “Hoy iba a ser la última audiencia de testigos, vamos a tener además de esta audiencia, dos más (16 y 20 de abril). Falta todavía escuchar un montón de testigos y sobre todo algunos propuestos por la defensa que no han hablado. Todavía nos falta un tramo, vamos por la mitad recién. Además de agradecerles mucho, les pido que sigamos sosteniendo este reclamo de justicia con Sasha, con Darío, con toda la familia Sacayán. Volvemos a afirmar que fue un travesticidio. Estamos aportando todas las herramientas para que sea juzgado como corresponde”.
El primer testimonio de la audiencia fue el de un inspector que participó del allanamiento y operativo de detención de Marino en la casa familiar de Morón. Su declaración duró unos diez minutos durante los que afirmó que en el operativo se recogieron algunas prendas de vestir, como un buzo a rayas que también se mencionó en otras audiencias.
El testimonio del segundo testigo fue más extenso. Duró casi una hora y media y correspondía a un contador sexagenario. “Conocí a Marino entrando a un cyber en Artigas y Yerbal, en el año 2015”, recordó. Después precisó que fue entre abril y junio de ese año y agregó: “Marino era muy simpático y entrador, educado, de hablar bien. Me contó sus problemas con las adicciones, lo habían echado de la casa, quería trabajar conmigo, me pidió trabajo. Me dio la impresión que necesitaba hablar con alguien. Lo alenté a que fuera al Cenareso (ex Centro Nacional de Recuperación Social, lugar donde Diana conoció a Marino). Cuando estuvo internado yo iba a llevarle cigarrillos todos los días. Lo dejaban salir a la calle conmigo. Él me llamaba «El Padrino Mágico».
-¿Por qué lo ayudaba? – preguntó el fiscal Ariel Yapur.
-Por mis creencias. Soy creyente, aunque usted no lo sea.
-¿Cómo supo de la muerte de Diana?
– Por Internet- respondió el testigo y contó que días después visitó a la madre de Marino. “Ella estaba cosiendo un jean roto, era un corte hecho con una tijera. La madre de Marino me contó que él se había peleado con Sacayán y había resultado herida”, dijo. Fue el primer testimonio desde que comenzaron las audiencias en que alguien señaló que Marino confesó haber lastimado a Sacayán. Cuando fue interrogado acerca de la relación entre Marino y Diana, dijo: “Me contó que iba a consumir a la casa de Sacayán”.
Después, el testigo aseguró que Marino le pedía plata para darle pañales y leche “a una criatura que tenía”. Además explicó que ayudaba a la madre del acusado dándole comida y describió al acusado como “violento y caprichoso”. Recordó que en una oportunidad, le pidió que lo acompañara a comprar droga y, ante una pregunta del juez, respondió que colaboraba con unos 500 pesos semanales con el sospechoso.
El juez Báez le preguntó: ¿Por qué esa bonhomía con Marino?
– Por afecto. Si Marino no hubiera tenido ese problema de adicción, me podría haber casado con él con matrimonio igualitario. Respondió el testigo.
Luego de la audiencia, Gabriela Mansilla, la mamá de Lulú (la primera niña trans que cambió su identidad de género sin batalla judicial a los seis años) y al frente de la organización Infancias Libres, salió de la sala conmovida y dijo: “Yo hago el aguante todos los lunes pero evito hablar porque a mí me atraviesa de otra manera. Me genera miedo e inseguridad. Luana, que ya va a cumplir 11 años, tiene que salir a la calle y por ahí se encuentra con uno de estos tipos que no respetan. Tener un DNI no te acredita para que te respeten, la Ley de Identidad de Género no se cumple como se debe. Conozco a Say, a las hermanas, a la familia, acompaño la causa, no soy del palo, soy una mujer heterosexual que esto le pasó por las entrañas porque parió una hija que tuvo el valor y la decisión de decirme, yo no soy un varón, soy una nena.” Y finalizó diciendo mientras abrazaba a Sasha, hermano de Diana: “Hoy quiero que esto se caratule como un travesticidio. Hoy quiero que se haga justicia porque Diana somos todos y todas, porque esta lucha no la podemos dejar, hay vidas de por medio. Hoy es Diana, mañana puede ser Lulú, y pasado quién. ¿Y cuántas Dianas no tuvieron este juicio? ¿Cuántas Dianas no tuvieron una familia para reclamar? ¿Y cuántos Marino le arrebataron la vida? Esto no puede volver a suceder.”
Desde afuera también acompañaron la visibilización del travesticidio de Amancay Diana Sacayán, los artistas de Sudor Marika, el bachillerato trans Mocha Celis, el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L), La Dignidad, Presentes, Furia Travesti, La Colectiva, Libre Diversidad y la Agrupación LGTBI 1969, entre otras.
Mar 28, 2018 | Géneros, Novedades
El lunes 26 se realizó la tercera audiencia del juicio por travesticidio de Diana Sacayán. El primer testimonio fue de Roberto Cohen, el médico forense que realizó la autopsia de el 14 de octubre de 2015. Luego de contar que no conocía ni a Marino -el acusado- ni a Diana -la víctima- pasó a explicar al tribunal los tres tipos de lesiones halladas, excoriativas y equimóticas, que están vinculadas a golpes o choques contra objetos duros, lesiones por ataduras en las manos y lesiones por arma blanca. Según el médico, dos de ellas fueron mortales y le comprometieron el hígado y la vesícula lo que le provocó una hemorragia interna. Según el forense, Sacayán pudo haber tenido unos diez minutos aproximadamente de sobrevida, aunque en estado de indefensión por los golpes.
Mientras escuchaba el testimonio, Gabriel Marino, el acusado, se pasaba las manos por la cara, se recostaba en la silla, luego apoyaba los brazos sobre la mesa y por momentos cerraba los ojos como si durmiera.
Mariela Labozzetta, titular de la Unidad Fiscal especializada en violencia contra las mujeres y LGBT y que participa junto a la Fiscalía en el juicio, preguntó:
-¿Alguna vez tuvo que realizar una autopsia a una mujer trans?
-Muchas veces- respondió el forense.
-¿Podría decir alguna especificidad?
-La multiplicidad de lesiones. Pero es algo que también vi en las autopsias de la niña Ángeles Rawson y Wanda Taddei.
Para finalizar el testimonio del médico, uno de los jueces, Julio César Báez, le preguntó:
-¿Considera que las múltiples lesiones se relacionan con la ferocidad del crimen?
-Si le llama ferocidad a la multiplicidad de lesiones, debo decirle que sí.
Al terminar la declaración del forense, el acusado pidió retirarse. “Se siente mal”, dijo su defensor, Lucas Tasssara, solicitando si podía seguir la audiencia sin estar presente. A lo que el tribunal accedió.
Verónica, activista, amiga de Diana y quien le manejaba la agenda fue la segunda en dar testimonio.
El Juez Báez le preguntó: “¿Conoce a Gabriel Marino?”.
-Sí, pero no con ese nombre.
Verónica contó que la última vez que vio a Diana fue el sábado anterior a su muerte. “Nos encontramos en la puerta de la estación del tren en Laferrere. Nuestro encuentro fue para darle dinero para comprar unas tablet o computadoras” . La suma del dinero era de 20 mil pesos, y fue robada de la casa de Diana después de asesinarla.
Verónica recordó la vez que junto a Diana iban camino a La Plata, donde se trataba el tema de cupo laboral trans. “Estábamos en una parada esperando el colectivo, sobre la avenida 9 de Julio, cerca del Ministerio de Salud y un masculino insultó a Diana. Intervino la Metropolitana, hicieron todo un operativo y fuimos reprimidos. A Diana le ‘amarrocaron’ las manos, la tiraron al piso, se burlaban y le pisaban las muñecas. Diana les explicaba que trabajaba en la defensa de derechos humanos en el INADI. Los policías le decían que ellos eran la autoridad y no la dejaban sentarse. Y todo eso por cuatro travestis, un chico y yo. Diana y el compañero del INADI terminaron detenidos.”
“¿Cuáles fueron las consecuencias de la muerte de Diana?”, preguntó el Tribunal.
-Diana era la que daba la fuerza en toda esta lucha. Era combativa. Hay miedo a la vulnerabilidad.Con Diana muerta ya no iba a haber quién te sacaba de la comisaría, hacer un escrito, poner una demanda.
-¿A qué se refiere con la muerte de Diana?
-Las personas del colectivo son más vulneradas a ser violentadas-, respondió Verónica.
Otra testigo fue Amaranta Gómez Regalado, activista y antropóloga, de trayectoria internacional, que fue convocada como testigo experta por la querella de la familia de Diana.
Gómez habló de lo trans: “Una categoría nueva. Desde mi punto de vista y por los trabajos que se han hecho, es una categoría política que permite visibilizar las necesidades de la población travesti, transgénero y transexual. Transitar los géneros. Jugar con la biología que no se conforma haber nacido femenino o masculino”.
La antropóloga dijo ante el tribunal que un cuerpo travesti es una ciudadanía. Pero que en la mayoría de los países de América Latina no reconocen esto. “Aquí hubo avances y ha costado mucho trabajo. Pero por más legislación que exista, el reto está en el cambio del chip cultural, porque el cuerpo travesti rompe un binal, no es femenino ni masculino, es otro, se autoconstruye”.
La activista habló de las muertes como “el destino final de las personas travestis”. Y destacó la saña de esos crímenes. Los analizó, como hace Judith Butler, desde una doble negación del victimario: la del cuerpo travesti y la del deseo de ese cuerpo. Además de contar que la esperanza de vida de las personas trans es de 32 a 40 años.
El encuentro se llevó a cabo desde las 11 y finalizó a las 17. La última en declarar fue una amiga de la escuela en Laferrere y compañera de militancia de Diana. “Nos refugiábamos en la cocina de la escuela porque recibíamos mucho acoso, mucha burla en los recreos y allí planificábamos y tejíamos. Tendríamos 19 años. Ella siempre fue muy batalladora. Después participamos de las mismas organizaciones y proyectos. Diana siempre quiso seguir estudiando y hacer una carrera política”, describió.
Cuando se enteró de su asesinato, entró en shock. “Fui directo a declarar a la Fiscalía. Por muchos meses, no pude volver a dormir. Tenía miedo. A mí ya me habían intentado asesinar en la puerta de mi casa y fue muy difícil que los jueces me escucharan. Nosotras también tenemos derechos y garantías. Vivimos expuestas a la discriminación y violencia”.
Afuera, las militantes mantenían su ejercicio de soporte y reclamos de justicia. Nora Cortiñas dio ánimos con su presencia.
La próxima audiencia tendrá lugar el 9 de abril.
Mar 23, 2018 | Géneros
La segunda audiencia del juicio por el travesticidio de Diana Sacayán tuvo su eco de reclamos por fuera de Tribunales, frente al edificio cuya entrada principal había sido totalmente vallada. Artistas como Susi Shock y Sudor Marika, militantes travestis, la radio del colectivo LGTBI, defensores de derechos humanos y diferentes agrupaciones sociales acompañaron a la familia de Sacayán mientras aguardaban el desarrollo de la audiencia.
Con la voz en alto y aplausos, la furia travesti se pronunció: “¡Señor, señora! / No sea indiferente /se mata a las travestis /en la cara de la gente.”
El grito de justicia se hizo escuchar en las cercanías del Tribunal Oral N° 4.
Dentro, comenzaba el segundo día del juicio oral frente al Tribunal Oral 4, integrado por los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez.
Para esta segunda audiencia fueron citados trece testigos; además de Sasha, el hermano de Diana. Su testimonio fue el más extenso, de alrededor de una hora y media. Sasha dio un perfil de Diana como militante, luchadora y figura del movimiento travesti. A una pregunta del juez Báez, Sasha Sacayán subrayó la ausencia de Diana al sostener que era una figura irreemplazable para el movimiento en Argentina y el mundo. Y argumentó sobre la necesidad de que se calificara el delito como “travesticidio y crimen de odio”.
Luciana Sánchez, abogada de la familia, sostuvo que “el Tribunal tiene la voluntad de entender realmente qué estaba pasando, qué pasaba, cómo estaba Diana en ese momento y qué tipo de vínculo se había generado entre Diana y Marino concretamente”.
Sasha argumentó que la figura de su hermana Diana es irreemplazable para el movimiento en Argentina.
También declaró, entre otros, el vigilante del edificio de la víctima, Leonardo Gabriel Vázquez, quien contó que vio a Diana, por última vez, el sábado 11 de octubre, cuando bajó a abrirles la puerta a dos hombres, a las 20.30 y a las 22.30, pero que jamás los vio salir. Vázquez señaló que de esos hombres, el último en llegar, fue “el señor”, dijo, y apuntó al acusado sentado a pocos metros, Gabriel David Marino.
Mariano Gabriel Martínez, vecino, conocía a Diana “de los pasillos del edificio. Vivía en el piso de abajo, justo debajo de su departamento”. En la declaración contó que en la madrugada del sábado al domingo, estaba durmiendo cuando “un golpe fuerte y seco lo despertó. Miré la hora en el conversor de la tele: eran las 3”. A la mañana siguiente “le pregunté a Gabi, el vigilador, si él había oído algo, pero me dijo que no”.
La dueña del departamento que Diana alquilaba sobre la calle Rivadavia, donde la mataron, recibió un llamado del encargado del edificio diciéndole que hacía unos días que no veía a Diana y había notado que la puerta del departamento estaba sin cerrar, con el marco apoyado.
La propietaria empujó la puerta de entrada y encontró “muchas cosas rotas”. La puerta del dormitorio estaba cerrada. “Golpeé, abrí, era un caos. Un colchón ocupaba todo y parecía estar tapando algo abajo. Los muebles estaban corridos de lugar, desquiciados. La parrilla de la cama estaba contra la pared. Había manchas de sangre y vidrios rotos por todos lados. Era como que habían hecho una montaña de cosas”. Decidió salir y llamar al 911.
Martín Ariel Maldonado, en el momento del crimen era jefe de Judiciales de la comisaría 38 de Ciudad de Buenos Aires. “El móvil (policial) tomó intervención ante el conocimiento de un hecho de sangre y los jefes dan una mano en el lugar. Así me acerqué al departamento. Observé la escena para poner en conocimiento al juzgado. La puerta del departamento estaba semiabierta. Era un departamento normal, pero la habitación estaba como toda desarmada. No se podía entrar, pero se alcanzaba a ver un colchón, que ocupaba casi toda la habitación, y debajo de él, un cuerpo, aunque no se lo veía entero. Había manchas de sangre en el piso y las paredes”.
Militantes de diferentes organizaciones sociales acompañaron a la familia Sacayán en la segunda audiencia.
Cerca de las cinco de la tarde cerró la audiencia. La próxima será el lunes 26 de marzo, en el que habrá otra tanda de testimonios.
En la sala, además de los testimoniantes y los jueces, estuvieron presentes el representante del Ministerio Público Fiscal, Ariel Yapur; miembros del Instituto Argentino contra la Discriminación y la Xenofobia (INADI), cuya querella encabeza Juan Kassargian; y Luciana Sánchez, abogada de la familia Sacayán.
El INADI, por primera vez en su historia, se convirtió en querellante de una causa judicial a raíz de que Amancay Diana Sacayán, trabajaba en ese organismo.
David Gabriel Marino es el único acusado por “homicidio triplemente agravado por haber sido ejecutado mediando violencia de género, por odio a la identidad de género y con alevosía y robo”. Vestía la misma ropa que el lunes pasado: jeans azules, zapatillas y un saco de lana con cuello alto color crema. La misma mirada entrecerrada y fija, además de la cabeza baja cuando entro a la sala en custodia de dos policías.
El reclamo de justicia no sólo tuvo el apoyo de organizaciones sociales sino también de artistas como Susy Shock.