“El sistema de medios y el poder político están hablando entre ellos”

“El sistema de medios y el poder político están hablando entre ellos”

Es en la agenda pública donde empieza a verse una audiencia activa, que no asume la agenda mediática como dada, que empieza a cuestionarla, a preguntarse por quién es la fuente de información”, dice Natalia Aruguete en diálogo con ANCCOM.  ¿En qué medida el contenido de los medios masivos de comunicación influye en las audiencias? ¿Qué efectos genera en las mismas? En su reciente libro El poder de la agenda, política, medios y público –editado por Biblos- Aruguete, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Quilmes cuestiona desde una mirada crítica el poder de las agendas y la relación entre ellas y reflexiona sobre los procesos de selección y construcción de noticias y su influencia real en la opinión de la ciudadanía en tiempos de redes sociales.

En su libro expone las distintas fases en la teoría del establecimiento de la agenda. ¿Cómo funciona aquella enfocada en los efectos cognitivos de los medios?

Es la primera fase –iniciada 1968- que confirma la hipótesis que mantenía otro investigador, Bernard Cohen, uno de los principales antecesores de la teoría de establecimiento de la agenda. Lo que Cohen decía en 1963 era que los medios no tienen capacidad de decirnos qué pensar, pero sí de decirnos sobre qué pensar. No nos instalan ese cómo, pero sí instalan temas más importantes sobre los cuales la gente se forma una opinión. Ellos llevaron a cabo una serie de estudios y descubrieron que los temas que aparecían como los más importantes en la agenda mediática, eran los mismos temas que después aparecían como los más importantes en la agenda pública o en las encuestas de opinión.

En una segunda fase, explica que existen factores, condiciones contingentes, que inhiben los efectos cognitivos ¿Cómo ocurre?

Las condiciones contingentes pueden tener dos tipos de injerencia en la relación entre medios de comunicación y opinión pública o ciudadanía. Estos dos tipos de incidencia pueden ser inhibiendo la influencia de los medios o reforzándola, depende de cada una de las condiciones contingentes a las cuales nos podamos referir. Por ejemplo, se supone que una persona que tiene un mayor nivel educativo puede tener una relación ciertamente crítica con aquello que está leyendo, respecto de determinados medios, pero puede tener al mismo tiempo una mirada de mayor aceptación de aquellos con los que coincide. Y allí ingresa otro factor, otra condición contingente que puede ser la credibilidad en los medios masivos de comunicación. Si yo no tengo confianza, no le creo a lo que dice Clarín por los factores que sean, entonces la agenda de Clarín va a tener una menor influencia sobre mi opinión que la agenda que pueda tener cualquier otro medio.

Después, otro tipo de condiciones, la más importante, es la necesidad de orientación. Es una condición psicológica que plantea que todos los seres humanos necesitamos hacernos un mapa cognitivo de lo que está ocurriendo y cuando intentamos hacernos ese mapa sobre aquellos temas que se alejan de nuestra experiencia, recurrimos a los medios para que nos configuren ese mapa. Entonces, cuando los temas no son experienciales, en el sentido de que se alejan de nuestra cotidianeidad, tienen mayor nivel de influencia que con aquellos temas que tocan nuestra experiencia.

El caso del niño Aylan (Kurdi) que fue hallado ahogado en la playa turca, para nosotros es un tema muy lejano, entonces, cualquier tipo de cuestiones que nos digan los medios tendrán mayor posibilidad de que influyan en nuestras percepciones sobre esa problemática. Incluso si tenemos conversaciones interpersonales respecto a esa temática, es probable que discutamos menos. Diferente sería si nos ponemos a discutir sobre las últimas elecciones en la Argentina porque ese fenómeno toca más nuestra experiencia, conocemos a los actores involucrados y entonces, el efecto que tengan los medios sobre nuestras percepciones será distinto e incluso las conversaciones que podamos tener al respecto pueden llegar a ser más discutidas, podemos llegar a menos o más acuerdos, pero tiene que ver con que nuestra necesidad de orientarnos en temas que tocan o no tocan nuestra experiencia.

¿Qué revela la siguiente fase?

La tercera fase, lo que descubre es que las características de personalidades o temas que ingresan a la agenda de los medios, pueden ser enfatizadas y otras ocultadas. Ese énfasis, que se da a determinados atributos en detrimento de otros, no solamente nos indica sobre qué pensar, sino que también nos forma una determinada opinión sobre esos objetos, es decir, sobre qué pensar pero además cómo pensar sobre esos objetos.

A lo que se le pone énfasis…

A lo que se le pone énfasis pero en términos de características es, si yo digo que Cristina Fernández de Kirchner es una candidata autoritaria, frente a Mauricio Macri, un candidato de consenso, estoy atribuyendo una característica determinada que incide en cómo vos te figurás a esos candidatos, entonces la tercera fase no sólo nos indica sobre qué pensar, sino también cómo pensar sobre aquello de lo que se habla en la agenda de los medios.

En su libro habla de tres tipos de agenda: pública, mediática y política ¿Cuáles son las diferencias y cómo se establece la influencia entre ellas?

Esta sería la cuarta fase en la que ingresa la agenda política porque en las primeras tres, las únicas dos agendas que se ponen en juego, bajo estudio, son la agenda mediática y la agenda pública y se analiza en qué medida la agenda mediática influye sobre la pública.

La agenda mediática es la cobertura de los medios, esta es la agenda de Clarín. Una agenda es un conjunto de temas o atributos. La agenda pública son los temas que interesan a la sociedad como la inseguridad, la inflación, la pobreza, etcétera. En 2002 el principal tema de la agenda pública en la Argentina era la pobreza, hoy la principal preocupación de la agenda pública, es decir, de la sociedad argentina es la inseguridad.

Las agendas públicas también se conforman a partir de los contextos en los que nos encontramos, en un contexto en donde la mitad de la población estaba bajo la línea de pobreza, te digan lo que te digan los medios, vos eso lo estabas viviendo como tema cercano a la experiencia. En 2002 los medios no podían tener demasiada influencia si decían cualquier cosa sobre la población porque la población estaba viviendo en carne propia problemáticas que eran muy dramáticas. Cuando esas problemáticas empiezan a retirarse y empieza a haber un mayor bienestar – que se recuperó en los últimos doce años – temas como la inseguridad por ejemplo, empiezan a ubicarse. Hay autores como el sociólogo Gabriel Kessler, quien acuña en la Argentina el término sentimiento de inseguridad, que dice que este sube en importancia para la sociedad cuando los otros elementos de preocupación de la sociedad están más estables, por ejemplo la economía, el trabajo. Cuando hay estabilidad económica la preocupación por la inseguridad es mayor, dice. Entonces, esas preocupaciones que hay en la sociedad, esas cosas que nos importan conforman la agenda pública.

La agenda política, está formada por aquellas preocupaciones del sistema político. En noviembre no se hacía otra cosa que pensar en las elecciones, hoy es el cambio de Gobierno, cómo se reorganiza y cómo tiene que avanzar en su gestión, teniendo la cámara legislativa en desventaja, teniendo a la gente en la calle bastante movilizada, todas esas cuestiones son temas, issues que están en la agenda política.

Por ejemplo la designación de los dos jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación…

Por ejemplo, la designación de los dos jueces es agenda política porque hay una actuación al respecto por parte del Poder Ejecutivo, pero además hay una discusión alrededor de esa cuestión por parte de los actores que son dirigentes políticos, funcionarios o ex funcionarios. Lo que hay que ver es si esa cuestión -una relación ciertamente endogámica entre el poder político y el poder mediático (coincidan o no ideológicamente), coincide entre las principales preocupaciones del poder político y los principales temas que aparecen en las coberturas de los medios. No estoy tan segura de que esas sean las principales preocupaciones de la sociedad, o sea de la agenda pública. Entonces, una de las cuestiones que me parece que hoy se puede poner en discusión es, en qué medida las tres agendas están hablando de lo mismo.

Entonces ¿Cómo se llega a pensar en un proceso de construcción de la agenda mediática?

Con lo que originalmente se ha llamado agenda building, que es la construcción de las agendas, se analizan distintos factores que están en juego al momento de construir la agenda mediática -más allá de que la relación entre el sistema de medios y el poder político es tensa, hay una relación más endogámica, porque están hablando entre ellos – entonces, las preocupaciones del poder político y las del sistema de medios tienen mayor nivel de coincidencia. Luego de eso, uno puede preguntarse si hay una influencia en la agenda pública, preguntarnos qué pasa en Facebook, qué pasa en Twitter, que puede pensarse como una caja de resonancia de la agenda pública, en algunos sentidos.

Vamos a suponer, que tomamos como ejemplo las redes sociales como expresión de la opinión pública, en vez de sondeos de opinión. Uno podría decir que si hay circuitos de amigos de Facebook o de Twitter en donde se habla de lo mismo, por ejemplo si tiene precedente o no el decreto que designa en comisión a dos jueces de la corte, donde la preocupación es si es constitucional, si es autoritario o no lo es. Pero los circuitos de amistades de Facebook son tribus donde hay coincidencia en las agendas, entonces no lo podemos pensar como una problemática que está homogéneamente extendida a lo largo de los distintos armados de amistades de Facebook, es difícil hoy, con tanta circulación de información. Las audiencias comienzan a ser concebidas como audiencias activas, ya no como una masa homogénea a la cual se le fija la agenda de los medios, hoy hay una disputa por qué agenda se instala. Lo cierto es que la sociedad, los movimientos sociales u otras agrupaciones que tienen menor poder de incidencia en el curso de los acontecimientos, también tienen menor poder de ingresar a la agenda mediática. Hubo muchas manifestaciones de la población entre las elecciones del 25 de octubre y el ballotage, en que se fue armando desde las bases un apoyo a un proyecto, criticando la candidatura de Macri, pero esas manifestaciones no tuvieron tanta repercusión en los medios, ni aparecieron en las tapas de algunos medios como por ejemplo sí las tuvo las manifestaciones que se hicieron en 2008 por el llamado campo, que también es un término que puede cuestionarse.

¿Pero la agenda mediática no tiene también que ver con los intereses de los medios?

Los intereses de los medios son uno de los factores que inciden en este proceso de construcción de la agenda, pero esos intereses no actúan aisladamente, actúan en negociaciones con otros poderes. El poder mediático tiene negociaciones tensas con el poder político, pero también con poderes corporativos. No es lo mismo analizar en qué medida la ciudadanía que se movilizó en el mes de noviembre, o el movimiento piquetero en su negociación con los medios de comunicación; que analizar la fuerza y el poder que tienen las corporaciones sindicales de ingresar en la agenda de los medios, ahí por supuesto se juegan los intereses y sobre todo se juega la ideología de los medios, el perfil editorial de los medios y su ideología plasmada en una agenda. Por supuesto que están los intereses, pero no juegan solos, sino desde un contexto determinado.

Igualmente las manifestaciones en contra del decreto que creó el Ministerio de Comunicaciones tampoco apareció en muchos medios, ¿Se podría decir que no está en agenda?

Ese es otro elemento muy interesante de analizar, yo he trabajado sobre algunas cuestiones relativas a el llamado 7D y lo que fue el proceso de discusión del proyecto de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual hasta que se sancionó y lo trabajé en cómo los medios lo cubrían y no es solamente que aparezcan o no, lo importante es cómo aparecen. Si el 7D aparece meramente como una controversia, o si se analizan las consecuencias más profundas que podría generar que se cumpla o no con plazos en los cuales también entran a jugar otros poderes, no solamente el político, sino el judicial. Pero lo que es muy interesante es ver qué ocurre con problemáticas que afectan con los intereses directos de los medios, intereses corporativos, económicos, pero también intereses políticos.

De todas formas, yo no creo que haya ninguna temática en la cual los medios estén completamente despegados, los medios son actores políticos que participan de la vida política muy fuertemente. No es que crear un Ministerio de Comunicación o lograr la anulación de la ley de medios preocupó más a las agendas de los principales medios de comunicación de la Argentina que lo que les preocupó el conflicto con el campo. Los medios de comunicación tuvieron un infernal involucramiento en ese conflicto y les preocupaba soberanamente. Lo que digo es: cuidado con pensar que hay cuestiones de las cuales los medios están alejados, los medios participan de la vida política de la Argentina y el mundo muy activamente, creo que hay pocos temas que hoy dejen de interesarle a los medios en una relación muy cercana.

 

En una fase posterior habla de la eficacia política de las coberturas informativas y su efecto sobre el comportamiento de la audiencia, es decir la agenda setting en red ¿Cómo explicaría el proceso por el cual se conecta la información nueva con la que ya existente en la audiencia?

Lo que empieza a pensarse a partir de la idea de agenda setting en red es que los temas o los atributos que empiezan a instalar los medios, no tienen una linealidad directa respecto de que yo hablo de corrupción, la población habla de corrupción, yo hablo de inseguridad, la población habla de inseguridad.

Vuelvo a las elecciones porque me parece elocuente para plantear. El frente Cambiemos decía que el Sciolismo estaba recurriendo “a la campaña del miedo”. Pero al mismo tiempo, también el frente Cambiemos tenía recurrencias a la idea del miedo de maneras más subliminales, ambos candidatos tenían un acercamiento a la idea del miedo cuando se dirigían a la población. Y lo del miedo es muy importante porque creo que en las reflexiones estratégicas que tienen los equipos de campaña, eso estaba muy presente, lo tenían muy claro. Porque en los argentinos, la idea del miedo está muy instalada, no solamente por la llamada inseguridad, nosotros vivimos una dictadura feroz que se cobró mucha gente y generó a la población mucho miedo.

Entonces, las apelaciones al miedo de los discursos de los candidatos o en las coberturas mediáticas tienen un efecto de agenda en la población, en la medida en la que logran que la idea del miedo conecte con cuestiones que están guardadas en nuestra memoria. La idea de la agenda setting en red alude a esas asociaciones entre lo nuevo que proponen los medios y lo que en algún lugarcito tenemos guardado, entonces al hacer esa asociación, esa temática se nos vuelve relevante, pero no solamente porque aparece en la tapa de Clarín, sino porque logra asociarse a cuestiones que ya tenemos presentes, eso es la agenda setting en red.

La quinta fase es levemente distinta porque lo que se plantea es que, así como en la primera fase, en el año 1968 se descubre que los medios tienen efectos cognitivos, es decir, “nos hacen conocer” aquello que es importante, y la tercera fase tiene efectos actitudinales en el sentido de que tenemos percepciones determinadas sobre los candidatos, temas o personalidades que los medios ponen como relevante, esta fase plantea que además la relevancia que se le de a determinadas cuestiones tiene efectos sobre cómo nos comportamos.

Entonces, la inseguridad es un ejemplo muy elocuente también para hablar de esto porque si Clarín, La Nación, TN o los medios interesados en darle mayor relevancia a estas problemáticas, insisten, e insisten uno se compra una puerta candado o sale menos, o se guarda en su casa antes, cosas que por ahí años atrás nos parecían ridículas pero que el machaque sobre determinadas noticias, la cobertura sobre la llamada inseguridad (me parece importante insistir sobre la llamada inseguridad), es casi el doble de la tasa de delitos efectivos. Entonces, esa cobertura que abona el hecho de que la sensación de inseguridad que se tiene, sea mayor que la cantidad de delitos denunciados, está fuertemente influida por los medios masivos de comunicación porque además no es una problemática que circule en las redes sociales de manera predominante.

En su libro cuestiona los efectos de la teoría de la agenda setting ¿Cuáles serían las críticas que le haría a la misma?

Una crítica que le haría es que el orden de temas aparecidos en la agenda mediática pueda llegar a coincidir, o no tanto, con el orden de problemáticas que aparecen como principales en la agenda pública, eso no significa causalidad, para mí eso no es suficiente para decir que hay un efecto directo porque creo que la agenda setting en ese punto no está incluyendo el contexto en el cual todo esto tiene lugar. No es lo mismo pensar en la influencia que pueden tener los medios en momentos de calma donde por ahí uno lee la tapa de Clarín y no se lo pregunta tanto, que pensar en momentos de campaña electoral, sobretodo tan competitivo como la que hemos tenido. En esas ocasiones, la gente tiene un mayor involucramiento político en términos de mayor eficacia política, de preocupación, de interés por lo que está pasando, lee mayor cantidad de noticias políticas, pero eso no implica necesariamente que tenga un efecto directo. Creo que hay que matizar la idea de los efectos, que es más conveniente en este punto, tomando a algunos autores, hablar de proceso de construcción de agenda y no de proceso de establecimiento de agenda, en el sentido de que el establecimiento de agenda habla de la transferencia, de la relevancia de una agenda hacia la otra, en cambio, el proceso de construcción de agenda lo que supone es que las tres agendas, la política, la mediática y la pública se influyen unas a otras al menos en alguna medida pero que no pueden desconocer lo que está circulando en las tres agendas.

¿Los medios en línea disputan la agenda a los medios tradicionales?

Debemos decir que es en la agenda pública donde empieza a verse una audiencia activa, que no asume la agenda mediática como dada, que empieza a cuestionarla, a preguntarse por quién es la fuente de información. Entonces, esta audiencia activa si bien puede en sus manifestaciones a través de posteos o tuits tomar a la agenda mediática como insumo fundamental, eso no significa necesariamente que asumamos esas noticias como dadas porque también las discutimos, las resignificamos, decimos mirá lo que publicó La Nación pero para hablar también de otra cosa, lo damos vuelta, incluso a veces decimos: mirá La Nación lo que está diciendo, entonces no hay que pensar solamente que el hecho de que estas noticias de la agenda mediática tradicional aparezcan en las redes sociales vaya de suyo que haya una influencia, la influencia se da cuando se producen dos cosas: se da de manera imperceptible, cuando podemos notar dos mecanismos, por un lado, los significados que se le da a aquello que citamos de los medios de comunicación, ya sea en las redes o en nuestras conversaciones, cuando el sentido y el significado que le damos coincide con el sentido que le dan los medios. Clarín me dice: creció el nivel de inseguridad de la población, yo digo: qué barbaridad creció el nivel de inseguridad en la población, allí asumo acríticamente lo que me está indicando, ahora si yo posteo eso en facebook y digo: `mirá Clarín cómo está jugando con el nuevo gobierno para dejarle las manos libres, para el traspaso de la Policía Federal a Capital Federal`, eso es poner en discusión la nota de Clarín, más allá de que yo la cité en mi post. Entonces, insisto, un primer mecanismo para influir en una agenda sobre otra es que yo la asuma acríticamente, pero la otra forma de influencia de la agenda mediática o de la agenda política sobre la pública es cuando yo tomo determinados temas instalados y los pongo en discusión.

A mí me parece que los temas que fueron propuestos para el debate presidencial no fueron temas neutrales, pese a que el debate se presentó como un intercambio de ideas, como una propuesta democrática en donde nos íbamos a enterar de aquello de lo que pensaban los candidatos, y lo que no nos dimos cuenta y no nos preguntamos es que las temáticas alrededor de las cuales los candidatos discutían, estaban prefijadas y no eran neutrales porque hay ciertos grandes issues que aparecieron ahí que tenían una concepción teórica y política por debajo, nadie se los preguntó, lo dieron por dado. Incluso, tanto en los medios como en la gente en esos días, la discusión estuvo dada entre quién chicaneaba más a quién, cuánto se había alterado Scioli, cuánta calma había mantenido Macri, la discusión quedó en un nivel tan banal que eso logró dispersarnos para que no nos preguntáramos por la génesis de los temas. Ahí voy con la importancia de pensar en construcción de agenda, ¿Cómo se construyó la agenda del debate? nadie se lo preguntó, ¿Quiénes son? ¿Qué organización propone los temas? No nos lo preguntamos. No estoy criticando a esa ONG, lo que digo es que todos tenemos concepciones teóricas y políticas por detrás y esas concepciones quedan plasmadas incluso en los temas que elegimos y en los atributos que le otorgamos a esos temas. Si la población deja de preguntarse sobre eso, ahí el efecto de agenda es mucho mayor.

¿Cómo cree que influyeron estas agendas en el ascenso de Mauricio Macri?

Me parece que no se puede hablar de un elemento que haya influido, la verdad es que me parece que la influencia mediática no tuvo un gran poder en ese tiempo, porque después del 25 de octubre, no solamente las encuestas, sino que la percepción pública era que Macri iba a ganar por diez puntos, hasta los que no deseábamos eso y nos movilizamos en contra de eso, incluso hasta las nueve de la noche, todos estábamos convencidos de que ganaba por diez puntos y ganó por dos y medio.

Eso me da a pensar que las agendas del poder tuvieron poco impacto en la población, por lo menos en la mitad de la población que votó en contra de Macri y entonces me parece que lo que allí logró inhibir el efecto de agenda mediática fue la movilización de la población, no solamente en las calles a partir de una conversación permanente, sino además la circulación de información en las redes que pusieron en discusión el set de temas puestos por las agendas mediáticas. Ahí sí creo que hubo en la agenda pública, tomada en términos generales, una resistencia a la agenda que proponían los medios y que proponía el poder político.

Mujeres muy independientes

Mujeres muy independientes

“La moto es libertad pura, llevar el alma afuera, y cuando estás re loca ponés primera y te olvidas de todo”, dijo Alejandra Haldvbourt, una de las integrantes del grupo “Mujeres Motociclistas Argentinas”, cuando se refería a los motivos que la impulsan a subir a su moto todos los días.

Para Mujeres Motociclistas, la moto es una parte más de su cuerpo. No sólo un medio de transporte, sino una filosofía de vida que las define. El grupo comenzó hace cinco años con 42 jóvenes de la Ciudad de Buenos Aires que se unieron a través de las redes sociales, y hoy ya suman más de 500 en todo el país.

“La mujer en moto tiene otra impronta. Te paras sobre la moto y decís yo sé a dónde voy, yo elijo mi camino y mi destino”, dice Marcela La Tata Pérez, fundadora  del grupo, que maneja una Honda Vmen. La liberación sexual en los  años 60 y la industria de la música joven aparecieron en sintonía con las motos. Entre la música y las modas se generó un estilo de vida: “En la década del 60 mi papá se vestía como Marlon Brando y era motoquero. Escuchaba a Elvis Presley, era hijo del Rock and Roll -dice Marcela y agrega:- todo era rebeldía, aparecieron los anticonceptivos, el rock and roll y apareció la moto”.

El grupo de Facebook «Mujeres motociclistas argentinas» suma más de 500 integrantes de todo el país.

Fue recién en 1980 cuando comenzó a ser masiva la práctica en Argentina y, si bien la imagen del motociclista era masculina, las mujeres también se subieron. Renée Castro tiene 37 años, maneja una  Honda Twister y es mecánica de motos: “También estoy estudiando para piloto de carrera de motos. Estoy a full porque me encanta, me hace muy feliz”, dice Renée, quien además de formar parte de Motociclistas Argentinas, es miembro de otros clubes motoqueros.

A pesar de todo, las motociclistas aún se encuentran con ciertos prejuicios: “Pasa también que muchos nos encasillan en la idea de que la mujer que maneja una moto no es femenina”, cuenta Mariela Córdoba, que tiene 40 años y es la única mujer con una Ducati en Argentina. “En realidad –completa- la mayoría somos madres, tenemos hijos, estamos casadas y tenemos una vida aparte de la moto”. Según Pérez, la idea de su agrupación es precisamente esa: “Lo que buscamos desde Mujeres Motociclistas es fomentar la imagen de la mujer femenina, que se sepa cuidar y proteger, que viaje segura. Somos mujeres muy independientes”.

El Walkyria Gruppe de Rosario ha realizado caravanas solidarias para hogares de huérfanos y proyecta continuar con la iniciativa.

Para ellas, andar en moto puede tener también un fin solidario. Carina Belkis, de Walkyria Gruppe de Rosario, cuenta que con sus compañeras motociclistas hicieron caravanas solidarias para hogares de huérfanos, “y vamos a seguir haciendo más”. La pasión y la adrenalina de la moto se manifiesta en todas, en buscar la libertad y sentirse parte de un grupo humano: Lo que yo busqué desde el comienzo es que nos juntemos. Que en cada lugar, en cada barrio, se junten las mujeres que andan en moto y se conozcan. Y lo estoy logrando. Es eso, generar la amistad”, concluye La Tata Pérez.

Un mar para jugar

Un mar para jugar

“Si tenés miedo, podés caminar por las tablas del lado derecho”, advierte una guía al valiente de turno. El tambaleo del puente, al cruzarlo, hace dudar de su resistencia; sin embargo, grandes y chicos forman fila para experimentar “Prueba de tensión” de la artista Luciana Lamothe, la primera obra adquirida para la Colección MAR, del Museo de Arte Contemporáneo de la Provincia de Buenos Aires, en la ciudad de Mar del Plata.

El ya célebre “Lobo de alfajores” de Marta Minujín da la bienvenida en la explanada mientras que, en el hall del museo, la espectacular instalación de Martín Huberman invita a niños y no tanto a buscar su imagen reflejada en un espejo al final de un túnel de 68 mil broches colgantes. Hasta una abuela se atreve a mirar(se). Un puente que desafía al vértigo, una escenografía de olas psicodélicas, y bichos de luz que conquistan siluetas en una sala a oscuras son algunas de las obras que completan la cuarta muestra de MAR.

Museo de Arte Contemporaneo MAR - Muestra "Museo para Armar" - Mar del Plata - 12/10/2015 - Florencia Ferioli / ANCCOM

El célebre “Lobo de alfajores” de Marta Minujín da la bienvenida en la explanada mientras que, en el hall del museo.

Incorporaciones. Museo para armar repasa los universos que habitaron el Museo MAR en sus casi dos años de vida –El espíritu pop (diciembre 2013); El museo de los mundos imaginarios (julio 2014); y Horizontes de deseo (diciembre 2014)– al tiempo que presenta las primeras obras de la colección permanente. Pero los protagonistas del MAR son, una vez más, los asistentes. Desde su inauguración, en diciembre de 2013, fue visitado por 2.700.000 personas quienes, con su curiosidad, completaron las propuestas de este polo cultural de Mar del Plata donde la interactividad juega un rol fundamental. “Todos los proyectos que se llevaron adelante en el MAR tuvieron el objetivo de incitar interés, asombro y emoción. Buscaron en la gente el eco imprescindible a las funciones de una institución que pretende ser verdaderamente pública».

Museo de Arte Contemporaneo MAR - Muestra "Museo para Armar" - Mar del Plata - 12/10/2015 - Florencia Ferioli / ANCCOM

Los protagonistas del MAR son, una vez más, los asistentes. Desde su inauguración, en diciembre de 2013, fue visitado por 2.700.000 personas

El eje ha sido, y continúa siendo, el espectador. Las paredes de las salas citan fragmentos de 62, modelo para armar, novela de Julio Cortázar que inspiró el título y el espíritu experimental de la muestra. «¿Se acordaría de que esa tarde Marrast iba a llevarla al museo del que tantas maravillas se decían en esos días?» puede leerse, por ejemplo, a un costado de la instalación Los neuróticos, reconstrucción del escenógrafo Edgardo Giménez de las olas sobre las que Norman Briski “psexoanalizaba” a sus pacientes en la película de 1968. Mientras que la entrada a una sala a oscuras promete: “Si vamos al caso yo le invento la noche”; en su interior “Osedax”, de Proyecto Biopus, recrea un ecosistema visual y sonoro con una constante demanda de interacción por parte del público.

“Economía de cristal” es una especie de móvil de sueños y recuerdos enhebrados, en el que se mezclan colores y adornos de infancias y adolescencias. Una obra colectiva, imaginada por Diana Aisenberg, para la que recolectó bijouterie en desuso que luego fue montada durante una performance participativa. Los visitantes buscan entre esos objetos ajenos algún deseo olvidado, personas o lugares, una emoción en común. Y, claro, se toman fotos enredados en esos mundos de fantasías.

Museo de Arte Contemporaneo MAR - Muestra "Museo para Armar" - Mar del Plata - 12/10/2015 - Florencia Ferioli / ANCCOM

“Todos los proyectos que se llevaron adelante en el MAR tuvieron el objetivo de incitar interés, asombro y emoción».

La autora de “Somos el límite de las cosas”, Mariana Tellería, obliga al espectador a preguntarse si esas partes que parecen de un barco conforman o no un barco. Se suman también a Incorporaciones. Museo para armar, “En una balanza”, de Manuel Archain; “Cromo Somos”, de Mariano Molina; “El sireno del Río de la Plata”, de Marcos López; la serie de óleos “Playing the game” de Cynthia Cohen; y “Quarks, paisajes lumínicos” exposición fotográfica de Ricardo Asch, entre otras.

Museo de Arte Contemporaneo MAR - Muestra "Museo para Armar" - Mar del Plata - 12/10/2015 - Florencia Ferioli / ANCCOM

En este polo cultural de Mar del Plata donde la interactividad juega un rol fundamental.

En MAR, la experiencia del aquí y ahora se impone. Como la mirada renovada y singular frente a las olas. Como Mar del Plata, adonde uno puede volver una y otra vez y siempre será la misma pero nunca será igual. La apuesta de MAR hace explícito el carácter abierto de toda obra de arte. Sus espacios mutan, dialogan según el recorrido elegido. Es un museo abierto, vivo. Sus obras se miran y se tocan. Se conversan, se comparten. Sin límite de edad, MAR anima a sus visitantes a zambullirse en las obras y volver a jugar.

“Saber tirar letra y no tener vergüenza”

“Saber tirar letra y no tener vergüenza”

¿Qué es el freestyle? Probablemente pocos sepan qué responder. Pero si se asocia el freestyle con rap formaremos una idea, un entramado de ritmos y pasos que recordarán esta gran cultura urbana que nació en Estados Unidos pero que hoy también crece en Argentina.

El freestyle surge como baile en 1970 cuando los jóvenes mezclaban pasos de James Brown con música de rap. En la actualidad este baile, en donde lo que se expresa corporalmente  son los golpes y quiebres que hace el DJ con sus bandejas, lo representan los conocidos bboys o bgirls. Estos jóvenes son los encargados de que mediante su baile al freestyle llegue a nuestros días.

Vocalmente no se sabe precisamente cuando nació en Argentina, pero Dante Spinetta dice que “el freestyle es un arte que ha tenido acá como representante al payador en otros tiempos”. Estos míticos personajes de la historia folklórica en las raíces argentinas se relacionan con el rap por el hecho de que ambos llevan al frente una rima improvisada: el payador lo realiza con una guitarra de fondo, mientras que el rapero no necesita de ningún sustento, más que quizás la base de un Dj o de alguien que haga beatbox (sonidos con la boca).

El freestyle es una forma de dejar fluir lo que los intérpretes quieren dar a conocer: sus vivencias, historias de otros o simplemente mediante una sola palabra disparar un cuento. Es decir, es una forma de improvisación libre sobre un tema o lo que el MC (maestro de ceremonias) quiere dar a conocer. El MC es alguien que improvisa y rapea al mismo tiempo, mientras que el freestyler es alguien que realiza improvisación pura sin tener un rap que lo sostenga atrás. El rap puede ser entendido como un modo de protesta ya que, muchas veces, mediante sus letras muestra el repudio a las formas de vida de ciertas clases sociales.

En la Argentina existen artistas conocidos en el mundo del rap como Mustafá Yoda (cantante y productor de Sudamétrica), Emanero (cantante que realizó una campaña contra el bullying), Dante Spinetta (cantante de Illya Kuryaki and the Valderramas) y Frescolate (cantante y ganador de la Red Bull Batalla de Gallos), y algunos más under como Killato, Kris Alaniz, Ruidos del Sotano y Marcos Miranda, entre otros.

La mayoría de ellos define al rap como “un estilo de vida”. Todos coinciden en que para hacer freestyle no se necesitan instrumentos, micrófonos ni equipos, sino la mente para realizar rimas improvisadas que suenen bien, dejen alguna moraleja y permitan que quienes los escuchen conozcan a la persona detrás del rapero.

“El argentino creo que tiene un buen freestyle porque es bolacero –asegura Dante Spinetta-, le gusta tirar data, le gusta chamuyar, le gusta mandarse y en esa falta de vergüenza no hay que tener miedo para tener el arrastre”. Ahí está la base del freestyle: saber tirar data y no tener vergüenza para hacerlo.

***Este artículo fue escrito y  seleccionado en el marco del Taller Anual de la Orientación, CCOM. UBA.

“O sos complaciente o sos detractor”

“O sos complaciente o sos detractor”

José Celestino Campusano es un director de cine nacido en Quilmes, un 22 de febrero de 1964. Se formó en el Instituto de Cine de Avellaneda, durante los años ´80. Pero el cine no fue lo primero que practicó: “Dibujaba historietas y mis contenidos eran muy críticos”, dice. Campusano se ha caracterizado a lo largo de su carrera por retratar temáticas marginales que usualmente no atraviesan las lentes de las cámaras del cine convencional. De origen laburante, critica a quienes estigmatizan la figura de lo marginal en lo popular y combate esa construcción de sentido: “Busco poner (a los marginados) en el lugar que corresponde: un lugar digno, complejo, un lugar al que esta gente no le da la cabeza ni el corazón para entender esa realidad”. “Provengo del under literario y del under cinematográfico”, se autocalifica, y toma esa identidad como una posición política ante el cine norteamericano de pochoclos y los “patrones de legitimación” (sic) que éste crea a través del accionar de las distribuidoras extranjeras. El uso de la anécdota como leitmotiv y la naturalidad con la que trata las temáticas que aborda lo distingue y lo coloca como uno de los directores de cine independiente argentino más interesante de los últimos años.

¿Hace cuanto que estás haciendo cine?

Empecé a filmar con cierta regularidad, empezar a elaborar proyectos, escribir guiones, todo esto desde hace catorce años. Me estaba enfermando, estaba muy mal de ánimo, muy pero muy mal de salud inclusive, por no filmar. Era una cuestión que estaba prácticamente agonizando, te digo. Con problemas pulmonares y demás. Empecé a filmar y me empecé a curar. Hoy en día no sufro de nada.

José Celestino Campusano, director de cine.¿Cómo fue empezar?

En realidad, el primer guión que escribí y que llevé al INCAA fue a los 14 años, en el ´78. Después filmé un corto documental en el ´86. En el ´91, otro documental corto con un amigo. Pero a relacionarme o a dedicarme obsesivamente y saber que lo vas a instalar o instalar, hará quince años. He filmado más o menos catorce producciones, pero en condiciones de largo. Casi todas han ido a festivales. Pero en condiciones de largo y que hayan tenido notoriedad, desde “Legión” para acá. Son siete con “Placer y martirio”.

Nombraste lo documental y tu cine tiene mucho de eso.

Yo lo que busco es, con las herramientas de un documental, establecer relatos secuenciados donde no se pierda la cotidianeidad.

Hay mucho del campo antropológico también.

Totalmente, lo que yo quiero es dejar un testimonio de vida. Me pone muy feliz que haya tantas películas, son siete. Está buenísimo eso.

¿Tu cine podría ser considerado una especie de entretejido de muchas historias personales?

Por ahora sí, por ahora es eso, pero estoy considerando justamente en estos días, crear una nueva productora, más extrema.

¿Más extrema?

Si, porque Cinebruto lo que tiene es lo siguiente: tiene anécdotas, que provienen de varias personas, mías algunas, otras de allegados, y ¿cómo unís una escena con otra? Con un enlace. Y generalmente en el enlace se pueden establecer ciertos patrones de influencia, que no son del área de la vida, son de otra área. Ahora, ¿qué pasa si a esa historia le sacamos esos enlaces? Queda discontínua. Bueno, ¿a quién le importa? Si lo que está es valioso, puedo decir sí, pero la gente no está acostumbrada; bueno, que se acostumbre. No es tu problema. ¡Que se acostumbre el otro! Ahora bien, cuando yo te cuento una historia, te cuento también fragmentos. Cuando vos recordás historias, vos recordás fragmentos, no recordás la cadencia total de la historia. ¿Qué pasa si entramos en ese área de composición, un área de alusión permanente? ¿Se ha hecho? No se, tal vez alguien lo hizo. Pero hay que ver si alguien lo hizo basándose pura, exclusiva y obsesivamente en la fuerza de las anécdotas. Solamente en eso. Ahí yo veo que nadie lo ha hecho, he visto mucho cine –toneladas- y creo que nunca lo vi.

Con esto de las anécdotas, llama la atención cómo encontrás esas historias…

Es que te puedo asegurar que delante tuyo están pasando todo el tiempo, por mes están pasando docenas y docenas, ¡te aseguro! El tema está en que yo mismo me sorprendo. De repente digo, ¿cómo no me di cuenta? ¡Pasaron dos años para que me de cuenta! A veces rememoro mi pasado y digo Uy!, y encuentro la historia; es más, a una historia de hace más de 15 años le encontré ciertas implicancias y lo valioso, después de quince años y estuvo siempre ahí. Es que justamente se nos ha educado para no ver. Insisto con eso. A nivel familiar también. A nivel amistad, ni hablar a nivel pareja. ¡Que no veamos! Porque mientras menos veamos somos más conducibles y más predecibles.

José Celestino Campusano, director de cine.Retornando las historias que abordás, es algo difícil encontrar películas que toquen temas como la vida de los motoqueros, la homosexualidad en ambientes marginales, la delincuencia, etc., del modo en que vos los retratás.

Sí, a mi me gusta abordar temáticas que no están exploradas. Te digo, si a vos estas películas te parecen políticas, intensas, tenés que ver lo que se viene.Cine bruto se va a ir radicalizando, pero por otro lado hay otro cine que estoy conjeturando y me salgo de la vaina por hacerlo.

Empujar un poquito el límite más allá.

Sí… Todo, siempre. Porque el arte es así: o sos complaciente o sos detractor. No hay vuelta. Pero si viene uno y te dice “¿pero no hay alguna manifestación artística que sin ser detractora siga siendo arte?” Y yo te diría que en realidad es una nueva reiteración y reconfirmación de nuestros gustos más repetidos sobre el arte, pero es algo que no nos va a asombrar, y es algo que no nos va a modificar. Yo creo que lo bueno del arte es que te puede modificar y nos puede hacer un poco mejores. Genera conexiones de corazón a corazón. Eso es lo que hace, no hace falta que le hables el mismo idioma. Por ejemplo, llevé a Varsovia Vikingo, donde hablaban polaco e inglés, y vos fijate que la entendieron más que acá a la película. No sabés, cuando el traductor me decía las preguntas, yo decía “¡Cómo entendieron la película estos tipos!”.

¿No había prejuicios?

Ninguno. Estuve en el País Vasco en una retrospectiva y me decía Álvaro Barroba: “José, tus películas son para mi fascinantes porque refundan el castellano. Es un manejo del idioma que nos sorprende por todos lados. ¿Cómo hablan así?” Y vos fijate que gente de acá objeta todo el tiempo los diálogos ¿Con qué autoridad decís eso? Yo le he preguntado a esta gente: pero ¿vos dirías que como actúan los actores en la TV o en el cine es como la gente habla en la realidad? ¡No! Entonces te han mentido toda la vida. Te han hecho creer que lo mentiroso es lo verdadero. Creo que lo verdadero es verdadero, y me dicen “las actuaciones de tus películas…” No están actuando. No actúa nadie acá. Todo es consensuado, estamos todos hermanados, somos todos amigos. Si querés actuación, andá a mirar una película yanqui. Estamos haciendo cine sin actuación, con presencias. La actuación es representación. En Cine Bruto, la forma de hablar es la genuina, la cadencia del habla es genuina y el tono de las réplicas también lo es. Entonces no hay representación, hay presentación. Hay presencias que presentan.