“Busco la conmoción”

“Busco la conmoción”

El actor, dramaturgo y director César Brie volvió a instalarse en sus pagos argentinos en abril de este año, luego de haberse exiliado en 1975, tras la irrupción de la Triple A como antesala de la última dictadura militar. Desde que era niño amaba la poesía y en su temprana juventud descubrió su vocación: realizar sus obras teatrales en cualquier parte del mundo. Al regresar, trajo consigo siete puestras bajo la manga: La Mansa, Orfeo y Eurídice, El Paraíso perdido, ¿Te duele?, La voluntad, Fui y el Viejo Príncipe. Ahora, el desafío está en su tierra y presenta, en Timbre 4, La Voluntad, una obra basada en Simone Weil, una intelectual francesa que para él es fuente de inspiración y admiración. Weil fue obrera, profesora, escritora, historiadora, poetisa, dramaturga, combatiente y campesina, y murió –a principios de los años cuarenta- de hambre, en el exilio. Según cuenta Brie, se ocupaba de los seres humanos, pero se olvidó de sí misma.

El multifacético dramaturgo destaca el teatro de América Latina que se ve en Europa. Subraya que a pesar de la pobreza y los bajos recursos, emergen teatristas que se lanzan a la aventura de crear. De esa manera, se abre un campo fértil y un teatro vital. “Yo soy electricista, por el teatro. Me tengo que ocupar de todo”, cuenta Brie, quien en sus obras hace las luces, escribe, dirige, actúa y, como si fuera poco, realiza varios de los trabajos manuales que la escena requiere. Su trayectoria es amplia, ya que trabajó en el grupo Farfa, con Iben Nagel Rasmussen –del Odin Teatret de Dinamarca-, creó en Milán el primer centro social destinado al trabajo artístico, fundó y dirigió durante veinte años el Teatro de los Andes, en Bolivia. Sus obras abordan temáticas diversas, pero en todas se disfruta una mirada particular y sensible respecto al mundo, con polisémicas propuestas.

¿Por qué decidiste dedicarte al teatro?

Yo comencé en el teatro a los 17 años. Mis padres hacían teatro independiente en la ciudad de Dolores. Mi madre era profesora de Literatura y mi padre bibliotecario y librero. Mi hermano es actor, siempre fue mucho más suelto. Pero yo, el más negado para el teatro, fui el que siempre me dediqué. Comencé escribiendo poesía, pero sentía que mi cuerpo no estaba. La poesía era fuego incandescente. Pero yo era un adolescente tímido y asustado. Entonces pensé que el teatro me iba a soltar y al final el teatro me atrapó y se volvió mi modo de hacer poesía a través de los actores, del cuerpo, de los objetos y del texto. Ahora hago poesía de otra forma.

¿Cómo comenzó tu carrera en teatro?

Yo empecé a trabajar con la Comuna Baires. La comuna se autoexilió dos años, antes del golpe militar de 1976, porque uno de nuestros compañeros fue raptado y torturado. Entonces, muchos de sus miembros se fueron a Italia. Yo me fui a vivir a otra ciudad, a Santa Fe, y al cabo de dos meses me llamaron de Italia, me pagaron un pasaje y fui. Por suerte fue así, si me quedaba me hubiera ido muy mal, yo estaba fichado por un poco de actividad política en el peronismo de izquierda de los años 70. En esa década y parte de la posterior, fui un refugiado político en Italia y después en Dinamarca.

¿Te insertaste en el mundo del teatro no bien llegaste a Europa?

Hubo un trayecto, hasta que aprendí a hacer teatro, en el que pasé hambre, porque nadie te paga por ver lo que no sabes hacer. Y yo estaba exiliado. Pero desde los 17 años me dije: “Las mejores horas del día son para el teatro; el resto, veo”. Entonces limpiaba baños a la madrugada y a la noche cargaba camiones, todo trabajo negro. También limpiaba nieve para liberar las líneas férreas, cultivaba tomates y nueces, todos los trabajos estacionales que aparecían. Hasta que un día hice una obra que llamó mucho la atención. Ahí, de golpe, me empezaron a invitar a todos lados. Desde ese momento empecé a vivir sólo del trabajo artístico, a los 24 años. El teatro también te enseña el trabajo manual. Luego pasó el tiempo, y pude regresar a Argentina en 1985.

Una vez que llegaste, ¿te conectaste con la problemática latinoamericana?

En el 91 decidí ir a Bolivia y trabajé 19 años allá. Ahí cree el Teatro de los Andes, muy importante para mí. Hice dos documentales sobre lo que estaba ocurriendo en Bolivia en el 2008; uno sobre un ataque racista a los campesinos en la ciudad de Sucre y el otro sobre la masacre de Pando. Ahí decidí irme porque se volvió muy pesado el clima. Tuve amenazas de muerte. Con el segundo documental descubrí las mentiras de ambos lados, también las del gobierno de Evo Morales. Había un grupo paramilitar que acompañaba a una de las dos columnas campesinas y el gobierno no lo reconocía. El primer muerto es de la derecha. Pero se miente, se dice que lo mataron sus propios compañeros… Esos hechos los terminé trabajando en una obra que todavía no estrené aquí, que se llama Árbol sin sombra.

¿Distinguís el teatro independiente del comercial?

Yo no realizo mucho esa división. Hago teatro independiente, no me negaría a que una obra mía circule en el circuito comercial. Ojalá ganara más dinero. El punto es que yo nunca hago algo para ganar dinero. Sino que lo hago porque quiero decir algo, no haría lo que no creo. Quiero expresar algo, después busco el dinero para eso. Ahora todo se manifiesta como mercadería, todos vendemos nuestro trabajo. Entonces también el teatro independiente se vende, aunque se gane una miseria. Cuando se crea el boca a boca, llegando a más gente, entonces lográs sostenerte económicamente. Yo soy un profesional, pero entiendo el antiguo sentido de la palabra profesional, que es profesar una motivación. Eso es lo que me interesa. Que después profesar una motivación te lleve a ganar dinero es otra cosa. Lo que importa es la motivación que vos tenés para hacer eso, si lo profesas realmente. Dos maestros ganan el mismo salario, sin embargo, uno es un verdadero profesional y el otro es un cretino. Porque uno profesa su profesión y lo hace bien, mientras que el otro lo hace a desgano. Creo que la cosa más triste en el mundo es hacer lo que no se ama. Y el trabajo más difícil, a veces, son los servicios, dejar las cosas listas para otro. ¿Por qué? Porque no es productivo.

El actor, Brie en un teatro con las butacas de fondo.

Brie entiende que a pesar de todo «emergen teatristas que se lanzan a la aventura de crear».

¿Cómo se inscribe el teatro en esta línea de pensamiento?

Cuando se habla de cosas colectivas, el espacio es de todos. Y eso es lo que te enseña el teatro, a que las cosas son de todos. Eso es lo lindo, te enseña a compartir, te enseña la solidaridad. Es un pequeño grupo de gente que hace un trabajo artesanal, manual e intelectual, juntos. Después cada uno tiene sus roles y diferencias. Te enseña a ser persona y eso es muy lindo.

-La voluntad trata sobre la historia de Simone Weil, ¿qué fue lo que más te llamó la atención de su vida y obra?

Hay un antes y un después en mi vida después de haberla leído. Me reconcilió con el cristianismo y yo no soy católico, ni creyente. Me reconcilió con el primer motivo por el cual yo me dediqué a la solidaridad, al trabajo político y después al arte; el interés por los demás. Me interesa esa piedad, ese sentido de solidaridad por los otros que está en la base de lo que Simone habla, se trata de hacer el bien. Ese es uno de los objetivos del ser humano. Si nos ocupáramos un poquito más de eso no tendríamos a quienes nos gobiernan. Tendríamos gente que se ocupa de los demás y no ladrones. Entonces es importante para mí recuperar ese sentido cristiano de la solidaridad. Simone sostenía “no es la fe la que te salva, o creer en algo, es cómo vos te comportás, es la acción la que te salva, eso es lo que te redime como persona”. Es la primera que critica el marxismo y al Stalinismo. Lenin admiraba a Taylor, y Taylor es quien inventa la cadena de montaje. Simone decide trabajar en una fábrica para entender qué es una cadena de montaje. Y al final se da cuenta de que Taylor es un monstruo. La cadena de montaje es la nueva forma de esclavitud. Es una forma de trabajar en la que el ser humano es de nuevo esclavo, humillado, frente, con y por una máquina. Entonces ella propone nuevos sistemas de producción. Y habla con algunos capitalistas iluminados en esto. Además, ella sostenía que, si todos los marxistas, que nunca trabajaron, hablan de la fábrica, la cuestión era ir y trabajar en una fábrica. Entonces ella va y lo hace. Experimenta las cosas, como buena mujer, con el cuerpo. En el cuerpo no hay mentira posible (dice señalando su corazón). Ella tiene un libro extraordinario que se llama Reflexiones sobre las causas de la libertad y la opresión social, escrito hace más de medio siglo. Es difícil pero hay que leerlo, es maravilloso.

Decías que Simone Weil nos interpela en la actualidad, ¿en qué sentido lo hace?

El mundo que yo recibí cuando me volví adolescente era mucho mejor que el mundo que estoy dejando de viejo. Nosotros, mi generación, ha fracasado. Tendríamos que decírnoslo. Sobre todo el mundo opulento, el Primer Mundo, también Argentina. Este país en los años 50 y 60 producía aviones, hoy compramos todo afuera. Somos ensambladores de autopartes que llegan de otro lado, ya no hacemos automóviles como antes. Una sociedad vive por el valor agregado. Aquí se quiere un país lacayo, ciervo. La realidad es que ahora tengo que trabajar mucho más. El teatro sufre porque se está comprimiendo el consumo. Yo el año pasado tenía las salas llenas, hoy las tengo vacías. Y con las obras nuevas también. Eso que estoy pagando más prensa y publicidad. Es mucho más difícil. Si el año pasado el promedio eran 60 espectadores por función, ahora son 25. Y yo soy una persona conocida en el circuito teatral, así y todo me cuesta.

En tus obras trabajás mucho con la sensibilidad, con el registro de la emoción. ¿Qué es lo que buscás generar en el espectador?

Busco la conmoción. Llamo conmoción a ese lugar en donde la cabeza y el cuerpo se unen. Donde lo que sentís y lo que pensás se atan. No inventamos nada, sino que recreamos, cada vez de un modo diferente. Quiero que el público se conmueva, que salga diferente a como entró. Lo mejor es hacerlo reír, ahí se abre, entonces ahí le clavás la estocada. En mis obras tiene que haber humor, emoción y pensamiento. Quiero que el público se inquiete, se estremezca. Que después tenga que elaborar lo que vio y pensar. Por ejemplo, a la salida de la función de niños de El Viejo príncipe, que es la historia de El principito adaptada a un geriátrico y aborda la muerte a través del viaje de un viejo, me vino a hablar un hombre mayor, que me abraza, se pone a llorar y me dice “acaba de morir mi padre”. De golpe la obra lo puede ayudar a elaborar o plantearse lo que va a pasar con más luz y esperanza al respecto. El fin de la vida, en este caso.

¿Trabajás mucho con tu cuerpo?

Trabajé siempre así. Cuando era joven era un acróbata no profesional. Hoy, a mis 63 años, todavía hago muchas cosas, trabajo mucho con el cuerpo. Creo que el actor tiene un cuerpo, una voz, un alma y una cabeza. Tiene que saber hablar y saber moverse. Tiene que sentir y transmitir. Entonces son muchas cosas juntas. Trabajo para que los actores se vuelvan eso, soy muy exigente con ellos. Florencia Michalewicz, ganó el premio como actriz revelación por La voluntad, lo cual es un orgullo.

¿Cómo encarás la puesta en escena?

Trabajo mucho sobre la idea del montaje. Leí a los grandes maestros del cine. Hay manuales aburridísimos de Eisenstein, que te explican muchísimas cosas. Hay unos libros maravillosos de Tarkovsky, de Truffaut, Orson Wells, Hitchcock. Truffaut le hizo una larga entrevista a Hitchcock. Ese libro es maravilloso. De ellos aprendés muchísimo. Y viendo películas hay autores que me enloquecen. Le doy mucha importancia a los objetos, para mí el objeto es otro actor. Trabajo mucho con la metonimia, la parte por el todo. Yo quiero que los objetos con los que trabajo, sugieran. En el Viejo Príncipe había un marco de una puerta, dos telas y cinco vasos. Con eso hacés todo. De repente ese marco de la puerta se vuelve umbral, funciona también como otras cosas. El secreto para mí es crear metáforas visuales profundas. Una acción, un texto y un objeto. Ese es el modo en que yo trabajo. Entonces suplís con la imaginación la carencia de recursos. Podés hacer un teatro muy pobre y nadie se da cuenta que es pobre porque está lleno de posibilidades que creás con la imaginación. Entonces se trata de crear un contexto para luego continuar.

¿Cómo abordas la complejidad de cada personaje?

Considero a cada personaje como un vestido que te colocás, parto siempre de mí. Luego le doy características a esa figura. Pero parte de mí. Creo que es un gran error alejarse demasiado de sí mismo para crear otra cosa. Basta crear un contexto. El actor es menos importante de lo que él cree. Lo que es más importante es el contexto. En una de mis obras, se habla sobre la violencia familiar, mi personaje es temible pero en ningún momento hago violencia, yo no digo muchísimo, no necesito decir. Temés más a aquel que no grita, que al que grita, es mucho más peligroso. Hay una anécdota de Klaus Kinski, actor dirigido por Werner Herzog, que cuando estaban haciendo la película Fitzcarraldo en medio de la jungla, Kinski le dice de todo a Herzog, le grita, lo insulta, a lo cual Herzog no responde. Luego, los indígenas que trabajaban en el rodaje, expresaron que tenían miedo, no al gritón, sino al que no había dicho nada, al director. Entonces de eso se trata, ¿dónde ha ido toda esa violencia, de qué modo va a salir? Es eso que no se dice. Por eso yo digo que una de las grandes virtudes de los actores es saber crear el contexto para que su personaje aparezca y no expresar sentimientos. Hay que crearle al actor una disponibilidad de que eso ocurra, desde la calma, entonces ahí están habitados por todo.

 

Actualizado 16/08/2017

La magia del encuentro

La magia del encuentro

Niños y jóvenes vestidos con túnicas hasta los pies, bufandas de colores, pelucas, cicatrices de rayo pintadas en la frente. Cualquiera que no conozca el “mundo mágico” miraría raro a esta gente esperando a entrar en una escuela, pero en el barrio de Once ya están acostumbrados y saben de qué se trata.

La Magic Meeting es una celebración anual de homenaje a Harry Potter producida por amantes de la saga para fans como ellos, los llamados potterheads. Funciona hace seis años y cada vez suma más seguidores.

El Colegio San José, la actual sede, ya les queda chico a los más de ocho mil participantes de la última edición que pagaron entre 120 y 150 pesos para no perderse el evento. Se realiza siempre el fin de semana previo al cumpleaños del famoso mago y de su creadora, J.K. Rowling, el 31 de julio.

Al pasar por la gran puerta que da al salón, el visitante ya se siente inmerso en el castillo de la ficción, escondido en algún lugar de Escocia. El ambiente está decorado con los banderines de las cuatro casas de Hogwarts y con velas flotantes de utilería.

La Magic Meeting es una celebración anual de homenaje a Harry Potter producida por amantes de la saga para fans como ellos, los llamados potterheads.

La reunión mezcla diversas iniciativas: una feria; la zona Hogsmeade, donde se puede comprar merchandising y además tomar un espumante vaso de cerveza de manteca; concursos varios, shows y juegos. No faltan los stands de libros -como los de las editoriales Kel y SBS- y de comida, vegana incluida.

Se respira un espíritu de unión. Muchos de los que aman el mundo de Harry Potter, mayormente de Buenos Aires y el conurbano, comparten juntos un fin de semana y replican este sentimiento en las redes sociales bajo la etiqueta #SomosHogwarts.

La organización corre por cuenta de FanCon Producciones, que también se encarga de otros encuentros relacionados con la literatura juvenil, los videojuegos y los cómics. Maira Martínez, cerebro principal de la movida, cuenta: “Cuando terminó la última película [de Potter] y ya no había más libros, hubo un vacío. Yo sentía al fan dormido y dije: ‘Es el momento ideal para levantar un poco’. Y así creamos la Magic Meeting”.

“Empezó como algo chiquito y con el tiempo se fue haciendo cada vez más grande. No solamente por nuestro trabajo sino porque los fans encontraron un lugar donde se sienten bien. Y hoy tenemos esta Magic Meeting de dos días donde casi no se puede ni caminar”, añade Santiago Cúneo, conductor del evento, entre risas.

Cada asistente pertenece a una casa dentro de la escuela mágica, una suerte de familia de fantasía: Gryffindor, Slytherin, Ravenclaw y Hufflepuff. A lo largo de las dos jornadas van ganando o perdiendo puntos y al final se anuncia al ganador.

Las pociones, en el mundo de Harry Potter sirven para curar, hechizar, o envenenar. Son creadas haciendo uso de la magia.

Hay formas de sumar: la decoración de la sala común de la casa; las buenas acciones hacia otros participantes; los concursos de cosplay en los que la gente se disfraza de personajes; distintas trivias; la asistencia a las clases y hasta exámenes. El vencedor se lleva “la copa de las casas”, una competición que tiene su correlato en la saga escrita por J.K. Rowling.

Cada edición de la Magic Meeting es temática. Este año, aprovechando que el 26 de junio se cumplieron veinte años de la salida del primer libro, Harry Potter y la piedra filosofal, todo el sábado giró en torno a eso y los participantes más afortunados pudieron encontrarse con la mítica piedra.

Al día siguiente, la consigna pasó al último libro, Las Reliquias de la muerte, del cual se cumplieron diez años de su publicación el día 21 de julio. Por ello el encuentro se hizo más oscuro, incluso se desarrolló una batalla entre “mortífagos”, seguidores del tenebroso Voldemort, y la Orden del Fénix, los magos que luchan contra el mal, con una graciosa coreografía y la canción “24K Magic”, de Bruno Mars, de fondo.

El público de la Magic Meeting es variado, en su mayoría jóvenes entre 20 y 30 años. Joan (22) y Antonella (26) son de Rosario y cuentan que allá entraron a un equipo de quidditch (el deporte más popular de la comunidad mágica). “Ahí nos enteramos de esto y ahora venimos todos los años”, coinciden.

También hay familias: niños pequeños, madres y padres acompañando a sus hijos, tíos y abuelos, como Laura, una fan que trajo a sus dos chicos y a una sobrina. Para ellos hay salas especiales, los Kinder Hogwarts, mientras que para los muggles -“personas no mágicas”-, hay disponibles diarios, revistas, videos con el detrás de escena de las películas, sets para sacarse fotos y la sala de menesteres, con videojuegos y juegos de mesa como el ajedrez mágico. Otra opción son los tatuajes temporales con elementos de la saga y, para los enamorados que se animan, casarse legalmente en el mundo mágico frente a un ministro.

Personaje Peeves, un poltergeist de Hogwarts.

Muchos asistentes se preparan tiempo antes para la reunión. Estudian para las trivias y los exámenes, arman con dedicación los decorados de la sala común de sus casas; diseñan y elaboran sus disfraces para los concursos de cosplay. A los mejores, cuando termina la exhibición, todo el mundo les pide una foto. Por los pasillos del colegio caminan Severus Snape, el propio Harry, Dumbledore, Hagrid…

“Hay gente que trabaja desde el año anterior. Todo el tiempo estamos pensando cosas para la Magic. El profesor de Criaturas Mágicas, por ejemplo, tiene que crear los animales”, explica Cúneo.

Igual que en Hogwarts, se pueden seguir varias asignaturas: Defensa contra las artes oscuras, Pociones, Runas antiguas. Agustina Serrano, quien personifica a la profesora de Historia de la Magia, comenta: “El equipo se mete realmente en el papel del personaje. Yo preparo mi clase con lo que sé de historia en general y con lo que puedo sacar del universo de Harry Potter”.

El sábado a la noche se presentó The Weird Sisters, la banda favorita de los potterheads, que imita a la que aparece en la cuarta película, Harry Potter y el cáliz de fuego, y que cantan eufóricos, en inglés, mientras todos bailan, ¿podés bailar como un hipogrifo?

El domingo fue el turno de Elendil, un cuarteto de cuerdas que interpretó una selección de la banda sonora de cada película y que dejó al público boquiabierto. La copa de las casas, este año, fue para Ravenclaw, que no ganaba desde 2015. El guardarropa del lugar estuvo a cargo de una agrupación proteccionista que rescata, cuida y brinda en adopción a perros y gatos en situación de calle, por lo que lo recaudado fue para ellos.

Como cierre, más descontracturado, tocaron Los tumberos de Azkaban (en referencia a la prisión mágica), quienes hicieron covers de “Duraznito”, “Laura”, “La mano de Dios” y hasta “Despacito”, pero con letras relacionadas al universo de Harry Potter. La despedida fue con una reversión de Pibe Cantina: “Che pibe Potter / ¿de qué te la das? / dale guachín / venite pa’ Azkaban”, con todos cantando al unísono, bailando y riendo, hasta que la próxima Magic los vuelva a reunir.

Actualizada 02/08/2017

 

 

Tres Arroyos entre bambalinas

Tres Arroyos entre bambalinas

Cielo anaranjado de atardecer. Veredas con edificios antiguos de interés municipal y un pasado glorioso. Bicicletas estacionadas, sin cadena, en alguna esquina. Bares y chocolaterías que cerraron para la siesta. Con este ritmo tranquilo y más de 45.000 habitantes, recibe la ciudad de Tres Arroyos a sus turistas. Sin embargo, sus calles no son particularmente silenciosas. Para algunos es la ciudad del candombe, una localidad formadora de músicos. Para otros, el escenario de la Fiesta del Trigo, un motivo para celebrar que tienen los habitantes de la pampa húmeda. La Plaza San Martín suele ser testigo de batucadas y tambores que suenan al presentar festivales, ferias, shows y los más diversos eventos culturales. Así ocurrió esta vez con Performance, presentación de la Red de Danza en el marco del IV Festival Latinoamericano de Teatro (FLT), organizado por el Corredor Latinoamericano de Teatro (CLT). A lo largo de cinco días –del 19 al 23 de julio- nueve compañías de todo el continente presentaron en las salas de esta ciudad del sur bonaerense sus puestas en escena, entremezcladas con homenajes, debates y conferencias.

EL FLT es un festival itinerante que ya cruzó varias ciudades, entre ellas Pilar (Argentina), Santiago de Chile y Pachuca (México). El  movimiento constante es su cualidad excluyente. “El objetivo –cuenta Mauro Molina, su director- consiste en generar proyectos que enlacen comunidades y descentralicen el acceso a la cultura. Abrir oportunidades por fuera de los centros neurálgicos”.

El Corredor Latinoamericano de Teatro es una plataforma que procura fomentar el intercambio internacional de experiencias teatrales entre creadores, instituciones y organizaciones vinculadas a las artes escénicas del continente. “Proponemos pensar y repensar las artes en general y pensarnos a nosotros en búsqueda de una identidad cultural latinoamericana” remata Molina, entusiasmado.

“Tres Arroyos está teniendo una apertura muy grande hacia todas las iniciativas culturales», dijo Virginia Goicoechea, directora de Cultura y Educación de la Municipalidad de Tres Arroyos.

El CLT está compuesto por distintos grupos de trabajo que se asociaron formando redes que entretejen actividades diferentes y que están presentes en Argentina, Chile, México, Brasil, El Salvador y Colombia. Para este festival, también se abrieron las puertas a compañías y elencos de España, Portugal, Bolivia, y Uruguay.

La agenda del festival realizado en Tres Arroyos incluyó talleres y actividades de reflexión, clínicas internacionales, actividades artísticas y obras de teatro, atravesadas todas por una mirada social que insiste –con firmeza- en la inclusión. “Todas las obras tienen relación con el teatro político. Así como lo planteaban Piscator o Brecht. Pensamos que el teatro aporta a la transformación social”, opina Molina. En concordancia con su pensamiento, las propuestas estéticas estuvieron atravesadas por la memoria, la migración y las fronteras en el caso de la Compañía Migrants (Islas Baleares), o por el cuerpo femenino y los debates de género en las puestas del Grupo Dos Dois (Brasil). Mientras tanto, la militancia cultural y el lenguaje absurdo aparecieron reflejados en el trabajo del Bombín Teatro (Argentina), así como el lugar del Estado en el mundo del arte fue abordado por el Grupo Caníbal (Argentina). La Compañía Bobina (México), a su vez, se ocupó en las tablas de violencia hacia la diversidad sexual.   

La actividad teatral tresarroyense viene creciendo de manera sostenida desde hace muchos años. La construcción del Teatro Municipal hizo posible que más artistas pudieran mostrar su arte en el escenario. La iniciativa correspondió a un grupo de mujeres – liderado por Marina Villanueva- que en 1997 conformó la Asociación de Amigos del Teatro Municipal y le pidió al intendente que no demuela el mercado local para construir en su lugar una sala teatral. Al enterarse de este impulso, el productor Carlos Rottemberg  decidió dar el empujón final a esta tropa amiga del teatro y en el 2008 se logró inaugurar la sala. Por eso, no fue azarosa la elección de este espacio como sede del festival.

No obstante, la movida teatral recorrió también edificios, salones y hoteles. Entre ellos se encuentran el Club Español, la Sociedad Francesa con 122 años de antigüedad, y el “Hotel Plaza”, ubicado cerca del centro, lugar donde se hospedaron, en tiempos añejos, celebridades como Gardel, la actriz Malvina Pastorino y el Príncipe Bernardo de Holanda, entre otras figuras visibles. Los 150 participantes del festival también transitaron otros espacios que están emergiendo para transformarse en anclas culturales fuertes, como el Centro Cultural La Estación, al lado de las vías de un tren que ya no pasa, un área cuidada especialmente para la actividad artística local. Allí se llevó a cabo el homenaje al reconocido actor Ricardo Listorti.

El objetivo –cuenta Mauro Molina, su director- consiste en generar proyectos que enlacen comunidades y descentralicen el acceso a la cultura.

El crítico Jorge Dubatti abrió el ciclo de conferencias. Habló sobre una nueva formación de espectadores, y el rol del público en la valoración y apreciación del hecho escénico. Lo siguió Daniel Franco, quien abrió el debate acerca de la comunicación cultural. En los intercambios surgió la necesidad de desarmar el concepto de cultura como un generador de espectáculos sin contenido, volver a los talleres de arte como centros de recuperación, cambiar la óptica neoliberal e individualista y abordar el concepto de comunidad a través del otro como potencial aliado. “Tres Arroyos está teniendo una apertura muy grande hacia todas las iniciativas culturales. Creo que si buscamos cosas en forma más asociativa y cooperativa, con un equipo sólido que acompañe al gestor independiente desde el Estado, podremos llegar mucho más lejos regionalmente. No creo en las direcciones de Cultura como ventanas asistencialistas, sino en las direcciones de Cultura que promueven, apoyan, generan y que juntos van solidificando proyectos”, expresa orgullosa Virginia Goicoechea, Directora de Cultura y Educación de la Municipalidad de Tres Arroyos.

Un lugar donde te saludan al pasar y no es Penny Lane. Un artista que al entrar es aplaudido con fuerza. Algunos que se fueron a vivir a otro país y volvieron para revalorizar su territorio de origen. Un lugar donde lo local se planta frente a lo global, no como una contradicción, sino como un estímulo que permite avanzar en conjunto. Tres Arroyos fue testigo y motor de esta decisión. “Es admirable la seriedad, la responsabilidad y el compromiso con el que organizaron todo. Lo que apostaban valía la pena y le pusieron el cuerpo y el alma, entonces bienvenido sean los festivales con estas características y ojalá podamos hacer muchos más”, cuenta la funcionaria, mientras camina con frío, abrigada con una bufanda.  

El próximo FLT será el año que viene en Chile. La cultura brilla en todos lados, en un cine, en un niño, en un libro o en un teatro. Lo dijo León Gieco y los rostros sonrientes que cerraron con un asado el evento.

El CLT está compuesto por distintos grupos de trabajo y están presentes en Argentina, Chile, México, Brasil, El Salvador y Colombia.

Actualizada 26/07/2017​

Cultura para pocos

Cultura para pocos

El 31 de julio dejará  de funcionar el cine Espacio INCAA Arte Cinema.  La fecha fue establecida por sus dueños al enterarse, a principio de junio, de que el INCAA no renovará el convenio que mantenía con ellos por la utilización de las tres salas ubicadas en Salta 1620, a pocas cuadras de la Estación Constitución. Sus precios populares (la entrada cuesta 15 pesos) y su emplazamiento en un barrio con bajos recursos y grandes carencias, permiten el acceso al mundo cinematográfico de los sectores de la población más postergados.  Además, el complejo funciona como un gran difusor de películas de autor y de cine nacional, que no encuentran lugar en el circuito comercial. Ante el despojo de un espacio tan valioso para el barrio, los vecinos comenzaron a autoconvocarse todos los miércoles en la puerta del cine para visibilizar la problemática y a organizarse en asambleas. Ya juntaron más de 3.000 firmas contra el cierre y este sábado 15 de julio se realizará un festival desde las 15 con murgas y bandas en vivo para continuar con la difusión del conflicto. Todavía no obtuvieron respuestas esperanzadoras de parte de las autoridades del INCAA, pero ellos continúan en la defensa de un derecho impostergable: el acceso a la cultura.

Ante el despojo de un espacio tan valioso para el barrio, los vecinos comenzaron a autoconvocarse todos los miércoles en la puerta del cine para visibilizar la problemática.

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Aunque todavía no las 18:30, ya es de noche en la alborotada intersección de las calles Salta y Juan de Garay. Un grupo de personas comienza a desplegar pancartas, pegar carteles, enchufar equipos y armar la mesa donde se juntarán las firmas. Algunos curiosos miran sin detener su marcha vertiginosa en esa hora pico. Otros se detienen, preguntan, adhieren al reclamo y firman. “Tenemos un hermoso cine en Constitución, conózcalo. No permitamos que nos lo quiten. Reaccionemos. No al cierre de Arte Cinema”, dice una mujer por megáfono. La gente comienza a juntarse.

“El barrio quiere que esta fuente de cultura popular se mantenga abierta”, manifiesta Néstor, integrante de la asamblea y organizador del festival.  “Es muy importante mantener un cine en un barrio como este. Se acerca mucha gente que vive en la calle, o familias que de otra manera no podrían llevar a sus hijos al cine. Con el precio que te sale una entrada en una multisala, acá ven la película cinco personas , y hasta se compran  pochoclos.” Aunque viva en Avellaneda, Néstor se acercó un miércoles para participar del reclamo como asiduo concurrente del cine, y ahora está comprometido de lleno en esta lucha.  “A pesar de que el cine tiene un buen nivel de espectadores, se va a cerrar de todas formas. Hay un tipo de sala que quiere mantener la actual gestión del INCAA  y hay otras que no, por eso el ensañamiento contra ésta. Creo que el cierre de Arte Cinema encaja en una política de ir destruyendo lo público, lo popular, en todos los ámbitos. Incluyendo la cultura. La única manera de torcer esto es con organización y que el reclamo se vuelva masivo. Esperamos que el sábado venga mucha gente y que esto se visibilice lo más posible”.

Julia vive en San Telmo y es clienta del cine hace años. Aprovecha el descuento del 50% para jubilados ($7,50) y se va a Constitución en colectivo para ver películas. “Vengo por los precios y por la buena calidad de las proyecciones que siempre hay acá”. Mientras reparte volantes que informan del próximo festival, agrega: “El cine, al ser tan barato,  es una opción para gente de otros barrios. Viene mucha gente de Avellaneda en tren, de Quilmes. También de Floresta, Flores, Villa Luro. Es un cine que ya está instalado en el barrio, que lo cierren sería como quitarle un pedazo de cultura a Constitución.”

 

El micrófono montado en plena vereda queda abierto. Se animan a pasar para dar su respaldo y su opinión artistas, vecinos, realizadores cinematográficos,  jubilados, miembros de organizaciones comunitarias y estudiantes. Hay miembros del centro de estudiantes de la Facultad de Avellaneda, de la Escuela de Música Popular de Avellaneda, y del ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica). Esta última también se encuentra en conflicto, ya que fue intervenida y su ex-rector, Pablo Rovito, invitado a renunciar por el Ministro de Cultura Pablo Avelluto, el pasado mes de abril. Rovito también es uno de los dueños de Arte Cinema, y su mala relación con los funcionarios del gobierno favoreció al hostigamiento contra el cine.

Ya juntaron más de 3.000 firmas contra el cierre y este sábado 15 de julio se realizará un festival con murgas y bandas en vivo para continuar con la difusión del conflicto.

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Arte Cinema fue creado por  iniciativa privada en el año 2009. Los empresarios Daniel Burman, Diego Dubcovsky, Fernando Sokolowicz, Pablo Rovito y los españoles Jose María y Miguel Morales formaron el Grupo Aleph y construyeron las salas. El proyecto fracasó y al año siguiente el INCAA se hizo cargo del establecimiento mediante el pago de un alquiler. Este proyecto volvió a fracasar y ese mismo año cerró sus puertas nuevamente. Pero en 2011, pasó a ser parte del Espacio INCAA y comenzó a funcionar con el nombre de Cineclub Km. 3 Arte Cinema.

En la actualidad es el segundo Espacio INCAA con más concurrencia del país y el único ubicado en la zona sur de la ciudad. Los dueños ya avisaron a los únicos cuatro empleados que pondrán en venta el establecimiento a partir del 31 de julio frente al desinterés del Estado Nacional por mantener el complejo. Los directivos, con intención de que el cine pueda seguir funcionando, ofrecieron a las autoridades del INCAA no percibir el cobro del alquiler y que el Instituto se haga cargo solamente de los sueldos y el mantenimiento del lugar. Pero no hubo caso. A fin del corriente mes mandarán los telegramas de despido y pagarán las correspondientes indemnizaciones a los empleados, quienes sueñan con una reubicación y ante esta situación, prefieren no involucrarse en la protesta ni formar parte de las asambleas: ellos siguen haciendo su trabajo mientras afuera un grupo de vecinos se auto organiza para evitar que desaparezca el cine.

El INCAA es el objetivo

A fines de junio el fiscal Guillermo Marijuan, a partir de una denuncia de la Oficina Anticorrupción precedida por Laura Alonso, imputó a tres ex directores del INCAA: Alejandro Cacetta, Liliana Mazure y María Lucrecia Cardoso,  por supuestas irregularidades en el alquiler del complejo Arte Cinema, junto a otras contrataciones irregulares de un servicio de transporte. El contrato por el alquiler del complejo de salas estaba vencido, pero el INCAA había desarrollado un convenio con el cine que se mantuvo de hecho en los últimos años. Miembros de la comunidad cinematográfica denuncian una persecución realizada por el ministro Avelluto, quien utiliza el argumento de la lucha contra la corrupción de la gestión anterior para llevar a cabo los recortes en el sector.

ANCCOM dialogó con Camilo Moreira Biurra, delegado general de la junta interna de ATE en el INCAA, quien denuncia la situación que se vive en el organismo: “Desde que llegó Cacetta en diciembre del 2015, se impuso una nueva lógica dentro del INCAA, en donde se adoptó una impronta que responde más a la lógica de mercado”. Cacetta ‘fue invitado a renunciar’ a su cargo como presidente en abril,  a partir de un informe presentado por Eduardo Feinmann en el programa Animales Sueltos, conducido por Alejandro Fantino y emitido por América. En su lugar asumió el vicepresidente del organismo y amigo personal de Mauricio Macri, Ralph Haiek. Los datos presentados en el informe eran poco precisos, incluyendo graves errores en la investigación y en las acusaciones. Igualmente a  Avelluto, quien no se sentía cómodo con la afinidad de Cacetta con algunos miembros del INCAA relacionado con el kirchnerismo, le sirvió como excusa para pedirle la renuncia. Lo mismo con el rector de la ENERC, Pablo Rovito, y con otros gerentes y directivos del INCAA. “Fue todo una bizarreada, una burda operación política y mediática”, sostiene Camilo. “El gobierno de Mauricio Macri tiene una política cultural que responde al mercado y no contempla a la Cultura como un derecho inalienable de todas las personas. Al hablar con los nuevos directivos del INCAA uno se da cuenta de esta visión: ellos se preguntan para qué invertir en una película que no va a tener mucho público. Parecería que uno está hablando con privados y no con funcionarios del Estado”, explica el delegado de ATE, y agrega : “Cuando asume Cacetta, lo que viene a hacer es modificar el plan de fomento. Con los nuevos requisitos muchas películas de bajos recursos no pueden acceder a los fondos. Se da más plata, pero para hacer menos películas. Esto beneficia a los grandes productores. Luego, Haiek viene a profundizar esta intervención en el plan de fomento”.

El 31 de julio dejará de funcionar el cine Espacio INCAA Arte Cinema.

La intervención en el INCAA está íntimamente relacionada con la derogación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Desde el gobierno se busca dar de baja el impuesto del 25% que se le cobra a las empresas de radio y televisión. “Es una transferencia de ingresos desde el sector público hacia el sector privado, porque los grandes beneficiarios  son la grandes empresas que brindan estos servicios como Cablevisión”, denuncia Moreira Biurra.  “Pero al mismo tiempo está pasando algo muy grave y es que hay una parálisis en el pago de las cuotas de las películas que ya están en proceso. Hoy en día no hay ninguna película en rodaje y eso es algo gravísimo. Con la reestructuración del INCAA hay una nueva camada de gerentes y directivos que no están habilitando los pagos para el fomento de la producción nacional”, continúa, y analiza que cuando Haiek asumió hace dos meses comenzó a manifestar que la parálisis en el sector era por la cantidad de trabajadores que tiene el INCAA cuando en realidad lo que intentaba era preparar el terreno para los despidos. Y concluye: “Son los funcionarios quienes están desfinanciando el cine nacional, quienes desvían fondos, subejectuan presupuestos. Este año se viene ejecutando entre un 25 y 28% del presupuesto de todo el año. Dentro del INCAA hay recortes por todos lados y lo que sucede con Arte Cinema es una muestra más de ese ajuste sobre la cultura”.

 

Actualizada 13/07/2017

“Hay una política de distracción a través de la imagen”

“Hay una política de distracción a través de la imagen”

En diálogo con ANCCOM, analiza el lugar relegado del muralismo dentro de las políticas culturales durante el kirchnerismo y su promoción en la variante publicitaria en el gobierno de Cambiemos. Además, frente al escrache sufrido al mural en homenaje a Madres de Plaza de Mayo en Avellaneda, propone la réplica de la obra.

¿En qué corriente se inscribe el tipo de muralismo al que te dedicás?

Está dentro del muralismo latinoamericano, que lo que tiene es la particularidad de que surge de una actitud crítica de un artista frente a un contexto social y político, algo que no se da en el resto del mundo. Lo que empieza a notarse es más la actitud del artista frente a una realidad o a un contexto social, más que la misma obra. Entonces se puede hacer una obra excelente, con todas las cuestiones técnicas y tecnológicas pero si eso no tiene una base de convivencia con ese medio social no cumple el objetivo de arte público.

«Lo que empieza a notarse es más la actitud del artista frente a una realidad o a un contexto social, más que la misma obra».

¿Qué es el “arte público”?

Todo producto estético y cultural en donde el artista interactúa con el medio social y le da significado a la obra. Y en el muralismo, de lo que uno quiere hacer a lo que queda en la pared hay un trayecto. Lo nuestro varía por el tiempo, puede variar porque nos equivocamos en el mensaje, porque la gente al final se arrepintió y quiere otra cosa. Hay que estar dispuesto a entender que lo que se está iniciando es un punto de comunicación con la gente.

¿El muralismo aporta en la lucha por el sentido?

En verdad, una cosa es lo que uno puede pensar que puede brindar el muralismo y otra cosa es la realidad, porque el muralismo no ocupa el lugar que se pretende y en las políticas culturales no está contemplado. Yo adherí al proyecto nacional de Néstor y Cristina en su momento, pero el muralismo no se benefició en nada, se lo metía dentro de proyectos de desarrollo social,  ni siquiera educativos. Cuando la gente no tiene un micrófono, se apropia de un pincel o de un aerosol, y si eso aparte del mensaje tiene un contenido estético, es revolucionario. Esto no se lo contempla como un hecho cultural que necesita de educación y de un proceso de aprendizaje, y menos que al mismo tiempo pueda ser una fuente de trabajo. Entonces, la disputa de siempre no es tanto por los significados, sino por los proyectos culturales, por la inclusión del muralismo en ellos. La derecha siempre lo tiene, lo entendió mejor.

pinceles

«En general, en casi todos los municipios donde ganó el macrismo hay una política de distracción a través de la imagen, se podría decir de embellecimiento urbano».

¿Y cuál es la política pública de Cambiemos frente al muralismo?

En general, en casi todos los municipios donde ganó el macrismo hay una política de distracción a través de la imagen, se podría decir de embellecimiento urbano. Como diciendo: “Nosotros embellecemos, no decimos nada, no estamos tratando de convencerte de nada ni que vos hables a través de nada, estamos haciendo más bella nuestra ciudad”. En ese punto, lo que se hace es tratar de buscar individualidades que traten de no agruparse, de no pensar en lo que es el trabajo con el vecino, sino ir con un proyecto ya armado. Entonces lo que le importa al Gobierno es que pintes la pared y ya está. Y te paga, te da una súper máquina para que pintes solo, salís en los diarios y te promueve a otros festivales parecidos en el mundo. De ahí sale el muralismo publicitario, porque llegás a una exposición en una galería, vendés la misma imagen que hiciste  en una tela y ya está. Pero no es un hecho que tenga que ver con la organización social, tiene que ver con vos, nada más. Eso son los proyectos de la derecha: desmovilizar.


En Avellaneda hubo un escrache al mural de las Madres y un año atrás también un mural de Mariano Ferreyra había sufrido un ataque parecido. ¿Qué es lo que hay por detrás de estos ataques?

Siempre va a ver iconoclastas de la imagen, gente que se la agarre con las imágenes como valor simbólico. Es una puja de sentido constante, lo que hay que tratar de hacer es o mejorar los lugares donde se los hace o tratar de hacerlo más veces. Hay que tratar de reforzarlo desde la actitud, no quedarse con una sola obra, hay que hacerlos por todos lados y que se tomen el trabajo de ir a taparlos. O sea que tenemos que entender que en este punto, los detractores siempre van a estar.

¿Alguna vez te pasó con alguna obra tuya?

Hice un trabajo de Paco Urondo en Guaymallén y lo tapó la gente de la misma municipalidad. Después desbordó el Facebook de mensajes hacia el intendente y me tuvo que llamar para que vaya de nuevo. Y les dije: “Hice el mural pero ustedes tenían que cuidarlo, no me puedo estar lamentando porque no hicieron su trabajo”. Entonces les planteé que el mismo mural no iba a hacer,  que podía hacer otra cosa, redoblarles la idea, si antes no les había costado nada ahora sí, cuando lo hice por primera vez fue parte de un proyecto de desarrollo social y ahora no. Entonces lleve cinco muralistas más, hicimos muchos más muros y le doblamos el lugar.

«El arte público es todo producto estético y cultural en donde el artista interactúa con el medio social y le da significado a la obra».

Su caja de pinceles.

Actualizada 27/06/2017