Jun 21, 2017 | Vidas políticas
El cielo matutino se enciende. El frío de la noche persiste en las paredes de la estación Constitución. La gente llega abrigada, se saluda, aparece el mate y la charla risueña, el debate, el silencio, el abrazo y algunos besos a escondidas. El tren ya está en el andén. Unos operarios hacen señas, con gesto fraterno, y rápidamente la multitud llena los vagones. Torta frita, chipá y facturas circulan en grandes canastas. En un rincón, un joven ceba con un termo que tiene los ojos de Chávez, unos dedos en “V” y dos leyendas: “Basta de gatillo fácil” y “Aborto legal”. En el furgón, un grupo despliega una bandera argentina. Se arenga, se mira, se reconoce, se comparte el momento con los “conocidos” de ningún lugar, y se canta: “Somos los de la patria de mi comandante / Somos el proyecto popular / Vamos con la bandera de Evita adelante / No vamos a dar ni un paso atrás”.
La formación se detiene en Sarandí y todo el mundo se baja. Allí son recibidos por una banda de trompetas y bombos y empiezan a caminar hacia el estadio. “El único lugar para un genocida es la cárcel común”, dice un grafiti en la calle. Más allá, hay un mural dedicado a Milagro Sala y carteles que anuncian que “Cristina vuelve a Avellaneda”, así como otro que pide “Igualdad, amor, trabajo, dignidad, derecho, salud y lucha”. Se ven banderas wiphalas, LGTB y argentinas con una raya roja cruzada. También remeras de Ni Una Menos y las que dicen “Me verás volver”. Cristian imprime y vende remeras. Julieta, su pareja, se encarga de coser las mangas. “Hace un año compramos la máquina de coser y es nuestra changuita. Las hacemos mediante técnica de transfer, los dibujos son fotos de murales hechos en distintas ciudades. Salvo esta, que dibujó mi vieja, y esta otra, una amiga”, señala Cristian.

“Somos los de la patria de mi comandante / Somos el proyecto popular / Vamos con la bandera de Evita adelante / No vamos a dar ni un paso atrás”, fue uno de los cánticos de la mañana.
Se respira un clima de compañerismo y familiaridad. Padres, madres, tíos e hijos inundan los alrededores de la cancha de Arsenal. “Trabajo en una agencia de turismo pero como la guita no alcanza, me vine con la ´Nona´ a hacer una changa”, cuenta Alberto, de Don Torcuato, quien junto a su tío Marcelo hicieron más de mil empanadas. “Desde ayer a la tarde que salí de trabajar que estoy con esto. Pasé por mi casa, agarré un par de cosas y me fui a lo de mi vieja a cocinar”, añade. Terminaron el relleno a las 5 y desde esa hora se turnaron con Marcelo e Hilda para saber si podían instalar el puestito. Marcelo no llega a fin de mes. “Esperemos que nos vaya bien, porque encima después de tanto esfuerzo tenemos que dividirnos lo recaudado. Y si llegan a sobrar empanadas, al menos tenemos para cenar hoy”, se consuela. La hija de Hilda y madre de Alberto estudia Derecho en la Universidad de Madres de Plaza de Mayo. Los tres, después de picar diez kilos de carne y de cebolla toda la noche, alientan a la gente a que se lleven ya el almuerzo del Día de la Bandera.
Asomarse a la platea del estadio, luego de subir las escaleras, es un golpe sorpresivo: miles de mujeres, varones, adolescentes y niños y un cántico: “Con Cristina vamos a correr a todos los gorilas / Vamos a construir una nueva Argentina / Que lo sepa el campo y la oligarquía / Venceremos”. La imagen es un mar de sonrisas. “Por fin volvemos a tener un acto patrio”, grita un muchacho de manos gruesas. Una mujer, con una manta que la protege de la fresca, pregunta: “¿Vos decís que no se presenta?”. Se llama Analía, vive en Florencio Varela con su marido y sus tres hijos. Ella es ama de casa y su marido operario. “Tenemos que salir a hacer changas como cortar el pasto o arreglar algo para sacar unos pesitos más. La AUH la usamos para pagar los servicios, ni pensar en comprar zapatillas”.

“Pero con ellos no tenemos futuro”, dijo la exmandataria.
Sebastián llegó con un amigo desde Moreno. Se tomaron un tren y un colectivo. Como todos los días, se levantó a las 5. “Soy remisero y el trabajo me bajó casi un 80 por ciento. Por momentos estoy desesperado”, confiesa. Alguien, a unos metros, se queja: “¡Nos quieren endeudar por 100 años!”, pero una voz más fuerte lo interrumpe cantando: “Cristina es del pueblo y del pueblo no se va”, y entonces Cristina pronuncia sus primeras palabras y el pueblo escucha. Afuera del estadio, se observa a los miles que no lograron ingresar, sentados en el alto terraplén de las vías del Roca, en una suerte de quinta tribuna. Adentro se ven buzos de Aerolíneas Argentinas, de YPF y hasta de Boca y de River, pero todos con alguna prenda celeste y blanca sobre sus hombros o sus cabezas.
Cristina dice que es obvio que tiene pasado, “pero con ellos no tenemos futuro”. Después se rodeó de pueblo sobre la tarima en que habló, ubicada en el centro, casi al nivel de la gente. Subieron investigadores que perdieron sus becas, discapacitados que se quedaron sin pensión, pequeños empresarios y comerciantes que se achicaron por los tarifazos y la recesión, maestras y directoras de escuela que no llegan a fin de mes, estudiantes que dejaron de cobrar el PROGRESAR, trabajadores que ahora son desempleados…
El cierre fue a puro himno, el público en vivo y, en los parlantes, Mercedes Sosa, la mujer que cantó que no todo está perdido. Los fuegos artificiales y el humo albiceleste crean la ilusión de un pueblo embanderado y, con los puños en alto y los dedos en “V”, se grita fuerte: “¡Viva la Patria!”. Y, como desde temprano a la mañana, se sigue cantando: “Este sentimiento se lleva en la piel / La derecha ya no lo puede creer / Este pueblo siempre va a seguir luchando”. Amén.
Actualizada 21/06/2017
Nov 24, 2016 | Entrevistas
“Queremos cambiar el paradigma de plan social por el paradigma del salario social complementario”, plantea Leonardo Grosso, diputado nacional por el bloque Peronismo para la Victoria, uno de los impulsores de la Ley de Emergencia Social, que obtuvo media sanción en el Senado la semana pasada. En su oficina de la calle Riobamba el legislador, miembro del Movimiento Evita, habló con ANCCOM sobre su decisión de alejarse del Frente para la Victoria, el peronismo y el rol que ocupan los dirigentes opositores, como Cristina Fernández de Kirchner.
¿Qué establece específicamente la Ley de Emergencia Social?
La ley tiene tres puntos. El primero es crear el programa de ingreso social con trabajo, declarar la emergencia social y plantear que, en el plazo de un año, el Estado, a través del Ministerio de Desarrollo Social y del Ministerio de Trabajo, tiene que crear un millón de puestos de empleo de la economía popular. El segundo punto establece las instituciones: el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular que, según algunos estudios, son más de tres millones, y el Concejo del Salario Social Complementario. Por ejemplo, la Federación de Organizaciones Cartoneras de la Argentina hizo un promedio del salario de los cartoneros, estableciendo que es de 5.000 pesos. Entonces, el salario social complementario de los cartoneros va a ser de 2.600 pesos porque es lo que le falta para llegar al mínimo, vital y móvil. Y el tercer punto es la actualización de las Asignaciones Universales por Hijo a la inflación del año. Si no queremos que se pierda capacidad de compra, hay que actualizarlas un 15% más. En debate en comisión en el Senado se le incorporó otro artículo, que es la emergencia alimentaria, que insta al Gobierno Nacional a aumentar un 50% las partidas alimentarias para las escuelas, comedores y merenderos.
¿Cómo surgió el proyecto?
La ley es, primero, una iniciativa del tridente de organizaciones piqueteras que se constituyó a partir de la llegada de Macri al gobierno, compuesto por la CCC (Corriente Clasista y Combativa), Barrios de Pie y la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular). El Movimiento Evita es parte de la CTEP, pero abarca también organizaciones de izquierda, cooperativas, cartoneros. Estas tres organizaciones marcharon desde Liniers a Plaza de Mayo el 7 de agosto, que es el día de San Cayetano, pidiendo paz, pan y trabajo, y empezaron a plantear la necesidad de declarar la emergencia social. Fue un mes en donde se habló de los nuevos pobres que había en la Argentina a partir de los datos de la UCA (Universidad Católica Argentina), de la desocupación, de la contracción del mercado interno, la devaluación, la inflación, por lo tanto pauperización de los niveles de vida del conjunto del pueblo argentino. Además, Macri había vetado la Ley Antidespidos y se volvieron a despedir, posterior al veto, 130 mil personas. A partir de todo esto, se estableció una reunión en el Senado donde las organizaciones fueron a contar esto. Había más de 17 senadores y 25 diputados de distintos bloques: desde Pino Solanas hasta (Miguel Ángel) Pichetto. Ahí se establece la posibilidad de hacer la ley.

Sin embargo, recibió críticas de sectores de izquierda.
Y de La Cámpora también. Nosotros les tenemos mucho cariño, son nuestros hermanos, pero ahora han hecho un comunicado planteando que esto era una medida coyuntural, entonces estamos un poquito enojados. Desde la izquierda también critican que sea coyuntural. Sí, bueno, chocolate por la noticia, no somos salames y las organizaciones, tampoco. Es una respuesta inmediata a la emergencia lo que estamos planteando. No queremos discutir cómo se resuelve mientras la gente se muere de hambre.
Desde el Gobierno plantean que la ley no es viable económicamente. ¿Cómo se financiaría?
Es increíble que digan eso cuando durante todo el año han transferido recursos a los sectores más concentrados. Es una cuestión de decisión política, no de financiamiento de recursos. El Gobierno entregó 63 mil millones de pesos anuales a tres empresas agroexportadoras y a dos empresas mineras, que encima son yanquis. Es el mismo Gobierno que le regala 19 mil millones de pesos a tres empresas eléctricas, una de las cuales es del primo de Macri. Ya con eso vos tenés, en siete empresas, 81 mil millones de pesos anuales: la mitad es lo que necesitamos nosotros para la emergencia social, para crear un millón de puestos de trabajo, y para tres millones y medio de Asignaciones Universales por Hijo. Por otro lado, armamos tres proyectos de ley para hacer un impuesto a empresas trasnacionales que invierten en la Argentina y, mes a mes, giran miles de millones de dólares al exterior. Y, esta semana, presentamos un impuesto al juego y a los plazos fijos en moneda extranjera mayores a un millón. Entonces hay posibilidades, si nosotros gravamos a los que más tienen y distribuimos. Y esta plata, que se gastaría en la emergencia social o que se invertiría en los sectores populares, rápidamente se volcaría al Estado con impuestos, porque los compañeros que menos ganan gastan todo en consumo, no ahorran.
El senador por Cambiemos Luis Naidenoff dijo que esta ley agita el fantasma del estallido social a fin de año.
El PRO vive adentro de un termo. La verdad es que no tienen ni idea de lo que está pasando. Este fue un año complicado, no es diciembre el mes complicado, y esto es un desastre para los sectores populares. Hoy los compañeros vuelven a pedir comida, y esa es una señal clara de cuál es la situación social este año a partir de políticas económicas viejas, porque son las mismas que usó Martínez de Hoz en la Dictadura, y las mismas que usó Cavallo en el menemismo y la Alianza.

Con respecto al Ministerio de Desarrollo Social, ¿cómo son las relaciones con la ministra Carolina Stanley? Emilio Pérsico manifestó que es necesaria la relación con el Gobierno.
Nosotros venimos hablando desde principio de año. Hay una mesa de diálogo abierta, por distintas cuestiones, entre las tres organizaciones y Stanley. Es buena la relación, pero eso no alcanza, lo sabemos y se lo decimos. Son vasitos de agua en el desierto. Si nosotros en el gobierno kirchnerista no podíamos resolver los problemas estructurales de la pobreza con política social, y había una política económica virtuosa, ahora que hay una política económica contraria a los sectores populares, mucho menos. Emilio es el que va a las reuniones con Stanley. Estamos tratando de hacer viviendas en la provincia de Buenos Aires con cooperativas sociales, pero la relación es gremial, no política. Algunos sectores que se paran desde un ideologicismo dicen que no hay que sentarse a hablar, pero es el Estado… nosotros no podemos no sentarnos a hablar. No es como la teoría de los troskos, cuanto peor, mejor; para nosotros es cuanto peor, peor. Si esto estalla, la gente sale a saquear, ¿y quién paga los costos de la crisis? No hay una sola crisis en este país que la haya pagado Techint, Macri, Clarín… estos tipos salen siempre por arriba. ¿Quiénes son los muertos del 20 de diciembre? No hay ningún banquero o funcionario muerto, sino pobres que fueron a protestar por comida o para que se vayan todos.
Nosotros eso no queremos más pobres muertos. Yo quiero construir una alternativa política, que este gobierno se vaya dentro de cuatro años, cuando se tiene que ir, y que nosotros no arranquemos de cero. Quiero tratar de estar lo más arriba posible. Néstor nos subió muchos escalones; bueno, yo de acá no me bajo.
¿Por qué vos y otros legisladores decidieron abrirse del Frente para la Victoria? ¿Tuvieron que ver los hechos de corrupción?
Se utilizó eso porque fue una semana después del tema del bolso de José López y ese espectáculo tragicómico de la historia argentina. Pero nosotros decidimos armar un bloque aparte con los diputados del Movimiento Evita porque no estamos de acuerdo con la política que lleva adelante el FpV. La discusión la tuvimos adentro durante cinco meses, y sigo insistiendo en que el FpV persiste en ese error: muchas veces se cargan las tintas sobre los sectores de la oposición, y no sobre Macri. Y hoy tenés un adversario común mucho más importante que las diferencias que vos puedas tener con tus pares de la oposición. Eso va más allá de que lo quieras traducir, después, en términos electorales. Es muy difícil que, por ejemplo, nosotros y Massa terminemos juntos, o que La Cámpora y los socialistas terminen juntos, pero nosotros acá podemos hacer una articulación en contra de Macri. Porque lo hicimos con la Ley Antidespidos, y porque lo podemos llegar a hacer con la Emergencia Social. Yo no puedo determinar la política a partir de quién bancó o no mi gobierno. Yo fui parte de ese gobierno, es mi gobierno, yo a Cristina la quiero, es una genia para mí, pero no acuerdo la estrategia política. Yo creo que el campo nacional y popular es más grande que el kirchnerismo y, de hecho, el kirchnerismo juntó un espacio enorme en el campo nacional y popular. Fuimos a elecciones con Scioli a la cabeza, pero perdimos. Entonces, eso que juntamos es mucho, pero no alcanzó porque ellos eran más. Ahora, nosotros tenemos el desafío de juntar un poco más, y eso no se hace cuestionando a los que estaban conmigo, o a los que no estaban conmigo que podrían haber estado. Yo cuestiono a Macri, no voy a cuestionar a Barrios de Pie porque no estuvo en mi gobierno, porque ellos están en la calle: sus compañeros son los mismos que los míos que se están muriendo de hambre por la culpa de este Gobierno. Y con la CGT pasa lo mismo. Yo no puedo discutir con Moyano para atrás porque no voy a estar de acuerdo con lo que hizo en las últimas elecciones, yo jamás hubiese ido a un acto con Macri para hacerle un monumento a Perón. Pero ahora tenemos que construir una nueva mayoría. Hoy es una situación política de defensiva popular. Hay que aplicar menos la política del codazo, de pelearle al de al lado tuyo, y empezar a hacer la política del puño, porque si pegamos entre todos, el puño es mas grande. Si nos codeamos entre nosotros, es imposible pegar para adelante.

¿Cuál será, entonces, el rol de Cristina Fernández de Kirchner en los próximos meses?
Es innegable que Cristina es una de las figuras más importantes de la Argentina. Tiene peso y está afilada en sus planteos al macrismo, pero depende de lo que ella quiera. Si quiere ocupar un lugar importante, va a colaborar en la construcción de una alternativa a esto. Si ella pretende ocupar un lugar de testimonio, en términos políticos, de poder ir marcando siempre donde está el error, pero sin la necesidad de tener una estrategia para gobernar, puede armar su propio grupo y expresar esa política sin la necesidad de confluir en algún frente. Yo creo que hay dos o tres estrategias que puede tomar ella. Hoy, por lo pronto, yo la veo ocupando el espacio opositor. De los dirigentes importantes en este país, no hay nadie más opositor que Cristina. El resto practica un opo-oficialismo, como dice (Horacio) Verbitsky.
¿Qué papel juegan otros peronistas, como Diego Bossio o Sergio Massa, en la escena política?
Tienen que definir si están en el espacio opositor o el espacio oficialista. Me parece que eso es cuestión de tiempo. Yo no estoy de acuerdo con la política de buscar traidores, fue una de las discusiones que tuve en el bloque del FpV cuando se fueron Bossio y los otros compañeros a armar el Bloque Justicialista. Uno no puede simplificar así la política porque, sino, tendría una lectura muy lineal que no permitiría hacer política en términos reales. Entonces, yo soy un poquito más respetuoso de esos compañeros. Tenemos excelente relación con (Oscar Alberto) Romero, el presidente del Bloque Justicialista, y trabajamos muchas cosas en común. Me parece que ese espacio es parte de la posibilidad que tiene el peronismo de rearticular una mayoría, con distintos niveles de protagonismo. Por otro lado, Massa tiene la disyuntiva de elegir entre Margarita Stolbizer y el peronismo. Yo lo veo más cerca de Margarita, pero allá él. Nosotros tenemos otra tarea: vamos a la calle, construimos base social para poder enfrentar y frenar este Gobierno, y vamos hablando con todo el peronismo, intendentes y sindicatos, tratando de armar alguna propuesta política interesante en la provincia de Buenos Aires.
¿Cuál es tu relación con el Municipio de San Martín y con el intendente Gabriel Katopodis?
Tengo excelente relación. Tenemos una alianza política con el intendente hace un tiempo largo. Hay compañeros del Movimiento Evita que están integrados a la gestión municipal. Este es el segundo mandato de Katopodis, y ha hecho una buena gestión; cualquiera, le guste o no, puede ver que San Martín está un poquito mejor. Con Katopodis venimos compartiendo mucho la mirada política de qué es lo que hay que hacer, y caminando mucho la provincia de Buenos Aires y el conurbano, articulando compañeros para poder establecer una alternativa política desde el peronismo, que se plante opositor al gobierno de Macri, y que permita ir articulando algunas propuestas interesantes.
¿Cómo es la relación de los intendentes de la provincia con el gobierno de María Eugenia Vidal?
Ellos tienen que hablar porque son intendentes y la señora es gobernadora, pero no resuelve mucho. La verdad es que el gobierno de Vidal es un desastre en materia de gestión. Todavía no construyó ni una casa y hace un año que está. Dijo que iba a hacer las grandes obras y lo único que hizo fue inaugurar un pozo que es un túnel de un paso bajo nivel. Si nosotros habíamos pensado que Scioli había hecho el desastre más grande que se puede hacer en la provincia en materia de seguridad, vino Vidal y lo empeoró.
¿Cómo se resuelven las negociaciones entre los gobernadores y el Ejecutivo?
El Gobierno utiliza los recursos económicos para extorsionar a los gobiernos provinciales. Pero los gobernadores de a poquito se van cansando de esa situación. Ellos avanzan con reclamos, el Gobierno les dice que sí, pero después les dicen no, o no les manda los fondos. Hay un problema que es estructural en Argentina, que nosotros no lo resolvimos durante doce años, que es la falta de federalismo en términos de recursos: hay una dependencia de las provincias y los municipios para con la Nación o con cada provincia, que es enorme. Y eso está mal que lo hagan estos, y también si lo hacíamos nosotros. Pero creo que ahora empeoró, porque otra cosa es un Estado que invierte, que alimenta el mercado interno, entonces vos tenés posibilidades de absorber recursos a partir del movimiento de la economía. En una situación de recesión, de ajuste, de transferencia, y de endeudamiento, es diferente. La única propuesta que hicieron desde el gobierno nacional para las provincias es endeudarse, y eso ya sabemos cómo termina.
Actualizado 24/11/2016
Jul 13, 2016 | inicio
“Hay una cacería y un acoso judicial sobre toda la dirigencia política del Frente para la Victoria. Buscan hacer tronar un escarmiento sobre el kirchnerismo no por sus errores, sino por sus aciertos”. El ex ministro de Defensa y actual integrante del Parlasur, Agustín Rossi, formula el diagnóstico al cierre de una semana en la que todas las pantallas volvieron a mostrar a la ex presidenta Cristina Fernández en los tribunales de Comodoro Py. En una entrevista exclusiva con ANCCOM, Rossi repasa la nueva realidad del peronismo y señala sin reservas las divisiones internas frente a la gestión de Mauricio Macri. Reivindica el liderazgo político de la ex mandataria y advierte que el gobierno intenta “quitarle derechos políticos” para impedirle que vuelva a ser candidata.
Sin embargo, Rossi también deja espacio argumental para la autocrítica. “Hay algo que tenemos que hacer tanto los dirigentes como los militantes: trabajar en un determinado sentido, no esperar que todo lo resuelva Cristina. Muchos de nuestros militantes se sienten huérfanos”, reflexiona.
Además, cuestiona la salida del Movimiento Evita del espacio, y analiza el impacto del caso López. “Es un hecho de corrupción flagrante, que se merece toda la condena política y social”, puntualiza.
Recientemente declaró que el caso López fue un mazazo para la política, Cristina Fernández dijo que significó “un golpe al estómago” y Fernando “Chino” Navarro lo comparó con un “terremoto”…
Fue un hecho que conmocionó a la sociedad argentina por grotesco y circense. Si se quiere, por el monto, 9 millones de dólares, por ver la plata en ese lugar, por la amplificación que le dieron los medios. No hay un video filmado que muestre a López tirando los bolsos por encima del paredón del convento, pero todo el mundo presupone que fue así (N de la R: la entrevista fue realizada antes de que se conociera el video que pone en discusión el relato de las religiosas del convento de General Rodríguez sobre el episodio). De todas maneras, fue un hecho que conmocionó a la sociedad argentina, un hecho de corrupción flagrante que se merece toda la condena política y social. Al interior de nuestro espacio político fue un golpe que afectó a nuestra militancia y a nuestro colectivo social, al sujeto social que se ha conformado con el kirchnerismo en los últimos años. Después se sucedieron una cantidad de cuestiones que tienen que ver con el debate y el posicionamiento político. El macrismo, un sector del Poder Judicial y los medios de comunicación intentan demostrar que la corrupción no fue un hecho aislado sino que fue un hecho estructural, sistémico durante los doce años de gestión de Cristina y de Néstor. Buscan el tiro de muerte para el kirchnerismo. A partir del caso López, se ha desatado una cacería y un acoso judicial sobre toda la dirigencia política del Frente para la Victoria. Los poderes en Argentina, lo que (Mauricio) Macri llamaba el `Círculo Rojo` o el establishment tienen tomada la decisión de hacer tronar el escarmiento sobre el kirchnerismo. No nos persiguen ni nos acosan ni nos condenan por nuestros errores sino por nuestros aciertos. Lo que quieren transmitirle el conjunto de la sociedad argentina o a la dirigencia política argentina es que el castigo va a ser tan grande para los kirchneristas, que a nadie se le ocurra por los próximos 50 años volver a gobernar como gobernaron Néstor y Cristina. La situación de López les resultó funcional.
El caso generó tensiones dentro del FPV, como la salida del Movimiento Evita. ¿Qué opinión le merece esta decisión? ¿Cuál es el futuro del PJ y del Frente para la Victoria?
La decisión de los compañeros del Movimiento Evita fue equivocada, errónea, no la comparto, tampoco me sumo a la campaña que les dice que son traidores. Son compañeros con los cuales espero, más temprano que tarde, volver a transitar el mismo camino. Me parece que ha sido un error porque la han tomado en momento de debilidad del FPV y está claro que fue computada a favor de nuestros adversarios políticos. Seguramente lo celebraron en Olivos o en la Casa Rosada. En segundo lugar, no la comparto porque me parece que fue una decisión presentada como que en el FPV no se ha tenido contundencia necesaria sobre la corrupción y que ellos sí quieren tenerla. Es como decir, ´nosotros queremos combatir a la corrupción y ustedes no tanto´. Sin dudas ha sido un error y lo que lo grafica es que todavía lo tienen que estar explicando. Cuando uno tiene que estar explicando tanto una decisión política es porque en algo seguramente se han equivocado. Tenemos que aprovechar este momento, claramente, para organizar el FPV. Muchos de nuestros militantes se sienten huérfanos, una sensación de orfandad que se tranquiliza cuando viene Cristina, pero Cristina vino el sábado a la noche y se fue a los pocos días. Y en el medio ¿qué? Nosotros tenemos que conformar una fuerza política en donde estén representados todos los sectores del kirchnerismo, sobre la base de tres premisas básicas: el reconocimiento del liderazgo de Cristina, la reivindicación de los 12 años de gestión y, finalmente, la decisión política de ser opositores al gobierno de Mauricio Macri. Eso también nos va a posicionar de una manera en el PJ, porque está claro que dentro de él hay dos posiciones. Una posición que es más conciliadora y más comprensiva del gobierno de Mauricio Macri, con una mirada de más lejanía con Cristina. Hay otra posición, de la que formo parte, que es más crítica al gobierno de Mauricio Macri, y que tiene una mirada de cercanía y reconocimiento del liderazgo de Cristina. En la primera posición esta la mayoría del bloque de senadores, están los gobernadores, la mayoría del Consejo del PJ.

«Cristina vino el sábado a la noche y se fue a los pocos días. Y en el medio ¿qué?», se preguntó Rossi.
En recientes declaraciones, Cristina Fernández pidió una auditoria a la obra pública para dar cuenta si hubo realmente sobreprecios. ¿Comparte esa propuesta?
Sin dudas, porque sino pareciese que el único contratista que tuvo sobreprecios en la obra pública fue (Lázaro) Báez, y hay una cantidad de contratistas en la obra pública en Argentina que, además de la obra pública, tiene una tendencia muy grande a la cartelización, a veces alrededor de los precios. Me parece que tiene haber una investigación y a partir de eso, sacar conclusiones, como también el juez deberá preguntar en algún momento quién le dio los nueve millones de dólares a José López, porque cuando alguien se corrompe hay un corruptor y un corrompido, es una mesa de dos, no es el Espíritu Santo.
¿El sector más cercano a Mauricio Macri dentro del PJ está aprovechando para correr del centro de conducción política a Cristina?
Sin dudas, nunca mejor aquella frase que tenía John William Cooke dedicada al peronismo, decía que “el peronismo es el hecho maldito de un país burgués”. Parece que eso se puede aplicar claramente hacia al kirchnerismo. Está claro que el escenario político es uno con Cristina dentro de la cancha y otro sin ella. Sin Cristina, el presidente hace y deshace las cosas a su gusto, transita la vida política de este país con muchísima comodidad, porque nadie lo incomoda. La “oposición política” no tiene ni el volumen ni la envergadura para confrontar con el presidente, como tampoco creo que tenga la voluntad política de querer confrontar con él, es decir, el escenario sin Cristina es de una única polaridad, que es la de (Mauricio) Macri. Con Cristina (Fernández) aparecen los dos polos, ella le da visibilidad a la oposición, le da relevancia a los planteos opositores, así que obviamente, la estrategia del macrismo es sacar a Cristina de la cancha, yo no creo, como dicen algunos que la quieren meter presa, creo que lo que quieren hace es quitarle los derechos políticos para que no pueda volver a ser candidata.
Casi en simultáneo al caso López se discutió y sancionó una ley de reforma del sistema jubilatorio….
En política pasan estas cosas, hay un hecho político que deteriora o que repercute en un espacio político y al adversario le termina favoreciendo, esto es claramente así. Espero que no suceda más, porque mientras discutimos el caso López, pasan elefantes adelante de nuestras narices. La reforma de la ley previsional es una vergüenza, porque en primer lugar, sigue jaqueando el financiamiento del sistema previsional, porque ya le quitaron el 15% de coparticipación de ganancia y se lo devolvieron las provincias. Ahora dicen que para pagar a los jubilados, van a desfinanciar el fondo garantía de sustentabilidad, que es lo que te da garantía del pago de jubilaciones futuras, devolviéndole o vendiéndole las acciones a las empresas o, por otro lado, vendiendo bonos del Estado. Si el gobierno lo hace, desfinancia el fondo de garantía de sustentabilidad y le quita ingresos al sistema previsional, no solamente por el 15% sino porque el sistema previsional tiene menos ingresos, porque hay menor recaudación impositiva y hay menor recaudación previsional, hay menos puestos de trabajo, hay más desempleo. Lo que todos tememos, es que en algún momento el gobierno diga este sistema no es sustentable, que es deficitario y amenace con algún tipo de reprivatización. La pensión vitalicia a los 65 años es una ignominia, nosotros siempre impulsábamos las moratorias, porque si un trabajador activo o una trabajadora activa llega a los 60 o a los 65 años y no tiene hechos los aportes por sus patrones, no es una responsabilidad del trabajador, es que el Estado no ha controlado bien aportes o que no se ha generado una política económica que le permita a ese trabajador tener un trabajo en blanco, entonces ese trabajador fue discriminado en su vida activa. Este sistema de la pensión consolida la discriminación, porque pagará solamente el 80% de lo que corresponde, en el caso de las mujeres eleva claramente la edad y en el caso de los hombres, no es hereditaria, es decir, el hombre que vive de la pensión, si mañana se muere, la viuda no cobra la pensión. La votación fue claramente perversa, como fue perverso el blanqueo de capitales, que quisieron hacer parte a los funcionarios, y que mediante la presión se modificó. No creo que ingresen los capitales a la Argentina, lo que van a hacer algunos es exteriorizarlo y lo seguirán dejando en el exterior, que funcionarios del Gobierno Nacional tengan cuentas en el exterior es una gran vergüenza. (Barack) Obama salió a criticar a los que tienen cuentas off shore, diciéndoles que era una barbaridad. Hay que avisarle a Obama que el 4 de julio su Embajada en Buenos Aires se llenó de una cantidad de argentinos que tienen cuentas off shore. Espero que la oposición se ponga los pantalones largos y que oponga a lo que se tenga que oponer porque sino a Macri le cuesta todo muy poco.

«Espero que la oposición se ponga los pantalones largos y que oponga a lo que se tenga que oponer porque sino a Macri le cuesta todo muy poco», aseveró Rossi.
¿Cuál es el rol que debe tener Cristina de ahora en más? ¿Cree que el año viene va a tener un papel mucho más importante o ser candidata?
No sé si ella va a ser candidata, me parece que no debe estar en su cabeza hoy pensar en tomar esa decisión. Sí me parece que tiene que estar al frente de la organización del Frente para la Victoria, asumiendo ya que no tenemos la responsabilidad de conducir al conjunto sino que tenemos la responsabilidad de construir nuestro propio espacio político. Está claro que cuando viene Cristina se modifica el escenario político, aparece una figura de envergadura ocupando un rol de centralidad en el archipiélago opositor y eso incomoda al gobierno. El gobierno se siente mucho más cómodo sin Cristina en la vida política activa, no hay otra dirigente en Argentina que genere lo que genera ella hacia el interior del pueblo, la única que puede dibujar una sonrisa o sacar una lagrima y eso es un liderazgo insustituible e indelegable, es de Cristina, lo construyó ella.
A veces ella dice que no hay ningún apellido salvador….
Me parece bien lo que hace ella, sino también hay una cosa del liderazgo, una cosa medio cómoda de todos nosotros, como que viene Cristina y nos resuelve todas las cosas. Hay algo que tenemos que hacer tanto los dirigentes como los militantes, que es trabajar en un determinado sentido, no esperar que todo lo resuelva ella. El FPV es una fuerza política que tiene organizaciones dentro de su seno como La Cámpora, Nuevo Encuentro, la Corriente Nacional de la Militancia, pero su militancia es, fundamentalmente, silvestre, inorgánica, del 100 % de la militancia del kirchnerismo, como máximo un 10 debe estar dentro de las organizaciones, el resto es una militancia mucho más abierta, que no tiene problema en estar en una agrupación y después en otra. Esa es la militancia, la que reclama un horizonte, ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo nos vamos a organizar? No les alcanza solamente con la definición del frente ciudadano, porque saben que esa es una construcción social, ¿Donde hay Frente Ciudadano? Hay frente ciudadano cuando los vecinos de Villa Gesell tomaron la cooperativa eléctrica, hay frente ciudadano en cada una de las multisectoriales que se conformaron en contra del tarifazo, hubo frente ciudadano en la movilización de los docentes y los estudiantes universitarios el 12 de mayo, me parece que eso es una parte, la otra parte es que hay que tener un continente político.
Por último, quería consultarle sobre lo que sucedió en Tiempo Argentino, un diario que fue vaciado por el empresario Sergio Spolzky y que hace una semana fue atacado por una patota…
Todo mi repudio al hecho y condena, y solidaridad con los compañeros de Tiempo Argentino, que ya vienen peleándola mucho. Primero tuvieron que sufrir vaciamiento y el abandono de Spolzky y Garfunkel, que eran los titulares del diario, y que ahora tienen que padecer este atropello, que no solamente se trata de la perdida, de haber violado una propiedad, de haber roto una cantidad de bienes y material de trabajo, sino que es un claro atentado contra la libertad de prensa. Espero que la justicia actúe rápido y condenatoriamente. Estuve escuchando las declaraciones del fiscal que no me dejaron conforme, espero que haya un pronunciamiento judicial lo antes posible y que se sepa realmente si hubo colaboración policial.
13/07/2016
Abr 14, 2016 | inicio
“Si la citan a Ella, nos citan a todos” fue la consigna que se convirtió en mandato popular. Así fue que, cuando la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner se presentó en los tribunales de Comodoro Py citada a declarar por la causa de dólar futuro, cientos de miles de personas de todo el país la acompañaron. Las caravanas habían salido de todas las provincias, se habían organizado por localidades y fueron llegando a la Ciudad de Buenos Aires durante la noche del martes y la madrugada del miércoles. Las primeras horas trajeron lluvia para aquellos grupos que decidieron acampar, realizar una vigilia, armar ollas populares y acompañarse en medio del frío, la ansiedad y la incertidumbre.
La ciudad no amaneció mejor: las gotas, finas pero constantes, caían sobre los militantes que se concentraban en los locales partidarios para esperar a compañeros, vecinos y vecinas. Mientras se hacían apuestas sobre cuánto tiempo más duraría ese clima, circulaban múltiples equipos de mate y alguna que otra galletita para paliar el ayuno involuntario. “Si seguimos esperando, vamos a llegar después que Cristina”, se escuchó. Se vaciaron los mates, se dejó lo innecesario, se cerró la puerta y a las 8:30 se llenó el colectivo.

Los cuerpos mal descansados aún tenían voz para entonar tantas canciones militantes como la memoria pudiera recordar. Algunos brazos marcaban el ritmo en el bombo, otros en el techo y las ventanas, mientras otras tantas manos aplaudían. Los autos pasaban con banderas, levantaban los dedos de la victoria, tocaban bocina y se perdían. El tránsito se fue poniendo pesado hasta que el micro estacionó frente a la terminal de Retiro. A partir de ahí, comenzaba la procesión.
Los grupos trataban de juntarse, de no perderse, de avanzar agarrados de la mochila o el hombro de quienes iban al frente. A los pocos metros de andar, mantenerse unidos se convirtió en una tarea casi imposible. Como en un círculo vicioso, la organización fallaba y entonces el desorientado se asomaba un poco entre la multitud, vislumbraba alguna campera fucsia o algún paraguas de colores que lo referenciara, lograba acercarse, se volvía a reunir con su agrupación y a los pocos minutos se repetía la historia. Igualmente, con colores, banderas, remeras, o no, nadie se preocupaba por estar perdido entre vendedores de pilotos de lluvia.
La periodista Cynthia García fue la encargada de dirigir el acto, de nombrar a los referentes, de explicar cuáles eran los movimientos de Fernández dentro del edificio imponente. Parecía ser que el kirchnerismo no había abandonado la conducción del Estado: los cánticos, los brazos agitándose, los encuentros inesperados, los Redondos sonando, las sonrisas. La novedad era el nuevo hit kirchnerista: “Bonadío, la concha de tu madre, Cristina es del pueblo y no la toca nadie”.

“Llegó Cristina Fernández de Kirchner”, se escuchó minutos después de las 11 y estalló la ovación: “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”. Gran parte de los presentes, que habían sabido manejar las ansias y distraerse durante la espera, se aceleró y comenzó a querer estar más cerca del escenario que recibía a su máxima referente política.
“Muchas gracias por este regalo que me dan de bienvenida y de amor”, fueron las primeras palabras para quienes habían pasado meses sin escuchar esa voz que los representaba. Muchos le gritaban su cariño, otros muchos sólo querían silencio para poder oírla. La vorágine de ruidos y complicaciones para escuchar lo que estaba diciendo duró apenas quince eternos minutos: “Quiero que estén todos muy tranquilos. Me pueden citar veinte veces más, me pueden meter presa, pero no me van a callar ni a hacer que deje de decir lo que pienso”.
La ex mandataria comenzó con un repaso histórico en el que remarcó las conquistas de las grandes mayorías populares durante los mandatos de Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón, y el retroceso que significó para éstas sus derrocamientos y el inicio de la última dictadura cívico-militar de 1976. Aclaró: “Los que cambian la historia son siempre los pueblos. Hay dirigentes que se hacen cargo de esos cambios. El movimiento nacional y popular encarnó en las figuras de Juan Domingo y Eva Perón, que construyeron historia y época, con los derechos adquiridos, con la transformación social, con la movilidad social ascendente”. Aprovechó el momento para realizar un paralelismo entre aquellos períodos históricos y la nueva etapa que comenzó en el país con la asunción de Mauricio Macri como presidente: “La década infame arrasó con derechos, garantías, libertades. Con entregas vergonzosas de nuestra soberanía nacional. Lo mismo pasó cuando derrocaron a Perón y ni hablar de la proscripción y los decretos prohibiendo decir ‘Perón’, ‘Peronismo’, ‘Eva Perón’. Yo estoy segura de que si pudieran prohibir la letra K del abecedario, lo harían”.

Luego sostuvo: “Los procesos moralizadores que sacaron a Yrigoyen, a Perón y el que llegó el 24 de marzo, venían por los derechos y las conquistas que habían logrado millones de argentinos que habían mejorado su vida en esos proyectos políticos, que no son otra cosa que el movimiento nacional y popular que se encarna en las distintas épocas, bajo distintas formas. Por eso yo soy el obstáculo. Ayer escuché a una señora que decía que tenían que inhabilitarme de por vida para ocupar cargos públicos. La proscripción otra vez en Argentina. Qué poco originales”, se refería a las declaraciones de la diputada del GEN, Margarita Stolbizer.
Cada vez que los chiflidos y las voces se alzaban en repudio, ella levantaba una mano, calmaba a la multitud e indicaba: “No se enojen con su amigo ni con su pariente ni con su vecino por cómo votó. No todos tienen o la capacidad o la actitud o la militancia para poder defenderse de medios hegemónicos de comunicación que les picaron la cabeza durante años con mentiras e infamias. Les propongo conformar un gran frente ciudadano, en el cual no se le pregunte a nadie a quien votó ni de qué partido es, sino que se le pregunte cómo le está yendo. Mejor que antes o peor. El punto de unidad es reclamar por los derechos que les han arrebatado”.
Una nueva novedad musical comenzó a surgir: “Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta tiene cuenta en Panamá”. Había llegado el momento en que la ex presidenta se pronunciara abiertamente sobre quien lidera actualmente el Poder Ejecutivo: “Los que querían llevarnos al mundo, nos han llevado. Hoy estamos en todos los diarios y noticieros internacionales, menos en los de Argentina. ¿Se imaginan si yo hubiera sido presidenta con un antecedente de haber sido absuelta por contrabando agravado? Durante mi gobierno se la pasaron buscando la ruta del dinero K y buscándola se cruzaron con la ruta del dinero M. ¿Se imaginan si hubieran descubierto sociedades y cuentas offshore a nombre mío? Esto demuestra que los argumentos tienen un solo objetivo: ir por los derechos adquiridos, por el bienestar que los argentinos se ganaron durante estos doce años y medio de gobierno en el cual generamos millones de puestos de trabajo”. Se refirió entonces a los miles de despidos, tanto del sector público como del privado, y destacó que la cantidad es mucho mayor en este segundo ámbito: “Hay empleados que cambian sus perfiles en Facebook o en Twitter porque tienen miedo. No quiero que los argentinos tengan miedo. Nunca lo tuvieron durante mi gestión. Podían insultarme, podían agraviarme, porque son los juegos de la democracia. Necesitamos que ningún empleado público tenga miedo a ser echado por lo que piensa, por lo que dice o por dónde milita. Qué es eso de que no se puede militar. Qué es eso de que los partidos políticos son estigmatizados”.

Finalmente, llegó el momento más esperado. La necesidad de justificar el silencio desde el 9 de diciembre de 2015 -cuando dio su último discurso al frente del gobierno nacional y fue despedida en la Plaza de Mayo por una multitud- y de orientar sobre el futuro: “Como ex presidenta, he guardado un respetuoso y democrático silencio por respeto a la voluntad popular. Pero la voluntad popular no la tiene que respetar sólo la oposición, sino el gobierno que ganó diciendo que no iba a devaluar, que no iba a haber tarifazos, que no iba a haber ajuste. Les propongo que seamos capaces de conformar un gran frente ciudadano. Convoquen a los frentes sindicales también, a esos que nos hacían huelga porque no querían pagar impuesto a las ganancias, y hoy están echando a la gente como perros y no dicen nada. Quiero que la gente vuelva a ser feliz en Argentina. Quiero que vuelva a tener libertad. No quiero que una dirigente social como Milagro Sala esté encarcelada sin que se sepa a ciencia cierta de qué se la acusa, de qué se la juzga, porque atenta contra los más elementales derechos y garantías de una democracia. En cuanto a mí, no se preocupen. Ustedes saben que voluntaria y explícitamente renuncié a tener fueros. No los necesito. Tengo los fueros que me dio el pueblo en doce años y en dos elecciones consecutivas”.
Cristina se despidió, cariñosa, sonriente, luego de una hora cargada de emociones acumuladas durante meses. A lo largo de los minutos finales de su discurso, se empezó a sentir el calor golpeando de lleno en los cuerpos húmedos de los 200 mil ciudadanos. Cuando sonaron los primeros acordes ricoteros de “Juguetes perdidos”, mientras la militancia se reconocía, se abrazaba y se buscaba, como en cada cierre de discurso, comenzó a asomar el sol.
Actualización 14/04/2016