Vecinos y trabajadores de la feria de libros en contra de la decisión del Gobierno de la Ciudad de reabrir la Calle Beauchef.
Centenas de vecinos abrazaron el Parque Rivadavia el pasado sábado para oponerse a la apertura de la calle Beauchef. El gobierno porteño ya comenzó la obra, que bordearía el edificio que ocupan la Escuela Normal N° 4, el Liceo N ° 2 y profesorados docentes. Los puestos de la tradicional feria de libros ya fueron trasladados a la Avenida Rivadavia, los árboles resultaron talados y las mesas de ajedrez removidas. La comunidad educativa, además, alerta que, con una nueva arteria abierta al tránsito, se pondrá en riesgo la entrada y salida de niños y niñas del nivel inicial.
Todo comenzó el 7 de enero, a las 7 de la mañana. Ese día, integrantes de la Cooperadora del Normal 4 acudieron a la institución, con el objetivo de controlar las obras de mejora, que estaban previstas durante el receso escolar, para que todo estuviera listo para marzo. Sin embargo, el verde de los árboles y los puestos que se encontraban al costado de la escuela y constituían el paisaje tradicional del Parque Rivadavia, habían cambiado. Esa mañana, de manera sorpresiva aparecieron cercas metálicas amarillas, árboles talados y cinco camiones de Gendarmería.
En esa jornada nació la lucha de la Cooperadora del Normal 4, de la Feria del libro del Parque, de la ONG S.O.S. Caballito, de los vecinos y de todos aquellos que se solidarizaron para defender un espacio, que ya había corrido peligro en 1993 y que, debido a la barrial lograron, en aquel momento, parar las obras.
Esther, vendedora de libros frene a su puesto que fue dañado durante el desalojo.
Abrir la calle Beauchef al tránsito y unirla con Ambrosetti, por medio de la Avenida Rivadavia, es el argumento que se sostiene como solución para evitar el congestionamiento de vehículos que se genera en Rosario y José María Moreno. La obra se inscribe dentro de las reformas que permite el nuevo Código Urbanístico de la Ciudad.
El sábado 12 de enero a las 16, más de 200 vecinos se juntaron en asamblea, en la cual ratificaron la consigna “sí al parque y no a la calle” y decidieron que el 19 de enero a las 12 se realizaría un abrazo simbólico al Parque.
El lunes 14, una comisión de vecinos fue recibida en la Defensoría del Pueblo. Allí presentaron sus objetivos para salvaguardar el Parque y sus reparos a la apertura de la calle Beauchef. La Defensoría se expidió y se comprometió a participar del abrazo. El mismo día presentaron un amparo judicial en conjunto entre el comunero de Caballito Osvaldo Balossi, de Unidad Ciudadana, la Cooperadora del Normal 4, la ONG “SOS Caballito” y el Observatorio por el Derecho a la Ciudad.
Durante las semanas previas, por las tardes, los vecinos se convocaron para juntar firmas, charlar, concientizar a otras personas y convocarlas a defender el espacio verde, tan histórico como querido y necesario en una zona con mucha densidad edilicia. El abrazo al Parque Rivadavia, el 19 de enero al mediodía, debía ser multitudinario y así lo fue.
Estaba convocado para las 12, pero varios minutos antes, la puerta del Normal 4 estaba rodeada de madres, padres, adolescentes, abuelos y legisladores como Javier Andrade (FPV) y Gabriel Solano (Frente de Izquierda). También se hicieron presentes otros dirigentes, como Eduardo Jozami y representantes del gremio docente UTE. Allí, los integrantes de la Cooperadora de la escuela lucían pecheras blancas con una insignia redonda en tonos verdes, con una imagen que simula el parque, visto desde arriba, con una ronda de niños abrazándolo, acompañada por una leyenda que decía: “Sí al Parque, menos cemento”. Ellas y ellos entregaban a los asistentes un pequeño sticker con esa misma imagen.
A pocos metros, enfrente de la obra, se ubicaron el micrófono y los parlantes que fueron utilizados por los oradores. Unos pocos minutos, pasadas las 12, comenzó Pablo Torres, en representación de los puesteros de libros usados, que habló de lo que impacta a obra en sus trabajos. Hizo alusión a la supuesta encuesta online que hizo el Gobierno: “Acá está la demostración clara. Esos 111 vecinos que votaron a través de Internet es una farsa. El barrio está aquí presente y dice “Sí al Parque, no a la calle”. Anunció que habría una suelta de libros y quien lo deseaba podía llevarse uno de manera gratuita. “Es la paz, es el amor, es la cultura y el trabajo, lo que estamos defendiendo es de todos.”
Luego leyó un documento firmado por los Amigos del Parque Rivadavia, la Asociación Cooperadora del Normal 4, el Centro en Defensa del Espacio Público, la Feria del libro del Parque Rivadavia, la Regional Centro CTA Capital, “SOS Caballito”, que expresaba que el proyecto de apertura de la calle Beauchef viola la Constitución de la Ciudad y el plano urbano ambiental, ya que en Caballito hay solo 1, 50 m2 de espacio verde por habitante, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires el promedio es de 6. La obra le restaría un quinto al Parque. También mencionó el riesgo de aumento de la contaminación sonora y visual y la defensa de los espacios culturales, recreativos y la histórica feria de libros. Se hizo énfasis en que no fueron informados, ni consultados con anterioridad y que por eso piden la anulación de esta obra.
Además, habló Carla Martínez, presidenta de la Cooperadora del Normal N° 4, Alejandro Bassignani, ex presidente de la Asociación de Amigos del Parque Rivadavia, entre otros vecinos.
La preocupación frente a la seguridad y el bienestar de los alumnos es un factor importante, sobre todo porque a la escuela asisten menores con Síndrome de Asperger y, según sus padres y especialistas, el ruido del posible tránsito, podría asustarlos y alterar su conducta al ingresar o salir del establecimiento.
Al grito de “Andate Macri”, acompañados con bombos y trompetas de fondo, se inició la marcha que abrazó al Parque. La multitud bloqueó parcialmente la Avenida Rivadavia.
En el trayecto, ANCCOM dialogó con algunos afectados directos, como Ester, puestera de la feria, una de las personas más perjudicadas en el traslado: “Me rompieron todo el puesto, no cierran las ventanas. Solo soldaron una pata y no quisieron hacer nada más. Dijeron que yo no hice mantenimiento, metieron mil excusas. El pecado mío es ser pobre. No tengo forma de defenderme, no tengo dinero. Desde que asumió Macri la feria se vino abajo, yo estoy fundida. Ni libros tengo. No hay respuesta del Gobierno, nos dejaron acá tirados”, expresó.
Zulma de la Asociación de Exalumnas del Normal N°4 contó: “Talaron los seis gingkos biloba históricos, que eran los árboles de hojas doradas”. Esos eran producto de la diversidad de especies que tenía el Parque, que incluye centenarios ombués (aunque el año pasado talaron uno), magnolias y araucarias, entre otras especies. “Además -continúa Zulma-, la República Popular de China había regalado dos gingkos en un aniversario que conmemoraba la bomba de Hiroshima y Nagasaki (porque ese árbol fue el primero en resurgir después de la explosión atómica), pero también fueron talados, eran un símbolo. El que se está salvando es el árbol histórico en el que leía Sarmiento. Están destruyendo la memoria de Buenos Aires.” El Parque Rivadavia era la antigua Plaza Lezica, una quinta perteneciente a una familia adinerada de Buenos Aires, durante el siglo XVIII, con diseño de Carlos Thays (h), que se caracterizó por tener árboles de diferentes partes del mundo y regiones de Argentina.
Karina Figueroa, perteneciente a la Cooperadora del Normal 4 comentó que se ha pedido al Gobierno de la Ciudad por una ampliación en la cocina del edificio de la escuela y se lo negaron por falta de presupuesto, Pero, en contrapartida, la apertura de la calle sale 25 millones de pesos. “Nosotros ahora tenemos comedor porque hay jornada completa, (una necesidad de la comunidad), pero no llega a ser ni de 10 metros cuadrados, necesitamos una pared y un techo.” También expresó su preocupación por el tema del tránsito: “Como papás cuidamos la seguridad de los chicos, cuando salen de la escuela, hay muchas motos que pasan y les roban los celulares. Los menores son una presa fácil. Consideramos que, si abren la calle, la vía de escape de motos va a ser mucho más activa.”
Pasadas las 13:40 el recorrido terminó en el punto de encuentro. El representante de los puesteros volvió a leer el documento con que el que dio inicio, que contó con la adhesión de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, lo que transmitió la idea de la circularidad del abrazo, también desde la palabra. Cuando finalizó la lectura notificó que el miércoles 23 de enero, a las 18, continúa la juntada de firmas en oposición al proyecto de apertura de la calle Beauchef. Luego, con los carteles en alto, bombos, trompetas y voces bien diversas, entonaron el Himno Nacional.
Con el lema “Basta de tarifazos” se realizó ayer la Marcha de Antorchas convocada por la CTA – Autónoma, la CTA de los Trabajadores y el Frente Sindical para el Modelo Nacional. A lo largo del día fueron varios los puntos de reunión elegidos por gremios y organizaciones. “Barrios de Pie” se movilizó desde el mediodía hacia la Secretaría de Energía e instaló una olla popular. En la avenida 9 de julio y Juan Domingo Perón, a las 18, se congregaron los trabajadores en lucha contra los despidos de Interpack, Siam y Pilkington. También se agruparon la gremial AGD (de docentes de la UBA), la Unión Ferroviaria Oeste y Sutna (trabajadores del neumático). La FUBA (junto con los Centros de Estudiantes de Medicina, Farmacia, Veterinaria y Filosofía y Letras) y la FUNA (Federación de la Universidad de las Artes) y agrupaciones de estatales y municipales, junto al Polo Obrero, las organizaciones del Frente de Izquierda, Partido Obrero, Izquierda Socialista, PTS y el MST, entre otros movimientos políticos, tenían punto de reunión en ese sitio.
Desde las 18:30 se concentraron en Belgrano y Lima, la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun) y el Frente Sindical para el Modelo Nacional, a cargo de Pablo Moyano. A la misma hora, en 9 de julio y Avenida de Mayo, hicieron lo propio las 62 Organizaciones Peronistas.
En el trayecto, la marcha hacia el Congreso unía a todos los presentes bajo el grito de “Andate Macri”, acompañado por numerosas antorchas, banderas, carteles, bombos, platillos y trompetas. Una de esas banderas, expresaba: “Larreta, mirá como nos ponemos” y estaba firmada por: “Docentes en lucha por las escuelas nocturnas”. La mayoría de las personas caminaban junto a las columnas de las organizaciones sociales, políticas y defensoras de los derechos humanos.
A las 20 dio inicio el acto central en la puerta del Palacio Legislativo, sobre un camión que sirvió de escenario. En ese sitio se pudieron ver algunas antorchas encendidas. Ahí fue donde se leyó un documento firmado por las gremiales organizadoras del acto, en el que se hacía énfasis en la ausencia de un Estado garante, el avasallamiento de los derechos de los habitantes, en un contexto de despidos y cierre de pequeñas y medianas empresas, que están ocasionando un grave retraimiento en la economía.
También fue un punto nodal en la lectura, el enriquecimiento de funcionarios como el exministro de Energía Juan José Aranguren, el expresidente del Banco Central Luis Caputo o el actual titular de la cartera de Hacienda Nicolás Dujovne. En ese momento se hicieron sentir muy fuerte abucheos y gritos pidiendo de manera urgente un paro nacional.
Luego del acto, Pablo Moyano, secretario adjunto del gremio de Camioneros y conductor del Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) declaró: “Fue una convocatoria increíble. El objetivo de esta marcha fue decirle basta a los despidos, basta de tarifazos, basta de inflación, basta de cierre de empresas, que no vengan a querer jodernos de vuelta con la reforma laboral. Creo que va a ir creciendo la conflictividad social porque el gobierno no escucha y no da respuesta a los reclamos legítimos de los jubilados, de los trabajadores y de los desocupados”. La protesta se replicará el 17 de enero en Rosario, el 24 en Mar del Plata y el 31 en Mendoza: “Vamos a estar presentes en todas las ciudades del país para demostrarle al gobierno que hay millones de argentinos que la están pasando mal y que no queremos seguir con esta política económica. Nos tenemos que unir, derrotarlos y humillarlos en las urnas en el mes de octubre”.
En cuanto a la posibilidad de paro nacional, manifestó que es concreta “porque el gobierno no va a cambiar la política económica y nosotros vamos a seguir defendiendo a los trabajadores”.
Moyano se mostró optimista y en diálogo con ANCCOM, en relación al futuro de los recursos de amparo que planean presentar con el objetivo de parar los aumentos en los servicios públicos y a las acciones penales destinadas a los ministros involucrados en decidir las subas declaró: “Vamos a hacer todo lo posible para frenar estos tarifazos, ojalá que los jueces tomen conciencia, que se resuelva a favor de los trabajadores. Esta política está haciendo cerrar pequeñas y medianas empresas. La gente o paga la luz o come. Creo que va a salir bien, porque los jueces últimamente están respondiendo”.
Acorde a los anuncios oficiales se prevé un aumento del 40%, en promedio, para el transporte público, por lo que en marzo el boleto de colectivo llegará a $18, mientras que el de tren alcanzará los $12,25. El subte subirá a $21 en abril, mientras que los peajes de ingreso a la Ciudad de Buenos Aires ascenderán a $65.
Las tarifas eléctricas tendrán un aumento del 55%, con parciales de 26% en febrero, 14% en marzo, 4% en abril y 4% en agosto, en principio.
Familiares, amigos y sobrevivientes de la tragedia de Cromañón homenajearon, como cada 30 de diciembre, a las 194 víctimas del incendio de 2004. Se realizó una misa en la Catedral Metropolitana, seguida de un acto en la Plaza de Mayo en el que se recordaron los nombres de las víctimas. Luego, una vez más, marcharon hacia el santuario en el barrio de Once.
“Vamos a intentar conseguir una prórroga para seguir la lucha desde acá. Si no podemos,
seguiremos desde donde sea”, dice Javi, integrante de la Asamblea de Villa Urquiza. La
amenaza de desalojo prevista para este miércoles finalmente no se cumplió, pero sigue
latente. Y los vecinos están decididos a resistirla con la misma fuerza comunitaria que
ayer volvió a reunirlos en la calle.
Ubicada en la ex pizzería La Ideal, la Asamblea acumula una historia de largos 16 años y
ya evitó un intento de desalojo anterior. El 2 de octubre se presentaron funcionarios de la
Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y de la Administración de
Infraestructuras Ferroviarias (ADIF-SE) junto con la Policía Federal para intentar cerrar el
centro comunitario. Pero no lo consiguieron.
El anunciado desalojo se enmarca en un juicio que la AABE le inició a la Asamblea de Villa Urquiza a finales del año pasado. El objetivo detrás del operativo, denuncian los vecinos, es la venta de tierras públicas que se encuentran al costado del ramal Retiro-José León Suárez de la línea del tren Mitre, a la altura de la estación General Urquiza.
El local de la Asamblea no es el único afectado. Según el pliego de licitación, son 2.774
metros cuadrados comprendidos entre las calles Bucarelli, Roosevelt, Triunvirato y el sendero peatonal de la estación Urquiza. En esa estratégica franja barrial también hay locales comerciales, canchas de fútbol y hasta viviendas.
La AABE convocó a una fallida mesa de diálogo el pasado 23 de octubre y los asambleístas asistieron “con la voz y reclamos de los vecinos”, explicó a esta agencia Valeria, otra integrante del colectivo. La intención de esa instancia era conseguir la tenencia del espacio o una prórroga frente al inminente desalojo. Ni la AABE ni la ADIF-SE, ambos organismos nacionales, pudieron garantizarlo. Con la subasta de la manzana, programada para el 8 de noviembre, el local de la asamblea quedaría en la órbita de la Ciudad de Buenos Aires.
La Asamblea de Villa Urquiza se formó en 2002, al calor del movimiento vecinal que
generó el estallido de diciembre de 2001, con la impronta del “que se vayan todos”. Los
slogans contra la deuda externa, el Fondo Monetario Internacional y el Área de Libre Comercio de las Américas se hicieron propios. Entre sus banderas también se sumó la defensa de la recuperación de los recursos naturales y de las empresas privatizadas. “La
Asamblea de Villa Urquiza es la defensa de una forma de vida, de nuestra libertad, de nuestro ser en un barrio”, cuenta Lili, que da clases de tango a la gorra.
Negocios
“Para legitimar la venta de los playones ferroviarios de tierra pública se determinó que el
35 por ciento del terreno se dedique a negocios inmobiliarios y el 65 por ciento a espacios
públicos”, explicó a ANCCOM Jonatan Baldiviezo, presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad. El 35 por ciento tiene capacidad para tres torres. La asamblea quedaría por fuera, pero el gobierno de la Ciudad exige la entrega de tierras sin ocupantes.
Para Baldiviezo, que el local no esté dentro de la parte reservada para negocios inmobiliarios supone una doble oportunidad de frenar el desalojo. “Por una parte, sabemos que va a quedar a manos de Ciudad, si es que ya no lo está. Nos da la posibilidad de ir al juzgado y buscar al futuro dueño. Quizás no tenga problema con que la asamblea siga con sus actividades. Por otro lado, vamos a presentar un proyecto de Ley de Código Urbanístico en la Legislatura para que se permita que la asamblea continúe en este predio”, aclaró.
Sin embargo, que el local de la asamblea quede en el 65 por ciento perteneciente a la
Ciudad, y que sea destinado a espacio público, no deja más tranquilos a sus integrantes.
“Hay que reflexionar qué significa espacio público para el Gobierno de la Ciudad. Significa
una plaza con grandes porcentajes de cemento, con rejas y que tenga cámaras para ver
qué hacés. Para mí eso no es espacio público”, comenta Valeria.
“Sabemos que ir a negociar con la Ciudad implica que esto mañana tenga un cartel
amarillo y alguien que te diga cómo tenés que manejarte en un lugar comunitario o
público. Quizás queden las torres y este centro comunitario, pero se va a manejar con las
lógicas del Estado y no nos va a representar. Nos va a quitar la identidad y la memoria”,
dice Andrés, que participa hace más de cinco años de la asamblea.
Para visibilizar la situación, el sábado pasado se realizó el Festival Viyurca en Lucha. Fue
en la plaza Jorge Casal, frente a la ex pizzería La Ideal, bajo la consigna “La Asamblea de
Villa Urquiza no se gentrifica”. Como explica Lili, el objetivo de ese encuentro fue
“convocar a todo el barrio a apoyar y resistir”.
Andrés también remarca la importancia de resistir, y dice: “Tenemos el afán de que la
Asamblea quede como está porque es nuestra identidad, nuestra lucha. Llamamos a que
habiten este espacio del barrio que nació de la impronta del ‘que se vayan todos’. Fue
autogestionado 16 años por los vecinos y queremos que siga de la misma forma”.
A las 12 del mediodía más de un transeúnte se detiene frente a la Plaza de los Dos Congresos y se lleva la mano a la frente para poder ver, bajo el sol que encandila, a un centenar de personas en situación de calle que se reunió allí con una consigna clara: “La calle no es un lugar para vivir”. Las banderas gigantes de las agrupaciones convocantes hacen de telón y atraen las miradas de todos y todas. Incluso de aquellos que a diario bajan la vista ante las más de 7.000 personas que habitan lo inhabitable: la calle. Pero esta vez la mirada es distinta. Porque se trata de un grupo de personas que no están allí para mendigar—pedir es lo que hacen involuntariamente todos los días—sino que están para exigir. Y no es una plaza arbitraria de la ciudad, están justo frente al Palacio Legislativo.
El encuentro de personas en situación de calle que tuvo lugar el sábado a partir de las 11 de la mañana fue convocado por una multiplicidad de organizaciones sociales que buscan dar continuidad al masivo Frazadazo del 23 de agosto. Los integrantes de Proyecto 7 y las remeras que los definen como la militancia de la calle, las chicas de Frida y No Tan Distintas que estiran las frazadas como símbolo de lucha y la Asamblea Popular Plaza Dorrego, entre otras agrupaciones, idearon la jornada con el fin de visibilizar y accionar un plan de lucha, frente a una situación por demás insostenible.
“La calle mata, y no es una metáfora” afirma Horacio Ávila, hombre que habitó la calle y alma pater de Proyecto 7. En lo que va del año, 23 personas murieron como consecuencia de la vulnerabilidad y el aislamiento. Más de 20.000 personas corren el riesgo de vivir en la calle por el ajuste y, ahora también, por la irregularidad en el pago de los subsidios habitacionales que constituyen casi siempre el único recurso con que estos hombres y mujeres cuentan para no estar a la intemperie. “El Congreso nos tiene que mirar”, dice Horacio. “Tenemos que dejar de ser invisibles para el gobierno y la sociedad, compañeros y compañeras: ollas sí.”
Horacio Ávila.
La olla se destapó a eso de las 13 y Fabián se acercó al encuentro guiado por el aroma del guiso de fideos. Se sienta tranquilo a comer la esperada porción abundante y cuenta que vino caminando desde Palermo. Está contento porque llegó a tiempo para el almuerzo y piensa quedarse para hacer frente al reclamo. Fabián conoce el nombre de todas las calles desde Palermo hasta Congreso, “una por una, sin pifiar”. Termina de comer y dice que asistió al Frazadazo y le gustó: “Me trataron bien, hablé con varias personas y está bueno empezar a organizarnos para exigir al Estado y para ayudarnos entre nosotros”.
A las 15, los miembros de las agrupaciones definieron la fecha del próximo encuentro pautado para el sábado 3 de noviembre. El objetivo sigue siendo el reclamo en torno al cumplimiento de la Ley 3706 y la sanción de una ley equivalente a nivel nacional. Hacia el final de la jornada el panorama presentó con fuerza la cualidad que lo define: pensar la calle, ya no como lugar para vivir. La calle, como espacio de lucha.
Frazadazo frente al Congreso de la Nación el 23 de agosto de 2018.