La política autoconvocada

La política autoconvocada

La finalidad de la política para la filosofía griega es lograr el buen vivir. Esto implica tener cubiertas las necesidades básicas para luego -desde una dimensión ética- disponer de la filosofía, la deliberación, y la acción, es decir, involucrarse en la cosa pública. En este sentido, es sujeto de la política, aquel ciudadano que discute, piensa y reflexiona. Esa política, la que concebían los griegos, parece expandirse en la Argentina, que vive una coyuntura electoral crucial ante el balotaje de este domingo. El domingo, además de presidente, la sociedad debate entre dos modelos de país y la ciudadanía levanta su voz para hacer uso pleno de sus derechos.

Después de la sorpresa electoral del 25 de octubre último, miles de autoconvocados fueron protagonistas directos del resurgir de la política: la ciudadanía se convirtió en militante. Las calles dejaron de ser única y exclusivamente jurisprudencia de la juventud organizada, las agrupaciones y partidos políticos, para que la sociedad en su conjunto se empoderara con actividades e intervenciones para hacer ni más ni menos que política. Frente a este ferviente panorama, Tomás Várnagy, filósofo y doctor en Ciencias Sociales y titular de Teoría Política y Social I y II de la carrera de Ciencia Política en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), comenta: “Resulta interesante observar el resurgimiento del interés por la política. Hoy, son tres los principales grupos que parecen interesados en ella: sobrevivientes de los setenta que siempre estuvieron politizados; jóvenes que en los noventa no tuvieron posibilidades de canalizar lo que sentían políticamente, y una generación aún más chica que descubrió un líder (Néstor Kirchner) que sobrepasó las expectativas de esta generación”.

Según Tomás Várnagy, «se encontraron distintas generaciones en un espacio común compartiendo lo mejor de sí: experiencia por un lado y energía renovada, por otro”

El filósofo comentó que le resulta interesante ver, dentro de una reunión político partidaria, a personas de 60, 40 o 20 años: “Se encontraron distintas generaciones en un espacio común compartiendo lo mejor de sí: experiencia por un lado y energía renovada, por otro”. Al mismo tiempo, Washington Uranga, periodista, docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA), sostuvo que el resurgir de la política tuvo que ver con una toma de distancia de la situación política: “No había suficiente comprensión de lo que se estaba poniendo en juego. Lo que ahora está convocando es la reacción de quienes están viendo cómo las políticas públicas efectivamente inciden en su vida cotidiana, y eso es lo que no quieren perder. De todos modos, el trabajo de políticas públicas tiene que ir acompañado de una construcción de sentido político de lo que ellas significan. Y las políticas públicas no estuvieron acompañadas de ese trabajo. Creo que el hecho de las elecciones y su resultado terminó convirtiéndose en un catalizador de la realidad y permitió que emergiera esta mirada”.

Por su parte, Alejandro Grimson, doctor en Antropología, investigador del CONICET y docente del Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la UNSAM, con estudios en Comunicación en la Universidad de Buenos Aires (UBA), expone: “El kirchnerismo fue parte de un proceso más abarcativo de la sociedad argentina. La división operó entre sus miembros, que consideran que protagonizaron los cambios sociales más relevantes en décadas, y sus opositores que consideran que la república está gravemente amenazada. La mayoría de los votantes del Frente para la Victoria (FPV) considera que de no triunfar Daniel Scioli, habrá una pérdida gigantesca de los avances económicos y sociales. La mayoría de los votantes de Mauricio Macri considera que de no triunfar Cambiemos, existirían amenazas para la libertad y la democracia. Más allá de las razones, el hecho social es que las creencias sociales producen consecuencias reales: la polarización y división es justamente un hecho”.

«La mayoría de los votantes de Mauricio Macri considera que de no triunfar Cambiemos, existirían amenazas para la libertad y la democracia. Más allá de las razones, el hecho social es que las creencias sociales producen consecuencias reales: la polarización y división es justamente un hecho”, explicó Alejandro Grimson.

En estas pocas semanas surgieron movilizaciones de vecinos autoconvocados, artistas y científicos que, efectivamente, se encargaron de explicitar a la sociedad cómo las políticas han afectado su cotidianeidad. Para visibilizar esto, en múltiples puntos del país se organizan actividades que van desde tocar los timbres de los barrios hasta encuentros masivos en espacios públicos, como fue el caso del Parque Centenario (donde se reunieron cinco mil personas) o de la convocatoria en apoyo a Daniel Scioli del 18 de noviembre último, que no tuvo ninguna bandera partidaria al frente y reunió a miles de ciudadanos.

Ante la propaganda oficial de quienes se disputarán el acceso al poder del Estado en el balotaje, los ascensores de los edificios, las ventanas de las casas, los tachos de basura, los bancos de las universidades, entre otros miles de espacios públicos y privados, fueron receptores de carteles (impresos o escritos a mano) que explicitan lo que podría suceder en caso de un eventual gobierno de Mauricio Macri. Apelaciones a la crisis de 2001, al neoliberalismo en su máxima expresión, a las consecuencias socioeconómicas que sus políticas podrían traer aparejadas fueron mayoría.

“La intervención del Estado a través de las políticas públicas fue fundamental y abarcó a un gran segmento de la sociedad», explicó Tomás Várnagy sobre el resurgimiento del interés político.

Estas experiencias dan cuenta de una toma de conciencia acerca de la incidencia de las políticas públicas en la realidad concreta de las personas y su impacto en la ciudadanía. Várnagy opina que tuvieron mucho que ver en el resurgimiento del interés político: “La intervención del Estado a través de las políticas públicas fue fundamental y abarcó a un gran segmento de la sociedad: niños y niñas con la Asignación Universal por Hijo (AUH), adultos y adultas mayores con el sistema previsional, amas de casa con su correspondiente jubilación, Ley de Matrimonio Igualitario, política de Verdad, Memoria y Justicia, por nombrar sólo algunas.” El filósofo expone que lo descripto está dirigido a poblaciones históricamente invisibilizadas y marginadas que, a través de las políticas, se empoderaron y, de esta manera, ganaron mayor autonomía.

En este proceso de politización de la sociedad argentina, los medios de comunicación juegan un papel importante. Al respecto, Várnagy comenta: “Depende de qué medios de comunicación. Los hubo a favor de la politización y los hubo en contra. De ambos lados hubo una fuerte partidización. De ahí las divisiones que surgieron y provocaron la famosa “grieta” entre los “K” y los “anti K”. Por su parte, Uranga explica: “El proceso político es necesariamente educativo. Hay un desplazamiento del escenario del debate hacia el sistema de medios y esos medios simplifican la complejidad de lo político. Creo que tienen mucho incidencia pero que, en el último tiempo, se ha planteado una mirada crítica y resignificativa por parte de la ciudadanía en relación a lo que los medios dicen, aportan y la posición que toman”.

«Nosotros tenemos una tradición muy demandante: el Estado me tiene que dar, el gobierno me tiene que dar. ¿Qué es lo que nosotros podemos aportar? ,» se preguntó Washington Uranga.

Según los investigadores, ha habido un traspaso de una democracia representativa o delegativa a otra más participativa, a través de la implementación de diferentes políticas públicas y con ello de factores políticos más o menos relevantes que las propician. Para el doctor en Ciencias Sociales tal vez pueda pensarse en el agotamiento de las conducciones centrales, personalizadas. Al respecto, Washington Uranga expone que hay que discutir el sentido de lo público y en qué medida trabajar en una perspectiva ciudadana que ha puesto demasiado énfasis en los derechos y poco en las obligaciones y responsabilidades: “Una democracia participativa se basa también en que la sociedad civil asuma sus responsabilidades, que los ciudadanos asuman que son copartícipes en la construcción de lo colectivo. Nosotros tenemos una tradición muy demandante: el Estado me tiene que dar, el gobierno me tiene que dar. ¿Qué es lo que nosotros podemos aportar? ¿Cuáles son las obligaciones que son parte esencial de la ciudadanía mirada como dos caras de la misma moneda: derechos y responsabilidades?”.

Por otro lado, con respecto a la posibilidad de que exista una relación entre este despertar y la posibilidad de que el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri sea presidente, Várnagy opina: “Es indudable que los jóvenes macristas han despertado un interés en la política, lo cual –en parte- logró que sea elegida María Eugenia Vidal como gobernadora de la provincia de Buenos Aires. El interés sobre la política fue más allá del peronismo o la izquierda, hubo también un despertar del centro-derecha y el neoliberalismo económico y político”. En la misma dirección, Uranga expresa que hay un despertar en ambos sectores: “Hay quienes están reaccionando y la sociedad en su conjunto está movilizada. Lo que está movilizando es un debate sobre cuestiones centrales, el rol del Estado, lo que se puede ganar o perder, cómo puede afectar la vida cotidiana. Más que la posibilidad de que uno u otro sea presidente, se discuten propuestas que afectan la vida, el proyecto de país, el sentido de cómo pensar la sociedad y cómo pensar las propuestas para la sociedad que cada uno quiere”.

“Es indudable que los jóvenes macristas han despertado un interés en la política, lo cual –en parte- logró que sea elegida María Eugenia Vidal como gobernadora de la provincia de Buenos Aires», opinó Tomás Várnagy.

En esta trascendencia de la participación política, más allá de la militancia per se, el filósofo Várnagy opina acerca de las acciones propuestas por colectivos de artistas o vecinos en la tarea de contribuir al debate y la reflexión política: “Las actividades que se proponen que no sean exclusivamente de la militancia son muy importantes y efectivas. En primera instancia, porque une generaciones y a partir de allí hay una reconstrucción de la historia; luego, la red social se fortalece. Estas acciones están en un escalón más abajo de la militancia con el consiguiente riesgo de lo inorgánico pero, insisto, producen, movilizan y ayudan a corregir errores cometidos por las conducciones centrales”.

Uranga expone, en la misma línea. Señala que son importantes porque hablan del sentido político y de su construcción: “Me parece que tendremos que pensar cómo se da la política por fuera de las instituciones, por fuera de los partidos, como un ejercicio ciudadano no orgánico y no institucionalizado. Así como en el 2001 tuvimos que pensar los movimientos sociales, ahora tendremos que reflexionar y analizar esta nueva realidad que, todavía, estamos observando y admirando. No sé si tenemos categorías para un análisis de fondo. Habrá que seguir observando y ver cómo se extiende o no en el tiempo y cuáles son las consecuencias”.

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Actualización: 18/11/2015

Balotaje de estreno

Balotaje de estreno

La segunda vuelta electoral se implementará por primera vez en la democracia argentina entre los candidatos del Frente para la Victoria y Cambiemos. No es la primera vez que Daniel Scioli se encuentra en esta situación. Durante las elecciones presidenciales de 2003, la fórmula del Frente para la Victoria, Néstor Kirchner – Daniel Scioli, debería haber competido contra el binomio de la alianza Frente por la Lealtad – Ucedé, Carlos Menem – Juan Carlos Romero. Cuatro días antes del balotaje, Menem declinó su candidatura. Kirchner asumió la presidencia con el 22.24% de los votos el 25 de mayo de ese año.

Los antecedentes más recientes del balotaje en el país se remontan a 1987, cuando la Unión Cívica Radical preparó un proyecto de reforma constitucional que contemplaba la reelección del presidente, la figura del Primer Ministro, la reglamentación de los decretos-ley y la inclusión de los derechos humanos de tercera y cuarta generación, entre otros puntos. Hiper-inflación y cambio de gobierno mediante, el 22 de octubre de 1993 el presidente Menem sancionó el decreto 2181/93 convocando a una consulta popular voluntaria sobre la reforma constitucional que iba a realizarse el 21 de noviembre. La UCR no logró unificar una posición y el primer expresidente constitucional luego del llamado «Proceso de Re-organización Nacional», Raúl Alfonsín, decidió buscar un acuerdo con Menem. Pasaría a la historia como el “Pacto de Olivos”. El 15 de diciembre de 1994, se sancionó una amplia reforma constitucional con la participación de 19 partidos políticos que estableció la segunda vuelta electoral  cuando la fórmula  más votada en la primera vuelta tuviera menos del cuarenta por ciento por lo menos de los votos afirmativos emitidos y, además, con una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de los votos sobre la fórmula que le sigue. En 1995, esto le permitió a Menem ser elegido por segunda vez como presidente con el 49,4% de los votos.

En el escenario actual, hay un poco más de 600.000 votos de diferencia y restan 23 días para la definición final. “La campaña de las próximas cuatro semanas va a ser más áspera y más fuerte”, opinó el titular de Rouvier & Asociados, Ricardo Rouvier, en diálogo con ANCCOM. “Desde lo comunicacional, Macri va a continuar haciendo lo mismo que hace. En el caso de Scioli, [va a] tratar de ganar espacios, mostrarse más centralmente como el protagonista de la campaña y presentar propuestas más concretas”, agregó.

Entre las PASO y las elecciones del 25 de octubre hubo un cambio bastante grande de definiciones de campaña por el lado de Macri. Creo que ese cambio le dio resultado y realmente lo corrió de un posicionamiento donde los otros candidatos lo habían puesto. A él lo habían puesto más bien como la opción conservadora del ajuste de la derecha liberal, y él había elegido otro posicionamiento: “Yo soy el más distinto del kirchnerismo para ganarle al kirchnerismo. Creo que él se va a mantener en esta idea de que no viene a destruir lo hecho por el kirchnerismo, va a tratar de salir de ese posicionamiento de ser alguien que prioriza el ajuste, la devaluación, la reducción del sector público, el desmantelamiento de los planes sociales, sino que creo que se va a poner en el lugar del futuro, del diálogo, del cambio de ciclo, de un modelo distinto de hacer política en Argentina. Y va a tratar de evitar lo que justamente otros candidatos tomaron. Scioli, por ejemplo, tomó agendas fuertes, tomó la agenda económica, definió gabinete, definió algunos temas sensibles como el impuesto a las Ganancias para los trabajadores. Creo Macri que va a evitar todos esos temas”, opinó el sociólogo Luis Alberto Quevedo, director de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Argentina.  

“Scioli va a tener que empezar a ser más fuerte en sus definiciones respecto de Macri, algo que él había evitado. Va a tener que enunciar que `estamos frente a dos modelos de país`. Yo creo que él va a tomar esta agenda y va a decir `los objetivos de Macri en economía, educación, salud, desarrollo, posicionamiento internacional, son muy distintos que los míos`. Esto lo va a poner en otro lugar. Un lugar más confrontativo, más de debate, más agresivo, y creo que también, en algún sentido, más peronista. Una agenda que yo creo que va a tomar, una hipotesis mia, es la agenda de seguridad. Un tema del cual Macri no habló demasiado y el candidato del Frente para la Victoria tampoco, del que sí habló Massa. Como a Massa le dio resultado, los dos creo que van a tener que vérselas con eso”, explicitó Quevedo.  

Desde lo político-territorial, Rouvier afirmó que Scioli deberá basarse “en los gobernadores y en el Partido Justicialista”. “Son los que le pueden dar los votos en el interior del país”, estimó. Desde otra lectura, Quevedo advirtió: “Lo territorial presidencial es muy distinto a lo territorial de gobernador o intendente». «Los dos candidatos van a hablar al distrito único: le van a hablar a los argentinos, no a los cordobeses, los santacruceños o a los jujeños, por más que van a tener que hacer campañas particulares en esos lugares”, continuó. 

“Creo que van a hacer una apelación en los dos casos, más del futuro del país y no del futuro de la Ciudad ni de la provincia. En el caso de Macri va a ser en continuidad con lo que ya viene haciendo, pero en el caso de Scioli yo creo que ahí viene otro desafío: yo creo que él va a tomar algunas agendas regionales. Por ejemplo, es muy claro que le fue adversa la Pampa húmeda, Córdoba, Santa Fe, provincia de Buenos Aires. Él va a tener que tener un discurso para ese mundo. Macri no lo necesita, ya lo apoyan. Macri va a continuar con un discurso genérico como lo ha tenido hasta ahora, es mi hipótesis, y Scioli va a tener un discurso más específico, que no lo ha tenido hasta ahora”, sostuvo el director de la FLACSO.  

“Les pido a los independientes y a los indecisos que nos acompañen”

“Les pido a los independientes y a los indecisos que nos acompañen”

Pasada la medianoche en el centro de campaña del Frente para la Victoria (FpV), la intensidad de los bombos bajó abruptamente, se dejaron de agitar las banderas y las miradas comenzaron a cruzarse desconcertadas. Cuando se conocieron los primeros datos oficiales -que contradecían a todas las encuestas de los últimos días y al resultado obtenido por el FpV en las elecciones primarias-, la incredulidad inundó a la militancia y a los dirigentes que se habían reunido en el Luna Park con la certeza de que la jornada terminaría con un amplio festejo. Con el 96 por ciento de mesas escrutadas, la fórmula presidencial Daniel Scioli – Carlos Zannini superó por apenas dos puntos a la de Cambiemos, Mauricio Macri – Gabriela Michetti: 36 a 34. Con este resultado, habrá que esperar al balotaje del próximo 22 de noviembre para saber quién será el próximo presidente argentino.

La gran sorpresa de la noche la dio la candidata a gobernadora de Cambiemos en la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que venció al actual jefe de gabinete nacional, Aníbal Fernández. El candidato del FpV –que estuvo ausente en el Luna Park y decidió no hablar con la prensa- perdió en el distrito más grande del país, donde el peronismo gobernaba desde 1987. Allí, Vidal obtuvo más del 39 por ciento de los votos, cinco más que su adversario y se convirtió en la próxima Gobernadora.

Con respecto a las elecciones presidenciales, la Constitución Nacional determina que, para consagrarse victoriosa en primera vuelta, una fórmula presidencial necesita obtener el 45% de los votos, o bien 40% y al menos diez puntos de diferencia por sobre el segundo para evitar la segunda vuelta. Para octubre, las encuestas anticipaban un posible balotaje, aunque advertían una diferencia entre ocho y once puntos entre el FpV y Cambiemos.

Ayer, antes de las 22 y aún sin conocer las cifras oficiales, Scioli fue el único orador del Luna Park. Acompañado por su mujer Karina Rabolini, su compañero de fórmula Zannini, parte de su eventual gabinete y un grupo de gobernadores de diferentes provincias. El discurso fue general, amplio y se interpretó como un rápido reconocimiento de que habría balotaje: “Con mucha humildad, les pido que nos sigan acompañando y, a quienes eligieron otra propuesta, los convoco muy especialmente, porque llegó el día en que, para un argentino, no hay nada mejor que otro argentino”, dijo parafraseando al fundador del justicialismo, Juan Domingo Perón. En esa misma dirección llamó “a los indecisos e independientes” a apoyarlo en la segunda vuelta, que se llevará a cabo en casi un mes.

En lo que más que un acto celebratorio se convirtió en el primer discurso de campaña en vistas a la elección que viene, Scioli aludió a múltiples e históricas fuerzas políticas del país: “Creo, como Perón, que todos unidos triunfaremos; creo, como el padre de la democracia, el doctor Raúl Alfonsín, que con la democracia se cura, se come y se educa; creo como los socialistas y progresistas en el valor de la igualdad. Fundamentalmente creo, como Néstor, que las convicciones no se dejan en la puerta de la casa de Gobierno. Creo, como nuestra presidenta Cristina, que la patria es el otro y creo, como el Papa Francisco, en la necesidad de construir cada vez más puentes”.

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Si bien había dicho que volvería a hablar en el escenario a la medianoche, cuando se conocieron los sorprendentes números oficiales, el candidato por el FpV se recluyó y mandó a decir a los periodistas que daría una conferencia de prensa el lunes al mediodía en el Hotel NH, de la calle Bolívar 160.

En el estadio, los militantes se habían convocado desde temprano, hicieron sonar intensamente sus bombos desde las 17 hasta pasadas las 21. Adentro, se mezclaban las banderas del Movimiento Evita, el Peronismo Militante, la Tupac Amaru y MILES. También estaban las de Grupo Descartes, Juventud Peronista y Descamisados, que bailban con el reggaeton y la cumbia de fondo.

Canciones de Nene Malo, Daddy Yankee, Agapornis, El Original y Los Totora fueron animando el ambiente, que se fue cargando de incertidumbre a medida que pasaba el tiempo y no aparecían los resultados oficiales, que se demoraron casi seis horas en anunciarse.

Entre la concurrencia se repartieron gorras, remeras, lapiceras, bufandas y paraguas. A la izquierda y abajo del escenario, se ubicó la Ola Naranja, conformada, entre otros, por jugadores e hinchas de futsal de Villa La Ñata Sporting Club, donde juega el candidato. Todavía ilusionado con una amplia victoria, el DT de La Ñata le dijo a ANCCOM: “Daniel es un excelente jugador, compañero, pero mejor será como presidente”.

004_Búnker FPV_VALADO_8944Fue notable la ausencia de las fuerzas más afines al kirchnerismo: La Cámpora, Nuevo Encuentro y Unidos y Organizados no estuvieron en el estadio. No obstante, el Luna Park se había inundado de militantes con merchandasing naranja y la leyenda “Scioli Presidente”. Bailaban coreografías y saltaban sin parar hasta que los invadió la sorpresa y la desazón.

“Macri es un capitalista al que, de un día para el otro, le gustan las políticas kirchneristas. Pero esas políticas son nuestras y las vamos a defender. La militancia va a continuar y va a seguir creciendo, porque los jóvenes quieren estar y quieren involucrarse”, intentaba convencer a ANCCOM Maximiliano Haritzhandy, militante de Ola Naranja.

A poco de cerrar los comicios, el primer colaborador de Scioli que se acercó a hablar con la prensa fue su vocero, Jorge Telerman, quien pedía prudencia y esperar los resultados oficiales. Al mismo tiempo, en el bunker de Cambiemos, Marcos Peña exultaba felicidad y aseguraba que habría balotaje.

Pasadas las 19 en el centro de campaña del FpV, Alberto Pérez, Jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, dijo a la prensa: “Todos los datos extraoficiales que tenemos marcan un contundente triunfo de Daniel Scioli, nuevamente va a ganar por una enorme diferencia. De todos modos vamos a esperar los resultados oficiales”.

Los resultados finales sorprendieron no sólo al FpV y a los encuestadores –que hablaban de diferencias de unos ocho puntos-, sino incluso a la propia dirigencia de Cambiemos. El 9 de agosto, en las PASO, el FpV se había impuesto con el 38,41% de los votos ante Cambiemos que obtuvo 30,07%. A partir de ahí tanto Scioli, Macri, como Sergio Massa, el tercer candidato de la alianza UNA, apuntaron a captar votos apelando al “voto útil” y a la peronización de sus discursos. El dirigente de Cambiemos se había propuesto alcanzar el balotaje. En cambio, Scioli apuntó a sumar a aquellos votantes “indecisos”, peronistas, radicales y socialistas para ganar en primera vuelta. Si bien ganó y obtuvo la primera minoría, en el Luna Park se instaló el sabor de la derrota.

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“Lo que sucedió ya cambió la política”

“Lo que sucedió ya cambió la política”

“Estoy acá con buenas intenciones, no con desesperación por el poder. Estoy acá porque creo en ustedes”, recalcó Mauricio Macri antes de rematar: “Lo que sucedió ya cambió la política del país”. Cuando el candidato de Cambiemos dio su discurso en el centro de campaña en Costa Salguero aún no se conocían los resultados que sorprendieron no solo al oficialismo sino también a la oposición. Con un 96 por ciento de las mesas escrutadas, Daniel Scioli aventajaba por apenas dos puntos (36 a 34) al todavía jefe de Gobierno porteño, quien logró reducir en casi seis puntos la diferencia que se había dado en las elecciones Primarias. De esta manera recién el próximo 22 de noviembre, cuando se lleve a cabo el balotaje, se sabrá quién será el nuevo presidente argentino.

No obstante, la estrella de la noche fue María Eugenia Vidal, quien dio el batacazo al ganarle por cinco puntos la Provincia de Buenos Aires al jefe de Gabinete kirchnerista Aníbal Fernández. “Hicimos posible lo imposible”, gritó la gobernadora electa que a partir del 10 de diciembre se hará cargo del distrito que concentra a casi el 40 por ciento de los habitantes del país.

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En su discurso, Macri apeló en varias oportunidades a los votantes de los candidatos de Nicolás Del Caño, Margarita Stolbizer y Sergio Massa con el objetivo de seducirlos de cara al balotaje: “Quiero decirles a los que no nos acompañaron que los invito a asumir el protagonismo”, dijo. Y, continuando con la impronta de “peronización” que tuvo su campaña en el último tramo,  completó: “Valoro la lucha del peronismo por los derechos de los trabajadores”.

El candidato también agradeció a los partidos que conformaron al espacio de Cambiemos. Mencionó especialmente al presidente de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz, y , especialmente, a la líder de la Coalición Cívica a Elisa Carrió, ambos rivales en las elecciones primarias. “Lilita, Lilita”, estalló la concurrencia.

Ernesto Sanz, ex candidato a la presidencia por la UCR y posible Ministro de Justicia en un eventual gobierno de Macri, a las 23.50, había reclamado al Gobierno Nacional, en conferencia de prensa “que publique los datos oficiales de la Provincia de Buenos Aires cuanto antes”. Minutos después, el país conocía las noticias que ni el centro de campaña de Cambiemos esperaba: no sólo entraban al balotaje, sino que además Vidal le ganaba a Fernández por cinco puntos en una provincia que el peronismo gobernaba desde 1987.

Durante la primera tarde, en el centro de campaña  de Mauricio Macri, la idea de una segunda vuelta parecía cercana pero los dirigentes eran cautos en arriesgar números concretos, pese a que en las pantallas gigantes del predio podía leerse claramente el hashtag #HayBalotaje. Marcos Peña, coordinador de la campaña de Macri, fue el primero en asegurar categóricamente que habría una segunda vuelta, mientras no había ningún dato oficial ni información en el resto de los comandos de campaña de las restantes fuerzas políticas.

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Minutos antes de las 19, la ex candidata a presidente por la Coalición Cívica, Elisa Carrió, habló con la prensa: “Será un balotaje histórico, Mauricio Macri es el próximo presidente” y agregó: “Es mentira que había tres candidatos, siempre hubo dos”.

Poco después, subieron al escenario el jefe de Gobierno porteño electo, Horacio Rodríguez Larreta, acompañado por el intendente de Vicente López Jorge Macri y Sanz: “Este balotaje significa haberle dado equilibrio al sistema democrático”, subrayó el radical.

Las expectativas eran -para todos- tan distintas a los resultados, que los periodistas le preguntaron a Rodríguez Larreta si Macri evaluaba bajarse del balotaje. El dirigente del PRO, entre risas, contestó que fueran a realizar esa pregunta al Frente para la Victoria.

En exclusiva para ANCCOM el Rabino Sergio Bergman reflotó el debate sobre la tardanza de los datos oficiales: “Sólo nos queda tener paciencia porque el Gobierno Nacional no tomó la decisión de cambiar el sistema de votación. Un dirigente que quiere ahorrar incertidumbre a la gente lo haría, pero si pensás en tus clientes antes que en la gente, quizás no. Es una manera lamentable de usar la política para el mal, en lugar de para el bien”, declaró. Ya el candidato a presidente por Cambiemos, Mauricio Macri, había anunciado luego de emitir su voto por la mañana que se comprometería a garantizar en la segunda vuelta el voto con boleta electrónica, pero no precisó de qué manera.

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Pasadas las 20, la candidatas a vicepresidenta, Gabriela Michetti, llegó al escenario acompañada de Vidal. “Estamos ganando en docenas de municipios así que no aflojen. Cuenten los votos uno por uno”, pidió y señalando a su compañera aseguró: “Tenemos una candidata de lujo”. Inmediatamente, comenzaron los gritos: “Ahora, ahora, Vidal gobernadora” y “Hay que saltar, hay que saltar, para Mauricio, el balotaje”.

Michetti y Vidal decían ante las cámaras que iban a ser prudentes y respuetuosas hasta la llegada de los resultados oficiales. Sin embargo, la alegría las desbordaba. “El cambio se está haciendo realidad”, repetían mientras sonaba de fondo la canción “Fue lo mejor del amor”, de Rodrigo.

Pasadas las 23 todo el equipo de Cambiemos subió al escenario. Las primeras en agradecer fueron nuevamente María Eugenia Vidal y Gabriela Michetti, esta última dio paso a las palabras de Mauricio Macri quien luego de los agradecimientos de rigor plantó bandera de cara a la segunda vuelta: “Yo les dije que este día iba a empezar una revolución de alegría en la Argentina porque todos juntos aceptamos vivir el desafío de construir la Argentina que merecemos”.

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“A seguir peleando”

“A seguir peleando”

“A todos aquellos, que a lo mejor tienen el sabor amargo de la decepción por no haber alcanzado el lugar que soñábamos en la pelea por gobernar la Argentina, les digo que no bajemos los brazos”. Con esas palabras, Sergio Massa, el candidato a presidente de UNA, se mostró entero frente a una derrota que lo dejó lejos del soñado balotaje: su fuerza obtuvo el 21 por ciento de los votos y quedó relegada al tercer lugar. “Nos van a encontrar en el camino de construir un cambio positivo e inteligente para nuestro país”, completó como para mostrar su papel de fiscal hasta el próximo 22 de noviembre, cuando se vote definitivamente al próximo presidente de los argentinos. Pese al éxodo masivo de dirigentes del Frente Renovador en los días previos a las elecciones, Massa jugó el papel de hombre firme, equilibrado y dispuesto a mostrarse entero ante la adversidad de las urnas. “Tenemos el compromiso de que en nuestro país no haya impunidad con la corrupción. Mucha fuerza, a seguir peleando”, remató ante sus fieles en la noche del domingo.

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El diputado nacional y candidato presidencial por el Frente Renovador estableció su búnker en el Estadio «Pipa Tigre», ubicado en el distrito en donde construyó la base para lanzarse a su carrera presidencial. Finalmente, no llegó a cumplir el objetivo de obtener el segundo puesto que le hubiera permitido competir en una siguiente vuelta, pero igualmente tuvo palabras de agradecimiento para los más de cinco millones de argentinos que lo votaron. Su jugada principal, en los últimos días de campaña, había sido instalar la convicción de que sólo él -y no Mauricio Macri-, tenía posibilidades de hacerle frente al candidato oficialista Daniel Scioli en un balotaje.

Las palabras de Massa expresaron un ánimo de combate, aún cuando no se tenía dimensión de los sorpresivos resultados: una exigua diferencia a favor del candidato del Frente para la Victoria sobre la Alianza Cambiemos y el triunfo histórico de María Eugenia Vidal sobre el jefe de Gabinete nacional Aníbal Fernández en la Provincia de Buenos Aires. Con este panorama –y a pesar de la derrota-, el precio político de Massa subirá de manera notable, tanto de cara a balotaje del mes próximo como dentro de la interna justicialista que rápidamente despertarán los guarismos de anoche.

Detrás de las cámaras, en la sala de prensa, el jefe de campaña de UNA, Alberto Fernández, dio su opinión dejando a un lado los números concretos. “Hoy logramos plantar en la política argentina a un candidato joven que se ha revelado como un gran dirigente, capaz de afrontar batallas duras, y que se pudo imponer ante los poderosos. Armó un equipo de trabajo serio. Hemos plantado algo que el país estaba necesitando”, sentenció.

En consonancia con las declaraciones de Massa, el candidato a gobernador bonaerense Felipe Solá calentó su búnker, que se mantuvo en calma hasta cerca de las diez de la noche, cuando recién comenzó el tronar de los bombos y algunos militantes decidieron agitar sus banderas. “Hemos denunciado que el narcotráfico ha aumentado, hemos denunciado malas condiciones de salud en la provincia, y creo que si el nuevo gobernador bonaerense quiere brindar más seguridad debe tener mucho mayor control de la policía, debe estar mejor paga y descansada”, apuntó Solá, cuyas palabras apuntaban a un supuesto triunfo de Aníbal Fernández, algo que finalmente no se dio.

Hasta que Sergio Massa subió al escenario rodeado por los dirigentes más representativos de su fuerza, llamativamente las pantallas mostraban los festejos en los otros centros de cómputos. Fue el economista Aldo Pignanelli el encargado de reconocer el tercer puesto, poco después de las 19. Antes que él, los diputados Graciela Camaño y Facundo Moyano y el candidato a vicegobernador Daniel Arroyo habían pedido esperar los datos oficiales y respetar el acuerdo que habían suscripto todas las fuerzas políticas de no anticipar conclusiones sin tener cifras exactas.

“Hemos hecho una buena elección. Más allá de los números concretos creo que llevamos adelante una campaña de propuestas, las vamos a seguir haciendo, vamos a hacer un trabajo profundo y arduo desde el Congreso de la Nación más allá de quien gane, ya que el Parlamento va a tener otra composición que determina que se puedan realizar cambios profundos”, señaló Moyano.