“Bien warrior rima con ovarios”

“Bien warrior rima con ovarios”

 Paz Ferreyra nació y creció en la Paternal, más precisamente en la calle Bolivia. Aquella marca de origen resultó tan fuerte, que se constituyó en su verdadera identidad: Miss Bolivia. Antes de subir a escena, se recibió de psicóloga en la UBA, donde también estudió Letras. Trabajó como productora en el Canal de la Ciudad y recién en 2008 -cuando empezó a cantar en fiestas de amigos- se propuso comenzar una carrera de solista. Dos años más tarde editó su primer disco, Alhaja y en 2010 le siguió Miau. En su música fusiona la cumbia, con el rap y distintas variantes de reggae con algunos elementos del dance y un poco de pop.

Con sus ritmos, Miss Bolivia contribuyó a desestigmatizar la cumbia, la hizo sonar en los festivales más taquilleros y hasta la llevó a Hollywood, como banda sonora de la película Focus. Además, compuso e interpretó la canción “María, María”, tema principal de la telenovela La leona. Sus canciones no son pasatistas, se caracterizan por ser combativas y autobiográficas, con un llamado muy fuerte a las luchas reivindicativas feministas, LGBT y de derechos humanos.

En diálogo con ANCCOM, reflexionó sobre el lugar de la mujer en la música, su relación con el público y su punto de vista en la denuncia de Mailén y Rocío, al líder de La ola que quería ser chau, por abuso sexual.

¿Cómo atraviesa tu música tu formación como psicóloga y los años que cursaste la carrera de Letras? ¿Son elementos presentes?

Mi música apunta a hacerse preguntas. Y en la psicología, uno trata de hacerse preguntas. Tanto los libros que leí, como las experiencias que atravesé, no sólo académicamente, sino las experiencias de calle, atraviesan la obra de algún modo. Aunque no seas literal ni te estés refiriendo todo el tiempo a esas cosas, nunca sos el mismo después de leer un libro: te vas transformando; siento que ahí está la carrera. La Psicología es sanar con palabras y yo intento que la música que hago tenga que ver con sanar, con fortalecerse, con empoderarse. El empoderamiento tiene que ver con la salud también. Hay una psicología, quizá no es de diván o de hospital sino un dispositivo distinto que es la pista de baile o el living de tu casa o el auricular donde podés empoderarte o hacerte preguntas.

Los elementos autobiográficos en las letras de Miau generan mucha empatía e identificación, ¿cómo sentís que son recibidas tus historias por el público?

El artista sin el público no es. La gente es muy cálida, muy afectuosa, muy aguanta- trapos, me escribe cartas, me trae regalos, me tira ropa interior al escenario. Me gusta tener un público muy plural, muy diverso, no es que sólo hay una tribu en mis shows, hay gente muy distinta, un oficinista, un heavy, un rapero, un rasta, una señora, y eso está buenísimo. Es una de las cosas que me enorgullece, tener un público plural. Muchas veces, los cantantes o los artistas, los comunicadores en general, tenemos una responsabilidad, o un rol de espejear socialmente o darle asidero al otro. Uno canta sobre eso. En este disco,  canté de ese modo algunas canciones y la gente se apoyó en esas canciones, se vio y se sintió representada. Hace poco me tuve que subir a un bondi porque llovía y no pasaban taxis, y el chabón no me quiso cobrar porque era Miss Bolivia y yo le decía: “¡No, por favor!”. Y puso la música en el colectivo -¡un capo!- y me regaló un chocolate. Son cosas de amor, cosas lindas.

¿Repercute de alguna manera en el ambiente musical tu reivindicación del rol de la mujer y las demandas de género que promovés?

En todos los palos de la música está esto instalado, tengo colegas folcloristas, raperas, cumbieras, del pop, del rock y todas de algún modo hacen foco en esos contenidos y no estamos organizadas, es algo que cada una hace. Está lleno de organizaciones, con las cosas que están pasando hay como una furia y se organizan movidas de repudio o también de empoderamiento.

«Creo hay más conciencia de parte de mujeres y varones antipatriarcales, que hay mayor visibilidad,» declara Paz Ferreyra.

 

Hace unos días se hizo público el testimonio de Mailén y Rocío, dos chicas que denunciaron por abuso sexual al cantante de La ola que quería ser chau. ¿Tenés alguna reflexión al respecto?

Me afectó mucho, me pareció muy duro, vi al video y me pegó un bife. Me pareció que está bien que exista. Las dinámicas de abuso de poder están en toda la humanidad, el humano las puede desplegar en cualquier ámbito, obvio que está el folclore originario de las groupies y de los chabones, pero estos son casos extremos que pueden pasar en distintos espacios de la vida. Estas chicas tuvieron mucha valentía y mucho coraje. Lo que ellas hicieron es una herramienta comunicacional muy importante. Está bueno que si eso sucedió, se viralice, porque tiene que bajar el umbral de tolerancia que tenemos. Hay cosas que hay que cortar la bocha, y se corta así.

Existen  colectivos que tratan de empoderar a las mujeres, y desde la marcha  #Niunamenos esa tendencia se ha acentuado. ¿De eso se trata ser “bien warrior”?

Para hacerla corta, bien warrior rima con ovarios. Es un estado actitudinal, un estilo de vida. Creo hay más conciencia de parte de mujeres y varones antipatriarcales, que hay mayor visibilidad. Bandas femeninas y artistas femeninas hay un montón y siempre hubo un montón, ahora hay más foco, más visibilidad y eso está buenísimo en todos los palos de la música. De algún modo u otro todas hablamos de eso un poco y está bueno que pase.

¿Que nos vamos a encontrar en tu próximo show, el último de esta etapa?

Me van a acompañar algunos invitados del disco y vamos a hacer un adelanto de tres temas del próximo disco.  Miau no es algo que voy a dejar de tocar, sino que es un homenaje. La próxima vez que nos volvamos a ver en Buenos Aires va a ser con otro material.

¿Y en el próximo disco?

Sigue la cumbia, el rap y el reggae como eje, pero son temas que hablan mucho más de amor, hay militancia pero es mucho más autobiográfico, muchas canciones playeras porque estos últimos años estuve casi la mitad del tiempo en la playa y me pintó más playero.

Actualizado 03/05/2016

Macri, pará la mano

Macri, pará la mano

El primero en tomar el micrófono fue Pablo Micheli, titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) Autónoma: «Esto recién empieza. Más unidad y más lucha. Y si no escuchan, habrá paro nacional», advirtió. Le siguió el líder de la CTA de los Argentinos, Hugo Yasky, quien declaró: “Hoy empieza una historia distinta. El movimiento obrero unido está de pie pidiendo respeto al trabajo y al trabajador”. En tanto, Antonio Caló, titular de la Confederación General del Trabajo (CGT) sede Alsina expresó: “Vamos por la unidad: hacer una sola CGT”, y agregó que la fecha para dar ese primer paso será el 6 de junio con vistas a cerrar el acuerdo el 22 de agosto, día del histórico renunciamiento forzado de Eva Perón a la candidatura a la vicepresidencia. El cierre del acto estuvo a cargo de Hugo Moyano, titular de la CGT-Azopardo. “¿Cuáles son las medidas para detener la inflación desbordante, que en cuatro meses ya alcanza el 40 por ciento? ¿Cómo es posible que hayan tomado medidas inmediatas en otros sectores y no contra la inflación?”, resaltó el líder camionero. Ante una convocatoria multitudinaria, la casi totalidad de las centrales sindicales realizó una contundente demostración política, de cara al tratamiento de la ley antidespidos en la Cámara de Diputados.  

Un enorme escenario instalado frente al Monumento al Trabajador, ubicado en la intersección de las Avenidas Paseo Colón e Independencia, fue el espacio central del acto. Cientos de miles de trabajadores concurrieron desde distintas regiones del país, le dieron un marco imponente a la jornada y demostraron la capacidad de movilización del gremialismo. De la protesta también participaron, en este y en otros puntos del país, diversas organizaciones sociales, partidos políticos y  ciudadanos autoconvocados.

Integrantes de las CGT más fuertes y las dos CTA confluyeron en un mismo escenario, lo que fue un hecho inédito después de años en que no se reunían. El único ausente fue Luis Barrionuevo, representante gastronómico y titular de la CGT Azul y Blanca, que se reunirá el 1 de mayo con el presidente Mauricio Macri.

 

La apertura política del acto había estado a cargo del dirigente de la CGT moyanista Juan Carlos Schmid, quien leyó un documento consensuado por todas las centrales sindicales presentes, en donde enumeraban las promesas incumplidas del macrismo y el aumento de la pobreza y la inflación, entre otros puntos.

Emiliano Balaguer, presente en el acto, integra la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), en el área de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT). “Buscamos mayor estabilidad laboral y la apertura de paritarias. También queremos poner énfasis en la reincorporación de los 330 trabajadores despedidos en la SRT a lo largo y a lo ancho de todo el país”, señaló a ANCCOM. “También nos manifestamos en contra de la precarización laboral que heredamos de las anteriores gestiones del Estado y que son también responsables de que estos 330 compañeros estén hoy en la calle”, agregó.

En cuanto a su expectativa, Balaguer declaró: “Si no hay una respuesta del Gobierno Nacional hacia estos reclamos masivos es muy probable que haya un paro a nivel nacional. Yo estoy hoy acá por eso. Si no, es una marcha folklórica más que no termina en ningún beneficio para las mayorías. Y después sí, podemos luchar por intereses sectoriales, pero hoy tenemos que atender los reclamos de los que se han quedado en la calle”.

Además del cese de los despidos y contra la política de ajuste que viene implementando el gobierno de la alianza Cambiemos, otros ejes de los distintos discursos se focalizaron en la inflación, los aumentos tarifarios, la devaluación, el pedido de 82 por ciento móvil para los jubilados, la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, la criminalización de la protesta social, entre otros.  

Hugo Yasky, titular de la CTA de los Argentinos.

Luis Carlos Osorio, que se presentó como integrante de la organización “Macri, pará la mano”, afirmó: “Pedimos que el Gobierno Nacional dé marcha atrás con las medidas antipopulares: reincorporar a todos los estatales despedidos y revertir el tarifazo. Los hospitales de la provincia de Buenos Aires llevan quince días sin atención al público, entre ellos, el ‘Hospital Fiorito’ de Avellaneda. Hay comercios, en esta misma zona de la provincia de Buenos Aires, que están por cerrar porque no les dan los costos, y esto lleva a más despidos en el área privada”. Asimismo, añadió: “Espero que Macri reaccione y se dé cuenta que el pueblo está movilizado en espera de un paro nacional. Que Macri deponga su actitud de favorecer a los sectores concentrados, como el de los bancos”.

En tanto, Fernando, quien integra el movimiento peronista 26 de Julio manifestó: “Siempre es importante que el movimiento obrero se exprese porque es el principal sujeto de transformación de la historia”. Y consideró: “Hoy hay un hecho histórico, que es la unión de las grandes centrales de los trabajadores después de tanto tiempo”.

 

Respecto a la razón de la tardanza en una convocatoria masiva por parte de las principales centrales obreras el militante opinó: “Coincidímos con compañeros del ámbito sindical en que la dinámica del movimiento obrero tiene otros tiempos. Y es verdad que se tardó en una convocatoria masiva frente al ajuste, los despidos, el aumento de precios y demás, pero hay centrales regionales del interior del país que se vienen movilizando con medidas de lucha durante toda esta etapa”. Por otra parte, afirmó: “Nos gobiernan gerentes de las multinacional, que son expresión de los sectores financieros internacionales. El Gobierno no tiene políticas justas para dar respuesta a la crisis”.   

Por su parte, Juan Pablo Minetti, secretario de Comunicación de la Unión Informática, declaró: “Este encuentro es histórico porque el Gobierno actual está tomando medidas a favor de muchos grupos económicos concentrados y está retrasando la toma de medidas a favor de los trabajadores”. Además, explicó su postura sobre el accionar del sector privado: “Hoy lo que más nos preocupa es el tema de los despidos; las empresas están aprovechando la vía libre que da el Estado para dejar compañeros sin su fuente de laburo”.

 

Por último, Minetti advirtió: “Buscamos hacer una llamada de atención al Presidente sobre la ley antidespidos, y estoy convencido de que el Gobierno va a recibir este mensaje y va a actuar en consecuencia, es decir, no va a vetar esta ley tan necesario en estos tiempos de tanta gente en la calle. Porque si lo hace habrá una manifestación mucho más grande que esta”.  

Actualizado 29/04/2015   

“El acuerdo con los empresarios es un acto lamentable”

“El acuerdo con los empresarios es un acto lamentable”

Daniel Catalano prepara el primer mate del día y se queja con una sonrisa por las pocas horas de sueño. “La gente a veces se confunde, porque te ve en la tele piensa que uno dejó de hacer lo que hacía antes”, bromea.  Al frente de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE – Capital), Catalano asegura que el presidente Mauricio Macri cree que los empleados públicos son “un gasto”, detalla el impacto de las cesantías en la implementación de políticas públicas, y refuta el argumento eficientista de la nueva administración con una radiografía certera de las condiciones de trabajo estatal. Además, pone en duda el impacto del acuerdo que el gobierno firmó esta semana con sectores empresarios para frenar los despidos por 90 días porque “no garantiza” un freno a la caída del empleo. Y advierte: “Si el Presidente veta la Ley Antidespidos, se va a generar una crisis social profunda”.

En una entrevista exclusiva con ANCCOM, el dirigente gremial también apunta sobre las diferencias entre las centrales sindicales y advierte sobre el “vedettismo” de algunos de los máximos referentes de ese universo. “La unidad del movimiento obrero no se da por la cúpula”, subraya.

¿Cuál es la situación del empleo público a partir de la asunción de Mauricio Macri como presidente?

En el Estado hay 270 mil empleados públicos de la administración nacional, que cumplen con distintas funciones. Allí tenemos constatados, por quienes recibieron telegramas, que hay 10.941 despidos, y entre municipales y provinciales, son 35 mil. Macri dice que en el Estado nacional hay alrededor de cuatro millones de empleados públicos y que existe un sobrante de un millón y medio. ¿Cómo construye ese número? Toma a todas las fuerzas de seguridad, desde el Ejército, Prefectura, Gendarmería, Policía Metropolitana, y a trabajadores municipales y provinciales.  

¿Cómo afecta ese ajuste laboral a la implementación o marcha de políticas públicas?

Para el gobierno, los empleados públicos son un gasto. Y sus medidas y despidos  afectan la organización del Estado. Por eso nosotros medimos cuál es el nivel de daño que se genera cuando despiden empleados públicos. No hacemos una defensa corporativa de las fuentes de trabajo -que también hay que hacerla- sino que evaluamos las consecuencias de afectar a las políticas públicas, como por ejemplo en Conectar Igualdad: echaste mil laburantes pero dejaste a cerca de seis millones de estudiantes sin conexión y contenidos educativos. Estas medidas alejan al Estado de la gente. Lo mismo sucede con el programa Progresar o el plan Fines para incentivar a los jóvenes a terminar sus estudios.

¿Cuál es la situación de los contratos que el gobierno nacional  puso a revisión a partir del Decreto 254?

En el Ministerio de Salud hay 570 trabajadores que no firmaron el contrato, no saben si van a cobrar, y siguen estando ahí. No se los despidió pero tampoco hubo un acto administrativo que de prórroga para los contratos. Se supone que al 31 de marzo todos esos contratos deberían haber caído, pero después la estructura burocrática del Estado hace que todo pase; podés estar sin firmar contrato años y seguir laburando, el tema es que este gobierno echa sin causal. Lo que establecía el Decreto 254 era que el Estado iba a revisar a 70 mil empleados públicos y eso iba a arrojar una situación individual de cada trabajador. Nosotros hicimos infinidad de pedidos para que nos digan qué pasó con cada uno de los trabajadores, porque si dicen que hay causal de despido entonces  lo tienen que demostrar. ¿Cómo determinás si hay ñoquis? Si hay ñoquis los jefes de Recursos Humanos firmaron por alguien que cobra sin trabajar. Lo loco es que acá en el Estado nacional no se rajó a un solo jefe de Recursos Humanos; y no hay un solo caso auditado o un informe que diga ´esta persona no tenía banda horaria, por eso la echamos´.

¿Y los empleados que son monotributistas o tienen contratos a través de la universidades?

Para Macri no son trabajadores del Estado, ellos dicen que en todo caso tienen una relación con la Universidad. Hay una pelea con el macrismo para que los reconozcan como laburantes porque son trabajadores que cumplen funciones para el Estado y que tienen un objetivo estatal, pero se terceriza la actividad a través de las Universidades.

¿Hay una tendencia del gobierno de Macri a priorizar el ingreso de funcionarios políticos en lugar de la planta administrativa?

Es así, armaron una pirámide y en el medio no hay nada. En la Ciudad hay sueldos de ocho mil pesos en la base, casi todos en planta –no todos, hay cerca de 15 mil que no, pero los van  pasando a planta- y después hay una cúpula que cobra como monotributista, que tiene salario de hasta 200.000 pesos. Lo mismo están haciendo en el Estado nacional, pero en ese caso además están metiendo por decreto gente a planta, pero no te ponen como personal de limpieza, mantenimiento o administrativo, sino que son todos cargos ejecutivos. Ellos no achicaron al Estado, armaron un Estado muy bobo. Crearon cuatro Ministerios que no sirven para nada, crearon 45 cargos directivos con sus Secretarías y 15 Secretarías de Estado, con eso repartieron política. Además de cada Secretaría dependen coordinaciones y ahí es donde metieron toda la estructura. De hecho, en el Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas echaron a 160 trabajadores del programa Progresar, con salarios de nueve mil pesos, y recontrataron a 400, con sueldos mucho más altos. Entonces ni siquiera están planteando que tienen un problema de desfasaje de guita, sino que se está cambiando al trabajador público.

¿Y el proceso de pase a planta y jubilaciones?

Creo que van a jubilar a 24 mil personas, que son las que están en edad de jubilarse, y van a abrir una planta, y la van a empobrecer como sucedió en la Ciudad de Buenos Aires, que pasan a la gente con estabilidad laboral pero no con carrera administrativa, entonces pierden la antigüedad. Habrá muchos problemas, pero lo van a hacer. Van a decir: ´Nosotros pasamos a planta a la mayor cantidad de laburantes´ pero la realidad es que las condiciones en las que te dejan, no alcanzan ni siquiera para la supervivencia. Ellos también especulan con que los trabajadores renuncien, entonces te empobrecen, te dejan dos años con un salario  de mierda y creen que te vas a ir al sector privado, pero no hay sector privado a donde ir. La gente se queda donde está, entonces termina empobreciéndose, como pasa en la Ciudad de Buenos Aires, donde el salario promedio es de nueve mil pesos y con eso no se puede mantener a una familia, pero igual no renuncia nadie. Están todos agarrados a los nueve mil pesos y termina precarizándose.

Esta semana es clave para la discusión parlamentaria del proyecto de Emergencia Laboral, pero el gobierno ya adelantó que vetará cualquier iniciativa en ese sentido…

En la Ciudad de Buenos Aires, de las 276 leyes que aprobó la Legislatura porteña, 130 fueron vetadas por Macri, es casi el 50%. Eso es un indicador. No elegimos un Presidente que camina de la mano de la institucionalidad. El tema es que Macri tiene que pagar el costo político de lo que va a hacer. Si veta, generará una crisis social profunda.

Esta semana, el gobierno firmó un acuerdo con los empresarios…

El acuerdo firmado es una postura política que no garantiza que no despidan trabajadores. Es un acto lamentable. Además, el acuerdo no contempla a los ya despedidos. No es retroactivo. Permite cambiar de trabajadores por lo cual podría seguir despidiendo.

En las audiencias del Congreso, también se vieron diferencias de posturas de las centrales sindicales…

Porque la CGT, que son los que tienen más peso político, estaba más preocupada por el Impuesto a las Ganancias que por los despidos. Dentro de las tres CGT la que más sufre es la de Antonio Caló porque tiene toda la parte de fábricas, que hay suspensiones y despidos, y también están los empleados públicos. No todas las Centrales están atravesando la misma crisis. De hecho (Luis) Barrionuevo sí, porque se están cerrando locales, pero no sé, no le debe molestar tanto. Lo que sí va a suceder es que esto en algún momento va a detonar, hay partes de la CGT que están más preparadas que otras. Caló viene laburando muy bien, viene discutiendo y frenando miles de despidos, hasta ahora hay suspensiones. Si no arrancaron los despidos es porque hay una CGT que está presionando y negociando para que aquellos que se enriquecieron en los últimos años, hoy pongan la plata.

“La unidad del movimiento obrero no se da por la cúpula”, advierte Daniel Catalano.

En ese contexto, ¿cómo articularon la organización del acto por el Día del Trabajador?

Nosotros venimos trabajando con más de 150 sindicatos de base que son de la CGT y de la CTA. Es un laburo previo que tiene que ver con cómo concebir una situación que no nos deje atados a la realidad de la CTA. Nosotros somos CTA pero pensamos que la unidad del movimiento obrero no se da por la cúpula. Entonces armamos una estructura de gremios de la CTA y la CGT. Le cuesta mucho más a la cúpula juntarse que lo que nos cuesta a nosotros, que nos juntamos una o dos veces por mes. Hablamos,  planteamos nuestro marco de laburo, nuestras necesidades. De hecho en la Capital Federal articulamos con el subte y con docentes mucho antes que haya algún marco. Pero en las Centrales hay un problema de cartel, un problema de vedettismo. Los tipos ven el mundo de una manera muy distinta a como lo ven los trabajadores. Entonces hoy se articulan las cinco Centrales obreras que tienen una matriz de pensamiento que es inabordable; un Moyano y un Barrionuevo que son macristas; un Caló y un (Hugo) Yasky que son kirchneristas; y un Pablo Micheli que es más de izquierda.

Actualización 11/05/2016

 

La música pudo más

La música pudo más

En un comunicado del martes 19 de abril el Colectivo de Trabajadores de las Orquestas y Coros del Bicentenario anunció que a raíz del acto del pasado 14 de abril en reclamo por la continuidad del Programa «y luego de finalizado, los trabajadores acompañados por representantes gremiales, fuimos recibidos por el Subsecretario de Gestión y Políticas Socioeducativas del Ministerio de Educación y Deportes, Profesor Marcelo Cugliandolo, quien nos informó que el ministerio emitió las resoluciones que garantizan el traspaso de fondos anual para todo el área Socioeducativa de donde dependemos, junto a otros programas como CAI, CAJ, Plan Fines, Administradores de Red, Conectar Igualdad, Radios Comunitarias» y agregaron que «Cugliandolo afirmó que la Coordinación Pedagógica Nacional tendrá continuidad y confirmó también la descentralización de nuestro programa (como de todos los del área de Socioeducativa), lo cual nos llena de preocupación y nos pone en estado de alerta». 

Leer el comunicado aquí

Cómo fue el reclamo

“Cantar nos traslada”. “No nos saquen la música, queremos estudiar”. “Música es vida”. Las consignas escritas en pancartas y carteles, se agitaban y brillaban bajo un intenso sol de mediodía en la plaza frente al Palacio Pizzurno, escenario del concierto que dieron músicos de guardapolvos blancos. Cientos de niños y jóvenes se reunieron para hacer lo que más les gusta: tocar música. Pero también para defender el programa socioeducativo que les permite ejercer ese derecho y cuya continuidad hoy no está garantizada: muchos docentes están dando clases sin contratos vigentes y sin cobrar.

El Programa de Orquestas y Coros para el Bicentenario que depende de la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas del Ministerio de Educación de la Nación, es una propuesta dirigida a niños, niñas y jóvenes de toda la comunidad, específicamente a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad social.  Más de 300 orquestas y coros funcionan en todo el país, involucrando a 2.000 docentes en la formación de 20.000 chicos de primaria y secundaria con el objetivo de mejorarles el acceso a bienes y servicios culturales, tender puentes hacia la reinserción y retención de los jóvenes en la escuela y estimular el contacto y el disfrute de la música. A través de este proyecto pedagógico de inclusión, los chicos aprenden a leer partituras, a tocar un instrumento que pueden llevarse a su casa, visitan teatros, participan en conciertos didácticos, hacen giras y tienen encuentros con orquestas y coros de distintas provincias. Y sobre todo, aprenden música de manera colectiva. Una experiencia que tanto los alumnos como las familias viven como muy transformadora.

A medida que iban llegando al lugar, acompañados de sus familiares y docentes, los chicos sacaban de las fundas negras sus instrumentos para afinar y prepararse para el concierto. De a poco se fueron sumando todos los sonidos: el clarinete, el oboe, el fagot, la flauta traversa, la trompeta, el trombón, el violín, el violonchelo, el contrabajo, la viola, la guitarra, la percusión; todo eso, a la vez, iba mezclándose con las voces de los coros que practicaban por última vez las canciones.

Barracas, Flores, Vicente López, Avellaneda, Lomas de Zamora, Berazategui, Quilmes, Florencio Varela, Moreno, Esteban Echeverría: los coros y las orquestas se identificaban con sus propias pancartas. Bajaban sin parar de micros escolares: Punta Indio, Bella Vista, Luján. Verónica Acosta vino desde El Pato, localidad de Berazategui, acompañando a sus hijos Joaquín, 8 años, trompetista; Guadalupe,  12, que toca el chelo y Belén, 15, que toca la viola. Hace un año que los tres forman parte de la orquesta, “un lugar de contención para los chicos, los estimula desde el aprendizaje hasta los sentimientos”, describió Verónica, sorprendida por ver a sus hijos tan comprometidos, incluso hasta el más chico: «El sábado tienen orquesta y ellos ya se están preparando desde el lunes». En la Escuela 12, donde funciona el programa, las clases se redujeron a una vez por semana por la falta de pago salarial de los docentes. “A los chicos les genera mucha tristeza», dijo Verónica y agregó “No todos tenemos la posibilidad de mandarlos a una institución privada. Somos gente trabajadora y sin este programa sería imposible que mis hijos puedan acceder a tocar instrumentos y aprender lo que es la música».

Inés es la mamá de Luciano, 14 años, que desde hace tres toca el contrabajo en la orquesta de Solano, provincia de Buenos Aires. Cuando ingresó, Luciano quería tocar el órgano, pero como el instrumento no estaba en la orquesta el profesor le propuso el desafío de tocar el contrabajo y le aseguró que, empezando por ahí, podría dominar los demás instrumentos. Y así fue: hoy también toca la guitarra y el órgano. «La orquesta es una familia más”, definió Inés, y comparó, sonriente: «Para Luciano ir a música los sábados es como ir a misa los domingos». Inés hablaba orgullosa de su hijo como “un niño muy feliz”, y sobre todo, rescataba: «No lo tengo en la calle, con adicciones, ni pensando adónde puede escaparse. Él sabe que el día sábado es de su música. Pero si el programa no continúa, ¿dónde lo meto?»

Con el primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven, la Orquesta Juvenil Nacional inició el concierto con la dirección de Mariano Kosiner. Como músicos profesionales, los jóvenes leían las partituras apoyadas en sus atriles y levantaban un poco más la mirada para seguir la batuta de su director. Al bajar del escenario, Kosiner habló con ANCCOM: “Este programa funciona en lugares donde no hay conservatorios ni a 200 kilómetros, pero incluso donde hay, tenés que saber tocar un instrumento para entrar, explicó. En este caso los chicos aprenden a tocar un instrumento desde cero y al mismo tiempo entran a la orquesta. La esencia del programa es la orquesta, tocar juntos. En este sentido, Kosiner –que también es arreglador y capacitador de grupo- argumentó que lo que se busca es “acercar la música a todos y que los chicos aprendan a armar algo hermoso, cada uno por su parte y entre todos. ‘Juntos es mejor’ no es una metáfora, es la realidad misma y eso lo viven los chicos desde el primer momento”.

Frente a este contexto de vaciamiento, que incluye otros programas como Conectar Igualdad, Plan FinEs y los Centros de Atención Infantiles (CAI) y Juveniles (CAJ), Kosiner interpretó: «Están intentando quitar el Estado del lugar que debería tener como impulsor y fomentador de la educación y de la cultura. El Estado está para atender cuestiones que no son negocio”.

«Los chicos aprenden a hacer música colectivamente» delineó sobre el programa, Nicolás Gave, director de la orquesta del barrio Independencia de José León Suárez, y agregó que «crecer con esto es crecer diferente, con otras herramientas que te da la educación musical de calidad, una educación que debe ser para todos». El contrato de Gave vence a fin de mes y si bien la jurisdicción dijo de palabra que el programa iba a continuar, todavía no hay ninguna confirmación concreta sobre su renovación, situación que alcanza incluso a los contratos de otros compañeros docentes, que finalizaron en febrero y marzo.

Al costado del escenario, Juan Sopé, director de la orquesta infantil del Bajo Flores y profesor de guitarra, tocaba los temas junto a su alumno mientras le indicaba con la palabra los acordes y lo seguía atento con la mirada. “Apenas empiezan a venir a la orquesta, se quieren llevar los instrumentos a la casa para estudiar –contó Sopé a ANCCOM. Hay un compromiso muy grande de los pibes. A diferencia de la educación tradicional que enseña individualmente, aprender en una orquesta estimula la solidaridad, el escuchar al otro, la concentración que requiere aprender a tocar un instrumento los beneficia para estudiar en la escuela, y cuando salen de las orquestas están preparados para tocar con cualquiera”.

Entre los temas que sonaron como el malambo de la suite “Estancia”, “El huaynito del sapo”, “Tren del cielo”, “Rezo por vos”, el micrófono pasó de mano en mano entre distintos oradores. “El Estado Nacional mediante el Ministerio de Educación no ha garantizado ni política ni económicamente la continuidad de las orquestas y coros de todo el país”, manifestó una de las representantes del Colectivo de Trabajadores de Orquestas y Coros. A pesar de que el ministro Esteban Bullrich aseguró la continuidad del programa, la mayoría de los docentes no tienen contratos vigentes al día de la fecha y existen jurisdicciones donde se adeudan salarios de 2015 y de los meses transcurridos del 2016. Desde el Colectivo de Trabajadores denunciaron que esta política de vaciamiento se evidencia también en el cierre de cargos cuando renuncia un profesor, en escuelas donde no permiten el ingreso de los docentes para dar clases ni que los chicos puedan acceder a los instrumentos, y también en la falta de insumos. Además, se refirieron a la intención del ministro de destinar los fondos de los programas a las provincias: “Esta afirmación, que tan linda queda en nombre del federalismo, oculta la desvinculación del Estado nacional como coordinador de este tipo de política pública, dejando librada a la buena voluntad y deseo de cada provincia la continuidad de este programa y de todas los del área”, declararon las representantes del Colectivo.

“Las orquestas son una apuesta por la educación pública, la inclusión social y la igualdad de derechos”, defendieron las docentes. “Queremos seguir siendo parte de un Estado presente que no piense que la cultura y la educación son un gasto sino una inversión, porque son una herramienta de transformación social y mejora de la calidad de vida de los ciudadanos”, expresaron por último.

El público devolvía aplausos. “¡No al cierre!”, coreaban los chicos con el ritmo que marcaba la percusión y pedían “¡que salga el ministro!”, mientras levantaban sus instrumentos en dirección al cielo. Pero Esteban Bullrich, que había sido notificado sobre el concierto, había dejado su despacho a las doce del mediodía.

“¡La paz se construye con políticas públicas! ¡Menos armas y más instrumentos! ¡La real seguridad es la educación!”, exclamó sobre el escenario Silvia Almazán, Secretaria de Educación y Cultura de SUTEBA. También estuvieron presentes acompañando el reclamo integrantes de la Comisión Directiva de ATE y CETERA. El concierto finalizó con el Himno Nacional, que se cantó mientras familiares, amigos y docentes se unieron en un abrazo simbólico al Ministerio de Educación.

Ya eran pasadas las dos de la tarde cuando los profesores empezaron a llamar a sus alumnos para emprender la vuelta a los barrios. Los instrumentos se guardaron en las fundas y alejándose del Palacio Pizzurno en distintas diagonales, cada orquesta y coro se diferenció por primera vez.

Una ronda de amigos con instrumentos al hombro todavía no se iba. La primera en hablar fue Karen, 21 años, que toca la flauta traversa desde los 16 en la orquesta de Ciudad Evita. Cuando empezó no sabía ni cómo tomar el instrumento pero hoy confirma que todo es cuestión de práctica. «Me siento muy especial, nunca pensé que desde mi lugar iba a llegar a una orquesta y mucho menos que iba conocer otras provincias del país», expresó Karen a ANCCOM.

«Cuando entré me impresionó cómo gente que no se conocía podía tocar y hacer algo lindo que suene bien», dijo entusiasmado Lucas, 17 años, compañero en la orquesta. Él aprendió a tocar el violín hace unos meses y ya sabe interpretar «El huaynito», «La tempestad» y «Rezo por vos».

Camila, 13 años, toca el chelo hace cinco y escuchaba a su compañero Román, 19 y violinista desde hace tres, cómo destacaba las buenas amistades que le dio la orquesta: «No sólo es el hecho de aprender a tocar un instrumento sino crecer como persona», reflexionó y consideró que de no continuar el programa «se les cierra una puerta a las personas y se les impide que crezcan culturalmente, que es un derecho que tiene todo ser humano».

La ronda de los jóvenes de la orquesta de Ciudad Evita seguía completa a pesar de la señal de sus profesores de subir al micro para volver a las casas. Antes de irse, Karen fue la última en hablar: «La música genera una paz y una armonía entre todos que no es solamente la que se escucha cuando tocamos, también la tenemos nosotros».

Actualizada 19/04/2016