Jun 9, 2016 | inicio
El Obelisco de Buenos Aires se convirtió, por la tarde del 8 de junio, en el punto de concentración de la movilización de los distintos gremios y sindicatos nucleados en la Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa. Desde allí se partió hacia el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, ubicado en la avenida Leandro N. Alem al 600, donde se realizó el acto principal. Los reclamos incluyen el pedido de paritarias, un salario mínimo que supere la Canasta Básica Familiar, el fin de los despidos y la precarización laboral, la defensa de la libertad de expresión, el cumplimiento de los estatutos y convenios y la derogación del Protocolo Antipiquetes, entre otros pedidos. El #8J enfocó sus críticas a las patronales de medios y a la gestión del Gobierno macrista. Durante la pacífica caminata, que cubría unas dos cuadras de concentración, se realizó una parada en el edificio de Radio Nacional -en Maipú 535- en la que se entregó a las autoridades de ese establecimiento el mismo petitorio que más tarde le fue dado al Ministerio.
De acuerdo a las cifras mencionadas por los oradores en el acto central, se calcula que 2.000 trabajadores han sido despedidos o suspendidos de su actividad. En tanto, el secretario general de SIPREBA, Fernando “Tato” Dondero, explicó que 1.000 puestos pertenecían a empleados que se desempeñaban en medios de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, lo que equivale a seis puestos de trabajo menos por día en los últimos seis meses. El 20 por ciento de estos 1.000 trabajadores pertenece al Sindicato de Prensa de Buenos Aires.
La movilización gremial y sindical conjunta del sector se produjo en el marco del Día del Periodista -el pasado 7 de junio- y supone un hecho inédito en los 33 años de vida democrática: asistieron trabajadores unidos de distintos puntos del país por iniciativa de la Mesa Nacional, compuesta por la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN-CGT) y la Federación de Trabajadores de la Comunicación (FETRACOM-CTA). También se sumaron SIPREBA, la Asociación de Prensa de Santa Fe (APSF), el Sindicato de Prensa de Rosario (SPR), el Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (CISPREN), el Sindicato Entrerriano de Trabajadores de Prensa y Comunicación (SETPyC), la Asociación de Prensa de Tucumán (APT), representantes de Bahía Blanca, La Pampa, Mendoza, Formosa y Ushuaia, entre otras localidades. También estuvieron presentes los extrabajadores de InfoNews, el sitio de noticias cerrado por el empresario Sergio Szpolski, miembros de las comisiones internas de los medios del Grupo Clarín, la Asociación Trabajadores del Estado (CTA), la Unidad Canilla (gremio de los vendedores de diarios), dirigentes de izquierda y autoconvocados que apoyaron el reclamo.
Oscar Gigena (51) es secretario general de la APT y hace 30 años que ejerce la profesión de periodista. Estuvo presente en la marcha y dialogó con ANCCOM: “Tenemos reclamos generales, entre ellos, el rechazo del tarifazo y la baja del poder adquisitivo y también otros muy puntuales en relación con la actividad, como el fin de los despidos y la mejora de las condiciones laborales. Por eso hoy todos vamos a caminar juntos por primera vez en años dejando nuestras diferencias a un lado”, señaló. Gigena es también secretario de la Central de Trabajadores de la Argentina de Tucumán, que responde a Hugo Yasky: “Hay una doble moralidad. Por un lado, hay una línea editorial que se sube al púlpito y señala la transparencia, la moralidad, la defensa de las leyes y de la República. Y por el otro, están los empresarios que son dueños y definen esa misma editorial, no cumplen con las leyes, precarizan, despiden trabajadores, fomentan el acoso laboral”. Y agregó: “En el noroeste argentino hay muy pocos sindicatos que están en pie. En Salta, Jujuy, Catamarca, Santiago del Estero no hay representación verdadera de los trabajadores de prensa y de la comunicación. Por eso, convocamos a todos los compañeros que se sumen a la agrupación como una estrategia para defender sus derechos”.
Edgardo Carmona (60) empezó a trabajar en los medios a los 23 años y hoy se movilizó en calidad de secretario general de la Federación de Trabajadores de la Comunicación y la Cultura – CTA: “Un encuentro así no sucedía desde el regreso de la democracia. Uno de los motivos de no habernos juntado antes es, por un lado, por impericia de los dirigentes sindicales –hay que reconocerlo- y, por el otro, porque la crisis actual pinta aguda y esto motiva a que los representados exijan unidad para poder afrontar la lucha”, afirma Carmona, quien además integra la Secretaría General del SPR.
Consultado por la situación actual en que se ejerce la profesión, Carmona contestó: “En la mayoría de las empresas periodísticas se trabaja con tensión, porque se trabaja en función de una línea editorial que está al servicio de intereses de campaña y, en este caso, a favor de políticas de gobierno antipopulares. Mientras que en la esfera pública hay una deuda de la democracia de crear medios del Estado y no del gobierno de turno”. “Además, el Gobierno de la alianza Cambiemos echó por tierra la Ley de Servicios Audiovisuales, a través de dos decretos de necesidad y urgencia, y terminó allanando el camino para profundizar la concentración del Grupo Clarín, con la compra de Nextel, de Telecom, y la posibilidad de extender la licencia de Cablevisión a todo el país. Esos favoritismos evitan que se comunique a la población la serie de medidas antipopulares que se están llevando a cabo”, explicitó el secretario rosarino.
Representantes de los partidos de izquierda también se hicieron presentes en la caminata. El diputado nacional por el Partido de Trabajadores Socialistas Nicolás del Caño manifestó: “Hay que acompañar este proceso de organización que está surgiendo desde abajo, tanto en Buenos Aires como en el interior del país”. Es un modo de empezar a combatir las persecuciones que se dan a los trabajadores de prensa, sobre todo en las provincias como Mendoza. Pese a la importancia de este acontecimiento, no creo que tenga mucha repercusión porque los medios siempre se han negado a visibilizar la lucha contra la explotación de sus propios trabajadores”, indicó el ex candidato a Presidente por el Frente de Izquierda. Por su parte, el ex diputado nacional por el Movimiento Socialistas de Trabajadores, Alejandro Bodart, afirmó: “Un gran motivo para celebrar es que los trabajadores de prensa han conformado nuevas organizaciones sindicales, dejando a las viejas que no responden a sus intereses, para enfrentar a las patronales y al Gobierno Nacional. Eso es una luz para que avance la libertad en este país”.
Actualizada 09/06/2016
Jun 3, 2016 | inicio
Miles de trabajadores se movilizaron hoy a Plaza de Mayo, en una convocatoria organizada por dos de las cinco centrales obreras del país para rechazar el veto a ley antidespidos, firmado por el presidente de la Nación, Mauricio Macri, el 23 de mayo pasado. La jornada, organizada por las CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma, contó con una amplia participación de organizaciones gremiales, sociales y políticas, a pesar de que tuvo como protagonista a una llovizna intermitente, que sólo por unos pocos minutos dejó de ser una testigo privilegiada del acto. La marcha culminó con el discurso de los secretarios generales de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, y de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, quienes se refirieron en varios pasajes a la posibilidad de reunificar la entidad, dividida desde 2011 luego de que fracasara en dos oportunidades la elección de sus autoridades. «La unidad no es sencilla, no ocultamos que tenemos diferencias, pero los trabajadores nos han dado un mandato, y quienes tenemos responsabilidades sindicales no podemos hacer lo que se nos dé la gana», comenzó Micheli, primer orador de la tarde.
Por su parte Yasky, encargado del cierre del acto, puntualizó que «cuando los trabajadores y trabajadoras se autoconvocan desde la dignidad, la respuesta sólo puede ser multitudinaria», haciendo referencia al rol decisivo de la clase trabajadora en la vida política nacional. Luego, agregó: «Este día gris es en realidad un día luminoso, porque estamos juntos con la CTA Autónoma para decir que, a pesar de las diferencias, estamos dispuestos a retomar el camino de la unidad de acción». La metáfora pareció surtir efecto, porque inmediatamente el cielo comenzó a abrirse y los rayos del sol asomaron tímidamente por primera vez en todo el día, aunque por escasas fracciones de tiempo. «El hecho de que haya tantos compañeros con esta lluvia es una prueba de la firmeza de los trabajadores para resistir a este gobierno neoliberal», exclamó Micheli, reforzando un estado de situación que ya era de público conocimiento: los despidos y la caída del salario producto de las medidas devaluatorias del gobierno nacional habían precipitado la alianza defensiva de los dos líderes sindicales. “Es una actitud madura el saber construir en la diversidad y sabemos que no alcanza con esta movilización. Necesitamos un paro poderoso”, concluyó el estatal.

El paro estuvo en la agenda de las cinco centrales obreras después del acto multitudinario y conjunto que realizaron el pasado 29 de abril para exigir la aprobación de la ley antidespidos. Sin embargo, tras el veto presidencial, las tres CGT -encabezadas por Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo- desistieron de convocar a la huelga general.
En el acto de ayer Yasky, referente del sector docente, fue más allá e incluso puso en cuestión la vocación democrática del gobierno macrista: “¿Es democracia vetar una ley que fue aprobada por mayoría en el Congreso? Para nosotros hay más democracia en las calles, con los trabajadores defendiendo sus puestos de trabajo”. Al retomar la discusión a propósito de la posibilidad de volver a unir las dos fracciones de la central obrera, el dirigente restó importancia a las cuestiones formales: “Esta es la verdadera unidad que necesitamos. Todos juntos en la plaza, en las calles, para luchar porque de una vez por todas haya respeto por los derechos de la clase trabajadora”.
La intervención de los oradores estaba prevista para las 15, sin embargo, una hora antes la Avenida de Mayo estaba repleta de manifestantes, en el tramo que separa a la Plaza de Mayo de la Avenida 9 de Julio. La columna principal -que integraban además de los conductores de las CTA otros referentes de la política argentina, como el titular del partido Movimiento de Integración Latinoamericana de Expresión Social (MILES) Luis D’Elía o el ex legislador porteño del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) Alejandro Bodart, entre otros- avanzó por Avenida de Mayo hasta el escenario montado en la plaza, mientras que fueron varias las agrupaciones y filiales sindicales del Interior del país que llegaron desde las calles diagonales. A las 15.30 los oradores ya ocupaban el escenario, pero el inicio de los discursos debió esperar al ingreso de las Madres de Plaza de Mayo, en su tradicional ronda de los jueves, escoltadas por la ya emblemática leyenda «Madres de la plaza, el pueblo las abraza». «Las Madres nos enseñaron que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Si ellas pudieron luchar por sus hijos desaparecidos, ¿cómo los trabajadores no podemos salir a la calle a defender nuestro salario?», coincidieron los oradores.

Hugo Yasky y Roberto Baradel sostienen un cartel que expresa solidaridad con la central obrera francesa.
«Ni la lluvia nos detiene. Si hay veto, va a haber lucha», fue una de las frases más repetidas de la jornada. La Ley de Emergencia Ocupacional -conocida públicamente como «ley antidespidos»- fue aprobada por la oposición al gobierno macrista en el Congreso Nacional, el 19 de mayo pasado, aunque el veto presidencial, que se concretaría al día siguiente, era un secreto a voces. La norma buscaba desalentar a las empresas a concretar despidos de trabajadores, imponiéndoles durante 180 días la obligación del pago de una doble indemnización si insistían con el envío de telegramas.
El Decreto N° 701/2016, rubricado por el jefe de Estado el 20 de mayo, pero publicado en el Boletín Oficial tres días después, oficializó el veto al texto legal, argumentando paradójicamente que la decisión obedecía a la necesidad de «avanzar hacia la pobreza cero» y «crear millones de puestos de trabajo». El documento reiteró la prioridad del gobierno de «generar confianza» y crear las condiciones para «la inversión y el crecimiento económico y, por lo tanto, de generación de empleo genuino», objetivos que desde la óptica oficial se verían eclipsados si se reglamentaba la ley. No obstante, fuentes de diversa orientación ideológica coinciden en que se han producido más de 100 mil pérdidas de puestos de trabajo desde que asumió Macri, el 10 de diciembre pasado.
La movilización se realizó un día antes de que tenga lugar una nueva marcha en el marco de la campaña conocida como #NiUnaMenos, que reclama el fin de los femicidios y la violencia de género contra las mujeres. De todos modos, ni la proximidad de dicho acontecimiento ni tampoco la lluvia y el frío motivaron hoy la cancelación de la movilización de la CTA. Tampoco lo hizo la negativa de los líderes de las tres CGT de sumarse a la jornada. Aún más, algunos de los sindicatos enrolados en la entidad que conduce el camionero Hugo Moyano, como la Asociación Bancaria, liderada por Sergio Palazzo, dijeron presente en la tarde de hoy, en una señal de que más allá de las formalidades, el escenario actual de pérdida de poder adquisitivo y amenaza a la continuidad laboral obliga a los representantes de la clase trabajadora a ocupar todos la misma vereda.
Actualizado 4/03/2016
Jun 1, 2016 | inicio
El auditorio Roberto Carri de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA rebalsaba en la tarde del viernes. Había gente en los pasillos, en cada rincón del salón, en cualquier metro cuadrado libre. Solo las butacas más cercanas al escenario esperaban plegadas. Pero poco a poco se fueron ocupando según los nombres de sus reservas: académicos, funcionarios públicos -en actividad o recesivos- y artistas. Sólo un asiento permaneció vacío, con el cartel de Milagro Sala, quién fue aplaudida y aclamada de pie por todos los presentes.
En la calle Santiago del Estero, los ‘tupaqueros’ acompañaban encolumnados: no querían dejar de recibir al vicepresidente de la República Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera, quien disertaría junto al politólogo brasileño Emir Sader y su colega argentino Eduardo Rinesi con motivo del lanzamiento de la Fundación Germán Abdala.
Detrás de las puertas del auditorio, ya cerradas, esperaba una multitud, igualmente abarrotada, para seguir por pantalla gigante la conferencia que, invitados por ATE, los tres académicos brindaron bajo el título “Restauración conservadora y nuevas resistencias en Latinoamérica”

Rinesi: Antología de la democracia reciente
El filósofo y politólogo Eduardo Rinesi fue el encargado de abrir la exposición. La relación entre novedad y política motorizó su disertación, a partir de una reflexión sobre las «nuevas izquierdas» y las «nuevas derechas» en Argentina y América Latina. Para ello utilizó como eje la palabra «democracia», haciendo una caracterización de los distintos significados que adquirió el concepto durante los últimos 40 años.
«Nadie se privó de hablar en las últimas décadas, en la Argentina, de democracia. Nadie se privó de sostener sus propios proyectos políticos, incluso los más ostensiblemente antidemocráticos, sobre una idea acerca de la democracia. Ni siquiera en la última dictadura, que se presentó a sí misma al servicio de una democracia que peligraba en manos del populismo, en manos del desorden, en manos de la corrupción», subrayó el ex rector de la Universidad Nacional de Sarmiento. Democracia como ‘orden’, dijo, fue la clasificación que entonces se le atribuyó en los años de la última dictadura.
Durante el siguiente período, en los años ochenta, «nos representamos a la democracia como una utopía hacia la cual había que marchar. Utopía como la plena vigencia de las libertades que los teóricos del liberalismo llaman ´libertades negativas, frente a los poderes que pueden asfixiarla, como el Estado».
En la década siguiente, la democracia viró hacia una idea de rutina: «La rutina de votar cada dos años, de tener aseguradas ciertas garantías mínimas, ciertos derechos, ciertas libertades básicas».
Desatada la crisis del neoliberalismo a fines de 2001, para un corto período finalizado en 2002, Rinesi definió una nueva idea de democracia, como “espasmo participativo”: «Muy intensa, muy vigorosa, asambleística, sobre la que todavía tenemos mucho para pensar».
Desde la asunción de Néstor Kirchner en 2003, «empezamos a pensar más que en un proceso de democratización, de ampliación y universalización de libertades y de derechos». La forma en que se la denominó en ese momento fue ´democracia republicana´, entendiendo ´República´ como «cosa pública, cosa común, cosa de todos, bienestar general».
Detenido sobre ese concepto troncal de la historia política, continuó: «La palabra República es demasiado preciosa en el lenguaje político para regalársela a los conservadores que pretenden apropiársela, para decir algo muy por debajo de lo que esa palabra nombra».
«¿A cuál de estas ideas de democracia tributa la concepción que sostiene la nueva derecha gobernante en Argentina?», se preguntó para finalizar. Casi sin dejar pausa respondió: «A la idea de democracia como ‘orden’, como tenía la dictadura y a la idea de democracia como pura ‘rutina institucional’, que tuvo el menemismo».

Sader: Neoliberalismo vs antineoliberalismo
«Voy a hablar parado porque soy populista», bromeó Emir Sader para dar inicio a su exposición. Luego de celebrar la organización conjunta de ATE y la la Facultad de Ciencias Sociales porque permite «romper la barrera entre la práctica política y la elaboración teórica», se avocó a hablar sobre la situación política actual de Brasil.
«¿Qué pasó? ¿Por qué pasó? ¿Qué es lo que va a pasar?», fueron las preguntas a partir de las cuales el catedrático brasileño desplegó su intervención. «Lo que pasó es que perdieron cuatro elecciones seguidas, sucesivas. Y tienen todas las de seguir perdiendo, porque en las próximas elecciones irán contra Lula». A continuación contextualizó el marco en el cual se votó el impeachment de Dilma Rousseff: «Con financiamiento privado hicieron el peor Congreso que hemos tenido. Los que se tomaron el trabajo de mirar la votación de ese vergonzoso 17 de abril se habrán dado cuenta del striptease que es hoy el Congreso. Con esa mayoría están tratando de sacar a Dilma, sin ninguna justificación legal, por un manejo presupuestario que todos hacen para facilitar políticas sociales. Por eso es un golpe blando».
Para describir la línea ideológica del gobierno interino de Michel Temer no le fue necesario valerse de elaboradas categorías. Le bastó con hacer referencia al actual gobierno argentino. «El equipo económico de allá podría ser intercambiado con el de acá. Nadie perdería, nadie ganaría; son igualitos. El modelo es el mismo: privatiza el patrimonio público del Estado, corta los recursos de las políticas sociales y atenta contra los derechos de los trabajadores». A continuación afirmó: «El gobierno tiene un núcleo económico de banqueros. Viven del endeudamiento del gobierno, de las empresas y de la gente. Por eso se enriquecen con las crisis».
Sin embargo, su exposición no estuvo exenta de autocríticas. Destacó dos errores fundamentales del segundo gobierno de Rousseff que facilitaron la avanzada de la derecha. El primero: «Una política económica equivocada. Un ajuste fiscal que es socialmente injusto porque hace recaer la crisis sobre los trabajadores y económicamente ineficiente, porque ajustando nunca se llega a retomar el crecimiento económico, entonces lleva a la recesión y al desempleo». El segundo error que marcó se desprende del primero y refiere al costo político de esas medidas económicas: «Se le quitó a Dilma el apoyo popular, se hizo frágil y víctima más fácil de los ataques de la derecha».
Para cerrar detalló la situación actual, que definió como un terreno en disputa todavía indefinido. «O se sostiene el actual gobierno de manera absolutamente impopular y represiva hasta 2018, o puede haber elecciones directas o también un referéndum. Estamos en un proceso con disputas por delante». Luego relevó el balance de fuerzas de los dos modelos políticos en puja: «¿Con qué cuentan ellos? Con el monopolio privado de los medios de comunicación, con una parte del Congreso y con el Poder Judicial. Nosotros tenemos un poder popular extraordinario, tenemos el liderazgo de Lula y tenemos razón».
No reconoció el presente brasileño como el fin de un ciclo, «como fue la etapa desarrollista, que se agotó y el neoliberalismo la superó por derecha. Ahora no. La alternativa de ellos no es hacia adelante, es hacia atrás. En la disputa de ideas nosotros tenemos valores fundamentales para defender y no sólo valores, realizaciones concretas que han sacado al país de la peor crisis de su historia. El campo político está definido como neoliberalismo versus anti neoliberalismo, ese es el dilema fundamental de nuestro tiempo».

García Linera: Un estado continental
«No estamos en un buen momento. Tampoco es un momento terrible. Es un momento de inflexión histórica». Así empezó su exposición Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia desde 2005. «De manera fría, como lo tiene que hacer un revolucionario, hay que analizar las fuerzas y escenarios reales que existen, sin ocultar nada, porque dependiendo de la claridad del análisis que uno hace, es que sabrá encontrar las potencias, las fuerzas reales y prácticas del avance futuro», continuó con un tono reflexivo, todavía con el saco puesto.
Después de una breve introducción coyuntural, puntualizó cuatro características que presentaron los gobiernos latinoamericanos durante la «década dorada, década virtuosa de América Latina», como la definió el propio García Linera.
En lo político, hubo «un ascenso en lo social y fuerzas populares que asumieron el control del Estado, superando el viejo debate de principios de siglo, de si era posible cambiar el mundo sin tomar el poder. Los sectores populares, trabajadores, campesinos, indígenas, mujeres, clases subalternas, superaron ese debate ‘teoricista’ y contemplativo de una manera práctica».
En segundo lugar destacó un fortalecimiento de la sociedad civil: «Los sectores populares comenzaron a diversificarse y a proliferar en distintos ámbitos. Una potente redistribución de la riqueza social se impuso frente a las políticas de ultra concentración de la riqueza, que habían convertido al continente latinoamericano, durante el siglo XX, en el continente más injusto del mundo».
A continuación remarcó la dimensión económica, en una propuesta «post-neoliberal» por parte de los Estados: «Algunos países llevaron adelante procesos de nacionalización de empresas privadas o la creación de empresas públicas, la ampliación del aparato estatal, mayor participación del Estado en la economía para generar formas post-neoliberales de la gestión económica, recuperando la importancia del mercado interno. El Estado se constituyó como protagonista de la redistribución de la riqueza».
Finalmente mencionó la política externa, la formación de una «internacional progresista y revolucionaria a nivel continental». En este punto recordó la importancia trascendental de la UNASUR para evitar el intento de golpe de Estado en Bolivia, en 2008, cuando cinco de los nueve partidos del Estado boliviano estaban bajo control de la derecha. «Fueron Kirchner, Chávez, Correa y Lula los que nos ayudaron a restablecer el orden», exclamó enérgico, ya sin el saco, entre el aluvión de aplausos del público. «Sin embargo, y hay que asumir de frente el debate, en los últimos meses este proceso de irradiación y de expansión territorial de gobiernos progresistas y revolucionarios se ha estancado», retomó, bajando un poco el entusiasmo.

A continuación marcó cinco «límites y contradicciones», que constituyeron las mayores debilidades de los gobiernos latinoamericanos durante la «década dorada». Sin seguir un orden de importancia, comenzó por la economía: «En ella nos jugamos nuestro destino como gobiernos progresistas y revolucionarios». En este punto explicó la condición necesaria de mantener un crecimiento económico, pero sin dañar nunca al pueblo, que es el sujeto fundamental de todo gobierno revolucionario o progresista. «Cuando se hace eso, creyendo que se va a ganar el apoyo de la derecha, se comete un error, porque la derecha nunca es leal. A los sectores empresariales los podemos neutralizar, pero nunca van a estar de nuestro lado. Y vamos a neutralizarlos siempre y cuando vean que lo popular es fuerte y está movilizado», apuntó. Luego desarrolló la idea que se tiene que llevar a cabo un cambio radical en la estructura económica desde el Estado: “El Estado no puede sustituir a los trabajadores. Podrá colaborar, podrá mejorar, pero tarde o temprano tiene que ir disolviendo el poder económico en los sectores subalternos. Esa es la clave que va a decidir a futuro, la posibilidad de pasar de un post-neoliberalismo a un post-capitalismo».
En segundo lugar, se refirió a un cambio en el sentido común de los sujetos. «No hay revolución verdadera, ni hay consolidación de un proceso revolucionario, si no hay una profunda revolución cultural». Esta crítica surge de un desfase que García Linera sostiene que hubo entre los avances económicos y los cambios en el sentido común de la sociedad. «Ahí estamos atrasados, ahí la derecha ha tomado la iniciativa», afirmó y “eso ocurrió a partir de la fuerte influencia de los medios de comunicación hegemónicos, entre otros factores”. Sin embargo, remarcó que era fundamental provocar un cambio cultural desde las bases: «Muchas veces es más importante ser un dirigente de barrio, ser un dirigente de universidad, ser un comentarista de radio, ser un dirigente de base, que ser autoridad. Porque es en el trabajo cotidiano con la base donde uno gesta la construcción del sentido común».
Como tercera instancia, hizo mención a una débil reforma moral: «Hay que seguir insistiendo en la capacidad de mostrar, con el cuerpo, con el comportamiento y con la vida cotidiana, lo que uno procura. No podemos separar lo que pensamos de lo que hacemos, lo que somos de lo que decimos». García Linera continuó: «Los neoliberales son ejemplo de una corrupción institucionalizada. Las privatizaciones han sido el ejemplo más escandaloso, más inmoral, más obsceno de corrupción generalizada». Sin embargo, agregó, es necesario que «nunca abandonemos la humildad, la sencillez, la austeridad y la transparencia».

La cuarta cuestión que mencionó es la continuidad de los liderazgos. “El tema es cómo damos continuidad al proceso, teniendo en cuenta que hay límites constitucionales para un líder». En este punto señaló una de las mayores dificultades para los movimientos emancipadores de América Latina. «Qué revolución verdadera no personifica el espíritu de la época. Si todo dependiera de las instituciones, no sería revolución. Cuando ya son las instituciones las que regulan la vida de un país, estamos ante democracias fósiles». La tensión entre la institucionalidad y la revolución por vía democrática surge, para Linera, como uno de los debates más importantes hacia el futuro. «Tal vez, la importancia de los liderazgos colectivos que permitan la continuidad de los procesos tengan mayores posibilidades en el ámbito democrático», opinó antes de ir al último punto.
En este caso desgranó la idea de la débil integración económica continental. «Soy un convencido de que América Latina sólo va a poder convertirse en dueña de su destino en el siglo XXI, si logra constituirse como una especie de Estado continental, plurinacional, que respete las estructuras nacionales de los Estados pero que, a la vez, tenga un segundo piso de instituciones continentales en lo financiero, en lo económico, en lo cultural, en lo político, en lo comercial». Si bien reconoció que se trata de un tipo de integración profundamente más compleja que la integración política, el vicepresidente boliviano afirmó que América Latina cuenta con todas las condiciones materiales para realizarlo. «¿Se imaginan, si somos 450 millones? Tenemos las mayores reservas minerales de litio, de agua, de gas, de petróleo, de agricultura. Nosotros podemos direccionar los procesos de mundialización de la economía continental. Solos, somos presa de la angurria y el abuso de empresas y países del Norte. Unidos, América Latina va a poder pisar fuerte y marcar nuestro destino».
Redondeando la disertación, se alejó de las particularidades de la coyuntura para tomar una perspectiva histórica sobre el momento que atraviesa nuestra región. «No debemos asustarnos. Marx, en 1848, cuando analizaba los procesos revolucionarios, siempre hablaba de la revolución como un proceso por oleadas». De esta forma sembró un poco de optimismo en el auditorio. En esa línea de pensamiento, reconoció el momento actual latinoamericano como el fin de una primera oleada, en donde la tarea es «debatir lo que hicimos mal, dónde cometimos errores, qué nos faltó hacer, para que cuando se dé la segunda oleada, más pronto que tarde, los procesos revolucionarios continentales puedan llegar mucho más allá de lo que lo hicieron durante la primera vez». En la misma línea que Sader, reconoció que el principal aspecto a favor de los movimientos populares es el tiempo histórico, debido a que la derecha no tiene un proyecto superador. «No representan el futuro. Ellos son zombis, muertos vivientes electoralmente. Nosotros somos el futuro, somos la esperanza».
«Tocan tiempos difíciles, pero para un revolucionario los tiempos difíciles son su aire. De eso vivimos, de los tiempos difíciles, de eso nos alimentamos. ¿Acaso no venimos desde abajo, acaso no somos los perseguidos, los torturados, los marginados de los tiempos neoliberales? Para eso es un revolucionario. Luchar, vencer, caerse, levantarse, luchar, vencer, caerse, levantarse. Hasta que se acabe la vida. Ese es nuestro destino».

Terminada la exposición, en el marco de una conferencia de prensa, el vicepresidente de Bolivia dialogó con la periodista Eva González, de ANCCOM, sobre algunas de las cuestiones específicas desarrolladas en su intervención. En relación a la dificultad que se les presenta a los gobiernos progresistas y revolucionarios para lograr una eficaz administración económica en coincidencia con una progresiva distribución de recursos hacia los sectores populares dijo: «Hay que gobernar para todos, pero siempre, en primer lugar, para el pueblo. Tomar medidas teniendo en cuenta a los empresarios, a los banqueros y a los agroindustriales, ya que son parte de tu país y de tu economía, pero nunca afectando al pueblo». A continuación agregó: «Nunca hay que golpear a las bases populares. Eso es como un norte. Si una medida afecta a los trabajadores, nunca la tomes. Estamos en el gobierno para gobernar para las mayorías populares, no para los más ricos».
Actualizada 31/05/2016
May 18, 2016 | destacadas
DeporTV comenzó sus transmisiones de prueba el 13 de abril del 2012, con el objetivo de ser el primer canal estatal dedicado exclusivamente al deporte y con su eje central en el fenómeno más masivo y popular del país, el fútbol. Al año siguiente, en el predio de Tecnópolis, se llevó a cabo la inauguración oficial de las transmisiones por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el 21 de febrero. Llegó a desarrollar una programación diversa en la que se transmitían casi doce horas de transmisiones en vivo por día. Sin embargo, desde fines del año pasado, entró en un lento proceso de desarmado hasta la actualidad, en donde la mayoría de su grilla la constituyen enlatados. “La decisión interna del canal fue no lanzar nuevas licitaciones en el intercambio de autoridades. Esos procesos duran varios meses y es un factor para que la programación se vea disminuida ahora”, dijo un empleado de la gestión anterior, que prefirió preservar su identidad.
La misma fuente opinó que el estado actual del canal respondería a que dentro del sistema de medios se le dio prioridad a otros elementos, lo que produjo que todas las licitaciones se caigan, hecho que además dejó sin trabajo a alrededor de 120 personas por el vencimiento de sus contratos. Asegura que las autoridades nuevas trabajan hace algo más de un mes y que, si bien no tienen planes definidos, DXTV va a tener un perfil más bajo. “Nosotros intentamos tener un perfil alto, programación en vivo. Los nuevos tienen un perfil más bajo, on demand, lo van a hacer casi de nicho, ya que los presupuestos para los canales son menores”.
La señal llegó a incluir competencias nacionales e internacionales de diversas disciplinas como automovilismo, boxeo, básquet, handball, atletismo y hasta se realizaron coberturas de las eliminatorias y el mundial de fútbol de Brasil. Además, desde sus comienzos, se manifestó la magnitud técnica de su despliegue, que marcó el inicio de una nueva etapa no sólo para el país sino para toda América Latina, la de la implementación y aplicación de la Televisión Digital Abierta.
El ex funcionario también se refirió al sistema de elaboración de contenido que utilizaban, la modalidad conocida como de producción delegada. “Es la misma que usa el Channel 4 de Inglaterra. En lugar de una producción propia, interna, lo que hacen las autoridades del canal es elegir las temáticas que se quieren tener y se licita con productoras privadas. De modo que todo se hacía a través de terceros”, explicó.
De este procedimiento también podían participar otro tipo de instituciones. “Las universidades ponían departamentos audiovisuales y se convertían en productoras. Además, tenían la ventaja de ser más baratas porque no tenían que pagar IVA”, comentó. Precisamente en esa situación se hallaba la licitación más cara de Educ.ar, la del noticiero de DeporTV, que fue ganada en dos ocasiones por la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

Imagenes del canal de television DXTV que esta sufriendo el vaciamiento de la señal.
Desde el principio, el canal se instaló para que funcionara bajo la órbita de Educ.ar S.A., enmarcada dentro del Ministerio de Educación. La misma modalidad establecida previamente para Encuentro y Paka Paka, también emisoras públicas. Para el periodista especializado Emanuel Respighi, todas fueron diseñadas como una expresión autóctona. “DeporTV no sólo transmite valores deportivos sino también elementos propios de nuestra cultura”, expresó.
Respighi opina que en más de cinco meses de gestión desde el recambio de autoridades nacionales, no se han definido políticas concretas al respecto de los medios públicos. “Hay una suerte de parálisis administrativa y artística. También hay incertidumbre ante la falta de alineamientos claros porque se está en un período de transición y, por lo que noto, se está lejos de la continuidad de las políticas de la gestión anterior. Con esto se producen deterioros para los canales, para las pantallas y para todo aquello que hoy son los canales de televisión”.
En este contexto, el periodista y docente Gustavo Veiga ve una problemática aún más amplia. La relaciona directamente con la defensa de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y con los aparentes “perjuicios” que trajo a las entidades privadas propietarias de medios de comunicación. “Lo que me parece más grave es que se puede perder mucho de lo que ganamos con la Ley de Medios, pese a que no se aplicó en su totalidad. Hay que recuperar lo que ganamos y que estamos perdiendo en beneficio de grandes empresas privadas con Clarín a la cabeza y Torneos y Competencias por extensión”, dijo.
También opinó que políticas como la reprivatización de las transmisiones deportivas impedirían a públicos masivos y populares tener acceso a acontecimientos de gran interés popular como el fútbol y el automovilismo. Respighi en cambio, no ve con malos ojos que el canal adopte un perfil que dé lugar a otras prácticas deportivas menos populares: “El canal deportivo estatal debería enfocarse en mostrar eventos en los que el sector privado no hace foco, por ejemplo en el atletismo o deportes amateurs y semiprofesionales. Pero más allá de eso, hay otras actividades a gran escala, transmisiones de audiencia alta a nivel nacional, que deberían ser el eje. Entiendo que el fútbol representa para la Argentina algo mucho más allá que una competencia deportiva”.
Desde las entrañas del canal aún no se han expresado públicamente sobre cuáles serán los caminos a transitar pero sí se ha asegurado la continuidad del proyecto. Las autoridades actuales además manifestaron que los empleados no están autorizados a atender a particulares ni a periodistas, mientras que representantes de la gestión anterior optaron por no realizar declaraciones para “evitarse problemas” ante una situación a la que calificaron como “muy delicada”.
Actualizada 18/05/2016