“¿Qué es aquello que te apasiona? ¿Qué necesita el mundo? ¿Qué es aquello por lo que te pagarían?”, decía Alejandro Melamed en una charla en el auditorio de la «Expo Empleo Jóven» que se realizó en La Rural el 30 y 31 de mayo último. Fuera del auditorio, en la sala principal, había 200 mesas con promotores y personal de recursos humanos de cada una de las empresas que participaron de esta propuesta del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que prometía 10.000 puestos de trabajo en su campaña publicitaria.
La multitud de jóvenes ilusionados que se acercaron al predio y las longilíneas filas que se armaban parecieron desnudar uno de los grandes problemas de la actualidad socioeconómica: los crecientes índices de desocupación, en los cuales los universitarios ocupan la mayor porción.
Al preguntar para dejar el currículum en la empresa Exxon, la respuesta fue que buscaban dos áreas específicas. Al repetir la pregunta en YPF, sólo señalaron el e-mail al que había que enviarlo. Después de cada larga fila, compuestas por centenas depersonas, las respuestas se asemejaban.
Falsa expectativa: muchos jóvenes salieron desilusionados por no obtener una entrevista.
Por los pasillos de la Feria se encontraba Fabián Pereyra, el Director de Políticas de Juventud, organizador de la exposición. «Las empresas en este momento están atendiendo jóvenes que se están acercando. Si les dijeran sólo que carguen virtualmente el currículum, no habría ningún joven en la fila. Entiendo la polémica, que algunos dicen que hay precarización laboral, pero acá están las principales empresas del país generando 11.000 puestos de trabajo», dijo Pereyra en diálogo con ANCCOM. Sin embargo, agregó: «¿Cuántos abogados o periodistas pueden trabajar de lo que estudiaron? Es un mundo muy cerrado, esta feria sirve para que los chicos despierten otra vocación. Pienso también que hay que darles herramientas a los jóvenes para generar emprendimientos propios. Queremos que los chicos cumplan sus sueños».
Largas colas en las afueras del predio de La Rural de Buenos Aires para ingresar a la Expo Joven 2017.
Momentos más tarde, en la mesa de la marca de ropa 47 Street, la encargada de recursos humanos le dijo a una mujer: «Ah, pero vos sos de La Plata. ¿Viajarías a Capital todos los días?» La mujer contestó un “sí” rotundo. Su presencia en la Feria se debía a que hace seis meses que está sin empleo. “Vine porque no hay trabajo por ningún lado, y acá se ve mucho gasto de plata en los stands, en la folletería, en el espacio, para que después sólo te digan que tenés que entrar a la web de la empresa o enviarlo por e-mail», expresó a ANCCOM. Un grupo de chicos entre 18 y 19 años esperaban en otra larga fila para realizar un entrenamiento de entrevista laboral. «En las mesas nos trataron bien, fueron amables», dijo uno de ellos. El amigo agregó «yo criticaría que nos sacaban como si fuese un trámite, había mucha gente y sólo nos daban un e-mail”. Un joven de 28 años se acercaba a la salida porque tenía que asistir a su clase universitaria. Había estado tres horas en la cola para entrar a la feria, ya adentro, tuvo que hacer más filas, en muchos casos, para recibir folletos y bolsas de promoción.
«Yo criticaría que nos sacaban como si fuese un trámite, había mucha gente y sólo nos daban un e-mail”, explicó un joven mientras se retiraba del predio.
«Había otras expectativas, los jóvenes pensaban que muchas de las empresas harían las entrevistas acá, en las mesas, pero no», dijo un promotor de la marca Coca-Cola. Sólo en algunos casos se daba la selección en el momento. La gerente de recursos humanos de 47 Street separaba currículums y hacía marcas con lapicera, según ciertas respuestas de disponibilidad o residencia: «Me parece mejor que vengan y tener el cara a cara para la selección». En la mayoría de los casos la búsqueda laboral no se diferenciaba de la que cualquier joven podría hacer desde su casa, enviando currículums por mail. El objetivo de la Feria parecía ser ampliar la base de datos para cuando surgieran propuestas en las empresas, más que incorporar nuevos empleados.
El despliegue de múltiples stand y merchandising no alcanzó para cumplir con las expectativas reales de estudiantes y jóvenes trabajadores.
“Eficiente para cumplir causas y órdenes, con poco vuelo propio”. El universo de la diplomacia que conoce la historia y carrera de Jorge Faurie coincide en caracterizar con esa doble ¿virtud? al funcionario que Mauricio Macri eligió para reemplazar a Suana Malcorra al frente de la Cancillería.
Los antecedentes de Faurie como un funcionario de carrera con una larga trayectoria en el Ministerio de Relaciones Exteriores “especialmente ligada a las formas y el ceremonial” da crédito al retrato construido en el Palacio San Martín, según fuentes diplomáticas consultadas por ANCCOM.
Hasta su designación en el puesto más alto de la Cancillería, Faurie se desempeñaba como embajador en Francia. Había estado cerca del estratégico cargo durante la presidencia interina de Eduardo Duhalde, cuando el entonces jefe del Palacio San Martín, Carlos Ruckauf, lo nombró como su segundo.
En rigor, Faurie alcanzó ese lugar de la mano de Esteban Caselli, entonces secretario de Culto y ex embajador de Carlos Menem ante El Vaticano. Durante ese período de gestión en la Cancillería también trabajó cerca de Fulvio Pompeo, hoy secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, muy cercano a Macri y otra de las potenciales llaves de su designación.
Sucede que Faurie pertenece a la “tribu” peronista de la Cancillería, según la denominan en el ámbito de la diplomacia. Estos grupos internos organizan relaciones de solidaridad entre los funcionarios de acuerdo con su orientación política o la generación a la que pertenecen.
Además del puesto de vicecanciller durante el gobierno de Duhalde, el hoy ministro de Relaciones Exteriores se desempeñó como Director Nacional de Ceremonial entre 1998 y 1999 durante el menemismo. Ese puesto le dio acceso al conocimiento de la logística y a los funcionarios, además de ser un cargo ligado a las actividades que realiza el Presidente. Durante el kirchnerismo mantuvo el rango más alto de la carrera diplomática: embajador extraordinario y plenipotenciario, una nominación que había alcanzado en 1998, desempeñándose en Portugal. Se trata del segundo diplomático de carrera en llegar al puesto máximo en democracia, después de Susana Ruíz Cerruti durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
De acuerdo con la Constitución Nacional, la política exterior es definida por el Presidente, sin embargo el canciller hace al modo de llevar adelante la gestión de sus directrices. En ese sentido, evaluaron las fuentes consultadas por esta agencia, Malcorra tenía una “visión global”, que se tradujo, por ejemplo, en su apoyo a Hillary Clinton, una posición que luego dejó incómodo al gobierno tras el triunfo de Donald Trump.
En el ámbito diplomático advierten que Faurie “no tiene ese perfil”. Por eso, si bien es prematuro, se presume una intensificación del alineamiento con la política exterior estadounidense y un fortalecimiento del vínculo Macri-Trump. El objetivo sería darle forma a voluntad del núcleo duro presidencial al Ministerio de Relaciones Exteriores. El conocimiento del funcionamiento interno que posee el nuevo ministro resulta un pilar clave, tal vez el que más sedujo a Macri para elegir a su flamante canciller.
En el acto por la conmemoración del Día del Trabajador, el presidente de la Nación Mauricio Macri se hizo presente en el microestadio de Ferro para unirse al festejo organizado por Gerónimo “Momo” Venegas, secretario general de la Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores -UATRE- y líder del Partido Fe que integra la alianza Cambiemos. El máximo mandatario anunció, como se esperaba, el Plan Empalme que beneficiará a empresarios, que contraten a trabajadores que cobren planes sociales. Sin entrar en detalles sobre el proyecto, Macri sostuvo sobre el final: “Se acabó el país de la ventajita” y llamó a los trabajadores a aumentar la productividad.
La convocatoria de Venegas y Macri fue una de las seis que hubo el 1º de Mayo para conmemorar el Día del Trabajador. La fragmentación de los movimientos sindicales dio como resultado un acto de la CGT en Obras Sanitarias, otro de la CTA en la Escuela Itinerante, los movimientos sociales se movilizaron al Monumento al Trabajo y las diferentes vertientes de la izquierda lo hicieron a la Plaza de Mayo (el FIT) y al Obelisco (la Izquierda al Frente).
La convocatoria de Venegas y Macri fue una de las seis que hubo el 1º de Mayo para conmemorar el Día del Trabajador, a la cual asistieron cerca de cinco mil personas.
Un gran operativo policial -con presencia también de la Gendarmería- se realizó para garantizar la seguridad de Macri en Caballito. Utilizó la cancha de Ferro como pista de aterrizaje y de despegue para el helicóptero presidencial. El acto tuvo lugar en el microestadio el club, donde esperaron unas cinco mil personas desde las dos de la tarde.
La organización repartía, en la entrada, agua y escarapelas adhesivas con la leyenda “cultura del trabajo”. También regalaban banderitas celestes y blancas, ya una insignia en los eventos oficialistas. Y si bien no hubo choripán, los vendedores de garrapiñadas y de cerveza transitaban entre el público ofreciendo su mercadería en las tribunas. Tampoco hubo, a la vista, presencia de micros pero luego de finalizado el acto, en las avenidas aledañas se vieron pasar buses escolares con las cortinas cerradas y las luces del interior apagadas.
La Marcha Peronista abrió el congreso autodesignado “El Peronismo en Cambiemos”. Después sesionó: alguien del público exponía una idea, se votaba a mano alzada para revalidar sus palabras y luego el “Momo” sentenciaba: “Aprobado por una unanimidad compañero”. Así varias veces, hasta que el representante de Mendoza quiso dejar algo en claro: “Solicitemos que dentro del partido de Cambiemos se lo tenga más presente al Partido Fe porque si no pareciera que no existimos”. También fue ratificada su petición.
La Marcha Peronista abrió el congreso autodesignado “El Peronismo en Cambiemos”.
“Este partido se ha conformado con gente honesta que nada tiene que ver con el gobierno anterior, que fueron 12 años de corrupción”, remarcó Carlos Mayer (52) que quiso dejar claro que había ido “solo”. Al ser consultado por ANCCOM sobre la presencia en el lugar de, por ejemplo, Baldomero “Cacho” Álvarez, intendente que fuera electo por el Frente para la Victoria en Avellaneda, argumentó: “Perón siempre atendió a todos, este espacio estuvo abierto para toda la gente que quiera participar y demostrar que quiere sacar al país adelante.” Por su parte, Franciso Montiel (36) pertenciente al Sindicato de Trabajadores de Aguas y Gaseosas, habló de su presencia en Ferro: “Nosotros estamos con el sindicato, después lo demás que se arreglen ellos.”
Alrededor de las 19, el máximo mandatario se hizo presente acompañado por varios ministros como el titular de Trabajo, Jorge Triaca; de Medioambiente, Sergio Bergman y de Seguridad, Patricia Bullrich; entre otros. También el actual vicejefe del Gobierno Porteño, Diego Santilli, estuvo presente y fue muy saludado por los presentes. El staff completo del gobierno se subió al escenario para darle lugar a la entrada del Presidente.
Macri sostuvo sobre el final: “Se acabó el país de la ventajita” y llamó a los trabajadores a aumentar la productividad.
Fue en ese momento que volvió a hablar Venegas, acusado por distintas investigaciones periodísticas de mirar para otro lado mientras los afiliados de su gremio realizan trabajo esclavo. “Lo más importante de la victoria de Mauricio Macri –enfatizó-, fue terminar con la corrupción de Estado”. Y luego bromeó por el sonido de los bombos y redoblantes que no cesaban: “Silencio por favor, cualquiera va a decir que estamos en un acto peronista”. Después finalizó improvisando un grito eufórico, algo desentonado: “Viva el Presidente, vivan los ministros.”
Como si estuviera cronometrado, el Jefe de Estado, dio su discurso en 15 minutos para luego volver a levantar vuelo. Comenzó prometiendo que el cambio ya les iba a llegar a quienes todavía no lo habían sentido, luego continúo remarcando las bonanzas de la gestión: el Plan de Infraestructura, la supuesta baja de la inflación, el pago a los acreedores de la deuda externa, la Ley Pymes y la reciente Ley de Emprendedores.
El discurso prosiguió con el anuncio del plan denominado “Empalme” que se esperaba que el Presidente presentara. El proyecto consiste en un descuento de las cargas sociales para los empresarios que contraten trabajadores beneficiarios de planes sociales. “Aquel que recibió un plan lo pensó en términos de un tiempo, pero pasaron los años y sigue en la misma situación”, argumentó Macri a tono con otra de sus declaraciones: “Se acabo el país de la ventajita, de los mafiosos”.
La organización repartía, en la entrada, agua y escarapelas adhesivas con la leyenda “cultura del trabajo”.
Sandra Riveiro (50) integrante del Sindicato de los Trabajadores de Espectáculos Públicos reconoció desconocer la medida pero señaló: “Todo lo que sea trabajo, lo apoyo. Si hay despidos o suspensiones por algo es, yo sigo apostando al cambio”, recalcó al ser consultada por el incremento de la desocupación durante la gestión de Cambiemos. Lucas Córdoba (26), militante de la Juventud Pro, siguió la misma línea de su referente político: “Hay algunos sectores que tuvieron despidos pero es algo que se está trabajando” y prosiguió: “No es en todos los sectores, hay quienes pudieron salir adelante y otros que se están demorando”.
El Presidente se vanaglorió por la creación de 82 mil puestos de trabajo desde agosto del año pasado hasta la fecha, pasando por alto los 42.000 empleos privados que se perdieron, a pesar de ese incremento, desde que asumió, según los últimos datos oficiales proporcionados por el propio Gobierno. “Una vez un señor dijo que la estrella polar del país tiene que ser la productividad –dijo Macri-. Ser productivo es hacer las cosas bien, demostrando que podemos ser los mejores del mundo”, volvió a resaltar sobre el final mientras papelitos celestes y blancos volaban desde las tribunas pero sin que suene la Marcha Peronista.
Para ver la línea de tiempo de ANCCOM que recopila los hechos, los despidos y los acuerdos durante el gobierno de Mauricio Macri, hacé click acá:
“El objetivo del gobierno es la destrucción de la Ley del Cine, el vaciamiento de los fondos de fomento, la suspensión del canon, el atropello contra la educación audiovisual y la dinamitación del cine argentino», sostuvo en diálogo con ANCCOM, el reconocido director de fotografía Félix Monti.
En la última semana, la cultura recibió otro revés. El ministro de Cultura Pablo Avelluto destituyó a Alejandro Cacetta, presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y a toda la línea gerencial del organismo. La presión del Gobierno provocó también la renuncia de Pablo Rovito a su función de rector de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC).
Concentración de la comunidad audiovisual en la puerta del INCAA para evitar su intervención.
El conflicto se originó cuando el pasado martes en el programa «Animales sueltos» se mostró un informe en el cual se los acusaba de supuesta corrupción a Cacetta y Rovito. Este informe fue la excusa que utilizó Avelluto para pedir la renuncia de ambos funcionarios. Analizando cómo se inicia esta operación, Félix Monti sostuvo que «el hecho terrible de estos personajes siniestros de la televisión fue provocar este gran desorden y tratar de ocultar o de tapar el verdadero objetivo. Como dijo Luis Puenzo, esto es una cortina de humo, una trampa para confundirnos. El objetivo del gobierno es la destrucción del cine argentino».
A partir de la destitución del presidente del INCAA, representantes de distintos sectores del cine y estudiantes reaccionaron rápidamente en repudio a la operación mediática y a las medidas tomadas por el ministro de Cultura, autoconvocándose en asambleas. Entre las personalidades que estuvieron presentes en ellas se encontraba el actor chileno -que desde hace décadas trabaja en la Argentina- Patricio Contreras, quien aportó su opinión a este medio, al destacar que «es lamentable que se use como voceros desautorizados del ministro de Cultura a cuestionados periodistas amarillistas dejando en evidencia la ignorancia sobre el tema que ellos tienen. Les dieron el libreto y ellos sin ninguna conciencia o conocimiento salieron al aire. Es realmente una operación grotesca». El actor se refirió luego al intento de desfinanciamiento, al explicar que el fondo de fomento del INCAA «es muy importante y creo que hace a la identidad de los argentinos defender al sector audiovisual, porque la imagen hoy es lo que nos presenta el mundo, la que transmite nuestra cultura, nuestra identidad nuestras costumbres y nuestros valores».
En la asamblea del jueves pasado se votó y proclamó, por unanimidad, entre otras cosas, «exigir la inmediata renuncia de Pablo Avelluto, en tanto sus acciones recientes resultan incompatibles con la defensa del cine nacional; reafirmar la defensa de lo que dicta la Ley de Cine, que contempla la autarquía del INCAA y la conformación del Fondo de Fomento Cinematográfico con recursos genuinos establecidos por la misma Ley; reclamar que el nuevo presidente del INCAA surja entre candidatos previamente consensuados por medio de una asamblea representativa de toda la comunidad audiovisual; y defender los puestos de trabajo del INCAA y ENERC”.
Fernando «Pino» Solanas durante su discurso
En referencia a esta situación opinó también en diálogo con ANCCOM el director de cine y senador de Proyecto Sur, Fernando Pino Solanas, quien aseguró que «acá hay mucho de atropello porque el Instituto es autárquico, las autoridades son legítimamente elegidas. En la familia del cine no conocemos denuncias contra ninguno de ellos dos», agregó refiriéndose a Cacetta y a Rovito. Solanas calificó la medida de Avelluto como «una clara intervención en el cine, porque entre otras cosas, en épocas donde buscan un peso por todos los rincones, el presupuesto del INCAA son cerca de 2.800 millones de pesos. Es muchísima plata, seguramente tienen la intención de pegar un manotazo a parte del Fondo de Fomento Cinematográfico». El senador de Proyecto Sur adelantó que este miércoles 19 llevará el reclamo de la asamblea al Congreso.
La Ley de Cine establece al INCAA como un ente autárquico que se financia mediante un fondo de fomento compuesto por dos elementos: por un lado «con un impuesto equivalente al diez por ciento aplicable sobre el precio básico de toda localidad para presenciar espectáculos cinematográficos en todo el país». Como bien ejemplificó Francisco Márquez, docente del ENERC y director de cine, en conversación con ANCCOM, «cuando uno va a ver una película, por ejemplo un tanque norteamericano, paga 100 pesos y de ese monto, 10 en vez de ir para esa película van para el fondo de fomento cinematográfico para que se puedan producir las películas Argentinas». El otro ingreso, que equivaldría al 60 por ciento del total de los fondos del INCAA, se recauda mediante un canon que pagan las empresas de radiodifusión por usar el espectro radioeléctrico. El director de la película La larga noche de Francisco Sanctis advirtió que «creemos que van por el porcentaje que se les cobra a las cableras, ahora se está discutiendo la Ley de Comunicación Convergente donde creemos que lo van a sacar. Hay un informe encargado por el Ministerio de Economía que pide sacar ese impuesto -continuó Márquez-, y una serie de señales que dan desde el mismo gobierno. Esto sería una catástrofe, sería el fin del fomento cinematográfico».
Reclamo en la puerta del INCAA
En relación a la renuncia de Rovito, la productora cinematográfica y docente del ENERC, Vanessa Ragone, expresó en conversación con ANCCOM que «la escuela estaba en plena actividad, estábamos dando clases, estaban los proyectos de tesis a punto de comenzar a rodar. Ahora hay una enorme incertidumbre de todo el mundo, de los estudiantes en particular que están en una escuela que es pública, gratuita y en donde las cosas estaban funcionando de una manera impecable». También se refirió a la situación de la escuela Félix Monti, quien subrayo que «quieren destruir el ENERC que es ejemplo en toda América, destruir una escuela, como están destruyendo las escuelas por todos lados, no solo la del cine. Argentina es uno de los países donde han tenido más desarrollo las películas de directores jóvenes, la participación en concursos internacionales. Se ha facilitado la posibilidad de que llegue a producir mucha gente que en otro momento no podía y todo eso quieren destruirlo».
El lunes pasado, a las 14, en las puertas del edificio del INCAA sobre la calle Lima, se dio inicio a la conferencia de prensa. «Lo primero que queremos decir es que en el cine nacional la grieta no existe», anunció el primer orador. Luego de leer el documento conjunto que ratificó lo dicho en la asamblea del jueves, le pasó el micrófono al director y guionista Luis Puenzo.«Avelluto y (el jefe de Gabinete, Marcos) Peña dijeron que no hay ninguna conspiración en contra del cine. Esa una respuesta para la gilada, es una vergüenza», advirtió Puenzo. «Es evidente que nadie puede tener una conspiración contra la cultura, salvo los que nombran ministros como Avelluto o (Darío) Lopérfido. Lo que sí hay es un plan de negocios, una intención firme de sacarle los cánones que pagan quienes hacen negocios y no son del país».
Asamblea en el cine Gaumont de distintas organizaciones audiovisuales en repudio de la operación mediática que llevó a la renuncia del director de la ENERC y del INCAA
El video de los famosos en defensa del cine nacional realizado por la Asociación de Directores de Cine PCI:
Después de un mes que devolvió el protagonismo de la escena pública a las movilizaciones callejeras, el gobierno festejó el sábado su propia marcha “autoconvocada” en la Plaza de Mayo. Bajo la consigna de defensa de la democracia, miles de ciudadanos buscaron contrastar frente a la Casa Rosada la secuencia de un marzo plagado de reclamos de organizaciones políticas, sindicales y sociales, todas lideradas por la bandera de la lucha docente.
Alejandro Grimson, investigador del Conicet y docente de antropología en la Universidad de San Martín (UNSAM), analiza los alcances de esa convocatoria y traza un diagnóstico sobre un marzo intenso en las calles. “Salieron a hacer una marcha de la oposición a la oposición, una suerte de rescate y reivindicación a un gobierno que está desorientado políticamente. Esta gente no sale a marchar por deporte. Salen a marchar por emergencia”, subrayó.
¿Qué impresiones le dejó la movilización del 1A a favor del gobierno?
Una tomada de pelo. Me arriesgo a decir que marzo posiblemente haya sido el mes donde más argentinos salieron a las calles, con lo cual hemos vivido muchas movilizaciones callejeras y múltiples. Objeto profundamente el hecho de que la hayan llamado “Marcha de la Democracia” porque somos millones los que defendemos la democracia y no adherimos a esa marcha. Tienen toda la legitimidad para marchar, pero no para llevar el nombre de “democracia”.
¿Cómo entiende esa palabra?
Me parece que la marcha del 24 de marzo, que es el aniversario de la tragedia más grande que vivió la historia argentina es, justamente, la destrucción más brutal de la democracia. Si bien hay diferencias políticas, y muchas formas de pensar y sentir la historia, este último 24 fuimos miles movilizándonos (me arriesgaría a decir que fue el 24 de marzo más convocante), y eso es porque defendemos la democracia. Hay algunas cosas que me parecen inadmisibles. Una es que se identifique un modo de pensar de un dirigente con el modo de pensar de todos los que van a una marcha. Es sumamente injusto y violento. En todo caso, el diagnóstico es que no hay ningún dirigente que sintetice la diversidad de la gente que va a las marchas como la del 24 de marzo. Los que siempre vamos con la SUBE, a todas las marchas, nos resulta sumamente violento que el Presidente hable que nos convoca “el chori y la Coca”. Por dos razones: una es que no vamos por ningún “chori”, y si así lo fuese, no tendría nada de malo. El chori es símbolo del pueblo movilizándose. Me da la sensación de que hay cosas que con este gobierno se empezaron a decir y que no están buenas. Los discursos de odio son muy peligrosos para la convivencia, por eso la libertad de expresión es vital y es parte del consenso que, creo, se empezó a resquebrajar. Cosas como “reivindicar la represión” o poner en duda la cantidad de desaparecidos son las que se estuvieron escuchando estos últimos meses.
El gobierno anterior también tenía aspectos agraviantes en su discurso…
Sí, es verdad, pero jamás se había puesto en duda la cantidad de desaparecidos, o jamás el Presidente se había ido de viaje, como si fuese un feriado más, todo lo contrario… Si se está luchando por la Memoria y la Verdad no se puede decir que un gobierno democrático tiene algún punto de comparación con el Terrorismo de Estado. Eso sería diluir el peso del mismo y, además, estaría mintiendo, que en política eso llevaría a una guerra de palabras.
¿A qué se refiere con “guerra de palabras”?
Esta cuestión de que somos enemigos, que es una lucha a muerte, de que todo es una dictadura si no es mi gobierno. Veo un riesgo de una guerra de palabras en donde cada uno diga que el gobierno que no le gusta es una “dictadura”. Pensar así es un retroceso en materia político-jurídica. Uno esperaría que en 30 años de democracia, la sociedad entendiera que abusar de las palabras es muy peligroso, que los conceptos “Terrorismo de Estado”, “dictadura”, “democracia” no son palabras livianas, ni mucho menos, sinónimos.
¿Cuándo cree que comenzó esa “guerra de palabras”?
Creo que siempre la hubo. Desde la época de (Juan Domingo) Perón hasta los tiempos actuales. Yo critiqué las metáforas de que “Macri es la libertadora sin tanques” o “Macri es la dictadura sin Terrorismo de Estado” me parecen metáforas obturantes que no facilitan entender al macrismo. Es muy importante entender al otro en política si se quiere actuar y construir mayorías democráticas.
¿Encuentra algún tipo de relación a la marchas que se hicieron desde la oposición al gobierno anterior con la del 1A?
Sí, yo creo que hay una raíz de semejanza, algo de familiaridad. Nadie puede dudar de la masividad del 17 de octubre de 1945, pero veinte días antes, fue la marcha del 19 de septiembre “por la Constitución y la Libertad” que estaba compuesta principalmente por grupos que opinaban que Perón era un nazi-fascista. En la historia argentina siempre hubo marchas. No empezaron hoy. Hay algo que los argentinos tenemos que entender y aceptar, si queremos vivir en democracia, que es que en la Argentina se piensa de distinta manera y el desafío está en tratar de conseguir mayorías, y que se vean reflejado en las urnas. Eso es democracia, y si no es otra cosa.
El gobierno de Cambiemos siempre fue crítico de las marchas. Sin embargo, el sábado salió a reivindicar la movilización…
El actual gobierno busca sistemáticamente desconocer a los sectores sociales que estamos protestando en las calles y eso es muy grave. Dice que quiere unir a los argentinos, pero es el principal protagonista de la guerra de palabras que hay en el país. Su sector político tendrá derecho a pensar lo que quiera, pero lo que está haciendo al decir que “todas las marchas son compradas” es negar el derecho de a la protesta y a la disconformidad. Por otro lado, la gente que fue el sábado pasado salió a las calles porque vio que el gobierno estaba siendo derrotado por las otras movilizaciones. Salieron a hacer una marcha de la oposición a la oposición, como una suerte de rescate y reivindicación a un gobierno que está desorientado políticamente. Esta gente no sale a marchar por deporte. Salen a marchar por emergencia.
¿Cree que habrá nuevas marcha parecida al 1A, de respaldo al gobierno?
Eso me parece que es muy difícil de pronosticar. Hay varios elementos. Toda la variedad de marchas en contra del actual gobierno que hubo en marzo fueron bastante heterogéneas (a nivel político partidario) por lo tanto no tienen una representación única. El gran problema es que esas marchas no están logrando una traducción al espacio político, no tienen una traducción mecánica electoral. El gobierno intentará avanzar en la guerra dicotómica y en función de eso intentar el mayor éxito electoral. Igual, esta no es la primera vez que un gobierno constitucional lleva a cabo una política de esta índole. Durante el primer gobierno de Carlos Menem hubo varias marchas y, aún así, salió reelegido.
¿Cree que volverá a suceder algo parecido?
Ojalá que no, pero eso va a depender de los referentes sociales y políticos que tienen una gran responsabilidad. En la medida en que ellos ponen sus propios intereses por sobre sus agrupaciones y por sobre derrotar el modelo neoliberal, en realidad lo que hacen es allanar el camino a este gobierno. Lo que yo veo es una dinámica de fragmentación muy grande que le facilita el camino al gobierno.
¿Cómo entiende el paro de la CGT de esta semana?
Creo que venimos de 16, 17 meses de una pérdida muy grande de salarios, de una inflación muy grande, de una redistribución muy injusta de los ingresos y el paro es una forma de expresión del rechazo de esas medidas por una parte de la población. Igual esto aparece más como si fuese una situación particular, en donde la gente descarga su bronca, pero al día siguiente cada quien vuelve a trabajar. Lo que pasa es que una vez que cierre la paritaria docente, cierran el resto de las paritarias del Estado. Debería volver a haber otra gran movilización por parte de los docentes. El gobierno, seguramente al día siguiente, va a seguir con su política de división y polarización.
A fines de 2015, luego de un largo trámite y de dilataciones impuestas por la Unión Tranviaria Automotor (UTA), la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (AGTSyP) obtuvo la personería gremial. En marzo de este año, la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo resolvió retirarle la personería y darle lugar a una apelación presentada por la UTA hace más de un año.
Roberto “Beto” Pianelli, Secretario General de AGTSyP, denunció la falta de argumentos de la UTA -y por ello también del fallo de la Cámara- quién impidió en tres oportunidades la realización de la prueba necesaria para determinar cuál es el sindicato con mayor representación. El martes, la AGTSyP presentó una apelación al juzgado para que este caso sea tratado por la Corte Suprema de Justicia.
Luego de considerar el fallo como parte de una decisión política del gobierno de atacar a los sindicatos opositores, Pianelli reflexionó sobre el rol de los sindicatos en la actualidad y acusó de colaboracionistas a algunos gremios de la CGT que se vieron forzados a actuar.
¿Qué estableció la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo?
Dio lugar a una apelación presentada por la UTA, que sostiene que en el trámite administrativo no se le dieron los suficientes elementos para poder defender su personería gremial. Eso es mentira. La UTA estuvo tres años impidiendo que se haga la comparación entre los gremios, para ver cuál era más representativo. Hubo tres fechas para la compulsa, y en las tres interfirió. En la última, directamente no se presentó. Sin embargo, el fallo dice que no hubo suficientes garantías, y manda el trámite de vuelta al Ministerio de Trabajo para que convoque a una nueva fecha. Obviamente, es un fallo de características políticas. Este Ministerio no va a llamar jamás a una compulsa, porque la UTA es aliada del gobierno actual. Es un fallo hecho a medida, ya que se resolvió en siete días. La UTA presentó hace un año la apelación, pero el Ministerio de Trabajo la tuvo frenada. Cuando decide mandar el expediente, se resuelve en siete días. Es escandaloso, porque claramente no hubo tiempo de haber leído un expediente que lleva años de trabajo, con idas y vueltas, con documentos cruzados y apelaciones, en siete días. Estuvo un año parado, y casualmente lo resuelven en un momento donde hay una ofensiva sindical contra el gobierno. Creemos que es un fallo a medida, un fallo de época.
¿Cómo es el trámite para acceder a la personería gremial y cómo fue en este caso?
Primero es necesario inscribir al sindicato y que te den esa inscripción, en un proceso que no puede durar más de tres meses. En nuestro caso, producto de la presión de la corporación sindical, en vez de tres meses duró casi tres años. Después de la inscripción, debés tomar la decisión, en el momento que consideres adecuado, de pedir una compulsa para tratar de demostrar que tenés mayor representación que el otro, porque le dan la personería gremial al que tiene más representación. Se mide seis meses para atrás, desde el día que decidís compulsar: en esos seis meses tenés que tener 20 por ciento más de afiliados que el sindicato que tiene la personería. El día que nos presentamos para hacer la compulsa, teníamos 40 por ciento más de afiliados. Si bien el cómputo se considera desde el día solicitado hacia atrás, la compulsa se realizará cuando el trámite administrativo lo considere. Cuando nosotros pedimos la compulsa y el Ministerio de Trabajo lo comunica, la UTA apela y empieza a hacer todo tipo de maniobras jurídicas, logrando demorar más de un año el trámite. Llega un momento que el Ministerio decide poner otra fecha, pero la UTA judicializa el trámite. Era improcedente, pero el Ministerio no tiene otra alternativa que mandarlo a la Justicia que, luego de un año, termina diciendo que era improcedente. Entonces el trámite vuelve al Ministerio, que fija una nueva fecha y debe levantarla porque la UTA vuelve a apelar. Finalmente, pone otra fecha y nosotros nos presentamos. No hay tiempos establecidos para este tipo de trámites, aunque en general suelen demorar un año. Nosotros tardamos tres, pero hay gremios a los que no convocan nunca, por decisiones políticas.
¿Cómo se mide la representación de afiliados?
Tenemos que presentar los libros con la cantidad de afiliados que cotizan en el sindicato. Y ellos tienen que traer sus libros, demostrando también la cantidad de afiliados cotizando. En su caso es más fácil, porque los descuentos de cotización se hacen en el recibo de sueldo. Nuestro caso es más difícil, porque la empresa se niega a descontar del recibo de sueldo. Entonces nosotros descontamos vía CBU. Tuvimos que llevar los libros y un montón de papeles que demostraban que durante seis meses, registrado por escribano público y el banco, ingresaba ese dinero de cotización por la cantidad de compañeros. Nosotros llevamos eso, pero la UTA no vino. Como no se presentó, el Ministerio nos dio la personería gremial a nosotros. Cuando termina el trámite administrativo y ya nosotros tenemos la personería gremial, la UTA va a la justicia y dice que no se garantizaron sus derechos durante el trámite. Esto lo hizo la UTA no bien asumió Jorge Triaca como ministro, y sobre esto es que falló a favor la Sala II.
¿Cómo decidieron abrirse de la UTA y formar AGTSyP?
Todos nosotros éramos delegados de UTA. Y la crisis que duró 10 años tuvo que ver con que nos oponíamos a aceptar firmas de convenios que empeoraran las condiciones laborales o implicaran despidos. Siempre dijimos que íbamos a hacer lo que digan nuestros compañeros y eso fue lo que hicimos. Eso generó una contradicción muy fuerte con la conducción. Hubo huelgas organizadas por nosotros, a las que la UTA se oponía y venía a romper con patotas a punta de pistola. Y bueno, llegó un momento en que nos quisieron echar a todos los delegados, y decidimos formar otro sindicato.
¿Cuáles son los próximos pasos a seguir?
El martes presentamos la apelación al juzgado pidiendo ir a la Corte Suprema. El juzgado puede darnos lugar o puede decir que no. Lo más probable es que diga que no. Entonces podemos ir a la Corte, en queja con el juzgado. Ese es el trámite administrativo, ir a la Corte Suprema de Justicia para que resuelva sobre este tema. Pero puede durar años. Eso desde el punto de vista jurídico. Pero vamos a ir a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a presentar una queja por falta de libertad sindical. A los únicos que nos están cuestionando los derechos es a nosotros, porque habíamos ganado la personería gremial y nos la sacaron de una manera trucha. Mientras tanto, vamos a seguir haciendo lo que hicimos siempre. En caso de que quieran llevar esta resolución arbitraria a los hechos y nos quieran impedir que participemos de las paritarias o defender a nuestros compañeros, obviamente vamos a actuar.
¿Cree que esta decisión forma parte del contexto político?
Sí, de un gobierno que está intentando hacer retroceder las conquistas de los trabajadores y de los sectores populares, conseguidas durante los últimos años. Hay una política de flexibilización laboral que intenta bajar las condiciones salariales de los trabajadores, y está recibiendo la reacción de un sector importante del sindicalismo.Pasó con los bancarios a principio de año, y está pasando en este momento con los docentes. Nosotros creemos que este fallo tiene que ver con una política que busca disciplinar a las organizaciones opositoras, y beneficiar a las colaboracionistas, como es el caso de la UTA. Consideramos que es una decisión simbólica-política, en contra de los sindicatos que se enfrentan al gobierno y a favor de los sindicatos que colaboran con la reacción de los grupos económicos concentrados de ir en contra de los laburantes y los sectores populares.
¿Cuál debe ser el rol de los sindicatos?
En este contexto en particular, los sindicatos tienen que salir a defender las condiciones conquistadas por los trabajadores. Y obviamente, como siempre, un sindicato lo que tiene que hacer es defender los intereses colectivos e individuales de sus trabajadores e intentar mejorar las condiciones, no evitar que las empeoren. Por suerte hay un montón de sindicatos que hacen eso, aunque otros desgraciadamente no.
¿Cuáles son los sindicatos que efectivamente están actuando para defender a sus trabajadores?
Podemos decir que hay sectores como las dos CTA, sectores como la Corriente Federal de la CGT y otros gremios que tienen una política de defensa de los compañeros y han salido a a la calle. Pero también vemos gremios de la CGT –sobre todo la conducción de la CGT– que durante el año hicieron todo lo posible para no enfrentar las medidas del gobierno. Es más, colaboraron. El caso más escandaloso fue cuando se discutió el impuesto a las ganancias. Había una ley que había salido por mayoría de Diputados y, cuando iba a ir al Senado, la CGT arregló una ley que era peor. Fueron a salvarle las papas al gobierno, que había perdido por mayoría en Diputados. En vez de exigir a los senadores que aprueben esa ley, fueron y arreglaron empeorando la ley que ya estaba. Por eso hoy el impuesto a las ganancias es una de las promesas incumplidas de este gobierno, que sacó todos los impuestos para los grupos económicos concentrados y dejó los impuestos que pagan los trabajadores. Hoy los únicos que siguen pagando son los laburantes. Eso se dio gracias a la colaboración de un sector del sindicalismo, cuya mejor expresión quizás es el triunvirato de la CGT, que tiene una política peor que la que tuvo el massismo.
¿Cómo interpreta el conflicto ocasionado durante la última movilización de trabajadores para fijar la fecha del paro nacional?
Nunca en la historia pasó que en una movilización convocada por la CGT o convocada por una conducción que mueve 500.000 personas, esa multitud te corra del escenario y te grite: “Poné la fecha, la puta que te parió”. Es una situación política de descontrol, producto de que los tipos se estaban haciendo los boludos. Yo creo que ese fue el límite. Si hay algo que no querían hacer, era parar.Pero la gente está cansada, está viendo cómo pierde su poder adquisitivo cotidianamente. Va al supermercado y ve que no alcanza. Hay mucha gente que perdió y pierde su trabajo, y muchos que están suspendidos. Veníamos de discutir paritarias que mejoraban nuestras condiciones de vida, y pasamos a quedarnos sin trabajo y con paritarias que te bajan esas condiciones. El año pasado, los que mejores firmamos obtuvimos más del 30 por ciento y la inflación fue de 40. Y este año quieren hacer una maniobra, que es lo que están intentando con los docentes, discutir la inflación futura y no la que perdimos. Hay gremios que aceptan esas condiciones. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires UPCN acepta lo que hoy están rechazando los docentes. Aceptó firmar el 18 o 19por ciento, también aceptando la pérdida de lo obtenido el año pasado, que había firmado por el 20 por ciento. Por suerte, los docentes decidieron que no van a permitir eso.
¿Qué opina del protocolo antipiquetes anunciado por Patricia Bullrich?
Si querés empeorarles las condiciones laborales a los trabajadores y a los sectores populares en general, obviamente lo que vas a intentar es acallar la protesta social. Como no quieren acallar la protesta social cediendo a los reclamos de los trabajadores, recurren a los palos. Es la otra pata de la misma política, esa es la tarea que hoy está llevando adelante la tristemente célebre Patricia Bullrich. Como no pueden persuadir a la gente de que vivan cada vez peor, lo van a intentar hacer con garrotes.