Línea 60: despidos, paro, acampe y encierro

Línea 60: despidos, paro, acampe y encierro

La línea 60 no circula desde el lunes 29 de junio a raíz de un enfrentamiento entre la empresa operadora y sus choferes. El cuerpo de delegados denunció que Micro Ómnibus Norte S.A. (MONSA) impuso un lockout patronal y echó a 53 trabajadores. Además, 22 empleados permanecen encerrados hace una semana en la terminal de Constitución. Desde la noche del martes 14 de julio, la Policía Federal montó un vallado en Guanahani 420 por orden del Juzgado Federal N° 1 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de María Servini de Cubría.

El conflicto salió a la luz el miércoles 24 de junio cuando la asamblea decidió no cobrar boletos en protesta por el despido del chofer Ariel Benítez. Los 250 mil pasajeros que viajan por día se ahorraron el pasaje durante el jueves y viernes siguientes. “La medida contó con un 95 por ciento de adhesión. El año pasado, en primera y en segunda instancia, la Justicia resolvió que esta herramienta de fuerza gremial era legítima”, argumentó Héctor Cáceres, uno de los delegados que hace una semana no sale del cerco policial.

El sábado 27 MONSA se presentó con una conciliación obligatoria firmada de oficio el día anterior por Adrián Caneto, titular de la Subdirección Nacional de Relaciones de Trabajo. Con ese respaldo cesanteó a otros 47 conductores y retiró al personal administrativo y jerárquico de las cabeceras de Constitución, Ingeniero Maschwitz y Tigre. Asimismo, intentó normalizar el servicio pero sólo 26 de los 1200 choferes se prestaron.

 

“Despidieron a Benítez aduciendo que tuvo choques múltiples. Es mentira porque habrá tenido tres o cuatro accidentes y de gravedad mínima. En realidad lo echaron porque es activista sindical. Entre otras cosas, denunció a un inspector y a la empresa por persecución laboral”, acusó Mario Andrés Molina, otro de los delegados de la agrupación Al Volante. Y agregó: “Fue una excusa para atacar los reclamos que veníamos sosteniendo sobre condiciones laborales”.

Causas de la pugna

Antes de que estallara el conflicto, la comisión interna y los directivos de MONSA mantenían una mesa de negociaciones donde había tres reclamos. El primero era que la compañía cumpliera con dictámenes firmados hace cinco años por el ministro Carlos Tomada y la secretaria Noemí Rial, de la cartera de Trabajo, por liquidaciones incorrectas de salarios. El segundo, que depositaran los diez meses de sueldos adeudados a once delegados. Era un total de 1,4 millones de pesos. Y el tercero problema refería al incremento de permisos gremiales para los delegados de 4 a 12 días por año. “En el transporte público casi ningún delegado trabaja arriba del colectivo. Nosotros, además de la tarea sindical, también manejamos. Los afines a la empresa no”, manifestó Molina.

Pero la mesa se rompió luego de que el presidente de MONSA, Marcelo Pasciuto, intentara incluir otras tres cuestiones. “Nos pidieron que los choferes pagáramos las multas de los accidentes cuando corresponde que lo hagan los dueños de los vehículos. En otras líneas, la empresa pudo imponerse porque los compañeros no están organizados y tienen miedo”, indicó Molina.

Según una investigación realizada por miembros del Conicet y de la Universidad Austral a pedido de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y publicada por el diario La Nación, el 85 por ciento de los choferes de transporte urbano reconoció que para atenerse a los horarios debe conducir de manera insegura y no cumplir las reglas de tránsito.

“Solicitaron, además, que elimináramos el fondo de lucha: un comedor interno donde algunos colegas, que por alguna razón no pueden manejar, trabajan cocinando y se llevan el sustento para la familia”, añadió Molina. “Pero la gota que rebalsó el vaso fue el pedido para aplicar la 245, una herramienta del convenio colectivo mediante la cual el patrón, con el acuerdo de los delegados, puede despedir a quien quiera. Nosotros nos levantamos de la mesa. Su intención no era limpiar a Benítez sino a muchos más”, lanzó.

Tras los 47 despidos que siguieron al de Benítez, MONSA envió dos telegramas más. De esta manera totalizaron 50 trabajadores en la calle en el último mes, que se suman al de otros tres compañeros por los cuales el cuerpo de delegados peleaba su reincorporación. “A Canuyan, la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) le había quitado el registro por error. Cuando retrotrajo la decisión, la empresa no hizo lo propio. Lema fue reinstalado tras una cautelar pero su situación es inestable. Y Siriscevic, que trabajaba en el fondo de lucha, fue llevado a juicio por usurpación y podría terminar preso. La Justicia defiende a quienes ahogan a los trabajadores”, relató Molina.

 

A su vez, la comisión interna denunció que la empresa aún recibe subsidios por coches que no tiene en circulación. Por mes percibe desde el Estado Nacional 34 millones de pesos por sus 340 unidades. Pero sólo saca a la calle 244 de ellas y 96 se quedan paradas.

Vivir en la terminal

Desde el martes pasado, 22 colectiveros quedaron dentro de la cabecera de Constitución. Servini de Cubría dispuso que se realizara un allanamiento para constatar el estado de las unidades. El procedimiento todavía no tuvo lugar y la comisaría 26 mantiene un vallado con efectivos y un camión hidrante para impedir la entrada al predio de la línea 60. “Podemos salir pero no volver a ingresar; ni nos permiten cambiar la guardia. Si lo hacemos significaría que renunciamos a nuestra lucha”, contó Héctor Cáceres desde el interior de la cabecera. Quien sí tiene vía libre para entrar y salir es el personal de vigilancia de la compañía.

La policía impidió hasta el sábado que se ingresaran alimentos o bebidas y la única forma de comunicación es por vía telefónica. El viernes, una ambulancia constató que uno de los choferes estaba enfermo y le recetó antibióticos. Sin embargo, los agentes también vetaron los medicamentos. “Estábamos sin comida, sin bebida y sin ropa para cambiarnos. Se nos hizo muy complicado vivir así”, narró Cáceres. Recién este sábado la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación intervino a raíz de la denuncia presentada por los abogados de la comisión interna y organizaciones sociales. De esta manera pudieron ingresar los víveres.

A unos 50 metros, los choferes instalaron un acampe en la esquina de Guanahani e Ituzaingó y cortaron el paso junto a algunos de sus familiares. Aproximadamente 20 de ellos duermen ahí cada noche. El domingo pasado llevaron a cabo un festival donde tocaron La Duquesa, el Agitador y los Banghieri. A un mes de iniciado el conflicto, aún no parece haber solución a la vista.

Alimentos orgánicos para pocos

Alimentos orgánicos para pocos

Los dueños de la verdulería ubicada en Ramón Falcón y Culpina, barrio de Flores, miran atónitos cómo un joven descarga cajones con verduras y frutas a unos metros del local. Y Pablo Bobadilla interrumpe su labor para aclarar la situación: “No vengo a competir. Vendo orgánico con precios más altos”. “Eso ya lo veremos”, le lanza desafiante uno de sus interlocutores.

Desde ese día todos los viernes, sábados y domingos Bobadilla se instala en la entrada del Mercado Recuperado de Flores, donde vende en promedio 200 kilos de mercadería cultivada sin agrotóxicos. Su pequeño puesto forma parte de Ital Orgánico, una cooperativa de diez personas que llega a 200 familias mensualmente. Los lunes y martes Bobadilla reparte en bicicleta 50 de los 600 kilos que la red distribuye por semana.

Taller de huerta orgánica para chicos

Taller de huerta orgánica para chicos.

Sus precios superan los de los alimentos transgénicos pero son menores a los de otros deliverys o puntos de venta de comida orgánica. Para dar un ejemplo, 1 kilo de cebolla cuesta 27 pesos en el Rincón Orgánico (una de las mayores distribuidoras), 15 en Ital y 8 en una verdulería del barrio de La Paternal. Un kilo de papa se consigue por 37, 22 y 10 en los tres lugares mencionados, respectivamente. “En Ital remarcamos apenas un diez por ciento el valor al que le compramos a los pequeños productores. Hoy este tipo de comida en Argentina es un consumo de lujo y nuestro objetivo es romper esa barrera para lograr que más gente cambie su dieta diaria”, indica Bobadilla.

A pesar del brote de deliverys y restoranes orgánicos, las estadísticas corroboran el diagnóstico. De acuerdo al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), en 2014 Argentina produjo 170 mil toneladas de alimentos sin agrotóxicos, de los cuales menos del 1 por ciento se destinó al mercado interno: 865 toneladas. De hecho, el número es menor respecto 1.200 toneladas que se verificaron en 2012. Todo el resto se exporta, principalmente a Estados Unidos y Europa.

Mercado Recuperado de Flores

Mercado Recuperado de Flores.

Para colmo, la cantidad de tierras dedicadas a este tipo de producción viene en caída en el último lustro. En 2014 fueron 3,1 millones de hectáreas: un 28 por ciento menos en relación a las 4,3 millones de 2008. A pesar de ello, el país continúa siendo el segundo a nivel mundial en ese indicador según el informe The world of organic agriculture. Sólo lo supera Australia con 17,1 millones.

A pesar de su posición de privilegio, Argentina parece ir en contra de la tendencia mundial. El mercado global de comida orgánica se quintuplicó en los últimos catorce años. Las ventas en 2013 alcanzaron los 72 mil millones de dólares contra los 15,2 mil millones de 1999, según la consultora Organic Monitor. Esto representa el 1 por ciento de la torta alimenticia total, por lo que el margen de crecimiento es inmenso.

Taller a cargo de Pablo Bobadilla del puesto "Buen Corazón"

Taller a cargo de Pablo Bobadilla del puesto «Buen Corazón».

Bajo este cuadro, Bobadilla concibe su labor como una forma de activismo popular. El sábado 23 de mayo inauguró una huerta comunitaria para que los vecinos aprendan a cultivar verduras orgánicas. Para eso utilizó los bebederos y canteros de la calle empedrada que rodea lo que alguna vez fue el Mercado de Flores, que cerrado tras las crisis de 2001, fue ocupado por algunos de sus puesteros que conformaron la Cooperativa Libertadores de América. En la entrada abrieron una parrilla, luego un paseo de comidas y en el interior del predio de 1800 metros cuadrados realizan actividades educativas y de recreación: desde un taller de carpintería hasta clases de acrobacia en tela. Actualmente están refaccionando el edificio para reestrenarlo como el mercado que supo ser. En ese marco, allí el 28 de junio Ital organizará la primera feria mensual de comida orgánica.

Un repaso por los datos mundiales evidencia que el consumo orgánico está estrechamente ligado al poder adquisitivo de la población. Los diez países líderes son Suiza, Dinamarca, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Noruega, Luxemburgo, Liechtenstein, Austria, Suecia. Los seis primeros están, a su vez, entre los diez países con mayor Índice de Desarrollo Humano, mientras que los otros no bajan de la posición 21. Las estadísticas parecen augurar que la difusión de la comida orgánica en la Argentina dependerá de otros factores además de la suma de pequeñas voluntades. Mientras tanto, el viernes 29 de mayo Bobadilla cierra su puesto al anochecer sin haber podido vender ningún producto por la tarde.

Pago difícil

Pago difícil

La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) confirmó el jueves 23 de abril que Boca y River se enfrentarían el 7 y el 14 de mayo por los octavos de final de la Copa Libertadores 2015. La institución de Nuñez informó ese mismo día el cronograma de venta de entradas para el primer cruce. Fue con 14 días de antelación.

Por su parte, los de la Ribera comunicaron que venderían las plateas para el segundo partido el 29 de abril, más de dos semanas antes. Sin embargo, recién el domingo 10 de mayo se informó que el martes 12 se habilitaría el expendio de populares en los 195 centros habilitados de la empresa Pago Fácil.

Entradas agotadas

Desde muy temprano, los hinchas de Boca acudieron al local ubicado en Almirante Brown 1106. A diferencia de otros sitios, la cola apenas se extendía por media cuadra. Pero en más de una hora no avanzó más que unos metros. Algunas personas salían con más de cinco carnets en la mano y volvían a entrar. A las 10 se escucharon gritos. El encargado del comercio había salido para notificar que el sistema se había caído. Y minutos después confirmó el rumor del que algunos hinchas ya se habían enterado a través de las redes sociales: no quedaban más entradas.

Más de un centenar se desprendió de la fila y caminó hacia al club para hacerse oir. Cuando llegaron, un agente de seguridad privada cerró la puerta de la calle Brandsen y las vías. Un patrullero de prefectura ya estaba en la esquina. El club, que había estaba abierto desde temprano, le negaba una vez más el ingreso a sus socios. Un puñado de ellos tomaron vallas que había en un costado y las utilizaron para cortar la calle.

Al poco tiempo forzaron el portón 2 bis, que conduce a la platea baja. Mientras los turistas sacaban fotos del estadio y cuatro prefectos controlaban que la situación no pasara a mayores, los hinchas se agolparon en el codo donde una escalera desciende hacia el hall y el Departamento de Socios. La seguridad logró impedir que accedieran y finalmente llegó una respuesta del club. Los empleados prometieron tomar los datos de quienes estábamos allí para llamarnos al día siguiente. Sin saber si se habilitaría el carnet, o si nos irían ir a otro Pago Fácil, o si nos expulsarían del club, acatamos el pedido. Para salir del club había que esperar que un agente de seguridad nos acompañara a la puerta. De lo contrario los otros socios que estaban afuera podrían entrar

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El descargo

Horas después César Martucci, secretario general de Boca y encargado de la organización de los eventos deportivos, confirmaba a la prensa que las entradas se habían agotado. No precisó de cuántas localidades se hablaba: “Casi 25 mil”. Según un plano de distribución de la Bombonera que el oficialismo compartió a la oposición en noviembre de 2011 y que publicó la agrupación Boca es Nuestro,  la capacidad de las populares del estadio es para 28.508 espectadores. Al número se llega sumando 5.905 de la tribuna Socios Sur, 5.728 de Socios Norte, 6.391 de la segunda bandeja sur, 8.203 de la segunda bandeja norte y 2.281 de la tercera norte. Cabe destacar que este último guarismo correspondía al proyecto de convertir en platea el sector, que finalmente no se llevó a cabo. Hoy puede albergar a 4.500 hinchas. No obstante, para este partido la cifra se redujo a 2 mil por pedido de los organismos de seguridad y se destinaría a los socios adherentes. Por ende, la capacidad total de las populares para el Superclásico era de 28.227. Al menos 3 mil lugares más de los informados por el secretario general, que no pudo ser contactado por esta agencia.

Por otra parte, Martucci excusó el inconveniente en que algunos centros de Pago Fácil abrieron a las 8 de la mañana y que el sistema es global. Por eso algunos locales abrieron a las 10 y ya no quedaban tickets. Y agregó que por reglamento de la CONMEBOL el club “debe entregar entradas de protocolo y permitir la compra de plateas a sus sponsors e invitados”. El mismo reglamento estipula otra cosa en su artículo 23: 50 plateas a repartirse en cantidades iguales entre el patrocinador televisivo y Nike, y 50 preferenciales y 6 palcos para la CONMEBOL. “Boca Juniors no está obligado a cederle a la CONMEBOL ni una sola entrada a la tribuna popular”, concluyó la organización Boca es Pueblo mientras denunciaba que las mismas podían conseguirse por Ticketbis, el Hotel Boca y agencias de turismo.

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Por izquierda sí

Al día siguiente y mientras el club seguía cerrado, quienes habían entrado por la fuerza recibieron el llamado prometido. Se había habilitado el carnet para ingresar a la tercera bandeja sur y los 130 pesos de la entrada serían cobrados a la cuota del próximo mes. Efectivamente todos pudieron ingresar al partido, incluso a otras tribunas.

La misma noticia llegó por otros canales. Un socio de Temperley, que prefirió reservar su nombre, confirmó a esta agencia que él y otros nueve compañeros dejaron sus datos a la peña Movimiento Boquense Zona Sur. La misma formó parte de los festejos que el oficialismo organizó en la confitería del estadio por el 110 aniversario de la institución. Ocho entraron al Superclásico y sólo dos rebotaron

De manera contraria y tal como informó el portal Infojus, Boca Juniors se negó a acatar distintos fallo de la Justicia que ordenaban al club venderle entradas a los simpatizantes. Marcela Penna del Juzgado Civil 31, Alejandro Verdaguer del 101, Pablo Aguirre del 50, Ana Sotomayor del 20 y Hernán Pagés del 73 dieron lugar a los cinco amparos presentados por un total de 42 socios. En tanto, Alberto Narváez del Juzgado Civil 98 y María Verónica Ramírez del 73 rechazaron el pedido de 20 asociados.

Una vez más Boca Juniors no supo resolver la diferencia entre la demanda de entradas de sus socios e hinchas y el espacio disponible en el estadio. La falta de información precisa volvió a alimentar las sospechas sobre el destino de los tickets. Y, quizá como un presagio, las horas agitadas del martes anticiparon el desenlace catastrófico del jueves.

 

Detrás de las gateras

Detrás de las gateras

El segundo jockey con la mayor cantidad de victorias de la historia mundial del turf bebe una botella de agua en una pequeña confitería ubicada debajo de la segunda tribuna del hipódromo de San Isidro. Con 53 años y más de 12 mil triunfos a cuestas, el brasileño Jorge Ricardo acaba de terminar su quinta carrera en una tarde de sábado de febrero. Son las 17 y aún le restan disputar cuatro más.

Mientras aguarda, observa en uno de los tres plasmas el desempeño de Altair Domingos. El misionero, galardonado en enero con un premio Olimpia por su labor en 2014 obtiene tres primeros puestos de manera consecutiva. Pasadas las 19 se cruzan en el vestuario. Salen a la pista para montar los purasangres entrenados por los hermanos Etchechoury en el Gran Premio Miguel Alfredo Martínez de Hoz, el plato principal de la jornada.

Mientras brota desde los parlantes la cascada verbal del relator, en las gradas los apostadores contemplan tensionados unos puntos oscuros que se mueven en el horizonte. A medida que el galopar de los burros se acerca, los espectadores del campo se precipitan hacia las vallas que los separan del óvalo. “Dale viejo nomás», grita un señor parado en su asiento. Domingos, con una chaquetilla amarilla, llega quinto. Ricardo, de rosa, ve cómo su compatriota Francisco Leandro Fernandes Gonçalves lo supera por medio cuerpo y obtiene la recompensa mayor.

De los 250 mil pesos que esa competencia entrega al equipo ganador, al jockey le corresponde el 9 por ciento: 22.500 pesos. Otro 9 va para el entrenador y el 70 por ciento para el propietario. Los mismos porcentajes se repiten en el reparto de los premios, hasta la quinta posición. A partir del sexto se recibe una suma de 300 pesos por monta perdida. Ricardo, Domingos y Fernandes Gonçalves forman parte de una minoría: la realidad de la mayoría de sus colegas es distinta.

No galoparás

Matías Medina abandona el predio ese mismo sábado a las 22. Estuvo en tres ocasiones en la pista. Sumó 600 pesos en las dos primeras por no alcanzar el quinto lugar. En la última entró al podio y se adjudicó 918 pesos adicionales. Minutos después de las 23 llegó a su casa, a ocho cuadras del hipódromo de La Plata. El domingo desde las 6.30, cuando suena la campana en la cancha, comienza el vareo. Cabalga 15 caballos para ejercitarlos, a razón de 20 pesos cada uno, hasta las 10.

“Se te hacen callos en el culo, como a los monos”, describe Medina. Repite la rutina de la mañana de lunes a lunes excepto los sábados. Sin ser de la elite, el principal ingreso del jinete oriundo de Gualeguaychú proviene de las veinte carreras que los entrenadores le asignan por semana. Sin embargo, más de la mitad de sus compañeros no tiene la suerte de contar con tal cantidad de montas por la tarde. Para los galopadores (aquellos cuyo trabajo se reduce al  vareo matutino) el sueldo se limita a unos 6 mil pesos mensuales.

Para colmo, el deporte de reyes no escapa a los porcentajes de precarización laboral que se verifican en otras industrias del país. “La paga depende del cuidador/entrenador y de si estás en blanco o no. El 40 por ciento está en negro: cobra menos y no tiene aportes jubilatorios”, advierte José Lufrano, secretario general de la Unión de Jockeys de la República Argentina (UJRA). Y agrega: “Existe también el riesgo de que un día te digan que no te necesitan más. Se puede hacer un reclamo formal pero los entrenadores se conocen entre ellos y al pelearte con alguno los demás te esquivan”.

Cisma

Lufrano trabaja en la actividad hípica desde 1979. Tras unos años como peón comenzó a correr. En 1996 se convirtió en empleado de la Asociación Gremial de Profesionales del Turf (AGPT), la mutual que agrupa desde 1946 a jockeys y entrenadores de San Isidro y Palermo. En el 2002 fue electo como secretario gremial, el tercer cargo en importancia. En 2005 renunció para crear UJRA, una entidad que nuclea únicamente a jinetes de esos dos estadios. En 2008 obtuvo la inscripción gremial.

“Nosotros estamos en una relación de dependencia encubierta con los cuidadores. Tenemos intereses contrapuestos. Por eso no podemos compartir un mismo sindicato. Y menos si ellos resuelven siempre las disputas a su favor”, sostiene Lufrano. Por ejemplo, a principios de 2014 el entrenador Juan Carlos Etchechoury se desprendió de los servicios de jockey Miguel Almeira. Aunque ambos estaban afiliados a la AGPT, la antigua gremial defendió al cuidador.

La plantilla de la plaza capitalina y la del partido de la zona norte suman 200 jockeys aproximadamente. La agrupación disidente contaba con más de 100 a principios de 2011. Una compulsa podría haberle otorgado la personería gremial para representarlos. El 8 de abril de ese año un paro fallido fue el detonante para que una parte considerable regresara a la AGPT. Por eso, hoy UJRA cuenta con el 30 por ciento del total. “Fue un error político que no podemos volver a repetir”, se lamenta el secretario general.

Subsidio

En 2010 UJRA solicitó una subvención económica al Instituto Provincial de Loterías y Casinos de la Provincia de Buenos Aires, amparándose en el artículo 30 de la Ley provincial 13.253. El mismo establece el otorgamiento de subsidios a entidades gremiales de la actividad. Jorge Norberto Rodríguez, presidente de Lotería, estableció el 9 de marzo de ese año una suma de 30 mil pesos como referencia para incorporar al sindicato en la distribución. Luis Capellini, director de Hipódromos y Casinos, dictaminó en febrero de 2012 la posibilidad de adjudicar a UJRA un 33 por ciento de las transferencias que percibe la AGPT, según consta en el expediente 2319-305/10.

La AGPT, liderada por Eduardo Ferro, presentó una impugnación oficial. No obstante, el 12 de octubre de 2012 un funcionario del Departamento Técnico Legal dio el visto bueno para conceder a UJRA una subvención proporcional a la cantidad de afiliados y reiteró la misma recomendación el 16 de enero de 2013. A casi cinco años de iniciada la diligencia, aún el presidente Rodríguez no firmó el acto administrativo para que la transferencia se concrete.

En paralelo, el organismo bonaerense abona mensualmente un auxilio económico al Jockey Club, propietario del hipódromo de San Isidro. En enero de 2015 su recaudación bruta por apuestas fue de casi 59 millones de pesos, pero a eso debe restarse el pago de las apuestas ganadas. La tradicional entidad, cuya sede social en la avenida Alvear es el resultado de la unificación de dos mansiones centenarias, hoy recibe 14,2 millones de pesos por mes. La ayuda le sirve para costear las cuentas de un predio que ocupa 148 hectáreas, con 32 mil metros cuadrados cubiertos, canchas de polo, fútbol y tenis y un campo anexo de entrenamiento de 94 hectáreas.

Por su parte, el hipódromo de Palermo es propiedad del Estado Nacional. Pero desde 1992 está concesionado a HAPSA, una empresa privada cuyos accionistas son Federico de Achával y la firma Casino Club, cuyo titular es Cristóbal López. La adjudicación vencía en 2017 pero fue prorrogada hasta 2032 por el entonces presidente Néstor Kirchner a través del decreto 1851/07. Las 4.500 máquinas tragamonedas que alberga en su espacio generaron 1.500 millones de pesos en 2013, según puntualiza el libro El Poder del juego, de los periodistas Ramón Indart y Federico Poore. El 5 por ciento de lo recaudado se transfiere por ley al turf: un promedio de 7 millones por mes, que hoy es mayor por efecto de la inflación. Su otra fuente de ingresos es la timba burrera, que en enero de 2015 fue de 51 millones de pesos brutos.

Director técnico

El portal de la tribuna de profesionales de San Isidro tiene cuatro puertas que simulan la forma de las gateras, aquellos armazones desde donde los caballos aguardan el inicio de una carrera. El entrenador Juan Carlos Bianchi pasa por debajo con una montura verde número 5 en el brazo y se dirige hacia los boxes, una especie de establo. Uno de sus peones se la coloca en el lomo a Sotil, un tordillo de la caballeriza El Castillo, que luego finalizará séptimo en la Martinez de Hoz.

Bianchi entrena a otros 29 equinos. Su trabajo inicia al elegir un potrillo en el haras, el establecimiento de procreación y crianza equina. Monitorea su doma y su entrenamiento. Una vez que está en condiciones de competir, selecciona las carreras en las que va a participar. Para cuidar a sus purasangres necesita de un equipo compuesto por serenos, domadores, herreros, veterinarios, un capataz y 10 peones. El costo mensual de cada ejemplar varía entre los 6 mil y 9 mil pesos, monto que se le cobra a los propietarios. Bianchi no contrata jockeys para varear, sino que tiene un grupo fijo de galopadores.

“No tiene que haber dos gremios. Debe existir uno sólo en el cual se respeten y escuchen todas las opiniones pero que nos permita actuar de manera conjunta”, responde Bianchi, afiliado a la AGPT, al ser consultado acerca de la pertinencia del subsidio peticionado por UJRA. Más allá de ello, el cuidador se encuentra distanciado de la cúpula de su sindicato. “La conducción actual tiene doce años. Es el momento de una renovación y me encantaría que Lufrano y sus compañeros regresaran orque compartimos reclamos”, explica. En 2016 habrá elecciones en la AGPT.

Último orejón del tarro

En la mesa próxima a Ricardo, un chico de 17 años también mira las carreras mientras relojea atento el folleto de tres hojas que tiene impreso el programa oficial. Como no tuvo trabajo a la tarde, aprovechó el sábado para jugar algunas apuestas. Nahuel Fuentes es peón en San Isidro y vive en el stud, cerca de los boxes de los animales. Hace tres años abandonó Rosario para trabajar para su abuelo, un cuidador que lo mantiene y le abona 3 mil pesos mensuales por su labor.

Nahuel y sus seis compañeros, que reciben 6 mil pesos por mes, cuidan 24 caballos. “La pensión por caballo que le paga el patrón a mi abuelo es de las más bajas: 6 mil pesos. Otros entrenadores reciben mucho más, como los Etchechoury. Por eso todos los peones estamos en negro. Sino no podríamos competir”. Otro cuidador que prefirió reservar su nombre confirmó que él y sus colegas tienen precarizada una porción de su plantilla por la misma razón.

San Isidro y Palermo suman 5 mil caballos de carrera. Para sus propietarios constituyen una inversión que les debe reportar ganancias. Para mantenerlos se emplean a 1.200 peones, 400 entrenadores y 200 jockeys. A ello se le suman los capataces, veterinarios, herreros, serenos y domadores y el resto de los empleados que expenden tickets, se ocupan de la seguridad, limpian o tienen otros oficios. Sin la otrora popularidad que supo conquistar, la actividad hípica no estará exenta en los años venideros de conflictos y acuerdos entre los sectores que lo componen. Y ello habiendo excluido al resto de los hipódromos desperdigados por el territorio argentino.

 

Boca es pueblo

Boca es pueblo

“Yo nací en un conventillo, que es de chapa y de cartón”, cantan veintiséis camisetas azules y amarillas acompañadas por el retumbar de tres bombos en una tarde soleada del jueves 4 de diciembre de 2014. En la marcha de la coordinadora denominada La Boca resiste y propone, por primera vez Boca es Pueblo desplegó su bandera homónima a modo de identificación política. “No queremos estadio-shopping, la puta que los parió”, completan la estrofa desde la retaguardia de una movilización de más de 300 personas.

Dos jóvenes con un trapo de la Juventud Guevarista se suman a los versos. Hay también insignias del Frente Darío Santillán, de La Cámpora Comuna 4, Tribuna Docente,  Hospital Argerich, comedores, bibliotecas y otras asociaciones del barrio. La columna ocupa el ancho de la avenida Almirante Brown y avanza a través de diez cuadras desde la Plazoleta de los Suspiros en la histórica Vuelta de Rocha hasta el Parque Lezama. A mitad de camino llegan los bocinazos de saludo de los Bomberos Voluntarios. Al llegar al cruce con las avenidas Paseo Colón y Martín García, donde un mástil da la bienvenida a la República de La Boca, una vecina del asentamiento La Madrid lee el pliego de reivindicaciones contra la gestión del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.

Matías Scínica de la Agrupación Boca es Pueblo

Matías Scínica de la Agrupación Boca es Pueblo

Militantes

Con una musculosa del equipo de básquet xeneize y el número 12 en la espalda, Matías Scinica camina a la cabeza de la manifestación y se ocupa de la seguridad. En cada esquina espera a que todos crucen, regresa corriendo adelante y repite el proceso una y otra vez. El domingo 15 de julio de 2012 decidió crear junto a su hermano Hernán y su compañero Ariel un nuevo grupo de hinchas bosteros, descontento con los manejos del oficialismo y con las alternativas opositoras. Los tres abandonaron su militancia en el Frente Estudiantil Revolucionario de la facultad de Psicología de la UBA. Matías participaba de un taller de panadería en el Hospital Borda, cuyas instalaciones ubicadas en el subsuelo del edificio habían sido desmanteladas en marzo de ese año por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

“Acá se sale a la calle todos los días. Se patea el barrio”, remarca como diferencia esencial Santiago Procaccini de Boulogne, que se unió en marzo de 2013. Con 23 años,  milita en simultáneo en el Partido Obrero (PO). En el reparto de tareas cotidianas de la organización xeneize, le toca brindar apoyo escolar los jueves en el centro cultural Navegantes del Sur, un merendero emplazado en la avenida Don Pedro de Mendoza 1455. Además de ayudar en las actividades diarias, Boca es Pueblo se reúne allí una vez por semana. Antes lo hacían quincenalmente a una cuadra de la Bombonera, en el local de la esquina de Pinzón y Hernandarias que les había prestado la Juventud Guevarista y que les quedó chico a medida que crecieron: recibieron el 2015 con 75 miembros.

“Charlamos todas las posiciones y actividades. Y resolvemos en el momento. Hasta ahora no hubo nunca una votación polarizada. Tratamos de que todo sea por consenso y para ello debatimos las veces que sea necesario”, ilustra Santiago. Por ejemplo, la Comisión de Redacción discute el contenido de los comunicados que emiten a través de las redes sociales o entregan en mano a los hinchas. Versan sobre cuestiones vinculadas al club pero también al país. “Uno menos”, titularon el 17 de mayo de 2013 cuando murió el dictador Jorge Rafael Videla. Ese 24 de marzo habían recordado el aniversario del golpe militar de 1976.

En el calendario de 2014 figuraban los asesinatos de Mariano Ferreyra y de Kevin Molina y las desapariciones de Julio López y de Luciano Arruga. “Planteé que nos daba la apariencia de un partido de izquierda con una lógica cerrada. No me opuse a esas fechas pero pedí que incluyéramos otras”, releva Gastón Giaccobbe, que reconoce su simpatía con el Peronismo aunque nunca formó parte de otra organización política. Su pedido entró y el 26 de julio recordaron la muerte de Evita. “A Perón todavía no le dieron el ok. Los voy a tratar de convencer para este 2015”, se ríe. En los tiempos libres, surgen polémicas sobre política nacional. “Hay muchos kirchneristas. Como yo soy del PO a veces me chicanean. Difícilmente llegamos a un acuerdo en ese plano. Pero Boca es otra cosa. Estamos del mismo lado. Los siento como compañeros porque luchan por lo mismo que yo”, clarifica Santiago.

Arrabal

Frente a las orillas del Riachuelo, se destacan dos ventanas circulares en la despintada fachada de ladrillos de Navegantes del Sur. Son los vestigios del otrora restaurante Castello Vecchio, sede de shows donde supieron presentarse figuras como las cantantes Violeta Rivas y Lolita Torres o el compositor Osvaldo Pugliese. Ahora una de las paredes está rajada y se encuentra en peligro de derrumbe. Para recaudar fondos destinados a su reparación -6 mil pesos-, Boca es Pueblo ayudó a llevar adelante un bingo solidario el pasado sábado 20 de diciembre. Días después, un integrante se vistió de Papá Noel auriazul y le regaló banderas de esos colores a los nenes del merendero. “Uno de los chicos se puso a llorar porque nunca había tenido nada de Boca”, cuenta Gastón, y explica que uno de los objetivos de la militancia cotidiana es recuperar el lazo que une al club con el barrio y sus habitantes.

003 BocaEsPueblo_Andrs Wittib_IMG_4274Por ejemplo, en la última edición del Día Internacional del Hincha, que se celebra hace tres años todos los 12 de diciembre, la institución de la Ribera puso entradas a disposición del público general, como no sucedía hace mucho. Mientras los simpatizantes acampaban día y noche, la agrupación difundió su reclamo de abrir las boleterías a los no-socios. También consiguió tickets, aprovechando su gratuidad, para los chicos del merendero: “Aunque fue duro porque eran 20 pibes inquietos, fue un laburo hermoso ya que les hicimos conocer la cancha. Cinco eran de River y a cuatro los hicimos bosteros. Quedó uno al que nos falta convencerlo”, recuerda Santiago.

En diciembre pasado los conventillos de la calle California 1.134 y 1.140 se sumaron a la larga lista de incendios que azotan al vecindario sureño hace más de un siglo. Las veinte familias afectadas recibieron respuesta de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad tras una semana de acampe. Boca es Pueblo participó ese mes de una marcha que se llevó a cabo desde el lugar del siniestro hasta Caminito y ayudaron en una olla popular. Algo similar había hecho unos meses antes: en octubre de ese año colaboró en la exitosa resistencia al desalojo del inmueble sito en Brandsen 740 donde viven siete familias y funciona el comedor denominado Pancitas llenas, corazón contento.

Los árboles, los postes de luz y los cordones de esa vereda ubicada justo enfrente de la cancha son literalmente azules y amarillos. Es una de las 50 cuadras que la organización pintó como forma de rescatar una costumbre que distinguía al barrio y había quedado olvidada. “Un día un vecino abrió la puerta de calle y nos preguntó si podíamos darle una mano al frente de la casa. Que él nos daba las latas. Se lo hicimos con la condición de que fuera con nuestros colores”, relata Gastón.

Hogar

Otro de los pilares de la agrupación es la defensa de la Bombonera. La sesión del 18 de noviembre de 2014 de la comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura de Buenos Aires trató un proyecto de ley presentado por el legislador del PRO y vicepresidente xeneize, Oscar Moscariello. El texto titulado “Estadio y Complejo Deportivo Boca Juniors” modifica la zonificación de dos manzanas de Casa Amarilla, que originalmente estaban destinadas a la construcción de viviendas sociales y, por decreto 723/10, Mauricio Macri las había reasignado para el “desarrollo de la función pública (educacional, de seguridad o de salud)”. “Es el primer paso para venderle esos terrenos a Boca, cuya conducción pretende construir allí un nuevo estadio”, explica Matías, que esa tarde expuso frente a los diputados los fundamentos de su rechazo. Desde el mediodía sus compañeros habían puesto en una de las puertas de entrada una bandera que rezaba “Por la Bombonera matar o morir”. Durante tres horas, más de 200 personas permanecieron en Perú al 160 cantando con bombos y bengalas contra la dirigencia. Igual, la iniciativa de Moscariello pasó con dictamen de mayoría.

Pero no fue la única acción. En el último partido del año jugado como local, Boca es Pueblo instaló un trapo en la platea alta: “De la Bombonera no nos vamos”. A mediados del segundo tiempo el partido se detuvo unos minutos porque desde una de las populares de socios se arrojó pirotecnia. En ese intervalo la tela blanca de letras negras apareció colgada en el alambrado, mientras algunos hinchas insultaban al presidente de Boca, Daniel Angelici. La televisión captó todo.

Finalmente, el año legislativo concluyó sin que el proyecto de ley sea tratado en el recinto, donde aún necesita atravesar dos votaciones y una audiencia pública. “Estamos haciendo un relevamiento de los vecinos del barrio. La forma más económica y rápida es adquirir las dos medias manzanas cercanas al estadio y ampliar la Bombonera”, declaró Angelici el 2 de enero de 2015. Boca es Pueblo lo interpretó como una victoria parcial de su lucha.

Otros

La Asamblea Ordinaria del 29 de agosto, había terminado a los sillazos. Allí el oficialismo aprobó una nueva concesión del museo del club a un consorcio conformado por las empresas Museo Deportivo, Santa Mónica y TyC. Por los incidentes, el club incluyó en la lista del derecho de admisión a 12 personas, seis de los cuales son de Boca es Pueblo. Pero lo hizo de manera irregular: los representantes legales no tuvieron acceso a ningún expediente, sobre el cual el Tribunal de Disciplina ni siquiera se expidió. El abogado Pablo Rabey, también miembro de la organización, hace meses negocia con funcionarios de Asuntos Legales para que se levante la sanción. “Todo lo que no le aplican a la barra se lo hacen a ellos para amedrentarlos. Y de manera individual porque ni siquiera los pueden castigar colectivamente”, acusa Claudio Giardino, dirigente de Boca es Nuestro.

004 BocaEsPueblo_Andrs Wittib_IMG_4344Técnicamente, Boca es Pueblo no es una agrupación oficial. Para ello necesita presentar una cantidad de firmas equivalente al 10 por ciento del último padrón, es decir, 7.200. Además de tener que hacerlo en persona o bajo certificación de un escribano, luego se necesita la aprobación de la Comisión Directiva. “Un ejemplo de la discrecionalidad que esto implica fue lo que sucedió con Antonio Alegre. Presidió el club sin agrupación. Cuando lo sucedió Macri, creó una y no se la reconocieron. Por el contrario, el año pasado oficializaron a Boca es Boca, del actual tesorero Carlos Aguas, sin que nadie tenga manera de comprobar si cumplieron con lo requerido”, explica Giardino. Por eso, le ofreció a Boca es Pueblo formar parte del Frente de Identidad Xeneize que integra su agrupación para participar de las próximas elecciones en diciembre de 2015. “Compartimos muchas posturas con él pero no con todos los del Frente: hay personas que estuvieron con Macri. Pero lo estamos debatiendo entre nosotros porque es una posibilidad interesante”, concede Gastón.

De todos modos, la puja electoral no desvive a la organización. “El estatuto establece que si ganás por uno o 10 mil votos, te quedás con los dos tercios de los representantes en la Asamblea, que se convierte en una pantomima. Por eso criticamos a las agrupaciones legalistas que lo único que hacen es darte folletos en las elecciones e ir a las asambleas a ver cómo pierden sistemáticamente. La construcción del poder está en la calle”, reitera Santiago. El principal blanco de esta crítica es Juntos por Boca, liderada  por el ex presidente Jorge Ameal. Uno de sus afiliados, Alejandro Cosentino, recoge el guante: “Es respetable y no es poca cosa lo que ellos hacen, pero entendemos la militancia desde otro lado. Nuestro barrio es el lugar donde vivimos. En mi caso, Haedo. Queremos descentralizar a través de las filiales para acercar el club a todos los socios e hinchas. Si bien ellos sólo nos ven repartiendo folletos los días de partido, tenemos actividades todos los días”.

No obstante, el principal cuestionamiento que Boca es Pueblo les hace se dirige al desempeño de Ameal al frente del club desde 2008 a 2011: “Hoy levanta consignas parecidas a las nuestras como abrir las boleterías o defender los colores del club. Pero en tres años no vendió una sola entrada, no reconvirtió la platea norte en popular y le puso un sponsor rojo a la camiseta”, resume Gastón. “Somos autocríticos. En caso de gobernar el día de mañana nos sirve para tener una propuesta superadora”, responde Juan Ignacio Bruera, otro de los integrantes de Juntos por Boca. Cosentino atribuye estos errores a que Ameal tuvo que lidiar en su propia comisión directiva con una “oposición interna que le puso palos en la rueda”.

En este marco, sus militantes dijeron presente el primer domingo de marzo durante el debut del equipo en el torneo doméstico. Mientras las otras fuerzas políticas daban inicio a sus campañas con pasacalles, globos, fixtures y juegos de preguntas y respuestas, la flamante organización repartió folletos intitulados «Con avales millonarios no hay democracia». La rutina se repitió en los siguientes partidos en la Bombonera e incluso durante días de semana en los que se vendieron plateas. «Luchemos por las entradas», reclamaba el volante del 10 de marzo. Luego de ello, la actividad se orientó a organizar los festejos por el cumpleaños número 110 años del club de la Ribera, que tendrá lugar el viernes 3 de abril. Lejos de cualquier encuadramiento institucional, la convocatoria llama a los hinchas a concentrarse por la tarde en los campitos de Casa Amarilla, en el cruce de Blanes y Martín Rodríguez, para celebrar en el barrio.

Daniel Angelici finalizará su actual mandato en diciembre de 2015. Las vicisitudes del año determinarán si el oficialismo podrá conservar el poder o no. Más allá de la militancia cotidiana que apuesta al largo plazo, los próximos meses serán claves para Boca es Pueblo.