“El muralista es un comunicador social”

“El muralista es un comunicador social”

Marcelo Carpita, autor y colaborador de más de cincuenta obras de arte urbano en distintas regiones del país, da a conocer su más reciente iniciativa: el 1º Congreso Nacional de Muralismo y Arte Público “Ricardo Carpani”, a realizarse el viernes 30, sábado 31 y domingo 1 de noviembre en el Centro Cultural Kirchner (CCK). El encuentro, cuenta, surgió de la necesidad de profundizar el debate sobre el rol del arte público y la ausencia de un marco legal que reivindique a los realizadores como trabajadores. El artista plástico dialogó con ANCCOM sobre el papel del muralismo en la vida política y social de la Argentina, definiéndolo como una disciplina de la comunicación social y en consecuencia de las Ciencias Sociales.

¿Cómo surge la idea de este Congreso?

Es una propuesta que surge de un foro que organizamos en el espacio político cultural al que pertenezco, Muralismo Argentino Contemporáneo (MAC), formado por diferentes grupos independientes comprometidos con llevar a cabo un proyecto nacional que empezó a tener un poco más de cuerpo con este gobierno. A partir de la propuesta de formar el MAC, empezamos a reunirnos y organizar un foro en el Centro Cultural de la Cooperación en 2013. Tenía como objetivo empezar a debatir sobre el rol del creador del arte público, del muralista que participa de muchos proyectos de desarrollo social, proyectos culturales y educativos, pero no está contenido dentro de un marco legal o institucional que nos considere como trabajadores. Siempre pasa como una cuestión de voluntarismo, de militancia y no como un trabajo específico. A partir de ahí, los participantes propusieron que esta discusión se debía dar en un marco mucho más participativo y  salió la primera idea del Congreso. Pero no se hizo, seguimos trabajando, haciendo nuestras actividades como siempre. Hasta que este año tuvimos una entrevista con la ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi, y salió de nuevo la idea del Congreso, como una actividad de corto plazo en el CCK. Con el tiempo queremos lograr que se incluya al muralismo dentro de lo que son las políticas culturales,.

¿Cuáles es el objetivo del encuentro?

El principal objetivo es hacer visible nuestra actividad, que la gente se entere que el muralista en sí, aparte de ser una persona que se dedica vocacionalmente a pintar una pared, a embellecer, es un comunicador social. El muralismo pasa de ser una producción estética por encargo a una disciplina de la comunicación social o de las Ciencias Sociales. Porque, a partir de esa actividad concreta, se desarrollan muchas actividades colaterales que hacen que el objetivo final no sea en sí el muralismo sino la organización popular, la reconstrucción del tejido social, la capacitación laboral, la integración de personas con diferentes tipos de capacidades, la inclusión social de chicos o de personas que están en grados de marginalidad. Es decir, hay muchas cuestiones que no son necesariamente las de la pintura mural. Sin embargo, ese muralista no cobra por ese trabajo, no tiene un seguro social, no tiene una participación como docente.

¿Quiénes participarán y qué actividades se desarrollarán?

Del Congreso van a participar casi 300 muralistas de todo el país, habrá paneles que desarrollarán ejes temáticos: muralismo y trabajo, muralismo y educación, la función social del muralismo, muralismo y militancia política. También habrá disertaciones de especialistas que no necesariamente son muralistas, como Fernando Buen Abad Domínguez, filósofo mexicano, un doctor en Comunicación muy comprometido con los derechos humanos. Estuvo trabajando en la conformación de contenidos de Telesur. Posiblemente estará el cineasta Tristán Bauer y también Carlos Carpintero que es un diseñador y comunicador a partir de la imagen que es muy importante. El Congreso será en homenaje a Ricardo Carpani, quién es nuestro paradigma de artista y militante. Habrá paneles, disertaciones, talleres participativos. La idea es que se elaboren documentos generales para dárselos a la ministra en forma de manifiesto. Habrá también proyecciones de documentales, va a estar Discursos Murales, que es una producción audiovisual que hicimos junto con la Universidad Tres de Febrero. Yo fui el productor artístico, donde se toman diferentes discursos de líderes latinoamericanos y a la par se va haciendo un mural por diferentes muralistas. También se proyectarán Los próximos pasados, que es una película que hizo Lorena Muñoz sobre el mural de David Alfaro Siqueiros que está en el Museo del Bicentenario y la película Carpani, vida y obra.

¿Dónde ubicaría al muralismo dentro de la esfera artística? ¿Y qué relación tiene con la esfera política?

El muralismo es parte del arte público. El arte público lo contiene, porque también incluye a una obra de arte callejera o una murga, a una acción urbana, a una performance. Es un hecho estético, cultural, al que la gente le da múltiples sentidos y hasta lo puede resignificar para incorporarlo a su vida cotidiana. El arte público es político, entendiendo que la política es lo que me relaciona con el otro. En la comunidad, lo que cohesiona, es el hecho político, entonces este arte también lo es. Ahora que uno lo ligue o no a un hecho partidario es una cuestión de coyuntura y de elección del muralista.

¿Cree que el muralismo argentino tiene una tradición propia?

Nosotros tenemos una tradición heredada de otras culturas que son hermanas, no tenemos tradición muralística. No somos un territorio cultural en donde tengamos grandes pirámides o edificios precolombinos llenos de murales. La tradición es contemporánea, se podría decir decimonónica. Nosotros tomamos el muralismo de la Revolución Mexicana como un puntapié o como un punto bisagra para empezar a discutir la función social y política del muralismo. Anterior a eso, había algunas expresiones más ligadas al realismo social, decorativos, con un anecdotario de la Revolución Industrial o ligado a diferentes aspectos de lo que fue la Revolución Rusa, pero nada más.

¿Y cuál es la función social del muralismo?

La de comunicar. Para mí está dentro de las materias humanísticas y de ciencias de la comunicación. Es un reto la comunicación por imágenes, estamos compitiendo con la publicidad. Creo que el muralismo es una de las alternativas pedagógicas que tenemos para generar otro tipo de discurso, otro tipo de diálogo con las imágenes en la vía pública.

¿Existe una política pública que fomente al muralismo como una expresión artística?

Hay pequeños intentos aislados, pero no una política pública. Ese vendría a ser uno de los objetivos del Congreso. Lo que estamos tratando de hacer es que el Estado se haga cargo del desarrollo de planes educativos, de planes culturales o del trabajo del muralista. Pero el Estado nunca lo asumió como algo organizado, siempre fueron expresiones individuales. Queremos lograr que desde el Estado se asuma la importancia de las actividades del  trabajador muralista dentro de ciertos tipos de políticas culturales. Si lo asumió desde el cine, desde la música, desde la danza, también lo puede asumir desde el muralismo.

Carpita, muralista. Ciudad de Buenos Aires, 13 de octubre de 2015. FOTOS ROCÍO GARCÍA/ANCCOM

«Tenía como objetivo empezar a debatir sobre el rol del creador del arte público, del muralista que participa de muchos proyectos de desarrollo social, proyectos culturales y educativos, pero no está contenido dentro de un marco legal o institucional que nos considere como trabajadores», relata Carpita.

 

¿Hay alguna política pública de conservación y protección de los murales existentes?

Lo que hay son políticas sobre la restauración patrimonial, no de preservación y conservación, es uno de los temas que se tocarán en el Congreso. Existen muchísimos murales históricos que se están deteriorando y no hay una política centralizada sobre eso. ¿Por qué llegar al punto de la restauración? Hoy la gente que está en esa materia habla de conservación, de preservación y no de restauración. Y cada vez hay más murales hechos y grandes inquietudes por saber cómo se mantienen, cómo se preserva y si se necesita de una escuela para eso. Gente de conservación patrimonial dice que ahora hay nuevas técnicas, nuevos abordajes estéticos y no hay una actualización hacia los conservadores. El conservador sigue trabajando con herramientas viejas, con edificios viejos, con técnicas viejas y no cuenta con nuevas tecnologías, con acrílicos, polímeros, aerosoles. Ya hay obras muy importantes hechas así. De esto también tiene que hacerse cargo el Estado. Cuando hablo de Estado, habla de una comunidad organizada, no quiere decir que el Estado tiene que hacerse cargo de todo. Porque cuando ponemos eso frente a las empresas sabemos  que pasa: restauran lo que a ellos les importa; lo demás se deteriora. La gente le da importancia a cierto tipo de obra y por ahí no es necesariamente estéticamente bella, pero tiene mucho significado, como podría llegar a ser el mural de un nene que murió en un accidente o un pibe víctima de gatillo fácil. Tal vez ese mural es mucho más importante para la comunidad que un mural al estilo mexicanista; eso también necesita preservación. El Estado debería empezar a pensar en un instituto de muralismo que pueda nuclear todas esas problemáticas.

¿Cuáles son los espacios en donde se enseña muralismo en la Argentina?

Tuvo unos primeros inicios en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación Ernesto de la Cárcova, con un taller de oficios, donde se enseñaba el desarrollo de algunas técnicas. Se le daba un encuadre pseudo socia. Más que nada se practicaba la técnica en pequeños murales. Pero el abordaje en un territorio para poder colaborar y participar de un desarrollo social y educacional no estaba dado. Poco a poco, esos talleres se transformaron en un poquito más participativos. Algunos se transformaron en carreras y después los fueron cerrando cuando los diferentes gobiernos, golpes y dictaduras vieron la capacidad organizativa que tiene el taller de mural. Recién en esta etapa democrática, a partir del 83, se volvió a trabajar sobre la idea de los talleres de formación. Uno de los primeros fue el de la Escuela de Bellas Artes ‘Manuel Belgrano, que se creó en 1990. La realización de mural está incluida también en las currículas de Educación Inicial y Primaria, lo que no tienen son profesores capacitados. Uno de los problemas que estamos abordando es que el muralismo cada vez se complejiza más como para poder realizarlo como cualquier actividad porque, previamente, se necesita ver cómo se aborda la problemática espacial. Hay muchísimas cosas que un profesor común de Plástica no sabe; piensa que solamente pintando en la pared con chicos es suficiente. Es necesario trabajar con ciertos elementos didácticos y metodológicos, como para poder ayudar a la dimensionalización de la imagen, del traspaso de lo chiquito a lo grande, al poder estructurar el campo compositivo. Hay muchas cosas que no saben y eso lo tienen que estudiar.

¿Qué es lo que busca expresar en sus murales?

Es como una especie de promedio entre lo que yo quiero contar, lo que necesito contar y  la forma en que lo cuento. No me ato a una sola forma de realización, estoy muy atento a las nuevas imágenes, a cómo se involucra la gráfica o cómo se involucran los diferentes aspectos de la comunicación a través de la imagen. Puedo decir que lo que busco no es expresar, sino tratar de interpretar ciertas características del momento en el que vivo. No soy muy retardatario, como para que me digan “te quedaste en el 45”, ni muy novedoso como para decir: “Lo que hacés no se entiende nada”. Me dirijo a un sujeto común, no está dirigido a públicos eruditos ni a amantes del street art, ni de la galería. Es para la gente común y en ese promedio está el no subestimar el gusto ni el nivel de complejidad de lo que es la comunicación a través de la imagen. No les estoy vendiendo productos ya fagocitados, ya deglutidos, trato de incentivarlos a que partan a través de la mancha, a través de una figura que está sugerida y que al mismo tiempo, todo junto va describiendo algo.

Retazos de memoria

Retazos de memoria

La parte por el todo es la última película documental de Andrés Martínez Cantó, Santiago Nacif Cabrera y Roberto Persano, que narra la historia de los espacios que funcionaron como maternidades dentro de los Centros Clandestinos de Detención durante la dictadura cívico militar de 1976. Allí nacieron cientos de niños y niñas que luego  fueron apropiados, 117 ya han sido restituidos por Abuelas de Plaza de Mayo, pero muchos de ellos aún viven bajo una identidad falseada.

Con la presencia de uno de los nietos restituidos y protagonista de la película, Guillermo Pérez Roisinblit, y su abuela, la vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit de 96 años, entre otras importantes personalidades, la película se estrenó, el 8 de octubre último en el Cine Gaumont – Espacio INCAA, después de cuatro años de ardua labor.

El documental trata de reconstruir pedazos de la historia reciente, a través de distintos elementos que quedan en el presente: grietas, puertas oxidadas, moho, paredes que se deshacen en el tiempo. Las palabras de los nietos son acompañadas por animaciones en vivo, que tratan de completar los espacios en blanco de sus voces, representando a la dictadura con las garras afiladas de aves rapaces.

Santiago Nacif Cabrera, uno de los directores, contó a ANCCOM cómo nació la idea del documental que hace foco en el tema de las maternidades clandestinas, algo novedoso en películas que abordan la apropiación por parte del terrorismo de Estado: “Surge a partir de una investigación escrita que había hecho la filial de La Plata de Abuelas de Plaza de Mayo, sobre lo que se conoce como el ‘Circuito Camps’ de maternidades clandestinas dentro de la Provincia de Buenos Aires”. Ese trabajo de investigación escrito fue ampliado por los directores a otros Centros Clandestinos de Detención que habían funcionado como maternidades, como la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el Hospital Militar de Campo de Mayo y el Pozo de Banfield. “A partir del testimonio de nietos recuperados por Abuelas, que nacieron en esos centros clandestinos durante el cautiverio de sus madres, vamos construyendo el relato”, explicó Nacif.

Santiago Nacif Cabrera y Guillermo Perez Roisinlbit, presentaron su documental: "La parte por el todo".

Santiago Nacif Cabrera y Roberto Persano, presentaron el documental: «La parte por el todo».

Guillermo Pérez Roisinblit habla en el documental sobre el valor de los relatos formulados por los sobrevivientes, como el de la periodista Miriam Lewin: “Son retazos de memoria de los demás, con los que voy haciendo la propia historia de mis viejos”, sintetiza. Y es a través de esos pedazos que la película trata de reconstruir la historia dispersa del horror, acompañada con la música -compuesta especialmente para la ocasión- de la cantautora de folclore y ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi.

“Me parece que el trabajo está muy bien realizado, les demandó cuatro años desde que arrancaron con las primeras entrevistas. No todos los documentales o no todas las investigaciones plasman específicamente lo que fueron las maternidades clandestinas y, además, sin caer en el simplismo y la morbosidad. Es un producto que está hecho con bastante cuidado, con mucho cariño y respeto”, apuntó Pérez Roisinblit en diálogo con ANCCOM. También subrayó el carácter movilizador de la película: “Me di cuenta que aparecemos conteniendo lágrimas o después de haber largado muchas; no me había detenido a observar que me emociono tanto en distintos pasajes de mi historia. Por eso decía lo cuidada que está la película, no cae en lugares comunes, no apela a que estemos llorando para filmar esa situación. Lo que más me queda es el testimonio de Belén (Altamiranda Taranto) del momento en que es arrancada de su madre y su mamá no tiene ni la posibilidad de saber si era varón o nena”.

Roberto Persano, Guillermo Pérez Roisinblit y Santiago Nacif Cabrera en la Ex Esma.

Roberto Persano, Guillermo Perz Roisinblit y Santiago Nacif Cabrera en la Ex Esma.

Pérez Roisinblit resaltó, además, el trabajo realizado durante estos casi 38 años de lucha de las Abuelas, que llevó a juicio a los responsables del plan sistemático de apropiación de bebés: “La justicia argentina tardó dieciséis años desde que se presenta la denuncia hasta que salió la sentencia. La verdad es que estas ‘viejas’ aprendieron un montón de cosas siendo muy grandes y en la adversidad. Aprendieron de genética, de recursos jurídicos, de leyes, aprendieron a hablar en los organismos internacionales, se construyeron ellas solas y llegaron a todo el mundo”.

El nieto recuperado destacó también las partes del documental en las que se habla de la tercera generación, la de sus propios hijos.“Yo no pude terminar de disfrutar plenamente el nacimiento de mi hija -reconoce- porque estaba lamentando que mi papá no tuvo la oportunidad de disfrutar de mí”.

Los otros dos nietos que le dan vida al documental son Carlos D’Elía Casco, nacido en el Pozo de Banfield y restituido por Abuelas en 1998, y Belén Altamiranda Taranto, nacida en el Hospital Militar de Campo de Mayo y restituida en 2007, ambos ausentes con aviso en el estreno por no encontrarse en la ciudad. Belén desde Córdoba, su lugar de residencia, envió unas palabras que leyó Persano, antes de iniciar la función: “Gracias por hacer visible esta terrorífica etapa de nuestro pasado. Faltan muchos hermanos que buscar, y el apuro que tenemos es que el tiempo pasa y las Abuelas se van sin poder abrazar a sus nietos”, terminó de leer el director, entre aplausos.

Otro personaje central en la historia, también presente en la sala el día del estreno, es la jueza María del Carmen Roqueta, presidenta del tribunal que llevó adelante el proceso popularizado como juicio sobre el “Plan sistemático de apropiación de menores” que tuvo sentencia en 2012 y condenó a Jorge Rafael Videla y a otros genocidas a cincuenta años de prisión. La magistrada comentó a ANCCOM, luego del estreno: “Me gustó mucho porque me parece que es un tema bastante difícil, complejo y triste. Se pueden ver todos los distintos momentos, a las personas, a los nietos restituidos, ver que se hizo un juicio y cómo se llega al momento de memoria, verdad y justicia. La animación, además, le da otro vuelo a la película”.

La particularidad del documental es que está acompañado de animaciones realizadas en tiempo real, en el momento en que se daban los testimonios. Al respecto, el artista responsable de las ilustraciones, Maxi Bearzi contó a ANCCOM: “A medida que iba escuchando la historia de los entrevistados, automáticamente lo iba dibujando. Teníamos muchas ganas de que esto no sea postproducción, que no sea algo que se ponga después, sino de preparar las animaciones y fijar la luz en los lugares donde hubo esta parte de la historia tan oscura”.

Por su parte, Andrés Martínez Cantó, otro de los directores, dijo a ANCCOM: “Estamos muy contentos, porque a mucha gente le llegó la película. Si bien es una temática que fue abordada por diferentes discursos y por diferentes textos, hubo gente muy avezada en la temática de los derechos humanos, de la dictadura, del revisionismo sobre el pasado reciente, que descubrió cosas nuevas y eso es un poquitito lo que nosotros queríamos hacer. De alguna manera avanzar con una mirada más rigurosa sobre lo que fueron las maternidades clandestinas propiamente dichas”.

Con respecto al recorrido que hará la película luego de su estreno, su colega, Roberto Persano adelantó: “Esperamos que siga en cartel un tiempo, que se pueda divulgar en festivales argentinos y del extranjero y que sirva para trabajar la memoria, sobre todo con los pibes más jóvenes, de los secundarios, que quizás no tienen tan fresco el tema del plan sistemático. En nuestra anterior película (Nicaragua, el sueño de una generación) la verdad es que nos fue muy bien, estuvo en más de veinte festivales, así que ahora esperamos repetir. Dictaduras hubo en todo el continente, pero un plan sistemático de apropiación de menores no, está bueno quizás llevar este debate a Latinoamérica”.

Nacif Cabrera también concluyó con sus expectativas: “Esperamos que sea bien recibida por la gente, que mantenga esta lucha que emprende Abuelas de Plaza de Mayo desde hace más de 30 años y siempre con este concepto de memoria, verdad y justicia, hasta que aparezca el último nieto robado por la dictadura. Quedan todavía alrededor de cuatrocientos hombres y mujeres que todavía no conocen su verdadera identidad. Hasta que no aparezca el último seguiremos luchando”.

Actualización 14/10/2015

Los nuevos delitos de lesa humanidad

Los nuevos delitos de lesa humanidad

Un equipo multidisciplinario de setenta y cinco expertos y expertas de cuarenta países de América, Europa y África, presentó los “Principios de Madrid-Buenos Aires”, en el marco del II Congreso Jurisdicción Universal de  siglo XXI desarrollado en el Teatro Nacional Cervantes durante el 9 y 10 de septiembre. El eje del documento es la lucha contra la impunidad de los crímenes internacionales que, por su gravedad, dejan de concernir a un Estado soberano en particular, para afectar a la humanidad en su conjunto.

“Lo que estamos buscando es una protección integral de los ciudadanos y ciudadanas del mundo y de la propia naturaleza, no pedimos ni más ni menos”, expresó el juez Baltasar Garzón, máximo impulsor y director del Congreso organizado por FIBGAR, la fundación internacional que lleva el nombre del magistrado español y que trabaja por la defensa internacional de los derechos humanos. “Estas iniciativas –completó el anfitrión- tienen también un efecto de prevención, de educación, de aprendizaje, de pedagogía, de saber que el lenguaje común de toda la humanidad es el de los derechos humanos”.

“Cuando los Principios de la Jurisdicción Universal del siglo XXI se pongan en circulación a partir de mañana, comenzaremos su defensa palmo a palmo, país a país, institución a institución, un año, dos años, tres años, los que sean necesarios, al final ganaremos esa partida, porque es la partida de la humanidad”, prometió Garzón y rescató la incorporación en el documento de nuevos delitos de persecución universal, como aquellos que atenten contra el medio ambiente o que son de naturaleza económica y violan sistemáticamente los derechos más básicos de la sociedad civil.

Los Principios Madrid-Buenos Aires también contemplan como crímenes de lesa humanidad al genocidio, a los crímenes de guerra, a la piratería, la esclavitud, la desaparición forzada, las torturas, el tráfico de seres humanos y las ejecuciones extrajudiciales.

Baltasar Garzon, juez y presidente de  FIBGAR

Baltasar Garzon, juez y presidente de FIBGAR

 

Entre las distintas actividades que se desarrollaron a lo largo de las jornadas se destacó la conferencia La protección jurídica del medio ambiente, que estuvo a cargo de Raúl Zaffaroni, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ex magistrado de la Corte Suprema de Argentina. El magistrado expresó que los actuales estándares de consumo son insostenibles y que estamos muy cerca a una situación de no retorno. Advirtió que el mercado funciona aumentando el consumo de ese 30 por ciento que son los que más tienen, mientras que el 70 por ciento de la población mundial no posee lo indispensable para sobrevivir. En declaraciones exclusivas a ANCCOM señaló el camino a seguir para que estos delitos económicos y medioambientales se tipifiquen y lleguen a ser aplicados en todo el mundo: “Es necesario que alguien los haga parte de un proyecto en el plano internacional, en Naciones Unidas, y que con el correr de los años se haga un tratado y luego que los congresos lo ratifiquen. A medida que vayan pasando catástrofes vamos a ir haciendo estas cosas”.

Por su parte Héctor Sejenovich, Premio Nobel de Paz compartido con el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de 2007, profesor universitario e investigador del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, habló sobre medio ambiente e intereses económicos. Declaró que hay una necesidad de reestructurar el concepto de desarrollo y de una intervención conservativa, ya que se necesita un desarrollo verdaderamente sustentable que no reduzca el activo ambiental. “La deriva actual del capitalismo pone en riesgo la supervivencia del planeta y nos lleva a la autodestrucción”, subrayó. Asimismo declaró a ANCCOM sobre el impacto que causaría lograr el consenso sobre los delitos económicos y medioambientales al ser considerados de lesa humanidad: “Sería casi como la creación de los derechos humanos. Pero, ¿la declaración de los derechos humanos sirvió para la lucha por los derechos humanos? Sí, sirvió, pero no por eso se aplicaron. Se concretaron por otras relaciones sociales progresivas que se impusieron en cada país, pero el hecho de tenerlos ya significó una mejora de la situación”.

Mencionó, además, la importancia que los abogados empiecen  a conocer el tema ambiental: “Lamentablemente no tenemos un código ambiental, no tenemos una justicia ambiental, sino que es una justicia general”, reflexionó y agregó: “Es positivo que se incluya lo medioambiental como parte de los crímenes de lesa humanidad, pero hay que profundizar, porque no es solamente afectar a una especie, sino afectar a todo un sistema, a una cantidad de interrelaciones”. El Premio Nobel, a su vez, ejemplificó con el cultivo de la soja: “Está arrasando y ahí hay una afectación a los derechos humanos de las poblaciones que viven cerca, que han sido fumigadas y que tienen problemas de cáncer. Eso está en total colisión con estos principios, entonces de alguna forma se tienen que hacer cargo”.

Rigorberta Menchú en el Congreso Jurisdicción Universal en el Siglo XXI

Rigorberta Menchú, premio Nobel de la Paz 1992, fundadora y presidenta Vitalicia de la Fundación Rigoberta Menchú Tum y destacada dirigente en defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas.

Contra la impunidad

El periodista y presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS),  Horacio Verbitsky y Jorge Auat, titular de la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las Causas por Violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el terrorismo de Estado participaron en el panel Lucha contra la impunidad en Argentina. “Si no hay compromiso, militancia, participación, estos avances no hubieran pasado. Lo importante es denunciar las voces que hay detrás de los que quieren intentar la impunidad”, declaró Verbitsky.

Auat, a su vez, manifestó que la impunidad es la punta del iceberg de toda una estructura de injusticias que aparecen por debajo: “No hemos terminado con la impunidad, la justicia no es igual para todos, no es igual para el oprimido que para el opresor. Lo que está en juego es la moral de toda la humanidad”. El funcionario retomó conceptos del filósofo alemán Walter Benjamin y resaltó la importancia de cómo comunicar estas discusiones, de cómo usar el lenguaje y del modo de leer el pasado.

Información y privacidad

A través de una videoconferencia desde la embajada ecuatoriana en Londres, también participó de las jornadas realizadas en el Cervantes el periodista de investigación, programador, y ciberactivista australiano Julian Assange, autor del ya famoso sitio WikiLeaks. Desde la pantalla gigante expresó que los derechos básicos de la ciudadanía, como la libertad de información y la privacidad, están en peligro por la acción de algunos gobiernos de controlar los movimientos de sus ciudadanos. En relación a la criminalidad económica  y su impacto en las condiciones de vida de millones de ciudadanos denunció: “Estados Unidos y los integrantes de la Unión Europea están impulsando un gran bloque de comercio mundial que se escapará a cualquier tipo de control democrático y no tendrá en cuenta el cumplimiento de los estándares mínimos de derechos humanos”.

El desafío

Sobre el tema Debate hacia un nuevo marco de Jurisdicción Universal, Hugo Cañón, ex Fiscal General de Bahía Blanca y ex presidente de la Comisión Provincial por la Memoria, habló sobre los riesgos de las propuestas que se plantean y ejemplificó con el intento por parte de George W. Bush al asumir en 2002 de anular la firma de Bill Clinton sobre el Tratado de Roma para lograr la inmunidad de su país.

Al respecto de este nuevo marco de Jurisdicción Universal declaró a ANCCOM: “Ahora viene una etapa fundamental de difusión de los principios, de darlos a conocer en los ámbitos judiciales, en las fiscalías, en los claustros académicos y desde ahí comenzar una gestión ante las diversas organizaciones sociales, organismos de derechos humanos y partidos políticos para demandar en cada uno de los países la posibilidad de instalar normativas jurídicas que adopten estos principios”. Manifestó que es un trabajo a largo plazo y que se debe hacer eje en los países del cono sur, ya que en este momento tienen una gran potencia para confrontar con los poderes más fuertes del mundo: “Evidentemente van a poner obstáculos e impedir que exista esta posibilidad de juzgamiento a todo aquello que tenga que ver con crímenes económicos y la afectación del medio ambiente porque, en última instancia, los responsables de estas políticas son las grandes corporaciones económicas que están en los países centrales y no en nuestros países”.

Con respecto a los valores en los que están asentados los 22 principios que conforman el documento promovido en el Congreso, opinó: “Toda esta política de Jurisdicción Universal está asentada en una ética sólida de defensa de la dignidad del ser humano. Somos personas y como tales merecemos el respeto y la dignidad que fue avasallada por las grandes tiranías, por los grandes negocios económicos, por ese poder concentrado que en última instancia apunta a la defensa de sectores minoritarios a nivel planetario”.

Antes de llegar al final del Congreso, disertó la guatemalteca Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz 1992, fundadora y presidenta Vitalicia de la fundación que lleva su nombre y destacada dirigente en defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas, y las mujeres. 

La guatemalteca recordó una resolución de Naciones Unidas de 1979, en la que se advertía sobre las grandes violaciones a los derechos humanos pero en ningún momento se reconocía la reparación sobre las víctimas. En este sentido, aludió a los atroces hechos ocurridos en la masacre en la Embajada de España en Guatemala el 31 de enero de 1980, donde fueron calcinadas 39 personas, entre ellos su padre. “Sabíamos todo eso y sin embargo parecía que nadie creía en las víctimas. Lo que pasó en Guatemala quizás pueda ser la esencia de la crueldad de los genocidas en todos los países del planeta y es la esencia de lo que son los delitos de lesa humanidad”.

Raúl Zaffaroni durante la lectura conjunta de los nuevos principios de Jurisdicción Universal en el cierre del Congreso.

Asimismo, explicó el contexto en el que se desarrollaron los delitos contra la humanidad en su país: “Por supuesto que se sabía que existía un plan que se llamaba Contrainsurgente y una estrategia de los militares guatemaltecos que tenía una relación con el plan global de estrategia de Estados Unidos en América Latina como es el Plan Cóndor”.

Explicó que el involucramiento de las víctimas en esta causa no es un tema personal sino que responde a una memoria colectiva que exigía un juicio de reconocimiento de la verdad, ya que siempre fueron acusados de farsantes. “Había una ofensiva ideológica para frenar las ideas de las propias víctimas, no es solo la verdad individual sino jurídica, institucional, de un tribunal que pueda dar un ejemplo del cumplimiento del derecho con el debido proceso: no sabíamos que había reglas que nos podrían defender y con este aprendizaje fuimos aportando en la doctrina de la jurisdicción universal”.

Menchú Tum describió que en su país hubo un gran debate entre víctimas y victimarios con respecto a si hubo genocidio o no. “Dijeron que todo lo que hacíamos era pura venganza y tuvimos que acudir a una investigación profunda, no sólo teníamos un derecho sino que debíamos fundamentarlo. Si queremos mirar hacia el futuro, tenemos que recuperar esa memoria de la justicia universal aplicada en el terreno de los hechos”.

Al respecto de la experiencia de violación de derechos humanos en América Latina expresó: “Cuando se pueden juntar las herramientas jurídicas y las técnicas de investigación con la verdad de las víctimas, hay un impacto extraordinario. En América Latina tenemos una experiencia inmensa y debemos legar a las nuevas generaciones, porque la lucha contra los delitos de lesa humanidad no tiene fin, porque se puede repetir en décadas”.

El SAME villero

El SAME villero

“El SAME no entra en nuestros barrios. ¿Y vos, vas a votar al PRO?” reza el stencil en una de las paredes descascaradas de la Villa 31, en el barrio de Retiro. “La situación es que en las villas de la ciudad de Buenos Aires hay pocos centros de salud que no dan abasto, no ingresan las ambulancias con el tiempo necesario para que no se mueran nuestros vecinos. Y lo mismo pasa con los bomberos voluntarios, entonces ingresa la Policía Federal con todo lo que esto conlleva”, comenta Marina Joski, militante del Movimiento Popular La Dignidad (MPLD), la Corriente Villera Independiente (CVI) y referente de la recientemente inaugurada Central de Emergencias Villera.

El Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME), si bien brinda un servicio gratuito de atención de urgencias dentro de la ciudad de Buenos Aires y cuenta con 170 ambulancias, sólo entra a las villas custodiada por la policía. “Uno de los temas centrales es que se mueren niños y adultos porque las ambulancias entran si y sólo si los acompaña la Policía Federal, entonces nosotros, cada vez que tenemos una urgencia, tenemos que llamarla porque creen en el discurso de que nuestros barrios son sinónimo de inseguridad. Hace muy poquito, en la Villa, Rodrigo Bueno, un niño cayó por un pozo ciego y no murió por el golpe, murió ahogado porque tardaron una hora y media en llegar la ambulancia y los bomberos. Lo mismo nos pasa en Retiro, un chico con epilepsia no es atendido en un ataque y el pibe muere por esto”, explicó la militante.

Vecinos de la Villa 31.

A partir de esta situación, los vecinos organizados en la CVI realizaron una larga protesta el 21 de abril de 2014, con la instalación de la famosa carpa villera en la Plaza de la República que mantuvieron allí durante casi dos meses: “Hace años que nos venimos organizando en la lucha para que las ambulancias paren dentro de cada una de las villas. El año pasado montamos una carpa durante más de 54 días con una huelga de hambre, que hicieron 120 referentes de nuestros barrios, militantes de organizaciones y referentes culturales”, manifestó Joski.

Producto de esta demanda, que exigía a las autoridades del Gobierno de la Ciudad la urbanización con radicación de los asentamientos y que declare la emergencia habitacional, socioambiental, sociosanitaria y socioeducativa en las villas, los vecinos lograron la adquisición de cuatro ambulancias con las cuales crearon la Central de Emergencias Villera: “Para levantar la carpa el Gobierno de la Ciudad firmó un compromiso de obras específicas de urbanización en cada una de las villas. Intervino la Defensoría del Pueblo en la mediación y también se firmó un acuerdo que establecía que la Corriente Villera iba a tener una ambulancia para cada uno de los barrios. Esto no fue así, pero nosotros pudimos comprar cuatro ambulancias y gestionarlas”.

La referente villera manifestó que el desafío de tener estas ambulancias era lograr que no funcionaran de la misma forma en que lo hacen los sistemas de emergencias convencionales, sino darle la impronta comunitaria y la participación. “Lo que hicimos fue hacerlas conducir por vecinos y vecinas. Están asistidas, no por médicos porque no nos dan los presupuestos, sino por enfermeros y paramédicos que también son de los barrios”.

El paramédico voluntario, Carlos Franjo.

Central de Emergencias

La central en sí no tiene visibilidad, está ubicada en el barrio de Constitución y desde ahí un operador coordina todas las ambulancias al servicio de los barrios de Retiro, Bajo Flores, Lugano, Cildañez, Barracas, Los Pinos, Fátima y Esperanza. “Algunas están sólo en un barrio, como en Retiro y Bajo Flores, y las otras que están en Barracas y Comuna 8, son unidades de traslado que pueden circular en cualquiera de las direcciones. El desafío es poder operar las cuatro ambulancias y que nadie se quede sin atención”, afirmó Joski.

En la villa 31 y 31 Bis, con sus calles de tierra y charcos de agua, detrás del playón y junto a la Capilla Nuestra Señora de Luján está la ambulancia villera a la espera de algún llamado. Es conducida por el vecino Richard Palacios (23) y atendida por  el paramédico Carlos Franjo (50).

Ambos operan de manera voluntaria: “Soy paramédico hace 27 años y hace cinco meses me propusieron trabajar en el sistema de emergencias para ayudar a la gente del barrio. Desde entonces cumplo esa tarea y atiendo todo tipo de casos”, expresó Franjo. Por su parte, Palacios comentó: “Soy de la Villa 31 y soy el chofer de la ambulancia de la villa. Me contrataron a través de los delegados, que me conocían, y como soy de acá conozco las manzanas para llevar a una intervención rápido”.

La Central de Emergencias cuenta con tres números telefónicos, un handy y un celular. “Cuando sale una ambulancia de la villa queda otra a la guardia de dos barrios, a la espera de un llamado”, comenta Joski.

Las ambulancias no sólo atienden emergencias médicas, sino que también brindan atención primaria de la salud, ofrecen un servicio gratuito de electrocardiogramas cada quince días y realizan traslados programados dentro de las villas porteñas. “Todo es autogestivo y fruto de la lucha directa de los vecinos organizados en la Corriente Villera Independiente. Todo el servicio que se realiza es gratuito”, afirmó la referente.

Con respecto a la receptividad de los hospitales comentó: “En el Piñeiro no tenemos problema, las veces que hemos ido al Argerich tampoco; el Garrahan nos tiene que atender y el Fernández también. Son hospitales que tras muchas veces de ir y plantarnos y defender el lugar de la ambulancia, se ha conseguido”.

El Centro de Emergencias Villera realiza distintos tipos de atención: partos, accidentes, robos, politraumatizados, entre otros servicios. “Además -afirma Joski-, ingresa al barrio y hace diagnóstico de tuberculosis, diabetes, hipertensión, seguimiento específico, masaje kinésico en el caso de broncoespasmo. La idea es resolver la mayor cantidad de casos en el lugar, evitando el traslado. Aproximadamente hacemos siete intervenciones por día en cada uno de los barrios”.

Los vecinos de las villas también cuentan desde hace más de seis años con tres Centros de Salud para realizar consultas: “Son conducidos por promotores comunitarios en salud formadas durante un año y médicos de la Facultad de Medicina de la UBA. Intentamos quebrar con la lógica de la salud médica hegemónica, el concepto del paciente, la idea de que la salud es un privilegio que dictamina un profesional. Se trata de centros comunitarios populares de salud”, aseguró la referente villera.

Con respecto al ingreso de los bomberos voluntarios en las villas, Joski expuso cuál es la situación: “Los mismos vecinos del barrio logran apagar el fuego mucho antes de que lleguen los bomberos de la Policía Federal, porque otros bomberos no ingresan. Apagan los incendios con lo que tienen. Por eso decidimos hacer un proceso largo de formación masiva para responder ante un siniestro: primeros auxilios y primeros conocimientos de rescatismo. De ahí surgieron los mejores que conformarán el cuerpo de rescatistas y socorristas villeros”. La referente explica que este proyecto aún sigue en formación. “Como rescatistas y socorristas nos acercamos puerta a puerta. Lo que hacemos es patrullar, circular el barrio y encontramos ahí el siniestro”, expresó.

Consultado por ANCCOM sobre esta forma de autogestión de la salud, el Gobierno de la Ciudad no dio respuestas. Joski lo responsabiliza por la situación en las villas: “Las responsabilidades son el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires y la Secretaría de Hábitat e Inclusión que no cumple con las obras. Es el Gobierno de la Ciudad y el Gobierno Nacional que destinan escasos recursos a las villas porteñas. No se urbanizan y por eso no ingresan los bomberos, las ambulancias y tenemos grandes problemas de salud”, afirmó.

 

“La destrucción del otro es la de una parte de nosotros”

“La destrucción del otro es la de una parte de nosotros”

“El genocidio es una práctica de tremenda materialidad, que a veces impide analizar cuál es su objetivo; que opera mucho más en el ámbito de lo simbólico que en el material y uno, preso de esa materialidad, a veces pierde de vista cuál es su real objetivo”, dijo el reconocido investigador y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), presidente de la  Asociación Internacional de Estudios sobre Genocidio (IAGS), y del Centro de Estudios sobre Genocidio (CEG) de la Universidad Nacional Tres de Febrero (UNTREF), Daniel Feierstein, en el marco de la tercera y última jornada del Congreso Internacional sobre Genocidios y Derechos Humanos. 

El encuentro se llevó a cabo en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho de la UBA durante los días 20, 21 y 22 de agosto y contó con paneles que trataron sobre aspectos políticos, económicos, sociales, jurídicos y simbólicos de los crímenes de lesa humanidad ocurridos en Europa, África y Asia. La mesa Memoria Social de Procesos Genocidas y Reparación fue presentada por Khatchik Derghougassian, profesor en la Universidad de San Andrés (UDESA) y especialista en temas de seguridad internacional y Medio Oriente, quien se refirió a Feierstein como “uno de los promotores de esta ampliación del debate en torno del concepto de genocidio y al término de táctica social del genocidio”.

Feierstein, que presentó su trabajo Consecuencias políticas en la construcción de la memoria social de los procesos genocidas, evocó al autor del concepto de genocidio, considerándolo un visionario:  “Raphael Lemkin, cuando definía cuál era la esencia de estos procesos como ‘la destrucción de la identidad nacional de los oprimidos y la imposición de la identidad nacional del opresor’, dejó clarísimo que el objetivo de un genocidio opera en el plano de lo simbólico, de la construcción de la identidad e imponer otro modo de construcción. El eje de ese proceso es la opresión”.

Asimismo, el investigador criticó la mirada biologicista del genocidio centrada en el aniquilamiento. “Ese es el medio, el instrumento, pero no es el fin”, aseguró y agregó: “El genocidio se zanja en la disputa por los procesos de construcción de la memoria, porque creo que en los modos hegemónicos en que se construye la memoria de la mayoría de los genocidios modernos -aún cuando se condena- se ratifica, se legitima la mirada del genocida”.

A dicha mirada, considerada por Feierstein como binaria, la definió como aquella que cree que la identidad se construye por exclusión y que busca en los genocidios, a través del terror, transformar las identidades de distintos pueblos, excluyendo algunas de sus partes de la noción de comunidad. “Lo que trato de plantear -explicó- es que no sólo se aniquila a esos cuerpos, a esos grupos, sino que se aniquila esa parte de la identidad del nosotros, aquellos que lo alemán o lo europeo tenía de judío y de gitano, aquello que lo otomano tenía de armenio o de griego”.

El profesor señaló que desde esa mirada binaria se puede ser una cosa o la otra, pero lo que no puede existir es la identidad plural y que para entender que las identidades son procesos dinámicos hay que confrontar con ese modo hegemónico de construcción de la memoria de los genocidios.

Para Feierstein es muy importante la discusión sobre cómo entendemos el pasado, cómo nos explicamos lo que había antes del terror y del aniquilamiento y cómo nos explicamos lo que quedó después, porque sirve para explicar quiénes somos. En este sentido, toma como ejemplo los casos emblemáticos que se discutieron a lo largo del Congreso: “En el caso del nazismo, esta mirada clásica, paradigmática de que los alemanes asesinaron a los judíos, -o en todo caso, si queremos ampliarlo, de que los europeos asesinaron a los judíos y a los gitanos- está diciendo implícitamente el mismo concepto que planteaba Hitler, que hay alemanes y hay judíos y que los alemanes no son judíos y que los judíos no son alemanes”.

A su vez explicó que en las comunidades judías de la diáspora se generaba un enorme problema para los judíos alemanes, pues debían negar una parte constitutiva de su identidad. “Tenían en su misma identidad al perpetrador y a la víctima -describe- porque esto era lo que existía en esa Alemania previa al nazismo, esto era lo que el nazismo quería destruir. Entonces, en algún sentido uno podría decir que el nazismo fue exitoso en términos de que logró convencer a los europeos de que los judíos no eran europeos y convencer a los judíos, de que los judíos no eran europeos”.

Daniel Feierstein en el Congreso Internacional sobre Genocidio: “Genocidio y Derechos Humanos – a cien años del Genocidio Armenio”. 20 de agosto de 2015. Fotos Gentileza Asociación Cultural Armenia

Daniel Feierstein en el Congreso Internacional sobre Genocidio: “Genocidio y Derechos Humanos – a cien años del Genocidio Armenio”. Fotos Gentileza Asociación Cultural Armenia

Feierstein evocó la forma en que un investigador turco abrió una conferencia: “Queridos compatriotas otomanos”, dijo hablándole a la comunidad armenia en Estados Unidos. Si bien la expresión resultaba violenta en ese contexto, era una manera de confrontar con el objetivo de los genocidas. La estrategia fue evidenciar que para construir una identidad moderna turca, existían sectores que no la podían integrar pese a que durante siglos hubiesen sido parte de esa comunidad. “Lo que estaba haciendo el  investigador era tratar de decir: ´Al arrancarnos nuestro pedazo armenio han destruido a toda nuestra comunidad otomana, turca, nos han sacado un pedazo de identidad de nosotros”, advirtió Feierstein y agregó: “Para confrontar con ese objetivo se necesita confrontar con los modos en los que se construye la identidad. Como decía Lemkin, lo que busca un genocidio es destruir la identidad nacional de la comunidad en la cual  éste se lleva a cabo, es la destrucción parcial del propio grupo nacional”.

El investigador manifestó que el genocidio se focaliza en determinadas fracciones de esa población para hacer desaparecer las marcas que no sólo se encuentran en los cuerpos que portan esa identidad: “Las marcas judías no estaban solamente en los biológicamente judíos, se pueden encontrar en toda la cultura europea; las marcas armenias no estaban solamente en los cuerpos armenios y el objetivo es excluir, a través del terror, a través de los cuerpos, toda esa construcción identitaria, todos esos elementos de identidad plural que dieron cuenta de la mayoría de las identidades del siglo XIX y XX”.

Feierstein expresó que la idea de pensar el genocidio como destrucción parcial del propio grupo nacional permite recuperar la noción de comunidad que incorpora la alteridad,  articula lo diverso y posibilita enfrentarla con el objetivo del terror genocida: instalar la sospecha y la desconfianza entre distintos grupos de la comunidad. “Siempre el objetivo fue azuzar distintos nacionalismos que ven esa noción de comunidad e instalando un concepto de identidad en donde hay partes del nosotros que no pueden ser parte del nosotros.”.

Al llegar al final de su exposición Feierstein expresó: «Creo que si todos tratamos de pensar el pasado desde este presente, entendiendo que todos los grupos de una comunidad constituyen una parte inescindible del propio grupo nacional, podremos reflexionar en la destrucción del otro como la destrucción de una parte de nosotros”.

El Congreso organizado por la Comisión Conmemoración del Centenario del Genocidio Armenio y auspiciado por las Facultades de Derecho, de Filosofía y Letras de la UBA y la Universidad Nacional de Tres de Febrero, llegó a su fin. A lo largo de los tres días participaron y expusieron en el Comité de Honor y en el Académico las siguientes personalidades: Eugenio Zaffaroni, León Carlos Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, Mónica Pinto, Pedro Mouratian, Daniel Rafecas, Claudio Avruj, Nora Cortiñas, Mehmet Dogan, Roberto Malkassian, Ignacio D’Asero, Santiago Libarona, Gabriel Sivinian, Mercedes Doumanian, Paula Galanzino, Mariángeles Pujol, Camila Miranda, Agustín Vannella, Patricia Alejandra Zipcioglu, entre otros.