Rosario, la crónica del debate

Rosario, la crónica del debate

“La Argentina sangra por las barrancas del Paraná. Por estos puertos de Rosario y su cordón, hoy en manos extranjeras, se llevan el 75% de la producción nacional. Por allí circula libremente el tráfico de armas y drogas y la trata de personas, que se han convertido en los negocios más redituables e impunes de los últimos años, para beneficiar a los ganadores de siempre: los grandes monopolios imperialistas, las patronales y los terratenientes. Mientras […] nuestra ciudad es el reflejo descarnado de un país donde, a la par de la concentración de la riqueza, crecen la desigualdad y el hambre. El Gran Rosario registró, en el segundo trimestre, el nivel más alto de desocupación: el 11,7%”. El documento de balance de la 31º edición del Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) celebrado en Rosario toma las demandas por la nueva situación económico-social como un eje rector para advertir sobre las consecuencias del tarifazo, la inflación, la desocupación y el achicamiento de los programas sociales en la vida cotidiana de miles de mujeres.

Sobre ese cuadro, el debate imprimió las discusiones sobre género, participación sindical, trata y legalización del aborto. Debates a los que el Congreso Nacional y las Legislaturas provinciales vienen corriendo bastante más atrás. “Los secuestros de mujeres de diversas edades para trata con fines de explotación sexual crecieron en los últimos años en Santa Fe […] Nuestra región es, desde hace años, no sólo zona de tránsito y operaciones del entramado criminal de la trata, sino también de reclutamiento. Por año, se realizan 300 denuncias de mujeres que faltan de sus casas”, resalta el documento.

Un signo de este tiempo. El debate sobre la legalización de la marihuana, al menos en lo que se refiere al uso de canabbis con fines medicinales, recién se ha instalado este año en las comisiones del Congreso Nacional, y a pesar de la fundamentación por parte de académicos, funcionarios y asociaciones como “Mamá Cultiva” y “Cannabis Medicinal Argentina” (CAMEDA), sigue en discusión en la comisión de Salud de Diputados. En los Encuentros, sin embargo, es un tema recurrente. En talleres de años anteriores el tema aparece. Hasta se han escuchado recetas de lubricantes de canabbis para mujeres. La novedad de este año es la “institucionalización” del debate con la conformación del taller “Mujeres y Cannabis”.

Además de esa innovación, también se incorporaron otros dos talleres: “Mujeres Trabajadores Sexuales”, impulsado por la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), que ya había funcionado en Encuentros previos pero había sido suspendido por seis años. El segundo: “Mujeres afrodescendientes” que apuntó a debatir la “invisibilización y ocultamiento en los registros de la memoria histórica argentina del pasado esclavista y de los aportes de las comunidades afro al país.

Marcha

“Qué momento, qué momento, a pesar de todo, les hicimos el Encuentro”, anuncia el despegue de la marcha. Y continúa: “Alerta, alerta, alerta que caminan, mujeres del Encuentro por las calles rosarinas”. Una de las que camina es Ramona. Va debajo de una bandera blanca, del ancho de la calle, que dice “Chaco” en letras negras. Es morocha de pómulos altos, y si bien no lleva insignias, integra el movimiento Pueblos y Naciones Originarios en Lucha. “Nosotras venimos con más de 16 años de Encuentros. Luchamos por las verdades de las mujeres de nuestra cultura originaria y sabemos que es importante la unidad de aquellas que vienen desde las provincias a contar sus experiencias porque aprendemos de ellas y ellas de nosotras. Eso es lo que sirve cada año. Yo participé del taller Mujeres de los Pueblos Originarios donde propusimos que el próximo Encuentro sea en Chaco porque además de los 500 años de opresión que cargamos, la situación política es muy difícil. Es importante que las mujeres vean esa realidad y no solo que se la contemos nosotras”.

“El ajuste también es violencia”, “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir”, son algunas de las leyendas en las pancartas que se amontonan. Banderas wipala, del Orgullo Gay, partidarias, y otras tantas. Pasacalles acompañan: “Desmantelamiento de las redes de trata”. Graffitti con esténcil: “La solidaridad mata al macho”.

Una estudiante de medicina de Rosario camina con su hijo en una tela portabebés que lo envuelve entre sus pechos y le cruza la espalda. “Creo que es importante estar acá por el futuro de mi hijo, para que sea un buen hombre y tenga mucho respeto por las mujeres”, dice. Y sonríe. La marcha avanza sobre el bulevar Oroño. El cielo apenas asoma entre los árboles y palmeras. Un perro callejero rengo acompaña con un pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Un vecino parado en una esquina comenta a una señora mientras ven pasar la marcha: “A las lesbianas las apoyo totalmente”. Entre tanto, una cuadrilla de mujeres con pasamontañas de colores en la cabeza emulan a las rusas pussy riots, mientras pintan con aerosol la iglesia Virgen del Carmen. El paso de la marcha se aminora, pero no se detiene. El repertorio de canciones apunta directo: “Francisco botón no quiero tu perdón”, “Si el Papa fuera mujer el aborto sería ley”, “Iglesia, basura, vos sos la dictadura”.

Minutos después, el chico que atiende un kiosco de la calle Corrientes ve entrar a mujeres en corpiños, brujas con escobas de paja, chicas con la cara y el cuerpo pintado, otras con peluca. Afuera, la marcha avanza al canto de “vecina, vecina, no sea indiferente a las pibas las matan en la cara de la gente”. Algunos curiosos asoman por los balcones, y otros anónimos reparten botellas de soda.

Promediando el final, se escuchan campanadas de una iglesia. El punto de llegada era el Monumento Histórico Nacional a la Bandera, pero una cuadra antes, en calle Buenos Aires, una parte de la marcha se detiene. Allí, se asientan el Palacio Municipal y la Catedral Basílica Santuario «Nuestra Señora Del Rosario». Un señor en la esquina grita: “Que la calle no calle”, mientras una decena de locales ven pasar a las marchantes.

Represión

Frente a la catedral tapiada, una veintena de varones, jóvenes y mayores, enlazan sus brazos y rezan sin parar un Ave María tras otro. Las cámaras apuntan directo sobre los rostros compungidos porque intuyen que algo va a pasar. Mientras van llegando más mujeres a la Plaza 25 de Mayo, el coro se agiganta “Iglesia, basura, vos sos la dictadura”, “Saquen sus rosarios, de nuestro ovarios”, “Sí señores, sí señores, prohíben el aborto, los curas abusadores de menores”. Otras osan interrumpir el Ave María con gritos cara a cara. Dos mujeres bailan y hacen pogo mientras las cámaras las miran. Al lado dos chicas se besan. El Cuerpo General de Infantería entra en primer plano.

La policía más descabezada de los últimos años desciende sin aura desde el interior de la catedral. Cascos en cabeza, escudos y arma en mano. Un grupo se instala al costado del edificio religioso, en un pasillo que linda con el rosado Palacio Municipal y que conduce al Monumento a la Bandera. Las manifestantes retroceden sobre la plaza, mientras otro grupo sacude las maderas y los andamios que ocultan la Basílica. Una veintena de uniformados se ubican frente a la puerta de la iglesia que,  insólitamente, está cubierta de un plástico transparente, como si estuviera embolsada.

Se arma una barricada en medio de la calle. Otra veintena uniformados  sale desde dentro de la iglesia. Son mujeres y están con las manos vacías, no tienen escudos ni cascos. Parecen graficar la subordinación de la mujer porque frente a la primera piedra que las roza se cubren detrás de sus compañeros y deben  volver al edificio.

Un policía dirige un paso delante de sus subordinados. Apunta al cielo y empieza a tirar. Las hojas de los árboles de la plaza se desprenden. Y tira, y tira, y se responde. Vuelan hierros, piedras y botellas de vidrio. “Somos malas, podemos ser peores”, se escucha. En el medio, la prensa sigue un movimiento pendular. Filman y fotografían la trinchera de un lado y a la policía de otro.

José Granata, reportero  gráfico de Telam, llega a la plaza un rato después del arribo de la marcha. Siete impactos de balas de goma sobre la cara y el cuerpo no lo dejan sacar ni una foto. Jhoana, fotógrafa de la Garganta Poderosa, también tiene la huella de una bala de goma en su cara. Alberto Furfari de Canal 5 y LT3 de Rosario, Pedro Levy de Televisión Litoral, Sebastián Pittavino de Revista Panza Verde de Concordia; Laura Sosa de Mucho Palo Noticias, y Gisel, corresponsal de la Agencia de Noticias RedAcción (ANRed). Más tarde, el Sindicato de Prensa Rosario (SPR) repudiará la represión.

Cierre

El acto de cierre se realiza en el Monumento que rememora el primer izamiento de la bandera Argentina. De los dos días de sol intenso sólo quedan las mejillas rojas. La lluvia llega el feriado del lunes. Podría sólo ser parte de una anécdota pero termina definiendo la escena. El sonido falla, no se pueden leer las conclusiones.

Frente al escenario, cientos hacen alarde de la próxima sede: Chaco. Más al fondo, replican, “que se vote”, mientras agitan unos papeles firmados en sus manos. Ese grupo sostiene que en los talleres se votó para que la próxima sede sea la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, históricamente, en los talleres de los Encuentros no se vota, y el mecanismo oficial es el consenso. El argumento abreva la idea de pluralidad, donde ninguna posición está por encima de otra, reconociendo que la opresión de género trasciende otras diferencias políticas. Así ha venido funcionando desde 1985. Por este motivo, las firmas no se tienen en cuenta y se define por la ovación de las presentes. La comisión organizadora consagra a la provincia del Norte, no sin resistencias. En las próximas semanas, quizás el panorama se aclare.


Actualizado 12/10/2016

Cinco siglos igual

Cinco siglos igual

Pasadas las 19 comenzó la movilización acompañados por grupos de sikuris, reclamando por los derechos naturales y su dignidad milenaria.

Durante el lunes 10 de octubre se realizó una jornada de reflexión en la Plaza Congreso y el 11 de octubre se conmemoró el último día de libertad.

Cuando se celebraba el “Día de la Raza” la marcha era conocida como del contrafestejo. Con el cambio de nombre siguen repudiando el “Día del Respeto a la Diversidad de las Culturas” ya que para los pueblos originarios fue, es y será una invasión y un genocidio.

Mirá la Galería de fotos de ANCCOM:

Actualizado 13/10/2016

Gritar para salvarse

Gritar para salvarse

“En nuestros barrios hay zonas liberadas de políticas estatales, zonas liberadas de medios masivos de comunicación. Esto se padece hace mucho tiempo y genera que las fuerzas de seguridad puedan hacer lo que quieran pensando que no van a tener ningún costo”. La organización La Garganta Poderosa formula el diagnóstico en la voz de unos de sus integrantes. El colectivo sufrió en carne propia esas ausencias: primero con la represión y torturas a dos adolescentes y luego con las amenazas de efectivos de la Prefectura por haber difundido el caso en una señal televisiva de noticias.

El reflejo de defensa se tradujo también en un acto masivo en la esquina de Osvaldo Cruz e Iguazú. “Vinieron casi todos y eso es imprescindible para que la frase `Ni un pibe menos´ no sea un frase hecha, sino que realmente se pueda hacer realidad”, afirma La Garganta Poderosa en diálogo con ANCCOM. Y advierte: “Sabemos que varios medios masivos desinforman más de lo que informan”. El portavoz de las declaraciones resguarda su nombre. Cumple con el protocolo de la organización y habla por todos sus miembros.

Ignacio Levy, referente de La Poderosa.

Ignacio Levy, referente de La Poderosa.

Los hechos

Los jóvenes Iván Navarro y Ezequiel Villanueva Moya de 18 y 15 años, respectivamente, fueron reprimidos y torturados por la Prefectura a orillas del Riachuelo. Días más tarde, el mayor de ellos dio su testimonio en el canal C5N. De vuelta en el barrio, vio a un uniformado amenazando a un adolescente. “Van a cobrar todos por habernos escrachado en los medios», vociferaba el prefecto. Iván volvió a correr y gritar por su vida.

Hoy, Iván e Ezequiel están bien. Después de un extenso silencio del Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich, los prefectos involucrados en el caso fueron separados de sus cargos. Hoy los investiga la Justicia.

Sin embargo, las familias del barrio 21-24 siguen con miedo. “Los que cuidan el barrio son los mismos que los torturaron hace unas semanas”, advierte La Garganta.

Iván con Nora Cortiñas.

Iván con Nora Cortiñas.

Miedo y control

Las villas sufren la estigmatización de ser consideradas nichos donde se concentran los grandes males de la sociedad. El miedo y los medios masivos de comunicación son piezas clave para construir esa secuencia.  En La Poderosa advierten que existe “una cierta luz verde por parte del poder policial para realizar este tipo de atropellos”. La represión policial no empezó el 10 de diciembre con el inicio de la gestión de Cambiemos, aunque los casos de violencia institucional se multiplicaron en los últimos meses. “Desde la vuelta a la democracia, son escalofriantes las cifras de las torturas, los casos de gatillo fácil, las desapariciones y las muertes”, advierte la organización.

Por una necesidad del barrio, La Garganta Poderosa creó “un dispositivo cooperativo que es el control popular a las fuerzas de seguridad”. Y argumenta:“Ningún gobierno supo, quiso o pudo controlar a sus fuerzas. Mientras exigimos que el Estado lo haga, buscamos una alternativa para salvar la vida de todos los pibes y los vecinos”.

El colectivo recuerda la implementación -durante la gestión en Seguridad de Nilda Garré-  del denominado Cordón Sur en las villas de Buenos Aires y el enroque de la Policía Federal por la Prefectura y la Gendarmería. “El primer mes los vecinos estaban contentos porque se iban los vicios de una fuerza retrógrada que tenía un montón de negociados en los barrios y llegaban dos fuerzas nuevas. Después de unas semanas, tomaron los mismos vicios”, agregan desde La Poderosa.

La organización reivindica el apoyo público de diferentes sectores y personalidades a las denuncias. Las advertencias del Indio Solari tuvieron especial repercusión. “Fue  muy importante porque él sabe que su voz mueve. No habla mucho, pero cuando lo hace genera una masividad en su mensaje. Nos llamó el día anterior a la conferencia y nos dijo: ´Si mañana no va toda la gente que ustedes esperan digan que es una vergüenza´. Él no habla mucho porque sabe cómo juegan muchos medios de comunicación, pero cuando habla, grita”, explica el colectivo.

Acto en repudio a las prácticas abusivas que sufrieron Ezequiel e Iván  por parte de las fuerzas de seguridad.

Acto en repudio a las prácticas abusivas que sufrieron Ezequiel e Iván por parte de las fuerzas de seguridad.

La represión los volvió a golpear en el Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario…

Por decisión del frente de género de La Poderosa las compañeras no iban a llegar a la Catedral. De hecho, unas cuadras antes doblaron para resguardarse por si llegaba a suceder algo como lo que sucedió en Mar del Plata el año pasado. Y sí, una de las balas de goma que iba dirigida a los fotógrafos impactó en la frente de Johanna Coronel, una de las comunicadoras de La Garganta del barrio El Carrillo en Villa Soldati.

 

Actualizado 13/10/2016

Un viaje a lo exótico de lo cotidiano

Un viaje a lo exótico de lo cotidiano

Un auto gris, de cuatro puertas, estacionado bajo el rayo del sol, con aire de abandono. Un tapizado colmado de flores rosas y algunos cisnes. El corte diagonal de la imagen introduce de manera frenética a la escena colorinche y, entrando por la ventana, se asoman detalles propios de un lugar habitado. Con mística y tensión, el auto con sus flores rosas se transforma en un espacio ridículamente interesante del cual se quiere saber todo. Tal vez, es esa ventanilla “a media asta” la que invita al espectador a subir, a recorrer, a pasear. Al auto. Y a la muestra de la fotógrafa, Julia Sbriller.

Fotógrafa, arquitecta y performer, Julia Sbriller se entusiasmó hace unos años con «una idea más popular, democrática e inclusiva de la fotografía. No desde el panfleto, sino desde lo real». Ella «hizo de todo», según su propia mirada: expuso en distintos lugares como galerías, museos y festivales, individual y colectivamente.

Su muestra actual, “Fukú/Zafa” es un ensayo fotográfico, inédito hasta el momento, realizado en el sudeste asiático. Según la autora: “Oriente representa, en el imaginario occidental, lo lejano, lo diferente, lo otro”. Y estas imágenes desgarran el velo de la diferencia, desbaratan el planisferio, destruyen la distancia, proponiendo que “ya no tenemos que pasar por Europa para llegar a Asia.”

El ensayo de Sbriller representa un clima colorido y vertiginoso donde se asoma algo absurdo. El recorte deja de lado lo exótico de oriente para situar al espectador en un escenario en movimiento donde lo que sucede es la vida cotidiana. Posters, tapizados kitsch y niños en la calle con flash de frente son parte de un diálogo compositivo heterogéneo. «Fukú/Zafa» insinúa una posible desterritorialización, donde «las palmeras pueden ser Munro, y Vietnam se parece a Perú», analiza la fotógrafa. «Mis procesos creativos tienen mucha intuición. Las palabras llegan después que las imágenes y las veces que intenté tematizarme, fracasé», confiesa.

La rionegrina actualmente coordina «Creadores de Imágenes», un taller creativo de edición, investigación y producción fotográfica. Sobre el despojo que implica poner su obra a la vista, al aire libre y al alcance de todos, dice: «Te genera una sensación doble. Por un lado está buenísimo que estén ahí y por el otro se siente el peligro que corren las imágenes. Para mí es alucinante. Las fotos ahí, perduran. Se instaló un código». La serie expuesta en esta ocasión, producto de un viaje al sudeste asiático, surgió de una selección realizada en equipo, en el marco del colectivo «Fuera!, fotogalería a cielo abierto”, del cual ella forma parte.

«Fuera! fotogalería a cielo abierto» se propone sacar las fotos de las salas, promoviendo el acceso y democratizando los circuitos de exhibición. Fue creado en 2012 por los fotógrafos y editores plateases Emilio Alonso, Lisandro Perez Aznar y Santiago Gershánik. En la galería, ubicada sobre el perímetro del  Colegio Liceo Víctor Mercante, se exponen fotos públicamente convocando a espectadores ocasionales «que no irían a un museo», explica Alonso. «Las fotos están ahí. Si alguien las rompe es parte del juego», agrega. Alonso explica que desde “Fuera!” seleccionan fotografías que puedan congeniar con la vía pública porque «la idea es exponer trabajos que completen su sentido estando en la calle». Sobre el ensayo de Sbriller describe la presencia de «algo que excede al lenguaje» y, sobretodo, repara en la importancia de mostrar imágenes que invitan a «correr el eje de Europa».

Alonso rescata una constante predisposición por parte de los expositores que pasaron por “Fuera!”, entre ellos Alfredo Srur y Helen Zout. En relación al proceso de edición, dice: «Nunca sentimos barreras a la hora de tocar el trabajo de nadie y editamos laburos de fotógrafos que tenemos como referentes. Con el trabajo de Rafael Calviño hicimos una edición muy nuestra y él quedó fascinado. Nosotros le dimos un sesgo político y él no lo estaba trabajando así. Se lo redireccionamos totalmente y no hubo ningún problema» cuenta.

Sbriller y Alonso forman parte de una misma generación abocada a la fotografía y que, según el proyecto, se desempeñan en la producción o edición de imágenes. Frente a los circuitos vigentes y las posibilidades de hacer visible su trabajo se mantienen abiertos a las propuestas externas porque «lo importante es que las cosas pasen y que haya actividad», apostando a que «las cosas funcionen sea cual sea el proyecto», explica Emilio. Además, agrega que si hay lugares donde no le dan ganas de participar no es porque sean galerías privadas sino porque «no se entiende lo que hacen». Proactivos y alejados de posturas rígidas coinciden en fomentar la producción y circulación de obra fotográfica. «Somos más under pero podemos ‘curtir’ con el Festival de La Luz, no hay problema», sintetiza Julia.

La muestra se puede visitar en el perímetro del Colegio Liceo Víctor Mercante, ubicado en 47 entre 4 y 5, La Plata, hasta el 22 de octubre.

 

Actualizado 12/10/2016

Cuentos infantiles inclusivos para un ambiente sustentable

Cuentos infantiles inclusivos para un ambiente sustentable

Pachamamita Libros nació como un proyecto independiente del docente de historia Martín Crespi, en respuesta a la escasa creación de cuentos para niños que abordaran la temática ambiental y reflejaran los problemas que derivan del mal uso de los recursos naturales en el país. Para ampliar el acceso, su creador decidió traducir los cuentos a idiomas de pueblos originarios de Latinoamérica tales como el quechua y el guaraní, al lenguaje de señas a través de una producción audiovisual en su blog y transcribirlos también al braille.

“Este material es parte de una muestra plástica con temática ambiental, que estoy preparando. Tenía la inquietud de hacer accesible el material para chicos no videntes e hipoacúsicos. Una vez que tuve el material y los derechos de autor para hacerlo, surgió la idea de traducirlos al guaraní, al quechua, entre otras lenguas de pueblos originarios”, dijo Martín Crespi.

Kóva ha´e tembiasakue soha akãhatã rehegua ndoikoséirupi ichugui peteĩ milanesa vyrorei ha oiporavo peteĩ arapy akãvai ha mba´e tie´ӯgui henӯhéva”. (“Esta es la historia de una sojita traviesa que no quiso ser una simple milanesa, y prefirió un mundo de aventuras, lleno de locuras y travesuras”, en guaraní). Así comienza La fabulosa historia de la sojita traviesa, uno de los 3 cuentos publicados por Pachamamita Libros, en el que se reflexiona sobre las consecuencias del sistema extractivista en el modelo de producción sojero.

«La fabulosa historia de la sojita traviesa», uno de los 3 cuentos publicados por Pachamamita Libros.

En referencia a este cuento, Martín Crespi explicó: “En este libro se desarrolla la manera en que el modelo productivo genera graves consecuencias en las poblaciones fumigadas. La fumigación causa estragos. Nosotros, en los centros urbanos, lo vemos en la alimentación. Es una problemática angustiante. En toda región hay conflictos ambientales y problemas sociales que derivan de ello, y está bueno que el chico que lo lea pueda darse una idea mínima de todo lo que involucra”.

La situación concreta a la que alude Crespi, es que desde hace 20 años en la Argentina está autorizada la producción y comercialización de la soja transgénica bajo el supuesto que que terminaría con el hambre en el mundo. Pero lejos de hacerlo, y gracias a las campañas llevadas a cabo por gobiernos y empresas, la agricultura se desarrolló  sustituyendo cultivos autóctonos por variedades de alto rendimiento dependientes de productos químicos y fertilizantes.

Otro de los cuentos, La asombrosa historia de la Mega-Minería y las mini-regalías  trata sobre las consecuencias de la explotación de la megaminería a cielo abierto. Esta actividad devastadora realizada en montañas y ríos por empresas de Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, Suiza, Sudáfrica y Japón, desde Jujuy hasta Santa Cruz, a lo largo de cinco mil kilómetros de cordillera, utiliza cantidades enormes de productos químicos tóxicos. En el proceso de extracción se vierten desechos contaminantes al ambiente -aire, suelo, agua- afectando flora y fauna de la región.

“Yma chawachani… ¿Whawachani? Jatun horegos clamchanan alto oxcho monanta latina. Chay mntañas oxipi ckanman yacupi rumispi otckuspa expoytaspa ckay mercado minera impresapi.” (“Veo, veo… ¿Qué ves? Una cordillerita, muy cordillerana, con muchas montañitas latinoamericanas. Esas montañitas tienen minerales, agüita de deshielo y rocas con metales. Para sacarlos y exportarlos, el famoso mercado internacional sugirió la mega minería empresarial”, en quechua).

Para traducir este cuento al quechua, Martín Crespi pensó en Felicidad Aranibar quien nació en Cochabamba, Bolivia y vive en Argentina hace 15 años. “La forestación y la minería son temas interesantes, así que me animé. El caso de la minería es grave, hay gente que trabaja por monedas y los de arriba se llevan todo. Los mineros terminan echando a perder su calidad de vida”, dijo Felicidad. Respecto de lo significó para ella este trabajo, recordó sus raíces y aseguró: “Yo vengo de una familia del campo, y el quechua nos representa. Mucha gente no lo reconoce como idioma, me interesa que se lo reconozca, que nuestros hijos lo aprendan”.

Martín también indicó la importancia de traducir el cuento a una lengua como el quechua:

“El quechua es una lengua ancestral, es el paso del tiempo en Latinoamérica. Es súper movilizante escuchar una lengua originaria. Hay dos cuestiones interesantes que nos motivaron: una es revalorizar el idioma y la otra es que al traducirlo, estamos preservándolo”.

«El caso de la minería es grave, hay gente que trabaja por monedas y los de arriba se llevan todo. Los mineros terminan echando a perder su calidad de vida”.

Una tercera publicación que integra la colección, La sorprendente historia de los tronquitos y los arbolitos, se refiere a la deforestación y a la producción de pasta de celulosa que perjudican las regiones de Santiago del Estero y Salta entre otras provincias del país. Cabe recordar que, en el Congreso Forestal Mundial realizado en Sudáfrica en  2015, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación dio a conocer un ranking donde la Argentina figura novena entre los diez países que menos cuidan sus árboles nativos.

En una de las versiones de este cuento, en guaraní, se lee: “Heta yvyraí máta aĩva´ ekue yma oñeñotyvaekue sa´i sa´i oje japo haguã mba´e hu´û ijavevopáva kuatiarã. Kuri´ y´ i ha cukalipto moyve oĩva´ ekue ka´aguy ijyvoty ryakuãmbáva ha peteĩ ára ñembo jarurõguáicha ohasa pya´e pya´e jeityha imbaretéva”. (“Había una vez muchos arbolitos que fueron plantados de a poquito, para hacer pasta celulosa súper esponjosa. Antes de los pinos y eucaliptos, había bosques con flores y aromas. Y como si todo fuera una broma, pasaron rapidito demoledoras topadoras”).

El responsable de esta traducción, Damián Arce, fue docente de Lengua del nivel primario en la provincia de Buenos Aires durante 30 años. Hoy, ya jubilado, se dedica a la enseñanza del guaraní. “Mi lengua materna es el guaraní, mis padres eran paraguayos, vinieron a Formosa en 1947 cuando finalizó la Guerra del Chaco. Se instalaron en el campo para poder trabajar, tuvieron una familia muy numerosa. Mis padres y tíos hablaron siempre en guaraní y yo vengo de esa raíz”, recordó el traductor.

Con respecto al tratamiento de los problemas ambientales en la escuela, Damián Arce afirmó: “Un docente lo puede llegar a tomar, pero creo que desde ahí no trasciende. Los temas hay que bajarlos desde lo institucional, para trabajarlos y que se genere compromiso de todos los involucrados. No solamente en una escuela. Tendría que expandirse y trabajarse desde el municipio, desde la provincia, desde la Nación. Pero hay intereses políticos que no ayudan, entonces nos encontramos con la contaminación, el desarrollo de la megaminería a cielo abierto y la expansión de los cultivos transgénicos. Hay muchas permisividades porque sólo se evalúa la parte económica inmediata: los efectos en la tierra no se tienen en cuenta”.

Para la transcripción al braille, Crespi pensó en Emanuel Ludueña, un joven no vidente de 23 años. “Lo que yo hice fue transcribir los cuentos para que una persona con discapacidad visual tenga la posibilidad de leer el mismo cuento, sin tener que cambiar ninguna palabra”, comentó. “Últimamente, las personas no videntes utilizamos el celular  y la computadora. Ya casi no leemos desde libros. El hecho de poder transcribir al braille estos cuentos, colabora para que la práctica no desaparezca. Uno puede involucrarse más con el braille e intentar armar lindos proyectos como este”, continuó el joven.

Los cuentos están acompañados por las traducciones, actividades didácticas y un glosario que los niños pueden consultar. En relación al lector, su creador afirmó: “El material está enfocado a una doble lectura, por un lado al público infantil, y por el otro al adulto que acompaña la lectura de los niños, ya sean los docentes o los mismos padres. Apuntamos a la lectura acompañada para una mejor comprensión. Igualmente hay algunos conceptos que están más explicados y desarrollados en el glosario y se juega a la vez con la rima y la gracia”.

Martín Crespi habló sobre los proyectos futuros de Pachamamita libros: “Para el año que viene tendré terminada una muestra plástica con temática ambiental y vamos a traducir al mapuche temas vinculados a la energía y el petróleo. No hay mucho material que se meta con temas puntuales y estructurales como estos, que afectan a mucha gente y a los recursos naturales. Por otro lado publicaremos un libro de alimentación que se llamará La historia de las perdices que comieron felices. El enfoque de esta próxima publicación se centrará en las consecuencias del consumo de los alimentos industrializados: antes la comida alimentaba, luego empezamos a comprar todo en supermercados, empezamos a ingerir alimentos con conservantes, colorantes y fertilizantes, por lo tanto esos alimentos ya no nos alimentan. Otro proyecto para el próximo año es trabajar a partir de los cuentos tradicionales, como Caperucita Roja, para atravesarlos con las distintas problemáticas: lo central es lo ambiental. Lo importante es tener un contenido y atravesarlo con distintas variables dentro de la comunicación, en el sentido de trabajar con las traducciones, la accesibilidad y las distintas tecnologías”.

 

 Actualizado 12/10/2016