Masacre de San Patricio: 40 años de memoria y de impunidad

Masacre de San Patricio: 40 años de memoria y de impunidad

A cuatro décadas de los asesinatos de los sacerdotes Alfredo Kelly, Pedro Dufau y Alfredo Leaden  y los seminaristas Emilio Barletti y Salvador Barbeito,  la comunidad de la parroquia honró su memoria con una serie de actividades, que tuvo su cierre el lunes pasado a la noche, cuando el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires, celebró la misa ante una multitud que desbordó la iglesia, ubicada en el límite de los barrios porteños de Villa Urquiza y Belgrano. El día anterior, una procesión había unido la ex ESMA con el templo, un hecho inédito que revela que la reivindicación de los “mártires palotinos” toma cada vez más impulso con el paso del tiempo.

Media hora antes de las 20, momento indicado para el inicio de la misa, no había un lugar disponible en la iglesia. El Cardenal Mario Poli hizo su entrada acompañado por quince obispos de distintas jurisdicciones, ataviados de blanco, y otros sacerdotes, entre los que se encontraba el padre José “Pepe” Di Paola.  En su camino, Poli bendijo a la multitud con la señal de la cruz hasta llegar al altar, en donde estaba colocada la alfombra roja sobre la que se había derramado la sangre de los religiosos hace cuarenta años. Durante la homilía, el cardenal leyó: “Los que se creyeron jueces sentenciando a muerte a los hermanos no sabían que los cristianos hacen bien y se los castiga como a malhechores, cuando nos castigan de muerte nos convierten en vida”. Si bien se refirió a las víctimas  en varias oportunidades como mártires dejó en manos del Vaticano su consagración bajo ese rol: “La Iglesia, con su sabiduría, sabrá decidir cuál es su lugar en el cielo”.

El día anterior, una procesión había unido la ex ESMA con el templo, un hecho inédito que revela que la reivindicación de los “mártires palotinos” toma cada vez más impulso con el paso del tiempo.

Los hechos

El 4 de julio de 1976 a las 8 de la mañana, los fieles de San Patricio se encontraron con las puertas cerradas de la iglesia. Frente al  desconcierto de los vecinos,  Rolando Savino, un joven al que el padre Leaden le había enseñado a tocar el órgano, trepó por una bandolera abierta de la casa parroquial, tomó las llaves y logró abrir las puertas. Minutos más tarde, en la planta alta se encontraría con una escena imposible de borrar: “La sensación se renueva año tras año, los recuerdo a ellos todos los días”, asegura.  La dictadura militar se apuró a distribuir un comunicado en donde responsabilizaba por el crimen al “extremismo”, versión que fue reproducida por importantes empresas mediáticas.

Sin embargo, vecinos del barrio habían visto movimientos sospechosos durante la madrugada y hombres armados merodeando los jardines parroquiales. Inclusive escucharon que algunos de esos sujetos le dijeron a un policía que estaba de guardia: “Si escuchás unos cohetazos no te metás que vamos a reventar a unos zurdos”. Consumado el quíntuple crimen, pintaron en las paredes frases agraviantes contra los religiosos y arrojaron sobre los cuerpos un afiche que representaba a “Miguelito”, el amigo de Mafalda, señalando un bastón policial y diciendo: “Este es el palito de abollar ideologías”.

Ya en democracia, distintos testimonios de ex detenidos desaparecidos y de algunos represores indicaron como principales sospechosos a los grupos de tareas de la Marina. Sin embargo, la causa judicial languideció y las leyes de Obediencia Debida y Punto Final terminaron de congelarla. El periodista Eduardo Kimel, por su libro “La masacre de San Patricio”, fue el único condenado relacionado, porque el juez que debía investigar los hechos, Guillermo Rivarola, se sintió calumniado por aquel notable trabajo periodístico que ponía luz, entre otras cosas, en las razones por las cuales nadie había sido condenado.

La marcha o el “Camino del martirio”, como decidieron llamarla, fue convocada para el domingo pasado y partió de la ex ESMA.

El sermón de las cucarachas

La marcha o el “Camino del martirio”, como decidieron llamarla, fue convocada para el domingo pasado y partió de la ex ESMA, de donde se presume que salió el Grupo de Tareas que acabaría con la vida de los religiosos. El recorrido contó con cinco  paradas en  iglesias de Núñez y Belgrano,  cada una dedicada a honrar a cada uno de los religiosos. El final del trayecto fue el lugar del crimen, la iglesia de San Patricio, en donde se le rindió homenaje al padre Kelly, considerado por uno de los asistentes, el laico Francisco Javier Calabrese, como “un verdadero pastoralista, aquel encargado de llevar el dogma a la práctica”. Calabrese conoció a Kelly por ser amigo del párroco y recuerda las largas discusiones que mantenían: “Pero en el buen sentido, porque con ellos se podía hablar de cualquier cosa”, virtud adjudicada a la herencia del sacerdote fundador de la congregación, San Vicente Pallotti, por su “inmensa capacidad de escucha”.

A diferencia de otras marchas en defensa de los  Derechos Humanos violados por la dictadura militar, en esta el pedido de justicia incluyó el de perdón. Así lo dejaron asentado en la declaración de la comisión organizadora: “Verdad y justicia que no se oponen al perdón. Sin esta dimensión de perdón, no seremos fieles a ellos. Tampoco lo seremos si nos hacemos cómplices de la impunidad”.  En el texto queda claro que “verdad” y “justicia” anteceden a la idea del perdón.

En la iglesia de San Patricio,  punto final del “Camino del martirio”. El sobrino de Alfredo Kelly, Martín, quien conserva una fisonomía parecida a la de su tío, dice que no encuentra palabras para agradecer a las personas que esa noche llegaron a la parroquia y expresa: “No tengo derecho a estar triste, solo darle las gracias, que haya sido mi tío fue insignificante al lado de lo que fue para la comunidad, Alfi era un hombre de Dios, alguien mucho más grande que nuestra familia”.  En tanto, el padre Rodolfo Capalozza, sobreviviente de la masacre por haberse quedado  en lo de sus padres aquella noche en vez de ir a dormir a la iglesia, afirma: “El consuelo más fuerte es ver como la semilla que cayó a la tierra hizo fruto de eso: de hombres que dieron la vida, surgieron jóvenes siguen el camino de amor a la humanidad”, dice conmovido.

“Verdad y justicia que no se oponen al perdón. Sin esta dimensión de perdón, no seremos fieles a ellos. Tampoco lo seremos si nos hacemos cómplices de la impunidad”.

“Los cinco eran un blanco rentable, no fue nada al azar”, comenta el feligrés Calabrese en una de las paradas de la caminata y agrega: “La iglesia está rodeada de casas que valen más de 200 millones de dólares, era una parroquia en un lugar rico que abogaba por los pobres, y ellos tenían una gran influencia entre los jóvenes, era una parroquia complicante”. Muestra de ello es uno de los últimos sermones que dio Alfredo Kelly, pocos días antes de ser asesinado, y que trascendió como “el sermón de las cucarachas”. En pleno auge represivo, el párroco dijo, en mitad de la misa: “Hermanos: he sabido que hay gente de esta parroquia que compra muebles provenientes de casas de gente que ha sido arrestada y de la que no se conoce su destino. En todo el país surgen más y más de estos casos. Madres que no saben dónde están sus hijos, hijos que no saben dónde están sus padres, familias forzadas al exilio, señales de muerte por todos lados. (…) Quiero ser bien claro al respecto: las ovejas de este rebaño que medran con la situación por la que están pasando tantas familias argentinas, dejan de ser para mí ovejas para transformarse en cucarachas”.

En tanto, otro acto evocativo de los religiosos fue la elaboración de un mural sobre el pasaje “Mártires Palotinos”, a una cuadra de la Iglesia, por parte de vecinos, familiares y el Grupo Cultural Cruz del Sur. La obra representa a las víctimas con sus nombres, con la consigna “hoy son luz y vida” y con el lema  “Juntos vivieron y juntos murieron”. La frase, también se convirtió en el título del libro que Sergio Lucero acaba de publicar sobre las víctimas.

El final del trayecto fue el lugar del crimen, la iglesia de San Patricio, en donde se le rindió homenaje al padre Kelly.

Las investigaciones

Actualmente el caso de los Palotinos recorre dos vías: la judicial, en manos del juez federal Sergio Torres, a cargo de la megacausa ESMA; y la causa canónica impulsada por el padre Juan Sebastián Velasco como postulador y el vicepostulador y abogado Francisco Chirichella. Por partida doble, la posición de  Francisco I en la Santa Sede se vuelve estratégica, principalmente la canónica, capaz de consagrar a las víctimas mártires o santos, según las pruebas recogidas. Para santificarlos es necesario dar testimonio de dos milagros mientras que para decretarlos mártires tienen todos los requisitos necesarios, según el abogado Chirichela. “Dieron su vida por la justicia y la verdad a través del compromiso con el Evangelio. Y al momento de su muerte se encontraban indefensos, prueba de su actitud de vida pacífica”, explica.

¿Pero qué demora esta causa noble que data desde el 2001? Cuando Jorge Bergoglio era Cardenal y arzobispo porteño fue el principal impulsor para conformar un tribunal que reúna las pruebas necesarias que permitan llevar el expediente a Roma. En ese momento, la causa no prosperó y se diluyó en la falta de consenso e iniciativa de los obispos. Este año, sus feligreses decidieron retomarla y con más fuerza. Chirichella destaca la relación de amistad entre Afredo Kelly y  Bergoglio, quien fue su confesor hasta el último momento. “Estoy convencido que el Papa no es nuestro único aliado en Roma” y agrega : “Poner al altar a estos religiosos crea una contradicción dentro de la misma Iglesia, porque fueron asesinados por un gobierno que se proclamaba en función de los principios cristianos occidentales”. Hasta ahora, el primer y único mártir latinoamericano reconocido por el Papa Francisco fue, en 2015, el obispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, quien en sus homilías dominicales se encargó de denunciar la violación a los derechos humanos y resultó asesinado mientras celebraba misa.

La semana pasada, el juez Sergio Torres -a través de la Cancillería-,  envió un exhorto al Vaticano para la desclasificación de archivos para determinar si existe el registro de los nombres de dos vecinos supuestamente excomulgados por tener algún tipo de vinculación con el crimen. En los recovecos del Vaticano y en el fuero íntimo de los represores se encuentran los datos para establecer justicia y superar el muro de impunidad que, sobre este caso y tantos otros, se ha construido por 40 años.

Actualmente el caso de los Palotinos recorre dos vías: la judicial, en manos del juez federal Sergio Torres, a cargo de la megacausa ESMA; y la causa canónica impulsada por el padre Juan Sebastián Velasco como postulador y el vicepostulador y abogado Francisco Chirichella.

 

Actualizada 06/07/2016

Qué cambia en el programa para refugiados sirios

Qué cambia en el programa para refugiados sirios

En mayo pasado el gobierno de Mauricio Macri informó que el Programa Siria sería modificado. Desde el Ejecutivo comunicaron que serían analizados puntualmente los casos de quienes huyen del conflicto en busca de asilo internacional, tomando los recaudos necesarios en materia de seguridad junto a un mayor control de las fronteras. Si bien hace unos días la Ministra de Relaciones Exteriores Susana Malcorra anunció -en el marco del Día Mundial del Refugiado- el compromiso del Presidente en dar asilo a unos 3.000 refugiados sirios, aclaró que quienes arriben al país deberán hacerlo “con intenciones de paz”.

El Programa Siria es un sistema de visado humanitario, implementado durante el 2014 por el gobierno kirchnerista para dar respuesta a la crisis mundial de refugiados. Los anuncios y modificaciones realizados sobre el Programa despertaron diversas opiniones, tanto a nivel interno como externo. Son varios los organismos que emitieron sus reparos frente al anuncio de Malcorra. Las principales objeciones se encuentran vinculadas a una aparente falta de infraestructura, control y presupuesto –ausente en la actualidad- que serían necesarios a la hora de recibir tamaño contingente de personas. En sintonía con estos enunciados, el refugiado sirio Qsaí Ramma, opinó que “si el gobierno planea traer a 3.000 sirios, debe comprometerse a darles vivienda, trabajo y comida cuando lleguen. Tienen que hacerse cargo de esas personas y que no sea sólo una promesa política, porque si no pueden terminar en la calle.”

En tanto, otras voces se manifestaron sobre los cambios, algunas prestando conformidad como sucedió con Adalberto Assad, presidente de la Asociación Árabe Argentina Islámica (FEARAB), quien manifestó que, “nosotros estamos a favor del Programa Siria pero con más controles. Yo quiero que me garanticen que esa persona que ingresa es un refugiado sirio, sea católico o musulmán, que haya seguridades. A nosotros nos preocupa que las fronteras sean un colador, porque no están bien controladas y dejan mucho que desear”, y agregó que “el programa exige la presencia de un llamante residente en el país para que pueda venir una familia, pero también sé que están ingresando personas -no sé si con llamantes o no- con pasaportes truchos. ¿Y qué pasa si ingresa alguien sin documentos y ocurre algo, quien asumirá esa responsabilidad? Tenemos que tener mucho cuidado y control de esta situación, porque si sucede algo buscarán un responsable y estoy seguro que culparán a los musulmanes”.

La politóloga y militante por los derechos de Medio Oriente Tamara Lalli, a su vez, recordó que “desde la presidencia de Carlos Menem el ingreso de sirios y libaneses al país estuvo prohibido. La medida fue tomada luego de los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel, estigmatizando a todos los ciudadanos de esas nacionalidades. La situación cambió en el 2014 con el Programa Siria, pero tiene sus complicaciones burocráticas, no es tan fácil traer a alguien”. Y añadió: “Al Estado le falta mucho, si quiere cambiar su imagen tendría que empezar modificando un poco la dureza de las leyes. El Programa Siria no tendría sentido si los sirios pudiesen ingresar libremente en la Argentina, como lo hace cualquier otro ciudadano del mundo.”

El Programa Siria

Durante el 2014, la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) creó el Programa Especial de Visado Humanitario para Extranjeros afectados por el conflicto de la República Árabe de Siria denominado como “Programa Siria”. Desde su implementación, llegaron al país 500 migrantes. La Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE) se ocupó de reconocerles su condición y de brindarles un documento argentino con vigencia por dos años. En el 2015, se decidió  prorrogarlo por un año más y modificar algunas cuestiones ligadas a su funcionamiento, tales como eliminar la “tasa migratoria” que debía abonar el refugiado en su ingreso al país y ampliar la figura del “llamante” -antes limitado a una persona física que acreditase un vínculo familiar- para poder incluir a ONGs e instituciones.

“Hicimos una reunión donde acordamos prorrogar por un año más el Programa Siria y eliminar el requisito de la acreditación del vínculo para permitirle a las organizaciones que  pudieran intervenir. El procedimiento era el siguiente: llegaba una persona a la Dirección de Migraciones e informaba que tenía un primo viviendo en Siria, donde por la situación bélica que se vive corría riesgo su vida, y que deseaba traerlo al país. En ese momento la persona acreditaba su identidad y la de su familiar y debía asumir el compromiso de brindarle al recién llegado vivienda y manutención. Se verificaba con Interpol si tenía algún tipo de antecedente o búsqueda. Y en relación al refugiado, se realizaban los mismos procedimientos. Todos estos trámites se fijaban por escrito y está todo documentado en expedientes digitales”, explicó Martín Arias Duval, ex Director Nacional de Migraciones (DNM).

Si bien desde la nueva gestión de la DNM informaron que están dispuestos a continuar con el programa, también anunciaron cambios en materia de seguridad que no fueron especificados. Ante esta situación, Arias Duval mencionó que durante su gestión no sucedió “ni un sólo caso donde un refugiado llegado de Siria con visa humanitaria haya sido sospechado de haber cometido un delito o de integrar una organización terrorista, más bien todo lo contrario.”  Y agrego: “Anuncian estas cosas porque algo tienen que decir y para algunos puede ser un discurso demagógico, agradable a los oídos de cierto sector de la población. Pero está anclado en ese sentido común donde se le baja el precio al otro, al que es distinto, al que tiene otro color de piel, otra religión. Este tipo de anuncios están sustentados por esos discursos donde se repite que las fronteras son un colador o que los migrantes son potenciales delincuentes, narcotraficantes o terroristas.”

También denunció que en materia políticas migratorias, se ha dejado sin efecto el Programa de Abordaje Territorial que acercaba el Estado al territorio donde la población migrante estaba viviendo, para poder identificarla, regularizarla y documentarls. “No sé a ciencia cierta por qué van contra el Programa Siria, a lo mejor porque es más fácil hablar de la Triple Frontera o del terrorismo islámico, que mirarnos adentro y hablar sobre la xenofobia o sobre las políticas económicas que implementan y que generan una real exclusión”, concluyó Duval.

Tamara Lalli, Licenciada en Ciencias Políticas, militante de los derechos de medio Oriente e integrante de la Asociación Cultural Siria.

Tamara Lalli, Licenciada en Ciencias Políticas, militante de los derechos de medio Oriente e integrante de la Asociación Cultural Siria.

En primera persona

Qsaí Ramma tiene 33 años y hace cinco que vive en la Argentina. Cuando se exilió de Siria la situación no era tan grave como ahora, pero si decidía quedarse lo emplearían en el ejército. “Salí de ilegal dos días antes de que me fueran a buscar para alistarme. La situación ahora es mucho más grave. Al principio comenzó como una revolución y el gobierno la enfrentó con armas. Después se sumaron grupos y células extremistas, como ISIS, junto con los intereses de Rusia, Estados Unidos y Francia y se complicó todo.” Cuenta que parte de su familia sigue allá y están muy mal económicamente. Según cifras de las Naciones Unidas, la pobreza en Siria llega al 80% de la población.

Actualmente, tiene un negocio de comida árabe ubicado en el Microcentro porteño: “Entré como extranjero al país con 200 dólares en el bolsillo y pude ponerme mi negocio, pero trabajé tres años sin parar. Argentina es un país con muy buena gente, un país libre, pero no es un buen lugar para vivir. Las cosas aumentaron mucho y yo no las puedo aguantar”. Cuenta que una de las mayores dificultades que afrontan los migrantes está ligada al déficit habitacional, ya que en muchos casos los extranjeros deben pagar un doble alquiler por no poseer garantía.

Qsaí opina que en la Argentina todo es difícil menos los papeles. “Los papeles son lo más fácil, no tuve que pagar nada y entrás legal. Pero solamente te ayudan con los papeles, no es como en Europa donde te dan un sueldo, una casa. Para mí quieren modificar el Programa Siria porque no quieren otorgarle más ciudadanía a nadie, para poder hacer negocios con Estados Unidos. Te van a dejar ingresar pero te van a tratar como un refugiado, no te van a dar los papeles diciendo que sos argentino”.

Un giro a la derecha, nuevas alianzas

La modificación del Programa Siria se encuentra dentro un cambio en las políticas migratorias del país a nivel general. El presidente Macri y directivos del Ministerio de Seguridad, encabezados por la ministra Patricia Bullrich, participaron el 30 y 31 de mayo pasados de un Seminario sobre Seguridad Interna junto a la Embajada de Israel. En dicho encuentro se abordaron temas como inteligencia y terrorismo internacional, narcotráfico y protección de fronteras. “Con la excusa de la declarada emergencia en seguridad y el cuidado de las fronteras se cerraron acuerdos con el Mossad e Israel, a quienes se les compraron armamentos y chalecos antibalas. Es un claro giro a la derecha en materia de alianzas internacionales. El próximo seminario está pactado para septiembre en Misiones, donde buscarán avanzar sobre el control de la Triple Frontera”, denunció Elsa Bruzzone, secretaria del Centro de Militares por la Democracia Argentina (CEMIDA) y especialista en Defensa Nacional y Geopolítica.

Desde la Dirección Nacional de Migraciones, su director Horacio García, anunció la implementación de nuevas capacitaciones a los inspectores encargados de los controles fronterizos. Su dependencia trabajará en estrecha colaboración con organismos de inteligencia nacionales y extranjeros para reforzar el control en el ingreso de migrantes. Desde ANCCOM, se intentó averiguar de qué tratan estos cambios anunciados por los funcionarios, pero no hubo respuestas oficiales.

Por su parte, Tamara Lalli opinó que “esta Alianza se cerró cuando Macri estuvo en Davos y se reunió con Benjamín Netanyahu (actual primer ministro de Israel). Durante el seminario se acordó implementar una determinada política de seguridad en la Argentina, que tiene que ver con el control fronterizo, sobre todo en la Triple Frontera,  donde existe una enorme comunidad sirio libanesa. Que se puntualice sobre la Triple Frontera tiene que ver con la presencia de esta comunidad”. Y agrego: “Acá hubo una cuestión que tuvo que ver con la visita de François Hollande y Barack Obama, donde efectivamente algo se negocio en torno a los refugiados sirios, hecho que debe ser leído en sintonía con el viaje de Malcorra al Líbano y su posible postulación al frente de la ONU.”

“Una guerra planetaria”

El 15 de marzo del 2011, cuando estalló el conflicto en Siria, el país tenía una población de 22 millones de personas. Hoy existen alrededor de 7 millones de ciudadanos sirios, entre desplazados y refugiados, repartidos por el mundo. Tamara Lalli denuncia que la expulsión masiva de habitantes sirios estaba planificada: “Un mes antes del inicio del conflicto, en Turquía ya estaban preparados los campos de refugiados”. Y explica que “su herramienta fue generar lo mismo que pasó en Afganistán. ¿Cómo se destruye una sociedad? Generando una guerra civil. ¿Y cómo se hace una guerra civil en una sociedad que tiene mucho compromiso con la esencia religiosa? Generando odios confesionales.

En el 2009 se descubrió que Siria tenía las reservas de gas más importantes del mundo y se planificó poner en marcha lo que llamaron “el nudo de los cuatro mares”. Siria sería el centro de distribución de gas más grande de Oriente y proveería a toda Europa. “Este era un proyecto donde los Estados Unidos, Arabia Saudita y Turquía no serían beneficiados por el negocio, y es ahí donde estalla la cuestión. Cuando se descubre la reserva de gas, se ponen a trabajar tanto los rusos como los norteamericanos. Esto es geopolítica pura, nada que tiene que ver con la democracia”, afirma Lalli. Y agrega: “Los medios de comunicación han jugado un papel fundamental en todo este proceso. En esto que algunos llaman “primavera árabe” y que para nosotros es una guerra planetaria e invasiva, pero no es una guerra civil.”

Actualizada 06/07/2016

 

 

“La noche de las corbatas”

“La noche de las corbatas”

Los abogados laboralistas “[Jorge] Candeloro y [Norberto] Centeno murieron en la tortura.  [Salvador] Arestín, [Raúl] Alais y [Tomás] Fresneda también quedaron severamente afectados física y psicológicamente por los tormentos y las condiciones inhumanas de detención. Se desconoce el destino final de ellos, como tampoco se sabe qué ocurrió con la mujer de Fresneda, Mercedes [Argañaraz], y el hijo o hija que llevaba en el vientre, con cinco meses de gestación”, relatan los periodistas Felipe Celesia y Pablo Waisberg en el libro publicado a principios de este mes, “La Noche de las Corbatas”, de Editorial Aguilar.

La última persona que los vio con vida fue Marta García de Candeloro, que posee el doble rasgo de ser familiar de una de las víctimas y testigo sobreviviente de “La Noche de las Corbatas”: fue secuestrada y torturada junto a su esposo Jorge Candeloro.

Felipe Celesia y Pablo Waisberg presentan su libro sobre los abogados laboralistas desaparecidos.

“Todos los abogados habían pertenecido a diferentes grupos políticos con diferentes ideologías –explica Pablo Waisberg a ANCCOM– algunos eran peronistas y otros marxistas de distintos sectores, de todas maneras cuando se los llevaron ninguno militaba hacía tiempo, y ninguno había tenido nunca participación en la lucha armada, independientemente que pudieran tener una visión favorable a los procesos revolucionarios, no tenían una pertenencia político partidaria”.

“La Noche de las Corbatas”, así denominada por los propios represores, transcurrió entre el 6 y 8 de julio de 1977 en “La Cueva” que funcionó como centro clandestino y estaba ubicada bajo la tierra, en los cimientos de los radares de la Base Aérea Militar de Mar del Plata. Concretamente, se trató del secuestro, la tortura y la desaparición de un grupo de abogados laboralistas perpetrados por el Ejército Argentino con complicidad civil. Además, los autores destacan que estos abogados tenían en común la vocación de defender a los trabajadores y sus organizaciones sindicales de manera aguerrida, siendo destacados y reconocidos en su actividad.

El libro de Celesia y Waisberg es una investigación periodística exhaustiva que reúne las biografías de los cinco abogados -muertos o que permanecen desaparecidos- y las articula con la reconstrucción en detalle del clima de época en ámbitos estudiantiles, gremiales, políticos y judiciales a nivel local, dando cuenta, además, de los acontecimientos políticos, sociales y económicos más importantes a nivel nacional.

De izquierda a derecha, Tomás Fresneda, Aníbal Nasiff, el Pacha Tobalina y dos ayudantes en la herrería. (Archivo familiar)

De izquierda a derecha, Tomás Fresneda, Aníbal Nasiff, el Pacha Tobalina y dos ayudantes en la herrería. (Archivo familiar)

Por otra parte, los autores ponen en discusión un tema que todavía se está debatiendo: cuál es el rol de los civiles en la dictadura, tanto el empresariado como el Poder Judicial. “Cuando empezamos a investigar –puntualiza Waisberg- llegamos a la hipótesis de que los abogados eran el reflejo de la respuesta a lo que se estaba haciendo en la economía. Una de las primeras medidas económicas que toma la última dictadura militar es la destrucción de la Ley de Contrato de Trabajo. La modificación del 40% de esa Ley se realizó a los treinta días del Golpe de Estado de 1976. Es un punto importante la velocidad de esa modificación que fue antes, incluso, del cambio en de Ley de Inversiones Extranjeras. Lo que más les preocupaba a los sectores empresarios era la cantidad de derechos laborales que tenían los trabajadores. Nosotros terminamos concluyendo que la ‘La Noche de las Corbatas’ es la materialización de la destrucción de la Ley de Contrato de Trabajo en el cuerpo de los abogados, secuestrando y liquidando a quienes tenían una activa participación en defensa de los sindicatos”.

A partir de testimonios judiciales registrados en legajos de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), en el Juicio a las Juntas Militares, en los Juicios por la Verdad de Mar del Plata, y mediante la realización de entrevistas a familiares y personas del círculo cercano a las víctimas, como también entrevistas a jueces, militantes, académicos, abogados y sindicalistas, entre otros, los autores logran precisión cuando describen tanto las vidas de los protagonistas como los sucesos anteriores que definieron “La Noche de las Corbatas”.

“La Noche de las Corbatas” transcurrió entre el 6 y 8 de julio de 1977 en “La Cueva”, que funcionó como centro clandestino y estaba ubicada bajo la tierra, en los cimientos de los radares de la Base Aérea Militar de Mar del Plata.

“Nosotros –detalla Waisberg- le dimos una perspectiva a ‘La Noche de las Corbatas’ que la ata a un primer episodio de 1971 en Mar del Plata, que es el crimen de la estudiante de 18 años, Silvia Filler, [ocurrido en medio de una Asamblea que enfrentó al Centro de Estudiantes de Arquitectura de Mar del Plata -con ideología de izquierda- contra el Centro de Estudiantes de Arquitectura Unidos -conducido por cuadros de la agrupación peronista de ultraderecha- ‘Concentración Nacional Universitaria’ avalada por una agrupación mayor en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica. Filler murió en esa Asamblea con un tiro en la frente y dos años después la Ley de Amnistía para los presos políticos de 1973 liberó a sus asesinos]. Ese hecho –continúa Waisberg- marca un cambio en la historia de la política juvenil de Mar del Plata porque esa estudiante pertenecía a un grupo de estudiantes que hacía reclamos buscando clases más democráticas y docentes que aplicaran mayor pedagogía. El caso Filler marca un enfrentamiento entre la izquierda y la derecha en Mar del Plata que es clave para entender lo que ocurrió allí y en el país pos dictadura [1966]. Lo que había ahí eran dos modelos políticos, económicos y sociales claramente enfrentados, y con la dictadura termina ganando uno de esos dos”.

Una de las trabas más importantes que encontraron los autores para el desarrollo de la investigación periodística fue no poder entrevistar al juez Pedro Cornelio Federico Hofft, “acusado de –enumera Waisberg-: no haber cumplido con su rol de juez, no haber investigado en profundidad las causas, no haber tratado los habeas corpus de forma correcta, no haber pedido el cuerpo de Candeloro y no haber informado a la familia que estaba muerto, según una comunicación que le había dado el Ejército. Le pedimos una entrevista y ni siquiera nos respondió. Fue una traba porque si existe una acusación, nos interesa tener la visión de la otra parte e incluirla, pero eso no fue posible. De todas maneras esa es una causa judicial que está abierta y hay que ver qué pasa con eso”.

Mercedes Argañaraz de Fresneda, embarazada de 4 meses, desaparecida en La Noche de las corbatas.

Mercedes Argañaraz de Fresneda, embarazada de 4 meses, desaparecida en La Noche de las corbatas.

Los cinco abogados compartían círculos de contacto en común como colegas locales, algunos habían trabajado juntos. El más reconocido por todos, detallan los autores del libro, era Norberto Centeno, el más grande de los cinco abogados, que para 1977, cuando lo mataron, tenía 50 años. Era un católico conservador, reconocido como peronista y sólo por ese motivo había sido más de cinco veces apresado y liberado, tenía un conocimiento enciclopédico del derecho laboral, nunca representó a los patrones, siempre a los trabajadores. Consiguió la representación de la CGT local y nacional, y concentraba el ochenta por ciento de los patrocinios en este ámbito en Mar del Plata. En base a los testimonios relevados, cuentan los autores que “su intransigencia al momento de negociar indemnizaciones le confería un perfil revolucionario izquierdista”, pero estaba ideológicamente muy lejos del modelo socialista.

Candeloro, “era de los abogados que se quedaban en las tomas de fábrica con los obreros”. Para 1977, cuando lo mataron, tenía 38 años. Entró a trabajar en el estudio de Centeno cuando se recibió de abogado en 1964, y luego se distanció por diferencias entre ellos. Participó de la fundación de la Gremial de Abogados en Mar del Plata, que combinaba la lucha antidictatorial con la defensa de los derechos de los trabajadores. Militó en el Partido Comunista Revolucionario (PCR) hasta 1975, momento en que realizó, junto a su familia, un exilio interior en Neuquén porque era insostenible continuar con su militancia. Sin embargo, en junio de 1977 lo secuestraron -y consecutivamente a su mujer-, volviendo a Mar del Plata, pero esta vez a un centro clandestino de detención y tortura. Fue el primero de los abogados a los que asesinaron.

Los autores logran precisión cuando describen tanto las vidas de los protagonistas como los sucesos anteriores que definieron “La Noche de las Corbatas”.

Tomás Fresneda, primero fue herrero y después abogado, “era un peronista con fuerte formación marxista y crítico de la lucha armada” bajo las formas de la guerrilla. Tomás y su mujer Mercedes Argañaráz, participaron de las movilizaciones que desembocaron en el Cordobazo en 1969. Se recibió de abogado en 1975 y junto a Carlos Bozzi –otro abogado, sobreviviente al secuestro, que estuvo en cautivo durante varios días sin ser torturado- pusieron un estudio jurídico. Fresneda, tenía 37 años cuando lo secuestraron y desaparecieron junto a su mujer, embarazada por tercera vez.

Raúl Hugo Alais, sobrino, por parte de madre, del letrista de tango Alfredo Le Pera, se recibió en octubre de 1976, se sumó a la Asociación Gremial de Abogados de Mar del Plata y colaboró con Candeloro y Centeno en el Convenio de Trabajo 161 que mejoró la situación de los fileteros de pescado. En su estudio, empezó a tomar causas laborales y “encaraba sus defensas a fondo”.

Salvador Arestín, en 1977, se asoció con dos colegas para ejercer de manera privada, y se ocupaba de la defensa de trabajadores de la actividad pesquera, entre otras. Cuando lo secuestraron, tenía 29 años.

Sus historias de vida tuvieron un final abrupto. “En este tipo de investigaciones –detalla Waisberg- hay que darles tiempo a los familiares de las víctimas para que se sienten a hablar. En general son temas muy dolorosos. Nos implicó mucha insistencia porque había temores sobre cómo haríamos el tratamiento de algunas cuestiones, costó convencer a algunos protagonistas, familiares y amigos de contar detalles. En el libro, además de contar la trama de ´La Noche de las Corbatas´ y señalar cómo era Mar del Plata en aquellos años, biografiamos a las víctimas, eso implica sentarse a hablar con los familiares como nunca hablaron, con un desconocido que pregunta y pregunta un montón de cosas que quizás no habían pensado, y encima somos dos preguntadores. Pero también, eso que cuentan después, persiste en el tiempo en el libro, lo que no se cuenta se pierde”.

El libro se presentará el 9 de julio a las 18 en la Facultad de Derecho UNMDP (25 de Mayo 2855, Mar del Plata), y el 13 de julio a las 19 en el Centro Cultural Enrique Santos Discépolo (Pasaje Rivarola 154, CABA).

 

Actualizada 6/07/2016

El sistema científico autoconvocado

El sistema científico autoconvocado

A partir de la identificación de una ruptura en el lineamiento de políticas científicas y principalmente de las de expansión presupuestaria, la agrupación Científicos y Universitarios Autoconvocados organizó el pasado 2 y 3 de julio una jornada denominada Encuentro Nacional Ciencia y Universidad, en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). El objetivo del cónclave consistió en realizar un diagnóstico de las problemáticas que atañen al sector y a la sociedad y formular una plataforma alternativa.

El encuentro contó con las adhesiones de diversas facultades y departamentos universitarios, cátedras, equipos de investigación y extensión universitaria, organizaciones e instituciones.

Daniel Jones, Investigador de CONICET y del Instituto Gino Germani se expresó sobre la modalidad del encuentro: “Es necesario generar una discusión colectiva con todos los actores de la comunidad sobre qué modelo de ciencia, de universidad y de país queremos. La idea es generar un trabajo en cuatro comisiones que estudien los vínculos entre la ciencia, la universidad y la sociedad, otra entre la ciencia, la universidad y el Estado, una tercera que relacione la historia y la actualidad de las políticas científicas y universitarias y una cuarta que analice las condiciones de trabajo en la ciencia y en la universidad. Y, a partir de pequeños disparadores de referentes en esos campos, pasar a una discusión horizontal y plural para generar los insumos y poder salir con una plataforma alternativa a la que propone el gobierno nacional.»

El profesor titular plenario de la UBA e investigador superior del CONICET, Alberto Kornblihtt, durante el panel de apertura del encuentro concluyó su discurso planteando una idea que atravesaría la jornada: “Todo indica que el camino de recuperación del poder político con legitimidad democrática, que sea capaz de revertir estas medidas reaccionarias y actuar en beneficio de las mayorías populares, será arduo. Requerirá, sin duda, de la más amplia unidad, incluso de sectores que no compartían la visión del Frente para la Victoria, pero que han tomado conciencia de los efectos nefastos y regresivos de esta política económica, que nos retrotrae a los años 90 y que se inscribe en un giro conservador de alcance regional.”

Foto: Camila Alonso Suarez /ANCCOM

“Es necesario generar una discusión colectiva con todos los actores de la comunidad sobre qué modelo de ciencia, de universidad y de país queremos.» Daniel Jones.

Neoliberalismo y periferia

Roberto Salvarezza, ex presidente del CONICET y actual director de Instituto de Investigaciones Físicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA), habló acerca de las políticas científicas y su articulación con el gobierno actual: “El esquema que se está imponiendo, en cuanto a lo económico y al modelo de país y que se está viendo en el terreno de la ciencia, es un Estado más chico. Una de las primeras consecuencias que ha traído el cambio de Gobierno ha sido la devaluación, que ha producido un efecto enorme sobre el sistema de ciencia y técnica. El presupuesto que el CONICET tenía a fin de año para el 2016 era de 6.900 millones de pesos. Se consiguieron 800 millones más, es decir, tenía 7800 millones. Si eso se pasa a dólares, los 690 millones que había en noviembre de 2015 ahora son menos de 550”.

Este presupuesto otorgado para el sistema de ciencia y técnica, perjudicado por la devaluación y la inflación, afecta de manera transversal a todas aquellas personas que conforman el universo científico. Desde los insumos y equipamiento, que requiere cualquier actividad de laboratorio, que en su mayoría están dolarizados, hasta los sueldos y las becas que se ven reducidos. A partir de este escenario, Salvarezza vaticina una posible consecuencia vinculada a los investigadores y su compromiso con el país, al verse perjudicado por estas condiciones: “Podemos llegar a tener un tipo de escenario que ya hemos vivido, en el que la gente no quiere volver o es tentada por contratos mucho mejores. Podemos llegar a tener situaciones donde perdamos recursos humanos, que con tanto esfuerzo estuvimos formando”.

«El modelo neoliberal es incompatible con la ciencia en los países periféricos, es decir, si se cae el Estado, se cae el sistema científico y tecnológico” Roberto Salvarezza.

El proceso de refundación de instituciones llevado a cabo durante su gestión en la presidencia del CONICET implicó, según Salvarezza, un proceso de federalización, de articulación con otras instituciones, de transferencia del conocimiento y por último, de divulgación. “Todo esto tenía un solo objetivo: ayudar a que la ciencia y el conocimiento sean la base de la sociedad moderna. A eso es a lo que apuntábamos y se hacía desde el Estado, ahora el Estado se achica”. Y plantea: “Hay una discusión muy interesante que dice que el modelo neoliberal es incompatible con la ciencia. Pero no es así. El modelo neoliberal es incompatible con la ciencia en los países periféricos, es decir, si se cae el Estado, se cae el sistema científico y tecnológico”.

Si bien el balance general de los últimos años resulta positivo, Salvarezza reconoce que una estructura de la envergadura del CONICET requiere de la discusión sobre ciertos temas en conflicto: “Siempre hay tensiones en un sistema como CONICET que tiene 24 mil personas, es lógico que las haya y nadie lo oculta, pero el balance general daba que el sistema evolucionaba. Había tensiones, pero eran tensiones de crecimiento”.

Los becarios

Anccom habló con becarios del CONICET, quienes plantearon una serie de problemáticas vinculadas a las condiciones bajo las cuales desarrollan sus tareas en el sistema científico. La primera de ellas responde a las condiciones de precarización. Al no ser reconocidos como trabajadores, no cuentan con aporte jubilatorio, aguinaldo, o licencias por enfermedad. Al respecto, Silvina Fernández, becaria del CONICET, declaró: “Es una discusión interna decirnos a nosotros mismos ‘trabajadores’, hay compañeros que no se consideran como tales. Es un desafío, porque todos estos discursos nos han alienado de nuestra condición de trabajadores”.

La agrupación Científicos y Universitarios Autoconvocados organizó el pasado 2 y 3 de julio una jornada denominada Encuentro Nacional Ciencia y Universidad, en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).

En referencia a esta cuestión, Salvarezza explicó: “Nosotros trabajamos sobre este tema, hicimos un nuevo convenio colectivo que el Directorio lo había aprobado y que fue mandado a Jefatura de Gabinete, para sentarse con los gremios, porque el estatuto está derogado desde el año 2000. En ese convenio colectivo separamos el espectro de los becarios en dos: los becarios que son postdoctorales, pasaban a ser contratados con todos los beneficios sociales de un contrato, y manteníamos la figura del estudiante para aquel becario que aspira al título máximo de doctor”. Y concluyó: “El tema implica un debate que no está cerrado, amerita seguir discutiéndolo.”

Una de las raíces de todo el conflicto, que señalan los becarios, se ubica dentro de las estructuras que conforman los institutos de investigación. Por ejemplo, cuenta Fernández, que el ingreso a la Carrera de Investigador puede demorar muchos años y en el transcurso, muchos becarios deciden declinar. “El sistema deja por fuera a un grupo de gente, esa es una forma encubierta de despidos”, dice Silvina.

Por su parte, Salvarezza destaca que hubo un crecimiento en cuanto al rol de la mujer en la ciencia, que se ve reflejado en el lugar que se ha ganado en el CONICET, en cuanto a la cantidad de puestos ocupados, aunque reconoce que aún en los cargos superiores, la diferencia sigue siendo a favor de los hombres: “La mujer ha avanzado muchísimo en el CONICET, es la institución del mundo con mayor proporción de mujeres. Lo que es verdad es que en los cargos directivos hay menos mujeres, pero es cierto que esto es un proceso que va avanzando y que necesita tiempo”.
Actualizada 05/07/2016

“A ninguno se le pasaba por la cabeza que podíamos perder”

“A ninguno se le pasaba por la cabeza que podíamos perder”

Julio “el Vasco” Olarticoechea recibe a ANCCOM en un bar de la esquina de su casa, cerca de la Facultad de Medicina. Esta semana ya concedió dos entrevistas en este bar. El hombre elegido para dirigir la Selección Argentina Sub-23 que competirá en los Juegos Olímpicos recuerda anécdotas del segundo y último campeonato mundial que ganó la Argentina. Saladillense, ex jugador de River, Boca, Racing, Argentinos Juniors, Mandiyú de Corrientes y el Nantes de Francia, el Vasco estuvo “a un peaje” –como dice él– de no ir al Mundial, pero decidió aguantarse a Bilardo y hoy es un agradecido de esa decisión. Defensor multifunción, diestro, rápido, disciplinado y preciso, disputó los siete partidos en México 86 y cinco en Italia 90, y no perdió ninguno. Hoy, a 30 años de la hazaña en el Estadio Azteca, gesticulando con las manos, se compenetra con cada recuerdo como si el tiempo no hubiera pasado.

¿Cómo recibiste la citación para jugar el Mundial?

A mitad del 83 me enojé. En un partido, éramos cuatro marcadores de punta, dos se lesionaron, quedamos yo y otro más. Como  jugaba de 3 o 4, pensé que me tocaba. No me citó y lo llamó a (Roberto) Saporiti. “¿Acá qué pasa?”, me pregunté. Esperé 15 días. Había una gira, “si no me lleva renuncio”, me dije. No me llevó y renuncié. Al año y medio, a dos meses y medio del Mundial, me vuelve a citar y ahí es la famosa anécdota donde me da la charla técnica en el peaje. Ya, ahí, medio que me iba convenciendo. Faltaba poco para el Mundial y pensé: “No lo voy a tener que aguantar mucho”. Mis amigos de Saladillo me decían: “¿Cómo no vas a aceptar?”. Conclusión, volví a entrenar. A las tres semanas nos fuimos. Rápido, porque Bilardo se quería ir. Le estaban “pegando” mucho acá. Y se quería ir cuanto antes. Allá estuvimos dos meses y medio, con la gira previa.

¿Considerabas que tenías que ser titular en ese plantel?

No. Bilardo siempre lo dijo: “El único titular era Maradona”. Todos los demás teníamos que ganarnos el puesto. Así fue. En la gira era titular (Néstor) Clausen. Cuando volvimos a México la altura me hizo muy mal, me partió, me ahogaba mucho. Cuando agarré ritmo, a las tres semanas, Bilardo ya había armado la línea de cuatro del fondo con Clausen y (Oscar) Garré.

¿Se sentían candidatos para ganar el título?

Una vez llegados y aclimatados la cosa empezó a mejorar como grupo. Y más cuando arrancó el Mundial. Empezamos ganando, el equipo empezó a aparecer y a soltarse. Veíamos que Diego estaba muy bien. Era un indicio de que podíamos. Era todo contagio, de uno al otro, contagio. Tuvimos charlas fuertes en el grupo, de esas que vienen bien para que un grupo se siga consolidando.

¿Cómo vivían las cábalas de Bilardo?

Cada uno tiene personalidades distintas y más con las cábalas. Hay muchachos que tenían muchas. Otros, como yo, no éramos muy partidarios. Pero había que entrar en el sistema de cábalas del equipo. Y yo, por ejemplo, siempre, aunque no  sé si por cábala o por los nervios, tenía que ir al baño antes de cada partido. O sea, estaban todos en el túnel y tenían que esperarme a mí.

¿Puede contar la cábala de las hamburguesas?

Dos días antes del primer partido, fuimos a un shopping. Caminando por el primer piso había una panchería y hamburguesería. Y dijimos: “¡Qué lindo para cambiar el menú!”. Porque comíamos siempre lo mismo, pastas, sopa y pollo. Bilardo aceptó. Estábamos siete u ocho con él. Comimos hamburguesas ese día, a los dos días ganamos y entonces se volvió cábala ir siempre a la hamburguesería del shopping, sentarnos todos en la misma mesa siempre… Había que salir un poco del encierro.

¿Es cierto que apenas salieron campeones Bilardo se fue al vestuario enojado porque les habían hecho dos goles?

Yo no lo vi. Lo contó (Oscar) Ruggeri esta semana. Seguro es verdad, no lo va a inventar. Tenía ese nivel de obsesión Bilardo. Para él fue terrible que nos hicieran dos goles de cabeza.

¿Bilardo lo sufría?

Sí, mucho. Por el tema de las críticas. Era un tipo tan laburador que, al margen de que te guste o no –a nosotros nos saturaba–, el tipo vivía para eso. Su vida era entrenar. Por eso tres horas de videos. Traía material de los rivales. No era habitual en esa época. Era un adelantado. Veíamos partidos de Europa, con una antena, en la AFA. Cuando ya sabíamos que el rival era Alemania, vimos un partido de ellos previo al Mundial.

Usted participó de una jugada importante pero poco reconocida contra Inglaterra, ¿la podría describir?

La “nuca de Dios” la llamo yo (risas). Cuando entró el negro (John) Barnes, grandote, nos empezó a desbordar por la izquierda. El gol de ellos vino por su lado. Y luego vino esta jugada, que fue bastante similar. Es un segundo en el que vos tenés que estar concentrado. Me avivé que si no cerraba, (Gary) Lineker me superaba. Cerré con lo justo tirándome de palomita y él se tiró sobre mí. Yo hice el gesto de pegarle con la nuca, la pelota quedó sobre la línea. Sentí que me pegaba la pelota. No sabía dónde estaba, porque caí adentro del arco con Lineker. Cuando vi que la pelota había salido fue un alivio, si no nos empataban ahí… el partido estaba complicado. Ellos se nos venían.

«Comíamos siempre lo mismo, pastas, sopa y pollo. Bilardo aceptó. Estábamos siete u ocho con él. Comimos hamburguesas ese día, a los dos días ganamos», recordó el Vasco.

¿Qué sintió con el segundo gol de Maradona a los ingleses?

Yo estaba bien abierto por izquierda. No me sorprendió que gambeteara a cinco jugadores. Estuve tres mundiales y un juvenil con él, lo vi hacer cosas increíbles. Una fue esa. Me hubiera sorprendido si Ruggeri salía gambeteando, de Diego no. Pero tomó dimensión porque fue un golazo y se lo hizo a los ingleses en un Mundial.

¿Tenían en la cabeza la guerra de Malvinas?

En la previa sí. Era un partido distinto. En lo que sentíamos. La ansiedad era otra, más fuerte. Normalmente salíamos a un horario, ponele a las 9, y ese día estábamos todos a las 8:30 en el patio, ansiosos por jugar. Se vivió distinto. Dentro de la cancha fue un partido normal. Vos tenés que ser inteligente para jugar ese partido. No podés salir a pegar patadas porque te expulsan.

¿Recuerda el tercer gol a Alemania en la final?

La corrida del “Burru” (Jorge Burruchaga) fue tan larga que se hacía increíble la tensión que ibas viviendo. Lo corría (Hans-Peter) Briegel, lo estaba por alcanzar, a Burru se le va un poco larga, y menos mal que el arquero se quedó en ese momento, sale medio despatarrado y justo Burru la puntea. Un alivio. A ninguno se le pasaba por la cabeza que podíamos perder. Aun cuando nos empataron. Estábamos súper confiados de que íbamos a ganar.

¿Qué sentían ese día, antes del partido?

Son partidos de mucha ansiedad pero no de nervios. El nerviosismo te lo provocan los primeros partidos, porque en esos si perdés te vas. En cambio, acá, el objetivo de llegar ya lo tenés. La final se disfruta. Estás ansioso pero no asustado. Llegás con la convicción de que lográs el objetivo. Y el equipo estaba bien, con Diego estábamos bien, no podíamos fallar.

¿Era un equipo armado alrededor de Maradona?

No. Era una mezcla. Sabíamos que siendo un equipo ordenado, compacto, la posibilidad de gol, en algún momento, iba a estar: con Diego, con Burruchga o con (Jorge) Valdano. Situaciones íbamos a tener. Más con Diego. Bilardo encontró el equipo con Inglaterra. Cuando entramos el “Negro” Héctor Enrique y yo le dimos otro dibujo táctico. Potenciamos la parte defensiva sin perder llegada. Porque nos permitía soltarnos a cualquiera. Yo llegaba, de atrás, Cuciuffo, que era el stopper, también. Si te fijás, en el primer gol de la final a él le hacen la falta de la que luego viene la jugada del centro de Burruchaga. Y el gol de (José Luis) Brown. En el segundo gol contra Bélgica Cuciuffo anticipa en campo nuestro, traslada, pasa la mitad de la cancha y se la toca a Diego, que después hace el gol. Cualquiera  se podía soltar. Cualquiera menos el “Tata” (Brown) porque era el líbero, y el “Checho” (Batista) tampoco. Ellos dos casi no pasaban la mitad de la cancha. Éramos un equipo difícil para los rivales porque al no tener muchos delanteros, no les dábamos referencia de área. Inclusive Valdano, en el gol contra Alemania (el segundo), arranca como 4, (Nery) Pumpido se la da con la mano, sigue para el medio, toca con Enrique, cruza para atrás y de ahí nace la jugada. Nosotros estábamos bien agrupados, recuperábamos y  salíamos.

¿Cómo era el grupo?

Hubo algunas tensiones. Porque en toda concentración larga, y más con Bilardo como tipo que te exige mucho, obviamente siempre hubo problemitas. Pero fue inteligente en reunirnos y charlarlo en la habitación. Más de una vez. Dos o tres veces. El plantel solo, no con Bilardo. Ese era un detalle a favor del grupo. Porque los grupos a veces se fortalecen con esas reuniones… o se rompen. Normalmente hay problemas, si vos los dejás pasar después es tarde.

¿Quiénes eran los referentes?

Ruggeri, Valdano, (Ricardo) Giusti, Batista, Pumpido. Te hablo de tipos pesados. Yo no era referente fuera de la cancha, sí adentro. Ellos eran tipos que convocaban a una reunión y tenían personalidad de líderes. Casi todos éramos capitanes en nuestros equipos. Yo aún, sin ser de esas características, en mis equipos me elegían siempre como capitán. Pero no tenía el carácter de Ruggeri. Era otro tipo de liderazgo.

¿Qué hacían para despejarse en los días de concentración?

A mí me gustaba la música. Me pasaba horas enteras grabando cassettes. De cassette a cassette. Le pedía a Diego que tenía pilas y de muchos hacía uno bueno. Y lo repartía a los demás. Música variada, desde Soda Estereo a Sergio Denis. Mi perfil es más romántico. No iba para el lado de la cumbia.

Fotos de Néstor J. Beremblum / ANCCOM

«Pero tomó dimensión porque fue un golazo y se lo hizo a los ingleses en un Mundial», aseguró Olarticoechea.

¿Conserva los videocassetes de la filmadora de Clausen?

(Risas) Ya pasaron a CD, y ahora hay que pasarlos a pendrive. Son los reportajes que ahora salen en la TV. Me los copiaron y otros los presté. Andábamos filmando cosas y se me ocurrió grabar reportajes a mis compañeros. Empezaba con una presentación: “Cómo te llamas”, “De dónde sos”… Seguía con una joda: “¿Cómo hiciste para estar dos meses sin sexo?”, y cosas así. Y después terminaba la nota con la parte seria: “¿Cómo estás para mañana?”, a 12 horas de jugar la final. Entonces ahí me contestaban con seriedad: “Ansioso”, “nervioso”… Cada tanto me gusta verlos, me conmueven, miro más esos reportajes que los partidos. Son largos, como dos horas y media. Entrevisté a todos. Y filmamos a los mozos, los cocineros, todos los chicos. Me acuerdo de un chiquito que lloraba porque nos íbamos, se emocionó.

¿Por qué hoy la Selección no consigue un título?

Esto te hace ver lo difícil que es llegar al séptimo partido y ser campeón. Durante tanto tiempo solo dos pudieron. Y han pasado grandes selecciones y técnicos. Se tienen que juntar un montón de cosas para llegar al séptimo y ganarlo. Esta selección está llegando con lo último de las energías. Vienen de campeonatos duros, largos, llegan con lo justo y se empiezan a desgarrar. Una de las cuestiones es lo físico. Cosa que nosotros no teníamos, porque nos preparaban bastante antes y jugábamos menos partidos por año.

¿Y por qué se los critica tanto?

Porque acá si no sos campeón sos malo, sos pecho frío. Si un técnico no sale campeón, no sabe nada de futbol. Los argentinos somos exitistas y resultadistas. Llegar a tres finales no es poco. Y comparan a Diego con Messi. Diego jugó cuatro mundiales, ganó uno. Y ganó porque nosotros como equipo éramos muy fuertes. En el 82, que yo también estuve en el plantel, fuimos muy confiados y hubo errores.

 

¿Lo sorprendió la renuncia de Messi?

No. Él ya había amagado, lo venía pensando, madurando, y el hecho de no ganar este campeonato y encima errar el primer penal… Todos vimos su actitud, su desesperación. Se bloqueó, se tiró al piso mientras los compañeros pateaban. Fue tan fuerte para él errar ese penal que se nubló, ahí se dio cuenta que no podían ser campeones y se bloqueó. En un momento que no se sabía que iba a pasar. Espero que cuando descanse y esté más tranquilo, recapacite.

¿Cuándo usted renunció pensaba en volver?

No, pensé que no volvía. Es más, cuando me arman la primera reunión, acá cerca, le dije que no a Bilardo. Que no quería seguir. Y me vuelve a convocar a aquella reunión en el peaje. Estaba convencido que no volvía. Pero luego lo pensé diferente.

¿Sus mejores recuerdos de México 86?

Uno cuando terminó el partido, nos abrazamos como locos, pero después me separé y me fui al banco de suplentes. Esto nunca lo conté. Agarré una bolsita de agua de esas que nos tiraban antes. Y me puse a tomar agua de la bolsita y a mirar la locura que se había generado. Que habíamos generado. No lo podía creer. Fue un momento de reflexión. Otro momento fuerte fue cuando llegamos acá, a la Argentina. La locura del aeropuerto. Fue increíble. No podíamos creer la cantidad de gente que había. Y después otro cuando llegué a mi pueblo, Saladillo. Llené la plaza. Fue increíble. Todos esos son momentos únicos e irrepetibles.
Actualizada 05/07/2016