Ago 10, 2016 | destacadas
El lunes 8 de agosto volvió Infonews. Después de tres meses de baja de su plataforma online, debido al incumplimiento de los empresarios Matías Garfunkel y Sergio Szpolski con los servidores del sitio y tras la acumulación de deudas salariales, los trabajadores reflotaron el portal. “Decidimos dar un paso adelante y conformarnos como medio autogestionado, cooperativo, para relanzarlo”, consignó Ezequiel Dolber, delegado del portal de noticias en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).
El impulso de la cooperativa, sin embargo, enfrenta sus adversidades: los trabajadores comunicaron este miércoles en el portal que “los propietarios del inmueble donde funciona Infonews comenzaron un juicio de desalojo por una deuda de seis meses que mantenía la antigua patronal y de la cual obviamente no se hizo cargo”. La causa, especificaron, se tramita en el Juzgado Civil y Comercial 63, “en donde los delegados de Sipreba junto con un letrado del sindicato presentaron un amparo para que se atienda la situación que viven los trabajadores del sitio”.
El incremento de cierres de empresas de medios periodísticos desde finales del 2015 provocó la pérdida de más de 1.300 puestos de trabajo en Capital Federal y 2.500 a nivel nacional, además de una reducción en el espectro mediático. Este proceso denota un escenario complejo para la prensa. En el marco del vaciamiento del Grupo 23, de Garfunkel & Szpolski, el de Infonews es un caso más: 52 trabajadores fueron afectados por incumplimiento de las leyes laborales, como la falta de pago de sueldos, indemnizaciones, jubilaciones, obras sociales y aportes provisionales. “El 28 de diciembre de 2015 hicimos la primera presentación en el Ministerio de Trabajo, señalando las irregularidades de la empresa, y hace ocho meses que no nos dan respuestas –contextualizó Dolber-. Hay responsabilidad por parte del Estado, que tiene que intervenir y hacerse cargo. Sin embargo el Gobierno, que habla constantemente sobre la seguridad jurídica, solo la aplica a los empresarios, ya que como trabajadores no tenemos ningún tipo de respaldo”.

«Decidimos dar un paso adelante y conformarnos como medio autogestionado, cooperativo, para relanzarlo”.
“Durante todo este tiempo nosotros seguimos trabajando en la redacción, incluso después de que el portal se cayó continuamos viniendo”, dijo Pablo Albornoz, presidente de la Cooperativa de Infonews. “Era nuestro lugar de reunión, y eso agilizó la idea de armar la cooperativa y salir adelante con este proyecto –agregó-. Lanzamos un fondo de lucha para sostener a los compañeros en situaciones más graves y fue a partir de ahí que pudimos detectar un apoyo y solidaridad muy grandes de un amplio sector de la sociedad que nos dio ánimos y entusiasmo para relanzar el medio”.
El sitio www.infonews.com retoma las anteriores secciones: Política, Economía, Sociedad, Mundo, Deportes, Todoshow y Latitudes, pero con notas propias bajo el sello de un portal autogestivo. La dirección periodística está a cargo de Gustavo Streger, que venía desempeñándose ya como jefe de redacción. De los 52 trabajadores originarios, 30 quedaron involucrados en este nuevo proyecto. “Proponemos un línea editorial al servicio de los intereses populares –explicó Albornoz-. Mantenemos el sitio de interés general que competía con los principales portales generadores de noticias, pero desarrollando una agenda crítica”. Con el relanzamiento del medio también se recuperó el archivo del portal que se había borrado.

«Lanzamos un fondo de lucha para sostener a los compañeros en situaciones más graves y fue a partir de ahí que pudimos detectar un apoyo y solidaridad muy grandes de un amplio sector de la sociedad que nos dio ánimos y entusiasmo para relanzar el medio”.
El domingo, en la jornada previa al reflote del portal, en las dos salas de la redacción de Infonews de la calle Oro, en el barrio de Palermo, se respiraba entusiasmo. “Estuvimos laburando toda la semana pasada y el fin de semana haciendo notas de parrilla para el lanzamiento –explicó Marina Giacometti, editora de la sección Latitudes-. Para nosotros es una súper victoria por todo lo que tuvimos que atravesar. Porque, además, esto es lo que siempre nos gustó hacer. Poder recuperar el portal autogestivamente y sacarlo adelante está bárbaro”. La idea es sustentarlo con pauta publicitaria y contribuciones de los lectores.
“Esperemos que sea un medio consolidado y que haya podido ganar su lugar en la agenda mediática”, señaló Dolber con respecto a las expectativas del medio, y agregó: “Con lo referente a la política comunicacional de este Gobierno, pensamos que va a seguir apuntalando a un esquema reducido de medios y favoreciendo a las grandes corporaciones. Pero en ese sentido vemos una luz en la experiencia de otros medios, como Tiempo Argentino, El Argentino Zona Norte, y el propio Infonews, más toda una gama de publicaciones alternativas, y creemos que al mismo tiempo se va a fortalecer un polo independiente que pueda pelearle a una agenda bastante reaccionaria que están promoviendo el Gobierno y las principales patronales de los medios”.
“Para nosotros es un desafío hermoso –concluyó Albornoz- Vamos a ser dueños de nuestras palabras. Todos lo que estamos acá, trabajamos, cada uno desde el lugar que le toque, o cubriendo otros cargos, porque es una cooperativa. Acá tiramos para el mismo lado, y eso nos da mucho entusiasmo.”
Un entusiasmo que convive con esa resistencia al desalojo. “Solicitamos el apoyo y solidaridad activa de todas las organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles, de DD.HH. y a la sociedad en general –concluyeron los cooperativistas en el comunicado que publicaron este miércoles-. Al mismo tiempo, pedimos la intervención urgente del Estado para responder a los reclamos de los trabajadores y brindar una solución definitiva al conflicto”.
El sitio Infonews se mantiene las 24 horas actualizado. Se puede visitar en: www.infonews.com

“Esperemos que sea un medio consolidado y que haya podido ganar su lugar en la agenda mediática”.
Actualizada 09/08/2016
Ago 10, 2016 | inicio
Es día de San Cayetano y los fieles hacen fila sobre la calle Bynon para pedirle al patrono del trabajo. Algunos sostienen espigas de trigo con la imagen del santo, otros tienen paquetes de velas amarillas y de fondo se escucha la misa que brindan en la puerta de la iglesia ubicada en la calle Cuzco. A metros, sobre avenida Rivadavia, al lado de la estación de trenes de Liniers, se forman las columnas de organizaciones sociales y políticas que, cerca de las nueve y media, emprenden camino hacia Plaza de Mayo.
La manifestación fue convocada por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa bajo la consigna de “Pan, paz, tierra, techo y trabajo”. Al frente de la marcha se encuentran los dirigentes sociales y sindicales entre los que está Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria, aquel que mandó al ministro Juan José Aranguren a hacer prueba y error “con la puta madre que lo re mil parió” y uno de los nombres que circuló como candidato a formar parte de la conducción colegiada de la Confederación General del Trabajo (CGT) a partir del Congreso del 22 de agosto.
Hoy la central obrera está dividida en tres y se busca su reunificación. Aunque no está contemplado en el estatuto, el objetivo del Congreso es constituir una conducción colegiada que represente a todos los sectores, al igual que sucedió en 2004 cuando fueron elegidos Hugo Moyano (Camioneros), Susana Rueda (Sanidad) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Esta vez, la CGT conducida por Moyano propone a Juan Carlos Schmidt (Dragado y Balizamiento), la de Antonio Caló a Héctor Daer (Sanidad) y la de Luis Barrionuevo a Carlos Acuña (Estacioneros) para conformar un nuevo triunvirato. Sin embargo, la Corriente Federal de Trabajadores impulsa a Palazzo, secundado por Héctor El Gringo Amichetti (Federación Gráfica Bonaerense), para conducir la próxima cúpula de la central. Con ese objetivo, a un acto en el microestadio de Ferrocarril Oeste para el 12 de agosto.
¿Qué opina de la marcha de San Cayentano?
Es muy importante porque es una forma de expresar no solo una conmemoración religiosa, sino también la necesidad de que el gobierno cambie algunas políticas que tienen que ver, básicamente, con la economía, con lo político, con lo social. Vemos que hay una inflación alta, que hay cada vez más caída del empleo, caída de la actividad económica y esto va a tener consecuencias directas en lo social.
¿Por qué usted y El Gringo Amichetti consideran importantes las regionales de la CGT?
Nos parece importante reconstruir ese vínculo. Hoy las economías regionales y los sectores del interior del país padecen, de manera muy fuerte, este período de crisis en donde se está gobernando para los ricos. Entonces es importante tener una CGT unida y federal, que exprese al conjunto de los trabajadores en toda la República Argentina.
El taxista Omar Viviani y el representante de los peones rurales Gerónimo El Momo Venegas amenazan con no unirse si se elige una conducción colegiada de la CGT, ¿aún así usted cree que la unidad es posible?
Nosotros creemos en una conducción colegiada pero lo más amplia posible y representativa de todos los sectores de la CGT. Creemos que el debate hay que darlo adentro y desde ahí plantea que se necesita una CGT con contenido, que exprese el rechazo a la política del gobierno y que establezca un plan de lucha con un paro nacional activo y con los trabajadores movilizados.
¿Qué expectativas tiene para el acto del 12 de agosto?
Importantes. Cada vez hay más organizaciones que se suman, pero lo nuestro trasciende al 12 y trasciende también al 22. La Corriente Federal Sindical se está convirtiendo en una referencia de un espacio combativo de la CGT que pretende confrontar con el gobierno. Estamos muy entusiasmados, sobre todo, pensando, más allá del 22, en todos los días que vamos a tener que salir a la calle a luchar mientras sigan estas políticas en la Argentina.
La ex presidenta criticó al movimiento sindical diciendo que chicos de colegios secundarios logran conquistas y los gremios nada, ¿usted qué opina?
Es una opinión que tiene. Yo creo que el movimiento sindical tiene su tiempo para reordenarse, en todas las organizaciones pasa lo mismo. Nosotros (los bancarios) hemos dado una muestra contundente cuando decidimos no cerrar nuestras paritarias hasta que no reincorporaran a nuestros trabajadores del Banco Central y es una expresión que hay que tenerla en cuenta. Pero creo que hoy hay que priorizar la unidad por sobre todos los otros valores porque es el movimiento obrero y las organizaciones sociales las que están en condiciones de confrontar con efectividad contra este modelo. Hoy los partidos políticos están discutiendo sus internas, por qué perdieron la elección, y creo que si el movimiento obrero se unifica y hay unidad en la acción de todos los sectores sociales y todas las centrales podemos combatir con efectividad las políticas actuales.
Actualizada 09/08/2016
Ago 8, 2016 | inicio
Antes de empezar a andar, los grupos sirven algo caliente y reparten alfajores Guaymallén. La organización se ve por todas partes: movimientos con pecheras, gorras, banderas, carteles, viandas, micrófonos y repertorio de canciones, viandas. También tuppers con empanadas llevadas en carros, bolsones de maíz inflado para el trayecto, packs con botellas de agua. Muchos vinieron en familia, con chicos en brazos, cochecitos o de la mano. Hay planificación, no pueden improvisar en una caminata de trece kilómetros.

La movilización reunió a trabajadores de la Economía Popular de todo el país agrupados en la CTEP junto a Barrios de Pie, la CCC (Corriente, Clasista y Combativa) y otras organizaciones populares.
El tradicional paisaje de cada 7 de agosto en el barrio de Liniers está alterado. A los feligreses de la iglesia de San Cayetano se suman hoy miles de militantes de organizaciones sociales. Pero ellos no quieren ingresar al templo, sólo se proponen marchar por la avenida más larga del mundo. La Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el movimiento Barrios de Pie se preparan en el cruce de Rivadavia y Cuzco, bajo el paraguas de dos frases “Paz, Pan y Trabajo” y “Tierra, Techo y Trabajo”. Dos consignas que para el lector desprevenido puede sonar redundantes. Sin embargo, ambas tienen su historia: la primera fue la consigna de la marcha del 30 de marzo de 1982 cuando miles de trabajadores argentinos se movilizaron contra la última dictadura militar; la segunda fue recientemente pronunciada por el Papa Francisco.

Muchos vinieron en familia, con chicos en brazos, cochecitos o de la mano. Hay planificación, no pueden improvisar en una caminata de trece kilómetros.
Acá todos saben moverse entre las tacuaras y sogas de las banderas, saben cómo caminar entre un grupo que agita los brazos mientras golpea sus bombos, saben respetar los cordones de seguridad y saben qué son los cordones de seguridad. Algunos llegaron en micros desde Mar del Plata, Córdoba, La Matanza, Villegas. Otros tuvieron menos suerte: “El micro que nos iba a traer desde La Plata tuvo problemas y tuvimos que llamar a remises para poder llegar”, dice Jorge Villa del Movimiento Misioneros de Francisco, mientras camina en la cabecera de la movilización.
Santo
Son las ocho de la mañana. Dos colas desembocan en las puertas de la iglesia de San Cayetano, sobre la calle Cuzco, en el barrio de Liniers. Las dos filas están prolijamente valladas en casi todas sus cinco cuadras de extensión sobre la calle Bynon. En una de las colas declaran que llegaron al alba, no más. En la otra, la mayoría está desde ayer, por eso tienen sillas plegables, abrigos hasta las orejas y cantan con palmas para darse aliento. “Esta cola es la del sacrificio, la que podés entrar y tocar a San Cayetano, no sólo verlo de lejos”, explica una mujer con la figura del santo en cuestión en sus manos. Un drone vaga sobre las cabezas del grupo.

La Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el movimiento Barrios de Pie se preparan en el cruce de Rivadavia y Cuzco, bajo el paraguas de dos frases “Paz, Pan y Trabajo” y “Tierra, Techo y Trabajo”.
“Espiga para la abundancia, para que no falte ni el pan, ni el trabajo”, vocea una vendedora ambulante de las decenas que escoltan a los feligreses antes de llegar a la iglesia. La imagen del santo se puede ver en cada figura, miniatura, colgante o estampitas que exhiben los feriantes, pero no faltan elementos de la cultura oriental, imágenes del Gauchito Gil, venta de sábanas, juguetes, chipá, y el tradicional choripán. Las palabras de ocasión se entremezclan con referentes de la iglesia que apostados en la calle de adoquines confiesan a los visitantes, arrojan agua bendita o los invitan a “hacer una oración por los que no tienen trabajo”.
Al otro lado de la vía, la calle Cuzco se arrima a Rivadavia. Allí empiezan a desbordar los contingentes de las organizaciones convocantes. Es la previa. Ya se van a acomodar.

Son las ocho de la mañana. Dos colas desembocan en las puertas de la iglesia de San Cayetano, sobre la calle Cuzco, en el barrio de Liniers.
Mensaje
En la cabecera, antes de partir, se lee la carta que el Papa Francisco envió al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el obispo José María Arancedo, el primer día de agosto. “El pan es fácil de conseguirlo, porque en Argentina siempre alguien te lo acerca, pero el trabajo es tan difícil lograrlo, sobre todo en momentos con índices de desocupación tan altos”, escuchan los manifestantes. Un pastor de la iglesia pentecostal Dimensión de Fe recibe el micrófono y afirma que “Jesús, quien nació en la hoy Palestina bombardeada, fue torturado y asesinado por pelear por un mundo nuevo”. Luego es el turno del obispo Juan Carlos Ares quien da una bendición.

“Nosotros venimos acompañando a las cinco centrales sindicales, ahora ellos nos están acompañando a nosotros que somos los trabajadores de la economía popular”, afirma el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro.
Los que marchan son trabajadores de la economía popular, cooperativistas, y desocupados. Hoy no se escucha hablar del Impuesto a las Ganancias. “Nosotros venimos acompañando a las cinco centrales sindicales, ahora ellos nos están acompañando a nosotros que somos los trabajadores de la economía popular”, afirma el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro. La referencia incluye a Hugo Yasky (CTA), Roberto Baradel (SUTEBA), Eduardo López (UTE), Daniel Catalano (ATE), y algunos referentes de la CGT. Raúl Eugenio Zaffaroni, ex juez de la Corte Suprema de Justicia, el legislador del Parlasur Jorge Taiana, y el intendente de San Martín Gabriel Katopodis se suman a las columnas de textiles, cartoneros y recicladores agrupados en la CTEP, cooperativistas de la construcción de la CCC La Matanza, militantes de Barrios de Pie de González Catán, productores agrícolas de La Plata.
Testimonios y consignas
Silvia camina con su casco amarillo, pantalón de trabajo beige y una camisa con la cara de uno de los líderes del Cordobazo, el dirigente clasista René Salamanca. Trabaja en una cooperativa en La Matanza donde realizan obras de agua, cloacas y construcción de viviendas. “Qué hace el Presidente (Mauricio Macri) en los Juegos Olímpicos. Esa gente [de las delegaciones deportivas] hizo mucho esfuerzo por estar ahí, pero Macri qué prioriza; el país que se está viniendo abajo o unos juegos”, se pregunta Silvia, militante de la CCC. Y continúa: “La plata, con la inflación, no alcanza. Tenés que comer, pagar los impuestos, transporte, vestirte. La situación es caótica”.
![“Qué hace el Presidente (Mauricio Macri) en los Juegos Olímpicos. Esa gente [de las delegaciones deportivas] hizo mucho esfuerzo por estar ahí, pero Macri qué prioriza; el país que se está viniendo abajo o unos juegos”, se pregunta Silvia, militante de la CCC.](https://anccom.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/sites/19/2016/08/07_TierraTechoyTrabajo_ALONSO__MG_8782-copy.jpg)
“Qué hace el Presidente (Mauricio Macri) en los Juegos Olímpicos. Esa gente [de las delegaciones deportivas] hizo mucho esfuerzo por estar ahí, pero Macri qué prioriza; el país que se está viniendo abajo o unos juegos”, se pregunta Silvia, militante de la CCC.
Desde una columna de Barrios de Pie, Walter cuenta que vino desde Córdoba donde tienen diez cooperativas de trabajo. “Yo estoy en una que hacemos carpintería. En nuestra provincia la situación se agravó en los últimos meses, hay muchísimas más personas en los comedores y también los que piden la copa de leche. A nosotros también nos pegó el tarifazo, pero nadie sale por eso porque el presidente está acá en Buenos Aires. Podés reclamar al gobernador porque también es cómplice pero no es lo mismo”, describe.
Algunos integrantes del Movimiento Misioneros de Francisco, que vinieron en remis, cuentan que son “del campo”, son productores agropecuarios de La Plata, con tradición andina. “Yo tengo trabajo pero hace falta más, también atendemos a chicos de la calle y no alcanza”, explican.

«En nuestra provincia la situación se agravó en los últimos meses, hay muchísimas más personas en los comedores y también los que piden la copa de leche» afirma Walter.
Noelia promedia los 25 años. Es de la CCC de Mataderos y trabaja en una cooperativa encargada de mantenimiento de un colegio, camina al lado de su pareja quien lleva a su bebé en brazos. No es su primera marcha.
Uno que peina canas sostiene un paraguas para cubrirse de la “lluvia de dólares” que lleva enganchados para emular las promesas presidenciales. Mientras los más jóvenes saltan y cantan: “Por eso yo te quiero dar, algo de corazón. Basta de bajos salarios, tarifazo y desocupación…”, “…estamos todos juntos nuevamente, la dignidad del pueblo no se vende, se defiende”, “…porque el hambre con Macri no se termina, soy piquetero, quiero ser gobierno, hoy salgo a luchar por un gobierno popular…”
Margarita de Villegas también milita en Barrios de Pie. Trabaja dando la copa de leche a los chicos, pero dice que por ahora no pudo cobrar. “La plata no alcanza”, aclara. Fabiana, del partido bonaerense de Laferrere, dice: “Hacemos productos de panadería. El país empezó a vivir una situación inhumana”.
En las filas de la organización Compromiso Padre Múgica levantan una veintena de pancartas de monseñor Enrique Angel Angelelli, un símbolo de la lucha contra la dictadura. Apenas unos pasos por detrás aparece un banner con la imagen de Bergoglio como Papa Francisco con la frase “hagan lío”.

“Vengo por la salud pública, para que las empresas no desvirtúen nuestra profesión, la quieren transformar con sus coimas. También contra los despidos, y sobre todo por la memoria de los compañeros desaparecidos”, explica un visitador medico.
Mientras las organizaciones avanzan, los altoparlantes invitan a los vecinos de Floresta, en Rivadavia y Nazca: “Sumate a la caravana de la dignidad. Vamos a Plaza de Mayo donde tenemos una feria de productos de la economía popular.” La ambulancia de la CTEP con la cara del padre Mugica y el Che acompaña el paso al final de las columnas.
Un visitador médico transita descalzo. Es delegado sindical en Morón. “Vengo por la salud pública, para que las empresas no desvirtúen nuestra profesión, la quieren transformar con sus coimas. También contra los despidos, y sobre todo por la memoria de los compañeros desaparecidos”, explica.
La cartelería -además de las consignas de “Paz, Pan y Trabajo” y las T “Tierra, Techo y Trabajo”- siguen: “Somos lo que falta”, “basta de inflación, desocupación y del tarifazo”, “trabajo=dignidad”, “#MenosDrogas”, “en todas perdés vos: devaluación, quita de retenciones, aumento de tarifas, inflación, despidos, “merendero gaucho gil”, “el hambre es un crímen”, “quiero pan con manteca”, muchas acompañadas de globos con la leyenda “fuera Macri”. “Nuestra fe será revolucionaria o no será nada”, reza la bandera argentina que sostiene un grupo de la JP Evita. Cantan algo sobre Kosteki y Santillán, y contestan que “trabajan, estudian y militan”.
Habrá que llegar hasta Plaza Flores para que se sume más ciudadanía.
Sueltos
Emilio camina bajo una boina, con sus manos agarradas por detrás de la espalda. “Soy jubilado, tengo 89 años, vengo de Flores”, responde frente a cada pregunta.
Dos “vecinas de Flores sur, casi Bajo Flores” marchan del brazo, mientras una sostiene una banderita argentina en la mano. “Es la primera marcha a la que vengo pero estuvimos haciendo ruido contra el tarifazo”, explica una. Dicen que es importante estar porque “aumentó todo, el costo de vida es muy alto”. Promedian los 60 años. Critican que la “marcha está politizada”, pero están decididas a caminar junto a las banderas de Barrios de Pie.
Claudia también marcha del brazo con su compañero. Del otro lado ayuda el paso con un bastón. “Venimos porque tenemos pensamiento crítico. Yo ya cuento 65 primaveras”, apunta buscando una sonrisa. Y continúa: “Sabemos lo que se hizo en el pasado y no podemos dejar que Macri haga lo quiera. Hay que salir a la calle”. Claudia viene desde Flores y su pareja de Liniers. “Acá está todo, desde San Cayetano que estoy subiendo a Facebook” dice mientras desliza el índice por su teléfono celular.

“…estamos todos juntos nuevamente, la dignidad del pueblo no se vende, se defiende”.
La ex directora de un colegio de Caballito, jubilada “de las que paga ganancias”, dice por qué salió a la calle: “Para no traicionarme a mí misma, porque fui maestra villera y sé lo que padecen los chicos. También sé lo que hicieron en la Ciudad; cerraron cursos porque faltaba un alumno, no arreglaban el frente de una escuela de más de cien años que se caían los pedazos”.
“Fuimos esclavos del ayer pero dueños del mañana”, dice la remera de una decena de jóvenes y familiares de personas con problemas de adicción. “Mi hijo está en una granja de recuperación, le falta poco para salir porque son dos años de tratamiento”, se presenta una madre. “Estamos acá porque si los chicos consiguen trabajo, tienen algo en qué pensar, mantienen la cabeza ocupada”, completa.
En Parque Rivadavia unos vecinos al paso aplauden mientras exhiben orgullosos un cartel, con estética de imprenta, que dice “No al tarifazo”. Unas cuadras después, Ricardo sale a la vereda de la librería en la que trabaja, y sostiene dos hojas pegadas a un cartón escritas a mano, que dicen “basta de despidos” y “gracias pueblo”. En el camión de sonido, un vocero apunta: “El Papa dice que más importante que ser ciudadano es ser pueblo”. Y concluye: “Lo dijo Francisco, este sistema no se aguanta”.
Ya en Plaza Once las columnas de las organizaciones se nutren aún más de familias con cochecitos, personas mayores, otras organizaciones como Patria Grande y Movimiento La Dignidad que suma al menos una cuadra más de extensión. Lo mismo pasa en la Avenida 9 de Julio. Los contingentes de Barrios de Pie de Avellaneda, la CCC de Berazategui y Varela, CTEP y Movimiento Evita de Zona Sur. La gente “suelta” se multiplica en el último tramo. Algunos marchan apenas un tramo. Otros muchos prefieren llegar directamente a la Plaza.
Actualizada 08/08/2016
Ago 8, 2016 | inicio
San Cayetano es conocido como el patrono del pan y del trabajo desde el año 1671 cuando fue proclamado santo por el Papa Clemente X. Cada 7 de agosto miles de fieles acuden a su templo en una de las muestras de religiosidad popular más importantes de nuestro país. Hoy, a ese grupo de creyentes se sumaron numerosas agrupaciones sociales y sindicales que transformaron la plegaria cristiana en una manifestación popular y política que conectó a la iglesia ubicada en Cuzco 150, en el barrio porteño de Liniers, con la histórica Plaza de Mayo. Bajo la consigna de “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”, miles de manifestantes -los organizadores calcularon cerca de 100 mil personas- se movilizaron contra los despidos y el proceso de ajuste de la administración de Mauricio Macri. Después de trece kilómetros de caminata, todos se unieron frente a la Casa Rosada en el reclamo de un “Salario Universal Complementario” para los trabajadores de la economía popular y la declaración de la Emergencia Social en el Congreso Nacional. La movilización fue convocada por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTE), el Movimiento Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), pero recibió el respaldo de sectores sindicales y políticos que cuestionan el rumbo económico-social del gobierno de Cambiemos.

Cada 7 de agosto miles de fieles acuden a su templo en una de las muestras de religiosidad popular más importantes de nuestro país.
“Acá estamos los agredidos de este modelo, de sus políticas económicas”, sintetizó el coordinador de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, el primero de los oradores. El inicio del acto central estaba previsto para las 14:00, pero debió retrasarse al menos una hora debido a las incesantes columnas de manifestantes que avanzaban hacia el escenario junto a la Pirámide de Mayo. Agrupaciones barriales, gremiales, políticas y universitarias conformaron la multitud que cambió el habitual paisaje de la Plaza de Mayo en una tarde de domingo. Al iniciar el acto, la plaza entera recibió con aplausos a los “Jóvenes Misioneros de Francisco” que, portando las imágenes de San Cayetano, la Virgen de Lujan y el Papa Francisco, marcharon esos trece kilómetros desde Liniers.

Marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo por pan, paz y trabajo , 07 de Agosto de 2016; Foto: Nicolas Parodi / ANCCOM
Menéndez criticó en duros términos el orden de prioridades establecido por el gobierno nacional al que calificó como el “agresor” y señaló una serie de problemas que concluyen en un golpe contra la industria que provoca la pérdida de puestos de empleo. “Lo único que se produce en este país, como consecuencia de este gobierno, es que se ha instalado una fábrica de pobreza con las políticas económicas que se están llevando adelante”, sentenció.

. Después de trece kilómetros de caminata, todos se unieron frente a la Casa Rosada en el reclamo de un “Salario Universal Complementario” para los trabajadores de la economía popular y la declaración de la Emergencia Social en el Congreso Nacional.
Luego, el coordinador nacional de la CCC, Amancay Ardura, alertó sobre la problemática más urgente que las organizaciones deben enfrentar: “El hambre arrecia en todos los territorios. Las necesidades nos están matando”. Y advirtió: “Los que convocamos a esta jornada no esperamos ni podemos esperar. Las organizaciones no estamos para contener a nuestros compañeros, estamos para luchar y organizar. Nosotros no queremos desestabilizar a este gobierno, pero sí que cambie esta política que nos está matando. Estamos muy mal y un nuevo fracaso lo vamos a pagar nosotros. Por eso estamos en las calles, por eso estamos aquí, por lo que estamos sufriendo. No vemos la luz al final del túnel”.

“Acá estamos los agredidos de este modelo, de sus políticas económicas”, sintetizó el coordinador de Barrios de Pie, Daniel Menéndez.
El mensaje final estuvo a cargo del secretario general de la CTEP, Esteban Gringo Castro, quien también responsabilizó al modelo económico de las problemáticas que enfrentan los sectores más vulnerables. “El sistema nos expulsa del trabajo a nosotros que somos creadores de trabajo. Nos reprime y no nos deja laburar y eso no lo podemos permitir”, remarcó.

“Lo único que se produce en este país, como consecuencia de este gobierno, es que se ha instalado una fábrica de pobreza con las políticas económicas que se están llevando adelante”, sentenció Menéndez.
Además, enfatizó la necesidad de mantener la unidad entre las agrupaciones sociales y del trabajo informal. “Si los monopolios lo que quieren es fragmentar a la clase trabajadora, nosotros vamos a trabajar incansablemente para la unidad. Vamos a trabajar para la unidad porque es lo único que nos puede salvar. No nos puede salvar la guita que viene de afuera porque viene para sacar lo que tenemos adentro”, señaló.

“El sistema nos expulsa del trabajo a nosotros que somos creadores de trabajo. Nos reprime y no nos deja laburar y eso no lo podemos permitir”, remarcó Gringo Castro.
El representante del CTEP también dedicó una parte de su discurso a señalar la sintonía que el reclamo de los trabajadores puede encontrar en la figura del Papa Francisco a quien visualizó como uno de los propulsores de las iniciativas del sector. “La consigna Techo, Tierra y Trabajo surge de la convocatoria del Papa Francisco. Nos encontramos con un Papa que nos dijo que tenemos que hacer la reforma agraria, que además planteó que los trabajadores de la economía popular, y así lo nombró, teníamos en nuestras manos la posibilidad de garantizar un futuro para nuestro país”, remarcó. Tanto la movilización como el acto en Plaza de Mayo superaron ampliamente las expectativas de sus organizadores que, sin embargo, ya plantean una marcha federal y multisectorial como el paso siguiente. “Acá hay mucha bronca, mucho malestar por lo que están haciendo y que día a día afecta a nuestros bolsillos, nos afecta porque tenemos que ir para atrás y todos queremos progresar. Es por eso que necesitamos hoy que paren la mano con las políticas económicas que están llevando adelante. Acá estamos los que la estamos pasando mal. Aspiramos a que, a partir de esta muestra de nuestro pueblo en esta fecha tan simbólica, el gobierno reflexione y convoque a un estado de emergencia social”, sintetizó Menéndez.

“Los que convocamos a esta jornada no esperamos ni podemos esperar. Las organizaciones no estamos para contener a nuestros compañeros, estamos para luchar y organizar. Nosotros no queremos desestabilizar a este gobierno, pero sí que cambie esta política que nos está matando», alertó Amancay Ardura.
La movilización convocada por los movimientos que lideran la denominada economía popular también contó con la adhesión de Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores; Roberto Baradel, de Suteba y Eduardo López, de UTE. Además, se sumaron al reclamo los dirigentes del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro; y Jorge Ceballos, de Libres del Sur; entre otros.

“Si los monopolios lo que quieren es fragmentar a la clase trabajadora, nosotros vamos a trabajar incansablemente para la unidad», señaló Gringo Castro.
Actualizada 08/08/2010
Ago 3, 2016 | inicio
“Te pido por favor que me ayudes. Necesito que al menos me expliques de qué se trata. No sé qué es pero sé que a una mamá la ayudó”, le suplicó Mariana Quiroga al empleado de la tienda. La mujer recuerda que estaba como loca: su hija Lara ya tomaba veintiséis pastillas por día y no solo no mejoraba, sino que había empezado a orinarse encima. “Que no esté legalizado no significa que yo no esté de acuerdo con que lo hagas”, le dijo el neurólogo. Enseguida abandonó el consultorio decidida a conseguir el aceite de cannabis, costara lo que costara.
El empleado de la tienda de cultivo se puso nervioso, primero dudó en ayudarla. Anotó su teléfono para pasárselo a su jefe. “No te prometo nada”, le dijo. Esa misma noche, el dueño del local la llamó. Dos días después, le estaba dando aceite a Lara.
“Si me hubiera dicho que la jeringa valía cinco mil pesos, lo habría pagado”, asegura Mariana, medio año después, en el living de su casa. Cuesta imaginarse a esa mujer que en enero golpeaba frenéticamente la puerta de un grow shop para aliviar los efectos de la epilepsia refractaria que su hija padece desde 2012.
¿Cuánto es? –le preguntó al cultivador cuando le entregó las jeringas.
Nada. Yo soy un mediador, lo que a vos te ayuda es la planta –le respondió él-. Pero mirá que esto lo podés hacer vos, ¿eh?

“Que no esté legalizado no significa que yo no esté de acuerdo con que lo hagas”, le dijo el neurólogo.
A los seis días, la mamá de Lara notó que las crisis epilépticas habían disminuido en cantidad. Las tenía contadas: solo a la mañana, su hija convulsionaba cinco o seis veces, y ahora lo hacía una sola vez. El cuadro se volvió cada vez más alentador: pocos meses después Lara camina, come y duerme bien, va al baño, hace hidroterapia, va a la escuela especial, al psicólogo y a clases de teatro. Hoy solo toma nueve de las veintiséis pastillas que tomaba a principios de año, complementadas con tres dosis de aceite al día.
“Creo que la medicación hizo más estragos que la enfermedad”, afirma Mariana. De los veinticinco medicamentos que existen para su diagnóstico, había probado quince y ninguno le había hecho efecto. Mientras los médicos buscaban la solución, Lara perdía el cabello de a mechones, pasaba por estados de autismo, bajaba de peso y sus crisis no solo empeoraban sino que se multiplicaban. “Ah, debe ser el tal o cual medicamento que está tomando”, respondía el neurólogo cada vez que Mariana lo llamaba alarmada.
Lara pudo acceder a los distintos tratamientos gracias a una prepaga. La única guardia neurológica de 24 horas en la ciudad de Buenos Aires es el Instituto FLENI. Los hospitales públicos no tienen guardias de este tipo para asistir a pacientes en medio de una crisis epiléptica. Además del tratamiento farmacológico, la medicina ofrece otras alternativas: una cirugía que consiste en la extirpación de una parte del cerebro del paciente y la dieta cetogénica, una dieta muy restrictiva “que les produce anorexia y desnutrición, cosa que no te dicen”, asegura la mamá de Lara.

“¿Qué vamos a hacer, lamentarnos por la patología de los chicos o qué?”, se preguntaron las mamás en ese entonces.»
El cultivador siguió día a día el tratamiento de Lara. Un día le dijo a la mamá: “Yo quiero que vos aprendas a cultivar, porque si a mí me pasa algo, me allanan o me voy a vivir a Japón, vos te quedás sin remedio para tu hija”. Hoy Mariana tiene cinco plantas de marihuana de diferentes cepas en el balcón de su casa e incluso su vecina le ofrece cultivar en su patio. No solo mejoró la calidad de vida de su hija, sino también fundó –junto a otras trece mamás- la sede argentina de la ONG Mamá Cultiva, que promueve la visibilización y legalización del uso de cannabis para fines medicinales. Fue Paulina Bobadilla, presidenta de la sede chilena, quien puso en contacto al grupo de mamás vía whatsapp.
“¿Qué vamos a hacer, lamentarnos por la patología de los chicos o qué?”, se preguntaron las mamás en ese entonces. Enseguida tomaron una resolución: “Primero, informemos al resto de la gente y familias con niños con la misma enfermedad, o parecida, de que en el cannabis encontramos una solución”. Unos meses después, la ONG se extendió a Tierra del Fuego, Rosario y Mar del Plata. Asesoran a familiares y ofrecen talleres de autocultivo y cultivo colectivo. Reciben cien consultas por día de personas con todo tipo de enfermedades. La mayoría llega del interior del país.
“Para la acreditación de talleres, damos prioridad a padres con chicos con patologías severas que deriven en crisis convulsivas. Hay enfermedades de las que no tenemos idea, para las que también sirve el aceite de cannabis, pero no podemos agrupar a todos”, explica Mariana. “Cuando los padres se acercan, quieren conseguir el aceite y no cultivar, luego se van interiorizando. No se trata de una solución mágica: hay chicos que responden enseguida muy bien con una cepa de la planta o con dos, y chicos como Lara que necesitan que cultive más variedades para ella. Hay una cepa para cada nene, pero hay que cultivar, no queda otra. Hasta que los padres logran comprender eso, están los que dejan en el camino, y los que prueban otras cosas”.

“Un gramo de flores de marihuana en el mercado cuesta, como mínimo, 150 pesos y para hacer una jeringa podés llegar a necesitar 25 gramos”, comenta Pablo Dolly.
No todo el mundo puede o quiere cultivar. Mariana estima que el 90 por ciento de los usuarios consume aceite producido por cultivadores que se dedican a eso. “Un gramo de flores de marihuana en el mercado cuesta, como mínimo, 150 pesos y para hacer una jeringa podés llegar a necesitar 25 gramos”, comenta Pablo Dolly, que cultiva para consumo personal desde hace quince años. En todo este tiempo, ha elaborado medicamentos a base de cannabis para variados tipos de padecimientos: desde paliativos para contrarrestar los efectos colaterales de la quimioterapia, hasta un relajante para mejorar los últimos meses de vida de un abuelo con esclerosis lateral amiotrófica.
“En realidad, al primer usuario de cannabis medicinal al que ayudé fue a mí mismo”, asegura Pablo. “A los tres años tuve mi primera crisis asmática. Cuando empecé a fumar –a los dieciséis -, descubrí que muy por el contrario de hacerme mal, me hacía bien. Mejoraba”. A los veinte visitó Holanda donde descubrió que era posible sentarse en un bar en el que te daban un menú con distintas flores para consumir libremente. “Eso me cambió la cabeza. De Holanda me traje mis primeras semillas y empecé a cultivar en el año 2000. Hace seis, pude dejar todas las medicaciones”, asegura.
Tanto Mariana como Pablo afirman que hay mucha demanda, y muy poca oferta de cannabis para uso medicinal, por eso una jeringa –que a una paciente como Lara le puede llegar a durar como máximo 25 días- puede llegar a valer más de tres mil pesos. “Pueden pasar muchas cosas en el medio –explica Pablo- . Te pueden dar una jeringa y atrás una semilla para que aprendas a plantar. También te pueden vender una jeringa y mantener el negocio. Otros te pueden dar una jeringa que no tenga nada. En algún momento se tenía que dar esta conversación. Hay gente que no puede cultivar y eso se tiene que regular de alguna forma que no cueste tres mil pesos la jeringa”.

“Creo que la medicación hizo más estragos que la enfermedad”, afirma Mariana
La legislación
Recién en abril de este año se comenzó a debatir el proyecto de modificación de la Ley de Estupefacientes en Argentina. De las cinco propuestas presentadas, tres exigen la autorización de cultivo de marihuana si persigue “fines terapéuticos o para la investigación de su posible eficacia como medicación terapéutica o para el control de síntoma o cuidados paliativos”. Ninguna permite la comercialización de los productos de cultivo personal, pero sí permite la guarda de semillas, producción de extractos y la facilitación de cannabis a título gratuito. Héctor Cachi Gutiérrez, de la UCR, afirma que el proyecto presentado por su partido no admite la posibilidad de que fabricar el medicamento en forma doméstica: “No vamos a autorizar algo que es delito”. Su propuesta se limita a promover la investigación de los efectos del uso medicinal del cannabis a nivel nacional.
“La discusión central es el autocultivo, que debería estar habilitado como el de cualquier remedio casero. Creo que los médicos no deben opinar por sí o por no en ese sentido. La cuestión médica es una excusa del capitalismo, para el cual el autocultivo es un gran problema. Es cierto que cualquier uso médico necesita determinados pasos, pero la ciencia nunca hizo nada. Si estamos investigando el cannabis medicinal no es porque los médicos dijeron ‘esto sirve’, quienes lo advirtieron fueron los usuarios”, explicó Emilio Ruchansky, autor de Un mundo con drogas.

Pablo Dolly también tiene sus objeciones con respecto a la intervención de los médicos: “Llevo más de quince años estudiando la planta y sus efectos en la salud. Sé que hay que variar la cepa que suministrás a pacientes con esclerosis múltiple, por ejemplo. Hace rato conocemos esta realidad. Una legalización del uso medicinal del cannabis que no contemple al usuario está destinada al fracaso de movida, porque va a estar cooptada por intereses ajenos a lo que es el sentido de la planta: en sí, la cura es gratuita y fácil para toda la humanidad”.
La mamá de Lara, que apenas lleva siete meses complementando el tratamiento de su hija con aceite, también aprendió por ensayo y error: “El único efecto adverso si un día se te va la mano con una dosis, es sueño y hambre”, señala. “Yo estoy segura de que este es el camino. Mucha gente nos pregunta: ¿qué aval tienen ustedes? Y les contestamos: ¡El testimonio de una mamá! ¿Por qué mentiríamos sobre la eficacia del tratamiento de nuestros hijos?”
En tanto se discute el proyecto en la Comisión de Salud del Congreso Nacional, la mayoría de los usuarios de cannabis medicinal sigue dependiendo del autocultivo y de los cultivadores. “Mientras ellos analizan las soluciones, yo ya tengo los esquejes. Nosotros no tenemos miedo. El único miedo de que me allanen es que Lara se quede sin medicamento”, afirma Mariana.

“En realidad, al primer usuario de cannabis medicinal al que ayudé fue a mí mismo”, asegura Pablo.
Actualizada 03/08/2016