La segunda vuelta electoral se implementará por primera vez en la democracia argentina entre los candidatos del Frente para la Victoria y Cambiemos. No es la primera vez que Daniel Scioli se encuentra en esta situación. Durante las elecciones presidenciales de 2003, la fórmula del Frente para la Victoria, Néstor Kirchner – Daniel Scioli, debería haber competido contra el binomio de la alianza Frente por la Lealtad – Ucedé, Carlos Menem – Juan Carlos Romero. Cuatro días antes del balotaje, Menem declinó su candidatura. Kirchner asumió la presidencia con el 22.24% de los votos el 25 de mayo de ese año.
Los antecedentes más recientes del balotaje en el país se remontan a 1987, cuando la Unión Cívica Radical preparó un proyecto de reforma constitucional que contemplaba la reelección del presidente, la figura del Primer Ministro, la reglamentación de los decretos-ley y la inclusión de los derechos humanos de tercera y cuarta generación, entre otros puntos. Hiper-inflación y cambio de gobierno mediante, el 22 de octubre de 1993 el presidente Menem sancionó el decreto 2181/93 convocando a una consulta popular voluntaria sobre la reforma constitucional que iba a realizarse el 21 de noviembre. La UCR no logró unificar una posición y el primer expresidente constitucional luego del llamado «Proceso de Re-organización Nacional», Raúl Alfonsín, decidió buscar un acuerdo con Menem. Pasaría a la historia como el “Pacto de Olivos”. El 15 de diciembre de 1994, se sancionó una amplia reforma constitucional con la participación de 19 partidos políticos que estableció la segunda vuelta electoral cuando la fórmula más votada en la primera vuelta tuviera menos del cuarenta por ciento por lo menos de los votos afirmativos emitidos y, además, con una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de los votos sobre la fórmula que le sigue. En 1995, esto le permitió a Menem ser elegido por segunda vez como presidente con el 49,4% de los votos.
En el escenario actual, hay un poco más de 600.000 votos de diferencia y restan 23 días para la definición final. “La campaña de las próximas cuatro semanas va a ser más áspera y más fuerte”, opinó el titular de Rouvier & Asociados, Ricardo Rouvier, en diálogo con ANCCOM. “Desde lo comunicacional, Macri va a continuar haciendo lo mismo que hace. En el caso de Scioli, [va a] tratar de ganar espacios, mostrarse más centralmente como el protagonista de la campaña y presentar propuestas más concretas”, agregó.
“Entre las PASO y las elecciones del 25 de octubre hubo un cambio bastante grande de definiciones de campaña por el lado de Macri. Creo que ese cambio le dio resultado y realmente lo corrió de un posicionamiento donde los otros candidatos lo habían puesto. A él lo habían puesto más bien como la opción conservadora del ajuste de la derecha liberal, y él había elegido otro posicionamiento: “Yo soy el más distinto del kirchnerismo para ganarle al kirchnerismo. Creo que él se va a mantener en esta idea de que no viene a destruir lo hecho por el kirchnerismo, va a tratar de salir de ese posicionamiento de ser alguien que prioriza el ajuste, la devaluación, la reducción del sector público, el desmantelamiento de los planes sociales, sino que creo que se va a poner en el lugar del futuro, del diálogo, del cambio de ciclo, de un modelo distinto de hacer política en Argentina. Y va a tratar de evitar lo que justamente otros candidatos tomaron. Scioli, por ejemplo, tomó agendas fuertes, tomó la agenda económica, definió gabinete, definió algunos temas sensibles como el impuesto a las Ganancias para los trabajadores. Creo Macri que va a evitar todos esos temas”, opinó el sociólogo Luis Alberto Quevedo, director de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Argentina.
“Scioli va a tener que empezar a ser más fuerte en sus definiciones respecto de Macri, algo que él había evitado. Va a tener que enunciar que `estamos frente a dos modelos de país`. Yo creo que él va a tomar esta agenda y va a decir `los objetivos de Macri en economía, educación, salud, desarrollo, posicionamiento internacional, son muy distintos que los míos`. Esto lo va a poner en otro lugar. Un lugar más confrontativo, más de debate, más agresivo, y creo que también, en algún sentido, más peronista. Una agenda que yo creo que va a tomar, una hipotesis mia, es la agenda de seguridad. Un tema del cual Macri no habló demasiado y el candidato del Frente para la Victoria tampoco, del que sí habló Massa. Como a Massa le dio resultado, los dos creo que van a tener que vérselas con eso”, explicitó Quevedo.
Desde lo político-territorial, Rouvier afirmó que Scioli deberá basarse “en los gobernadores y en el Partido Justicialista”. “Son los que le pueden dar los votos en el interior del país”, estimó. Desde otra lectura, Quevedo advirtió: “Lo territorial presidencial es muy distinto a lo territorial de gobernador o intendente». «Los dos candidatos van a hablar al distrito único: le van a hablar a los argentinos, no a los cordobeses, los santacruceños o a los jujeños, por más que van a tener que hacer campañas particulares en esos lugares”, continuó.
“Creo que van a hacer una apelación en los dos casos, más del futuro del país y no del futuro de la Ciudad ni de la provincia. En el caso de Macri va a ser en continuidad con lo que ya viene haciendo, pero en el caso de Scioli yo creo que ahí viene otro desafío: yo creo que él va a tomar algunas agendas regionales. Por ejemplo, es muy claro que le fue adversa la Pampa húmeda, Córdoba, Santa Fe, provincia de Buenos Aires. Él va a tener que tener un discurso para ese mundo. Macri no lo necesita, ya lo apoyan. Macri va a continuar con un discurso genérico como lo ha tenido hasta ahora, es mi hipótesis, y Scioli va a tener un discurso más específico, que no lo ha tenido hasta ahora”, sostuvo el director de la FLACSO.
Marcelo Carpita, autor y colaborador de más de cincuenta obras de arte urbano en distintas regiones del país, da a conocer su más reciente iniciativa: el 1º Congreso Nacional de Muralismo y Arte Público “Ricardo Carpani”, a realizarse el viernes 30, sábado 31 y domingo 1 de noviembre en el Centro Cultural Kirchner (CCK). El encuentro, cuenta, surgió de la necesidad de profundizar el debate sobre el rol del arte público y la ausencia de un marco legal que reivindique a los realizadores como trabajadores. El artista plástico dialogó con ANCCOM sobre el papel del muralismo en la vida política y social de la Argentina, definiéndolo como una disciplina de la comunicación social y en consecuencia de las Ciencias Sociales.
¿Cómo surge la idea de este Congreso?
Es una propuesta que surge de un foro que organizamos en el espacio político cultural al que pertenezco, Muralismo Argentino Contemporáneo (MAC), formado por diferentes grupos independientes comprometidos con llevar a cabo un proyecto nacional que empezó a tener un poco más de cuerpo con este gobierno. A partir de la propuesta de formar el MAC, empezamos a reunirnos y organizar un foro en el Centro Cultural de la Cooperación en 2013. Tenía como objetivo empezar a debatir sobre el rol del creador del arte público, del muralista que participa de muchos proyectos de desarrollo social, proyectos culturales y educativos, pero no está contenido dentro de un marco legal o institucional que nos considere como trabajadores. Siempre pasa como una cuestión de voluntarismo, de militancia y no como un trabajo específico. A partir de ahí, los participantes propusieron que esta discusión se debía dar en un marco mucho más participativo y salió la primera idea del Congreso. Pero no se hizo, seguimos trabajando, haciendo nuestras actividades como siempre. Hasta que este año tuvimos una entrevista con la ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi, y salió de nuevo la idea del Congreso, como una actividad de corto plazo en el CCK. Con el tiempo queremos lograr que se incluya al muralismo dentro de lo que son las políticas culturales,.
¿Cuáles es el objetivo del encuentro?
El principal objetivo es hacer visible nuestra actividad, que la gente se entere que el muralista en sí, aparte de ser una persona que se dedica vocacionalmente a pintar una pared, a embellecer, es un comunicador social. El muralismo pasa de ser una producción estética por encargo a una disciplina de la comunicación social o de las Ciencias Sociales. Porque, a partir de esa actividad concreta, se desarrollan muchas actividades colaterales que hacen que el objetivo final no sea en sí el muralismo sino la organización popular, la reconstrucción del tejido social, la capacitación laboral, la integración de personas con diferentes tipos de capacidades, la inclusión social de chicos o de personas que están en grados de marginalidad. Es decir, hay muchas cuestiones que no son necesariamente las de la pintura mural. Sin embargo, ese muralista no cobra por ese trabajo, no tiene un seguro social, no tiene una participación como docente.
¿Quiénes participarán y qué actividades se desarrollarán?
Del Congreso van a participar casi 300 muralistas de todo el país, habrá paneles que desarrollarán ejes temáticos: muralismo y trabajo, muralismo y educación, la función social del muralismo, muralismo y militancia política. También habrá disertaciones de especialistas que no necesariamente son muralistas, como Fernando Buen Abad Domínguez, filósofo mexicano, un doctor en Comunicación muy comprometido con los derechos humanos. Estuvo trabajando en la conformación de contenidos de Telesur. Posiblemente estará el cineasta Tristán Bauer y también Carlos Carpintero que es un diseñador y comunicador a partir de la imagen que es muy importante. El Congreso será en homenaje a Ricardo Carpani, quién es nuestro paradigma de artista y militante. Habrá paneles, disertaciones, talleres participativos. La idea es que se elaboren documentos generales para dárselos a la ministra en forma de manifiesto. Habrá también proyecciones de documentales, va a estar Discursos Murales, que es una producción audiovisual que hicimos junto con la Universidad Tres de Febrero. Yo fui el productor artístico, donde se toman diferentes discursos de líderes latinoamericanos y a la par se va haciendo un mural por diferentes muralistas. También se proyectarán Los próximos pasados, que es una película que hizo Lorena Muñoz sobre el mural de David Alfaro Siqueiros que está en el Museo del Bicentenario y la película Carpani, vida y obra.
¿Dónde ubicaría al muralismo dentro de la esfera artística? ¿Y qué relación tiene con la esfera política?
El muralismo es parte del arte público. El arte público lo contiene, porque también incluye a una obra de arte callejera o una murga, a una acción urbana, a una performance. Es un hecho estético, cultural, al que la gente le da múltiples sentidos y hasta lo puede resignificar para incorporarlo a su vida cotidiana. El arte público es político, entendiendo que la política es lo que me relaciona con el otro. En la comunidad, lo que cohesiona, es el hecho político, entonces este arte también lo es. Ahora que uno lo ligue o no a un hecho partidario es una cuestión de coyuntura y de elección del muralista.
¿Cree que el muralismo argentino tiene una tradición propia?
Nosotros tenemos una tradición heredada de otras culturas que son hermanas, no tenemos tradición muralística. No somos un territorio cultural en donde tengamos grandes pirámides o edificios precolombinos llenos de murales. La tradición es contemporánea, se podría decir decimonónica. Nosotros tomamos el muralismo de la Revolución Mexicana como un puntapié o como un punto bisagra para empezar a discutir la función social y política del muralismo. Anterior a eso, había algunas expresiones más ligadas al realismo social, decorativos, con un anecdotario de la Revolución Industrial o ligado a diferentes aspectos de lo que fue la Revolución Rusa, pero nada más.
¿Y cuál es la función social del muralismo?
La de comunicar. Para mí está dentro de las materias humanísticas y de ciencias de la comunicación. Es un reto la comunicación por imágenes, estamos compitiendo con la publicidad. Creo que el muralismo es una de las alternativas pedagógicas que tenemos para generar otro tipo de discurso, otro tipo de diálogo con las imágenes en la vía pública.
¿Existe una política pública que fomente al muralismo como una expresión artística?
Hay pequeños intentos aislados, pero no una política pública. Ese vendría a ser uno de los objetivos del Congreso. Lo que estamos tratando de hacer es que el Estado se haga cargo del desarrollo de planes educativos, de planes culturales o del trabajo del muralista. Pero el Estado nunca lo asumió como algo organizado, siempre fueron expresiones individuales. Queremos lograr que desde el Estado se asuma la importancia de las actividades del trabajador muralista dentro de ciertos tipos de políticas culturales. Si lo asumió desde el cine, desde la música, desde la danza, también lo puede asumir desde el muralismo.
«Tenía como objetivo empezar a debatir sobre el rol del creador del arte público, del muralista que participa de muchos proyectos de desarrollo social, proyectos culturales y educativos, pero no está contenido dentro de un marco legal o institucional que nos considere como trabajadores», relata Carpita.
¿Hay alguna política pública de conservación y protección de los murales existentes?
Lo que hay son políticas sobre la restauración patrimonial, no de preservación y conservación, es uno de los temas que se tocarán en el Congreso. Existen muchísimos murales históricos que se están deteriorando y no hay una política centralizada sobre eso. ¿Por qué llegar al punto de la restauración? Hoy la gente que está en esa materia habla de conservación, de preservación y no de restauración. Y cada vez hay más murales hechos y grandes inquietudes por saber cómo se mantienen, cómo se preserva y si se necesita de una escuela para eso. Gente de conservación patrimonial dice que ahora hay nuevas técnicas, nuevos abordajes estéticos y no hay una actualización hacia los conservadores. El conservador sigue trabajando con herramientas viejas, con edificios viejos, con técnicas viejas y no cuenta con nuevas tecnologías, con acrílicos, polímeros, aerosoles. Ya hay obras muy importantes hechas así. De esto también tiene que hacerse cargo el Estado. Cuando hablo de Estado, habla de una comunidad organizada, no quiere decir que el Estado tiene que hacerse cargo de todo. Porque cuando ponemos eso frente a las empresas sabemos que pasa: restauran lo que a ellos les importa; lo demás se deteriora. La gente le da importancia a cierto tipo de obra y por ahí no es necesariamente estéticamente bella, pero tiene mucho significado, como podría llegar a ser el mural de un nene que murió en un accidente o un pibe víctima de gatillo fácil. Tal vez ese mural es mucho más importante para la comunidad que un mural al estilo mexicanista; eso también necesita preservación. El Estado debería empezar a pensar en un instituto de muralismo que pueda nuclear todas esas problemáticas.
¿Cuáles son los espacios en donde se enseña muralismo en la Argentina?
Tuvo unos primeros inicios en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación Ernesto de la Cárcova, con un taller de oficios, donde se enseñaba el desarrollo de algunas técnicas. Se le daba un encuadre pseudo socia. Más que nada se practicaba la técnica en pequeños murales. Pero el abordaje en un territorio para poder colaborar y participar de un desarrollo social y educacional no estaba dado. Poco a poco, esos talleres se transformaron en un poquito más participativos. Algunos se transformaron en carreras y después los fueron cerrando cuando los diferentes gobiernos, golpes y dictaduras vieron la capacidad organizativa que tiene el taller de mural. Recién en esta etapa democrática, a partir del 83, se volvió a trabajar sobre la idea de los talleres de formación. Uno de los primeros fue el de la Escuela de Bellas Artes ‘Manuel Belgrano, que se creó en 1990. La realización de mural está incluida también en las currículas de Educación Inicial y Primaria, lo que no tienen son profesores capacitados. Uno de los problemas que estamos abordando es que el muralismo cada vez se complejiza más como para poder realizarlo como cualquier actividad porque, previamente, se necesita ver cómo se aborda la problemática espacial. Hay muchísimas cosas que un profesor común de Plástica no sabe; piensa que solamente pintando en la pared con chicos es suficiente. Es necesario trabajar con ciertos elementos didácticos y metodológicos, como para poder ayudar a la dimensionalización de la imagen, del traspaso de lo chiquito a lo grande, al poder estructurar el campo compositivo. Hay muchas cosas que no saben y eso lo tienen que estudiar.
¿Qué es lo que busca expresar en sus murales?
Es como una especie de promedio entre lo que yo quiero contar, lo que necesito contar y la forma en que lo cuento. No me ato a una sola forma de realización, estoy muy atento a las nuevas imágenes, a cómo se involucra la gráfica o cómo se involucran los diferentes aspectos de la comunicación a través de la imagen. Puedo decir que lo que busco no es expresar, sino tratar de interpretar ciertas características del momento en el que vivo. No soy muy retardatario, como para que me digan “te quedaste en el 45”, ni muy novedoso como para decir: “Lo que hacés no se entiende nada”. Me dirijo a un sujeto común, no está dirigido a públicos eruditos ni a amantes del street art, ni de la galería. Es para la gente común y en ese promedio está el no subestimar el gusto ni el nivel de complejidad de lo que es la comunicación a través de la imagen. No les estoy vendiendo productos ya fagocitados, ya deglutidos, trato de incentivarlos a que partan a través de la mancha, a través de una figura que está sugerida y que al mismo tiempo, todo junto va describiendo algo.
Pasada la medianoche en el centro de campaña del Frente para la Victoria (FpV), la intensidad de los bombos bajó abruptamente, se dejaron de agitar las banderas y las miradas comenzaron a cruzarse desconcertadas. Cuando se conocieron los primeros datos oficiales -que contradecían a todas las encuestas de los últimos días y al resultado obtenido por el FpV en las elecciones primarias-, la incredulidad inundó a la militancia y a los dirigentes que se habían reunido en el Luna Park con la certeza de que la jornada terminaría con un amplio festejo. Con el 96 por ciento de mesas escrutadas, la fórmula presidencial Daniel Scioli – Carlos Zannini superó por apenas dos puntos a la de Cambiemos, Mauricio Macri – Gabriela Michetti: 36 a 34. Con este resultado, habrá que esperar al balotaje del próximo 22 de noviembre para saber quién será el próximo presidente argentino.
La gran sorpresa de la noche la dio la candidata a gobernadora de Cambiemos en la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que venció al actual jefe de gabinete nacional, Aníbal Fernández. El candidato del FpV –que estuvo ausente en el Luna Park y decidió no hablar con la prensa- perdió en el distrito más grande del país, donde el peronismo gobernaba desde 1987. Allí, Vidal obtuvo más del 39 por ciento de los votos, cinco más que su adversario y se convirtió en la próxima Gobernadora.
Con respecto a las elecciones presidenciales, la Constitución Nacional determina que, para consagrarse victoriosa en primera vuelta, una fórmula presidencial necesita obtener el 45% de los votos, o bien 40% y al menos diez puntos de diferencia por sobre el segundo para evitar la segunda vuelta. Para octubre, las encuestas anticipaban un posible balotaje, aunque advertían una diferencia entre ocho y once puntos entre el FpV y Cambiemos.
Ayer, antes de las 22 y aún sin conocer las cifras oficiales, Scioli fue el único orador del Luna Park. Acompañado por su mujer Karina Rabolini, su compañero de fórmula Zannini, parte de su eventual gabinete y un grupo de gobernadores de diferentes provincias. El discurso fue general, amplio y se interpretó como un rápido reconocimiento de que habría balotaje: “Con mucha humildad, les pido que nos sigan acompañando y, a quienes eligieron otra propuesta, los convoco muy especialmente, porque llegó el día en que, para un argentino, no hay nada mejor que otro argentino”, dijo parafraseando al fundador del justicialismo, Juan Domingo Perón. En esa misma dirección llamó “a los indecisos e independientes” a apoyarlo en la segunda vuelta, que se llevará a cabo en casi un mes.
En lo que más que un acto celebratorio se convirtió en el primer discurso de campaña en vistas a la elección que viene, Scioli aludió a múltiples e históricas fuerzas políticas del país: “Creo, como Perón, que todos unidos triunfaremos; creo, como el padre de la democracia, el doctor Raúl Alfonsín, que con la democracia se cura, se come y se educa; creo como los socialistas y progresistas en el valor de la igualdad. Fundamentalmente creo, como Néstor, que las convicciones no se dejan en la puerta de la casa de Gobierno. Creo, como nuestra presidenta Cristina, que la patria es el otro y creo, como el Papa Francisco, en la necesidad de construir cada vez más puentes”.
Si bien había dicho que volvería a hablar en el escenario a la medianoche, cuando se conocieron los sorprendentes números oficiales, el candidato por el FpV se recluyó y mandó a decir a los periodistas que daría una conferencia de prensa el lunes al mediodía en el Hotel NH, de la calle Bolívar 160.
En el estadio, los militantes se habían convocado desde temprano, hicieron sonar intensamente sus bombos desde las 17 hasta pasadas las 21. Adentro, se mezclaban las banderas del Movimiento Evita, el Peronismo Militante, la Tupac Amaru y MILES. También estaban las de Grupo Descartes, Juventud Peronista y Descamisados, que bailban con el reggaeton y la cumbia de fondo.
Canciones de Nene Malo, Daddy Yankee, Agapornis, El Original y Los Totora fueron animando el ambiente, que se fue cargando de incertidumbre a medida que pasaba el tiempo y no aparecían los resultados oficiales, que se demoraron casi seis horas en anunciarse.
Entre la concurrencia se repartieron gorras, remeras, lapiceras, bufandas y paraguas. A la izquierda y abajo del escenario, se ubicó la Ola Naranja, conformada, entre otros, por jugadores e hinchas de futsal de Villa La Ñata Sporting Club, donde juega el candidato. Todavía ilusionado con una amplia victoria, el DT de La Ñata le dijo a ANCCOM: “Daniel es un excelente jugador, compañero, pero mejor será como presidente”.
Fue notable la ausencia de las fuerzas más afines al kirchnerismo: La Cámpora, Nuevo Encuentro y Unidos y Organizados no estuvieron en el estadio. No obstante, el Luna Park se había inundado de militantes con merchandasing naranja y la leyenda “Scioli Presidente”. Bailaban coreografías y saltaban sin parar hasta que los invadió la sorpresa y la desazón.
“Macri es un capitalista al que, de un día para el otro, le gustan las políticas kirchneristas. Pero esas políticas son nuestras y las vamos a defender. La militancia va a continuar y va a seguir creciendo, porque los jóvenes quieren estar y quieren involucrarse”, intentaba convencer a ANCCOMMaximiliano Haritzhandy, militante de Ola Naranja.
A poco de cerrar los comicios, el primer colaborador de Scioli que se acercó a hablar con la prensa fue su vocero, Jorge Telerman, quien pedía prudencia y esperar los resultados oficiales. Al mismo tiempo, en el bunker de Cambiemos, Marcos Peña exultaba felicidad y aseguraba que habría balotaje.
Pasadas las 19 en el centro de campaña del FpV, Alberto Pérez, Jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, dijo a la prensa: “Todos los datos extraoficiales que tenemos marcan un contundente triunfo de Daniel Scioli, nuevamente va a ganar por una enorme diferencia. De todos modos vamos a esperar los resultados oficiales”.
Los resultados finales sorprendieron no sólo al FpV y a los encuestadores –que hablaban de diferencias de unos ocho puntos-, sino incluso a la propia dirigencia de Cambiemos. El 9 de agosto, en las PASO, el FpV se había impuesto con el 38,41% de los votos ante Cambiemos que obtuvo 30,07%. A partir de ahí tanto Scioli, Macri, como Sergio Massa, el tercer candidato de la alianza UNA, apuntaron a captar votos apelando al “voto útil” y a la peronización de sus discursos. El dirigente de Cambiemos se había propuesto alcanzar el balotaje. En cambio, Scioli apuntó a sumar a aquellos votantes “indecisos”, peronistas, radicales y socialistas para ganar en primera vuelta. Si bien ganó y obtuvo la primera minoría, en el Luna Park se instaló el sabor de la derrota.
“Estoy acá con buenas intenciones, no con desesperación por el poder. Estoy acá porque creo en ustedes”, recalcó Mauricio Macri antes de rematar: “Lo que sucedió ya cambió la política del país”. Cuando el candidato de Cambiemos dio su discurso en el centro de campaña en Costa Salguero aún no se conocían los resultados que sorprendieron no solo al oficialismo sino también a la oposición. Con un 96 por ciento de las mesas escrutadas, Daniel Scioli aventajaba por apenas dos puntos (36 a 34) al todavía jefe de Gobierno porteño, quien logró reducir en casi seis puntos la diferencia que se había dado en las elecciones Primarias. De esta manera recién el próximo 22 de noviembre, cuando se lleve a cabo el balotaje, se sabrá quién será el nuevo presidente argentino.
No obstante, la estrella de la noche fue María Eugenia Vidal, quien dio el batacazo al ganarle por cinco puntos la Provincia de Buenos Aires al jefe de Gabinete kirchnerista Aníbal Fernández. “Hicimos posible lo imposible”, gritó la gobernadora electa que a partir del 10 de diciembre se hará cargo del distrito que concentra a casi el 40 por ciento de los habitantes del país.
En su discurso, Macri apeló en varias oportunidades a los votantes de los candidatos de Nicolás Del Caño, Margarita Stolbizer y Sergio Massa con el objetivo de seducirlos de cara al balotaje: “Quiero decirles a los que no nos acompañaron que los invito a asumir el protagonismo”, dijo. Y, continuando con la impronta de “peronización” que tuvo su campaña en el último tramo, completó: “Valoro la lucha del peronismo por los derechos de los trabajadores”.
El candidato también agradeció a los partidos que conformaron al espacio de Cambiemos. Mencionó especialmente al presidente de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz, y , especialmente, a la líder de la Coalición Cívica a Elisa Carrió, ambos rivales en las elecciones primarias. “Lilita, Lilita”, estalló la concurrencia.
Ernesto Sanz, ex candidato a la presidencia por la UCR y posible Ministro de Justicia en un eventual gobierno de Macri, a las 23.50, había reclamado al Gobierno Nacional, en conferencia de prensa “que publique los datos oficiales de la Provincia de Buenos Aires cuanto antes”. Minutos después, el país conocía las noticias que ni el centro de campaña de Cambiemos esperaba: no sólo entraban al balotaje, sino que además Vidal le ganaba a Fernández por cinco puntos en una provincia que el peronismo gobernaba desde 1987.
Durante la primera tarde, en el centro de campaña de Mauricio Macri, la idea de una segunda vuelta parecía cercana pero los dirigentes eran cautos en arriesgar números concretos, pese a que en las pantallas gigantes del predio podía leerse claramente el hashtag #HayBalotaje. Marcos Peña, coordinador de la campaña de Macri, fue el primero en asegurar categóricamente que habría una segunda vuelta, mientras no había ningún dato oficial ni información en el resto de los comandos de campaña de las restantes fuerzas políticas.
Minutos antes de las 19, la ex candidata a presidente por la Coalición Cívica, Elisa Carrió, habló con la prensa: “Será un balotaje histórico, Mauricio Macri es el próximo presidente” y agregó: “Es mentira que había tres candidatos, siempre hubo dos”.
Poco después, subieron al escenario el jefe de Gobierno porteño electo, Horacio Rodríguez Larreta, acompañado por el intendente de Vicente López Jorge Macri y Sanz: “Este balotaje significa haberle dado equilibrio al sistema democrático”, subrayó el radical.
Las expectativas eran -para todos- tan distintas a los resultados, que los periodistas le preguntaron a Rodríguez Larreta si Macri evaluaba bajarse del balotaje. El dirigente del PRO, entre risas, contestó que fueran a realizar esa pregunta al Frente para la Victoria.
En exclusiva para ANCCOM el Rabino Sergio Bergman reflotó el debate sobre la tardanza de los datos oficiales: “Sólo nos queda tener paciencia porque el Gobierno Nacional no tomó la decisión de cambiar el sistema de votación. Un dirigente que quiere ahorrar incertidumbre a la gente lo haría, pero si pensás en tus clientes antes que en la gente, quizás no. Es una manera lamentable de usar la política para el mal, en lugar de para el bien”, declaró. Ya el candidato a presidente por Cambiemos, Mauricio Macri, había anunciado luego de emitir su voto por la mañana que se comprometería a garantizar en la segunda vuelta el voto con boleta electrónica, pero no precisó de qué manera.
Pasadas las 20, la candidatas a vicepresidenta, Gabriela Michetti, llegó al escenario acompañada de Vidal. “Estamos ganando en docenas de municipios así que no aflojen. Cuenten los votos uno por uno”, pidió y señalando a su compañera aseguró: “Tenemos una candidata de lujo”. Inmediatamente, comenzaron los gritos: “Ahora, ahora, Vidal gobernadora” y “Hay que saltar, hay que saltar, para Mauricio, el balotaje”.
Michetti y Vidal decían ante las cámaras que iban a ser prudentes y respuetuosas hasta la llegada de los resultados oficiales. Sin embargo, la alegría las desbordaba. “El cambio se está haciendo realidad”, repetían mientras sonaba de fondo la canción “Fue lo mejor del amor”, de Rodrigo.
Pasadas las 23 todo el equipo de Cambiemos subió al escenario. Las primeras en agradecer fueron nuevamente María Eugenia Vidal y Gabriela Michetti, esta última dio paso a las palabras de Mauricio Macri quien luego de los agradecimientos de rigor plantó bandera de cara a la segunda vuelta: “Yo les dije que este día iba a empezar una revolución de alegría en la Argentina porque todos juntos aceptamos vivir el desafío de construir la Argentina que merecemos”.
“A todos aquellos, que a lo mejor tienen el sabor amargo de la decepción por no haber alcanzado el lugar que soñábamos en la pelea por gobernar la Argentina, les digo que no bajemos los brazos”. Con esas palabras, Sergio Massa, el candidato a presidente de UNA, se mostró entero frente a una derrota que lo dejó lejos del soñado balotaje: su fuerza obtuvo el 21 por ciento de los votos y quedó relegada al tercer lugar. “Nos van a encontrar en el camino de construir un cambio positivo e inteligente para nuestro país”, completó como para mostrar su papel de fiscal hasta el próximo 22 de noviembre, cuando se vote definitivamente al próximo presidente de los argentinos. Pese al éxodo masivo de dirigentes del Frente Renovador en los días previos a las elecciones, Massa jugó el papel de hombre firme, equilibrado y dispuesto a mostrarse entero ante la adversidad de las urnas. “Tenemos el compromiso de que en nuestro país no haya impunidad con la corrupción. Mucha fuerza, a seguir peleando”, remató ante sus fieles en la noche del domingo.
El diputado nacional y candidato presidencial por el Frente Renovador estableció su búnker en el Estadio «Pipa Tigre», ubicado en el distrito en donde construyó la base para lanzarse a su carrera presidencial. Finalmente, no llegó a cumplir el objetivo de obtener el segundo puesto que le hubiera permitido competir en una siguiente vuelta, pero igualmente tuvo palabras de agradecimiento para los más de cinco millones de argentinos que lo votaron. Su jugada principal, en los últimos días de campaña, había sido instalar la convicción de que sólo él -y no Mauricio Macri-, tenía posibilidades de hacerle frente al candidato oficialista Daniel Scioli en un balotaje.
Las palabras de Massa expresaron un ánimo de combate, aún cuando no se tenía dimensión de los sorpresivos resultados: una exigua diferencia a favor del candidato del Frente para la Victoria sobre la Alianza Cambiemos y el triunfo histórico de María Eugenia Vidal sobre el jefe de Gabinete nacional Aníbal Fernández en la Provincia de Buenos Aires. Con este panorama –y a pesar de la derrota-, el precio político de Massa subirá de manera notable, tanto de cara a balotaje del mes próximo como dentro de la interna justicialista que rápidamente despertarán los guarismos de anoche.
Detrás de las cámaras, en la sala de prensa, el jefe de campaña de UNA, Alberto Fernández, dio su opinión dejando a un lado los números concretos. “Hoy logramos plantar en la política argentina a un candidato joven que se ha revelado como un gran dirigente, capaz de afrontar batallas duras, y que se pudo imponer ante los poderosos. Armó un equipo de trabajo serio. Hemos plantado algo que el país estaba necesitando”, sentenció.
En consonancia con las declaraciones de Massa, el candidato a gobernador bonaerense Felipe Solá calentó su búnker, que se mantuvo en calma hasta cerca de las diez de la noche, cuando recién comenzó el tronar de los bombos y algunos militantes decidieron agitar sus banderas. “Hemos denunciado que el narcotráfico ha aumentado, hemos denunciado malas condiciones de salud en la provincia, y creo que si el nuevo gobernador bonaerense quiere brindar más seguridad debe tener mucho mayor control de la policía, debe estar mejor paga y descansada”, apuntó Solá, cuyas palabras apuntaban a un supuesto triunfo de Aníbal Fernández, algo que finalmente no se dio.
Hasta que Sergio Massa subió al escenario rodeado por los dirigentes más representativos de su fuerza, llamativamente las pantallas mostraban los festejos en los otros centros de cómputos. Fue el economista Aldo Pignanelli el encargado de reconocer el tercer puesto, poco después de las 19. Antes que él, los diputados Graciela Camaño y Facundo Moyano y el candidato a vicegobernador Daniel Arroyo habían pedido esperar los datos oficiales y respetar el acuerdo que habían suscripto todas las fuerzas políticas de no anticipar conclusiones sin tener cifras exactas.
“Hemos hecho una buena elección. Más allá de los números concretos creo que llevamos adelante una campaña de propuestas, las vamos a seguir haciendo, vamos a hacer un trabajo profundo y arduo desde el Congreso de la Nación más allá de quien gane, ya que el Parlamento va a tener otra composición que determina que se puedan realizar cambios profundos”, señaló Moyano.