Impulsadas por la familia de Ema Bondaruk, la adolescente que se suicidó luego de que se viralizara un video íntimo, se presentaron la Guía Ema y un proyecto de ley de prevención de la violencia digital.

En agosto del 2024 Ema Bondaruk, de 15 años, se quitó la vida. Un día antes, un compañero de colegio había difundido un video suyo con imágenes íntimas, que en cuestión de horas acabó en manos del resto de su escuela. Lo que sufrió Ema tiene nombre: violencia digital de género.
Un año después de ese hecho, se presentaron en el Congreso el proyecto de Ley Ema y la Guía Ema, un programa nacional de prevención y abordaje integral de la violencia digital en los ámbitos educativos. La guía fue realizada por la familia Bondaruk, con las organizaciones de Ley Olimpia Argentina, Gentic, Faro Digital, Defensoras digitales de México, Fundación Encuentro por la Participación Ciudadana y la Ampliación de Derechos, y los despachos de la diputada nacional Mónica Macha y la senadora provincial Laura Clark.
Laura Sánchez, mamá de Ema, comentó en diálogo con ANCCOM que la guía surgió en medio del dolor, al ser contactada por la activista mexicana Olimpia Coral Melo y la referente argentina Florencia Villegas, ambas víctimas de violencia digital de género por la difusión no consentida de imágenes sexuales. Al conocerlas, comenzaron a hablar y “soñar” sobre lo que podían hacer respecto a la problemática. Sánchez afirmó: “Yo me estoy reconstruyendo, después de la pérdida de un hijo uno tiene que volver a nacer para seguir viviendo, sino muere con ese hijo. Empecé este camino para resignificar el nombre de Ema, y para que su muerte no sea en vano. Nos puso a todos de cara con la violencia digital”.
El encuentro con Melo y Villegas, junto a la repercusión internacional del caso, le demostraron a Sánchez la dimensión de la problemática y la urgencia de una herramienta para prevenir y generar conciencia tanto en las autoridades de los colegios y docentes como en los alumnos y sus familias. Sánchez agregó: “La idea es poder reparar y concientizar, que todos puedan dimensionar el daño que se puede generar con esto. No siempre termina en la muerte, afortunadamente, pero genera daños psicológicos irreparables en algunos casos, abandono de colegios, trastornos alimenticios, aislamiento. En las sobrevivientes de violencia digital aparece esta sensación de sentirse violadas una y otra vez porque su intimidad queda tan expuesta y las deja en un lugar tan vulnerable que genera todas estas consecuencias psicológicas. Lo genera en los adultos, imagínate en una persona de 15 o 16 años que está creando su subjetividad y atravesando un momento bisagra”.

La guía, que se puede descargar de forma gratuita en la página de Faro Digital, se enfoca en el abordaje desde el ámbito educativo y busca la reparación del lazo social, concibiendo a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos, entendiendo que el entorno digital es tan real como todos los otros ámbitos de la existencia humana. Macha, en conversación con ANCCOM, se refirió al proyecto de ley: “Es pensar en un programa nacional, una política pública que permita prevenir, asistir y acompañar tanto a víctimas como sobrevivientes de la violencia digital, con el mismo marco de la guía, pero más profundo. Tanto la guía como el proyecto fueron pensados muy cercanos a la Educación Sexual Integral (ESI).” Además, reconoció: “Esto es un problema social: no es ni de la familia ni de la escuela, es de todos. La ciudadanía digital la tenemos que construir comunitariamente”.
Ambos documentos reconocen una responsabilidad colectiva y compartida tanto de quienes suben las imágenes íntimas como de quienes contribuyen a su viralización. Si bien no se enmarcan en una lógica punitivista, dado que se trata de violencia entre pares, la diputada destaca la necesidad de pensar en sanciones reparadoras acordes a cada caso. El daño no puede quedar impune, pero tampoco debe recibir una respuesta penal propia del mundo adulto. El objetivo no es generar conciencia a partir del miedo al castigo, sino desde el respeto al consentimiento y a la dignidad humana.
Milagros Schroder, coordinadora de Educación de Faro Digital, destacó que no se trata de una receta única ni mágica, sino de una guía que debe adaptarse a cada caso concreto. A su criterio, el mayor desafío será “leer la guía a la luz de cada situación, con la empatía suficiente para correr nuestra mirada adultocéntrica sobre la cultura de los chicos y las chicas. No se trata de revictimizar ni de poner el foco en si alguien se sacó una foto o mandó un video, sino en lo que ocurrió después. También es clave contemplar si existen violencias que se suman, y poder ponerle nombre y apellido a cada una para realizar un abordaje integral”.

A través de una perspectiva feminista, la guía destaca distintas violencias digitales como el grooming, la sextorsión, el acoso virtual sexual y el porno deepfake, entre otras. Respecto al uso violento de la Inteligencia Artificial Generativa para crear imágenes y/o videos de desnudos, Schroder afirmó: “Hay que concientizar, y por eso se busca la alfabetización digital más allá de cómo usar las herramientas, para qué usarlas y con qué criterios. También hay que pensar cómo se construyen las identidades, que significan las identidades en líneas y las identidades manipuladas con el uso de inteligencia artificial generativa.” La especialista agregó:“Todo eso es un recorrido que es importante transitar desde los ámbitos educativos pero también desde la sociedad, sobre todo con los chicos y chicas en estos entornos donde tienen la posibilidad de aprender a usar la herramienta en sí, pero también para saber qué significa vivir con máquinas, en sociedades con vínculos mediados por pantallas y la construcción de la convivencia digital”.
Sánchez subrayó que la guía no busca responsabilizar a los docentes ni poner en duda su voluntad de actuar, sino brindarles las herramientas que el Estado no les provee. “Queremos acompañarlos con capacitaciones y con la ESI. Sabemos el desborde que atraviesan hoy en las aulas y cómo están trabajando, por eso queremos ofrecerles este instrumento. Nosotros podemos dar esto, pero también entra en juego la sensibilidad humana”, concluyó.