Inauguró la exposición en un acto marcado por las ovaciones del público, las críticas a la oposición y la ausencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel. «¿Pensaron que la motosierra era un chiste?», lanzó.

“Desde hoy, las retenciones a la carne aviaria y vacuna se reducirán del 6,75% a 5%. Las retenciones al maíz, de 12% a 9,5%. Las retenciones al sorgo, de 12% a 9,5%. Las retenciones de girasol, de 7,5% al 5,5%. Y también las retenciones a la soja, del 33% al 26%”. Además, los subproductos de la soja pasarán de tributar 31% a 24,5%. La reducción de las alícuotas para la cadena de granos es del 20% y la baja para la cadena de ganado y carnes alcanza el 26%”. El anuncio del presidente Milei en la 136° Exposición Rural despertó aplausos, aunque no tantos como cuando afirmó: “Estas reducciones son permanentes y no tendrán vuelta atrás mientras que yo esté en el gobierno”.
El acto de inauguración de la tradicional feria del campo en Palermo estuvo rodeado por la incertidumbre sobre quiénes asistirían. Alrededor de las 10 fueron llegando distintos funcionarios del gabinete. Guillermo Francos, Sandra Pettovello y Patricia Bullrich acapararon las miradas. Esta última fue la única que despertó ovaciones, tanto en su arribo como en el momento en el que fue nombrada en el discurso. La ausente de la jornada fue Victoria Villarruel, quien había anunciado su presencia. Sin embargo, la expectativa de periodistas y curiosos se fue diluyendo, y lo que parecía un episodio de reconciliación terminó con las ya características incertezas que rodean el vínculo entre el mandatario y su vice.
A diferencia del resto, Milei llegó por la avenida Sarmiento, subido a la parte trasera de una camioneta, junto a la secretaria general de la presidencia Karina Milei y el ministro de Economía Luis Caputo. Su llamativa entrada culminó dando una vuelta a la pista central y saludando al público en la tribuna. El acto se desarrolló bajo fuertes restricciones para los asistentes a la Exposición y algunos periodistas. Toda la pista estaba rodeada por vallas y un gran operativo se desplegaba en la zona. Una gran parte de los visitantes, mucha gente ligada al campo, se agrupó en los alrededores para poder al menos escuchar al jefe de Estado y reaccionar a los discursos.

Primero fue el turno de Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA). “Cuando elaboramos este discurso, debatimos si teníamos que hablar en tono pesimista u optimista. Terminamos decidiendo que debíamos ser realistas”, dijo. Luego citó la encíclica “Hermanos Todos”, del Papa Francisco, e hizo hincapié en la frase “Nadie se salva solo”, lo que generó algunas miradas entre los espectadores a los que la frase les remitía a otro espectro político. “Recordamos su palabra con emoción y con el compromiso colectivo de preservar el trabajo responsable del campo”, señaló. La SRA, añadió, quiere “seguir manteniendo un diálogo productivo con el gobierno”, aunque aclaró que “el campo no es un aliado partidario, sino un aliado argentino”.
Después expuso las condiciones bajo las que, según él, podrían producir “el doble de lo que producimos”. Pidió la eliminación total de las retenciones y continuar reduciendo la carga impositiva, algo que suscitó una fuerte ovación y comentarios como “exactamente, es así” y “es un robo a mano armada” entre el público. También apoyó la reforma laboral para eliminar “la industria del juicio”, pidió créditos a largo plazo para productores y exigió un marco legal que facilite la inversión de capitales extranjeros en el campo. También se enfocó en la crecida de delitos rurales y solicitó la creación de fiscalías especializadas en estos ilícitos.
En una confrontación un poco más directa, pidió que no se cierre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). “Debe seguir existiendo y dedicarse a la investigación, al desarrollo al servicio de los productores, seguir trabajando en el campo de la biotecnología y continuar desarrollando nuestras herramientas”, expresó. También recalcó la necesidad de mejorar al SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria): “Hay que reorganizarlo, eliminar la ineptitud, la burocracia obstructiva y la influencia clientelista de origen político y gremial, y dotarlo de un nivel técnico de excelencia. En un país exportador no podemos no tener un SENASA del mejor nivel internacional”.

El momento más álgido del discurso, sin embargo, no tuvo que ver estrictamente con el campo. “Apoyamos la independencia de cada uno de los tres poderes del Estado en el marco de la Constitución”, remarcó Pino y para rematar dio como ejemplo “la actuación independiente de la justicia manifestada recientemente en el cumplimiento efectivo de la condena de una expresidente de la Nación”. La mención sin nombre a Cristina Fernández de Kirchner desató los aplausos del público casi inmediatamente.
También hubo espacio para un pequeño furcio del dirigente rural, cuando dijo: “No queremos dudar de que el gobierno cumplirá con las retenciones cero más tarde que temprano… no al revés, más temprano que tarde”. Mientras en el público soltaban un filoso “se le escapó”, Pino sonrió y estrechó su mano con Milei, al que minutos más tarde le cedió la palabra. Antes de que arranque a hablar, se oyó un “¡Gracias por bajar la inflación, Presidente!”. Este le devolvió el agradecimiento, pero también aclaró: “Todavía falta, vas a ver cuando a mitad del año que viene la llevemos a cero».
“Las nefastas y siniestras retenciones fueron el resultado de un plan deliberado de la política para exprimir al sector más pujante del país y terminar de faenar la vaca lechera”, soltó Milei. Una vez explicitadas todas las bajas porcentuales, destacó que todo esto es posible “únicamente gracias al superávit fiscal, al cual cuidamos como agua en el desierto ante los embates sistemáticos de la casta política”. Y embistió contra la oposición, a la que calificó en múltiples ocasiones como “parásitos sociales”: “¿Acaso creían que la motosierra era un chiste? Sin ir muy lejos, recientemente ‘el partido del Estado’ propuso en el Congreso de la Nación un conjunto de leyes que intentan llevar a nuestro país a la bancarrota. Hacer efectivas todas estas medidas representa un aumento de 80% de toda nuestra deuda actual. ¡Miren qué gracioso cuando se hacen los generosos con el bolsillo ajeno!”.

Este tono más burlesco continuó por los siguientes minutos, con constantes pausas repentinas para ganarse el aplauso general. “Semejantes burradas económicas sólo pueden explicarse cuando notamos que Argentina performa (sic) mal constantemente en exámenes de matemática y aparentemente la casta y sus amigos no son ajenos a este fenómeno”, resaltó y, para la risa del entusiasta público presente, remató: “En criollo, no saben ni sumar con un ábaco”. “Los liberales tenemos claro el rol del campo –agregó–, el resto, no. Hoy, más que nunca, sigue vigente el adagio de Sarmiento, civilización o barbarie”.
Al igual que Pino, también se refirió a Cristina sin nombrarla: “Recordemos la fijación que tenía la doblemente condenada y ahora presidiaria con llamarle ‘yuyo’ al producto que había financiado toda su aventura colectivista”. También aseguró que él sabe que el campo “es el sector que más invierte y más innova en todo el país”, y para finalizar, remitiéndose a Juan Bautista Alberdi, manifestó: “La patria es la libertad, el orden, la riqueza y la civilización organizados en suelo nativo. De esta manera estamos convencidos de que bajar la inflación, la pobreza los impuestos y la inseguridad es hacer patria, comerciar es hacer patria, revalorizar nuestros medios es hacer patria”, y, refiriéndose a la frase escrita en la tribuna donde estaba dando el discurso, “cultivar el suelo es hacer patria”.
Después de su discurso, con ovación final, el presidente se quedó hasta la finalización del acto, incluso subiendo a algunos tractores que se encontraban en la pista para el desfile. Se fue con una gran complicidad con el sector agropecuario y los visitantes de la exposición, aunque profundizando su enfrentamiento con la oposición tanto fuera como dentro de su gobierno.