Por Constanza Acerbo
Fotografía: TELAM

Inundaciones, efecto invernadero, veranos más largos e inviernos más cortos. Pese a que el Gobierno de Milei lo niega, el cambio climático avanza y amenaza a toda la población.

Inundación en la ciudad de La Plata en 2023. Archivo TELAM

El fenómeno de El Niño llegó y alertas amarilla, naranja y roja fueron las que predominaron durante marzo, en el que en un solo día de lluvia cayeron más milímetros de agua de lo que suele llover en todo el mes. Estas condiciones, además, hicieron que el otoño se retrasara más de lo habitual. Pero, ¿qué tienen que ver El Niño y el otoño? Al respecto, ANCCOM dialogó con Melanie Ayelén Alfonso, militante de la organización Consciente Colectivo y estudiante de Relaciones Internacionales en la UNSAM.

Alfonso afirma que el fenómeno de El Niño y el otoño tardío tienen una estrecha relación. Por un lado, aquel genera un aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial y cambios en la atmósfera y en el clima a nivel global. Aproximadamente, ocurre cada dos a siete años y los episodios suelen durar de nueve a doce meses. “El Niño influye fuertemente en las condiciones del otoño debido a que el cambio climático intensifica este fenómeno. ¿Qué va a pasar? Lluvias, muchas lluvias. Tres de los diez otoños de los que se tiene registro desde los años sesenta fueron los más lluviosos y fueron bajo El Niño”, explica.

“El fenómeno de El Niño suele estar asociado a temperaturas mínimas más altas y máximas más bajas por un menor enfriamiento por la noche y mayor nubosidad durante el día. Además, al aumento de la temperatura media y la reducción considerable de ocasionales heladas, especialmente en la zona centro y norte del país, ya que la nubosidad por las noches conlleva a que la radiación solar acumulada en la Tierra se refleje en las nubes produciendo un esporádico efecto invernadero”, agrega.

Dado el cambio climático que se vive a nivel global, las estaciones van a durar cada vez menos. Alonso sostiene que un dato no menor es que todas las mediciones con las que se trabajan estos fenómenos son del pasado, tiempo en el que no existía un planeta tan caliente como ahora. “Estamos trabajando con un factor de incertidumbre extra que se genera año a año. Según un estudio de 2021, mientras más se intensifica el calentamiento global, las cuatro estaciones del año ya no son equivalentes en duración. Otro señala que entre 1952 y 2011 en el hemisferio norte el verano aumentó de 78 días a 95 días y el invierno redujo su duración de 76 a 73 días”, detalla.

El fenómeno de El Niño no se puede evitar debido a que es algo que sucede naturalmente. Pero, ¿y el cambio climático? Alfonso subraya que “no podemos pelear contra él porque ya sus consecuencias y efectos nos sobrepasan. Sí el Estado, a través de la ciencia, debe implementar políticas de mitigación, para reducir la emisión de gases de efecto invernadero -que son los que calientan la atmósfera- en las distintas actividades productivas del país y producir recursos como paneles solares para bajar las emisiones. Además, se necesitan políticas de adaptación para prever cómo amoldarse a ciertos fenómenos que sabemos que van a ocurrir sí o sí, como generar infraestructuras para las inundaciones o más espacios verdes”.

En un contexto donde el CONICET y la ciencia argentina están en riesgo de desguace y vaciamiento, el desafío es mucho mayor. “Luchar contra el cambio climático no es trabajo de una sola disciplina. Sin la ciencia nacional en territorio, sin una ciencia que tenga intereses propios, no se pueden crear políticas públicas para tratar los efectos que el cambio climático trae en las distintas partes del país”, remarca Alfonso y concluye: “La coyuntura internacional nos condiciona política y económicamente a cumplir con políticas de mitigación y adaptación porque, por ejemplo, tenemos que seguir cumpliendo con el Acuerdo de París. Incluso nuestra propia Constitución nos obliga a cuidar los bienes comunes. El mismo cambio climático no te va a permitir seguir adelante con ciertos modelos de mercado y política que no son sustentables”.