Por Brisa Natalí Cortez

El Servicio Meteorológico Nacional fue uno de los primeros organismos en ejecutar los despidos de este miércoles, donde 7.000 empleados estatales quedaron cesanteados. Hasta el momento, 43 personas perdieron su trabajo.

El miércoles 27 a las 10 de la mañana, comenzaron los despidos en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Desde la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) se dispusieron a acompañar a las personas que eran citadas en las oficinas de los directores para ser notificados de su despido. La situación fue descrita como triste e inquietante porque la noticia era comunicada por supervisores de otras áreas que nunca habían tenido a cargo a dicho empleado. En palabras de Ana Saralegui, delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), lo que se está viviendo en el SMN es una película de terror y que jamás pensó estar viviendo una situación así. “Desde el lunes –dijo angustiada-, sabíamos que estaban las listas y se las estábamos pidiendo al director. Pero como acata órdenes del Ministerio de Defensa no nos la quería dar y nos hizo sufrir estos días”.

En el ruidazo que tuvo lugar ayer en el SMN, se podían observar las lágrimas de los trabajadores despedidos junto a las de sus compañeros. Al canto de “acá no sobra nadie”, expresaron su repudio a los despidos. También pedían que el director, Alejandro de la Torre, salga a explicarles qué es lo que realmente estaba sucediendo. Recordemos que son 670 los contratos que finalizan este 31 de marzo y que no saben si serán renovados. Según ATE, se esperaban 54 despidos y 19 retiros voluntarios pero a día de hoy son 43 los trabajadores notificados.

Daniel Cuarón, hace casi diez años trabaja en el SMN como técnico y en diálogo con ANCCOM contó que lo que se estaba viviendo era una situación desastrosa: después de la pandemia tuvo un infarto, es diabético e hipertenso y estar como desempleado después de tantos años de trabajo lo deja en una situación dificilísima para mantener a su familia: “El problema no sería yo. Acá hay algo que quiero transmitir, porque la gente no lo ve. Acá lo que estamos viendo es la punta del iceberg. Esta gente vino por todo. Es un lobo con piel de cordero”, dijo Cuarón. Y continuó: “Acá tenemos barcos chilenos navegando el pasaje Drake, que era nuestro. Si alguien no sabe qué es, es lo que está entre Tierra del Fuego y Antártida. Nos van a quitar la Antártida. Esto es solo sacar una pieza del rompecabezas para debilitar el SMN, porque la Antártida depende del SMN y de la Fuerza Aérea. Y lo que está tratando de hacer esta gente, dirigida por estadounidenses y el Grupo de los 20, es hacer un Medio Oriente en el cono sur. Se van a quedar con el litio, con las vías navegables, con los acuíferos”. Mostró su indignación porque “las personas dejan que todo llegue a última instancia”, haciendo referencia a que toda esta situación se pudo evitar y llamó a reflexionar sobre cómo el presidente Javier Milei insulta y le falta el respeto a la investidura presidencial. Según sus palabras: “No conoce lo que es la bandera. Yo fui militar, supe jurar la bandera y la voy a saber defender, pero lamentablemente llega al poder esta clase de gente y lamentablemente parece que no se puede hacer nada”, sostuvo Cuarón. Por último, en un mensaje dirigido al presidente, expresó su deseo de tener una reunión cara a cara para discutir diversos temas y escuchar las posibles objeciones. Manifestó que parece haber pocas oportunidades para enfrentarlo y se mostró dispuesto a hacerlo, sin importar quién lo acompañe. Transmitió su intención de hablar con sinceridad sobre la situación actual, esperando que el presidente entienda su gravedad.

Bruno Nicolosi, otro empleado despedido, que se encontraba trabajando allí desde el 2022 como Secretario de la Dirección Nacional de Prácticas y Servicios para la Sociedad así también como asistente de proyectos, contó cómo ve la situación: “La verdad que la destrucción de este organismo como tantos otros, la desmantelación del Estado -que sirve directamente a la sociedad en todos sus estadios- es terrible. Es aberrante este disfraz de ñoquis o de gente que sobra cuando acá todos hemos estudiado muchísimo y trabajamos día a día para asumir esta responsabilidad”.

Todos concuerdan en que es una situación durísima, que estas medidas por parte del Estado no se las esperaban y que detrás de cada empleado despedido, se encuentran una familia destrozada y un derecho de la sociedad que se ve vapuleado.

Desde ATE se habló de llamar a un paro nacional para después de Semana Santa, casi con seguridad el próximo 5 de abril.