Por Karol Reyes
Fotografía: TELAM

En medio del paro por 24 horas que convocó La Fraternidad, el Gobierno les ofreció un 12 por ciento de recomposición salarial, muy lejos del 50 que piden los maquinistas.

«Nos hemos opuesto a la política de este Gobierno, sabiendo que nuestro accionar probablemente perjudicará a muchos. Pero, ¿cuál es la alternativa? ¿Cómo podemos hacer entender al Gobierno nuestra situación si no podemos operar más trenes para aumentar la producción?», se preguntó ayer el secretario general de La Fraternidad, Omar Maturano, en una rueda de prensa realizada al mediodía en la sede del sindicato.

En la conferencia, Maturano confirmó que el paro continuaría hasta la medianoche debido al “fracaso” de las negociaciones salariales con el Ejecutivo nacional. «Hoy (por ayer) fuimos a una reunión, demostrando la buena voluntad del sindicato de conciliar, y nos propusieron el 12 por ciento de lo que habíamos solicitado. Nos volvieron a faltar el respeto, como se lo faltaron a la CGT», expresó el jefe de los maquinistas, quien agregó que están a la espera de una nueva propuesta en una reunión convocada para el martes 27 de febrero.

Según el dirigente ferroviario, la ausencia de conciliación obligatoria representa un obstáculo para la resolución del conflicto. “Nos explicaron que es la nueva política de este Gobierno, no aplicar la conciliación obligatoria”, señaló. Lo cierto es que, tal como están las cosas, las negociaciones entre el Gobierno y el sindicato están en un punto muerto, lo cual aumenta la posibilidad de que la situación se agrave en los próximos días.

La falta de respuesta oficial ha exacerbado aún más la tensión y deja a trabajadores y usuarios en una situación de incertidumbre. «No quieren cuidar la paz social, no quieren cuidar a los pasajeros, y el responsable es el Gobierno nacional, no es el trabajador, que está reclamando un pedido básico no de aumento salarial, sino de que le repongan el salario debido a la inflación», agregó Maturano.

Mientras tanto, un millón de personas resultaron afectadas por el paro. La mayoría, ante la falta de trenes, debieron afrontar largas colas y más tiempo para tomar el colectivo como alternativa de transporte. En Plaza Constitución, para subir a un colectivo, hubo gente que tuvo que esperar más de una hora. La espera, sumada, en algunos casos, a la necesidad de pagar múltiples boletos para asegurar el traslado, puso a prueba la paciencia de los pasajeros.

“Hace una hora que estoy esperando el colectivo. Encima tengo que tomar otro más para llegar a casa. Estaré llegando a Berazategui seguramente en tres horas. Diariamente tomo el tren porque me ahorro tiempo y dinero”, expresó Luciano Arriola, uno de los trabajadores afectados por el paro de trenes.

A unos metros, en medio de la vorágine de una jornada agitada en la parada de colectivos, Angelina Acevedo, una auxiliar de enfermería, contó: «No alcancé a almorzar porque tuve que salir corriendo a tomar el colectivo, salí dos horas antes de casa y aun así no llegué a tiempo». Y añadió: “Tengo dos trabajos para llegar con lo justo del mes, porque no me alcanza un solo salario. Mido las compras del mercado, ya no nos damos gustos como antes. Todo sube: el alquiler, el transporte, los servicios. Pero el salario no sube”.

La espera por una resolución del conflicto salarial de los maquinistas se mantiene. La oferta del Gobierno de un 12 por ciento de aumento quedó 40 puntos por debajo del reclamo de La Fraternidad. “Hay que esperar al martes, a ver si cambia la propuesta –anticipó Maturano–. Si hay nuevos valores podremos acordar, y si no hay, vamos a tomar nuevas medidas”.