Por Juan Ignacio Simoni
Fotografía: ANCCOM

El mega decreto de necesidad y urgencia presentado por el Poder Ejecutivo abre la posibilidad de cobrar los haberes sin la intermediación de instituciones bancarias por medio de una cuenta virtual única (CVU). Al igual que otros cambios, este parece hecho a medida de Mercado Pago, que amenaza con convertirse en un nuevo monopolio. settings.

Entre el paquete de medidas que contiene el DNU 70/2023 denominado “Bases para la reconstrucción de la economía argentina”, se encuentra un viejo pedido de las empresas de tecnología financiera, o Fintech,: el pago de sueldo por medio billeteras virtuales. La que se visualiza como principal beneficiaria es Mercado Pago, propiedad del empresario Marcos Galperín, quien apoya explícitamente al gobierno de Javier Milei y opina en sus redes sociales cosas como: “Peronia es el único país de América Latina donde podías pagar sueldos en bancos y en efectivo pero estaba prohibido pagarlos en billeteras digitales, que te pagan un interés diario (~100% anual) vs las cajas de ahorro que te pagan 0%… ¡Viva Perón!”

Lo que dice puntualmente la modificación del artículo 124 de la Ley de Contratos de Trabajo es que: “Las remuneraciones en dinero debidas al trabajador deberán pagarse, bajo pena de nulidad, en efectivo, cheque a la orden del trabajador para ser cobrado personalmente por éste o quien él indique o mediante la acreditación en cuenta abierta a su nombre en entidad bancaria, en institución de ahorro oficial o en otras categorías de entidades que la autoridad de aplicación del sistema de pagos considere aptas, seguras, interoperables y competitivas”.

Durante la gestión de Alberto Fernández, en la resolución 179/2020 del exMinisterio de Trabajo, Empleo y Seguridad, a cargo de Claudio Moroni, se reglamentó que los empleadores no podían efectuar el pago de las remuneraciones mediante la utilización de dispositivos electrónicos aún con aceptación explícita y fehaciente por parte del trabajador. Desde entonces, las cuentas virtuales modificaron sus regulaciones y se expandieron con fuerza: en la Argentina están habilitadas 40 millones de cuentas virtuales únicas mientras que las del mundo bancario se calculan en 120 millones. Así las cosas, por cada cuatro cuentas bancarias existe una cuenta virtual radicada en una fintech.

La medida parece diseñada a favor de la empresa de Marcos Galperín. Cabe recordar que Mercado Pago creció al calor de la fortuna familiar, la cuál le dio financiamiento hasta que logró generar suficientes ingresos. A este recurso familiar se sumaron distintos apoyos del Estado como la Ley de Promoción de la Industria del Software de 2004 o la de Economía del Conocimiento de 2019. Ambas le sirvieron a la empresa para reducir sus aportes fiscales pese a que muchos discuten si su negocio es realmente la producción de software o es más bien financiero. Todo esto no impidió que Galperín se fuera a vivir a Uruguay en 2020, “un país civilizado” y con “tránsito civilizado”, como argumentó en sus tuits por entonces con el fin no tan oculto de dejar de pagar impuestos en la Argentina.

La creación destructiva

Martin Burgos compilador del libro “República Mercado Libre” sobre uno de los unicornios más grande de la Argentina y los riesgos de la economía de plataformas, comenta que hay cosas “super interesantes” en lo que refiere a las fintech, que le ayudan la vida a muchas personas y comercios, por lo que hay que tener siempre en la balanza las cosas buenas y malas que traen las novedades tecnológicas. Con respecto al decreto de necesidad y urgencia aclara que la billetera de Mercado Pago “está quedándose con una gran porción del mercado, que ganó en buena ley, pero la dinámica hace que se convierta en una posición de monopolio en la cual efectivamente puede empezar a cobrarle a los comercios lo que quiere ya que dependen muchísimo de sus servicios”.

El licenciado en economía por la Universidad de Buenos Aires y Master en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París explica que es un gran tema en teoría económica lo que se llama “la creación destructiva”: por un lado hay una ruptura porque traer una tecnología nueva destruye un esquema monopólico ya existente como los bancos tradicionales; pero por otro lado, se generan nuevos monopolios dado que la dinámica produce un momento de comercio más libre, donde consumidores y usuarios de la tecnología se benefician, aunque a largo plazo hay nuevas posiciones de dominio. El ejemplo más cercano es el de Amazon, empresa demandada en los EE.UU. por prácticas monopólicas ya que su posición dominante le permite debilitar a sus competidores con todo tipo de medidas.

En un estudio de la consultora Isonomía para Mercado Pago basado en la relación de las y los argentinos con el dinero, se investiga donde desean cobrar el sueldo quienes trabajan y el 25% de los encuestados respondió que prefiere una billetera virtual antes que un banco.

Burgos respecto a qué significa para Mercado Pago que se puedan depositar sueldos en la plataforma, responde “que todos los bancos se disputan por tener los salarios, dado que es una gran entrada de dinero y a partir de ahí pueden ofrecerles sus productos, y los trabajadores quedan medio presos de estos a partir de la cuenta sueldo”. 

Por último, ANCCOM consultó al jefe de gabinete de asesores de la Secretaría de Política Económica entre 2019 y 2021 sobre la posibilidad de sindicalización de los empleados de la empresa de Marcos Galperín, dado que durante la gestión de Mauricio Macri logró la ratificación de un convenio colectivo laboral que somete a sus trabajadores a un régimen muy precarizado, y donde lo que importa es justamente el convenio de quien rige: Hay una disputa entre Camioneros (por el centro de distribución y logística ubicado en el Mercado Central de Buenos Aires) y Bancarios (por la plataforma Mercado Pago) lo cual independiente del encuadre elevaría exponencialmente los niveles salariales.

Esta propuesta del DNU, así como otras, parece diseñada a favor de un grupo de poder coincidente con una mirada libertaria que busca hacer del mercado el único regulador, es decir, una ley del más fuerte en la que los más grandes se comen a los chicos generando una tendencia al monopolio. Incluso clásicos liberales como Adam Smith veían como un elemento básico del capitalismo a la competencia.