Por Joaquín Uturbey
Fotografía: Clara Pérez Colman

Los trabajadores de La Nueva Avan, la fábrica de autopartes recuperada por sus trabajadores, no se amilanan por los anuncios de Milei. «Pasamos el gobierno de Macri y la pandemia con perseverancia», dicen.

Maximiliano Ponce de León, socio de la cooperativa.

La Nueva Avan es una empresa nacional autopartista con una característica distintiva: fue recuperada por sus propios trabajadores en momentos de crisis. Es productora de barras, rótulas y extremos de dirección para los trenes delanteros de los vehículos, y se encuentra ubicada en la localidad de Villa Rosa, zona norte de la provincia de Buenos Aires. Comercializa sus productos con importantes marcas de la industria automotriz como Ford, Peugeot, Chevrolet, Toyota, entre otras, y hacia diferentes provincias a lo largo y ancho del país.

Corría 2009 cuando los empleados de la planta comenzaron a notar maniobras de vaciamiento en la empresa por parte de los anteriores propietarios. Jorge Cabello, antiguo trabajador autopartista de Avan, hoy presidente de la cooperativa, comenta: “Ingresaba la materia prima, producíamos y cumplíamos con las entregas, pero a nosotros no nos pagaban, no nos hacían los aportes jubilatorios, nos debían aguinaldo, vacaciones y casi todos los días venían los proveedores a reclamar porque nadie les había pagado. Se notaba que se estaba vaciando la fábrica”.

Jorge Cabello, presidente de la cooperativa.

Ante el repentino aviso del cierre de la planta, el personal decidió tomar el lugar para emprender un periodo de ocho meses de lucha y defender así sus puestos de trabajo. El pedido de desalojo por parte de los propietarios implicó que los trabajadores se vieran imposibilitados a moverse del predio. Inmediatamente se realizaron colectas impulsadas por el municipio de Pilar para juntar alimentos y abastecer a los empleados. Esta comida era racionada por los propios trabajadores y reenviada a sus casas para proveer a sus familias, que se encontraban privadas de su principal fuente de ingresos debido a las faltas de pago.

En el transcurso de esos ocho meses de tensión y negociación, se trató de recuperar la empresa mediante un proyecto enviado al Congreso, que en última instancia fracasó por la negativa del entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. Agotadas las instancias legislativas las partes lograron llegar a un acuerdo. “Finalmente los abogados de los propietarios del predio y los trabajadores acordaron que los dueños se hicieran cargo de los gastos de mudanza de la maquinaria hacia la nueva locación de la fábrica, y también lograron negociar una suma de dinero extra para que la empresa pudiera comenzar a producir”, explica Maximiliano Ponce de León, socio de la cooperativa.

Ya en manos de los trabajadores, se decidió formar una cooperativa para administrar la fábrica. Actualmente cuenta con treinta socios, de los cuales ocho pertenecen a aquella camada que decidió dar la lucha necesaria para recuperar la empresa. Desde entonces, La Nueva Avan no para de crecer. Con el correr de los años han logrado incorporar maquinaria de última generación que le permite a la fábrica generar más puestos de trabajo, cumplir con la demanda de los clientes y mejorar la calidad del producto para mantenerse competitivos en el mercado.

“La idea es que la fábrica sea no solamente un lugar de trabajo, sino también un lugar socialmente comprometido con el progreso. Nosotros teníamos un socio que se nos fue hace poco, era un chico que venía de Venezuela, que no tenía conocimientos de nada relacionado al rubro, pero en un año aprendió a manejar torno, se especializó en programar y hoy está trabajando en una fábrica del parque industrial en donde tiene un sueldo acorde a sus capacidades. Eso para nosotros es un logro y un orgullo. Era un chico que potencialmente no tenía salida laboral, y al día de hoy logró una especialidad en tornería, que es una formación que se está perdiendo y nosotros buscamos fomentar”, agrega Maximiliano.

Durante los primeros cuatro años la cooperativa se orientó en la reorganización de la fábrica y en volver a generar confianza entre los clientes que dudarán respecto a la calidad de los productos. Hoy, gracias al esfuerzo y empeño que le ponen cada uno de sus integrantes, La Nueva Avan se posiciona como una empresa con gran potencial y comprometida en recuperar sectores del mercado que se perdieron durante la transición.

Actualmente se dedica a vender a casas de repuesto, pero con la ayuda del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) la cooperativa busca ordenar la producción y cumplir las normas y requisitos necesarios para volver a colocar sus productos en las líneas de producción de importantes marcas como Fiat, Volkswagen, etc. La estrategia se está desarrollando a través de un proyecto basado en un programa para fortalecer cooperativas a través de capacitaciones sobre gestión, administración y documentación de la producción.

Considerando la importancia que tuvo y tiene la presencia de los diferentes organismos e instituciones estatales en estos casos, los socios de la cooperativa opinan sobre qué expectativas tienen sobre la gestión del nuevo gobierno encabezado por Javier Milei. “A mí me tocó ser presidente durante la gestión de Mauricio Macri y la piloteamos. Después ya con Fernández nos tocó transitar la pandemia y también pudimos sortear los diferentes obstáculos. Yo creo que esa perseverancia, esa voluntad de salir adelante, de trabajar y de no bajar los brazos nos encuentra hoy como fábrica comprando otra máquina para aumentar la producción”, dice Cabello.

“Es muy reciente todo, hay algunas cuestiones que nos alarman, como la del dólar, porque los precios están dolarizados, y entendemos que algunas políticas de las que se está hablando nos pueden perjudicar bastante, pero yo creo que lo peor es la incertidumbre. Hay que esperar una semana o dos y ver cómo va evolucionando todo esto y sobre la marcha decidiremos qué camino vamos a tomar”, agrega.

 

“No somos pesimistas. Creemos que poniendo el lomo se puede salir adelante. Es obvio que si mañana liberan la economía no vamos a poder competir contra los repuestos chinos de buena calidad. Hoy en día circula en el mercado interno el ‘chino malo’ y la gente ya sabe que esos repuestos duran poco tiempo. Nosotros hemos logrado generar mucha confianza porque hacemos productos de calidad, y eso funciona como una especie de garantía en algo tan delicado como es el tren delantero de un vehículo”, dice, por su parte, Ponce de León.

“Nosotros a cada socio nuevo que entra a trabajar acá le explicamos que en La Nueva Avan cuidamos la vida de las familias. Si nuestras rótulas se rompen en velocidad, se puede matar una familia entera, entonces nuestras normas de calidad son muy rigurosas. La gente sabe que compra calidad y nos elige por su seguridad. Entonces frente a un repuesto malo nos vamos a superponer y la vamos a sacar adelante como sea, pero si se libera la economía a lo loco y entran otros competidores se puede complicar”,  reconoce.