Por Tais Grimberg
Fotografía: Martina Espinosa

Más de tres mil militantes de derechos humanos se congregaron en la exESMA en la séptima edición del Encuentro Federal de Derechos Humanos.

 

El Espacio Memoria y Derechos Humanos exESMA fue sede de la séptima edición del Encuentro Federal de Derechos Humanos bajo la consigna “Sin memoria, verdad y justicia no hay libertad”. El encuentro transcurrió el sábado 7 de octubre y comprendió 14 comisiones de trabajo simultáneas de variadas temáticas que se reunieron en diferentes edificios del Espacio.

Un día soleado y cálido recibió a este séptimo encuentro a las 9 de la mañana. Los concurrentes más puntuales comenzaron a entrar al predio y a hablar con los organizadores, quienes les indicaron en mapas, tanto de papel como en QR, a dónde debían dirigirse para encontrar la comisión deseada. Violencia Institucional; Trabajo y Derechos Humanos; Derechos de Pueblos Originarios; Espacios y Archivos de Memoria; Juicios de Lesa Humanidad y Derechos Humanos de las Personas Mayores son solo algunas de las temáticas desarrolladas, siendo la última una nueva adición en este encuentro.

Luego del momento de las acreditaciones se dio inicio al trabajo en las diferentes comisiones. El espacio Casa por la Identidad, recuperado por la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, fue donde tuvo lugar la comisión Espacios y Archivos de Memoria. Bajo la consigna “Los Espacios y Archivos como transmisores de memoria”. La comisión reunió a seis exponentes de diferentes organizaciones e instituciones cuyo objetivo es mantener vigente la memoria de las violaciones a los derechos humanos sucedidas durante la última dictadura cívico-militar.

La encargada de dar inicio a esta comisión fue Andrea Copani, Directora Nacional de Gestión de Fondos Documentales del Archivo Nacional de la Memoria de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. “Algunos ataques, que si bien existieron siempre, hoy en día están más extendidos que hace algunos años”, advirtió Copani y señaló: “Como argentinos y argentinas tenemos que prestar atención al contexto y tratar de ensayar colectivamente no solo pensamientos comunes, sino también ideas y respuestas para poder contrarrestar los discursos de odio en términos generales, y al negacionismo en particular”. Y presentó al resto de los expositores de la Comisión: “Entonces estos compañeros y compañeras que invitamos hoy vienen con la idea disparador de poder pensar su propia experiencia y trayectoria, sus propios espacios, para abordar qué es lo que pasa y qué se nos presenta como desafíos en los espacios y los archivos como transmisores de memoria”.

El encuentro hizo foco en la pedagogía y el uso de sitios de memoria y archivos para enfrentar el creciente negacionismo. Ana Jemio, investigadora del CONICET y la UNTREF especialista en el genocidio de Tucumán, habló de tres proyectos que preservan la memoria en esa provincia, entre los cuales se encuentra el Proyecto Fronterita Cuenta su Historia, que reúne historias de familias que hayan vivido allí, sobre los desaparecidos y sobrevivientes del centro de detención que funcionó en esa localidad durante la última dictadura cívico-militar, profundizando la historia de ese sitio en particular. “No es cualquier conocimiento, es un conocimiento que nos permite comprender al mundo”, dijo Ana, expresando que estos proyectos “apuntan a lo próximo, lo cercano”, enfocándose en “la transformación social causada por la destrucción de la vida y la interrupción del legado” y que se piensa a la memoria como “un reservorio para la construcción de la esperanza”.

En el mismo sentido, María Laura Villa, trabajadora del Área de Comunicación y Cultura del Archivo Provincial de la Memoria de Córdoba, habló sobre el proyecto del Archivo de preservar y poner a disposición fotos de registros de militantes desaparecidos, para mostrar y cuidar las identidades.

Villa también habló sobre el proyecto de la Biblioteca de Libros Prohibidos, conformada por archivos de decretos de prohibición de materiales literarios. Este proyecto tiene como objeto transformar documentos en herramientas pedagógicas, enfoque que comparte Cristina Gómez Giusto, coordinadora del Programa Educación y Memoria del Ministerio de Educación de la Nación, que lleva a cabo cursos para docentes que se enfocan en el material de archivos como herramienta fundamental para construir un conocimiento colectivo y pone este material a disposición de los docentes. Este foco en la educación también fue compartido por Augusto de Bernardi, miembro del Colectivo Historias Desobedientes, quien expresó que la enseñanza puede “poner la información sobre la mesa” y ayudar a contrarrestar el negacionismo.

Finalmente, también se habló de lo que las políticas públicas pueden hacer por la lucha contra el negacionismo. Sol Yornet Barbieri, militante de Nietes (Córdoba) e investigadora y educadora popular, planteó la cuestión de los vínculos entre las juventudes y la democracia y expresó que “las políticas de memoria son centrales porque una gran parte de la población es joven”. En la misma línea, Mabel Careaga, miembro de Familiares y Compañeros de los 12 de Santa Cruz, habló sobre el fortalecimiento y la protección de la memoria como responsabilidad del Estado, por lo que candidatos que la pongan en cuestión “son el Astiz de la democracia”. Expresó también que el negacionismo es “la última y más perversa etapa del crimen” y que “olvidar el exterminio también forma parte del exterminio”.

Violencia institucional

Del otro lado del predio, en el Edificio Cuatro Columnas, se llevó a cabo la comisión sobre Violencia Institucional, bajo la consigna “La organización como estrategia de lucha contra la impunidad”. Familiares de víctimas de varias partes del país tomaron la palabra para hablar sobre las víctimas y lo que les sucedió, pidiendo justicia. Gran parte de ellos llevaban puestas remeras con el nombre y la foto de su familiar, y antes de comenzar a hablar los nombraban ante lo cual el resto de los participantes respondía: “Presente, ahora y siempre”.

En diálogo con ANCCOM, familiares de víctimas de violencia institucional en Santiago del Estero marcaron cómo prolifera la violencia policial en esta provincia: “Eso le da pie a la policía para que siga matando, sobre todo en los barrios más humildes”, expresó Paola Morales la madre de Silvia Maldonado,  víctima de gatillo fácil en esa provincia, en junio de 2019. Paola recordó el reciente caso de Santiago Díaz a quien lo mató a golpes la policía. “Pero ellos para poder tapar eso salieron a decir que murió por intoxicación” y que “de los golpes nadie habla”. Agregó que “lo que nosotros venimos a reclamar es apoyo, buscamos las herramientas para frenar la impunidad y que no haya más casos”. Para ellas, la cantidad de víctimas las hace sentir que “ya no estamos luchando por nuestros hijos, estamos luchando por todos”. Otra madre que se encontraba a su lado, señaló el desgaste que genera el paso del tiempo buscando justicia, aunque aseguró: “Pero igual ponemos el pecho y tenemos que seguir. Porque si nosotros no seguimos, ¿quién va a seguir?”.

El cierre del Encuentro se realizó frente del Museo Sitio de Memoria, con la participación del ministro del Interior Wado de Pedro; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; la madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto. El primero en hablar fue Pietragalla, también nieto restituido: «El gran desafío que tenemos es que la sociedad sepa que quienes citan la libertad son los que defienden a los genocidas que la hicieron añicos». A su turno, el ministro del Interior y también hijo de desaparecidos por el terrorismo de Estado habló de la necesidad de llegar a las nuevas generaciones: «Lo que nos queda es seguir manteniendo viva la llama de la memoria, explicarles a las nuevas generaciones que esto también tiene que ver con sus vidas”. Luego Taty Almeida, se esperanzó: “No van a lograr hacer desaparecer la memoria porque a pesar de los bastones y las sillas de ruedas, las locas seguimos de pie”. El cierre estuvo a cargo de Estela de Carlotto quien describió “Argentina tiene un lugar único en la historia de derechos humanos” y aseguró: “Los que estamos acá sabemos lo que es tener fe y no olvidar nunca a nuestros hijos”.