Por Guillermina Mercau
Fotografía: Prensa

Fundado hace tres años y con tres decenas de títulos publicados, el proyecto provincial incluye a escritores como Roberto Arlt y Haroldo Conti, concursos y textos escritos desde el economista Aldo Ferrer hasta internos de un taller literario del penal de Olmos. Los libros, que se distribuyen en ferias y bibliotecas, también pueden descargarse gratuitamente.

Creada en mayo de 2020 mediante un decreto del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Ediciones Bonaerenses es la primera experiencia de una editorial estatal en el distrito. Guillermo Korn, director editorial, explicó: “El rol de una editorial de estas características es visualizar algunas producciones que la provincia tiene. Existe una responsabilidad, el carácter público hace que también tenga una cosa más plural, que busque ser más representativa que lo que un catálogo de una editorial independiente o comercial busca representar”.

En una maniobra doble, rescatar autores y autoras de la provincia y llegar a cada uno de los bonaerenses, la editorial hace una apuesta a la territorialidad. En una entrevista con ANCCOM, Agustín Arzac, coordinador general, afirmó: “La provincia es muy amplia y diversa. La cuestión identitaria bonaerense tiene sus pliegues y repliegues, no pensamos en una identidad monolítica como una totalidad, sino también en esa diversidad”.

En los tres años de vida de la editorial se publicaron casi treinta títulos, que pueden encontrarse en más de 450 bibliotecas distribuidas por todo el territorio provincial. Entre sus impresiones se destacan obras de Roberto Arlt, Haroldo Conti y algunas propuestas únicas de la editorial, como el Catálogo Razonado del Museo Pettoruti o Ruta Salomone. “La propuesta inicial también tenía que ver con fortalecer vínculos de mediadores de lectura como son las bibliotecas populares de la provincia, que son muchísimas y hacen un trabajo cotidiano muy importante por el fomento de la lectura”, planteó Arzac. Además de los puntos físicos dispersos en la provincia, los libros de Ediciones Bonaerenses se pueden encontrar en su página web en formato digital para ser descargados gratuitamente.

«El carácter público hace que la editorial sea más plural”, explica Guillermo Korn.

Actualmente se está trabajando en el plan de edición 2024 que proyecta seguir con el ritmo de impresión actual, reforzar el perfil de la editorial y fortalecer algunas de las colecciones. “Queremos estar en más bibliotecas, en más ferias, acompañar a la provincia en ese crecimiento también cultural, que es una propuesta de este gobierno”, aclaró Arzac en cuanto a los objetivos a corto plazo. La idea es que «proyectos como este no puedan ser desarticulados nunca más. Es un aporte muy importante para la provincia tener una editorial, hay pocas experiencias de editoriales estatales en el país, muy pocas en Latinoamérica también. Hay que cuidarla y en ese sentido cuidarla es darle vida”.

 

Concursos

Una parte de los libros que Ediciones Bonaerenses imprime se originan en concursos de escritura. Algunos son llevados adelante por organismos fuera de la editorial, como es el caso del Concurso Haroldo Conti, para jóvenes narradores; o Buenos Aires Fantástica, que explora historias del género; o el concurso Aldo Ferrer, que busca el desarrollo económico de la provincia. En el caso de este último, uno de los títulos próximos a salir es Estudios sobre el desarrollo económico provincial, que fue trabajado en conjunto con el Ministerio de Hacienda.

El sello cuenta también con su propio concurso: el Premio Hebe Uhart de novela inédita, que pretenden llevar a cabo anualmente. En la edición 2023 se presentaron 284 obras de las cuales se eligieron dos ganadoras: A ningún lugar de Nelson Mallach, narrador y dramaturgo platense, que se llevó el primer puesto con una renumeración de 800.000 pesos, y la novela Moscú ya no existe, de Marina Berri, investigadora y docente, mereció el segundo puesto que consiste en la publicación dentro de la colección “Nuevas Narrativas” de la editorial. “Estas dos novelas están en fase de impresión y se estima que salgan antes de noviembre”, anunció Arzac. 

Catálogo

Una de las prioridades de la editorial es conformar un catálogo plural, amplio y que pueda cubrir de la mejor manera posible eso que hace al patrimonio y al acervo cultural del bonaerense. El sello combina entre sus publicaciones archivo, investigación y ficción organizadas en ocho colecciones que apuntan a lectores de todas las edades.

Territorios e Identidades, por ejemplo, rescata la riqueza de la provincia en reflexiones sobre sus singularidades y la identidad. Entre sus publicaciones se encuentra Ruta Salamone, uno de sus proyectos más interesantes, centrado en la obra de este singular arquitecto, que se gestó desde cero en la misma editorial. “Nos parecía que era muy importante porque vincula varias cuestiones que tienen que ver con la historia de la provincia”. El libro propone cuatro rutas en base a cuatro registros, que van desde lo ensayístico, lo histórico, pasando por lo ficcional y hasta la reflexión introspectiva de los autores que formaron parte del proyecto. “Queríamos que el libro le proponga al lector salir a recorrer la provincia, el lector puede hacer el viaje que quiera”.

La colección Donde Hay Una Necesidad, por su parte, que propone albergar trabajos ligados a reivindicaciones y derechos, estrenó su primer ejemplar Monólogo del tanque en mayo de este año. Este libro surge de una propuesta del taller de literatura del penal de Olmos. Carlos Ríos, coordinador del taller, explica: “En el taller empezamos una reflexión sobre el patrimonio cultural tangible, hablamos sobre qué significado tenía para una comunidad determinada tener esos monumentos”. El tanque del penal, que vigila panópticamente los pabellones, fue propuesto por los alumnos como un monumento y de ahí surgió la idea de “pedirle al tanque que cuente su visión, su percepción, su historia”. Monólogo del tanque es un relato que le otorga voz al tanque de agua del penal para que hable de lo cotidiano, de los padeceres, del sufrimiento y también de las esperanzas de la gente que se aloja en ese penal penitenciario.

Para los que participaron en el libro su impresión fue algo que los llenó de orgullo. “Ver reflejadas sus palabras, su trabajo en un libro, además con un reconocimiento institucional, fue muy importante para ellos. Hay mucha satisfacción, mucha alegría y la confianza también de que ellos pueden escribir y también pueden volcar en la palabra escrita gran parte de su pensamiento. Eso es trabajo de inclusión muy importante”, concluyó Ríos.