Por Sofía Mercau
Fotografía: Clara Pérez Colman

Soldati Conectada es una red de Internet comunitaria que busca escapar de la lógica de explotación comercial y crear un modelo donde los vecinos se apropien del uso de la tecnología.

En el libro Los desconectados, Natalia Vinelli y Mariano Suárez reúnen diversas experiencias que promueven la reflexión crítica sobre las políticas públicas para garantizar el acceso a Internet en zonas rurales y en barrios populares. Los casos presentados comparten la concepción de la conectividad entendida desde una perspectiva de integración sociourbana, como un servicio esencial que garantiza el acceso a otros derechos y por lo tanto contribuye a mejorar la calidad de vida de las comunidades.

Nicolás Petrungaro y Marina Rupar relatan la creación del proyecto Soldati Conectada, una red de Internet comunitaria de fibra óptica que provee de conexión al barrio Villa Soldati, ubicado en la Comuna 8 de la Ciudad de Buenos Aires. Soldati Conectada surgió como una respuesta a las desigualdades que la pandemia sacó a la luz. Según el censo de 2022, esta comuna es la que menor acceso a Internet tiene, con una diferencia de 10 puntos respecto a otras zonas de la capital. En el contexto del aislamiento, el acceso a Internet demostró ser clave para garantizar otros derechos como la educación.

La red se consolidó gracias al Programa para el Desarrollo de Infraestructura para Internet destinado a villas y asentamientos inscriptos en el Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (Renabap) de Enacom, aprobado en la Resolución Nº 726/20, que les permitió mejorar la infraestructura mediante el tendido de fibra óptica.

Petrungaro es quien diseñó la red Soldati Conectada, a partir de la militancia en la agrupación El Hormiguero, desde donde coordinó diversos proyectos de comunicación comunitaria como la radio FM Soldati, que actualmente funciona en el barrio mediante la participación de los vecinos. “El proyecto surge por la necesidad de tener una voz propia del barrio ante la concentración mediática y las notas periodísticas que siempre utilizan un mismo tono negativo para referirse al sur de la Ciudad. Queríamos contar que acá también pasan cosas buenas y darle voz a los vecinos”, reflexionó.

Soldati Conectada cuenta con once trabajadores, que recorren día a día los barrios Fátima y Los Pinos con el objetivo de brindar un servicio de Internet de calidad a los vecinos. Tal es Florencia Arancibia, tiene 28 años y trabaja en el proyecto como coordinadora de mantenimiento y de instalación. Adquirió el título de empalmadora de fibra óptica a partir de las capacitaciones que realizó junto a sus compañeros: “Arranqué de cero. Yo no sabía nada de Internet. Además, hay un tabú al ser mujer y dedicarmr a esto: es un trabajo muy masculinizado. Cuando empecé el curso éramos cinco o seis mujeres y yo fui la única que lo terminó. Insisto en que más mujeres se puedan integrar. Me dicen que ‘los chicos’, que ‘la casa’, pero yo quiero demostrar que es posible”.

Desde Soldati Conectada se refieren a quienes forman parte de la red como “socios” y no como clientes, buscando escapar a la lógica comercial propia de los proveedores de Internet de las grandes empresas, entendiendo el acceso al Internet como un derecho. Actualmente, el proyecto cuenta con 150 socios y múltiples puntos de encuentro donde se puede acceder a Internet como comedores, escuelas y paradas de transporte público, como las del premetro que circula por los barrios. 

“Nosotros lo que proponemos es contraponer al modelo de proveedor-cliente que es el típico que conocemos, un modelo comunitario donde la propia comunidad es la que gestiona su servicio. De esta manera, no se genera un rédito económico para una empresa en particular -afirmó Petrungaro- . El aporte que se realiza sirve para sostener y financiar la red, al mismo tiempo que ese aporte vuelve a la comunidad en forma de un servicio de calidad, como también de  talleres y formación que permiten apropiarse de  la tecnología”.

Cristian Coronel, vecino del barrio, compartió con ANCCOM cómo impactó la llegada de Soldati Conectado. Recordó los tiempos de pandemia y el alto costo del servicio de datos móviles para poder garantizar la escolaridad de su hija de 7 años. Ahora, es socio de la red y colabora como electricista con su construcción. Con el modelo comunitario se establece una relación de cercanía mediante la apropiación de la tecnología y se genera una construcción colectiva.

“Mediante lo comunitario, buscamos contraponer un modelo al oligopólico que domina en Argentina, conformado por grandes empresas proveedoras de telefonía, de televisión, de cable y de grandes multimedios y acercar el servicio a los lugares donde este modelo no llega por no considerarlo redituable, como son los barrios populares en centros urbanos o zonas rurales”, concluyó Petrungaro.