Por Oriana Estrada
Fotografía: Mario Tama/AFP/TELAM

Continúa la huelga más importante de la industria de Hollywood y ANCCOM conversó con la presidenta de la asociación de guionistas argentinos, Marcela Marcolini, sobre el conflicto actual y el trabajo precarizado en el país.

La huelga de guionistas en Hollywood comenzó en mayo y continúa con sus reclamos hasta el día de hoy. Los cerca de 11.500 trabajadores del sindicato Writers Guild of America West de Estados Unidos dejaron de trabajar obligando a pausar producciones de series, películas y programas en vivo, además de postergar la grabación de películas previstas para los próximos meses.

Las plataformas de streaming crecen desde sus inicios, hace menos de dos décadas, y aceleraron desde la pandemia. Su éxito es producto de un modelo de negocios que no solo cambió la manera de consumir contenidos audiovisuales, sino también la manera de producirlas. Las protestas expresan la disconformidad de los guionistas: horas extra no remuneradas, horarios de trabajo no establecidos, bajos salarios y la no remuneración por repeticiones de programas. Además, con el avance de la inteligencia artificial muchos guionistas temen por el futuro de su trabajo..

No es la primera vez que el sindicato de guionistas sale a las calles en protesta de mejores condiciones de trabajo. En 2007 realizaron una huelga que duró cien días y le costó a las productoras dos mil millones de dólares. Justamente uno de los puntos de ese reclamo era la protección para lo que se veía venir, es decir, la “plataformización” de la industria: ese mismo año Netflix comenzó a ofrecer la opción de streaming a los hogares.

Los guionistas plantearon sus reclamos en 2022 frente a la Alianza de Productoras de Cine y Televisión (AMPTP) con quien mantienen negociaciones para determinar los salarios y las condiciones de trabajo en los estudios. Si bien en su momento hubo un aumento, la inflación que se sumó a la precariedad laboral creciente, lo quebraron. Este año, el 98% de los integrantes del sindicato votó por la huelga. Los actores de Hollywood se sumaron al reclamo y colaboraron para visibilizar la causa que afecta a la industria audiovisual más poderosa de occidente.

Marcela Marcolini es una docente y guionista argentina. Su último trabajo es un documental llamado Inteligencia artificia, dirigido por Laura Vásquez y emitido por Canal Encuentro. En conversación con ANCCOM, la presidenta de la asociación Gui.ar explicó el conflicto en Estados Unidos y cómo trabajan los guionistas argentinos.

 

¿Cómo surge este nuevo problema entre los guionistas y las plataformas de streaming?

Surge a partir del Chat GPT, usado para crear guiones generados por una inteligencia artificial. Desde mi forma de ver, los resultados que brinda están avanzados desde lo técnico pero desde lo creativo son muy chatos. Esto se suma al reclamo de derechos laborales, derechos de autor y una actualización salarial que están pidiendo en función de la enorme ganancia que están teniendo las multiplataformas y las grandes productoras de contenidos audiovisuales.

 

Ser guionista en Argentina

 

Marcolini asegura que la situación en Estados Unidos es muy diferente a la local: “La diferencia que tenemos con Estados Unidos es que allá están sindicalizados y el sindicato puede hacer un paro total de guionistas para que los programas no tengan quien los escriba. Pero acá no. No parás un trabajo independiente porque no molestás a nadie”, agrega.

También menciona que en Argentina existe la asociación Argentores, responsables de hacer el pedido para que los derechos de autor se paguen. Se trata de un ente recaudador del derecho de autor de todas las obras escritas en las áreas de teatro, cine, televisión y diversos formatos digitales. Pero no es un sindicato. 

 

¿Qué se necesita para ser guionista?

En un principio, tenés que tener conocimiento de la escritura de un proyecto o una obra audiovisual. Ahora, audiovisuales hay de diversos formatos y hay que conocerlos para escribir un guion determinado. Por ejemplo, hay guionistas de diversos programas de televisión, como el de Tinelli, los de magazine, de juegos. Se requiere tener una parte de conocimiento técnico y una parte de trabajo creativo. También hay guionistas de cine, de ficción y documental, de videojuegos, de formatos digitales. En fin, hay guionistas detrás de cada uno de los formatos audiovisuales. Esto hay que tenerlo en cuenta. O sea, cuando se dan premios en algunos festivales que dicen “programas sin guion”, eso no es verdad: en todos los programas de televisión hay guionistas. Esos guionistas a su vez tienen distintas formas de trabajar. Es difícil, en ese sentido, sindicalizar la profesión, porque la mayor parte trabaja de manera independiente. Y hay una población muy chica que trabaja de manera mensualizada.

 

¿Se puede vivir como guionista en Argentina?

Si sos guionista independiente es bastante probable que no. Quienes mejor trabajan son aquellos que están mensualizados y con una paritaria actualizada. Ahora, como somos muy flexibles, solemos tener muchas otras formas de lograr un sustento que no sea solamente de la propia escritura. Por ejemplo, publicaciones, dando clases e incluso trabajando en otras áreas como el teatro, la radio, o tener directamente otras profesiones además de ser guionistas. En mi caso, que trabajo independiente, mayormente en cine, aunque hago cosas para televisión, sobre todo en canales culturales, me tengo que sumar mayor cantidad de proyectos y si no pasa eso, también doy clases y trabajo en un teatro.

 

¿Qué impacto tiene la plataformización de la producción audiovisual en Argentina?

Lo complejo de las plataformas es que actúan sobre vacíos legales. Vienen a Argentina, venden, se consume muchísimo pero no tributan en el país y tampoco producen. Eso trae problemas a nivel de producción y de otros espacios así como de plataformas locales. Pero bueno, por otro lado no invierten y al no aportar tampoco se puede sacar un porcentaje de lo que tributan para que vaya a la creación de nuevas producciones. Termina generando un efecto negativo para el país que aloja a esa plataforma. ¿A quién le conviene? Solo a la plataforma. Además le roba de identidad cultural al país en donde está anclada la plataforma. La mayoría del contenido que nos llega es extranjero, entonces de alguna manera la plataforma viene a generar una especie de conquista cultural y al no seguir generando proyectos logra borrar cierta identidad audiovisual. Hay que hacer mucho hincapié en que eso no se pierda.

 

¿Qué medidas se deberían tomar?

Lo que se necesita es una regulación que abarque desde el derecho autoral hasta los impuestos que esas plataformas deben pagar. De una manera que esa tributación, pase a la creación de una obra. Como hace el Instituto de Cine, que es un ente autárquico, que lo hace con cada una de las entradas de cine o cada una de las emisiones de películas por televisión. Esa es la manera más efectiva de lograr que no se caiga una producción audiovisual. Después obviamente está la efectividad de manejar esos fondos. Hoy lo principal es que no pertenece a la televisión ni al cine, entonces no se puede generar una ley para Netflix o Amazon, de hecho para ninguna plataforma.

 

¿Cuál es tu opinión frente a la inteligencia artificial? ¿Es posible que se reemplace el trabajo de los guionistas?

La inteligencia artificial como herramienta es sumamente interesante. Lo que ocurre con el guion específicamente es que la manera de funcionar de una inteligencia artificial es que le das datos y te da un resultado. Pero eso es muy primitivo en relación a un guion. A nivel técnico da una base, a nivel creativo es muy pobre. Eso no quiere decir que más adelante esto no se perfeccione. Para un trabajo audiovisual muy básico donde se requiere un guión más organizativo y poco creativo sirve. En ciertas áreas es sumamente efectivo, como en la salud o la ecología, pero para reemplazar lo artístico, lo creativo, ahí es débil. Por otro lado su uso es discutible porque puede ser que más adelante se fortalezca.