Por Giualiana Curio
Fotografía: Gentileza Prensa "Nuestra venganza es ser felices"

En el marco de la semana internacional de la lucha contra la trata de personas, se estrena Nuestra venganza es ser felices, una película que narra el horror de las víctimas de trata en primera persona.

 

Este 27 de julio se estrenó en Cine Gaumont Nuestra venganza es ser felices, un documental dirigido por Malena Villarino que busca denunciar la Trata de Personas a través del relato de una sobreviviente, Sonia Sanchez. El audiovisual se inscribe en el contexto de la semana internacional de lucha contra la Trata de Personas, del 24 al 31 de Julio. El documental indaga sobre una problemática cuyo tratamiento es poco recurrente en los medios de comunicación hegemónicos. Y lo hace desde una mirada crítica del sistema en general: es una crítica a la explotación sexual, en particular, pero también una crítica política, económica y moral sobre cómo los cuerpos de las mujeres son convertidos en objetos en diferentes ámbitos sociales.

Sonia Sanchéz tiene 58 años y nació en la provincia de Chaco. Actualmente es activista feminista y lucha contra la explotación sexual. Busca garantizar los derechos de las mujeres desde una mirada abolicionista del sistema prostituyente, motivo por el cual milita en contra del proyecto de AMMAR que entiende que la prostitución debería ser considerada un trabajo sexual y que las prostitutas tienen que ser asumidas como trabajoras. Para Sonia Sanchez: «El abolicionismo es hermandad. Las mujeres estamos hermanadas desde el abolicionismo en Argentina y vamos a luchar para que todas las mujeres, niñas, niños y compañeras trasvestis seamos libres de prostitución, de trata y de toda la violencia que padecemos».

En la avant-premier apenas comenzó la película se respiraba inquietud, a medida que avanzaba la narración de los hechos a través de la voz de Sonia, su llanto, desesperación y desconsuelo volvían cada vez más tenso el clima en la sala, por momentos era incómodo escuchar el relato del horror.

A través del documental se puede conocer la historia de Sonia, cómo fue traficada por una red de trata tras su llegada a Buenos Aires a los 16 años en busca de progreso económico. Ese deseo se derrumbó al quedar desempleada y en situación de calle. La joven debió refugiarse en Plaza Miserere y paradójicamente su primer contacto con la prostitución, sin saber ella de qué se trataba, fue a través de una mujer que le brindó monedas para bañarse en un baño público. Luego sería trasladada a Río Gallegos, Santa Cruz, para ser explotada sexualmente.

Una vez finalizado el film Sonia no dudó en volver a alzar bien fuerte su voz para hablar del motor propulsor del audiovisual: «Esta película empezó desde la desobediencia, hartas las mujeres de estar siendo vendidas, traficadas, prostituidas, precarizadas, desde ese lugar nació Nuestra venganza es ser felices».

Por su parte, Malena Villarino aseguró: «Sabemos que no es una película fácil, pero la consideramos necesaria (…) yo lo tenía decidido, no quería hacer un típico documental de la víctima sentada y mostrar su vulnerabilidad. Quería hacer algo desde lo poético, con Sonia fuimos más allá. Soy chelista. Yo tocaba y Sonia bailaba detrás de la luz. Y esa sombra retratamos»

 

 Uno de los giros interesantes que tiene la película es el que aborda la cuestión del medio ambiente mediante una fuerte crítica al daño que hace el sistema capitalista. La pieza plantea un paralelismo entre la explotación del cuerpo de la mujer y la explotación de la tierra, el agua y los recursos naturales. Se plantea cómo ambos son violados por el hombre. La premisa que atraviesa a la protagonista y todo el documental es la de conseguir la verdadera libertad frente al sistema opresor: «Yo no quiero ser joven, yo solo quiero ser libre (…) ser una mujer libre es ser autogestiva y no tener miedo», sostuvo Sonia.

Como metáfora del momento de construcción de su nueva identidad, una escena de la película la muestra a Sonia en un bote, navegando hacia el sol en el inmenso río de la Plata. Ya no es la joven de 16 años que llegó a Buenos Aires buscando progresar. Tampoco aquella prostituta. Navegar en ese río es mantenerse a flote a pesar de la adversidad. Su venganza es ser feliz.

La película será proyectada a las 20:15 hs todos los días hasta el 2 de agosto en el cine Gaumont, Avenida Rivadavia 1635. El domingo 30 se dará una proyección especial con debate dentro del cine por ser el día internacional en contra de la Trata de Personas.