Por Oriana Estrada
Fotografía: Milagros Gonzalez

Con 2500 inscriptos Lucrecia Martel presentó una clase magistral en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. El evento fue organizado por la primera edición del festival de cine de la UBA, Universidad que le otorgó el Doctor Honoris Causa.

La directora de cine Lucrecia Martel, flamante Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, dio una clase magistral en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo que contó con más de 2500 inscriptos. Presentada por Mayra Bottero, diseñadora y profesora de Diseño de Imagen y Sonido, la aclamada directora salteña dio inicio al segundo seminario sobre Cine y Democracia de la primera edición del Festival Internacional de Cine de la UBA. El Aula Magna, ubicada en el subsuelo de la facultad, superó en participantes su capacidad para 650 personas, quienes ubicadas hasta en las escaleras esperaron con entusiasmo a Martel. Quienes no llegaron a entrar pudieron escucharla a través de una pantalla que transmitía en directo desde el patio central de la facultad.

El primer seminario organizado por la FIC.UBA fue protagonizado por el cineasta español Alex de la Iglesia, quien desde España fue entrevistado por Martin Garabal, actor y conductor argentino. En esta ocasión, Martel preparó una clase dictada únicamente por ella en donde reflexionó acerca del cine, la cultura, la forma de ver el mundo, la educación pública y la cultura de la cancelación. La directora dio algunos detalles sobre el documental que está realizando, centrado en el asesinato del dirigente indígena Javier Chocobar, ocurrido en el año 2009 en la localidad tucumana de Trancas: “Las cosas que se discuten ahora en cuanto a la enseñanza, por ejemplo, en países que no están pasando por una crisis como la nuestra, que no tienen nuestra historia, no tiene nada que ver con lo que nosotros estamos discutiendo. Nosotros ni siquiera nos animamos a aceptar que la educación pública ha estafado a la población con menos recursos”. Luego aclaró: “Yo adoro esta universidad y considero que la única posibilidad que tiene este país es la educación pública, pero actualmente, estafa a la población”.

Martel explicó por qué el actual sistema de educación deja afuera a muchas personas que habiendo hecho sacrificios para terminar la primaria y la secundaria, apenas se enteran de que existe otra instancia más, que es la universidad. En su encuentro con un traductor de la comunidad wichi, la directora salteña contó la experiencia que tuvieron personas de la comunidad indigena cuando decidieron estudiar por primera vez en una institución: “Me dijeron: ‘Estuve cuatro meses para leer una hoja’. Eso es una persona estafada. Y el que está estafado es una persona que no tiene recursos para ir en otra dirección, para buscarse otra cosa”. De esta manera, destacó la importancia del trabajo de los futuros cineastas en observar, representar y compartir una realidad con responsabilidad, saliendo a la calle y observando los propios límites “tremendos” que genera nuestra propia educación.

Formas de hacer cine

Con humildad y entre risas, la directora de “La ciénaga”, “La mujer sin cabeza”, “Zama”, entre otras obras maestras, se explayó dando algunos “tips” que utilizó para realizar sus películas, remarcando la importancia del sonido y la representación del lenguaje en el cine. Además, insistió en animar a los estudiantes a construir nuevas formas de hacer películas: “Quisiera rescatar la palabra utilidad, sobre todo para nosotros, en este país donde necesitamos más que nunca que lo que compartimos, lo que hagamos, como expresión pública, sea útil”. Lucrecia determinó que la forma vigente de hacer cine durante los últimos años, incluyendo su propio trabajo, ha fracasado porque “no representan un destino en común que convoque a todos”. De esta manera se dirigió a los estudiantes de las diferentes carreras de la Facultad de diseño: “A ustedes que son jóvenes les voy a dar una buena noticia: esto fracasó. Por lo cual no se sientan atados a nada. Van a tener que inventar todo”. A la hora de aprender a narrar con imágenes no dudó en criticar el clásico modelo narrativo que enseñan en las facultades de cine y reproduce la industria. Invitó a cuestionar la aplicación de estos esquemas que “ya no dan cuenta de todo”, principalmente a la hora de representar la complejidad de los acontecimientos humanos: “Sinceramente les pregunto, ¿ven ustedes a diario que esa fórmula representa puede contar lo que les pasa, sobre todo las cosas más pensadas y furiosas? Hemos tratado de concertar la experiencia de la humanidad con una estructura que preforma los acontecimientos humanos y los convierte en enfrentamientos. Creo que lo tenemos que abandonar cuanto antes”. De esta manera, continuó reflexionando sobre estas fórmulas clásicas de hacer cine que generan un tipo de tensión que en las películas vemos repetidas veces. “Ya sabemos lo que va a pasar en el 85% de las películas que vemos”, afirmó la directora.

“A ustedes que son jóvenes les voy a dar una buena noticia: esto fracasó. Por lo cual no se sientan atados a nada. Van a tener que inventar todo”

Martel se tomó su tiempo para explicar que la cultura de la cancelación “nos ha vuelto impotentes” forzando a los realizadores a intentar “quedar bien” con todos los colectivos sociales. “La cultura es para apropiarse”, aseguró, y reforzó su idea: “Yo estoy haciendo una película sobre un conflicto indígena, y asumo todos los riesgos de la metida de patas que voy a hacer, pero no voy a dejar de decir lo que pienso. No está mal asumir el costo histórico. No se puede vivir queriendo quedar bien con todos”.

Por último, se refirió a todas aquellas productoras que siguen filmando en lugares que no representan la realidad: “No podemos seguir, por comodidad, filmando en los countries, porque el country no es nada”. A la hora de realizar historias, explicó, “Por una comodidad de producción filmamos en barrios porteños que no significan nada urbanísticamente más que exclusión y homogeneidad”.

Lucrecia terminó su clase con un fuerte y multidinario aplauso. El Festival Internacional de Cine continúa con sus actividades hasta el 30 de julio en la FADU, en el Cine Cosmos (UBA), el Cine Gaumont y en el Centro Cultural San Martin donde se estarán reproduciendo más de 40 películas en festejo por los 40 años de democracia presentadas por importantes figuras del cine.