Por Juan Mercuri
Fotografía: Sofía Zaragoza

A 47 años de La Noche del Apagón y 40 del comienzo de las marchas, diversas organizaciones sociales, políticas, de derechos humanos y sindicales se movilizaron desde Plaza de Mayo hasta las oficinas de la empresa Ledesma para evocar la lucha contra el genocidio en Jujuy, honrar a quienes la protagonizaron, y también para rechazar la reforma del gobernador jujeño, Gerardo Morales.

Aquellos que ayer eligieron algún bar del microcentro para festejar el día del amigo se habrán cruzado con multitudes ruidosas que marcharon con carteles y banderas contra la represión ilegal de ayer y de hoy (ver nota aparte) en la norteña provincia de Jujuy. Cada 20 de julio se recuerda el aniversario de las Noches de los Apagones, cuando los dueños de la empresa Ledesma operaron junto a la dictadura.

Entre el 20 y 27 de julio de 1976, los cortes de luz ordenados por ese ingenio azucarero –que hoy es un emporio que produce papel, biodiésel y otros productos–, en las localidades de Libertador General San Martín, El Talar y Calilegua facilitaron los allanamientos de los represores de la policía y el Ejército para el secuestro de unas 400 personas, de los cuales 33 continúan desaparecidas.

Con motivo de cumplirse 47 años de aquellas noches de terror, y los 40 del inicio de las marchas que madres, padres y familiares llevaron a cabo para denunciar las violaciones a los derechos humanos cometidas en el departamento de Ledesma -Jujuy- durante la última dictadura militar, ayer desde las 15 diversas organizaciones sociales, de derechos humanos, políticas y sindicales se movilizaron de Plaza de Mayo a la sede porteña del ingenio azucarero en Avenida Corrientes 415.

El Grupo Ledesma pertenece a la poderosa familia Blaquier y posee uno de los ingenios azucareros más grandes de Latinoamérica. En medio del apagón general, fuerzas uniformadas sacaron a más de trescientos jujeños de sus viviendas para torturarlos de manera sistemática. La mayoría eran trabajadores del ingenio o estudiantes. Según se pudo probar en los procesos judiciales en marcha, Ledesma entregó a la policía una lista de «indeseables», según sus términos, así como también 40 móviles de la empresa, y un puesto para Gendarmería adentro del ingenio.

Olga Arédez era odontóloga y enseñaba historia. Fue esposa de Luis Arédez, médico empleado en el ingenio que velaba por mejorar las condiciones de vida de sus trabajadores. A pedido de peronistas y radicales fue intendente de Libertador y logró que la empresa de los Blaquier, por primera vez en su historia, tuviera que pagar impuestos y entregar tierras a fin de realizar un plan de urbanización. Tal osadía le costó ser secuestrado por primera vez la misma noche del golpe militar. Liberado un año después, sólo pudo estar con su familia un puñado de meses, hasta que un 13 de mayo de 1977 sería secuestrado nuevamente y de forma definitiva. Olga se juntó con otras mujeres y familiares de víctimas de aquella represión y comenzaron a marchar dando vueltas en la plaza del pueblo. Estuvo acompañada por mujeres de Calilegua y El Talar, pero cuando quedó sola siguió marchando con su pañuelo blanco en la cabeza, a pesar de las amenazas que recibía. Murió en marzo de 2005 por un cáncer de pulmón –inducido por el bagazo, el desecho de la caña de azúcar que el ingenio acumula en montañas al aire libre contaminando el aire– y ese año la marcha culminó con la colocación de sus cenizas en la plaza, bajo una Santa Rita, planta que ella tanto amaba.

Ricardo Arédez, uno de los cuatro hijos del matrimonio y empleado de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, dialogó con ANCCOM con respecto a la movilización en Plaza de Mayo. “Estoy viviendo en Buenos Aires, por eso participé de la marcha realizada acá. A diferencia de años anteriores, pudimos llenar la plaza. Estuve en la columna del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quienes hicieron su ronda de cada jueves entorno a la Pirámide de Mayo, marcharon por la diagonal Sáenz Peña hasta el Obelisco, para luego terminar en la sede del Grupo Ledesma en Avenida Corrientes. Allí Taty Almeida, leyó un documento y exigió el cese de la represión en Jujuy”.

Arédez remarcó que si bien el foco de la mayoría de las organizaciones políticas que asistieron fue rechazar la constitución y denunciar la represión actual ejercida por el gobernador Gerardo Morales, el objetivo también fue “recordar esos 47 años de la noche del apagón y los cuarenta años del inicio de las marchas en 1983”. A su criterio, era necesario nombrar “al poder económico y a la familia Blaquier, que permanecen impunes”.

Ricardo Arédez, uno de los cuatro hijos del matrimonio y empleado de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, dialogó con ANCCOM con respecto a la movilización en Plaza de Mayo.

Ésta es la primera marcha desde la muerte del dueño del Grupo Ledesma, Carlos Blaquier, ocurrida en marzo, a los 95 años de edad. Estaba imputado en las causas por delitos de lesa humanidad cometidos durante las Noches de los Apagones y el secuestro de Luis Arédez. Blaquier falleció impune y sin rendir cuentas, gracias a la justicia que se encargó de estirar cada etapa procesal lo máximo posible: ocho años duraron las dilaciones entre la Corte Suprema y la Cámara de Casación. Ahora la querella exige que el proceso siga contra el ex administrativo y mano derecha de Blaquier, Alberto Lemos.

Además de Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, también estuvieron presentes la CTA de los trabajadores y los argentinos, diversos movimientos del Frente de Izquierda, el Centro de Estudios Legales y Sociales -CELS- , el Movimiento de Trabajadores Excluidos, entre otros. Cada organización tuvo su propio punto de encuentro y recorrido. Sin embargo, todos confluyeron en la misma necesidad de mantener viva la memoria de terrorismo de Estado, en dictadura y en democracia.

«He visto muchas columnas, unas que vienen, otras que van, pero a todas nos une el mismo objetivo: repudiar al repudiable Gerardo Morales», dijo Taty Almeida, única oradora del acto frente a las oficinas de la corporación Ledesma. La Madre de Plaza de Mayo pidió el cese de la represión y que sea derogada la Constitución votada a espaldas del pueblo jujeño.

«Lo que está sucediendo en los últimos meses en Jujuy nos revive permanentemente las noches de los Apagones del ’76, ahora también hay camionetas que allanan domicilios en Jujuy y detienen gente ilegalmente nos recuerdan esas noches, cuando Carlos Pedro Blaquier puso los vehículos de su empresa para secuestrar al intendente Arédez y a trabajadores del ingenio», dijo en la Plaza Alejandro «Coco» Garfagnini, vocero de la agrupación Tupac Amaru.

En tanto, desde el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh) manifestaron: «Nos movilizamos a 47 años de La Noche del Apagón jujeño, y en apoyo a la heroica lucha del pueblo de esa provincia contra la reforma inconstitucional y autoritaria de GerardoMorales y el PJ».

Así en CABA como en Jujuy

Aunque las rutas 34 y 66 habían sido habilitadas por justicia federal, la policía jujeña impidió el paso a las personas que viajaban a la marcha del Apagón en Libertador General San Martín. Los efectivos multaron y obligaron a retornar por la ruta a quienes se dirigían a la tradicional movilización por memoria, verdad y justicia.

Sin embargo, no pudieron impedir las actividades en el pueblo de Libertador, más conocido como Ledesma, tal el nombre del ingenio de los Blaquier. Allí los actos siempre empiezan a la mañana en la Escuela Normal, pero desde hace algunos años no pueden ingresar al establecimiento, de modo que los ex alumnos recordaron a sus 16 compañeros desaparecidos en la vereda de la institución.

«En otras gestiones se abría la puerta y se invitaba a la gente para que hiciéramos un homenaje, poner flores y una placa, incluso llevar libros. Desde que fue ministra de Educación Isolda Calsina cambió esto, y la actual María Teresa Bovi, ayer cuando empezó el acto de los familiares la puerta estaba entreabierta, pero al llegar esto cerraron con candado. No se hace esto, señores directores, esa escuela tiene una historia tremenda y a 40 años del inicio de la democracia estas cosas no deben suceder, no tienen memoria», lamentó Ricardo Arédez.

Marcha del Apagón en Libertador General San Martín

Por la tarde la histórica movilización que las Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos comenzaron a hacer hace cuatro décadas, volvió a recorrer el tramo que va desde Calilegua hasta Libertador. Fueron miles los manifestantes: docentes de gremios como Cedems y ADEP, organizaciones sociales como La Torre, CCC, Polo Obrero, MTR-CUBA y otras. Y participaron referentes del PTS-Frente de Izquierda, cómo el diputado nacional Alejandro Vilca y la diputada electa Natalia Morales. También hubo una importante movilización en San Salvador donde se movilizaron Utep, FOL, Frente Popular Darío Santillán, MAR, CCC y Polo Obrero.

Tras 47 años, la situación actual de Jujuy no es tan diferente con respecto al pasado. El feudo de Ledesma es una representación de lo que ahora acontece con el gobierno de Morales. Comunidades indígenas son expropiadas de sus tierras y los trabajadores que protestan en defensa de sus derechos son criminalizados a partir de reformas represivas. «La memoria de lo ocurrido no es solo para recordar con la cabeza gacha, sino para no tropezar con la misma piedra», fue la síntesis de uno de los que ayer sintieron la necesidad de estar en Plaza de Mayo para sentirse más cerca de Jujuy.